Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
No entendía la razón por la cual tan fácilmente había echado de cabeza a Michael, Gregor se enderezó al escucharlo nombrar a su novio, él había defendido mucho a Michael, apoyaba a Scorpius y su relación más que nadie en ese lugar, el rubio desconocía la razón, cuando lo conoció al entrar a Azkaban, nunca pensó que fuese de la clase de personas que respetan relaciones y preferencias, después de hacerse amigos, a veces, solía pasar por alto la información que tenía de él. Podía ser muy amable, tierno, si pudiese llamarlo de una forma, pero al verlo en ese momento, recuperando todo su esplendor, si bien era grueso y alto, debajo de esas capas de grasa, había músculo y fuerza bruta, descomunal, era por eso que James lo tenía como matón principal, no había quien pudiese deshacerse de él a la buena.
—Lo estás lanzando a los lobos –Le recordó Gregor.
—Lo sé, pero es la verdad ¿o prefieres torturarme durante horas? Terminaré diciéndote lo mismo, es solo que le quiero saltar la parte dolorosa.
—No es a lo que se refiere –comentó James.
—Quiere decir que no le soy leal a mi novio, lo comprendo, deidad, pero prefiero poner mi lealtad en ti –respondió sincero.
El castaño le dedicó una mirada intensa, posiblemente los demás pensarían que el jefe le gustaba tener la lealtad de sus hombres, sin embargo, Scorpius, sabía claramente que lo que en realidad estaba queriendo hacerle era follarlo con rudeza.
—Ahora tenemos a alguien que tiene que defenderse de acusaciones –argumentó James, llevándose la mano a la cara, apretando su tabique nasal, bastante fastidiado.
—Puedo hacerme cargo, si quieres –comentó Alex.
—Solo ve por él, y de paso a Peter –completó.
—Bien.
Alexander salió del lugar, los dos hombres se alejaron un poco a discutir un par de cosas en lo que regresaban con los otros dos hombres, para unirse a aquella interrogación, el corazón del rubio se aceleró un poco, iba a tener que ver a Michael a la cara, cuando tuviese que repetir su acusación a la cara de su novio, Sin duda ser un soplón no era lo suyo, podría haber negado todo, pero no quería que esa mentira se interpusiera con James, ya de por sí tener que soportar el hecho de que Kaplan lo tuviese entre sus manos, no podía con la ansiedad, de que cuando se sintiera derrotado, porque claramente el castaño terminaría eligiéndolo a él, le dijera que lo había reclutado, y que había sido una rata, casi desde el minuto uno de que entró en Azkaban.
La puerta se abrió, la mirada de todos se posó en los tres hombres recién llegados, Michael soltó el aire contenido una vez que vio a su novio, fue hasta él y se ocultó todo lo que pudo contra su cuerpo, provocando el mal humor en James Sirius.
—¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres? –gruñó Peter.
—Bueno, este hombre –señaló al hincado frente a él –me ha dado una información que los involucra, de cierta manera a ti –señaló a Peter –no te han nombrado directamente pero sí a este… rarito.
Scorpius sintió a Michael tensarse cuando James le dedicó una mirada fría, de cierto modo, podría ser llena de desprecio.
—No sé de lo que ese mentiroso me acusa –soltó Michael, desesperado, pero intentando ocultarlo.
—Oh, no, mi rarito amigo, no es él quien te acusa de nada.
—¿Entonces por qué estoy aquí si no me acusa de nada? ¿Quién ha sido el mentiroso que ha dicho difamaciones de mi nombre?
—Justamente –sonrío James, de forma maquiavélica –ha sido el hombre al que tanto te aferras.
Lo soltó un poco, así que el rubio pudo saber con ese simple gesto, que Michael sabía perfectamente de qué había sido acusado exactamente, tragó saliva.
—Entonces –James avanzó hasta él –tengo que suponer por tú comportamiento no verbal, que me ha dicho la verdad.
—Deidad, por favor, déjeme explicarle –suplicó.
—No hay nada que puedas explicar, una traición es una traición.
