El campeón del pueblo, el campeón de Copper

Como que me llamo Tobías Kenton

Era el año 3048, 3 años después de que fuera reactivado.

Era una mañana normal para N, realizaba la limpieza de algunas habitaciones así como se aseguraba de que los utensilios necesarios para el desayuno de la familia Elliott estén en óptimas condiciones.

Siguiendo su rutina usual, llevó las tazas, pequeños platos, tetera y cubiertos limpios a la cocina para que los otros drones pudieran servir los alimentos.

Tras eso fue a buscar la tableta donde el Sr Elliott acostumbra leer las noticias, y comenzó a buscar el sitio web noticiero que suele ver con mayor frecuencia.

Sonrió al encontrarla, sólo para ahuecar los ojos cuando leyó la noticia titular.

"GRAN FRACASO KENTON" podía leerse sobre una fotografía de Gorelk estando destruido sobre un ring de boxeo.

N no podía creer lo que veía, el robot en el que tanta confianza tenían Tobías y Bénjamin estaba en ruinas

Quiso leer los detalles, pero sabía que se retrasaría con la preparación del desayuno.

Si bien sabía que sus dos compañeras y él tenían cierto trato especial comparados al resto de drones, no quería arriesgarse al probar los límites de la paciencia de los señores Elliott.

Colocando la tableta debajo de su brazo, N se encaminó hacia el comedor principal de la mansión.

Al llegar, vio otros drones modelo estándar acomodando los utensilios en la mesa.

Sabiendo que no quedaba mucho tiempo para que la familia llegara, rápidamente se acercó a la cabecera de la mesa y colocó la tableta de lado izquierdo del plato para que el Sr Elliott pueda tomarla con comodidad.

Una vez terminados los preparativos, todos los drones se alejaron de la mesa y colocaron sus espaldas contra la pared.

Esto era para estar lo suficientemente cerca para cumplir con cualquier pedido o necesidad de la familia, pero no demasiado como para "molestarlos con su presencia".

A N le parecía rara era dualidad de pensamiento, de preferir mano de obra robótica sobre la humana, pero al mismo tiempo no parecen realmente disfrutar su compañía.

Pensó por un rato aquello, hasta que las puertas se abrieron, dejando pasar al Sr y Sra Elliott, quienes elegantemente caminaron hacia la mesa seguidos por Tessa.

J y V entraron detrás de la niña, y velozmente se colocaron junto a él.

Una vez el trío Elliott se sentó en la mesa, el hombre tomó una pequeña campana y la hizo sonar.

Inmediatamente las puertas del otro lado de la habitación se abrieron, dejando pasar a un trío de drones con un carrito de cocina plateado sobre el cual estaban colocadas las tazas, la tetera y unos bocadillos.

Uno de los drones colocó con cuidado las tazas, mientras el otro acomodó los bocadillos y los endulzantes sobre la mesa para que estén al alcance de todos. Finalmente el tercero sirvió el contenido de la tetara en las tazas.

– gracias – dijo Tessa con una sonrisa hacia el dron, quien le asintió en respuesta con una sonrisa.

– un trabajo adecuado – aceptó su padre.

Los tres drones entonces se retiraron, llevándose el carrito con ellos.

La familia empezó a desayunar, y James Elliott tomó la tableta dispuesto a leer las noticias recientes.

– ojojo ¿qué tenemos aquí? – dijo cuando leyó la primer noticia.

– ¿algo te llamó la atención? – preguntó su esposa.

– si, aparentemente el robot de Bénjamin fue destruido en un combate – informó.

– ¡¿QUÉ!? – exclamó Tessa con sorpresa, ganándose unas mirada de reprimenda de parte de sus padres – ejem, mis disculpas, fue una reacción impropia – dijo con un tono elegante pero tenso.

– luego hablaremos del asunto, jovencita – habló Louisa, para luego dirigirse a su esposo – ¿qué tiene de importante eso? No veo cómo nos afecte el resultado de ese barbárico deporte –

– ah, pero es porque tú no ves el panorama completo, querida – respondió satisfecho – esta no sólo es una derrota, sólo viendo el estado de su robot es fácil notar que esto será un gran golpe a su reputación, los medios no pararán de recordarles esto por meses… ¿y a quién crees que terminarán recurriendo para que los ayuden a limpiar su nombre? – preguntó de forma retórica.

– oh~ ya entiendo – asintió la mujer.

– será una gran oportunidad para que nos deban un favor, así también podremos aprovechar ciertas oportunidades – dijo, para entonces darles una mirada al trío de albinos.

N se sintió incómodo por esa mirada, y a su lado pudo notar a V encogiéndose ligeramente mientras que J mantenía un aire estoico, pero unas gotas LED se notaban en su visor.

– esto es perfecto para nosotros – continuó tras regresar su atención a su esposa – sólo tendremos que esperar – dijo, para entonces tomar un sorbo de su brebaje.

Tessa se veía que quería decir algo al respecto, pero siguió comiendo en silencio.

El desayuno continuó con el Sr Elliott haciendo algún que otro comentario respecto a alguna noticia que le pareció relevante, y su esposa comentando en respuesta.

Fuera de eso, fue silencioso.

No es que en otras ocasiones conversaran mucho, pero esta vez N podía notar cierta tensión en su amiga y sus compañeras.

Sentía que se perdía de algo.

Una vez los humanos terminaron de comer, 3 drones llegaron y recogieron los elementos de la mesa, para entonces llevárselos a la cocina.

Tessa se levantó y se dispuso a salir, pero fue detenida por su madre.

– espera un momento jovencita – la llamó, provocando que la niña se enderezara – no creas que olvidé tu comportamiento impropio durante el desayuno – dijo mientras se acercaba a ella con abanico en mano.

– f-fue sólo un desliz madre – respondió con la cabeza agachada.

– no importa si fue un desliz o si fue deliberado, una dama no debe levantar la voz –

– s-si madre, entendido madre – asintió mientras se frotaba el codo con nerviosismo.

