Terry y Candy se casan, tratare de terminar todas mis historias especialmente esa para las que me siguen pueden buscarme en Wattpad.

Corazón salvaje segunda parte del libro Titulada Candy (Mónica)…

Disclaimer: Los personajes de Candy no me pertenece sino a Kioko Mishuki y Yumiko Igarashi y la historia Corazón Salvaje le pertenece a la escritora mexicana Caridad Bravo Adams. Este fic es hecho con fines recreativos no pretendo buscar ningún tipo de remuneración o reconocimiento, simplemente lo comparto con ustedes porque realmente me gusta la historia y los personajes de Candy.

¡Holaaaa meus amores! Reportándome de nuevo, no tengo mucho tiempo, desde que empezaron mis clases, No me maten por favor.

La historia tendrá tres partes como la trilogía original, "Eliza (Aimé) y Terry (Juan)", " Candy" (Viene siendo el libro de Mónica), Candy

(Mónica) y Terry (Juan) y la última el desenlace y final (Viene siendo el libro de Juan del Diablo versión Terry Pirata)

Realmente espero que sea de su agrado. Ya sin más que añadir, los dejo con la lectura. Disfruten la segunda parte del libro.

Segunda Parte

Capitulo Diecisiete

Candy (Mónica) y Terry (Juan)

TEMBLANDOLE EL ALMA, como si no le fuese posible asimilar la horrible verdad, trémula y espantada como si escuchase el relato de una pesadilla, ha oído Candy, las palabras del pequeño Kuki, sola con él en la cubierta de la goleta abandonada...

_ ¿No puede ser? ¿no puede ser? ¿Qué ha hecho el?

—Nada, mi ama, nada. Iba con sus papeles para cobrar la carga y luego comprar una cosa que quería comprar... Pisó el portal y lo metieron adentro, y a mí me cerraron la puerta en la cara y me echaron a patadas, mi ama... Pero no me fui y oí gritar al amo: "Al que me toqué le cuesta la vida". Casi seguro que le dieron un golpe en la cabeza, por detrás, porque ya no dijo nada más, y cuando lo sacaron por la otra puerta iba como desmayado. Yo quise ir corriendo, pero un soldado me dio aquí con el arma larga... Aquí, patrona, mire...

_ No, no es una pesadilla, no es un sueño... Kuki, le ha mostrado las huellas de un golpe brutal, unas manchas de sangre sobre su camisa blanca, y las pequeñas manos negras se juntan temblando, mientras parecen pedirle auxilio los grandes e ingenuos ojos espantados:

_ ¡Hay que hacer algo, mi ama!

_ ¡Naturalmente que hay que hacer algo! ¿Dónde están los demás? Segundo, Tomas, Julián, Charlie... ¿Dónde están? ¿Dónde estaban?

_ En la taberna, mi ama. Todos tienen miedo de caer en chirona... Allí no les dan a los pobres sino calabozo y palos... Todos van a esconderse... Pero usted, usted y yo, que no tengo miedo de nada, aunque me maten...

_ ¡Pues ven conmigo!

_ ¡Adonde usted me mande! Al pie de la escala está el bote. Seguro que a usted la tienen que dejar entrar... Seguro que a usted tienen que decirle... ¡Ay patrona...!

_ ¿Qué pasa?

Han corrido juntos a la borda. Cuatro botes, cargados de soldados, llegan, desparramándose como para rodear al Luzbel... El más grande se ha detenido bajo la misma escala. No lleva, como los otros, soldados coloniales ingleses, sino marinos del guardacostas, y ondea en su popa la bandera de Francia...

_ ¡Pronto... arriba! —ordena la voz autoritaria del oficial—. Aseguren el ancla. Tomen inmediatamente posesión de la goleta... ¡Echen mano a todos los tripulantes! ¡Que no escape nadie!

_ ¡Un momento, señor oficial —Candy, ha avanzado, encendida de una ira repentina, de una violenta indignación que le arde en la sangre— ¿Qué significa esto?

_ ¡Caramba! —exclama el oficial, contemplándola con mirada sorprendida, en la que arde una espede de franca admiración— ¿Es usted la mujer de Terry del Diablo?

—¡Soy la esposa de Terry de Dios, patrón y dueño de esta goleta! Sé que le han detenido y apresado sin provocación ninguna de su parte, y ahora...

_ ¡Pongan mano en todo con cuidado, muchachos! ¡Miren si no hay en la bodega explosivos o armas! —recomienda el oficial, soslayando la protesta de Candy. Y dirigiéndose luego a ésta, le explica—: Son las precauciones de costumbre, señora. Soy responsable de la vida de mis soldados...

—¿De quién viene la orden de apresar a Terry, y apoderarse de su barco? —trata de saber Candy— ¿Qué ha hecho para...?

—Lo que ha hecho no lo sé ni me importa —la interrumpe altanero el oficial. Y dirigiéndose de nuevo a sus subalternos, ordena—: ¡Detengan a todo tripulante... amarren codo con codo al que se resista! Llévense al muchacho ése...

_ ¡Dios libre a nadie de tocar a este niño! —salta Candy, furiosa.

_ ¡Basta ya! Todo el mundo va detenido, y usted también, señora de Dios, o del Diablo, que a mí no me interesa cómo se llame.

—¡Tal vez debía interesarle por el honor de su uniforme! — rebate Candy, con la mayor dignidad.

¡Candy! Candy... mi pobre Candy...!