—Entonces, ¿qué demonios hago yo aquí? –Interrogó Peter.
—Vamos, los dos sabemos que este tipo no tiene las neuronas suficientes para idear algo tan elaborado –se burló –tiene que ser la marioneta de alguien.
—¿Y sospechas más de mí, que de él rarito con el que se acostaba? –Los dos observaron a Scorpius.
—Voy a encargarme de él, personalmente, pero te quería aquí, para ver tu reacción.
—Podría decirte que fui yo quien lo hizo y lo planeo, pero los dos sabemos que esos planes son de niños de preescolar, realmente no sería mi plan, si quisiera manipularte, vendría directamente, no mandaría a alguien más, porque, así como éste lo ha hecho, podría traicionarme a mí.
—Es cierto –fingió suspirar abatido –Gregor –habló James –serás el encargado de sacar la información de este tipo.
—No, deidad, por favor, les diré todo, pero que no me haga daño.
—Oh, tu noviecito ya uso ese comodín, así que Gregor sabe, que sin importar qué tan rápido hables, él tiene que hacer un trabajo lento –sonrió encantado –en cuanto a ti, mis disculpas, Peter, pide lo que quieras.
—Deja que un par de mis hombres se unan a Gregor, creo que recuerdas que aquí, esta nena –observó a Scorpius –interrumpió la bienvenida que querían darle mis hombres.
—Oh, es verdad, olvidé ese detalle –se burló –supongo que Gregor puede turnarse en la tortura con tus hombres –aceptó.
—Bien, iré por ellos.
—En cuanto a ti, Alex se divertirá hoy un rato contigo, y que no se repita, o vienes a mí, con los rumores, o terminarás peor que vomitó ¿quedó claro?
—Sí, sí, deidad, no volverá a ocurrir, lo juro.
James caminó hasta la puerta, con una actitud despreocupada, se detuvo y observó sobre su hombro al rubio.
—Tú también serás castigado –le recordó –no hay nada mejor que la disciplina para que estos asuntos no se repitan, vamos.
El rubio dudo un momento, sabía a qué se refería, sin duda involucraba sexo salvaje, y ser castigado y disciplinado por James, sin duda lo prendía demasiado, pero tenía que fingir que no era así.
Avanzaron hasta el cuarto donde habían tenido su primer encuentro mutuo, le ordenó que entrara, él tenía que ir por un par de cosas antes de unirse le, así que obedeció por completo, sin duda el castaño era un sádico depravado.
La puerta se abrió después de quince minutos, su rostro se estrelló contra la barda, de forma ruda, pero no violenta, sintió la proximidad de las caderas del hombre contra su trasero, sin duda estaba duro, ante la expectativa de lo que estaba por venir.
—Así que tu maldita mascota planeaba derrocarme, y jamás lo mencionaste mientras te follaba –gruñó.
—Yo nunca tomé en serio sus palabras.
—Solo su trasero, ¿no es cierto? –Lo empujó más, restregándose contra su trasero.
—Sino te conociera, pensaría que estás celoso –gimió.
—Ah, no me conoces realmente nada.
Scorpius observó sobre su hombro un poco, cuando el castaño se alejó por completo, la puerta se abrió justo cuando James se sentó sobre una banca, la cara de desagrado del rubio provocó una sonrisa en el jefe, que dirigió su mirada en el moreno que entró.
—Me dijeron que me mandaste llamar –informó Alper Kaplan, en un tono aburrido.
—Así es –Sonrió aún más el castaño –supongo que ambos saben por qué están aquí, ¿no es así?
—Yo sé por qué estoy aquí –soltó enfadado Scorpius –pero no sé qué hace este imbécil aquí –gruñó.
—Lo cierto es que no tengo la menor idea –se cruzó de brazos Kaplan.
—Oh, pensé que ambos saben que hay una vacante para un tercer hombre de mi confianza.
Los dos hombres se observaron mutuamente, con el ceño fruncido y con la rivalidad brotando de sus miradas, ocasionando un placer malvado en el castaño, que chasqueó la lengua para llamar la atención de los varones.
