Terry y Candy se casan, tratare de terminar todas mis historias especialmente esa para las que me siguen pueden buscarme en Wattpad.
Corazon salvaje segunda parte del libro Titulada Candy (Mónica)…
Disclaimer: Los personajes de Candy no me pertenece sino a Kioko Mishuki y Yumiko Igarashi y la historia Corazón Salvaje le pertenece a
la escritora mexicana Caridad Bravo Adams. Este fic es hecho con fines recreativos no pretendo buscar ningún tipo de remuneración o reconocimiento, simplemente lo comparto con ustedes porque realmente me gusta la historia y los personajes de Candy.
¡Holaaaa meus amores! Reportándome de nuevo, no tengo mucho tiempo, desde que empezaron mis clases, No me maten por favor.
La historia tendrá tres partes como la trilogía original, "Eliza (Aimé) y Terry (Juan)", " Candy" (Viene siendo el libro de Mónica), Candy
(Mónica) y Terry (Juan) y la última el desenlace y final (Viene siendo el libro de Juan del Diablo versión Terry Pirata)
Realmente espero que sea de su agrado. Ya sin más que añadir, los dejo con la lectura. Disfruten la segunda parte del libro.
Segunda Parte
Capitulo Nueve
Candy (Mónica) y Terry (Juan)
_ ¿Estás loco patrón?
_ Con esfuerzo ha escapado Segundo de aquellas manos como garfios que desgarran su vieja blusa. Ha retrocedido hasta dar con el tope de la borda, y desde allí halla de nuevo valor para hablar al hombretón que parece dispuesto a despedazarlo:
—No se ponga de esa manera, patrón. Yo no estoy ofendiendo a nadie, ni pensando todas ésas cosas. Sólo quería decirle que esa señora... su señora, está enferma... Que usted la metió en la goleta casi arrastrándola, y que uno es hombre, ¡qué demonios!, y cuando ve una mujer en esa forma, tratada como usted la trata...
—¿Qué? ¿Qué? —se enfurece Terry—. ¿Quieres llegar a tierra a nado? ¿Quieres que te eche de cabeza al canal?
_Quiero que la trate mejor patrón si es su esposa.
—La trato como me da la gana. Hago lo que quiero, en la tierra y en el mar, y tú haces lo que voy a mandarte: Que enfilen para llegar al fuerte, llega a Grand Bourg y busca el mejor médico que haya... ¡El mejor que encuentres! Y tráelo, ¿sabes? Tráelo, pida lo que pida para llegar hasta este barco... ¡Anda!
_ El Luzbel avanza ya muy cerca de la costa fértil y plana, de María Galante. Sobre la costa se divisan los muros blancos de los cuarteles, las piedras negras de la vieja fortaleza, las alas chimeneas humeantes de las fábricas de azúcar y los rojos techos planos de la pequeña ciudad de Grand Bourg, capital de la pequeña isla francesa...
_ Un hombre alto, delgado, de piel cetrina y cabellos muy blancos, ceremoniosamente vestido de negro, está en la cabina del Luzbel, junto a la litera de desnudas tablas donde, aturdida por la fiebre, hundida aún en la inconsciencia, desmadejado el cuerpo y ausente el alma, parece que Candy Andrew agonizara- .El médico se ha inclinado para auscultarla, para examinarla con gesto grave: luego, se aparta un paso y queda mirándola. La mirada del médico recorre después la estancia y hace una seña al hombre que le sigue hasta la puerta para quedar frente a él, cruzados los brazos, con la barba crecida, las ropas en desorden, más rudos y salvaje de lo que pareció jamás...
—No conozco un lugar menos apropiado para una enfermera —asegura el doctor—. Aquí falta hasta lo más necesario, y perdóneme que le hable con esta franqueza, pero necesito salvar mi responsabilidad...
_ ¿Qué quiere decirme que no va atenderla?
—Quiero decirle que haré lo posible, pero que sería preferible que tratásemos de desembarcarla. En otro lugar o ciudad tenemos un buen hospital... Podrían dejarla en él si es que tienen que seguir viaje.
