Terry y Candy se casan, tratare de terminar todas mis historias especialmente esa para las que me siguen pueden buscarme en Wattpad.

Corazón salvaje segunda parte del libro Titulada Candy (Mónica)…

Disclaimer: Los personajes de Candy no me pertenece sino a Kioko Mishuki y Yumiko Igarashi y la historia Corazón Salvaje le pertenece a la escritora mexicana Caridad Bravo Adams. Este fic es hecho con fines recreativos no pretendo buscar ningún tipo de remuneración o reconocimiento, simplemente lo comparto con ustedes porque realmente me gusta la historia y los personajes de Candy.

¡Holaaaa meus amores! Reportándome de nuevo, no tengo mucho tiempo, desde que empezaron mis clases, No me maten por favor.

La historia tendrá tres partes como la trilogía original, "Eliza (Aimé) y Terry (Juan)", " Candy" (Viene siendo el libro de Mónica), Candy

(Mónica) y Terry (Juan) y la última el desenlace y final (Viene siendo el libro de Juan del Diablo versión Terry Pirata)

Realmente espero que sea de su agrado. Ya sin más que añadir, los dejo con la lectura. Disfruten la segunda parte del libro.

Segunda Parte

Capitulo Veintiuno.

Candy (Mónica) y Terry (Juan)

_ ¿Por qué lloras Candy? ¿Por quién lloras? ¡Dime por quién son esas lágrimas! —¿Qué más te da? ¿No estamos listos para partir ya? ¡Pues partamos!

Como mandes. Solamente estaba esperando el parte de la Capitanía del Puerto. Se ha mandado hacer una investigación sobre la suerte del guardacostas.

_ Hace una hora no había llegado. Pero no hay motivo mayor para alarmarse. Ese, y todos los barcos que estaban en la ruta del Sur, se desviaron por el temporal. Ya irán apareciendo, ya aparecerá el Gallón...

—¡Si es que no ha naufragado! —augura Candy con exaltación y angustia—. Si algo le ha ocurrido a Terry, en ese maldito guardacostas, si ha perdido ahí la vida, ¡no podría perdonar jamás a los culpables!

—Confío en que no haya sido la cosa tan grave, al menos para librarme de la amenaza de que no me perdones jamás —comenta Anthony, con forzada calma. Y cambiando de pronto, exclama—: ¡Oh! Creo que está ahí la chalupa con los panes...

Ha ido hacia la borda, y Candy tras él, tensa y desesperada. Pero el rápido paso de Anthony se adelanta.

Un momento habla con el marinero que acaba de trepar la escala del Luzbel, de una hojeada lee el parte que éste ha puesto en su mano, y se vuelve a Candy, que llega anhelante...

—Tu Terry, del Diablo está a salvo. Este es un despacho cablegráfico del Teniente Britton, que fue_ el encargado de apresar a Terry y de llevarlo custodiado hasta entregarlo a las autoridades de la Martinica...

—¿Qué dice? ¿Qué dice ese despacho? —"Gallón llegó a Saint-Pierre tras capear temporal en Granaditas. Capitán herido y cinco bajas tripulantes. Salvó situación, pericia Terry del Diablo. Ruego pedir sean tenidos en cuenta servicios especiales". Y firma Charles Britton, Teniente de Regulares Coloniales Británicos en la Isla de la Dominica, cerca de Florida.

—Anthony, ha leído el despacho y luego, con suave ironía, comenta—: Un largo cablegrama y una buena noticia para ti, ¿verdad?

—¿No lo es para ti? ¿Acaso deseabas que Terry...?

—No, Candy —asegura Anthony, noblemente—. Contra todo cuanto he deseado, Terry es mi enemigo, más enemigo a cada instante, pero no deseo para él una desgracia. No puedo desearla, porque lo más amargo de todo esto es que nunca se aborrece por completo a un hermano. No podemos abominar de nuestra propia sangre, sin abominarnos nosotros mismos un poco, y sin sentir también el dolor que causamos... —Hace una pausa, y reponiéndose ofrece—: Y ahora sí, voy a cumplir tu deseo y a dar las órdenes para zarpar... ¿Cómo? ¿Usted? ¿Sola?

—Sí, Gobernador, totalmente sola. Mi pobre suegra está extenuada...

