Departamento de Policía de Raccoon City 7:40 A.M. Jueves 24 de Julio de 1997

Al llegar a la comisaría, me encuentro con Richard. Su expresión parece un poco sombría, lo que me hace preguntarme qué le sucede.

-¿Todo bien, Richard? Le pregunto, preocupada por su aparente estado de ánimo.

Richard suspira antes de responder. -No exactamente, Jill. He terminado con Verónica.

La noticia no me sorprende. Sabía que algo había ocurrido entre ellos para que ella diera ese espectáculo ayer porque era obvio que lo hacía con la intención de que Richard sintiera celos. -¿Qué pasó? Pregunto, sintiendo curiosidad por los detalles de su ruptura.

Él sacude la cabeza con tristeza. -Las cosas simplemente no estaban funcionando entre nosotros Hubo demasiadas discusiones, demasiadas diferencias irreconciliables. Creí que lo mejor para ambos era seguir adelante por caminos separados. Pero ella no se lo tomo muy bien.

Él se muerde el labio inferior antes de continuar. -Verónica... Ella ha estado actuando de manera extraña últimamente. Creo que parte de la razón por la que se comporta así es por nuestra ruptura. Ella aún tiene sentimientos por mí, Jill. Y creo que parte de su actitud y coqueteo con Chris es su manera de lidiar con el dolor de nuestra ruptura.

-También he notado eso. Cuando vi a Verónica coquetear con Chris, pude notar que tú te ponías celoso.

Richard suspira y asiente con pesar. "Sí, lo admito. Me sentí celoso al verlos juntos. Incluso fui a hablar con Verónica para pedirle una explicación, pero ella simplemente me evadió, diciéndome que era libre de estar con quien quisiera.

Richard mira hacia abajo por un momento antes de levantar la mirada hacia mí. -Jill, tengo que confesarte algo. Me arrepiento de haber terminado con Verónica. Me di cuenta de que la amo y que no quiero perderla. Quisiera pedirle que volvamos.

-Richard, entiendo lo que estás sintiendo, pero... ¿estás seguro de que es lo correcto?

Él asiente. -Sí, estoy seguro. Sé que cometí un error al terminar con ella, y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para recuperarla.

Ambos nos quedamos en silencio al observar a Chris y Verónica llegar juntos en el mismo carro, una punzada de celos me atraviesa al verlos juntos. Verónica se despide de Chris con un beso en la mejilla, lo que no pasa desapercibido para Richard y para mí.

¿Qué está pasando entre ellos? Por qué Chris y Verónica están juntos. ¿Acaso Chris aceptó la invitación de salir que le hizo Verónica? ¿Pasaron la noche juntos? La idea me golpea con fuerza, desatando una tormenta de emociones dentro de mí.

Richard aprieta los puños con fuerza, tratando de contener sus emociones. - ¿Por qué Chris está con Verónica? ¿Por qué Verónica parece tan feliz con Chris?

-No lo sé. Respondo con un susurro apenas audible. -Tal vez deberías preguntarles y averiguarlo.

Richard asiente. -Sí, claro que lo haré y ahora mismo. Exclamó antes de dirigirse hacia Verónica decidido a obtener respuestas sobre lo que está sucediendo entre ella y Chris.

No sé cómo terminara el drama de Richard lo que, si se es que debo olvidar a Chris, debo seguir adelante con mi vida. Él ya está rehaciendo su vida con Verónica, o con quien sea, y yo también debo hacer lo mismo.

No puedo seguir aferrándome a un amor que ya no tiene cabida en la realidad. Debo ser valiente y enfrentar el futuro con esperanza, dejando el pasado donde pertenece.

Al entrar en mi oficina, noto de inmediato la presencia de Chris. Su cercanía me provoca un sinfín de emociones, pero me obligo a mantener la compostura y continuar con mis tareas como si no estuviera allí.

Sin embargo, mi intento de ignorarlo se ve interrumpido cuando escucho su voz llamándome. "Jill", pronuncia mi nombre con una mezcla de determinación y preocupación, pero yo apenas lo miro antes de desviar la mirada, evitando cualquier contacto visual.

