Departamento de Policía de Raccoon City 17:00 P.M. Martes 15 de Julio de 1997

Han pasado más de dos meses desde el incidente en el baño de la comisaría. Aquel día, la incomodidad y la vergüenza se instalaron en el ambiente, pero desde entonces, he mantenido en secreto lo descubierto entre Richard y la secretaria de Irons.

Richard parece haber aprendido la lección, lo he visto muy juicioso y centrado en su trabajo. La secretaria de Irons ha optado por mantener un perfil más bajo, quizás tratando de dejar atrás el vergonzoso episodio.

En cuanto a mi relación con Chris, todo va de maravilla, él es mi compañero en todos los sentidos, no solo en las misiones arriesgadas, sino también en las jornadas cotidianas, es mi mejor amigo, mi confidente y el amor de mi vida. En sus brazos, encuentro mi hogar, y con él, sé que cualquier desafío que enfrentemos será superado con amor y determinación. Cada día me doy cuenta de lo afortunada que soy de tenerlo a mi lado.

El respeto mutuo y la comprensión han forjado una relación sólida. En medio de las dificultades y los desafíos, siempre hemos encontrado la fuerza en el otro. Cada obstáculo se ha convertido en una oportunidad para crecer juntos, fortaleciendo nuestro vínculo.

Amo la forma en que Chris me mira, con esa mezcla de amor y complicidad que solo nosotros entendemos. Su presencia es reconfortante, y su risa, un consuelo que alivia cualquier carga. Hemos aprendido a complementarnos, a ser el soporte incondicional que ambos necesitamos.

El amor que siento por Chris va más allá de las palabras. Es una conexión profunda que se nutre de pequeños gestos, de momentos compartidos, de superar juntos los desafíos que la vida nos presenta. Mirando hacia el futuro, me llena de alegría la idea de seguir construyendo nuestra historia juntos.

Chris se acerca a mí con una sonrisa traviesa en sus labios. La tensión del trabajo parece disiparse cuando su mirada se encuentra con la mía.

Sin decir una palabra, realiza un gesto sutil: coloca dos dedos en su muñeca y señala hacia arriba con un ligero movimiento de cabeza. Un gesto que solo nosotros entendemos. Y significa que vayamos a la azotea, nuestro refugio secreto.

Asiento con complicidad, ocultando una sonrisa. La azotea se convierte en nuestro rincón especial, lejos de miradas indiscretas, donde podemos disfrutar de momentos de calma y conexión en medio del caos de la comisaría.

Con discreción, nos deslizamos hacia la azotea cuando la rutina permite un breve respiro. La puerta se cierra tras nosotros, y nos encontramos en nuestro pequeño santuario. La ciudad se extiende ante nosotros, pero aquí, todo parece detenerse por un momento.

La brisa suave acaricia la azotea mientras Chris y yo compartimos un momento especial. Sus ojos encuentran los míos con ternura, sin necesidad de palabras.

En un gesto suave, Chris acaricia mi mejilla antes de inclinarse hacia mí. Sus labios encuentran los míos en un beso lleno de amor y dulzura. En ese instante, la ciudad queda en segundo plano, y solo existimos él y yo.

Nos separamos, pero la mirada intensa de Chris sigue comunicando más que las palabras. Estamos envueltos en ese instante mágico donde nuestras emociones se entrelazan de manera única.

-Te amo, Jill, murmura Chris con una sonrisa tierna.

-Y yo a ti, Chris, respondo, devolviéndole una sonrisa.

Chris me mira con esa ternura que solo él tiene. -Jill, estos momentos contigo son lo que me da fuerza en este trabajo. Necesitamos estos instantes de paz.

Asiento, compartiendo su sentimiento. -Este lugar se ha vuelto nuestro escape, ¿verdad? Un lugar donde podemos ser nosotros mismos, lejos de todo.

Él sonríe y me toma la mano. -Exactamente. Aquí, encontramos la calma y podemos ser nosotros mismos sin limitaciones. Por eso es mi lugar favorito.

El sol comienza a despedirse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos y dorados. Chris y yo nos quedamos en silencio, disfrutando del espectáculo que la ciudad nos ofrece. La calma reina mientras observamos el atardecer.

