Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y la historia está escrita sin fines de lucro.
Al volver al salón donde se estaba llevando a cabo la fiesta, Mariko ya no se separó ni un solo momento de Ranma, pues, quería que todos los invitados de verdad creyeran que eran una "feliz pareja".
La tía Hinako sonrió satisfecha al ver que Mariko estaba ganando terreno con su sobrino y aprovechó para confirmarles, a quienes le preguntaban por ellos dos, que sí eran novios y que muy pronto se iban a casar, sin que su hermana o su cuñado lo supieran.
La señora Nodoka observaba a su hijo y presentía que algo más le pasaba, aparte de su expulsión del Ejército. Ella lo conocía muy bien y desde que volvió de Ichigaya, lo notó bastante extraño:
Sé que hay algo más que lo está atormentando –dijo internamente, mientras lo observaba platicando y bebiendo con algunos conocidos y por supuesto, con Mariko a su lado, sujetándolo del brazo- tengo que descubrir qué es... –hizo una pequeña pausa- ¿será que se debe aún a la chica que conoció hace años en una heladería? ¿será posible?... ¿o quizás a la chica que colaboró en su expulsión? a lo mejor él estaba enamorado de ella y por eso, la defendió... no, no creo: mi hijo jamás se enamoraría de una mujer sin escrúpulos como ésa... -de pronto, sin saber bien por qué, vino Akane de nuevo a su mente- no, no puede ser: ellos jamás se habían visto antes y mi hijo no me mentiría en algo así... yo confío plenamente en él.
Volteó a ver a otro lado, pero, después, nuevamente tuvo ese mal presentimiento que le decía que su hijo no debía volver a ver, ni a tratar a Akane:
Bueno, al final, aunque me gustaría alguien como Asami para Ranma, tengo que reconocer que Mariko ha demostrado quererlo sinceramente... lo esperó todos estos años, siempre le escribió cartas y ahora, hasta una fiesta hizo para darle la bienvenida –se detuvo un momento- quizás he sido muy injusta con ella y por supuesto que, en el último de los casos, preferiría un millón de veces que Ranma se quedara con alguien como ella, a verlo en problemas por una mujer comprometida... ¡no! ¡eso no lo puedo permitir! –pensó preocupada- creo que sí es conveniente que mi hijo siga conviviendo con Mariko o si no, aunque me entristezca mucho, tendré que buscar la manera de alejarlo de Tokio... quizás sería bueno que se vaya a vivir una temporada con mis padres a Kyoto... ¡sí, eso estaría muy bien: se lo voy a proponer a Genma!
Por otro lado, al día siguiente, por la mañana, Akane se levantó un poco más tarde de lo que acostumbraba los días domingos, pues, luego de llorar y de contarle a su amiga sobre sus sentimientos por Ranma y lo que había sucedido entre ellos durante la fiesta, le costó tranquilizarse y conciliar el sueño.
Se dio una ducha y luego, se puso un yukata color rosado:
Después, empezó a cepillar su largo cabello y mientras lo hacía, sin poder evitarlo, de nuevo vinieron a su mente algunas de las palabras que Ranma le dijo la noche anterior:
Akane, me interesas mucho más de lo que yo imaginaba... estoy loco por ti... permíteme acercarme a ti.
Nuevamente, tuvo ganas de llorar (como si no hubiera sido suficiente lo que había llorado ya). De pronto, escuchó que tocaban a la puerta de su habitación:
̶ Akane, ¿ya estás lista? –preguntó Shampoo-.
̶ Sí, Shampoo –contestó, rápidamente- ahora voy.
̶ Bueno, está bien. Te espero en la cocina.
Akane terminó de cepillar su cabello y después, salió de su habitación. Al llegar a la cocina, vio que Shampoo ya tenía el desayuno servido:
̶ Siéntate, Akane –dijo Shampoo sonriendo, al ver que su amiga aún tenía los ojos hinchados por haber estado llorando bastante la noche anterior (pues, cuando Shampoo se enteró de lo que había sucedido entre Akane y Ranma, casi gritó de la alegría y no veía razón alguna para que ella estuviera sufriendo de esa manera... ¡había sido algo maravilloso!)- ven a comer, que se enfría.
Akane sonrió levemente y después, le dijo:
̶ Muchas gracias, Shampoo, pero, no debiste molestarte. Además, se supone que hoy viene Kirin a verte y...
