El olor a alcohol, sanitizante y gel antibacterial avitaba en el aire, el ruido del monitor era lo unico que se escuchaba, hasta que un pequeño ruido llamó mucho su atención.
- Aquí lo tienen - comentó la doctora a la pareja que estaba a su lado - esto que ven aquí es el embrión y esto que alcanzan a escuchar es su corazoncito.
Los ojos de ambos se iluminaron a más no poder, les facinaba como eso que veían ahí era el producto del amor que ambos se tenían, los ojos de la chica comenzaron la lagrimear.
- Es... es muy pequeñito - dijo viendo el monitor, mientras la ginecologa movia el aparato por su estómago.
- ¿Si verdad? - contestó amablemente - por lo que me comentaron y el tamaño del embrión, tiene alrededor de 6 semanas - la doctora se levantó después de mover un poco en la computadora y le pasaba un troso de papel a Orihime.
Las nauseas que ha sentido la chica durante la ultima semana no han disminuido, pero si se ha sentido de mejor humor, las jaquecas y demás no han vuelto a aparecer (al menos no muy intensas).
- Su parto estaría programado para finales de abril, ¿Es su primer embarazo verdad? -preguntó la medico a lo que asintió - Eso explica el rostro del padre - una pequeña risita salió de sus labios.
El rostro de Ichigo era todo un caso, sus ojos estaban clavados en el monitor y miles de pensamientos rondaban en su mente.
En alguna etapa de su vida juraba que el no tendría hijos pero ahora todo era diferente, maduró, creció, y ahora estaba con el amor de su vida, su princesa, su Orihime, e iban a comenzar juntos una nueva etapa de su vida, tenía miedo, probablemente más miedo de lo que pudo haber tenido que cuando se enfrentó a los Arrancars o a los Quincys, era diferente, iba a comenzar un camino muy distinto, y eso lo ponia nervioso.
Miró su mano con la que tomaba la de su esposa mientras ella le daba un ligero aprentón, estaba feliz, sus ojos brillaban, y estaba agradecido de que el miedo que sentían no fuera por algo peligroso.
- Mandaré las imagenes a imprimir y en resepción se las darán ¿Es su primera ecografia verdad?
- Si doctora - dijo Orihime terminando de limpiar el gel de su barriga y acomodandoce la blusa.
- Bueno, les daré unas indicaciones, recomendaciones y algunas vitaminas que necesitará estar tomando Sra. Kurosaki. También, necesito que comience a cuidar su alimentación, necesita una dieta balanceada, y sé que en estas semanas serán dificiles por el tema de las nauseas, pero puede tener pequeñas comidas a lo largo del día ¿si? - asintieron ya sentados frente al escritorio - Tambien le pediré que no haga trabajos pesados, muchas horas parada o cargar cosas pesadas, puede ser peligroso... tenga - le tendió una hoja recién impresa que la chica tomó - sería todo por hoy ¿tienen alguna pregunta? - les sonreia a ambos.
- No doctora, muchas gracias - dijo la chica - ¿y tú? - preguntó a su marido.
- ¿Eh? No, nada, todo en orden - comentó rapidamente.
- Bueno, pueden agendar su siguiente cita para dentro de una semana, y de preferencia que sea conmigo.
- Disculpe doctora, ¿usted será la doctora que atienda mi parto?
- Si me lo permiten, por supuesto que si - sonrió amablemente, le agradó demasiado la señorita que la atendía.
- ¡Muchas gracias! - el rostró de Orihime se iluminó, Ichigo solo la veía a un lado de ella sin soltar su mano.
- Tengan, este es mi número, si tienen alguna duda o sientes alguna molestia puedes llamarme o mandarme un mensaje, los veo la siguiente cita - dijo dando por terminada la sesión.
- Si, muchas gracias - dieron ambos una pequeña reverencia antes de salir y se dirigieron a la resepción.
Caminaban tomados de la mano uno al lado del otro, mientras comentaban cosas relacionadas con la consulta.
- ¿Cómo se sintió? - preguntó Ichigo tratando de sacar algún tema de conversación.
- El gel estaba muy frío - Comentó alegre Orihime - La doctora Iwata es muy amable, respondió mis preguntas y explicaba muy bien.
- Se ve que le gusta su trabajon- dijo el.
- La verdad es que si, es muy amable y linda.
- ¿Y tú como te sientes?
La chica pensó un poco su respuesta - Un poco cansada, pero bien.
- Bueno, ahorita vamos a casa y dormimos un rato ¿si? - paso su brazo por su hombro asercandola a el.
- Me parece bien - se quedó callada unos minutos y miró a su marido antes de volver a hablar - Ichigo.
- ¿Uhm? ¿Qué pasa?
- Necesito ir al baño - Dijo Orihime apenada.