—¡Anthony...! —exclama Candy, en el colmo de la sorpresa. Sí, es Grandchester, el que acaba de aparecer, salvando de un salto la borda del Luzbel, corriendo hacia Candy, estrechándola entre sus brazos, y por un instante apoya ella la cabeza en aquel pecho, aceptando la protección, el cálido halago de aquella amistad inesperada... A una imperiosa seña del joven oficial, un soldado arrastra a Kuki, que mudo de asombro no acierta a gritar, pero la actitud de Candy sólo dura un instante. Rechazando los brazos de Anthony se yergue desafiadora y decidida:

—¿Qué es esto? ¿Qué significa este horror, este atropello?

_ Te suplico que te calmes, Candy. No está pasando nada, no va a pasar nada...

_ ¿Cómo que no pasa nada? ¡Este asalto al barco...! Han detenido a Terry... Debe haber una equivocación horrible... ¿Quién ha hecho esto?

_Yo confiesa_ Anthony con seriedad.

—¿Tú... tú? —se sorprende Candy llena de indignación—. ¡no puede ser! ¡Tienes que estar loco! ¿Qué han hecho de Terry? ¿Dónde está Terry?

_ Ven conmigo. Lo sabrás todo con tiempo y con calma. ¡Terry, está donde debe estar!

_No Anthony, no iré contigo hasta que me digas ¿Dónde está Terry?

_No te diré nada, solo quiero que regreses a mí, pedirte perdón por haberte rechazado y no haber aceptado a ti como esposa, me di cuenta muy tarde de la clase de mujerzuela que era tu hermana, quiero que te divorcies de Terry Del Diablo, anules ese estúpido matrimonio y te cases conmigo, tú me amaste siempre… Yo te amé a mi manera, pero te amé, por eso ahora quiero liberarte de el para que te cases conmigo.

_Yo no me casare contigo nunca, porque yo amo a mi esposo, mi esposo es el hombre de mi vida... amo a Terry del diablo.

_Mientes- dijo Anthony enfurecido del rencor.

_ ¡No miento Anthony, es la verdad, amo a mi esposo, ya no te amo a ti, tu eres mi pasado, una ilusión infantil, te quise mucho si, pero ahora ya no te amo, no tienes que librarme de Terry! ¡No tienes que meterte en mi vida! ¡No tienes que hacer nada! ¡Devuélveme a Terry, porque lo amo, amo a mi pirata y es con mi esposo el que deseo pasar el resto de mi vida! Anthony devuélveme a Terry y dime donde está el, porque lo amo y deseo ser feliz con el!

Anthony, quedo impactado con las palabras de Santa Candy, su odio contra Terry fue más fuerte, no solo por ser engañado por su esposa, sino porque perdió el amor de la única mejor amiga que lo amaba y que el no supo apreciar, pero no estaba dispuesto a poder.

….

Continuará…

….

Canción que identifica al amor de la pareja "El Pirata Terry", la santa Pecas Candy, inspirada a la canción de Juan Y Mónica. "Tu pirata soy yo" de Chayan.

Quizás somos dos locos incurables

Tal vez somos dos chispas en la oscuridad

Quizás es que en lo nuestro no quisieron

Tratar de comprender nuestra mejor verdad

Y no importa la distancia de tu puerto

Que pongan siete mares entre tú y yo

No importa soportar las tempestades

Mi faro es tu mirada y tu amor mi sol

Tu pirata soy yo

y mi mar es tu corazón

mi bandera, tu libertad

mi tesoro, poderte amar

tu pirata soy yo

tu querido ladrón de amor

en mi proa tu nombre va

tu pirata soy yo

Porque no han entendido que no hay edad,

color, razón, ni condición ni tiempo

para el amor

Eternamente, amor, navegaremos

completamente unidos, sin mirar atrás

perdidamente amándonos al viento

sin nudos en la mente y con la cara al mar

La rueda del timón abrazaremos

con rumbo a aquella estrella que te prometí

volando en un velero por la espuma

flotando entre la brisa del azul cristal

….

Bueno aquí les bajo un capítulo de corazón salvaje, la historia favorita de muchos...

Ahora contestare sus comentarios en mi sección favorita.

Mia8111: Gracias por tu apoyo incondicional. Gracias por tu apoyo en todas mis adaptaciones.

Carol Aragon: Gracias por tu apoyo incondicional mi querida amiga, espero que te siga gustando este capítulo también, si tienes razón hay mucha maldad influenciada por los celos, Anthony no está dispuesto a perder, él quiere que Terry sufra, Ya estamos en la segunda parte del libro titulada Mónica (Candy) Terry (Juan). Ahora falta el libro de Juan Del diablo /Versión Terry Pirata.

Guest: Mil Gracias por tu apoyo.

Blanca G: No te preocupes mi amada amiga, Ya Candy (Mónica) reconoce que ama a su esposo Terry (Juan) y No a Anthony (Renato), el ya perdió el amor de las pecas, ya pronto es el castigo de Eliza (Aimé) Ya bajé el primer amor, también para que la leas, gracias por tu apoyo...

Próximas historias, no se las pueden perder.

El cuarto Mandamiento: Adaptación de la telenovela mejicana La Madrastra. Como protagonistas a Eleonor, Richard, Candy y Terry.

El príncipe de Egipto: Adaptación de la telenovela chilena los Diez Mandamientos, que trata de dos hermanos egipcios Anthony y Terry, que se enamoran de una princesa egipcia en este caso Eliza, pero el odio y la ambición gana más que el amor al prójimo y como protagonistas a Candy y Terry y antagonistas A Eliza Y Anthony. Y la guerra entre Egipcios y Hebreros.

Continuaremos con las que faltan.

Bendiciones

Maggie Grand.