̶ Sí, es cierto –dijo Shampoo, interrumpiéndola- pero, hasta en la tarde jajajaja así que, no te preocupes por eso y en el último de los casos, si de verdad quiere que nos veamos hoy, va a tener que esperar todo el tiempo que sea necesario hasta que me desocupe jajaja.
Ambas rieron un poco:
̶ Te lo agradezco mucho, Shampoo –dijo Akane, acercándose a la mesa- siempre como muy bien cuando tú te quedas en mi departamento, porque yo soy un desastre cocinando... ni siquiera sé preparar unos huevos revueltos, a pesar de que me lo has explicado ya varias veces –hizo una pequeña pausa y después, dio un pequeño suspiro- creo que mi familia me consintió demasiado y por eso, no aprendí a hacer las cosas por mí misma...
Shampoo le estaba prestando atención, pero, cuando la escuchó mencionar a su familia, cambió su expresión:
̶ Mi mamá y mi abuelita sí saben cocinar –continuó Akane- pero, creo que yo tampoco mostré mucho interés en querer aprender y...
̶ Akane –dijo Shampoo, un poco seria, interrumpiéndola- ya que mencionas a tu familia, creo que...
̶ ¿Qué pasa, Shampoo? –preguntó sorprendida-.
̶ Mira, es que... hoy por la madrugada, cuando por fin te tranquilizaste y pudiste dormir, me quedé pensando en todo lo que me contaste ayer.
Akane se puso muy nerviosa al escuchar que nuevamente iban a hablar de ese tema:
̶ Akane –continuó Shampoo- creo que deberías hablar con ellos... –hizo una pequeña pausa- deberías... hablar con tu padre sobre tus sentimientos.
Akane se sorprendió mucho más al escuchar eso último:
̶ Si no amas a Kuno, no te cases con él –dijo Shampoo y después, hizo una pausa- tú me has contado de la tristeza que has visto en los ojos de las amigas que tienes en tu pueblo y que también las obligaron a casarse y así como ellas, estoy casi segura, que la mayoría de mujeres de allí son infelices por seguir esas tradiciones que están fuera de lugar...
̶ ¡No, Shampoo!, ¡no! –dijo Akane rápidamente, interrumpiéndola- ¡no puedo hacer eso!
̶ ¿Por qué no, Akane?... es lo mejor.
̶ ¡No, no es lo mejor! –dijo alterada- ¡tú no conoces a mi padre!: ¡él fue muy claro conmigo cuando me permitió venir a estudiar a Tokio, además, di mi palabra frente a todo el pueblo que me casaría con Kuno!
̶ Sí, lo sé, ya me lo habías contado antes, pero...
̶ ¡Mi padre confió en mí, Shampoo!, ¡le hice una promesa y debo cumplirla!
̶ ¡¿A costa de tu felicidad?! –dijo, un poco molesta- ¡Akane, tú amas a Ranma y ya no puedes volver a negarlo porque ayer me lo confesaste!
Akane se quedó callada, sin saber qué decir y Shampoo continuó:
̶ Te preocupas mucho por él porque hasta me pediste que le dijera a Kirin que nos avise cuando el Coronel regrese a la Academia, para que puedas hablar con él y así aclarar todas las artimañas bien tramadas por ese horrible Teniente y sus aliados para lograr la expulsión de Ranma –dijo, aún en el mismo tono-.
̶ Eso... eso es muy distinto, Shampoo –dijo nerviosa- es... es... es algo obligatorio, porque yo fui la causante de todo, recuerda que...
̶ No empieces, Akane: bien sabes que eso no es verdad y no quieras desviar la conversación, por favor, además, volviendo a lo de tu papá, no creo que pueda ponerle peros a un muchacho como Ranma, estoy segura –hizo una pausa- si vamos a lo del atractivo físico, por supuesto que Ranma le gana a Kuno –dijo, enumerando con los dedos- si es por lo de las clases sociales, la familia de Ranma tiene dinero y mucho: quizás hasta más que Kuno...
Iba a continuar con su listado, pero, Akane la interrumpió:
̶ ¡¿Pretendes que me meta en problemas con mi padre por alguien que no vale la pena?!... ¡él fue muy claro al decir que mataría a quien se atreva a manchar su honor! –dijo, bastante desconcertada al escuchar a su amiga- ¡mi padre no bromeaba cuando lo decía!...
̶ No creo que tu padre sea capaz de algo así, Akane, además, solo fue un beso –dijo despreocupada- por recibir un beso del hombre que amas, no vas a manchar el honor de tu familia... hazme caso: estoy segura que sabrán comprender y que te dejarán ser feliz con él cuando les expliques que...
