Ya es la tercera parte del libro... la ultima parte.
Disclaimer: Los personajes de Candy no me pertenece sino a Kioko Mishuki y Yumiko Igarashi y la historia Corazón Salvaje le pertenece a la escritora mexicana Caridad Bravo Adams. Este fic es hecho con fines recreativos no pretendo buscar ningún tipo de remuneración o reconocimiento, simplemente lo comparto con ustedes porque realmente me gusta la historia y los personajes de Candy.
La historia tendrá tres partes como la trilogía original, "Eliza (Aimé) y Terry (Juan)", " Candy" (Viene siendo el libro de Mónica), Candy
Parte final (El libro de Juan del Diablo versión Terry Pirata)
Hola mis amores, estoy de vuelta. esta tercera parte, es la última parte de ésta historia…
Ya sin más que añadir, los dejo con la lectura. Disfrutadla.
… … … … … … … … … … …
TERCERA PARTE
JUAN DEL DIABLO.
TERRY PIRATA.
Capítulo 14.
La noble figura del sacerdote, que va a su encuentro, ha estremecido a Rosemary Grandchester con el escalofrío de una nueva angustia. Hace horas que le esquiva... Casi había llegado a olvidarle unos momentos antes, o al menos pensar que era más fácil evadirle... Pero le basta hallarse frente a aquella mirada penetrante, frente a aquel rostro enérgico, ahora contenido y sombrío, para medir la dura lucha que se avecina, e intenta disculparse:
—Dispénseme, Padre... He tenido que dar tantas órdenes, que resolver tantos pequeños problemas
—Son los grandes problemas los que deberían ocupar en estos momentos toda su atención, Rosemary, y yo habría podido ayudarle. ¿Por qué me ha retenido inútilmente entre estas cuatro paredes? Si me hubiera dejado partir a tiempo, las Andrew ya podrían haber venido... ¿Por qué se empeña en retrasar lo inevitable?
—Y usted, padre, ¿por qué quiere aumentar el tormento de mi hijo?
—Cuando las cosas son precisas, vale más afrontarlas cuanto antes, y el mayor tormento que en estos momentos puede tener Anthony Grand chéster es su conciencia misma. Su imprudencia, si fue imprudencia realmente, tiene verdaderos ribetes de crimen... Y si fue algo más... Los celos, la soberbia, la ira, son pecados mortales, señora... Desdichada el alma que entre ellos se agita, infeliz el corazón que busca el orgullo como escudo...
_ Le ruego me haga gracia de sus sermones en este momento, Padre. Estoy desesperada...
—Lo comprendo así... Sé lo que el corazón de una madre puede llegar a sufrir, pero también sé que el camino del deber, por estrecho que parezca, es el único que puede seguirse... ¿Dónde está Anthony?
_ No le hable ahora, se lo suplico. No puede más... Se siente como enloquecido. Tiene usted razón al decir que el mayor tormento que puede sufrir, ya lo está sufriendo en su conciencia. Hay que tener piedad de él, Padre, hay que ayudarle en estos momentos... ¿Cómo piensa usted que puede sentirse después de haber bajado al fondo de aquella grieta, de haber rescatado por sí mismo el cuerpo de su esposa? La presencia de las Andrew, será terrible para él...
_ Ya no pueden tardar, ¿verdad? ¿A qué hora envió el mensajero?
—Padre Francis que, creo haberle dicho ya que consideraba suficiente con que recibieran el aviso mañana —explica Rosemary, refrenando su impaciencia a duras penas—. La presencia de ellas aquí
_ ¿Pretende usted burlarse de mí, Rosemary? ¿Me ha retenido con falsas promesas para llegar a decirme una cosa semejante? ¿Qué pensaría si su hijo hubiese muerto y alguien le impidiera acercarse a su cadáver para darle el último beso de despedida? Eso es lo que está usted haciendo, no tiene derecho... Por mucho que quiera defender a su hijo...
_ ... Anthony... —se sorprende Rosemary al ver llegar a su hijo. Y dirigiéndose al sacerdote, se angustia en un ruego
—Oí claramente las últimas palabras del Padre Francis que, madre —explica Anthony, sereno y tranquilo al parecer—, y creo que, sin oír las anteriores, adivino lo que ha querido decir... Se refiere a las Andrew, ¿verdad? Y la razón está de su parte... Deben venir, deben venir cuanto antes... ¡Mándales inmediatamente un aviso!
_ ¿Quiere decir que aún no lo han hecho? —se extraña el sacerdote—. ¡Es el colmo, Sofía! Le aseguro que, en este instante, yo mismo...
—No es preciso —interrumpe Anthony—. El Padre Francis que, tiene razón, madre. Ellas tienen derecho a estar aquí. —Y alejándose algo, alza la voz para llamar—: ¡George... George! ¡Ven! Envía inmediatamente al hombre de más confianza que halles disponible, en el mejor caballo de la casa, a dar aviso a Emilie Eloy de Andrew de cuanto ha pasado aquí...
—Ya no hace falta —rechaza el Padre Francis que—. Puedo ir yo mismo. Si su madre de usted no me hubiera detenido, ya estarían aquí. Pero yo, en este momento...