¿Qué más podría decirme que no me haya dicho ya? Me pregunto, sintiendo una mezcla de irritación y resignación. A pesar de todo, una parte de mí sigue deseando una explicación, una disculpa, cualquier cosa que pueda poner fin a esta incertidumbre que me consume.

-¿Podemos hablar un momento? Su voz suena con un deje de súplica, como si realmente quisiera resolver las cosas entre nosotros. Pero mi corazón ya está demasiado herido, y no estoy segura de poder soportar otra conversación dolorosa con él.

-No tengo nada que decirte, Chris. Respondí con frialdad, manteniendo mi mirada fija en los informes que tenía delante. Sentí la incomodidad en el ambiente mientras él permanecía frente a mí, como si esperara que cambiara de opinión con solo mirarlo. Pero no podía permitirme ceder ante la vulnerabilidad que se escondía detrás de sus ojos.

Aunque su presencia me causaba una mezcla de emociones confusas, desde la ira hasta la tristeza, me obligué a mantenerme firme en mi decisión. No podía permitir que él entrara en mi vida de nuevo y revolviera mis emociones como lo había hecho tantas veces antes. Esta vez, tenía que ser fuerte y proteger mi corazón.

Kevin ingresó a la oficina y se acercó a mí con una expresión seria pero amigable. -Jill, ¿podemos hablar un momento? Dijo, buscando mi atención.

Levanté la vista de mi escritorio, sorprendida por su solicitud. -Claro, Kevin. ¿Qué sucede?

-Bueno, Jill, hay algo que quería discutir contigo desde hace un tiempo, pero nunca encontré el momento adecuado.

Mis cejas se fruncieron ligeramente ante su declaración. ¿Qué podría querer discutir Kevin conmigo que no haya encontrado el momento adecuado para hacerlo antes? La curiosidad se apoderó de mí mientras esperaba a escuchar lo que tenía que decir. -¿De qué se trata, Kevin?

-Es sobre nosotros, Jill. Siempre he sentido una conexión especial contigo, algo más allá de nuestra amistad y compañerismo en la comisaría.

Mientras Kevin hablaba, no pude evitar notar la reacción de Chris en la otra parte del escritorio. Su semblante se oscureció, y podía sentir el enojo irradiando de su cuerpo. Cada palabra de Kevin parecía afectar más a Chris, y su expresión se volvía cada vez más molesta.

Intenté ignorar la creciente incomodidad que sentía, centrándome en las palabras de Kevin. Pero la presencia de Chris no pasaba desapercibida para mí. Sus celos eran evidentes, y no pude evitar sentir una mezcla de confusión y alegría por su reacción.

Por un momento, me pregunté si acaso Chris todavía tenía sentimientos por mí, a pesar de nuestra ruptura. La idea me dejó desconcertada, y me encontré debatiéndome entre la confusión y el deseo de aclarar las cosas de una vez por todas.

Mientras tanto, Kevin continuaba hablando, ajeno a la tensión que se había creado en la oficina.

-¿A qué te refieres, Kevin? Pregunté, tratando de entender mejor lo que estaba pasando. Sus palabras resonaban en mi mente, y mi mente intentaba captar el significado detrás de ellas.

-Quiero decir que desde hace tiempo he tenido sentimientos por ti, Jill. Siempre he admirado tu valentía, tu dedicación y tu fuerza. Y sé que no es fácil admitirlo, pero necesitaba decirlo.

-Kevin, yo...

Me quedé sin palabras ante la confesión de Kevin, sintiendo una mezcla de sorpresa y nerviosismo. ¿Cómo debía responder a eso? Antes de que pudiera encontrar las palabras adecuadas, Kevin continuó, proponiéndome una cita para esta noche.

-Me encantaría tenerte como compañía en una cita. ¿Qué te parece si vamos a cenar esta noche?

Su oferta me tomó por sorpresa, y aunque sentí gratitud por su sinceridad y elogios, también me invadió una sensación de incomodidad. No estaba segura de cómo manejar la situación, especialmente con la presencia de Chris a unos centímetros de mí, cuya mirada estaba clavada en nosotros con evidente disgusto.

