Departamento de Jill Raccoon City 7:40 P.M. Viernes 25 de Julio de 1997

Chris me envolvió en un cálido abrazo mientras me escuchaba. Sus besos suaves en mi frente me fortalece, y sus palabras de aliento me daban fuerzas para seguir adelante. -Jill, lo siento tanto por lo que has pasado. Murmuró Chris con voz apacible. -Pero recuerda que no estás sola. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase. Sus palabras me reconfortaron en lo más profundo de mí ser.

-La noche que mis hermanos me contaron la noticia, recuerdo que regresé a mi habitación sumida en un profundo dolor. Las lágrimas brotaban sin control mientras mi mente intentaba procesar la terrible realidad. Aunque no había convivido mucho con mi madre, su pérdida me afectó. Me dolía en el alma pensar que ya no estaría más con nosotros. Pero lo que más me atormentaba era la incertidumbre de nunca entender por qué nos había abandonado cuando más la necesitábamos.

-Llore hasta el amanecer en ese momento, mi corazón anhelaba respuestas que nunca llegarían, y mi mente se debatía entre el deseo de comprender y la resignación ante lo inexplicable.

-Mis hermanos me sacaron del colegio de internas para que juntos, ideáramos un plan para liberar a nuestro padre de la cárcel, ya que habían conseguido un contacto que le ofrecía ayuda, pero requería una suma considerable de dinero para hacerlo realidad.

-Julián sugirió robar un almacén para obtener el dinero necesario, y su obsesión con esa idea era notable. A pesar de los intentos de Jackson y míos por disuadirlo, estaba decidido. Reconocí que era una idea extremadamente arriesgada, pero si todo salía bien, obtendríamos el dinero suficiente para liberar a papá y escapar a Estados Unidos.

-Todos deberíamos participar en plan pero yo no quería hacerlo así que Jackson fue el encargado de convencerme. Sabes aún recuerdo claramente las palabras de Jackson, su tono era dulce y tierno cómo él solía hablarme siempre. Me dijo que entendía lo difícil que era pedirme que hiciera cosas malas, pero que era necesario para salvar a nuestra familia. Me prometió que sería la última vez que nos involucraríamos en actividades ilegales y que después de eso cambiaríamos nuestras vidas para bien. Jackson también compartió su sueño de convertirse en marino, y me dijo que cuando lográramos sacar a papá de la cárcel, se enlistaría para cumplir su objetivo. Sus palabras me dieron esperanza y fuerza para seguir adelante, a pesar de lo peligroso que parecía el plan.

-Jackson era mi roca, mi confidente más cercano en la familia. Sentía que él era el único que realmente me entendía, así que cuando me pidió ayuda para llevar a cabo el plan, no pude negarme. A pesar de mis dudas y temores, confiaba en él y en su promesa de que sería la última vez que nos veríamos envueltos en algo así.

-Con Jackson tenía una conexión que nunca experimenté con Julián. Él y yo peleábamos a menudo. A veces nuestras discusiones con Julián se salían de control debido a nuestra inmadurez, y era Jackson quien intervenía para separarnos y calmar las aguas.

-Mientras planeábamos los detalles del robo al almacén, él tuvo que intervenir en numerosas ocasiones para calmar los ánimos y asegurarse de que el plan se llevara a cabo sin problemas. A pesar de las adversidades, logramos armar un plan que creíamos sin errores aparentes.

-Finalmente, llegó el día que estábamos esperando. Era una noche oscura y todo nuestro plan estaba saliendo a la perfección. Nos movíamos con sigilo y precisión, cada uno cumpliendo su papel en la operación. A pesar de los nervios, estábamos determinados a llevar a cabo el robo sin errores.

-Nuestro punto de encuentro era en un callejón cercano al almacén, donde habíamos estacionado el auto de escape. Yo ya había llegado al lugar del encuentro y allí estaba Jackson, esperando con impaciencia. Todo iba según lo planeado, pero Julián aún no había llegado. Empezaba a preocuparme su retraso, especialmente porque era el encargado de borrar cualquier dato de las cámaras de seguridad.