—Y supongo que saben que no es por lo único que han de competir.
Se recargó, llevando una de sus manos a su miembro y hacer más obvia el bulto que les indicaba la erección, que Scorpius había ocasionado antes de que el intruso llegara a interrumpir.
—James –pidió Kaplan.
—Él nos vio –le recordó –y supongo que tú mal humor se debe a qué sospechas que me lo follé también.
La cara de molestia de Alper, confirmó el comentario de James, provocó una sonrisa triunfante en Scorpius.
—Y supongo que los dos iban a ponerme un ultimátum, sobre que tenía que elegir entre uno y otro, para follar, ¿o me equivoco?
—No –respondieron a unísono, provocando una sonrisa más amplia en James.
—Bien, tendrán que competir, para ver quién es mejor –elevó una ceja.
Como si lo hubiesen planeado y ensayado por mucho tiempo, Alper y Scorpius avanzaron hasta el castaño, dispuestos por completo a dar lo mejor de sí mismos.
—¿Se supone que hacen? –Cuestionó James.
—Supongo que vas a elegir a quien mejor te la chupe, y te deje más satisfecho, ¿no es así? –Se burló Scorpius, sintiéndose ya el vencedor.
—Mmm –hizo un mohín que daba a entender que más o menos de eso iba –no.
Sonrió divertido al ver la cara de los otros dos hombres cuando negó de lo que iba aquello.
—Sí van a chupar algo, pero será entre ustedes –se burló –y claro que van a follar, pero será entre ustedes.
—Pero James…
—Pero nada –acalló las quejas de Alper –es muy fácil, o lo hacen, y hay un vencedor o no lo hacen, y buscaré alguien más para saciarme –dijo como si nada.
—¿Vas a metérsela a otro que pueda ir por ahí diciendo que follas hombres ahora? –lo cuestionó Alper.
—Bien –dio una palmada en sus muslos y se puso de pie –terminamos.
—No –dieron un paso hasta él para detenerlo.
—Entonces, elijan quien follara a quien, por qué –sonrió burlón –ambos son activos, cuando no están conmigo, al menos eso dicen y piensan –se burló –así que… ¿Quién será quién?
—Puede ser… versátil –sugirió Scorpius.
—No –se negó James –pero bueno, lo descubriremos sobre la marcha –ordenó –comiencen.
Alper fue el primero en tomar la iniciativa de aquello, por su lenguaje corporal, se notaba que ninguno estaba cómodo con aquello, el beso carecía de entusiasmo, sus caderas se restregaban con fingido entusiasmo, mientras las manos acariciaban el cuerpo opuesto, pero sin duda el que más intentaba sobrellevar eso mucho mejor era el turco, que, aunque se notaba que le repugnaba aquello, sin duda quería demostrarle a James que era la mejor opción.
Desnudo a Scorpius de forma rápida, mientras que el rubio se tomó un poco de tiempo para despojarlo de sus prendas, evitando volver a besar sus labios de nuevo, le parecía repugnante.
—Esto es aburrido, y si salgo por esa puerta, no hay vuelta atrás para ninguno ¿queda claro?
El beso se volvió más pasional, ambos apretaron los párpados para intentar pensar en otra persona, algo que fuese más llamativo para ellos, James entrecerró los ojos, Alper sin duda manejaba la situación mejor que el rubio, acariciándolo de forma firme, fingiendo muy bien que el cuerpo de Scorpius lo excitaba, sus ojos se encontraron, haciendo que el castaño sonriera de lado, el moreno estaba pensando en él, por eso lo había observado, cerró los ojos cuando las manos de Scorpius acariciaron su cuerpo, ya con la cara de Sirius en su mente, aquello era más tolerable, el movimiento de caderas llamó la atención del único espectador, el rubio no había podido lograr tener una erección, antes de que irrumpiera el otro varón, había sido consciente que su cercanía les había provocado una a ambos.