– espero que haya quedado claro, ahora a tu habitación – ordenó.

– d-de acuerdo madre – asintió, para entonces retirarse.

Pero Louisa no había terminado, y una vez su hija se retiró del comedor, esta se giró para ver a un dron.

– aplíquenle el castigo usual, eso la hará pensar mejor para la próxima – ordenó, a lo que el dron asintió y caminó hacia la habitación de la niña.

N ahuecó los ojos, sabiendo que el castigo usual era ser encadenada en su cuarto.

Quiso moverse para hacer algo, pero J lo detuvo.

Se giró para decirle algo, pero se encontró con la mirada seria pero triste de su compañera.

Ella tampoco estaba de acuerdo.

Pero sabía que si hacían algo, sólo sería peor.

El albino era consciente de eso también, pero le dolía ver a su amiga así.

Con pesar, aceptó la orden silenciosa de la dron de coletas.

V se acercó a él y le puso una mano en el hombro a modo de confort.

Los 3 entonces se retiraron, dispuestos a acompañar a Tessa durante su castigo.

Era todo lo que podían hacer en esa situación.


V aterrizó frente a la cápsula de aterrizaje, habiendo añadido a la torre otra docena de cadáveres ese día.

Fue una noche muy productiva para ella.

Considerando la falta de gritos de órdenes y de chillidos de peluches, podía suponer que ninguno de sus compañeros había llegado todavía.

Encogiéndose de hombros, la albina voló hacia la sima de la cápsula, para entonces ingresar.

Y como se esperaba, no había rastro de drones en el lugar.

Pero eso no significaba que estuviera vacío.

Girando en el asiento de piloto de forma dramática hasta que pudiera verlo en su totalidad, cierto humano cruzó mirada con ella.

La dron ahuecó los ojos al recibir esa mirada severa.

T-Tobías – murmuró V retrocediendo ligeramente.

¿dónde estabas? – preguntó este con seriedad.

b-bueno, fui a hacer un muñeco de nieve pero me encontré con un yeti con el que luché pero al final nos hicimos amigos y compartimos un helado – respondió rápido con una sonrisa tensa.

jajaja – rió el humano, para inmediatamente volver a su porte serio – ya en serio, dime la verdad –

y-yo… – siendo incapaz de seguir observándolo, desvió la mirada con vergüenza.

La respuesta fue obvia para el joven.

fuiste a cazar de nuevo ¿verdad? – no era una pregunta genuina, ya sabiendo perfectamente la respuesta.

Y el silencio proveniente de V sólo sirvió para dejarlo aún más claro todavía.

Tobías soltó un suspiro pesado.

V, ya hablamos de esto, construí una máquina que les sintetiza aceite, ya no es necesario que cacen –

lo sé… –

y sobre aquellos drones infectados, todavía no es demasiado tarde, podemos salvarlos, estoy muy cerca de encontrar la cura –

lo sé –

¿entonces por qué V? Ya no tienes motivos lógicos para seguir matando –

¡LO SÉ! – gritó finalmente – ¡pero no puedo evitarlo! –

El humano pareció sorprenderse un poco por su arrebato.

¡hay algo mal conmigo ¿ok?! ¡Simplemente tengo este… impulso de querer matar algo! ¡Y prefiero mil veces que sean unos drones desconocidos antes que mis hermanos si llego a sucumbir a ese impulso! – exclamó con la voz quebrada, para entonces caer de rodillas al terminar.

No podía con él, no podía con Tobías.

Él era a quien más quería evitar decepcionar, pero lo estaba haciendo.

Y eso la hacía querer llorar.

Pero entonces escuchó unos pasos, y tras unos segundos pudo sentir cómo Tobías la agarró de su cabeza, para entonces colocarla en su pecho y darle un cariñoso abrazo.

No pudo evitar sollozar ante el calor que él le brindaba, tan similar al día en que lo conoció.

A diferencia de aquella vez, ahora tenían casi el mismo tamaño… pero aun así, igual que en ese entonces, se sentía tan protegida con ese abrazo.

shhh, está bien – susurró suavemente Tobías mientras le acariciaba suavemente los cabellos – lamento si fui demasiado severo –

V quería decirle que no fue el caso, que el problema era ella y que él no tenía la culpa de nada.

Pero sólo pudo emitir más sollozos.

no conocía tu situación, y por eso me disculpo – continuó – te prometo que te ayudaré con esto, nunca te voy a abandonar –

¿lo…lo prometes? – fueron las primeras palabras que pudo emitir la albina.

como que me llamo Tobías Kenton – aseguró.

V sabía bien lo que eso significaba.

Significaba que él cumpliría su palabra de un modo u otro.

Y eso la hizo feliz.

p… papá… – murmuró con un ligero sonrojo – ¿podemos… hacer eso que me gusta? – preguntó con un tono suave y tímido.

El humano soltó una leve risa.

por supuesto mi pequeña –

Unos minutos después estaban en el exterior, con Tobías llevando ropa invernal gruesa, mientras V traía una bufanda roja alrededor de su cuello.

El humano en ese momento estaba de rodillas sobre la nieve.

La albina, por su parte, tenía su cabeza apoyada sobre los muslos del Kenton, mientras este le acariciaba suavemente los cabellos.

Gracias a la claridad del cielo, las estrellas y los planetas cercanos eran fácilmente visibles para el dúo.

V adoraba hacer eso.

La comodidad que sentía al estar junto a su padre, el cariño y amor con el que este acariciaba sus cabellos, y la hermosa vista de las estrellas la llenaban de paz y felicidad.

Podría estar así para siempre.

.

.

.

Desde hacía bastante tiempo, V tenía ese mismo sueño.

Variaba en algunos detalles menores, pero la estructura se mantenía.

Ella llegaba a la cápsula, Tobías la recibía y la regañaba, y luego tenían un lindo momento juntos.

Antes de saber la verdad, era un sueño que planeaba volver realidad.