̶ ¡Ranma no es un buen hombre, Shampoo! –dijo con mucho dolor, interrumpiéndola- ¡él solo quiere jugar conmigo!
̶ Pero, Akane...
̶ ¡No, Shampoo!, ¡no insistas, por favor!: ¡mi padre eligió a Kuno como mi futuro esposo y yo voy a respetar su decisión! –dijo muy segura y después dijo, con voz un poco más baja- aunque ame a Ranma, voy a olvidarlo... te lo juro.
Shampoo negó con la cabeza y después, dio un pequeño suspiro:
̶ Está bien, Akane... está bien –dijo resignada- nada de lo que te diga te va a hacer cambiar de opinión y creo que es mejor que cambiemos de tema...
Akane se le quedó viendo, un poco avergonzada por haberle hablado de esa manera y Shampoo continuó:
̶ Pero antes, debo hacerte una pregunta muy, pero, muy importante.
̶ ¿Cuál? –preguntó, un poco más tranquila-.
Shampoo tomó aire antes de hablar nuevamente:
̶ ¿Qué tal besa Ranma, eh? –preguntó, pícaramente-.
Akane se ruborizó como nunca antes lo había estado en su vida, al escuchar esa pregunta:
̶ ¡Shampoo! –exclamó, muy, pero, muy avergonzada, cubriendo su rostro con sus manos-.
̶ Jajajaja –rio Shampoo- ¡no te pongas así!... ¡solo fue una simple preguntita, nada más! jajaja es que, como ayer se te olvidó contarme ese "detallito", pues...
̶ ¡No pienso responderte eso! –dijo, bastante incómoda-.
̶ Bueno, no hace falta jajaja ver tu expresión es más que suficiente para confirmar que besa mucho mejor que tu prometido jajaja.
Akane se molestó mucho y Shampoo volvió a decirle:
̶ ¿Verdad que sí?
Akane no le respondió y Shampoo insistió:
̶ ¿Verdad que no me equivoco? jajajaja.
̶ ¡Dije que no te voy a responder eso!
̶ Pero, ¿por qué no? si es muy fácil la respuesta.
̶ ¡Shampoo, no insistas! –dijo, aún nerviosa y molesta-.
̶ Akane, por favor: te prometo que solo quedará entre nosotras dos –dijo, en tono de súplica- no le voy a contar a nadie más, de verdad... ¡anda!, ¡¿sí?!
Akane se le quedó viendo un momento. Después, inclinó su rostro y dio un largo suspiro, con tristeza. Shampoo cambió su expresión al verla y le dijo:
̶ A no ser que... -hizo una pausa- Akane, nunca hablamos sobre esto, pero, ¿habías besado antes a tu prometido?
Akane no le respondió:
̶ Sé sincera conmigo –dijo Shampoo, nuevamente- acaso, ¿Ranma fue tu primer beso?
Akane se puso mucho más nerviosa y empezó a temblar un poco:
̶ Respóndeme, por favor –insistió Shampoo-.
̶ Sí –dijo al fin, con voz casi inaudible-.
̶ ¡¿De verdad?! –preguntó, muy sorprendida y Akane asintió- ¡no puedo creerlo! –dijo Shampoo, muy emocionada, tapándose la boca con una mano-.
̶ ¡Pero, no le cuentes a nadie! –dijo Akane, con preocupación- ni siquiera a tu familia o a tu novio... ¡nadie más puede enterarse de lo que pasó, por favor!
̶ Jajaja está bien –dijo, riendo un poco- te prometo que no le contaré a nadie.
̶ Gracias –dijo, sonriendo levemente-.
̶ Pero, aun así, quiero que me cuentes con lujo de detalles como fue tu primer beso.
̶ ¡No, eso no! –volvió a decir, muy, pero, muy incómoda-.
̶ Jajaja –volvió a reír, Shampoo- está bien jajaja por ahora, te dejaré comer tranquila –dijo, empezando a salir de la cocina- pero, ya me contarás después jajaja.
Akane se quedó viendo, más que sorprendida y a la vez, preocupada, porque sabía cómo podía ser su amiga de insistente, si se lo proponía. Al parecer, no tendría escapatoria alguna.