—Mi mensajero es más rápido —asegura Anthony—: pero haga lo que guste. Padre... con su permiso...
_ ¡Anthony... Anthony...! —murmura Sofía. Y suplicante, le pide al sacerdote—: Vaya con él. Padre... Tranquilícelo, conforte su corazón... ¿No se da cuenta de cuánto sufre?
—Si... Ahora sí... —acepta el Padre Francis que, ya humanizado—: Voy con él, Rosemary...
La mano fina y blanca de Rosemary se ha apoyado en el hombro de su mayordomo, mientras sus ojos miran alejarse al sacerdote, que ha salido detrás de Anthony, y es como un alivio el apoyo que le presta aquel duro brazo leal, cruel para los demás...
—¿Envío al mensajero en el mejor caballo de la casa?
—Puesto que no hay otro remedio, envíalo
—Bien, señora. —Y con rabia repentina, estalla—: ¡Yo sé bien que esa mujer merecía mil muertes! Si la señora me diera carta blanca...
—¿Qué harías, George?
—Defender al amo con la verdad, señora. Buscar pruebas, conseguir testigos... ¡No me dieran a mí más trabajo que sacarle a Dorothi lo que sabe de su señora! Si le hiciera yo hablar, si el señor pensara que tuvo razón para matar a la señora, se aliviaría.
_ ¡Él no quiso matarla! ¡No lo repitas! Busca a Dorothi y tráela aquí... Creo que diste con el arma que necesito... Sí, George, defenderé a mi hijo, le defenderé hasta contra sí mismo. Envía a Cirilo con las Andrew, y busca a Dorothi... Te esperaré aquí... Hablaré con ella, la obligaré a decirme.
_ Si usted me lo permite, yo sé bien cómo soltarle la lengua a esa canalla... Puede que esté escondida...
_ Cuando no se tiene la conciencia limpia...
_ ¿Qué quieres decir? ¿Te imaginas que Dorothi escapó? Razón tendría... Pero no se preocupe señora... Sé cómo dar con ella... En Campo Real es más fácil entrar que salir y no hay palmo de tierra en el valle a donde no llegue la mano de George...
_ Sin avisar a los sirvientes, saboreando de antemano la dicha de poder dar rienda suelta a su crueldad, George se ha dirigido al último barracón de las cocheras y las cuadras, aquél en que, por esta noche, están encerrados los mastines...
—¡León, aquí...! ¡Quieto, Leal! ¡Silencio, Mastín! — Cuidadosamente los ha escogido. Son los tres más fuertes, los mejor entrenados para la vieja misión de descubrir esclavos fugitivos. No importa que un decreto haya hecho libres a los oscuros siervos de Campo Real. Los usos no cambian, las costumbres son las mismas... Rápidamente ata los tres mastines a una sola traílla, busca un pesado látigo entre los que cuelgan a lo largo de la pared, y parsimonioso enciende su pipa
_ ¡Tío George! ¿Qué va usted a hacer? —indaga Flanmy, acercándose alarmada—. ¡No irá a buscar a Dorothi, con los perros! ¡Oh, es horrible! ¡La morderán, la destrozarán con los colmillos!
_ Te has vuelto muy compasiva, Flanmy —desprecia George socarrón—. Vuelve a tus obligaciones, no te metas en esto... Tengo permiso para hacer cualquier cosa con tal de dar con ella. Prometí que la encontraría, y voy a traerla, ¿sabes? ¡Voy a traerla, muerta o viva!
Continuará…
Bueno aquí bajo otro capítulo de mi adaptación de Corazón Salvaje, su respectiva autora es Caridad Bravo Adams, falta mucho para terminar la tercera parte del libro, esperando que sea de su agrado esta adaptación como las demás, estoy agradecida por su apoyo, sus comentarios me alegran el día…
Contestare sus comentarios en mi sección favorita.
Marialuisa Casti: Gracias por tu apoyo mi querida amiga, bendiciones.
Mia8111: Gracias por tu apoyo mi querida amiga, bendiciones, apoyarme en mis otras historias.
Elvia Soan: Gracias mi bella amiga, por tu apoyo y por permitir compartir mi adaptación en tu bello grupo de Corazón Salvaje, bendiciones amiga como siempre te deseo lo mejor.
Blanca G: Mil Gracias por tus comentarios mi bella amiga, sinceramente este es el fic que he tenido más apoyo, veo que es la favorita de muchas, tratare de actualizar más seguido, agradecida también por tus comentarios en mis otros fic, seguiré subiendo más historias pronto, gracias mi bella amiga.
Ferrer G: Gracias por tus comentarios mi querido amigo, gracias por tu apoyo, bendiciones para ti.
Ya pronto subiré más historias y retomare la historia que fue retirada, gracias a todos por su apoyo, en total pienso subir 100 historias de Candy, Candy, hasta ahora vamos 89 historias de Candy y gracias a todos por su apoyo, bendiciones.
Bueno me despido con cariño
Continuaremos con las que faltan
Con cariño
Maggie Grand.