Quizás algunas de las cosas de ese sueño podrían sonar demasiado fantasiosas para cualquier otro, pero ella tenía completa fe en que, si era Tobías, podría volverlas realidad.

Pero ahora…

Ahora que había confirmado su muerte, esa esperanza a futuro se volvió sólo una fantasía de un final feliz.

Pero de igual forma, desde que se enteró de que Tobías estuvo en Copper-9 quiso ir a lo que fue su oficina para recuperar cualquier cosa que le perteneciera (no dejaría que nada fuese olvidado en el tiempo).

Pero desgraciadamente, no tuvo oportunidad antes debido al asunto del campamento, y luego el reinicio de N se llevó toda su atención.

Pero ahora iría para allá, quizás no con el objetivo original, pero buscaría algo al fin y al cabo.

Se tomó un momento para detenerse y observar su entorno, asegurándose de estar yendo en la dirección correcta.

La ventisca que había empezado a soplar hacía rato le dificultaba ver bien si iba a demasiada velocidad.

Fue entonces que notó una figura a lo lejos.

No sería extraño encontrar a un dron en el exterior, incluso si era de noche (es decir, su horario de caza).

El problema era que esa figura que vislumbró estaba en el aire.

En un inicio pensó que quizás se trataba de otro dron de desmontaje, pero rápidamente rechazó la idea.

Todos los drones de desmontaje eran muy territoriales (N era el único diferente en ese aspecto), nadie se arriesgaría a ir al territorio de otro sin un buen motivo.

La otra opción era una muy preocupante.

Teniendo en mente la transformación que Uzi había sufrido el día anterior, no era descabellado pensar que quizás aquella otra dron de ojos rojos pudo haber sufrido un cambio similar.

Y si ese era el caso, entonces su mejor alternativa sería atacar de sorpresa.

Aquella obrera no era tan hábil en lo que respecta a la percepción del entorno, en su lucha en el baile pudo haberla acabado más rápidamente si Atom y el padre de Uzi no hubieran aparecido y la hicieran voltear.

Pero lo hecho, hecho está, y ahora tenía la oportunidad de acabar con ella.

Cambió su mano derecha por el cañón semi-automático y apuntó.

Sería rápido, un simple disparo para aturdirla y luego otro para rematarla en la confusión.

BANG

Logró darle en una de las alas, provocando que se tambalee ligeramente, muy para su frustración.

Considerando que debían ser alas biológicas supuso que serían más fáciles de dañar comparadas a las suyas, pero al parecer se equivocó.

A sabiendas de que la obrera podía desviar proyectiles sin mayor problema, V decidió que un ataque preciso y contundente a corta distancia sería lo mejor.

Cambiando su rifle por una espada, la albina descendió hasta estar cerca del suelo para entonces avanzar hasta estar casi por debajo de su objetivo.

Como esperaba, su oponente observaba a su alrededor y alto en el cielo buscando a su atacante.

Era su mejor chance.

Estando en posición, ascendió a máxima velocidad para partir a esa condenada obrera en dos.

Pero cuando estuvo cerca notó varios detalles clave en su objetivo.

Las alas no eran biológicas, sino metálicas.

No usaba ese peculiar vestido rojo de la otra vez, sino un traje negro femenino similar al de un oficinista.

Su cabello no era morado ni estaba suelto, sino que era blanco y se encontraba atado en dos coletas.

Ahuecó los ojos cuando notó los detalles.

Esa no era la obrera rusa.

Era alguien que se supone estaba muerta.

– ¡¿QUÉ?! – no pudo evitar exclamar.

Se hubiera detenido, pero su momentum era demasiado.

Afortunadamente, la dron pareció escuchar su grito incrédulo, lo que la hizo mirar hacia abajo y mostrarse alarmada.

Manifestando su propia espada, esta bloqueó lo que habría sido un tajo mortal.

Entonces ambas quedaron cara a cara, observándose con incredulidad.

– ¿¡V!? –

– ¿¡J!? –

– ¡¿QUÉ HACES AQUÍ!? – exclamaron mientras se separaban.

– espera ¿cómo sé que eres la verdadera J? – preguntó V mientras preparaba su espada.

– ¿de qué estás hablando? –

– habías muerto, y el A-S tomó control de tu cuerpo convirtiéndote en una bestia… ¿cómo sé que no eres otro intento? –

– ugh, fui lo suficientemente eficiente como para que construyeran clones – explicó la dron de coletas.

– oh, seh, eso suena a ti – aceptó, pero inmediatamente sacudió la cabeza – espera, no, es demasiado conveniente, prueba que eres tú – le apuntó con su espada – di algo que sólo la verdadera J diría –

– ¿ah sí? ¿Quieres entonces que te llame… Daddy's Girl? – preguntó con una media sonrisa.

V inmediatamente ganó un gigantesco sonrojo en su visor, tan intenso que sus ojos dejaron de ser visibles por un momento.

– ¡¿TENÍAS QUE DECIR JUSTO ESO!? – exclamó.

– era la mejor opción – se encoge de hombros con una sonrisa satisfecha.

– ¡ES UN GOLPE BAJO! – gritó, para entonces cruzarse de brazos y desviar la mirada molesta – definitivamente eres tú –

– que bueno que por fin lo entendiste – rodó los ojos – ahora ¿me puedes explicar qué haces aquí y por qué me atacaste de la nada? – pregunta, a lo que su compañera de pelo corto suspira.

– mira, pasaron muchas cosas y resulta que hay una dron prófuga infectada con el A-S, y aparentemente esos drones pueden obtener alas biológicas – explica – y como no sabía que estabas aquí pensé que serías ella –

J quedó pensativa, desconociendo ese dato sobre los drones zombis (aunque quizás debió tenerlo en cuenta considerando lo ocurrido en la mansión tantos años atrás).

– y sobre el qué hago aquí… no me creerías si te lo dijera – dijo de forma algo melancólica.

– ¿de qué hablas? –

– mira J, probablemente sea difícil de creer, pero… Tobías estuvo en Copper-9 – confesó V.

