RinMakoto. El nuevo personaje es una que metieron en el juego y que tiene esta historia, ella es Michiru Kaibara, pasaron de amigas a rivales, aunque solo queda saber cómo es que lo hará.

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Sin más, comencemos…

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En el gimnasio de la familia Sasago, las cosas estaban bastante bien, los que estaban ejercitándose estaban haciéndolo de lo mejor, aun así, había algunos que necesitaban ayudan, pero ahora que en el gimnasio tenían a un nuevo empleado como lo era Michael, todo marchaba de maravilla.

- Tenga cuidado cuando lo levante de golpe porque no quiere que se lastime, así que vamos de a poco – el rubio estaba ayudando a una mujer la cual quería levantar unas pesas y aunque eran con peso extra, le ayudó a mejorarlo y ahora estaba mejor.

- Gracias por la ayuda.

- No problem, estoy aquí para eso – el chico siguió hasta que se topó justo con la hija de los dueños – oh, Sasago.

- Sí, soy yo, parece que la tienes bien estando aquí ¿no? – sonrió la chica a lo que el americano hizo lo mismo.

- Por supuesto, la verdad es que las personas son bastante amables y espero que siga así.

- Me gusta que la pases bien, ese es el espíritu de nosotros – dijo el joven cuando justo en ese momento entraron las dos amigas de Yuka: Ibuki y Dalia las cuales venían a entrenar.

- Pensé que no vendrían hoy, como mañana tenemos clases siempre.

- No te preocupes, siempre lo hacemos, así que no tendremos problemas – sonrió la peli gris de Photon Maiden, esto mientras que junto con Dalia se iban a entrenar como normalmente lo hacían, sin embargo, la mayor del grupo notó la extraña cercanía de Michael y Yuka.

- No recuerdo un día en que Jenny haya estado así con un chico.

- ¿Dalia-san? ¿Ocurre algo?

- No, no pasa nada, solo que estaba pensando en que es extraño que Jenny esté así con un chico, ¿no lo crees?

- Ahora que lo dices es cierto, desde que él comenzó a trabajar con ella, se le ve bastante cercano a él.

- Quien sabe – ambas comenzaron con lo suyo, mientras tanto, Michael se fue a hacer algunas pesas, no había ningún problema con las demás personas las cuales estaban bien, por lo que Yuka fue hacia él.

- Oye, no me dejes sola, no creas que serás el único que se ejercita mientras que los demás están con sus ejercicios.

- No te dejaba sola, es solo que…

- Nada de peros, yo te acompañaré – Yuka tomó unas pesas y se puso a hacer lo mismo que el americano, entonces decidió unirse, ambos rubios estaban haciendo ejercicios para calentar, aunque parecía que unos segundos después ambos estaban aumentando más el ritmo como en una especie de competencia.

- No lo haces mal, pero llevo entrenando desde niña y no me ganarás.

- Ya las vencí una vez a ti y tus amigas, esta vez no será diferente – ambos dejaron al mismo tiempo las pesas y miraron hacia la escalera salmón la cual había sido un fracaso para Yuka y sus amigas, pero Michael la dominó por completo – ¿quieres probarla?

- No, te propongo algo, hagamos una competencia haciendo otro tipo de disciplinas que no se pueden hacer aquí en el gimnasio.

- ¿Cómo cuáles?

- Natación, paracaidismo, esas cosas – el americano estaba confundido por eso, pero no perdía nada, así que aceptó el trato.

- Muy bien, sin embargo, hay algo que quiero saber, ¿Por qué no le ponemos un premio al final? El que aguante más, debe ganar algo.

- Me gusta la idea, así que vamos a hacer algo, el premio será que el perdedor hará lo que el ganador quiera por un mes, y cuando me refiero a todo… quiero decir todo – esto último lo susurró en un tono algo sensual, pero el rubio no se sonrojó ni nada.

- Me gusta… I hope you don't regret it – ambos se dieron la mano cerrando el trato, ahora solo quedaba que la competencia se desarrollara.

- Oye Ibuki, ¿crees que tengan algo esos dos? – Dalia señaló a Yuka y Michael los cuales rieron cuando terminaron de estrecharse las manos.

