Departamento de Jill Raccoon City 7:00 AM Jueves 1 de Mayo de 1997
Chris, aún riendo, busca en el baño algo que pueda ayudar a disimular el chupón. Rebusca entre los cajones y encuentra un poco de maquillaje que olvide guardar.
-Bien, parece que tendremos que usar un poco de magia aquí, dice Chris con una sonrisa traviesa, acercándose a mí.
Con habilidad y cuidado, Chris aplica el maquillaje para ocultar el chupón. Entre risas, observo cómo él se esfuerza por disimularlo.
-¿Eres un experto en esto, Chris? Pregunte divertida por la situación.
—Bueno, no en realidad para serte sincero es la primera vez que hago algo así pero nunca sabes cuándo necesitarás habilidades improvisadas, responde Chris, concentrado en su tarea.
Tras unos minutos, Chris se detiene y observa su trabajo con orgullo.
-¡Listo! Ahora ya no hay rastro del chupón. Exclama Chris, sonriendo satisfecho.
Me acerque al espejo, asombrada por su habilidad para ocultar el chupón.
-¡Increíble! Gracias, Chris. Nadie sospechará nada, respondí agradecida.
Ambos nos miramos y sonreímos nuevamente ante la situación. Chris me guiña un ojo antes de entrar a la regadera. Después de arreglarnos para el trabajo, disfrutamos de un tranquilo desayuno juntos.
Chris prepara algunos huevos revueltos mientras yo organizo la mesa. Entre risas y bromas, disfrutamos de la comida y de la compañía mutua.
-Debo admitir que anoche fue... increíble. Me sorprendiste no esperaba que fueras tú quien llevara las riendas pero eso lo hizo aun más especial. Dice Chris entre sorbos de café y con una sonrisa juguetona.
-Definitivamente, eso no estaba en el plan inicial, pero a veces las mejores cosas son las que suceden espontáneamente.
-Sorpréndeme más seguido porque me encantan esas sorpresas. Susurra mientras me besa los labios.
Yo le correspondo de inmediato para luego acariciar su mejilla con dulzura.- Prometo hacerlo más seguido. Sin respuesta él vuelve a besarme aunque es un beso corto porque se nos hace tarde y no podemos retrasarnos.
Chris y yo salimos juntos de mi apartamento, en su carro con sonrisas compartidas mientras nos dirigimos hacia la comisaría. La mañana está fresca y prometedora, y la complicidad de la noche anterior se refleja en nuestros gestos y miradas.
Al llegar a la comisaría, nos dirigimos a nuestras respectivas áreas de trabajo. Chris, con su característica energía, saluda a algunos colegas mientras yo me sumerjo en mi escritorio, revisando informes pendientes.
La rutina de la unidad de fuerzas especiales se reanuda, pero entre el ajetreo, encuentro momentos para intercambiar miradas con Chris, recordando la intimidad compartida anoche.
-¿Cómo está nuestro encubrimiento? Pregunta Chris en tono juguetón, acercándose a mi escritorio.
-Nuestra obra maestra de maquillaje sigue intacta. Nadie notará nada fuera de lo común, respondo con una sonrisa, disfrutando de la conexión especial que hemos creado.
Barry entra apresurado a la comisaría, sacándonos de nuestros trance, se dirige a mi escritorio con un gesto de concentración mientras lleva con él algunos informes, al vernos nos dedica una sonrisa.
-Jill, necesito que revises estos informes, es urgente, dice Barry, entregándome un montón de papeles. Chris al vernos vuelve a su escritorio sin comentar nada.
-¿Qué sucede, Barry? ¿Algo importante? Pregunte tomando los documentos y mirando a Barry con curiosidad.
Barry frunce el ceño y me observa detenidamente, observa la parte donde está el chupón cubierto por maquillaje, notando algo diferente. Con una expresión juguetona, comenta:
-¿Estás usando maquillaje, Jill? ¿Es para cubrir algo? ¿Un chupón? Pregunta Barry, arqueando una ceja.
Ante su comentario me sonroje ligeramente, sorprendida por la observación aguda de Barry. Entre risas nerviosas, intento desviar la atención.
-Oh, Barry, solo es un poco de maquillaje para lucir fresca en el trabajo. Nada de chupones por aquí —respondí mientras evadía su mirada.
Barry me observa de una manera particular dejándome en claro que la respuesta no le convenció en lo absoluto.
-Solo fue un pequeño percance anoche, fue un rasguño, nada de qué preocuparse, respondo tratando de mantener la compostura, mientras Chris intenta disimular una risa en su escritorio.
Barry sonríe con malicia y se acerca más. -Vamos, Jill, no puedes ocultarme nada, cada vez estoy más convencido que lo que tratas de ocultar es un chupón. Afirma Barry con un tono divertido, disfrutando de la situación.
Chris, ahora interesado en la conversación, se une a nosotros con una sonrisa cómplice.
