Disclaimer: Los personajes de Saint Seiya, son propiedad de Masami Kurumada, si fueran mios, ya hubiera hecho el MiloxShaina oficial :v
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Capitulo 2:
Tuvimos un sirenito...
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«Santuario de Atenea, entrada a las doce casas»
Luego de una triste despedida entre los santos dorados de Athena, el patriarca y la misma diosa, los pobres miserables... Digo los elegidos por la diosa para participar otra vez en sus locuras, comenzaron su viaje hacia Inglaterra, era el comenzó de una nueva tortura...digo aventura.
Shion, el patriarca del santuario de la diosa de la sabiduría (que a esta altura ya no estaban muy seguro de aquel título) miraba la ida de su diosa junto a los tres finalistas del Míster Santuario, ademas de tres colados más y Tatsumi, agitando un pañuelo blanco en dirección a la diosa mientras seguía alejándose, mirando con tristeza como se alejaba su diosa cada vez más, dejando el santuario a su cargo.
Una vez que la Athena o alguno de sus acompañantes ya no se veía, Shion tiro el pañuelo al suelo, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro sustituyendo a la mueca de tristeza de segundos atrás, cosa que los demás santos junto a él habían hecho de igual manera, festejando el que Saori Kido se llevará aquel disparate a otro lugar dejándolos tranquilos por al menos dos semanas, sin perder más tiempo, cada uno de los dorados que se habían quedado, corrieron a su casa zodiacal para descansar un poco, dado que en cuanto el patriarca había salido corriendo de aquel lugar (en este caso la entrada a las doce casas) había gritado a todo pulmón que tenían el día libre.
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«De camino al aeropuerto»
Milo, Saga, Afrodita y los tres colados, que en este caso eran Camus, Kanon y Máscara de muerte, luchaban a muerte por no salir despedidos de aquel automóvil en la parte trasera, siendo apachurrados unos con otros, mientras Saori cómodamente iba de copiloto y Tatsumi de piloto.
–Dejen de hacer tantos escándalo, comienzan a ponerme de malas, los amenazaria con meterlos en la cajuela a todos, pero allí ya no cabe ni un triste alfiler gracias al santo de Piscis –El susodicho se hizo como que la virgen le hablaba.
No era su culpa que sus dos maletas de ropa y las dos de artículos de belleza que había llevado ocuparán más lugar del que debían.
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En cuanto llegaron al aeropuerto internacional de Atenas, los seis dorados salieron del auto con las piernas dormidas y uno que otro calambre, debido a lo reducido del espacio, los constantes golpes y por supuesto los movimientos bruscos de sus compañeros por ponerse más cómodos.
–¡Llegamos completos al aeropuerto!–Grito Kanon tirado en medio de la banqueta, sin importarle las miradas curiosas de la gente que pasaba a su lado preguntándose porque un hombre estaba acostado en el suelo como si nada.
–No seas ridículo Kanon y levántate de allí idiota, me estás haciendo pasar vergüenza –Le dijo en voz baja Saga mientras tapaba su rostro debido a la vergüenza, Kanon por su parte rodó los ojos y se levantó. Dándose cuenta de que Athena y los demás, a excepción de Saga se habían ido ya, dejando a ambos gemelos solos con sus maletas.
–Deja de hacerte el mustio y vámonos de aquí, la tacaña de Athena es capaz de dejarnos y hacer que nos vayamos caminando a Inglaterra. –Saga estuvo a punto de recordarle que si bien no era muy necesario viajar en avión con ellos ya que, haciendo uso de la otra dimensión bien podían llegar a tierras inglesas en un abrir y cerrar de ojos, pero se dijo que por una vez en su vida disfrutaría o al menos trataría de disfrutar de aquel viaje gratis, bueno ni tanto.
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«Aeropuerto internacional de Inglaterra»
El vuelo 1543 procedente de Atenas, Grecia, arribará por la puerta 8...
Una ansiosa chica castaña, junto a un hombre de traje y cabellos negros, permanecían parados a unos metros de la puerta ocho esperando a que los pasajeros de aquel vuelo arribarán.