- Está bien, yo hago la cita y compro las vitaminas - dijo Ichigo viendo como la chica se iba hasta perder el rastro de ella.
Estaba más tranquilo de verla más activa, no ha habido mañana en la que ella no sienta nauseas matutinas, haciendo que se levante con pocos animos, aun que no ha llegado al punto de vomitar esta ultima semana.
Ichigo se asercó al escritorio de la resepcionista y agendó la cita en la fecha indicada, lo anotaron a la lista, le entregaron un sobre sellado y se fué la la farmacia a comprar las vitaminas recetadas.
- Muchas gracias - tomó la bolsa y se fué a unas bancas de la sala de espera del hospital mientras veía el aparato tratando de distraerse un poco.
- Mira a quien tenemos aquí - una voz familiar se hizo hizo que Ichigo levantara la cabeza de su celular.
- Hola Uryu - se volvió a levantar para saludar a su amigo.
- Hola Ichigo, ¿Qué haces por aquí? ¿Pasó algo? - preguntó Uryu.
Ichigo dudó en contestar, no sabía si aún era tiempo de dar la "noticia" a sus amigos, aunque fuera triste y no es que necesariamente tuviera que pasar, aun se encontraban en las primeras semanas de gestación y existía una muy pequeña probabilidad de un aborto espontaneo, era muy poco porcentaje de probabilidad pero no era cero.
- Todo bien, solo vinimos a una consulta de Orihime - dijo tranquilizando a el joven mientras trataba de esconder la bolsita de vitaminas.
- Bueno... ¿Y dónde está ella? - miró alrededor buscando a la chica de cabello naranja.
- Fué al baño... por cierto - recordó Ichigo - el 9 es su cumpleaños, le vamos a festejar en casa de mi papá, para que vayas si no estas muy ocupado.
- Ahí estaré, ¿a qué hora?
- En la tarde como a las 4 pm.
- Perfecto, ahi estaré.
- ¡Hola Uryu! - apareció Orihime por detras de su esposo, saludando a su amigo.
- Orihime, ¿cómo estas? - Una sonrisa salió de los labios del chico - me dijeron que tuviste cita medica ¿Te encuentras bien?
- ¿Eh? ¡Si! Solo una revisión normal, como que me quería enfermar por el cambio de temperatura al salir y entrar de casa pero todo bien, casi no me enfermo - levantó sus brazos energica y con felicidad.
- Ya veo... - Se acomodó las gafas y miró de reojo hacia abajo, rapidamente regresó la mirada hacia los chicos - Bueno, los dejo, fué un gusto saludarlos.
- Igualmente, nos vemos el 9.
- Si - dieron una media reverencia y cada quien se fué por su lado.
- ¿Le contaste? - preguntó Orihime prensada al brazo de Ichigo.
- Uh... no, se que a ti te gustaría decirselos.
Muy en el fondo sabe que hay otra razón de el mismo por no decirlo pero no quería preocuparla con sus pensamientos inesesarios.
- ¡Que bueno! - soltó ella - ¿crees que sea bueno decirle ya a tu papá y a tus hermanas? - caminaron en direccion a la salida del hospital.
- Mmmm... Creo que será mejor esperar un poco, ¿qué tal si lo contamos en tu cumpleaños? Todos van a estar ahí y será mas rapido.
- ¡Mi cumpleaños, es verdad! - su cerebro rapidamente hizo click y recordó todo lo que necesitaba - Se me pasó por alto, deberia marcar hoy a la Sociedad de Almas para invitar a los chicos ¿no?
- Sip.
- ¿A cuantos debería invitar? - posó su dedo indicé en sus labios mientrar recorria sus pensamientos más vagos.
- El patio es grande, creo que si cabriamos bien.
- ¿Tu crees?
- Claro - le gustaba verla emocionada por esa festividad especificamente para ella.
Caminaron a su hogar mientras hablaban de diferentes temas, o más bien, Orihime era la que hablaba e Ichigo escuchaba atentamente a cada una de sus historias.
Una vez llegando dejaron sus pertenencias en algun lugar que encontraran.
- Waaa~ Alfin llegamos, estoy cansada - estiró sus brazos en un movimiento para relajarlos - ¿Qué quieres comer? - dijo mientras se comenzaba a quitar los zapatos.
- ¿Qué quieres comer tú? - Dijo Ichigo haciendo lo mismo que ella - Yo cocinaré hoy
Lo vió confundida y a la vez extrañada - Pero Ichigo, tienes traba...
- Y tu necesitas descansar, caminamos desde el hospital hasta aquí, no debes pararte mucho tiempo. Además si te dejo acargo terminarás haciendo convinaciones extrañas y dudo mucho que algunas de ellas sean lo suficientemente sanas.
El seño de Orihime se frunció un poco, sabía ella que no podría competir contra su marido.