—Recibí unas líneas de ella, rogándome

—Una audiencia más. Pero tardó usted tanto en responder... Ella estaba rendida... Logré que descansara, y tomé su lugar. Supongo que para usted es igual. —Suave, comedida, una gentil sonrisa en los frescos labios, responde Eliza a las inquietas preguntas del gobernador de la Martinica, volviéndose luego hacia su única acompañante—: Aguárdame aquí. Dorothi. Seguramente el señor Gobernador me hará pasar a su despacho para que hablemos un poco más... El viejo gobernador ha vacilado. Son más de las siete de la noche, y un silencioso criado negro ha encendido las grandes lámparas del despacho, a cuya luz dorada, Eliza Andrew, parece más bella que nunca. Sin esperar otra invitación, cruza por la puerta entornada, dejando al otro lado a la oscura doncella acompañante

—Realmente, mi joven señora, mucho me temo que hayamos agotado el tema esta mañana —intenta disculparse el gobernador, algo turbado—. Hablé a doña Rosemary, con absoluta sinceridad, puse las cartas boca arriba, pero este asunto va complicándose más y más hasta llegar a ser desesperante. Además, todo parece ponerse de acuerdo para darle un tono espectacular

—Entonces, ¿es verdad lo que cuentan? ¿Se portó Terry heroicamente? ¿Salvó el barco?

—Si hemos de creer a Charles Britton, habría para condecorar al tal Terry del Diablo

_ ¿Y Porque no hacerlo?

—No compagina esa actitud con los cargos que se le hacen, pero basta un poco de fantasía para que la imaginación popular se desborde y la opinión pública comience a voltearse en contra nuestra, especialmente en contra de Anthony y de su hermana de usted.

—Pero el nombre de Candy, no figura en ese proceso para nada... —¿Quién ignora que es ella la clave de todo este enredo?

Jueces y testigos están deseando tirar de la manta. Por algo no quería yo hacer caso de las acusaciones, por algo me resistí tanto al empeño de Anthony Grandchester. Pero éste puso las cosas en un terreno que no pude negarme, y ahora... ¡Ahora vaya usted a saber hasta dónde llegará el fango!

—¿Y si yo le pidiera a usted un enorme favor personal

-Estoy a su disposición, pero lo suplico.

—Quisiera hablar a solas con Terry del Diablo. Desde luego, una entrevista absolutamente privada. ¿Por qué no me da la oportunidad?

_ ¿A usted? ¿A usted, precisamente? ¿No sería encender las habladurías todavía más?

_Pero si no se entera nadie.

—Esas cosas, por mucho que quieran ocultarse... Una mujer como usted no pasa inadvertí

—Puedo cambiar de ropa con mi doncella, aprovechar la oscuridad de la noche, taparme totalmente la cara con este chal. Yo me encargo de hacer las cosas con una discreción absoluta. Si usted me da el salvoconducto, corre de mi cuenta todo lo demás. Nadie sabrá nada.

_ Quedará entre usted y yo, y los dos sabemos callar. —Se ha acercado a él sonriente, insinuante, envolviéndole en la vaharada de perfumes que su persona exhala, y sonríe viendo temblar las manos arrugadas—. Se lo agradeceré toda la vida. Gobernador. Estoy absolutamente segura de conseguir que las cosas cambien. Un salvoconducto, cuatro líneas suyas firmadas con su sello, y...

_Está bien aguarde.

El gobernador ha firmado. Todavía vacilante mira a Eliza, que sonríe triunfadora, arrebatándole casi el papel de su mano.

Esta historia Continuará…

….

Gracias a todos por sus comentarios en esta adaptación, se me esta hacienda un poco difícil adaptar la segunda parte de la historia... todavía falta regular para la tercera parte de Juan del diablo. Versión Terry Pirata. Esperare publicar más seguido.

Ahora contestare sus comentarios en mi sección favorita.

CCarolaragon: Gracias por tu apoyo, veo que te gusta mi adaptación de corazón salvaje, mil gracias por tu apoyo.

Nilda Manno: gracias por tu hermoso comentario, sé que tardó mucho en publicar, te prometo hacerlo más seguido, gracias hermosa.

Mia8111: Gracias por tu apoyo. _)

Elvia Soan. Gracias linda por tu comentario, bella, como siempre gracias por compartir mi historia en tu grupo corazón salvajitas. Gracias por tu apoyo.

SARITANIMELOVE: Gracias hermosa por tu apoyo, tus comentarios me hacen feliz, gracias linda, bendiciones.

Blanca G: Mil gracias por tu apoyo, si pues Anthony es un terco, pero después reconocerá su error, su rencor no le llevar nada bueno, no te preocupes por él, aunque ya no tenga el amor de Candy (Mónica), Anthony (Renato) termina estable y feliz. Aquí el único demonio es Eliza, (Aimé).

Mil gracias a todos por su apoyo, continuaremos con las que faltan

Bendiciones

Maggie Grand.