-Fue entonces cuando ocurrió lo impensado. De repente, un grupo de hombres emergió de varios autos cercanos, emboscándonos. Parecía que nos habían estado siguiendo todo el tiempo. En medio del caos, Jackson corrió hacia mí para protegerme, instintivamente, como siempre lo hacía.

-Me quedé petrificada, sintiendo el miedo correr por mis venas mientras observaba la escena frente a mí. Los hombres, con una actitud despiadada, comenzaron a burlarse de nosotros, riéndose de nuestra aparente ingenuidad al caer en su trampa.

-Esos hombres querían el dinero del robo y Jackson estaba dispuesto a dárselos hasta que empezaron a hacer comentarios despectivos sobre nuestros padres. Su rostro se ensombreció de ira al escuchar las palabras despectivas hacia nuestros padres. Sin dudarlo, se abalanzó hacia los hombres, dispuesto a enfrentarlos y proteger nuestra dignidad, incluso si eso significaba arriesgar su propia vida.

-Pero donde su furia alcanzó su punto máximo fue cuando esos hombres empezaron a lanzar insultos hacia mí. Sus eran palabras crueles y ofensivas dándole a entender que abusarían de mí, eso lo enfureció aún más. Con los puños apretados y los ojos llenos de odio, se enfrentó a ellos, dispuesto a hacerles frente y defenderme a toda costa.

-Logró arrebatarles una pistola y se desató una violenta confrontación. En medio del caos y la confusión, Jackson luchó derribando a varios de esos hombres, pero lamentablemente, tres de ellos se quedaron, incluido el que había matado a mi madre.

-En medio de la brutalidad del enfrentamiento, uno de los hombres me tomó como rehén, mientras los otros continuaban con sus despreciables amenazas. El que mató a mi madre dijo que abusaría de mí igual cómo había hecho con mi madre antes de matarla y que mi padre solo había podido observar impotente cómo violaban de mi madre y que justo así observaría mi hermano, en momento me sentí paralizada por el miedo.

Chris apretó los puños con rabia, su expresión llena de ira contenida. -Esos tipos son unos miserables. Murmuró entre dientes. -Desearía tenerlos enfrente para acabar con ellos.

Yo le acaricio el rostro con la intención de calmarlo y le confieso. -Esos hombres eran unos malditos cerdos pero aunque quisiéramos vengarnos ya no será posible.

-Después de que dijeron eso, Jackson vino a rescatarme. Continué, mi voz temblorosa por el recuerdo. -Pero mientras me liberaba, fue sujetado por dos de esos cerdos, yo intenté ayudarlo pero el asesino de mi madre me golpeó, haciéndome caer al suelo.

-Después de que me golpearan, vi cómo el hombre que mató a mi madre agarró un arma que estaba en el suelo. Continué, sintiendo un nudo en la garganta. -Sin vacilar, disparó contra Jackson, frente a mis ojos, sin que yo pudiera hacer nada para detenerlo.

-Antes de que lo hiciera, escuché a Jackson susurrar: -Lo siento, Jill. Perdóname por no haber podido protegerte. Murmuré, sintiendo un dolor agudo en el pecho al recordar las últimas palabras de mi querido hermano.

Chris me rodeó con sus brazos, ofreciéndome consuelo mientras dejaba que las lágrimas finalmente se derramaran. -Llora saca todo eso que te atormenta y recuerda que estoy aquí para ti, Jill. Lo siento mucho, no te imaginas cuánto. Murmuró con voz entrecortada por la emoción. -Debes haber pasado por un infierno. Nadie debería tener que enfrentarse a algo así.

-Lo peor de todo es que Jackson murió creyendo que esos desgraciados iban a abusar de mí. Él siempre trató de protegerme, hasta el último momento.

Chris me sostuvo con ternura -Jackson era un verdadero héroe. Y tú también lo eres, Jill. Lograste salir de esa situación terrible y enfrentarla con valentía.

-Me hubiera encantado poder hacer más por Jackson. Nunca olvidaré la última mirada que me dirigió, llena de preocupación y amor. Aunque el tiempo ha pasado, el dolor de su pérdida sigue tan fresco como el día en que su vida fue arrebatada.