Mientras tanto, en la casa de la familia Saotome, los padres de Ranma acababan de salir para acompañar a Sentaro, su novia Satsuki y su abuela a ir a saludar a Shinnosuke, al no verlo en la fiesta el día anterior y para poder despedirse de él antes de regresar por la tarde al pueblo de Wazuka (ya que, se habían quedado a dormir en la casa de Ranma el día anterior y Sentaro debía presentarse a su trabajo el lunes, muy temprano).
Cuando la tía Hinako supo que irían a visitar a "ese huérfano", prefirió no acompañarlos, diciéndole a su hermana y a su cuñado que mejor se quedaría para cuidar de su "querido sobrino" y velar porque comiera bien cuando despertara (ya que, Ranma aún no se levantaba por haber bebido demasiado el día anterior).
La señora Nodoka se sorprendió mucho al escuchar a su hermana decir algo así, pero, después se alegró mucho al ver que se preocupara por su hijo:
̶ Te lo agradezco, Hinako –dijo la señora Nodoka- procuraremos no tardarnos mucho -se despidió de ella y después, el señor Genma los llevó a todos en su auto Ford 78 Faeton Touring (uno de los autos que estaban a la moda en esa época) a la casa de Shinnosuke-.
Minutos después de haberse ido, Asami le llevó té a la sala a la señora Hinako:
̶ ¿Sabes si ya despertó el "héroe de Japón", Asami? –preguntó la tía Hinako-.
̶ No, señora, no lo sé –dijo, algo reseca- ¿desea algo más?
La señora Hinako se le quedó viendo, con curiosidad, pues, su comportamiento era muy extraño:
̶ No, Asami, gracias: puedes retirarte.
̶ Con permiso –y se fue de ahí, rápidamente-.
La señora Hinako bebió un poco de té y después, decidió subir a la habitación de Ranma. Al llegar, ingresó sin tocar. Se acercó a su cama y lo vio aun durmiendo, tranquilamente. Lo observó y después dijo, internamente:
¡Ay, Ranma: si supieras cuánto te desprecio, no dormirías tan plácidamente!... –pensó, con mucho rencor- ¡ojalá no hubieras nacido!... ¡cómo desearía que algo muy malo te sucediera, pero, no creo tener tanta suerte como para que de verdad se hagan realidad mis anhelos! –lo observó un momento más y después, volvió a decir internamente- ¡tu papá no debió fijarse en mi hermana y por eso, nunca, pero, nunca podré sentir más que odio por ti!...
Estaba ensimismada, cuando de pronto, Ranma abrió los ojos:
̶ ¿Tía? –preguntó desconcertado- ¿qué haces aquí?
̶ Sobrinito, buenos días –dijo, irónicamente- vine a ver si ya te habías despertado para pedir que te sirvan el desayuno.
Ranma se sorprendió mucho de su actitud aparentemente amable:
̶ ¿Qué hora es? –preguntó después, frotándose los ojos-.
̶ Creo que, poco más de las diez.
̶ ¡Rayos!, ¡es muy tarde! –dijo, levantándose de su cama-.
̶ No te preocupes, querido, no hay problema... hoy es domingo y además, todos comprendemos perfectamente que te hayas despertado hasta esta hora, porque ayer bebiste hasta el cansancio –dijo, sarcásticamente y exagerando, por supuesto- al parecer, eso sí lo aprendiste muy bien estando en el ejército, ¿eh?
Ranma se le quedó viendo un momento y después le dijo, un poco molesto:
̶ Disculpa, tía, pero, voy a tomar una ducha... ¿podrías salir, por favor?
̶ Cómo digas, "cariñito"... pero, no te tardes mucho, ¿eh? –dijo, jalándole un poco una de sus mejillas y después, salió de la habitación-.
Ranma dio un pequeño suspiro y después, se sentó un momento en su cama. Luego, pasó una de sus manos por su cabello, al recordar nuevamente lo que había sucedido el día anterior:
Akane: tengo que volver a verte... tengo que encontrarte –dijo internamente y de nuevo, dio un pequeño suspiro- tenemos aún muchas cosas que aclarar, muñequita preciosa, porque después de lo que pasó entre nosotros, es imposible que pueda olvidarte: eres la única mujer que me interesa y estoy dispuesto a luchar por ti... -diciendo esto último, se levantó rápidamente y se fue a bañar-.
Después de algunos minutos, bajó de su habitación, más animado: se puso un pantalón blanco, un suéter vintage color azul, un abrigo cruzado color verde militar y zapatos Wingtip (era la ropa que estaba de moda en esa época):
̶ ¡Ay, pero, qué atractivo te ves, sobrinito! –dijo la tía Hinako, nuevamente en tono sarcástico, al verlo ingresar al comedor- ¡ya veo por qué todas las chicas están que se mueren por ti!