- Ni idea, pero creo que acaban de decir algo y bueno, no es como que nos tengamos que meter ¿no? – las dos dejaron el asunto de ambos a un lado, de hecho, sin quererlo la competencia inició al día siguiente, de hecho, a tempranas horas de la madrugada.

- Vaya, parece que si cumpliste tu palabra – exclamó Michael el cual estaba con suéter y buzo deportivo, Yuka estaba del mismo modo – oye, ¿tus padres no dirán algo por salir a estas horas?

- No te preocupes, si estoy contigo no tengo porque tener miedo de algo, ¿me protegerás verdad?

- Of course, you have no doubt about that.

- Tomaré eso como un sí – ambos estaban reunidos afuera del gimnasio de los padres de Yuka, sin más se pusieron en posición de salida – repasemos, iremos corriendo por toda la ciudad, la meta es aquí mismo, el que llegue primero, pues gana.

- Obvio.

- En sus marcas, listos, ¡fuera! – ambos chicos salieron trotando mientras el clima frio hacia que el entrenamiento fuera algo más difícil, pero esto no parecía importarles en lo más mínimo.

- Me alegra que estés bastante fuerte porque esto será difícil.

- Lo sé, pero porque sea una chica no significa que sea débil, no sabes cuánto he entrenado para esto – Michael asintió mientras seguían sin más, llegando al centro de la ciudad, era todo extraño ya que no había casi nadie, calles solitarias y el viento helado predominaba en toda la zona, en eso, sintieron un poco de gotas de lluvias muy delgadas.

- Vaya, el rocío de la mañana es muy bueno, aunque deberías tener cuidado.

- ¿Por qué?

- Porque te puedes enfermar, al menos eso decía mi abuela.

- Pues entonces te haré caso – río un poco la rubia de ojos azules mientras seguían, sin embargo, llegando a una esquina, esta se resbaló cayendo al suelo.

- ¿Sasago?

- No te preocupes… la verdad no entendí que pasó.

- Te lo dije, es el rocío de la mañana, la verdad es que realmente te hace daño.

- Que chistoso – Yuka se quiso levantar solo para sentir algo extraño y un poco doloroso – m-mierda.

- Oye, ¿estás bien?

- Más o menos, no entiendo cómo es que me di este golpe, solo fue una pequeña caída.

- Es porque cuando te caíste, estiraste la pierna haciendo que te golpearas, así que lo más probable es que paremos esto, no es seguro forzar el músculo por estas cosas.

- ¿Seguro?

- Sí, es más, súbete a mí – el joven se puso de rodillas haciendo que Yuka se subiera encima de él para poder cargarla por lo que quedaba del recorrido.

- ¿Por qué lo haces Taylor-kun? Pudiste haber seguido y ganarme como si nada.

- ¿Crees que soy un idiota que haría eso? – exclamó para la sorpresa de la rubia – sé que a lo mejor no me creas, pero no encuentro nada ético que alguien gane de esa manera, sabiendo que es mejor que puede ayudar a un amigo que está lesionado, por eso decidí hacerlo, aparte de que no iba a dejarte sola ¿no? Te protegería de todo peligro – esas palabras de parte de Michael sonrojaron a Yuka, aunque esta no dijo nada más y solo dejó que este siguiera con ella por el camino, de suerte no había mucha gente para que alguien dijera algo.

Ambos llegaron a la entrada del gimnasio para que descansaran un momento luego de la caminata, no obstante, esta parecía ya estarse recuperando del golpe.

- Supongo que solo fue un mal tirón, ocurre con frecuencia cuando caes mal.

- Sí, creo que fue así – susurró la chica, en eso, Michael tomó la pierna de la chica comenzando a revisarla, Yuka se sonrojó por el tacto del americano, aunque no opuso resistencia ya que sabía que lo hacía con tal de ver como estaba.

- No hay nada de que temer, I think it was just a bad fall since I don't see an injury – el chico se dio cuenta de que habló en inglés – lo siento, quise decir que no miro una lesión, solo fue una mala caída que tuviste.