—No voy a dejarla en ninguna parte. Tendrá usted el bote listo para traerle y llevarle siempre que quiera, y le pagaré lo que me pida por sus servicios...
—El patrón lo tiene usted delante, y estoy esperando que me diga qué tiene y cómo la encuentra. El muchacho que ha estado cuidándola supone que es un mal contagioso que adquirió atendiendo enfermos de una epidemia que se desarrolló por allá abajo en Lakewood...
—Ya... Vienen ustedes de la Martinica... Allá son frecuentes esas epidemias... Muy bien puede tratarse de una fiebre infecciosa, efectivamente, sobre todo si ha estado en contacto con enfermos de esa clase. Pero, sea lo que sea, su mal está agravado por un terrible estado de ánimo. Si he de hablarle claro, le diré que su esposa se encuentra bajo un verdadero ataque de terror... Sin el antecedente de ese posible contagio, diría qué se trataba de una fiebre cerebral. De cualquier modo, lo que sea está agravado por el terror, por el espanto, por el impacto indiscutible de un gravísimo golpe moral...
—Muy delicada la señora, ¿verdad? —comenta Terry con un dejo de ironía.
—Opino, por el contrario, que muy valerosa y resistente — refuta el doctor con gesto grave—. ¿Estaba ya enferma cuando emprendieron este viaje? Si es así, fue una verdadera locura embarcarla. La verdad es que yo no comprendo...
—Insisto en que debe usted desembarcarla.
_ ¿Y si no se me fuera posible?
—Haríamos aquí lo que buenamente pudiésemos... Perolo primero que necesita una enferma es una cama, una cama con colchones y sábanas... ¿Cuánto tiempo hace que están ustedes casados
_Importa mucho eso, para determinar la enfermedad de mi esposa.
_En seguida voy a recetar ¿Su señora se llama?
_Candy de Andrew.
—No es la primera vez que oigo ese nombre. Si no
recuerdo mal, una de las primeras familias de la Martinica.
_ No me engañé al mirar a su esposa... Se trata de una verdadera dama y... —Ha vuelto a callar, frente a aquellos ojos que relampaguean. Ha buscado, con mano insegura, lápiz y recetario, y aconseja—: Que traigan esto cuanto antes. ¿Su nombre de usted es...?
_ ¿Con el de ella no basta?
—Supongo que sí. Perdóneme si le parezco indiscreto... Un médico tiene a veces la necesidad de asomarse un poco a las almas de los que pretende curar...
Desde la puerta, la mirada del médico recorre por tercera vez la desolada estancia, se detiene con franca compasión en la enferma, y se clava luego, curiosa y sagaz, en el tostado rostro de Terry, para observarlo mientras deja caer cada palabra:
—La señora Andrew del Diablo, está muy grave... Tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir... Para que estas pocas no se anulen, necesita cuidados y consideraciones excepcionales... Aun teniéndolos, será muy difícil salvarla...
_ Ya estoy en ello... Pero lo posible, es poco en realidad.
Ha vuelto a entrar en la cabina... Terry queda afuera, inmóvil, con los brazos cruzados. Junto al lecho, los ojos del médico ven la pequeña figura del muchachuelo, que fija en el rostro de Candy los grandes ojos llenos de lágrimas...
Muy pálida, endurecido con un gesto severo el blanco rostro, Rosemary, ha aparecido entre las cortinas de encaje, y su sola presencia estremece a Eliza. Hay toda una acusación en aquellos labios apretados, en aquellos ojos claros y brillantes, que resbalan sobre la esposa del hijo único, como en un penetrante reproche sin palabras. Tras ella, como una sombra infausta, la cobriza figura de Flanmy en cuyas manos pone la dama el chai que cubriera sus hombros, mientras le da una orden sin mirarla:
—Déjanos solas y cierra la puerta. Cuida de que no llegue a interrumpimos nadie.
Ha esperado ver cerrarse la puerta detrás de la doncella, para acercarse más a la linda muchacha que tiembla a pesar suyo.