- Hey, no me mires así - Ichigo colocó su pulgar entre las cejas de Orihime y masajeó un poco la zona divertido - no querrás quedar como yo.
Se relajó un poco, el tenía algo que hacía que su mal humor se esfumara de forma magica.
- Pero así me gustas - dijo ella acercandose a el viendolo a sus ojos.
- Siempre me preguntaré como es te gusta eso.
Orihime rió ante su comentario, levantó sus manos y acarició el cuerpo de su marido oculto debajo de esa playera de algodón, pasando sus finos dedos sobre la tela, al sentir un escalofrío recorriendo su espalda Ichigo tomó sus manos con las suyas evitando que siga con ese contacto que el tanto amaba.
- No, no, no, no - repitió mientras daba un paso atrás - se que quieres hacer y no es buena idea.
- ¿Eh? ¿Qué trato de hacer de qué? - preguntó sarcasticamente mientras safaba una de sus manos y la dirigía a el borde del pantalón y jugaba con este.
- No te hagas la inocente - volvió a tomar su mano y la apartó de su cinturón - Sabes perfectamente lo que haces e insisto, no es buena idea.
Orihime volvió a fruncir su seño antes de que su mente se iluminara con una nueva idea.
- Bueno, como tú quieras - le dió la espalda y caminó hacia el cuarto, contoneando ligeramente sus caderas y meneando su cabello antes de devolverle la mirada - ¿Hace calor no crees?
Tomó el borde de su blusa levantandola poco a poco dejando expuesta la piel de su estomago y cintura, Ichigo se quedó ileso en el mismo lugar en el que estaba antes viendo cada uno de sus movimientos.
La vió levantarse la blusa, dejando que la luz iluminara su tan blanca, suave y hermosa piel, la miró de arriba a abajo, contubo un gruñido cuando sintió como su pantalón le levantaba cuando la vió llegar a la parte de sus senos.
Dejó la blusa tirada en el piso dejando a la luz su delicado bracier de encaje negro de donde sus senos desvordaban un poco.
- El bracier, me aprieta un poco - pasó sus manos por arriba de sus pechos y los acariciaba.
Los senos de su esposa lo llamaban, lo atraían, lo seducían cada vez que su pecho se levantaba con cada respiración entrecortada de esta
- Pues... habrá que comprar otros - el volteó, sabía exactamente lo que su esposa quería y por lo general, ella lo conseguía.
- Me... - sintió el contacto de sus manos sobre sus hombros estremeciendoce - ¿...ayudas a saber cual es mi talla?
Ichigo se dió la vuelta bruscamente viendola con el seño fruncido y el rostro sonrojado.
- Hime, preferiria no hacer esto ahora - dijo el - No quisiera hacerle daño - puso su mano sobre el abdomen de su esposa y acariciando un poco su cintura.
- No le harás daño... - lo miró a los ojos con consuelo - leímos la carta de la doctora, no le hace daño, de hecho, es bueno para el... ¿Ichigo?
Ichigo levantó a su esposa en sus brazos estilo princesa y caminó con ella hasta el cuarto.
- No se diga más.
Chilló ella al ver su gran sonrisa y ver como la dejaba en la cama y se quitaba la camiseta.
El corazón de Orihime se aceleró rapidamente, podía sentir como su temperatura subía.
Inclinandoce, Ichigo undió su cabeza en el cuello de la chica depositando besos en la zona, pasando por su hombro, clavicula, cuello y su oido.
- Tu lo pediste - susurró.
Se colocó entre sus piernas acariciando su cintura con sus palmas, provocando que cubee su espalda soltando pequeños gemidos.
Inaló su perfume, llenado sus pulmones de su aroma a rosas, mientras ella pasaba la llema de sus dedos por su espalda.
- Te amo Orihime - la intencidad de sus palabras hacía que se volvíeran gruñidos - mi Hime - exclamaba - mía, solo mía.
Cuando estaba con el todos sus problemas desaparecían con el viento, no solo era el sexo, era todo, nunca se cansaría de el, el amor de su vida.
- Te amo Ichigo.
- ¿Cual será la talla que necesitas?
- ¿Eh? - exclamó ligeramente confundida.
- Tus senos, crecieron, necesitarás nuevos bracieres.
- Ah.
Ichigo posicionó una de sus manos sobre uno de sus senos y comenzó a masajearlos por encima de la tela que aun los cubría, soltó un gruñido una vez de desiso del obstaculo.
- Te amo Hime, eres mía, solo mía...
Repetía una y otra vez entre beso y beso en sus pechos.
- Yo igual.
- Eres hermosa, eres preciosa.
Otro beso.
- y solo mía.
Este capitulo si fué algo así de relleno, con unas cositas tiernas, y así, entonces, no se de que tratar el siguiente capitulo, quiero algo más asi tierno, creo que será una tarde de estos dos tortolitos, pero aun no se que.
Bye bye
