Departamento de Policía de Raccoon City 19:40 P.M Martes 29 de Abril de 1997
Apenas puedo creer lo que estoy viendo es Teo está aquí frente a mí, creí que nunca lo volvería a ver luego del ejército es toda una sorpresa verlo aquí, está con un uniforme impecable y una mirada seria pero amigable, parece no apartar su mirada de mí, de pronto caigo en cuenta que seguimos en la oficina de Wesker así que desvío la mirada encontrándome con la de Chris quien luce tenso más que eso se ve molesto, seguro me estuvo observando todo este tiempo y pudo ver en primera fila mi reacción ante la llegada de Teo, quien al cabo de unos segundos se presentó como Teodoro Thompson.
Sin embargo, lo que sucedió a continuación hizo que el aire se llenara de una tensión ya existente entre Chris y yo.
Teo se dirigió hacia mí para saludarme de una manera bastante especial porque sin importarle que no estábamos solos me dio un beso en la mejilla casi rozando la comisura de los labios, para luego abrazarme y susurrarme al oído: -No te imaginas lo mucho que te he echado de menos.
No pude evitar mi sorpresa ante tal acción, dedicándole una mirada a Chris quien para este punto ya no intentaba descifrar qué conexión había existido entre nosotros todo lo contrario ya estaba furioso y evitaba el contacto visual conmigo, yo mantenía una mezcla de emociones que luchaban por mantenerse bajo control.
-Jill, ¿cómo estás? Ha pasado tanto tiempo... Dijo Teo con una sonrisa cálida, pero se detuvo al notar mi expresión perpleja.
-Teo, no esperaba verte aquí... susurre tratando de mantener la compostura e intentando olvidar que los demás estaban atentos a nuestra conversación.
Wesker interrumpió, tratando de disipar la conversación. -Parece que ustedes ya se conocen. Mucho gusto, Sargento Thompson. ¿En qué puede ayudarle el equipo S.T.A.R.S.?", preguntó Wesker, manteniendo su habitual tono sereno.
Teo, con su porte firme y serio, desvió momentáneamente la mirada para dirigirse a Wesker. -Capitán, vine aquí en busca de la Señorita Valentine. Hay una situación crítica en la que su experiencia en desactivación de explosivos es crucial.
-El Sargento Thompson es parte del equipo que ha solicitado tu presencia, Jill. Él te dará más detalles sobre la misión."
Teo asintió, mirándome con una mezcla de nostalgia y preocupación. -Tenemos que hablar en privado sobre los detalles de la misión, Jill. Es importante y urgente.
Era justo lo que faltaba para que la tensión aumentará aún más como si eso fuera posible. Salimos de la habitación ante la mirada atento del resto de los miembros del equipo.
Nos dirigimos a nuestros escritorios en un lugar lo suficientemente alejado para que los demás no puedan escucharnos.
-Cuéntame sobre la misión.
-Una base militar remota ha sido tomada por un grupo terrorista. Han colocado cargas explosivas estratégicamente y exigen la liberación de sus compañeros encarcelados. Las autoridades locales están desbordadas, y tu habilidad es esencial para desactivar las bombas sin provocar un desastre mayor, explicó Teo, su aspecto era serio, mantenía la compostura de un Sargento y su voz denotaba la urgencia de la situación.
-La base se encuentra a unas seis horas de aquí. El equipo de asalto está listo para partir en cualquier momento. Necesitamos tu ayuda, Jill, esto es una emergencia nacional y no poder tiempo. Dijo con los ojos fijos en mí.
Asentí con determinación. -Es mi responsabilidad hacer lo que esté en mi poder para evitar una catástrofe.
-Sabía que podía contar contigo Jill. Respondió mientras se acercaba peligrosamente a mí.
-Hay que salir de inmediato, esta situación no puede esperar. Dije alejándome de él y volviendo a la oficina de Wesker ignorándolo por completo mientras él me miraba de forma juguetona.
Barry se me acercó con un gesto de confusión. -Chris, ¿sabías algo de esto?
Negué con la cabeza, igualmente desconcertado. -No tenía idea. Pero definitivamente parece que hay una historia entre ellos que no conocemos. Barry, creo que esto va más allá de una simple misión. ¿Notaste la reacción de ese sujeto hacia Jill?
Barry frunció el ceño, entendiendo mi preocupación. -Sí, fue bastante evidente. Pero, ¿a qué te refieres exactamente, Chris?
Suspire, tratando de poner en palabras lo que había estado sintiendo desde que ese tipo entro a la habitación. -Creo que hubo algo más entre Jill y Teodoro de lo que conocemos. Y no me agrada para nada. Esa forma en la que Teodoro se acercó a Jill... parecía haber algo más que una relación profesional. ¡Por Dios Barry casi la beso delante de todos!
Barry asintió mientras pensaba las palabras correctas para contestar.-Tranquilízate si sigues así te dejaras en evidencia ante Wesker.
-Lo sé Barry. Pero no puedo evitarlo no me gusto para nada esa actitud. Además, su solicitud de hablar a solas con Jill sobre la misión parecía más personal que profesional.
