Terry y Candy se casan, tratare de terminar todas mis historias especialmente esa para las que me siguen pueden buscarme en Wattpad.

Corazón salvaje segunda parte del libro Titulada Candy (Mónica)…

Disclaimer: Los personajes de Candy no me pertenece sino a Kioko Mishuki y Yumiko Igarashi y la historia Corazón Salvaje le pertenece a la escritora mexicana Caridad Bravo Adams. Este fic es hecho con fines recreativos no pretendo buscar ningún tipo de remuneración o reconocimiento, simplemente lo comparto con ustedes porque realmente me gusta la historia y los personajes de Candy.

¡Holaaaa meus amores! Reportándome de nuevo, no tengo mucho tiempo, desde que empezaron mis clases, No me maten por favor.

La historia tendrá tres partes como la trilogía original, "Eliza (Aimé) y Terry (Juan)", " Candy" (Viene siendo el libro de Mónica), Candy

(Mónica) y Terry (Juan) y la última el desenlace y final (Viene siendo el libro de Juan del Diablo versión Terry Pirata)

Realmente espero que sea de su agrado. Ya sin más que añadir, los dejo con la lectura. Disfruten la segunda parte del libro.

Segunda Parte

Capitulo Diecinueve

Candy (Mónica) y Terry (Juan)

_ ¡Está bien, loemos a Terry! —apostilla Anthony, impaciente—. Una razón más para que te tranquilices. Al fin y al cabo, todo se reduce a un par de días de retraso.

_ ¿Que serán de cárcel para Terry ¿verdad?

_ Naturalmente que estará detenido, puesto que va sometido a un proceso, pero no te sofoques tanto... tampoco es la primera vez que Terry está en la cárcel. Yo mismo lo saqué de ella, y esos días de encierro que le ahorré en forma gratuita, sólo por buena voluntad, no es nada del otro mundo que ahora me los pagué.

_ ¿Lo sacaste tú de la cárcel?

—Sí. ¿Por qué te extraña tanto? Yo tuve un hermoso sentimiento hacia Terry... Lo quise desde niño, contra toda la voluntad de mi madre, contra todas las circunstancias adversas, y en aquel famoso viaje que hicimos juntos a Francia, mientras apoyado en la barandilla de la borda contemplaba la tierra que me vio nacer, alejándose hasta perderse en la distancia, no tenía más que un pensamiento: Terry. No tenía más que un deseo: volver para buscar a Terry... No tenía más que una determinación inquebrantable: hallar a Terry, al regreso para compartir con él cuanto tenía, para hacerlo realmente mi hermano...

_ ¿Eso querías Anthony?

_ Lo quería y lo procuré con toda mi alma. Si recuerdas un poco los primeros días que pasó él en Campo Real, hallarás la corroboración de mis palabras. ¡Con qué alegría, con qué ilusión, con qué puro sentimiento de justicia y de fraternidad quise entonces estrecharlo en mis brazos y darle cuanto la vida le había negado! Pero fue como darle calor a una serpiente, como acariciar con la mano desnuda a un alacrán, porque en él no había más que odio, rencor, veneno, y tuve que reconocer que tenía razón mi madre cuando tantas veces me dijo temblando por mí: "Guárdate de Terry, Anthony, de él han de venirte todos los males"...

_ ¿Todos los males? La palabra ha temblado en los labios de Candy. Acaso, por un instante, comprende a Anthony, se acerca a su corazón atormentado, y quizás también busca sorprendida, en el fondo de su propia alma, aquel sentimiento que durante años enteros la llenara, aquel sentimiento extrañamente desvanecido que es ahora un helado montón de cenizas: su amor, su loco amor por Anthony Grandchester, en cuyos labios suenan ahora las palabras destilando la hiel de una amargura antes desconocida:

—¿Piensas que Terry no me ha hecho bastante mal?

_ No creo que te haya hecho ningún mal voluntario. No creo que te odie. Tú, en cambio...

—Me odió siempre, Candy—corta tajante Anthony-. Me odió siempre, aunque yo no quisiera comprenderlo, aunque cerrara los ojos para no ver en sus pupilas el rencor, por un daño que en realidad yo no le había causado... ¡Me odia por rico, por dichoso, por mimado, por tener una madre amorosa y un hogar feliz! Me odia por bien nacido, y siempre me odiará, haga yo lo que haga.

_ Esa es la amarga verdad de la que yo no quería enterarme...