-Lo sé, Jill. Respondió con voz suave. -La pérdida de alguien tan cercano nunca desaparece por completo. Pero ten en cuenta que estás rodeada de personas que te aman y están aquí para ti, incluyéndome a mí.

Me abracé más a él, encontrando consuelo en sus palabras reconfortantes. El después de unos minutos de silencio me pregunto: -Jill, ¿cómo lograste escapar de esos malditos? Preguntó con voz suave, sus ojos buscando respuestas en los míos. -Estoy seguro de que no te hicieron nada, especialmente porque tu primera vez fue conmigo.

-Después de que Jackson muriera, los hombres me tenían como rehén. Uno de ellos me agarró con fuerza mientras los otros se burlaban y amenazaban con abusar de mí.

-Intenté luchar, pero ellos eran más fuertes cuando creí que todo estaba perdido, y que esos hombres abusarían de mí, apareció Julián. Con un tubo de metal en mano, comenzó a golpear a esos hombres con una fuerza impresionante.

-Julián estaba furioso, no sé cómo lo hizo, pero había escuchado lo que esos hombres dijeron y lo que le hicieron a Jackson. Estaba decidido a protegerme, a hacer justicia por lo que habían hecho.

-Agarró la pistola con la que habían matado a Jackson y, sin dudarlo, disparó a los dos hombres que lo tenían sujetado. El asesino de nuestra madre aún estaba en el suelo, reponiéndose de los golpes de Julián, pero mi hermano no vaciló.

-El hombre yacía en el suelo, intentando alcanzar una pistola que había caído cerca de él, pero Julián estaba decidido a no permitirle otra oportunidad para hacer daño. Con una mirada fría, Julián se acercó al hombre, con la pistola en mano. Observó por unos segundos el cuerpo sin vida de Jackson y luego apuntó su pistola contra ese hombre.

-Ya has causado suficiente dolor. Dijo Julián con una voz llena de indignación y rabia.

-Sin vacilar, Julián apretó el gatillo, vaciando el cargador en el hombre que había arrebatado la vida de nuestra madre y de Jackson. El sonido de los disparos resonó en el callejón, mezclándose con los gritos y la confusión que reinaba en el lugar.

Chris escuchaba en silencio, asombrado por el coraje de Julián en ese momento de extrema violencia.

-Julián siguió disparando incluso después de que la pistola se quedara sin balas, su rostro bañado en lágrimas de dolor y furia.

-Finalmente, Julián dejó caer la pistola vacía al suelo, su pecho estaba subiendo y bajando con la respiración agitada. Sus ojos reflejaban un torbellino de emociones: dolor, rabia, tristeza. Era evidente que la pérdida de Jackson había dejado una profunda herida en su corazón, una herida que ahora se mezclaba con el alivio de haber vengado la muerte de nuestra madre y hermano.

-Debió ser un momento muy difícil para ustedes. Expresó Chris con empatía.

-Así fue. Pero gracias a Julián, logré salir de esa situación con vida. Él siempre ha sido protector, a pesar de nuestras diferencias, y nunca olvidaré lo que hizo por mí esa noche.

-Después de esa horrible escena, me acerqué a Julián y lo abracé, sintiendo su cuerpo tenso y tembloroso bajo mis brazos. Nos quedamos en silencio por un momento, asimilando el peso de lo que acababa de suceder estábamos en estado de shock. Nos quedamos parados junto al cuerpo sin vida de Jackson, sintiendo el peso de la tragedia que había ocurrido apenas unos momentos antes.

-Julián sabía que debíamos escapar antes de que llegara la policía, así que nos apresuramos a recoger el dinero y nos preparamos para irnos. Pero antes de partir, nos acercamos al cuerpo de Jackson. Sus ojos aún estaban abiertos así que los cerré y su rostro tranquilo era un recordatorio doloroso de la valentía con la que luchó para protegerme.

-Chris, en ese momento, mientras nos despedíamos de Jackson, sentí una mezcla de tristeza y gratitud. Tristeza por la pérdida de mi hermano, pero gratitud por haber tenido a alguien como él en mi vida. Lo abrace y le di un último beso en la mejilla de Jackson, prometiéndole en silencio que nunca lo olvidaría.