_ ¿Sabes de dónde vengo Eliza?
_Por el momento me quedare a su lado.
_No Doña Rosemary, no tengo el don de adivinar.
—No es necesario tanto. Te bastaría con que escucharas la voz de tu conciencia, si es que hay algo en ti que conciencia pueda llamarse.
—¡Doña Rosemary...! —protesta Eliza, alarmada; pero su suegra la ataja con firmeza.
—Vengo de seguir en vano las huellas de ese bárbaro, en cuyas manos no vacilaste en poner a tu hermana inocente, pagando por ti, sacrificándose por tu infamia, aceptándolo todo para salvarte, hundiendo su vida para salvar la tuya...
—¿Por qué dice eso? ¿De dónde lo saca? Le aseguro que no entiendo...
—Entiendes demasiado. Yo soy la que casi no puedo comprender, la que cara a cara miro tu rostro de ángel y me pregunto cómo puede esconder una máscara así tanto cinismo, tanta hipocresía, tanta maldad... ¡Y tú eres la esposa de mi hijo, tú eres la víbora a quien permití que se atase para siempre la vida de mi Renato! ¡Tú... tú...! YO he sabido demasiado tarde...
—¿El qué ha sabido? ¡No es posible que ni usted ni nadie sepa nada!
—¿Ni el notario Albert que ha sido como un padre? ¡Ah, cambias de color! Pues bien, si, he hablado con Albert, le he obligado a decirme cuanto sabe, he atado los cabos necesarios...
_ ¿Pero están locos todos? _ Pretende defenderse Eliza, con angustia.
—Ciegos hemos estado. Ahora, por desagrada, se ha hecho para mí la luz, aunque ya demasiado tarde. Ahora comprendo la actitud de tu hermana, la desesperación de tu madre, la insolencia de ese maldito que ha osado seguirte hasta aquí, hasta la propia casa de Anthony. No puedes negarlo... ¡TÚ, y sólo tú, eres la amante de Terry, del Diablo!
_Si señora ella es la amante de Terry del diablo, lo supe siempre, Sandra la chica que crio Terry del diablo fue la primera quien la descubrió, de ahí Candy, de ahí su madre, siempre se escapaba para acostarse con él, como una mujerzuela antes del matrimonio, usted no llego virgen al matrimonio y aquí está la prueba, el pañuelo de Sangre. Y la hierva anticonceptiva que usted consumía cuando se acostaba con él.
_Maldita mujerzuela, le dijo Rosemary dándole casi una bofada a Eliza.
_A mi nadie me golpea señora, le dijo defendiéndose, deteniendo la bofedal, y para que lo sepa Terry es mil veces mejor hombre que Anthony, que piensa que estaba enamorada de su hijo, yo solo me case con el para apoderarme de la fortuna, quiero ser la reina de esta tierra, la dueña de las tierras Grandchester, pero nunca deje de amar a Terry, lo voy amar hasta el final, además el también es hijo de Don Richard Grandchester. Ya lo sabe la verdad señora.
_Maldita mujerzuela, manchaste el nombre de mi familia.
Como si la escupiese, como si la abofetease, han salido las palabras de labios de Rosemary, y a su terrible impacto se doblan rodillas de Eliza, se extienden sus manos y una congoja sin igual le sube a la garganta... De pronto, haciendo un supremo esfuerzo, se yergue vibrante, como la víbora acorralada que se levanta para atacar. Ha alzado la cabeza viendo brillar una nueva esperanza, un resquicio por donde escapar, una posibilidad a qué agarrarse...
_ ¿Qué puede saber Albert? Y esta loca de Flanmy, ¿Qué puede haberte dicho? Si yo te lo digo todo.
Tu actitud y la de ese canalla, ¿crees que no bastan? La forma en que te acercaste a él... la forma en que le hablaste. Te trató corno a una cualquiera...
_ Me trató mal, pero por culpa de mi hermana. Yo luchaba por defenderla a ella, quería convencerlo de que se marchara. Anthony fue el culpable... que cínica soy no, si fui su amante y ¿Qué?