La sonrisa de la castaña apareció en cuanto distinguió el peculiar tono de cabello de Saori Kido, no tardó mucho en correr hacia ella, dejándose llevar por la alegría de verla nuevamente, sin embargo el grito de dos personas detrás de la diosa, la hicieron parar en seco, haciendo que de igual manera, ella diera un grito de alegría, frente a ella, sus gemelos favoritos la miraban con alegría, olvidando por completo a Saori, corrió hacia ellos dejándose envolver por un doble abrazo. Cosa que no paso desapercibida por ninguno de los demás presentes allí, haciendo que Athena se sintiera algo desplazada por sus propios santos.
Luego de romper el abrazo, la castaña abrazo a su amiga Saori, sintiendo algo de culpa por dejarla de lado.
–Creo que me emocioné de más –Dijo avergonzada al romper el abrazo con Athena. –No puedo creer que estén todos ustedes aquí. –Exclamo feliz.
Sin duda la presencia de los gemelos, junto con Saori la ponían feliz, miró por detrás de los mencionados, abriendo los ojos con algo de sorpresa al ver a Milo y Camus allí también, aunque era consciente de que el griego también iría allí, no dejaba de sorprenderle al verlo nuevamente, lo que definitivamente no esperaba era ver al santo de Acuario, cosa que la hizo comenzar a maquilar varias travesuras.
–Esto va a ser interesante...–Susurro pensando en cierta chica de pelo negro, que no era otra más que su hermana mayor, quien no había podido ir con ella por su trabajo –Ñaca ñaca.
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«Mansion Solo»
–¿De verdad tengo que hacerlo señor Poseidón?–Una mirada suplicante de Sorrento a Julián Solo, lo estaba haciendo cuestionarse si debía o no involucrar a su fiel sirviente, pero... Anfitrite, "su esposa" había pedido estrictamente que Sorrento debía participar si o si en aquel disparate.
–Lo siento Sorrento pero son órdenes de Anfitrite y ante eso, ni el mismo Zeus podría hacerle cambiar de opinión.–El general marino de sirena asintió resignado, está era una de las cosas por las cuales, ni loco pensaba en involucrarse con alguna loca mujer, al paso que iban seguramente terminaría igual de mandilon que su señor Poseidón.
–Lo entiendo mi señor...–Suspiro derrotado.
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«Londres, Inglaterra.»
Una gran casa...mejor dicho, una mansión enorme, se dejaba ver a través de las ventanas de aquella camioneta donde los santos de Athena eran transportados, si bien no era la primera vez que veían un edificio de ese tamaño, no esperaban en absoluto ser hospedados en un lugar tan grande, aún sabiendo que las amistades de Athena, "Saori" para la banda, eran personas con más dinero que vida para gastar.
–Wow, tu "amiga" Milo si que sabe cómo vivir –Al oír a Máscara de muerte, Milo desvío la mirada, pues el bien sabia que en el santuario no era un secreto que el había mantenido una especie de "amor de verano" con Liz, la castaña que los recogiera en el aeropuerto, y con la que aún, no había más que intercambiado un simple hola.
–Dejate de decir estupideces Angelo. –Sanjo el tema con ello el de la octava casa zodiacal.
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«Santuario de Poseidon»
–¿Lograste contactarlo?–Thetis negó con la cabeza.
El despacho de Poseidón, una gran habitación pintada de blanco, adornada con varios cuadros, un librero de tamaño descomunal, algunos muebles y una gran alfombra. Era usado en estos momentos por su esposa, una mujer esbelta, de ojos dorados y cabello rubio a la espalda, vestida al grito de la moda –¡Demonios! –La sirena no pudo evitar brindar del susto ante tan repentino grito de parte de la diosa –Necesitamos encontrar a ese renacuajo, sería una gran ventaja contar con él, no permitiré que Athena gane está vez. –Thetis sin embargo, pensaba que aquello era una estupidez, que si bien no le interesaba, también debía admitir que era divertido ver a Sorrento en aprietos.
¡Hola!Espero esten teniendo un muy buen dia/tarde/noche.Aqui terminando con el segundo capítulo de PEQ.Agradezco un montón sus lindos comentarios, los follow y favoritos en este intento de comedia xdD.H.
xoxoPD:Los titulos de los capitulos son solo una pequeña referencia a los personajes que posiblemente salgan...