-Te equivocas Barry, no es nada de los que estás diciendo, solo que ayer sufrimos un pequeño percance y no queríamos que las cosas se malinterpretasen en el trabajo, responde Chris, intentando desviar la atención.
Barry, sin embargo, insiste en su juego. -Chris, ¿tú también estás tratando de ocultar algo? Pregunta Barry con una ceja levantada.
Chris se encoge de hombros mientras evita la mirada de Barry ya que si lo ve se dará cuenta que es mentira lo que acaba de decir.
-Chris, amigo mío, ¿te animaste a dejar tu marca en Jill? ¿O es solo maquillaje artístico? Pregunta Barry, levantando las cejas con un aspecto serio.
Chris, ahora visiblemente incómodo, se rasca la nuca y trata de encontrar las palabras adecuadas.
Yo le dedico una mirada cómplice donde le confirmo que puede contarle lo ocurrido a Barry. Él sabe nuestra relación y no creo que deje de insistir hasta saber la verdad de lo ocurrido.
-Bueno, Barry, fue una noche espontánea y, ya sabes, las cosas simplemente sucedieron...Balbucea Chris, evitando mi mirada y esbozando una sonrisa nerviosa.
Barry estalla en risas, disfrutando de la situación. -Vaya, vaya, Chris Redfield, nunca te imaginé como el tipo de chico que dejaría chupones. ¡Mis felicitaciones, Jill! Parece que has descubierto un lado interesante en nuestro héroe. Comenta Barry, divertido.
Chris, aún avergonzado, intenta restar importancia al asunto. -Fue un momento impulsivo, no pensé que Barry estaría haciendo un análisis forense en la comisaría. Dice Chris, mirándome con disculpa.
Me río ante su torpeza y le doy un suave golpecito en el hombro.
Barry, aún divertido, se despide con un gesto de complicidad. -Que tengan un buen día, chicos. Y Chris, la próxima vez, asegúrate de que los chupones sean más discretos. Bromea Barry antes de desaparecer de vista.
Chris y yo intercambiamos una mirada divertida mientras Barry se aleja. La rutina en la comisaría continúa, mientras me centro en revisar los papeles que Barry me dejo.
Barry, regresa luego de varias horas aunque esta vez con un semblante más serio. -Jill, recuerda cuidarte, ya sabes, para evitar sorpresas inesperadas. No queremos mini Redfields correteando por la comisaría.
Mi rostro se tiñe de un leve rubor mientras intento disimular la incomodidad. -Barry, ¡por favor! No hay necesidad de preocuparse por ese tipo de cosas, respondo con una risa nerviosa, tratando de quitarle importancia al comentario.
-Jill, en serio, no bromeó con lo que te digo es mejor estar prevenida. Deberías cuidarte para evitar sorpresas no deseadas, especialmente después de noches tan "inesperadas", comenta Barry haciendo énfasis en la última palabra.
Me aclaro la garganta, tratando de mantener la seriedad. -Barry, estoy tomando las precauciones necesarias. No necesitas preocuparte por eso.
Barry, sin embargo, insiste con una ceja levantada. -Bien, Jill. Solo asegúrate de que estés usando la cantidad correcta y ten cuidado, ya sabes, por si acaso.
Yo asiento con una sonrisa tímida mientras me percato que Barry me está viendo con una extraña expresión. -¿Ocurre algo malo?
-Jill, solo para que lo sepas, creo que el maquillaje está cediendo un poco. Esa obra de arte que Chris hizo anoche podría necesitar un retoque antes de que alguien más note el chupón, comenta Barry, señalando de manera discreta la zona donde debería estar oculto.
Mi rostro se torna de inmediato en un tono más intenso de rubor, mientras trato de ocultar la sorpresa. –Barry, respondo entre risas nerviosas, mientras mi mano se va al área del chupón de manera casi involuntaria sintiendo cómo la atención de algunos colegas se dirige hacia nosotros.
Chris, al darse cuenta de la situación, se acerca. -¿Pasa algo malo?
Barry señala disimuladamente el lugar del chupón mientras finge que estamos viendo los expedientes que me trajo hace rato.
-¿Problemas con el maquillaje, Jill? Tal vez deberíamos tener un kit de emergencia en la comisaría, bromea Chris, mostrando su lado juguetón.
Decido seguir el consejo de Barry y me levanto de mi escritorio con una risa nerviosa. -Chris, creo que Barry tiene razón. Tal vez debería hacer un pequeño retoque en el maquillaje antes de que alguien más lo note.
Chris asiente con complicidad y me sigue hacia el baño, donde puedo retocar discretamente el chupón cubierto por maquillaje.
—-—-
Mientras espero a Jill cerca del baño, Barry, se acerca y con su tono amigable pero perspicaz, comenta: -Chris, un consejo de alguien con experiencia: asegúrate de no dejar chupones a la vista en Jill. No queremos que la unidad de fuerzas especiales se convierta en el escenario de un romance muy evidente.