—jCaIla! No manches el nombre de mi hijo; bastante lo has manchado ya. A los pies de Albert se desmayó tu madre, espantada, temblando, al suponer, con razón, que mi Anthony iba a matarte. Y aun me habló más, aun me contó más. Sé que estuviste a verlo antes de casarte, que estuviste en su casa preguntándole por ese hombre, por ese maldito Terry, del Diablo que es pesadilla de mi vida desde el día aciago en que nació. Y tenía que ser él... él, tenía que ser con él. y por él, que traicionaras a mi Anthony, ¿Confiesas... confiesas... lo declaras?
No confieso nada ni declaro nada —niega Eliza- ya lo sabe todo rehaciéndose de su turbación—. ¿Para qué quiere obligarme a hablar más? ¿Para ir a decirle a Anthony...?
—¿A Anthony? No, demasiado sabes que no he de decírselo. No finjas que estás bien segura de que no voy a delatarte... ¿O es que quieres que te prometa la complicidad de mi silencio?
_Anthony me matará... Y no seré yo sola a pagar un momento de debilidad y de locura, cuando aún no era su esposa... No seré yo sola a pagarlo... Lo pagaría también el hijo de Anthony, al inocente criatura que llevo en las entrañas... estoy embarazada.
—¿Qué? ¿Cómo? —se sobresalta Rosemary, sumida en una completa turbación.
—¡Que es carne de mi carne y que es también la sangre de Anthony! Por él he callado, por él me he defendido, por él he aceptado el sacrificio de mi hermana, y ella quiso hacerlo, quiso sacrificarse por amor a Anthony...
_Me hubiera encantado que ella fuera la esposa de mi hijo, siempre la quise como una hija, en cambio tu eres una semilla mala desde niña.
_Siempre he sido así señora, amo a Terry del diablo, lo amare siempre.
Rosemary, ha retrocedido queriendo rechazar aquellas palabras pérfidas y venenosas, comprendiendo a medias, a la vez sorprendida y espantada; mientras viendo que gana terreno, Eliza se alza para correr a ella, jugándoselo todo en un golpe de audacia:
Pero no puedo más... no soporto más... Voy a decírselo todo a Anthony, voy a confesarle la horrible verdad, voy a que me mate de una vez, ¡a que termine; juntos mi vida- y la del hijo que...! él es ser más horrible que he visto, lo odio, porque no lo quiero.
—¡Quieta! —la detiene Rosemary, en tono imperioso—. ¡No abras esa puerta... no des un solo paso! No seguirás haciendo cuanto se te antoje, no seguirás hiriendo y destrozando a cuantos tienen la desgracia de estar a tu lado... ¡No convertirás a mi hijo en homicida, acabando de destrozarle y deshonrarle! ¿Piensas que no le has hecho ya bastante daño? ¿crees que no tengo ya motivos de sobra para maldecirte
—¡Pagaré con mi vida y nadie tendrá que maldecirme! Por eso voy a llevársela a Anthony.. Que disponga de ella, que apriete de una vez esta garganta... ¿Por qué no dejó usted que me matara?
—Porque no eres tú quien ha de juzgar el castigo que merece tu falta, sino yo que es a quien más has ofendido... yo, que te di mi hijo dichoso, feliz, lleno de ilusiones: yo, que creía, entregándotelo, velar por su felicidad, mientras tú le llenabas de fango; yo, que ahora te ordeno que calles... ¡Que calles, como callarán todos!
_No – protesta Eliza hipócritamente.