– espera ¿cómo fue que te enteraste? – preguntó sorprendida.

– ¿eh? ¿¡lo sabías!? – preguntó en respuesta – ¡¿por cuánto tiempo!? – la asesina de pelo corto se enfadó, creyendo que J se lo había estado ocultando.

– ¡espera V, me enteré hace unos días! – explicó.

– ¿cómo? – preguntó, tranquilizándose un poco.

– escucha, no vine sola aquí, vine con Tessa – eso la sorprendió – y ella parecía saber que Tobi estuvo aquí, dado que estuvo buscando entre los documentos de los antiguos altos mandos hasta dar con su oficina… y ahí lo encontramos – explicó.

V se quedó en silencio por unos segundos, meditando la respuesta.

– ¿Tessa está aquí? – preguntó finalmente, obteniendo un asentimiento en respuesta – dijiste que te enteraste hace unos días ¿qué han estado haciendo desde entonces? –

– es complicado, estamos buscando una llave pero por lo que oímos una obrera de pelo morado la tiene – explicó, recordando lo que Doll le contó.

– ¿en serio? – preguntó para confirmar, conociendo a dos obreras que tenían el pelo morado.

Descartó a Uzi dado que ella no mencionó tener alguna llave, lo que sólo dejaba a la rusa.

Sacudió la cabeza, no era momento de eso.

De por sí ya estaba a contrarreloj, y perdió bastante tiempo ya.

– bueno J, es bueno volver a verte, pero tengo que buscar algo en la oficina de Tobías, es de vida o muerte –

– espera ¿también vas para allá? ¿y cómo que "de vida o muerte"? –

– escucha, algo pasó y ahora mismo N está en medio de un reinicio y todas sus memorias están siendo borradas –

– ¡¿QUÉ!? – exclamó preocupada.

– Uzi está tratando de salvarlo en estos momentos, pero cualquier ayuda es bienvenida… y si alguien puede tener datos para ello ese es Tobías –

J no estaba segura sobre quién era "Uzi" (el nombre se le hizo peculiarmente familiar) pero el estado de N era preocupante.

– voy contigo – decidió – buscaremos más rápido entre ambas, luego podemos buscar a Tessa para que nos ayude a reparar al idiota –

– suena bien, vamos – asintió.

Ambas entonces emprendieron vuelo hacia las oficinas.

Tenían que salvar a su hermano.


Habían pasado un par de semanas desde que ocurrió aquel evento con el robot Kenton, y en aquel tiempo N no vio a Tobías en ningún momento.

Una parte de él estaba preocupado, pero otra quiso darle la razón a J cuando dijo que debía estar ocupado con sus estudios.

De todos modos, en estos momentos estaba teniendo otro tipo de preocupaciones.

Aquel día había sido extraño, comenzando con la visita de unos humanos bastante bien vestidos con atuendos elegantes de la actualidad.

Por lo general los Elliott insistían en que sus visitas usaran trajes inspirados en los que se usaban en la realeza antigua, por lo que eso ya los hacía destacar.

Otra cosa extraña fue que N notó que esos humanos se les quedaron viendo a él y a sus compañeras en un par de ocasiones, y parecían murmurar cosas.

No sabía qué decían, pero tenía un mal presentimiento.

No ayudó a su incomodidad cuando un dron de trabajo le informó (por medio de un texto en su visor) que los padres de Tessa lo querían en su estudio.

Y ahí se encontraba ahora, frente a las grandes puertas de madera.

Golpeó un par de veces, pidiendo permiso como debía.

– adelante – escuchó la voz del Sr Elliott del otro lado.

N abrió la puerta e ingresó, encontrándose no sólo con el Sr Elliott, sino también con los dos hombres que estaban de visita.

Tragando el equivalente que tenían a la saliva, ingresó.

"¿Me llamó Sr Elliott?" mostró en su visor.

Junto con sus compañeras se dieron cuenta que realmente no les gustaba cuando ellos hablaban, por lo que para comunicarse en su presencia lo hacían de esa forma, igual que los otros drones.

– oh N, no seas tímido, puedes hablar – dijo James Elliott con amabilidad.

Ese gesto extrañó a N, pero asintió de igual forma.

– de acuerdo señor – asintió – ¿para qué me necesita? – ladeó ligeramente la cabeza con curiosidad.

Notó entonces a los dos hombres observándolo con interés, uno de ellos asintió mientras tenía una mano en el mentón de forma pensativa.

– oh, sólo necesitaba una demostración – dijo la cabeza de la familia.

– ¿"demostración"? – preguntó el dron, pero la atención del humano había regresado a los dos hombres.

– ¿y entonces qué opinan? ¿Tenemos un trato? –

Algo no estaba bien ahí, N lo sabía pero no podía hacer nada al respecto.

– un dron capaz de hablar, por no mencionar que ese cabello se ve muy natural, como si no fuese una peluca… es bastante interesante lo admito – asintió uno de los hombres.

– ¿y dice que su familia logró esto? – preguntó el otro.

– por supuesto, aunque más concretamente fue mi hija – asintió el Sr Elliott.

– ¿su hija de 13 años? – murmuró sorprendido el primer hombre.

– así es, y por ende entenderán por qué yo actúo en su nombre, es demasiado joven para esto –

– por supuesto, por supuesto – asintió el segundo humano – pero debe entender, es algo difícil de creer que exista una niña con tal capacidad.

– entendible – concedió el padre de Tessa – por eso pueden preguntarle ustedes mismos – se giró entonces hacia el albino – dime N ¿quién fue la persona que te dejó como estás ahora? –

– ¡oh! Emm, a mí me reparó Tessa… – comenzó a decir.

– él mismo lo confirma – habla el hombre de la casa, no dejándolo mencionar que sus compañeras no fueron reparadas por Tobías.

– y entonces ¿está dispuesto a vendernos los que actualmente tiene a su disposición? –

N ahuecó los ojos al oír eso.