-Sí te entiendo a mí también me dio esa impresión, es evidente que ese muchacho siente cosas por Jill. Pero, ¿crees que ella siente algo por él?"
-No lo sé, no lo creo Barry. Pero lo que sí sé es que no puedo evitar sentirme... celoso. Sé que lo que tenemos es algo verdadero es solo que hay algo en la forma en que se miraron que me hace pensar que esto va más allá de un antiguo compañerismo.
Barry puso una mano en mi hombro con empatía. -Comprendo tus preocupaciones, Chris. Pero confía en Jill. Ella te ama de eso puedes estar seguro, sé que ella te dará la explicación que necesitas cuando regrese, hasta cuando eso suceda mantén la calma. Además es una profesional y siempre ha demostrado lealtad hacia ti. Quizás esto sea solo una cuestión del pasado que necesita ser resuelta por el bien de la misión.
Asentí, agradeciendo el apoyo de Barry. -Tienes razón, hablare con ella cuando pueda mientras tanto tenemos una misión que cumplir.
Pero no puedo evitar sentir que esta situación podría complicarse más de lo que ya está.
Pasaron algunos minutos antes de que Jill regresara, su semblante revelaba determinación. Era evidente que se debía a la conversación con ese sujeto.
-¿Qué ocurre, Jill? pregunto Wesker con su típico tono sereno.
-La misión es urgente, debemos salir de inmediato. Responde con firmeza.
Sabes que tu experiencia es invaluable para el equipo, pero también entiendo que este es un asunto delicado. Tómate el tiempo que necesites para cumplir con tu misión.
Jill asintió para luego añadir: -Gracias, Wesker. Volveré en cuanto termine el operativo.
Sentí un nudo en el estómago. No quería que Jill se marchara, menos con ese sujeto pero sabía que su deber era prioritario.
Antes de partir se dirigió a los casilleros a recoger algunas cosas, sin que nadie lo notara la seguí para poder hablar con ella.
Me acerque a ella en silencio, tomando su mano con firmeza.
-¿Estás bien? pregunté, incapaz de ocultar la ansiedad en mi voz.
Ella asintió rápidamente, esbozando una sonrisa tranquilizadora. Entonces, mi mente comenzó a divagar. Recordé todas las veces que Jill y yo habíamos compartido momentos especiales, las miradas cómplices, los suaves roces de nuestras manos... ¿podría ser que todo eso quedara en un segundo plano por la presencia de este hombre?
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras una corriente de celos se apoderaba de mí. No podía evitar sentirme desplazado por la forma en que ese sujeto había aparecido en la vida de Jill, removiendo un pasado desconocido para mí pero evidentemente significativo para ella.
Mis puños se apretaron instintivamente, luchando con esa sensación incómoda que me invadía. Quería confrontar a Jill, exigir respuestas sobre ese hombre y su conexión con ella, pero algo dentro de mí me detuvo. ¿Acaso tenía derecho a sentir celos? ¿No era mejor esperar a que Jill misma compartiera lo que estaba ocurriendo?
El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Del otro lado de la puerta está ese tipo quien se sorprendió al vernos tomados de la mano, su semblante cambió a uno más serio y sin dejar de vernos pronunció: Es hora de irnos Jill nos necesitan con urgencia antes que todo se vuelva una locura.
-Voy enseguida. Respondió sin dejar de mirarme. El Capitán no respondió sólo cerró la puerta bruscamente para expresar su descontento.
-Chris, debo irme tengo que hacer esto, dijo con voz firme. -Te prometo que hablaremos de esto cuando regrese.
Asentí, tratando de enmascarar mi malestar con una sonrisa forzada. -Claro, Jill. Sabes que siempre estaré aquí para ti.
Ella se acercó, sus ojos buscando los míos como si quisiera transmitirme algo más, sin decir nada me beso un beso corto digno para una despedida, para luego dirigirse a la puerta pero antes que pudiera salir la bese de vuelta en un beso mucho más apasionado, mucho más entregado.
Al terminar no pude evitar preguntarle lo que me estaba consumiendo desde que vi entrar a ese imbécil a la oficina.
-Jill antes de irte sácame una duda ¿entre tú y el Capitán pasó algo? ¿Tuvieron algo?
Ella bajo la mirada, su rostro reflejaba una mezcla de incomodidad y tristeza. Suspiró antes de responder.
-Teo y yo tuvimos algo en el pasado, pero fue hace mucho tiempo, fue durante mi estancia en el ejército. Fue una relación corta, y no significó nada para mí.
Su explicación no hizo más que alimentar mis celos y confusión. ¿Por qué esa reacción tan efusiva parece que para él esa relación no era cosa del pasado? Sin embargo, opté por confiar en Jill y no presionar más.
-Está bien, Jill. Entiendo... Sólo quería saber. Ve y haz lo que debes hacer. Estaré aquí cuando regreses.
Ella asintió, luego se dirigió hacia la puerta sin voltear atrás susurró. Volveré pronto, lo prometo.
Me quedé allí, en silencio, mientras una mezcla de emociones luchaba por encontrar su lugar en mi corazón. Los celos aún danzaban en mi interior, pero la confusión y la preocupación por Jill se alzaban como voces más fuertes en mi mente.