—¡Si! Bien sé que la mitad de tus palabras son falsas; sé que, a pesar de tu desplante, no has de buscar la muerte. Quien ha sido capaz de callar frente a lo que tú has callado, tiene que ser demasiado egoísta para dejarse matar... Bueno, iba a obligarte a salir de esta casa, a hacer que huyeras, que te alejaras sin que mi hijo pudiera verte ni alcanzarte. Entré dispuesta a proteger tu vida, no por ti, que no la mereces, sino por él, que es lo único que me importa ya en la tierra... Pero ahora no voy a dejarte marchar, ahora te quedarás... Hace unas horas, si yo no hubiera entrado en la alcoba de ustedes, acaso habrías pagado ya tu deuda. Te salvé una vez y te salvaré definitivamente; pero vas a decir lo que yo te ordene, vas a hacer lo que yo te mande. ¡Te condeno a vivir, te condeno a callar, te condeno a expiar tu pecado, siendo para mi hijo no una esposa, sino una esclava!
Repentinamente, se dejan oír en la puerta unos golpes apremiantes, y es la voz de Renato la que llama:
_Mamá ... Mamá ábreme en seguida, ¡Ábreme!
—Algo nuevo ha pasado —señala Rosemary—. Pero no tiembles, prometí defenderte y yo sé cumplir mi palabra, Eliza.
-Mamá es que no me oyes, - Vuelves a llamar Anthony – No salgas a menos que te llame yo Eliza. Anda
Rosemary la ha visto obedecer, llevándose luego las manos al pecho, ahí donde el corazón late sobresaltado. Ella también tiembla, también está pálida, pero ha tomado una resolución heroica, ha decidido en un instante su actitud y su conducta futuras, y mientras va a franquear la puerta, algo parecido a una oración se eleva de su alma... una oración para el hombre que la llama impaciente.
_ ¿Qué ocurría? Temí tener que echar la puerta abajo. - Con mirada de franca desconfianza, Anthony Grandchester, ha recorrido la ancha estancia que es alcoba de su madre. Busca, con rabiosa impaciencia, le grácil figura de Eliza, de Andrew, resbala la mirada sobre la puerta cerrada que da al cuarto tocador de doña Rosemary, y la vuelve a su madre, interrogadora y ardiente:
- ¿Dónde estás? ¿Dónde se ha escondido? ¿Por qué no me habría?
—Porque me hallaba en el otro cuarto. No había escuchado que tocaras... Te ruego que te calmes... Estás fuera de ti... Es indigna la actitud que has tomado... Sé bien que eres un hombre, dueño y señor de todos tus actos, pero como madre tengo todavía algunos derechos, y no creo que pretendas negármelos...
—No se trata de eso. ¿Dónde está Eliza? Antes la libraste de mis manos, pero ahora no podrás... Ahora tendrá que responder satisfactoriamente, o su traición quedar probada. Y si tengo la verdad en la mano, si me ha traicionado, si me ha engañado...
—¡Basta! No tienes ninguna evidencia, puesto que aun hablas de ese modo. La verás cuando tú y yo hayamos hablado. Te exijo que te calmes, Anthony, ¿Qué es lo que te pasa?
—Han hallado al segundo caballo cerca de la playa, en la costa del segundo valle. Muerto de fatiga, bañado en sudor, arañado por las zarzas, casi reventad tras la carrera inhumana que fue obligado a dar...
_ Bueno —acepta Rosemary con falsa serenidad—. Si Terry del Diablo salió de aquí llevándose dos caballos, es lógico que sean los que aparezcan tarde o temprano...
—Lo encontraron muy cerca del lugar, en que alguien, a toda prisa, había improvisado un pequeño muelle de tablas, para dar acceso seguramente a un bote... Eso quiere decir que Terry, lo tenía preparado todo para una fuga, para un escape. Los mejores caballos den la casa escondidos en la maleza, el barco a dos horas de aquí, el muelle preparado para que él pudiera llevar cómodamente una dama. Salida franca para una fuga.
—O para un viaje de novios. ¡Quién sabe! —intenta Rosemary. restar importancia. No hay tal viaje de novios, pues Terry, no sabía que yo iba a obligarlo a casarse con Candy. Terry, lo tenía todo dispuesto para llevarse a la otra, a la que de veras amaba, a la que de verdad era su amante...
_ ¡NO es suficiente lo que has visto, para estar seguro de eso, Anthony! —rechaza Rosemary, con enérgica determinación —. ¡No puedes tener la certeza...!