Chris se recuesta en mi regazo, encontrando comodidad en ese espacio que solo nosotros entendemos. Acaricio su cabello con suavidad, perdiéndome en la textura familiar entre mis dedos. La conexión entre nosotros se intensifica mientras compartimos el silencio, la ciudad extendiéndose ante nosotros.

-Estos momentos son mágicos, murmura Chris, su voz llena de admiración. -Estar aquí contigo, observando el atardecer, es como escapar de todo. Como si el tiempo se detuviera por un instante.

Sonrío, sintiendo la misma magia en el aire. -Sí, Chris. Aquí, todo parece más sencillo.

El sol se sumerge completamente en el horizonte, dejando tras de sí un cielo teñido de tonos naranjas y morados.

Con un suspiro suave, Chris se incorpora y se acerca a mí. Nuestros labios se encuentran de nuevo en un beso que refleja la belleza de la puesta de sol.

-Jill, mientras estemos juntos, todo será mágico. La vida puede ser un desafío, pero contigo, cada momento se convierte en algo especial.

Sonrío, sintiendo la emoción en sus palabras. -Y tú, Chris, haces que cada día sea una aventura única. No cambiaría nada de esto.

Chris acaricia mi mejilla con ternura. -Jill, prométeme algo.

Le miro con curiosidad. -¿Qué cosa Chris?

-Que jamás me dejarás solo. Estamos en esto juntos, enfrentando cada desafío. Eres mi apoyo, mi razón para seguir adelante. No sé qué haría sin ti.

Mis ojos se llenan de amor mientras asiento. -Chris, nunca te dejaré solo. Somos un equipo, enfrentando el mundo juntos. Nuestro amor es fuerte, y superaremos todo lo que se nos presente.

Él suspira aliviado y me abraza con fuerza. La ciudad resplandece a nuestros pies, pero en este momento, somos solo nosotros dos.

Chris me sostiene con un abrazo firme, sus ojos revelando una vulnerabilidad que rara vez deja al descubierto. -Jill, murmura con voz apasionada, -Si alguna vez te perdiera, me volvería loco. No podría seguir sin ti.

Su declaración resuena en la azotea, y puedo sentir la profundidad de sus sentimientos. Le acaricio el rostro suavemente, transmitiéndole seguridad. -Chris, no tienes que preocuparte. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Estamos juntos y lo estaremos siempre. Mírame estoy aquí contigo, mirándote a los ojos y jurándote que jamás me iré de tu lado.

Él asiente, pero la preocupación persiste en su mirada. -Jill, eres mi ancla, mi equilibrio. Sin ti, la vida no tendría sentido, no sería capaz de seguir adelante. Eres la razón por la que encuentro fuerzas incluso en los momentos más oscuros.

Sonrío con ternura ante sus palabras. -Chris, siempre estaremos el uno para el otro. No importa lo que suceda, nuestro amor es más fuerte, además yo siempre estaré contigo.

Chris sostiene mi mirada con gratitud, y en ese momento la preocupación en sus ojos se disuelve gradualmente, reemplazada por una confianza renovada. Nos mantenemos abrazados, sintiendo la seguridad que proporciona el compromiso inquebrantable que compartimos.

Bajamos de la azotea, Chris y yo, volviendo a la cruda realidad de la oficina de los S.T.A.R.S. Esperándonos estaba la figura visiblemente molesta de Wesker. Su mirada fría y calculadora nos analiza cuidadosamente generando una tensión que corta el aire.

-Interesante elección la suya, desaparecer sin previo aviso, en lugar de cumplir con sus deberes.

Chris y yo intercambiamos miradas, conscientes de que nos hemos saltado los protocolos. Sin embargo, mantenemos la calma, preparados para enfrentar las consecuencias.

Chris rompe el silencio: -Wesker, entendemos la importancia de nuestras responsabilidades, pero todos necesitamos un breve descanso para mantener la cordura en este trabajo.

Wesker frunce el ceño, sin convencerse de las explicaciones dadas por Chris.