Ahora todo empezaba a tener sentido.

– está en lo correcto, siempre podemos crear otros para nosotros mismo si llegamos a tener la necesidad –

– ¡se-señor! – trató de decir el dron.

– silencio N, los adultos estamos hablando – James lo calló usando un tono firme.

El albino supo identificar la promesa de castigo si llegaba a hacer algo que no le gustara.

Y sabía que no sería sólo para él, sino también para sus amigas.

Por ende, con resignación, guardó silencio mientras agachaba la cabeza.

– jeje, tendrán que disculparlo, realmente le gusta trabajar aquí – aseguró el Sr Elliott.

– ¿y está seguro de que ese gusto no afectará su eficiencia si llega a ser trasladado a otro sitio? – preguntó el primer hombre.

– oh, en lo más mínimo – desestimó – puedo garantizarlo

La promesa de dolor por incumplir con eso quedó clara para N.

– bueno, supongo que tenemos un trato Sr Elliott – asintió el primer hombre.

PUM

Entonces las puertas se abrieron.

El dron dio un pequeño brinco por la sorpresa, antes de ganar una mirada de esperanza al ver de quién se trataba.

Era Tobías.

Sin embargo, la alegría le duró poco e incluso retrocedió cuando vio su mirada.

Estaba molesto, no... furioso.

En todo su tiempo en la mansión nunca llegó a ver al Kenton en ese estado.

Lo había visto molestarse y gritar a la TV algunas veces durante las noches de boxeo, pero no eran como esto.

– Tobías Kenton ¿qué significa esto? – preguntó James con molestia.

– eso me gustaría saber – respondió sin retroceder el joven – ¿qué es esto de estar vendiendo a MIS drones? –

– ¿disculpa? – preguntó el primer hombre de traje.

– Kenton, fue Tessa quien reconstruyó a N –

– bajo MI guía y supervisión – replicó (con una mentira) – por no mencionar que tanto J como V son creaciones mías – añadió.

– hmp, supuse que tu padre te lo contó, pero accedió a entregarme la propiedad de los robots a cambio de ayudarlo a enmendar su terrible fallo en la última pelea que tuvo –

– mi viejo nunca dijo algo al respecto – negó.

– tal vez no, pero eso no cambia los hechos – dijo seguro el adulto.

Los otros dos hombres miraron el asunto con curiosidad, mientras que N empezaba a perder la esperanza de ser salvado.

– ellos son míos, y puedo probarlo – aseguró Tobías.

– ¿ah si? ¿cómo? – preguntó el Sr Elliott.

Fue en ese momento que el joven mostró una pequeña sonrisa.

– dejé una pequeña firma digital en el software de N, J y V – informó – puedo mostrarla en una corte como evidencia de mi propiedad sobre ellos, por no mencionar que tengo 20 años y poseo el derecho de tomar mis propias decisiones respecto a mis creaciones, y en cualquier caso de ser necesario quien me acompañaría sería mi tutor legal, el cual no eres tú –

Tobías tenía la mano ganadora en esta situación, y eso lo notaron todos.

– supongo entonces – habló el primero hombre, quien parecía ser el líder entre ambos – que cualquier trato tendremos que hacerlo contigo – se acercó a joven veinteañero, quien borró su sonrisa al mirarlo.

– ¿en caso de que haya un trato? Sí – asintió con un tono monótono.

Era obvio que no estaba feliz por la situación.

– en ese caso joven… ¿Kenton, verdad? – al recibir un asentimiento como respuesta continuó – somos representantes de U.S. Robots and Mechanical Men, y estamos muy interesados en tus drones –

– eso parece – respondió con una cara de póker.

– estaríamos interesados no sólo en comprar a los robots de tu propiedad que compartan características con ese de ahí – señala a N – sino también a comprar los planos y detalles sobre su fabricación… ¿qué le parece unos… 100.000 dólares por dron, además de 500.000 dólares por los detalles de su fabricación? –

Los drones de trabajo hogareño, como los eran los que había en la mansión incluyendo a los albinos, normalmente costarían unos 10.000 dólares, por lo que en esencia estaban pagando 10 veces más por cada uno de ellos, y 50 veces más por los planos.

Era una oferta que cualquiera aceptaría si dudar.

– me reúso –

Pero Tobías no era "cualquiera".

– me alegra escuchar eso, ahora sólo debe firmar… disculpa ¿me repite lo que dijo? – el hombre se mostró confundido.

– me reúso – repitió.

– joven, por favor le pido que recapacite – intentó convencerlo, con poco éxito.

– y yo le pido que me escuche con atención – respondió el Kenton – yo jamás los venderé, ni por todo el dinero del mundo – dijo con una mirada decidida.

El hombre notó la seriedad en los ojos del joven, y finalmente cedió.

– de acuerdo – asintió, para entonces sacar una tarjeta y entregársela – si algún día cambias de opinión, llámanos –

Más por educación que por genuino interés, Tobías tomó la tarjeta y se la guardó en el bolsillo sin darle alguna mirada.

– bueno Sr Elliott, fue una agradable tarde, pero temo que tendremos que irnos –

El segundo hombre se levantó de su asiento y saludó a James, para que luego ambos se retirasen.

Tras eso, hubo silencio en la habitación.

.

.

.

PUM

James Elliott se levantó de su escritorio tras golpearlo con ambas manos, para entonces acercarse al joven.

– ¿tienes idea de cuánto me costó convencer a esa compañía de venir a ver esas máquinas? – preguntó con un tono bajo pero amenazante.

Pero Tobías sólo entrecerró los ojos, nada intimidado.

– cuidado tío, estás perdiendo la elegancia de tus palabras – advirtió con un tono neutro pero al mismo tiempo relajado.

A sabiendas que ya no era un niño al que podría golpear sin repercusiones, sino que era un joven atlético y practicante de boxeo, el adulto se controló.

Sabía muy bien que ese chico esperaba con ansias cualquier excusa para poder dar un puñetazo.