—No, no la tengo, madre —vacila Anthony—. Pero esto es casi la certeza. Por eso busco a Eliza, y te ruego que me dejes con ella, que no intervengas. ¡Esta vez, tendrá que decirme la verdad... toda la verdad!
—Óyeme, Anthony, es de urgencia lo que he de decirte: Me consta, estoy segura de que tu mujer no te ha engañado. He estado horas junto a ella; la he acosado, la he enloquecido, la he obligado a hablar con absoluta sinceridad. Me lo ha contado todo...
_El que ha costado.
Toda esta historia... Me la ha contado llorando, me la ha contado desesperada, y a mí no me ha mentido. No tenía por qué mentirme. Tú la has humillado, la has ofendido profundamente con tu violencia, con tus malos tratos...
_ NO he hecho sino querer saber algo a lo que tengo perfecto derecho! Has traspasado los límites, los procedimientos que un hombre decente debe emplear. Ahora mismo, ¿cuánto llevas bebido?
—¡No estoy borracho! Si ella te ha dicho... Pero, ¿es que no comprendes? He estado loco, desesperado; he buscado algo que me ayude a contenerme, a no herir como ciego, a no matar. ¡Que cuánto he bebido...! ¿Qué importa cuánto he bebido? Ni una sola gota de ese alcohol está en mi cerebro. Nada ha logrado calmarme; todo se lo ha tragado esta angustia, esta desesperación, esta rabia, este anhelo furioso de encontrar la verdad. ¡Ella tiene que decírmela!
_ ¡Ella no te ha engañado! Como esposa, no te ha engañado. Si acaso, como hermana de Mónica de Molnar.
_ ¿Qué quieres decir eso?
_Anthony, hijo, escúchame y entiéndeme. Eliza, no te ha traicionado como esposa, ha vivido para ti y es a ti a quien ama. Está desesperada por tu desconfianza, por la forma brutal en que la tratas. Tan desesperada, que ha llegado a preferir la muerte.
- mintió Rosemary para proteger a su hijo.
_Si fuera inocente como dices, no tendría más que anhelo, fue por algo.
—No se considera inocente, porque te ocultó algo... Sí, toda esa triste historia de su hermana, sentimientos que tú ignoras y que ella no podía decorosamente participarte. Cosas íntimas, delicadas...
_ No hay nada que mi mujer no pueda decirme. Si me ama, si me hubiese amado... Te ha amado y te ama... Si confías en mí, sabrás que soy tan celosa de tu honor como tú mismo puedas serlo.
_ Te ha amado y te ama... Si confías en mí, sabrás que soy tan celosa de tu honor como tú mismo puedas serlo.
_ ¿Que? ¿Un hijo? ¿Qué? ¿Un hijo? – dijo emocionado.
Lentamente, Anthony, se ha sentado, ha echado hacia atrás la cabeza, cerrando los párpados, apretando los labios, y sobre el tumulto de su rencor, de sus celos, de su odio, de su amor frustrado, van cayendo lentas y suaves las trémulas palabras de su madre:
—Sería terrible que por la violencia de tus celos cometieras una injusticia. No te pido que lo aceptes todo, no te digo que corras a estrecharla en tus brazos, pero sí que moderes tu carácter. Ella, como esposa, no te ha engañado. Bien puede Ser que sus pecados sean veniales, y hay algo que tienes la obligación de considerar: ¡Va a darte un hijo! ¡Va a ser madre!
Rosemary se decía a si misma: Pobre mi hijo con tal de protegerlo, seria capaz de mentir lo falsa que es esa maldita mujerzuela, pobre de ti que ese hijo no sea De Anthony porque si es del maldito bastardo yo misma lo mandaría a matarlo, ni nacería.
….
Continuará…
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Respondiendo a su sección favorita.
Mia 811: Gracias hermana de mi alma por tu apoyo, no te preocupes hermana yo sé que eres Antonifan, a mí también me gusta Anthony se que no tienes experiencias con la escritura, las dos crearemos una historia hermosa con esos rubios bellos y la publicas en tu cuenta, será mi regalo por todo tu apoyo, ok bella linda bendiciones para ti hermana.