̶ ¿Dónde están todos? –preguntó, evadiendo el comentario de su tía-.
̶ Fueron a visitar a "tu amigo Shinnosuke" para saludarlo y preguntarle por qué no llegó ayer a la fiesta –decidió fingir que no sabía nada-.
̶ Ya veo... –dijo Ranma- creo que voy a ir también.
̶ Pero, primero, desayuna algo, queridito –dijo la tía Hinako y después, llamó a Asami para que le sirviera el desayuno-.
Ranma se sentó y Asami llegó a servirle, pero, al hacerlo, casi que somató los platos y los vasos en la mesa. Él pareció no notarlo, pero, la tía Hinako sí se dio cuenta:
̶ Disculpa, Asami, ¿podrías traerme también unos analgésicos? –le preguntó Ranma- es que, aún siento que la cabeza me va a estallar.
̶ Lo siento –dijo, sarcásticamente- ya no hay... si quiere que se los compre, va a tener que esperar, porque ahora tengo mucho que hacer y podría ir a comprárselos hasta que vaya por los ingredientes para el almuerzo.
Ranma se sorprendió y después, le dijo:
̶ Entiendo, no hay problema... yo mismo pasaré a comprarlos cuando salga, gracias.
̶ Si no se le ofrece nada más, me retiro... con permiso –dijo Asami, aún en el mismo tono y se fue rápidamente-.
Él no le dio importancia y empezó a desayunar:
̶ ¡Qué raro que Asami se comporte así contigo, sobrinito! –dijo la tía Hinako, irónicamente- ella siempre ha sido "tan acomedida" contigo, ¿por qué será, eh?
̶ No lo sé –dijo, tranquilamente- tal vez tiene algún problema.
̶ Quizás... -dijo, no muy convencida. Hizo una pausa y después dijo, cambiando el tema- oye, querido: ¿no crees que le quedó muy bonita la fiesta a Mariko ayer?
̶ Ajá –dijo, sin mucho interés-.
̶ Pobrecita, como siempre, se esmeró tanto para quedar bien contigo –dijo, simulando que estaba conmovida- ¿sabes? todos comentaron que se ven muy bien juntos y que hacen una linda pareja.
Ranma volteó a verla:
̶ ¡No me digas! –dijo, sarcásticamente-.
̶ Sí... yo no quise contradecirles –continuó la tía Hinako- porque seguramente, muy pronto van a darse una oportunidad y la noticia de su compromiso será lo más sonado en la ciudad...
Ranma no creía lo que estaba escuchando y antes que pudiera responderle a su tía, ella volvió a hablar:
̶ Todo estuvo muy bien ayer y hubiera estado perfecto a no ser porque siempre se coló "gentuza" por ahí y chicas de "dudosa reputación" que no respetan sus compromisos... -dijo, haciendo referencia a Akane-.
̶ A ver, tía –dijo interrumpiéndola, un poco molesto- ¿de quién estás hablando esta vez?
̶ Ay, cariño, pues, ¿de quién más va a ser?: de esa chica que llegó con Toma... -dijo, tranquilamente- está comprometida y sale con otro hombre o bueno... quizás, no solo con él sino con más hombres, no lo sabemos... –dijo, dramáticamente- y a pesar de esa pésima reputación, tu mamá quiere seguir tratándola porque la invitó a venir a la casa, pero, que ahora traiga a su prometido, ¿puedes creerlo?
Ranma se enojó mucho más al escuchar lo último que había dicho y ella continuó:
̶ ¡Ay, no sé cómo a Nodoka se le pudo ocurrir algo así!: ¡mira que querer tratar con gente tan indecente como la tal Akane...!
Ranma quebró uno de los palillos que tenía en sus manos de lo furioso que estaba:
̶ Ay, hijo –dijo la tía Hinako, al ver su reacción- ¿qué es lo que te pasa?... ¿por qué te pones así?
Él no le respondió y se levantó de la mesa:
̶ ¿No vas a terminar de desayunar, cariño? –volvió a preguntarle, su tía-.
̶ ¡Se me quitó el apetito y la verdad, no tengo tiempo ni ganas de escuchar como escupes tu veneno en contra de personas que ni siquiera conoces!... ¡adiós! –dijo, empujando bruscamente la silla donde había estado sentado y saliendo del comedor-.