-Después de escapar del callejón, Julián y yo nos dirigimos hacia el puerto en busca de un barco que nos llevara lejos de allí. Pero cuando llegamos, Julián me detuvo y me entregó una maleta llena de dinero.

-Jill, tienes que irte. Me dijo con voz firme. -Con ese dinero podrás llegar a Estados Unidos y empezar una nueva vida. Yo me quedaré aquí y me enfrentaré a las consecuencias de lo que hemos hecho.

-No me iré sin ti, Julián. Respondí, aferrándome a su mano con fuerza. -Somos hermanos, estamos juntos en esto.

Pero Julián me miró con tristeza en los ojos y me confesó lo que tanto temía escuchar. -Ahora soy un asesino, Jill. Lo mejor para ambos es separarnos. Tú tienes la oportunidad de empezar de nuevo, de encontrar la felicidad lejos de todo esto.

-Con lágrimas en los ojos, Julián me abrazó con fuerza y me susurró al oído que esperaba que fuera feliz, pero que nuestros caminos se separarían a partir de ese momento. Yo le supliqué que no me dejara sola, que no podría sobrevivir sin él, pero él me aseguró que era fuerte y capaz de enfrentar lo que vendría.

-Fue uno de los momentos más difíciles de mi vida, Chris. Ver a mi hermano alejarse mientras yo me quedaba atrás, con el corazón lleno de incertidumbre y miedo por lo que vendría.

-Después de que Julián se marchara, seguí su consejo y abordé el barco con rumbo a Estados Unidos. Sin embargo, la realidad de lo sucedido comenzó a pesar sobre mí, y el impacto emocional me abrumó. Antes de llegar a mi camarote, me desmayé por la impresión de todo lo ocurrido. Fue como si mi cuerpo no pudiera soportar más el peso de la tragedia que acababa de vivir.

-Al despertar en el hospital del barco, me encontré desorientada y llena de dolor por la pérdida de Jackson. Mis pensamientos estaban confusos y mi corazón se sentía destrozado. No sabía qué hacer ni cómo seguir adelante sin mis hermanos a mi lado. Ya que ese día los había perdido a ambos. Lloré durante días, incapaz de encontrar consuelo en medio de la angustia y el dolor.

-Un día recibí una carta de mi padre, una carta que sacudió mi mundo ya fracturado. En ella, él expresaba su profundo pesar por la pesadilla que había vivido y me confesaba que, mientras estaba en la cárcel, recibió la cabeza decapitada de Jackson, un acto que lo llevó al borde de la locura. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para escapar de la prisión y buscar venganza. Me escribía para informarme que ya había ajustado cuentas con los contrabandistas responsables del asesinato de mi hermano y madre. En ella, además me revelaba su búsqueda incansable de Julián, ya que parecía que había desaparecido de la paz de la tierra pero me aseguraba que no descansaría hasta encontrarlo, mi padre expresaba su deseo de reunirse conmigo pronto y me daba palabras de ánimo haciéndome sentir lo importante que soy para él. Me aseguraba que seguiría enviándome dinero para asegurarse de que estuviera bien mientras encontraba un trabajo estable. Aunque estaba agradecida por su preocupación, el corazón se me apretaba al pensar en Julián. Sin embargo, su promesa de encontrarnos nuevamente me brindaba un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.

-Después de recibir la carta de mi padre, tomé una decisión que cambiaría el rumbo de mi vida. Recordé las palabras finales de Jackson, su sueño de convertirse en marino. Decidí honrar su memoria y cumplir su deseo, pero en lugar de unirme a la Marina, me enrolé en el ejército. Fue mi manera de seguir adelante y enfrentar el futuro, sabiendo que cada paso que diera sería en honor a mi hermano y a nuestra familia.

-A veces siento la presencia de Jackson a mi lado, como si su sonrisa estuviera guiándome en mi camino. Espero que con las decisiones que he tomado y las acciones que he llevado a cabo, pudiera hacerlo sentir orgulloso de mí desde donde estuviera. Era mi manera de mantener viva su memoria y de continuar honrando su legado.