Guest 1: Gracias bellas palabras espero que me apoyes en mis demás historias.
Guest 2: Gracias bella.
Henry Rojas: Bienvenido a Corazon Salvaje bellas, palabras bello hermoso, es una excelente adaptación, gracias por animarme a escribir lindo tío, te quiero mucho.
Carolaragon; Gracias mi bella amiga Alberfan, gracias por tu apoyo ya baje quinceañera espero que te siga gustando todas mis historias, vi tu comentario en mi único Alberfic que bueno que te gusto, si me animo y sigo te escribo una historia con Albert de largo capítulos solo por ti, por ti, bueno en Wattpad me encuentras con mi mismo nombre.
Elvia Soan: Gracias bella por tu apoyo y compartir mi historia en tu grupo de corazon salvaje poco a poco se iniciará el romance de Candy Mónica y Terry Juan. Solo que me opacado mas al libro hermosa.
Blanca G: Tienes una duda, si hubo noche de bodas, no te has dado cuenta como se entregan en el barco solo que mas me opaco al libro ósea he puesto la pasión, pero ella se entrega a Terry en medio de la fiebre, ósea prácticamente se dejo llevar, pero no esta enamorada, ahora que Terry la va cuidar en su enfermedad hay recién poco a poco se enamoran y olvidara por completo al choncho de Anthony.
Mi bella amiga Blanca G: si la leíste en cuanto a la novela que escribió mi prima a los trece años conmigo leí tus comentarios en esta historia, solo que no la recuerdan, es muy fuerte, la trama trata de que ella es una profesora que enseña al hijo de Terry y Susana, ahí si él está casado con Susana, pero Susana, es alcohólica y no quiere a su hijo, lo hicimos la secuencia del anime, solo que fue retirada porque mi prima decidido no seguir en Candy mundo, nunca la terminamos si, pero yo la voy a terminar y voy a cambiar muchas cosas porque la trama es muy fuerte.
Dulce Graham: Gracias mi bella amiga por seguir esta historia, espero que también me apoyes en las otras historias
Mirian libarca cortes: Bienvenida a Courio Salvagio, es bella esta novela espero que esta historia sea de tu agrado, es la novela más bella que he visto.
SARITANIMELOVE: Gracias por tu apoyo mi bella amiga, linda hermosa, por ustedes me he quedado, linda en cuanto al maestro de sexología ha sido cambiada por Maldita Obsesión, una historia original de contenido adulto, de una hermana y un Elder que pecan en la misión y para los mormones eso es un pecado estoy segura que te encantara, lleva escenas muy fuertes.
…
Gracias a todos los que me siguen esta bella historia, chica ya bajé quinceañera, no me apoyen en está nomas, tienen que apoyarme en todas.
Para todos los que han leído enamorada de mi profesor de sexología que fue una adaptación del libro de Noel Shoan, fue cambiada por Maldita Obsesión. De un Elder y una hermana pecada de amor contenido adulto, no es adaptación, es original. Pero es muy fuerte porque cuando una mormona peca en la misión es prácticamente como un castigo para nosotros estará bien linda y estoy segura que les va gustar.
Ahora solo falta la última de este año…. Adaptación de la telenovela Blanca Vidal. … el prólogo se iniciará la próxima semana, con esa vamos 70, historias, si termino todas y me quedo aumento muchos mas
Sino la otra mitad se la paso a mi prima, así como la novela de Eleonor y Richard, adaptación de la madrastra, pero no se va llamar así lo planifique con otro nombre, la otra adaptación de caridad bravo Adams bodas de odio. Y otras historias que también escribí. Originales y cuentos de amor.
Pásense todos a Wattpad estoy con mi mismo nombre, ahí me van encontrar.
La próxima historia que voy a publicar después de esta es Cadenas de Amargura, ya se conocerán Candy y Anthony, no se la pueden perder, acabare todas.
Bendiciones
Maguie Grand.