- Menos mal – Yuka se puso de pie – pero no quiere decir que vamos a parar la competencia.

- ¿Quieres seguirla?

- Por supuesto, no hemos terminado, este mal estirón no fue más que un pequeño obstáculo, por lo que espero que para la tarde estés preparado.

- Ok, eso no es lo que pensé que harías, pero de igual forma, acepto el reto – el día pasó sin ningún problema, cada quien hacía sus cosas, Michael en lo suyo y Yuka en las clases. Ya cayendo la tarde, la cosa continuó.

- Muy bien, vamos a hacer la segunda parte de la competencia, la primera de la mañana te la doy a ti Taylor-kun, ahora vamos a ver la resistencia de nado.

- ¿Natación?

- Sí, aquí vamos – exclamó la joven mientras que se quitaba su ropa, algo que sorprendió al joven, pero esta solo quedó en traje de baño siendo este de colores amarillo y negros de rayas.

- ¿Desde cuanto tenías tu traje de baño debajo de tu ropa?

- Oh, antes de venir aquí me la puse, mi ropa interior está en mi mochila, digo, por si la quieres ver – la rubia coqueteó un poco, pero no esperó a que el americano le siguiera el rollo.

- Me gustaría, dicen que las japonesas en ropa interior son lindas.

- Vaya, pensé que te acobardarías o algo así, pero siento que vas más allá que muchos chicos que solo se sonrojan con vernos a nosotras así.

- Recuerda que no soy japonés, tenemos una mentalidad diferente, no es raro ver a chicas en trajes de baño cuando se hay vacaciones, eso te incluye a ti.

- Ya veo – ahora fue el turno de Michael el cual tomó su bañador y se fue a cambiar atrás de unas rocas, minutos después ya estaba listo – muy bien, vamos a iniciar la prueba de natación, iniciaremos a nadar varias veces la orilla del mar, el que ya no pueda se va a la orilla y pierde, esta será la prueba máxima ya que los brazos y piernas son puestos al máximo aquí.

- He visto competencias de natación de mi país y son bastante exigentes con eso – no perdieron más el tiempo y se lanzaron a nadar con rapidez, aunque Michael estaba ganando por mucha diferencia, Yuka estaba callada por eso, pero llegados a cierto punto esta se detuvo y sin antes de que se diera cuenta comenzó a hundirse, un bendito calambre le había dado en el pie en donde se había hecho el mal estirón volvió a pasarle factura, aunque este no fue bastante mal ya que Michael se dio cuenta rápidamente de eso y fue nadando rápidamente hacia la rubia.

Unos segundos después ambos estaban en tierra firme, todo mientras que el americano le estaba dando una sobadita a la pierna, Yuka estaba con una toalla, a pesar de todo el incidente, la rubia estaba bien relajada.

- Ya está, creo que tendríamos que dejar esto aquí, esa mala caída te dejó mal.

- Y eso que en la academia no tuve ningún problema en caminar.

- Eso podría ser porque como no sobrecargaste tu pierna con esfuerzo, por eso sería mejor que descanses unos días hasta que estés mejor.

- Gracias Taylor-kun, realmente eres alguien genial.

- No es tanto así, simplemente hago lo que puedo – Michael notó como Yuka se ponía de pie, pero esta fue a sus piernas sentándose en ellas – ¿Sasago?

- ¿No te molesta que me ponga así? – para hacerlo más extraño, la rubia se apoyó en el pecho del americano el cual no opuso resistencia y este solo la abrazó pegándola más a él, sin importarles que estuvieran solo en traje de baño.

- ¿Quién ganó al final Sasago?

- Te daré la victoria en la competencia, pero con una condición.

- ¿Qué condición?

- Que me llames por mi nombre y yo te llame por tu nombre.

- Adelante, no tengo ningún problema.

- Entonces sigamos así Mike-kun.

- ¿Mike? – la rubia asintió – bueno, no me molesta en sí, pero solo si me dejes llamarte Jenny.

- Está bien – ambos siguieron así por un buen rato sabiendo que su relación llegaba a otro nivel.

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Continuará…