Chris, apenas intercambió una mirada conmigo antes de girarse y salir de la habitación sin decir una palabra. Su reacción no pasó desapercibida para mí, y aunque traté de mantener la compostura, no pude evitar sentir una punzada de dolor al verlo partir.

Kevin y yo nos quedábamos en silencio, ambos conscientes del malestar que había causado la situación. Traté de concentrarme en las palabras de Kevin, pero mi mente seguía divagando hacia Chris y su reacción.

Finalmente, Kevin rompió el silencio. -Lo siento si te he puesto en una situación incómoda. No era mi intención causar problemas.

-Kevin, aprecio mucho tu sinceridad y elogios. Comencé, buscando las palabras adecuadas para expresarme. -Es halagador escuchar tus sentimientos, pero creo que sería mejor dejarlo para otra ocasión.

Pude ver la decepción cruzar por los ojos de Kevin, pero él asintió comprensivamente. -Entiendo, Jill. Respondió con calma, aunque no pudo ocultar completamente su desilusión.

-Gracias por entender. Le dije con una sonrisa amable.

-Por supuesto, Jill. Si en algún momento cambias de opinión o necesitas hablar, sabes dónde encontrarme. Estoy aquí para ti.

Agradecí su comprensión y su apoyo antes de verlo salir de mi oficina.

Unos minutos después, Wesker llegó a la oficina y me encontró aún perdida en mis pensamientos. -Jill, ¿has visto a Chris?

-Chris salió hace un rato. No estoy segura de adónde fue, pero probablemente esté por la comisaría. Wesker asiente mientras espera unos minutos hasta que Chris aparece.

"Chris", dice Wesker, su voz grave y tranquila. -Necesito que tú y Jill vayan a patrullar las afueras de Raccoon City. Hay reportes de actividad sospechosa y necesitamos investigar.

Mis ojos se encuentran con los de Chris por un instante, pero la incomodidad entre nosotros es evidente. Está claro que ninguno de los dos está emocionado por trabajar juntos.

Chris asiente, sé que no quiere trabajar conmigo y en parte yo tampoco quiero trabajar con él, así que antes de que pueda siquiera abrir la boca, me adelanto. -Entiendo, Wesker. Pero tengo una gran cantidad de informes que necesitan ser completados. Preferiría quedarme aquí y terminarlos antes de salir en la misión.

-Jill, entiendo tu preferencia por quedarte haciendo informes, pero esta misión es crucial. Necesito que tú y Chris vayan juntos. No es algo que pueda discutirse.

Siento un nudo en el estómago mientras asiento en respuesta. No hay escapatoria. Esta es una orden directa de Wesker, y no hay manera de evitarla.

-Estaremos listos para la misión. Respondo finalmente, tratando de ocultar la incomodidad que siento.

Wesker se despide con una sonrisa apenas perceptible mientras nosotros nos quedamos en silencio por un momento.

-Te espero en el auto en diez minutos. Murmura, su voz apenas más que un susurro.

Mi respuesta es breve y fría. -Gracias, Digo, apenas levantando la mirada para encontrarme con la suya antes de desviar la vista hacia mi escritorio.

Puedo sentir su mirada sobre mí mientras responde con un breve asentimiento. -No hay de qué. Murmura, su tono igualmente cortante, antes de girarse y salir de la habitación sin más palabras.

Después de unos minutos para recomponerme, me dirigí hacia la puerta, mentalizándome para volver a estar a solas con Chris. A pesar de la tensión entre nosotros, sabía que teníamos una misión que cumplir y que debíamos dejar de lado nuestras diferencias personales por el bien del equipo.

Al llegar al auto, encontré a Chris esperándome, con la mirada fija en el horizonte. Su expresión era seria, pero había algo en sus ojos que no podía descifrar. Traté de mantener la compostura mientras me acercaba, recordándome a mí misma que debía mantener la profesionalidad en todo momento.

-Chris. Lo llamé cuando estuve lo suficientemente cerca, anunciando mi presencia.

Él se giró hacia mí, sus ojos encontrándose con los míos por un breve instante antes de volver a desviar la mirada. -Jill. Respondió con un tono neutral, sin dejar entrever ninguna emoción.