—Me odió siempre, Candy —corta tajante Anthony-. Me odió siempre, aunque yo no quisiera comprenderlo, aunque cerrara los ojos para no ver en sus pupilas el rencor, por un daño que en realidad yo no le había causado... ¡Me odia por rico, por dichoso, por mimado, por tener una madre amorosa y un hogar feliz! Me odia por bien nacido, y siempre me odiará, haga yo lo que haga.

_ Esa es la amarga verdad de la que yo no quería enterarme...

—¡Qué injusto eres con Terry ¡Qué injusto y qué ciego! Con él, todos estábamos equivocados, Anthony. Es bueno, es noble, es generoso... Don Albert tenía razón sobre él.

_ ¡Calla! Tú sí que estás ciega. ¿Qué ha podido hacer para deslumbrarte, o por qué finges y mientes como lo haces?

_ ¿Con qué sortilegio, con qué brebaje, con qué filtro ha podido robarte él alma?

_ ¿Porque no piensas que fue solo con su bondad?

—¿Bondad, Terry? No digas disparates. Si hubieras visto lo que yo he visto... ¿Cómo piensas que hice para acusarlo?

_ Yo no inventé los cargos, los hallé con sólo buscar un poco, y hay de todo en su desdichada carrera: piratería, contrabando, riñas tumultuarias, hombres heridos o golpeados... Se le acusa de jugador, de pendenciero, de borracho... En Jamaica secuestró a un niño...

_ ¿Que? – se alarma Candy, Y comprendo Kuki.

—Kukí... Luego es verdad. ¡Es uno de los cargos que no había podido probarse! Por eso quedó libre, pero las acusaciones llegaron hasta la Martinica. Se llevó un muchacho de la calaña de sus parientes, hiriendo y golpeando a cuantos quisieron impedir que se lo llevara...

_ Sus verdugos! —salta Candy, sin poderse contener—. Si hubieras escuchado a Kukí, si hubieras visto y oído de sus labios la historia desgarradora de su infancia, sabrías que Terry, no hizo esa barbaridad que tú dices, sino rescatarlo, liberarlo, y bien poco castigo dio a los miserables que lo explotaban. Si son como esa todas sus infamias, si esos son todos los crímenes de que le acusan...

—Ya veo que no le faltará la mejor abogada, la que mira el mundo a través de sus ojos.

—Y, en cambio, cerró los tuyos, los verdaderos, los ojos que me amaban. ¿Por qué se encienden tus mejillas como si el solo pensamiento te avergonzara? ¿Por qué? ¡Candy, mi vida!

_No me hables de ese modo Anthony, no me mires de esa manera, yo te amé en el pasado, estaba ilusionada contigo desde niña, pero tú te decidiste de Eliza, ahora mis sentimientos cambio amo a Terry del diablo, lo amo a él.

_Ya se lo que piensas así porque soy el esposo de tu hermana.

_Aunque solo eso pensara, sería lo bastante.

—¿De veras? ¡Dichosa tú que, con una consideración, puedes borrar un sentimiento! —Venciendo su resistencia, Anthony ha tomado las manos de Candy, la ha obligado a mirarle cara la cara, buscando con inútil anhelo un chispazo de amor en aquellos grandes ojos claros—. Sé que nunca me mostrarás tus verdaderos sentimientos, sé que nunca dejarás hablar a tu corazón...

_Solo con el corazón he estado hablando.

_ No luches más, no te esfuerces... Digas lo que digas, no vas a convencerme. Frente a mi torpeza, callaste diez años... Y seguirás callando... —Con gesto de vencido, Anthony, va hacia la ventana, mira a través de los cristales y se vuelve luego para mirar a Candy, mientras deja caer, como en un trémolo de angustia, las palabras—: La tempestad está amainando... El ciclón ha debido desviarse...

_ ¿Había un ciclón?, ¡Un ciclón sin duda azoco el guardacostas!

_ Confío en que haya podido escapar. Voy a pasar un cable a la Martinica preguntando. Si el tiempo sigue mejorando saldremos esta noche o mañana, y tendrás amplia ocasión de demostrarle a Terry, que eres una esposa fiel y ejemplar

—¡Es lo menos que puedo hacer, después de haber jurado al pie del altar! —se yergue Candy, altiva. Luego, cambiando a un tono suplicante, murmura—: Renato, ¿y si yo te suplicara, si yo te pidiera de rodillas que retirases esa acusación?