– ¿cómo fue que te enteraste? – preguntó – hice un gran esfuerzo para que no supieras nada –

Ni siquiera Tessa sabía de esto, así que ella no pudo haberle advertido.

– si tanto quieres saber, un compañero mío conoce a alguien que conoce a alguien dentro de esa compañía… tuve suerte de que se le ocurriera preguntarme sobre el asunto, de lo contrario nunca me hubiera enterado –

James no pudo sino gruñir de frustración, cosa que el Kenton aprovechó para tirar otro golpe.

– oh vaya, ahora entiendo por qué su obsesión con la elegancia, si te descuidas comienzas a comportarte como un "bárbaro" –

– cuidado mocoso… – advirtió – acabas de costarme mucho dinero, no creas que esto se va a quedar así –

Pero Tobías ni siquiera parpadeó ante la amenaza.

Estaba claro, no le tenía miedo.

Cambió su enfoque, dándole una mirada al temeroso N que seguía presente y presenciando lo que pasaba.

Sólo lo trajo para que actuase lindo y los convenciese de comprarlo, sólo para eso.

Y al final fue para nada.

Pero antes de siquiera poder intentar desquitarse con él, el veinteañero se puso entre ambos.

El mensaje estaba claro.

– bien – escupió – sal de aquí, este sigue siendo mi estudio y no te quiero dentro –

– me parece bien – asintió – de todos modos tampoco quería seguir más tiempo aquí – se dio la vuelta y comenzó a caminar – ah sí, antes de que me olvide… a la próxima invéntate algo mejor que el cuento de que mi viejo te pidió ayuda a ti – entonces se dirigió hacia la puerta – nos vamos N –

Aun nervioso por todo lo que ocurrió durante los últimos 15 minutos, el dron obedeció y ambos salieron del estudio.

Caminaron por el pasillo en silencio por un rato.

El albino tenía sus nervios al máximo, y no sabía qué pensar, acababa de ver un lado de Tobías que desconocía, y eso… lo asustaba.

– N – dio un salto cuando escuchó al humano hablar.

– ¡s-sí! – se giró para verlo, tartamudeando un poco pero tratando de disimular.

Fue entonces que sintió unos brazos rodeándolo y acercándolo al Kenton.

– ¿u-uh? –

– lo siento – dijo con un tono suave – perdón por tenerte en esa situación –

Ese… ese era el Tobías que recordaba.

– perdón si te asusté, es sólo que… estaba tan furioso que apenas pude controlarme –

– ¿te enojaste tanto por… nosotros? –

– por supuesto N, porque ustedes no son meros drones… son familia –

Familia.

Eso era él para J.

Eso era él para V.

Eso era él para N.

Eso eran ellos para Tobías.

Con fuerza, abrazó en respuesta el humano.

No pudo evitar abrirse él mismo ante él.

– no quiero irme Tobías – dijo con la voz quebrada – por favor, no dejes que me lleven – suplicó.

El miedo de que algo del estilo volviese a ocurrir quedó plantado en su interior.

– tranquilo N… ¿sabes lo que significa cuando dijo "como que me llamo Tobías Kenton"? –

El albino negó con la cabeza, aun teniéndola enterrada en el pecho del joven.

– significa que lo único que me detendrá de cumplir mi palabra, es la muerte – reveló – y créeme amigo, los Kenton somos muy tercos, sólo un evento apocalíptico logrará borrarnos del mapa –

N sonrió, confiando plenamente en sus palabras.

.

.

.

Pero por un instante hubo un cambio.

El suelo de madera fue cambiado por nieve, las paredes desaparecieron revelando un páramo helado, y la luz amarillenta de las lámparas fue remplazada por una luz blanquecina.

Tan rápido como comenzó la distorsión, terminó.

El pequeño albino no entendía lo que acababa de pasar, y sólo abrazó con más fuerza a Tobías.

– shhh, tranquilo – le acarició suavemente los cabellos – estoy aquí, y prometo que no me iré a ningún lado, como que me llamo Tobías Kenton –

No sabía por qué, pero sentía que esa declaración no se cumpliría.

Lágrimas virtuales empezaron a aparecer en su visor.


– no… no… no… – murmuraba V mientras miraba unos papeles.

– ¿puedes no hacer eso? Me desconcentras – se quejó J.

– cállate y busca más rápido –

Ambas albinas había llegado hace rato a la antigua oficina de Tobías, y velozmente se pusieron a buscar algo que hablase sobre los drones o el Absolute Solver (luego de lidiar con un momento vergonzoso cuando V intentó abrir la puerta de una patada y su delgado pie se quedó incrustado).

J le contó brevemente a su compañera que el Kenton había hecho algunos experimentos con algunos drones infectados con el programa.

Al principio V se negó a creer eso, pero la dron de coletas le prometió mostrarle las pruebas más tarde dado que ahora debían concentrarse en el asunto en manos.

La albina de pelo corto buscaba entre los cuadernos que había en una repisa, mientras que su exlíder buscaba entre los cajones.

Tenían que encontrar algo, lo que sea.

– oh… – murmuró J al encontrar algo.

Y para bien o para mal, V la oyó.

– ¿encontraste algo? –

– si, pero no de lo que buscamos – vio una foto.

En ella estaban todos en una fiesta de halloween.

Tobías estaba con un traje marcial violeta oscuro junto a una capa blanca con hombros anchos, N se puso unas orejas caninas falsas y unos guantes y botas con forma de garras de hombre lobo (seguía con su traje de mayordomo que siempre traía), ella misma estaba ahí con un uniforme de secretaria empresarial de color gris oscuro (incluso sostenía una libreta con itinerario falso), V tenía un conjunto vikingo femenino junto a un hacha apoyada en su hombro, y finalmente estaba Tessa con un traje samurái y una espada katana falsa enfundada.

– si no nos ayuda entonces ignóralo – dijo su compañera mientras seguía buscando.

J asintió, sabiendo que no tenían mucho tiempo.