Nos subimos al auto en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos mientras nos preparábamos mentalmente para la tarea que teníamos por delante.

El trayecto hacia las afueras de Raccoon City transcurrió en completo silencio evitando cualquier contacto visual.

Chris y yo nos sumergimos en la tarea de investigar el lugar, revisando cada rincón en busca de pistas y evidencia. Trabajamos en perfecta sincronía, cada uno complementando las habilidades del otro mientras avanzábamos.

A medida que explorábamos el área, encontramos las pruebas necesarias para respaldar nuestras sospechas iniciales. Recogimos muestras, tomamos fotografías y documentamos cada detalle meticulosamente. A pesar del silencio que nos rodeaba, nuestra cooperación era impecable, demostrando que, a pesar de nuestras diferencias personales, éramos un equipo eficiente cuando se trataba de nuestro trabajo como miembros de S.T.A.R.S.

Chris y yo continuamos explorando el área, y de repente nos topamos con un hermoso nacimiento de agua. La vista era impresionante, y la serenidad del lugar nos hizo detenernos por un momento y contemplar la belleza natural que nos rodeaba.

Sin embargo, ese momento de calma fue interrumpido por un recuerdo que ambos compartíamos: nuestra vez en Detroit, donde hicimos el amor en medio del río y la naturaleza. Aquel momento había sido especial, lleno de pasión y conexión, pero ahora, en medio de esta situación complicada, solo nos traía tristeza.

Al mirar a Chris, pude ver en sus ojos la misma mezcla de nostalgia y tristeza que sentía yo. Era evidente que también estaba recordando aquel momento significativo en nuestras vidas. Aunque ninguno de los dos dijo una palabra, nuestras miradas lo decían todo.

Detuve mis pasos por un momento y saqué mi cámara para capturar la belleza del lugar. Chris me observó con una sonrisa cálida, reconociendo mi deseo de inmortalizar aquel momento en una fotografía. Su gesto me reconfortó, recordándome que, a pesar de nuestras diferencias, aún éramos capaces de compartir momentos de camaradería y apoyo mutuo.

Al notar mi gesto, Chris se acercó y ofreció su ayuda. Mis manos temblaban ligeramente mientras intentaba enfocar la cámara, sintiendo la cercanía de Chris detrás de mí. Su presencia, aunque reconfortante, también desencadenaba una serie de emociones confusas en mí. Mientras ajustaba la lente, Chris se posicionó detrás de mí, sus manos sujetando las mías con firmeza para estabilizar la cámara.

La sensación de sus manos sobre las mías enviaba una corriente eléctrica a través de mí, y me esforcé por mantener la compostura mientras seguía enfocando la imagen. Su cercanía era abrumadora, y podía sentir su respiración en mi nuca, lo que me hacía sentir aún más nerviosa.

A pesar de mis intentos por mantener la calma, mi corazón latía con fuerza y mis manos temblaban ligeramente bajo las suyas. Traté de concentrarme en el encuadre de la foto, pero con la presencia de Chris me resultaba difícil mantener la concentración.

Después de tomar la foto, siento una extraña sensación detrás de mí. Parece que el "amigo" de Chris está feliz por tenerme cerca, me quedó atónita por sentir su erección contra mí, sintiendo una ráfaga de electricidad recorrer todo mi cuerpo.

Chris se aleja rápidamente, disculpándose torpemente, como si tratara de justificar su reacción y evitar cualquier incomodidad adicional. -Lo siento, Jill. Mi... amigo... parecía un poco inquieto. No era mi intención incomodarte. Dijo, su voz ligeramente tensa mientras se mantenía a una distancia segura de mí... Aunque en un susurro le escuche decir: -No puedo controlarme cuando estoy cerca de ti.

Su disculpa suena sincera, él se queda de espaldas a mí, como si estuviera tratando de ocultar su erección, aunque sé que está ahí, pude sentirlo, lo tiene duro y latente por mí.

Aunque Chris intenta disimularlo, su cuerpo acaba de revelar la verdad que él intenta ocultar: aún me desea.