_Ya no está en mis manos Candy- explica Anthony con tristeza. Ya no está en mis manos retirarla, Candy —explica Anthony con tristeza—. Pedí estricta justicia, apreté los tornillos, moví hasta el fondo la palanca de la ley, y la ley está en marcha. Pero no te preocupes, pues si Juan es como tú dices, saldrá bien librado. Por fortuna, no soy yo quien tiene qué juzgarlo, pero puedes estar segura de que estamos en paz. ¡Daño por daño! Ahora voy a complacerte, Candy, voy a tratar de ultimar nuestro viaje...

….

Fin del Flash Back

DESVIADO CIEN KILÓMETROS de la ruta que debieran seguir para llegar a Saint-Pierré, sacudido aún por las recias marejadas en la que las ráfagas secundarias de un ciclón lo han envuelto durante muchas horas, lleva el Gallón su azarosa marcha por los oscuros mares encrespados... Roto, desarbolado, con las bodegas aún mediadas de agua, con la maquinaria inútil, navega, no obstante, con extraña precisión, impulsado por su única vela de proa, guiado por las recias y expertas manos de aquel que a los veintiséis años es el más audaz navegante del Caribe. Atento al ruido, alzando de cuando en cuando la cabeza para mirar la bitácora que se balancea sobre la rueda del timón, duro y alerta como si se hubiera hecho de piedra para las horas de la ruda batalla, Terry del Diablo parece sólo atento a la marcha del barco... Por la cubierta que aun bañan las olas, agarrándose a las paredes, se acerca un hombre hasta su lado, y Juan interpela:

—¿Qué pasa Segundo, por qué dejaste la vela?

—Está en buenas manos, patrón. El Anguila y Martín, están con ella, y como la tormenta va amainando, pensé que usted podía necesitar relevo...

_ ¿Sabe que el capitán está mal herido? ¿Que el timonel y el primer piloto se fueron al agua? ¿Que el único que manda a bordo es el oficializo ese que vino a prendernos, que de marino no tiene nada?

—Sí, Segundo, sé perfectamente todo eso.

Continuará…

Ahora contestare sus comentarios en mi sección favorita.

Guest 1: Gracias por tu apoyo.

CCarolaragon: Mil gracias amiga por tu apoyo, tus palabras me hacen sentir feliz vi tu comentario en mi otra adaptación, gracias por el detalle espero que me sigas apoyándome mis demás capítulos en Pear Harbor, así como en mi corazón Salvaje, gracias linda.

Mia8111: Gracias linda por tus comentarios, me ponen feliz.

Guest 2: Gracias linda.

1: Mil gracias por tu apoyo, vi tu comentario en mi otra adaptación de guerra me hizo feliz, espero que me sigas apoyándome en mi historia de guerra como en corazón salvaje, gracias linda, bendiciones para ti, sé que Corazón Salvaje es la favorita de muchos, así que por eso voy a bajar más rápido.

Elvia Soan: Mil Gracias amiga por tu apoyo, en mi historia, me encanta tus comentarios, me hace feliz y gracias también por compartir mi historia en tu bello grupo de Corazón Salvaje que las chicas están encantadas con mi adaptación, por lo que veo esta es la favorita de muchos, también quiero agradecerte por tu comentario en mi adaptación de Pear Harbor, espero que me apoyes en esa como en corazón Salvaje.

Blanca G: Gracias hermosa por tu apoyo si pues Anthony es un tonto, ahora me da más cólera porque estoy justo viendo la telenovela este capítulo, donde Renato / Andrés le dice a Mónica: lo haces por compromiso y respeto a tu marido, pero sé que aún me amas, es un tonto, que se cree que la santa Mónica le va esperar toda la vida, teniendo a Juan Del Diablo como esposo, no pues, todo se olvida. Bueno amiga espero que siga gustándote este capítulo, / ya baje el primer amor para que la sigas leyendo, gracias por tus comentarios en esta historia. También me gustaría que leyeras mi adaptación Confusiones en la Guerra. Me haría feliz si me apoyaras ahí también.

SARITANIMELOVE: Gracias amiga, por tus comentarios, tus palabras me hacen feliz, gracias por tus comentarios de mi caperucita roja, veo que te gustan ese tipo de historias, pronto retomare la historia del guapote profesor, y mi adaptación del cuento de cascanueces ballet, que nunca debí sacarla como me aconsejaba mi madre, pero abecés las malas lenguas destruyen a la imaginación de las personas, también me haría feliz si me apoyaras en mi historia de Confusiones en la guerra, es una de las mejores novelas que vi, te recomendaría que la leyeras, bendición para ti bella amiga.

Mil gracias a todos por su apoyo, continuaremos con las que faltan

Bendiciones

Maggie Grand.