-La próxima vez, espero encuentren otra forma de mantener la cordura porque no pueden darse el lujo de tomar descansos cuando tenemos trabajo por hacer.

La atmósfera se vuelve aún más tensa cuando Wesker se aproxima, enfocándose en mí con una mirada penetrante.

- Jill, tú eres una pieza fundamental en este equipo. Necesito que te enfoques más en tus deberes y menos en... distracciones personales.

Asiento con seriedad, sintiendo la presión de sus palabras. -Entendido, Wesker. Estaré más centrada en nuestras obligaciones.

Wesker asiente, pero su expresión sigue siendo implacable. Sin embargo, decide cambiar de tono, aparentemente buscando obtener más información.

-Para mantenerse enfocados, todos necesitan una forma de relajarse. ¿Cómo lo hacen ustedes?

Mi mente trabaja rápidamente, buscando una respuesta que no revele la verdadera naturaleza de nuestra relación.

-Bueno, cada persona tiene sus propios métodos. Algunos prefieren el entrenamiento, otros la meditación. Mantener la mente clara es crucial para rendir al máximo.

Wesker me observa con atención, evaluando mis palabras. Aparentemente, mi respuesta no es lo que esperaba, pero es suficiente para él, ya que cambia de tema, fija su mirada en Chris con severidad, desviándose de su molestia inicial.

-Chris, necesito que te prepares. Tenemos una misión importante que nos espera, a unas dos horas de Raccoon City. Salimos de inmediato.

Chris asiente, demostrando su disposición para el deber. -Entendido, Wesker. Me alistaré de inmediato.

Wesker se voltea hacia mí, aún mostrando una expresión seria.

-Jill, espera unos momentos. El jefe Irons te entregará los documentos necesarios para la misión. Una vez que los tengas, reúnete con Brad afuera. Tenemos asuntos importantes que atender y necesitamos estar en pleno rendimiento. La misión no espera, así que asegúrate de estar lista para partir.

-Wesker, ¿puedo preguntar por qué Barry no se une a nosotros en esta misión?

Wesker fija su mirada en mí, revelando apenas una pizca de impaciencia. -Barry ha solicitado permiso debido a un compromiso familiar.

Asiento, comprendiendo la situación. -Entendido, Wesker. Esperaré los papeles del Jefe Irons y luego me uniré a Brad para la misión.

Wesker asiente con brevedad, su mirada seria aún presente. -Asegúrate de no retrasar la operación, Jill. La eficiencia es crucial. Me aseguraré de que Brad esté listo para partir.

Yo asiento con decisión, observando cómo Wesker y Chris se alejan rumbo al helicóptero, que los llevará a la misión.

Después de unos minutos la brisa nocturna acaricia mi rostro mientras el sonido de las hélices se desvanece en la distancia. Haciéndome saber que ya se fueron mientras yo espero pacientemente a que me entreguen los documentos necesarios.

En la oficina el sonido del teléfono me saca de mis pensamientos indicando una llamada entrante. Al responder, escucho la voz alegre y familiar de Claire.

-¡Jill, hola! ¿Cómo estás?

-Hey, Claire. Todo en orden por aquí. ¿Y tú? ¿Cómo va todo?

Claire ríe suavemente. -Lo de siempre, tratando de sobrevivir a la vida universitaria. Pero no te llamaba solo para eso. ¿Has visto a Chris últimamente?

Mi mente recuerda la reciente escena en la azotea. -Sí, lo vi hace poco. Está bien, en realidad, justo ahora se fue en una misión con Wesker. Parece que será una tarea importante.

-Oh, vaya. Siempre tan ocupado, comenta Claire con una nota de preocupación en su voz. -Bueno, asegúrate de decirle que me llame cuando pueda, ¿sí?

-Así lo haré, Claire. No te preocupes, Chris sabe que mantenerse en contacto contigo es una prioridad.

Claire parece sentir algo más, y su tono se vuelve más serio. -Jill, antes de que me vaya, necesito preguntarte algo. ¿Cómo está Chris realmente?

Percibo la preocupación en su voz y decido compartir un poco más. -Está bien, Claire. Pero, sinceramente, creo que el trabajo lo afecta más de lo que admite. A veces, las misiones pesan mucho sobre él.