Dobló la fotografía y se la guardó en uno de los bolsillos de su uniforme.

Un recuerdo de una época más sencilla era uno digno de conservar.

Tras eso volvió a buscar entre los cajones.

Hasta que encontró algo que no esperaba.

– ¿qué es…? – murmura mientras levanta su hallazgo.

Una pequeña caja metálica con un candado que requería una combinación de números para abrirse.

– ¿ahora sí encontraste algo que nos sirva? – preguntó V mientras se giraba a verla, notando entonces la caja – ¿qué es eso? –

– una caja se seguridad marca JCJenson modelo F8BE02H4, creada con una aleación de CrCoNi, o en otras palabras, cromo, cobalto y níquel; el metal más resistente que se puede crear usando sólo materiales obtenibles en la Tierra – responde J con una mirada analítica y ligeramente emocionada.

Ese tipo de cajas eran muy escasas y costaban una fortuna, y como coleccionista de productos de JCJenson que era, ella podía reconocer su valor en un instante.

– eso significa que debe tener algo importante dentro ¿verdad? Hay que romperla para ver su interior –

– incluso si yo te lo permitiera, que estaría loca si lo hiciera, no podrías – negó la dron de coletas – esto está más allá de las capacidades que nosotras como drones de desmontaje poseemos, el candado por otro lado… – de un fuerte tirón destruyó la cerradura.

Al abrir la caja, se encontraron con un cuaderno de aspecto sencillo, y una pequeña nota encima.

Tomando la nota se puso a leerla, mientras V se asomaba sobre su hombro para leer también.

"Tessa, J, V, N, Cyn, si están leyendo esto es porque algo me pasó… o sólo están mirando mis cosas sin mi permiso. Si es el primer caso aquí tengo información importante respecto al Absolute Solver, y si es el segundo ¡DEJEN MIS COSAS!"

Ambas no pudieron evitar sonreír ligeramente ante lo último, pero velozmente fruncieron el ceño con los ojos ahuecados cuando notaron un pequeño detalle.

La nota mencionaba a Cyn.

Les costaba digerir eso, dado que nunca vieron que ambos interactuasen, es más, Cyn sólo apareció un tiempo después de que Tobías se marchase a Copper-9.

¿Tobías estuvo involucrado con Cyn? La implicación no les gustaba en lo más mínimo.

V tuvo que aceptar a regañadientes las palabras previas de J como verdaderas.

Él realmente trabajó con drones infectados.

La exlíder tomó el cuaderno y lo abrió, leyendo velozmente lo que decía la primer página.

29/10/3050

Han pasado un par de semanas desde que Atom cayó por el acantilado.

Odio esto, si no hubiera hecho caso a esa solicitud no lo hubiera perdido.

Pedí a los altos mandos organizar una expedición para buscarlo, pero se negaron.

"no valía la pena" dijeron.

Trato de encontrar formas de lidiar con esto, pero ya no puedo concentrarme en los reportes, la oficina se siente solitaria sin él.

Por eso cuando empezaron a pedir voluntarios para unos experimentos secretos con drones obreros, me anoté.

Pensé que me ayudaría a sacarme de encima la pérdida.

No puedo contar con mis compañeros de trabajo, ellos no entienden lo que significa Atom para mí, para mi familia… para ellos sólo es un robot antiguo.

Igual que para los Elliott J, V y N sólo eran unos meros robots de quehaceres.

No puedo amistarme con ellos, chocaría demasiado.

Por eso tomo este rol.

Espero no tener que hacer nada malo con ellos.

V miró con lástima las palabras del cuaderno.

Ella vio las memorias de Atom, sabía cómo había sido la cosa.

J, por su parte, comenzó a pasar las páginas rápidamente.

Luego podrían leer con tranquilidad sobre su experiencia, ahora necesitaban sus descubrimientos.

Su compañera coincidió con su razonamiento.

Finalmente llegaron a una página que parecía tener respuestas.

15/02/3051

Estúpido Francis, si vuelve a hacer algo como lo de hoy juro que le tiro los dientes que aún le queden.

Si bien no tengo detalles suficientes, puedo hacerme una idea de lo ocurrido.

Siendo el "voluntario" (aunque realmente pienso que lo obligaron) a cargo de los drones categorizados entre "010" y "019", es con él con quien organizo las reuniones de Yeva con Alice (tenemos que coordinarnos con Gregory para involucrar a Nori también).

No estoy seguro qué pasó, pero para cuando me enteré resultó que Francis hizo una estupidez y Yeva perdió el control.

Cuando llegué ella estaba con sus poderes descontrolados mientras con una mano se sujetaba su visor (que más tarde descubrí tenía un feo agujero), mientras Alice parecía haber sido azotada contra la pared y Nori estaba a un costado tranquila (a veces pienso que sufre el equivalente robótico a la psicopatía).

Entré a la habitación para intervenir pese a que todos me decían que esperara mientras traían a los centinelas anti-drones (cosa que honestamente creo que hubiera sido contra-producente dada la relación de confianza que tengo con mi grupo).

La propia Yeva me decía que me alejara, que no podía controlarse, pero igual avancé.

Un par de veces recibí un golpe de parte de su programa, pero no es lo peor que recibí antes.

Cuando finalmente estuve frente a ella, traté de que se tranquilizara con palabras, pero no tuve mucho éxito, estaba demasiado alterada.

Ahora bien, sé que esto sonará estúpido, bizarro, o como salido de un cuento infantil, pero juro como que me llamo Tobías Kenton que esto es verdad.

La abracé, traté de que un gesto gentil y cariñoso le bajase los nervios que sentía en ese momento.

Para la sorpresa de todos los presentes, la intensidad del poder de Yeva empezó a bajar paulatinamente, desde su perspectiva habrá parecido que todo se arregló con el "poder del amor".

Y si bien no puedo negarlo del todo, ellos desconocen que ella me abrazó en respuesta, pero el programa trató de empujarse hacia atrás (tendré que ir al médico luego para asegurarme que mis costillas están bien).