Con una expresión reflexiva, asentí y le respondí: -Barry, te aseguro que no fue intencional. Anoche simplemente nos dejamos llevar por la pasión del momento. Pero tomaré en cuenta tu consejo para futuras situaciones, dije encogiéndome de hombros.
Barry asiente, para luego añadir: -Bien, solo asegúrate de que el próximo "momento apasionado" sea un poco más discreto. Chris respóndeme una pregunta ¿fue realmente un descuido o estabas dejando claro que Jill es "tu territorio"? Pregunta Barry, arqueando una ceja con un tono más serio.
-Barry, no fue mi intención marcarla como mía, ni nada por el estilo. Fue más bien un momento de conexión, de dejarnos llevar por lo que sentimos el uno por el otro, explique tratando de aclarar la situación.
-Chris, dime la verdad. ¿No tiene nada que ver con la visita del Capitán Teodoro? ¿Acaso esto fue tu manera de demostrar que Jill es tuya y que no permitirás que nadie más se acerque?
—Barry, la visita de ese sujeto no tuvo nada que ver con lo que sucedió anoche. No te voy a negar que estuve muy molesto y celoso por la llegada de ese idiota pero ella me aclaro lo ocurrido y luego nos dejamos llevar por lo que sentimos. No estoy marcándola como "mía". Lo que compartimos es más fuerte que eso. No es sobre posesión. Es porque amo a Jill y quería expresar lo que siento. Ella es una parte fundamental de mi vida, y siempre llevaré una parte de ella conmigo, explique con sinceridad.
-Cada vez que beso a Jill o compartimos ese tipo de momentos, siento una plenitud que es difícil de describir. No podría explicarte la conexión y la intensidad que compartimos. Hacer el amor con ella es algo más allá de lo físico, es una conexión emocional y espiritual que me completa. Respondí compartiendo abiertamente la profundidad de mis sentimientos.
Barry, después de escuchar mis palabras, se queda en silencio por un momento. Luego, con una sonrisa de complicidad, rompe el silencio. -Chris, estoy feliz de que ames a Jill de una manera tan intensa. Encontrar esa plenitud en una relación es algo especial, y siempre es bueno tener a alguien que complemente tu vida de esa manera.
Le sonrío a Barry, agradecido por sus palabras. -Gracias, Barry. Aprecio tu apoyo y tus buenos deseos. Jill es alguien especial, y espero que podamos enfrentar lo que viene juntos. Tu respaldo significa mucho para mí.
Barry, con una mirada de complicidad, asiente para luego añadir: —Sabes Chris, tú y Jill están hechos el uno para el otro. Ambos se ponen incómodos cuando menciono el tema de los chupones y el embarazo. Es adorable cómo comparten esas miradas nerviosas.
Me ruborizo ligeramente ante su observación.
Barry, notando mi rubor por su comentario sobre Jill y yo, no pierde la oportunidad de molestarme un poco más. Pero antes de que pueda decir algo la entrada de Wesker interrumpe la situación.
-Chris, Barry, necesito que se reporten a la sala de reuniones. Tenemos nueva información sobre la investigación, anuncia Wesker con su característica seriedad.
Aprovechando la oportunidad para cambiar de tema, asiento en dirección a Wesker, agradecido por la interrupción oportuna.
Al entrar a la sala, Wesker, con su mirada penetrante, hace una pausa antes de comenzar. -Redfield, Burton, necesito que ambos se enfoquen en el asunto en cuestión. ¿Alguien sabe dónde está Valentine? Necesito su presencia en la sala de juntas ahora mismo.
Barry y yo intercambiamos miradas rápidas antes de que Barry responda. -Wesker, Jill está en el baño, solo fue a hacer un pequeño retoque en su maquillaje. Estará aquí en un momento.
Wesker asiente con severidad. -Que se apure, esto no puede esperar. Tenemos información crucial que afecta directamente a nuestra investigación. Necesito a todo el equipo presente y enfocado en esto. Ordena Wesker.
Después de unos minutos de incómodo silencio Wesker toma su comunicador y llama a Forest.
-Speyer, cuando veas a Valentine, avísale que la necesito con urgencia aquí. Exige Wesker con su tono característico de autoridad. -Bien, empezaremos la reunión sin Valentine. Una vez que se integre, pondremos al tanto a Jill de los detalles que hemos discutido hasta ahora.
-Antes de empezar con la información, ¿alguien tiene algo relevante que deba saber antes de proceder? Pregunta Wesker, analizando nuestras expresiones.
Barry y yo intercambiamos una mirada fugaz, recordando la conversación anterior. Barry, manteniendo la seriedad, responde: -Nada relevante, todo en orden, Wesker.
Wesker asiente y procede a compartir la nueva información sobre la investigación. Mi mente divaga hacia Jill. ¿Estará todavía en el baño? ¿Habrá terminado ya? Intento mantener mi enfoque en los datos compartidos por Wesker, pero mis pensamientos vuelven una y otra vez a Jill.