Hubo un breve silencio antes de que Claire confiara en mí. -Hoy es el aniversario de la muerte de nuestros padres. Chris siempre se siente más afectado en esta fecha. Aunque intenta ocultarlo, sé que lo golpea duro.

La revelación de Claire arroja luz sobre las preocupaciones de Chris y su necesidad de proteger a quienes tiene cerca. Mi corazón se estremece con compasión. -Claire, lo siento mucho. No tenía idea, sabes que cuentas con mi apoyo incondicional, siempre.

Claire agradece con un suspiro de alivio, -Gracias, Jill. Significa mucho para mí y para Chris tener a alguien en quien confiar. Él se preocupa profundamente por ti, ¿sabes?

Sonrío con ternura. -Y yo por él, Claire. Mi mente retrocede a los momentos en la azotea. Entiendo que la intensidad de las emociones de Chris en ese instante era por miedo a perderme, como perdió a sus padres.

Mis pensamientos se centran en la vulnerabilidad que Chris mostró y cómo, en ese instante, se convirtió en el reflejo de sus miedos más profundos. Por eso me hizo jurar que nunca me iría de su lado. Su amor es tan intenso y la idea de perderme le aterra.

Es difícil para mí imaginar el peso emocional que Chris lleva consigo, guardando el sufrimiento de la muerte de sus padres. En silencio, desearía haberlo sabido antes para poder consolarlo y apoyarlo aún más.

Claire suspira al otro lado de la línea lo que hace volver mi atención hacia ella y comparte, -Jill, estoy segura de que Chris no te dijo para no preocuparte. Es increíblemente cerrado con sus emociones, especialmente en lo que respecta a la pérdida de nuestros padres. Siempre ha llevado ese dolor en silencio, tratando de ser fuerte para los demás.

Mis pensamientos se mezclan con una mezcla de admiración y preocupación por Chris. -Entiendo, Claire. Aprecio que compartas esto conmigo. Estoy aquí para él y para ti, pase lo que pase. Si alguna vez necesitas hablar o simplemente estar cerca de alguien, quiero que sepas que estoy aquí.

Claire agradece la sinceridad y agrega, -Eres increíble, Jill. Chris es afortunado de tenerte a su lado.

-Gracias, Claire. Estamos comprometidos el uno con el otro, y siempre haremos lo necesario para superar cualquier obstáculo. Mantente fuerte, y si necesitas algo, no dudes en decírmelo.

Claire agradece con gratitud. -Gracias, Jill. Eres una gran amiga y una excelente novia para Chris. Cuídalo mucho allá afuera, y dile a Chris que lo extraño, ¿vale?

-Lo haré, Claire. Nos vemos pronto. Cuídate también.

Tras despedirme de Claire, la oficina parece envuelta en un silencio que refleja mi propia introspección. La brisa nocturna susurra suavemente a través de la ventana, y mi mente se sumerge en las revelaciones sobre Chris.

Finalmente, el Jefe Irons entra a la oficina, interrumpiendo mi reflexión. Con gesto serio, me entrega los documentos necesarios para la próxima misión. -Jill, asegúrate de que todo esté listo. Wesker no tolerará retrasos.

Asiento con determinación. -Entendido, Jefe. Estoy lista para partir.

Una vez que tengo los documentos en mano, me dirijo hacia la salida. En el vestíbulo, me encuentro con Brad, quien ya parece impaciente. -Jill, ¿estás lista? Necesitamos partir cuanto antes.

Le confirmo con un asentimiento y avanzamos hacia el helicóptero que nos llevará a la próxima misión. La noche se extiende ante nosotros, y mientras abordo la aeronave, mi mente vuelve a Chris y a la promesa silenciosa de estar a su lado, enfrentando juntos cualquier desafío que la vida o el trabajo nos presenten.

La puerta del helicóptero se cierra tras nosotros, y la maquinaria cobra vida. En el silencio de la cabina, me preparo para el deber, sabiendo que, sin importar lo que suceda, nuestro amor será el faro que guíe nuestro camino.