James estiró las piernas, aquello estaba siendo patético, incluso cuando pasaron de caricias y roces a la felación, varias posturas y un intento de hacer un 69 que no duró mucho, ni siquiera ayudó que Alper comenzara a tocar el trasero de Scorpius, comenzando a prepararlo para follarlo.
Scorpius relajó el cuerpo por completo, así que Kaplan abrió los ojos para saber la razón, James estaba de pie, detrás del rubio, lo sujetó un momento de las caderas, pegando su erección al trasero del chico y besando su nuca, la reacción fue de inmediata, su miembro dio un pequeño salto, indicando el inicio de su erección.
Alper hizo un poco de lado al rubio y unió sus labios a los de James, con tanto ímpetu que hizo reír al castaño, sin duda aquello les estaba costando demasiado antes de que él entrara en acción, James no soltó una carcajada cuando deliberadamente Kaplan hizo a un lado al rubio para pegarse a su cuerpo con desesperación, ansioso por contacto, porque lo follara con tanta fuerza como era capaz; estiró la mano para sujetar a Scorpius del cuello y atraerlo a él, separó un poco su rostro del otro, por un momento pensó que los besaría a ambos a la vez, pero no fue así, los hizo hacerlo entre ellos.
—Estoy a nada de salir por esa puerta –rumio en voz baja –yo no voy a follarlos, y esta es la única ayuda que tendrán de mí, o hacen que esto valga la pena, o se olvidan de que alguna vez si quiera, vuelva a follarlos.
Los empujo alejándolos de su cuerpo y volvió a su lugar, aquella amenaza funcionó más de lo que James realmente pensó que lo haría, no le tomó mucho a Kaplan empujarse en el interior de Scorpius, provocando un gemido de verdadero placer, haciéndolo moverse también, las embestidas del varón eran rudas; el moreno desvió la vista del rubio debajo de él, para enfocarse en el único hombre que le importaba, pero la mirada de James estaba completamente fija en el rubio, su respiración era pesada, y su expresión al ver las caras que hacía Malfoy al momento de sentirlo arremetiendo contra él, fue suficientemente para él, saber que aquello no era una competencia para saber quién sería su nuevo amante, era un castigo para Scorpius, desconocía el porqué, pero ya había decidido a quien quería en su cama para liberarlo del estrés sexual.
Sus miradas azules se encontraron una vez que llevó a Scorpius al orgasmo, y tenía que aceptar que el castaño era perverso y de cierta forma, justo.
Fue hasta ellos de nueva cuenta, se colocó detrás de Alper, lo empujó para que quedara sobre el rubio, y se adentró en él, sin prepararlo, sin nada, aquella intrusión lo llevó al orgasmo inmediato, y es que realmente tener a James dentro de él era algo maravilloso, lo sujetó de las caderas y comenzó a embestirlo de aquella forma gloriosa que solo James podía.
Para disgusto del moreno, lo hizo un poco de lado, para poder besar a Malfoy, al menos, a quien penetraba y golpeaba con fuerza era a él y no al rubio, Kaplan gimió una vez que el castaño golpeó su próstata con fuerza, orillándolo a un nuevo orgasmo.
Abandonó su interior y al mismo tiempo, él salió del de Scorpius, que observó al castaño quitarse el condón que había usado con Kaplan, y sin pedir permiso —que no es como si lo necesitara—, penetró a Scorpius sin más, sin colocarse un nuevo preservativo; el rubio arqueó la espalda, complacido por completo, por fin podía dejar de fingir que aquello le gustaba, por mucho que pretendiera que el hombre turco era James, su mala técnica y su miembro distaban de todo lo que el hombre que ahora lo estaba poseyendo era.
Lo jaló hasta él y lo besó, pero éste se separó rechazando el gesto, mientras bombeaba más rápido en él, haciéndolo explotar en un intenso orgasmo, para después alcanzarlo y terminar dentro del chico.
—He tenido que involucrarme –farfullo –ninguno parecía saber lo que se hace –avanzó hasta su ropa y se vistió –sigo disfrutando más ver a dos mujeres que a ustedes dos.