El punto de todo esto es que, el Absolute Solver es un programa corruptor, aprovecha los sentimientos o pensamientos del dron infectado y los corrompe. Es decir, un pensamiento o meta inocente puede ser tornado en una acción horrenda pero "justificada" con que debía hacerse para cumplir esa idea.

Como depende tanto de los sentimientos, si un dron tiene un ancla emocional que le ayude a mantener el control, es posible evitar casualidades.

De momento esta es la mejor forma que tenemos para evitar incidentes futuros, tendré que informar de esta teoría a los altos mandos.

Sólo espero que me escuchen.

– esto es bueno – dijo V antes de siquiera darse cuenta.

Parpadeó tras decir eso, para entonces fruncir el ceño.

¿cuándo empezó a interesarle tanto el estado de Uzi? ¿Cuándo fue que se aprendió su nombre?

Y hablando de nombres…

"Yeva".

No estaba segura de dónde, pero sentía que ese nombre lo había escuchado antes.

Se encogió de hombros, lo pensaría luego.

Notó que J pasó a otra página, y leyeron juntas.

07/04/3051

Ando preocupado por Yeva, no he podido organizar reuniones con sus amigas dado que Gregory y Francis no me responden.

No es como que se lleve mal con el resto de drones del grupo, pero parece pasarla especialmente bien con Nori y Alice.

Tendré que averiguar qué pasa más tarde.

Por el momento, anotaré aquí algunos descubrimientos que hice.

Como probablemente sabrán, el Absolute Solver es capaz de hackear maquinaria, cuanto menor sea la capacidad de pensamiento propio de esta más fácil será controlarla.

Se han intentado crear programas anti-hackeo para combatir el AS, pero no se ha tenido éxito.

Incluso los mejores hackers que tenemos en Copper no fueron capaces de frenarlo.

Pero creo que encontré una forma, aunque no es la que los altos mandos probablemente busquen.

Y es que resulta que la mejor forma de combatir al Absolute Solver, es con otro Absolute Solver.

Hice algunas pruebas con mis drones, y descubrí que un hackeo impulsado por el AS tiene mejores chances de detener a otro AS que un hackeo estándar.

Supongo que cuando eres "absoluto" sólo puedes ser detenido por algo equivalentemente "absoluto".

Como dije, no es lo ideal, pero es lo único que conseguí.

A ver si así puedo convencer a los altos mandos de que mejoren el trato que reciben los drones en los experimentos.

Odio la impotencia que tengo en estos momentos.

Ambas albinas se miraron entre sí al leer eso.

Era un descubrimiento importante, pero al mismo tiempo preocupante.

¿sólo un Absolute Solver puede vencer a otro Absolute Solver?

Al menos en programación, pero ¿y si aplicaba también al pelear?

Trataron de seguir viendo las notas, pero vieron un problema.

Quizás una semana después de esa nota, no hubieron más.

Pese a ser drones, sintieron los hombros fríos ante la implicación.

Una semana después de ese descubrimiento, ocurrió la tragedia.

El colapso del núcleo de Copper-9.

V apretó los puños, mientras J se contuvo para no imitarla, no quería romper el cuaderno.

– vámonos – dijo la exlíder tras cerrar el libro – vamos con Tessa y luego salvaremos a N –

La albina de pelo corto asintió sin decir nada.

Ambas salieron de la oficina, cerrando la puerta tras de sí para que los elementos no perjudiquen el interior (aunque el agujero provocado por V seguía presente), y salieron al exterior para entonces emprender vuelo hacia la cápsula de aterrizaje de Tessa.

Mientras volaban, J le envió un mensaje a su jefa, informándole que había encontrado algo y que estaba de regreso.

También le contó que alguien la acompañaba.

Tendrían que prepararse para lo que vendría.


– vamos, funciona... – murmuró Uzi mientras tecleaba en su computadora.

Perdió la noción de tiempo desde que había comenzado con el intento de hackeo.

Pero nada que intentara funcionaba.

Sea los que sea que estaba afectando a N, sin dudas era poderoso.

Desconocía cuántos intentos llevaba ya, ni tampoco le importaban.

Sólo le importaba salvar a su mejor amigo.

Una parte de ella esperaba que V encontrara algo útil en la cápsula, por lo que su prioridad actual era evitar que N dejase de "existir".

Si lograba salvarlo sería un plus, pero por cómo iba la cosa no tenía altas expectativas de lograrlo por su cuenta.

– demonios – maldijo ante otro intento infructuoso.

Pero no se rendiría.

No tiraría la toalla.

Ellos nunca lo hicieron antes.

N no se rindió con ella en el campamento, incluso si ella misma lo había hecho.

Atom nunca se rindió sin importar qué tan gigante y robusto fuese su oponente.

Uzi no iba a ser menos.

Lo salvaría.

Sin importar qué.

Nada la haría retroceder.

¡Salvaría a su ser más preciado!


Capítulo número 15, yahoo!

Realmente nunca esperé que el fanfic se alargara tanto, pero su apoyo realmente me motivó mucho (se los agradezco profundamente).

Ahora respecto al capítulo en sí, pasaron pocas cosas pero bastante relevantes.

No todos los momentos que N iba a revivir iban a ser felices, no olviden cómo son los Elliott ni tampoco que Tobías sigue siendo humano, no puede estar siempre presente, pero eso no lo detiene de intentar.

Finalmente las antiguas compañeras se reúnen, con un pequeño choque al principio, pero rápidamente recordaron qué es lo importante y lograron hacer algunos descubrimientos.

Uzi parece tener problemas para ayudar a N ¿podrá sobreponerse al desafío? ¿se atreverá a usar por su cuenta aquel poder que tanto empezó a aterrarle? ¿Atom hará algo más que sólo dar apoyo moral?

En el siguiente capítulo ambos grupos finalmente se encontrarán ¿qué creen que pasará?

Los espero en el siguiente cap.

Sin nada más que agregar.

Hasta la próxima.