La tía Hinako se quedó viendo, muy sorprendida:
¡Qué comportamiento tan extraño!... –dijo, internamente- aquí hay gato encerrado: no tendría por qué haber reaccionado así cuando le mencioné a esa niña... -hizo una pausa- para mí, que Akane sí es la mujer que conoció hace años y le mintió a Nodoka diciendo que ni siquiera se habían visto antes... -hizo una pausa, nuevamente- tengo que descubrir qué es lo que está pasando, antes de decírselo a Mariko: ¡ay, ojalá esa niña se apure con el plan!
Por otro lado, el padre de Mariko se encontraba alistando sus cosas para salir de viaje al día siguiente. Al terminar, fue a buscar a su hija a su habitación. Tocó a la puerta y le dijo:
̶ Mariko, ¿puedo entrar?
̶ Sí, papá –le respondió- pasa.
El señor Konjo ingresó a la habitación:
̶ Hola, hija –dijo, acercándose a saludarla- ayer ya no pudimos hablar, ¿cómo estuvo la fiesta?
̶ ¡Todo salió muy bien, papá! –dijo contenta- ¡llegaron todos los invitados y Ranma no se separó de mi lado ni un solo momento! –dijo, mintiendo- ¡todos comentaron que hacemos una linda pareja!
El señor Konjo solo la estaba escuchando y después, le dijo:
̶ Qué bien, ¿y cuándo va a venir a hablar conmigo ese muchacho, eh? –dijo, un poco molesto- porque al parecer, todo Tokio está enterado de su relación y él ni siquiera me ha pedido permiso para salir contigo formalmente.
̶ Pues, eh... –dijo, un poco nerviosa- muy pronto, papá...
̶ Eso me dijiste hace unas semanas, cuando él acababa de regresar de Ichigaya.
̶ Sí, tienes razón, papá, pero, es que...
̶ Lo siento, Mariko, pero, no puedo esperar más –dijo, aún molesto- si ese muchacho no viene a hablar conmigo esta semana, yo iré a buscarlo y...
̶ ¡No, papá, por favor! –dijo, algo asustada- ¡no lo hagas!
̶ ¿Por qué no, Mariko? –preguntó sorprendido, al ver su actitud- si quiere seguir siendo tu novio, va a tener que pedirme permiso o de lo contrario, no voy a permitir que se te vuelva a acercar, ¿me escuchaste?
̶ Pero, papá...
̶ ¡Nada, Mariko! –dijo, nuevamente molesto- ¡¿te parece poco haber dado una gran fiesta en su honor y que él ni siquiera por eso, tenga la gentileza de venir a hablar conmigo?!... ¡no estoy dispuesto a seguir derrochando el dinero de esa manera, de una vez te lo advierto!
̶ Ya va a venir, papá, te lo prometo –dijo preocupada-.
̶ Tiene solo esta semana, ¿está claro? –dijo, aún en el mismo tono- le doy de plazo hasta el viernes, por los días que estaré fuera de la ciudad.
̶ Sí, papá, como digas.
El señor Konjo se le quedó viendo un momento y después, salió de la habitación sin decir nada más.
Mariko empezó a dar vueltas en su cuarto, aún preocupada y después, pensó:
¡Hoy no se va a poder, pero, mañana mismo, después de que papá se vaya, iré a buscar a Ranma y lo invitaré a venir a la casa!... ¡no sé cómo, pero, debo lograr que acepte: sí o sí!...
Por otro lado, al caer la tarde, Ranma se encontraba aún en la casa de Shinnosuke, pues, había llegado por la mañana, después de salir molesto de su casa y decidió quedarse con él un momento más, luego de ir a despedir a la estación de trenes a Sentaro, su abuela y su novia Satsuki:
̶ La quiero, Shinno: la quiero –dijo Ranma, después de contarle lo ocurrido con Akane en la fiesta el día anterior- si en algún momento creí que solo era una ilusión lo que sentía por ella, ahora estoy seguro de mis sentimientos: la amo.
Shinnosuke negó con la cabeza, sonriendo:
̶ Ay, Ranma, no sé qué decirte: todavía no puedo creer que te la hayas encontrado en la fiesta y que te hayas atrevido a besarla jajaja –dijo, riendo un poco-.
̶ Sí... lo hice.
Shinnosuke volvió a reír:
̶ Bueno, ¿y ahora que piensas hacer? –le preguntó, después- porque aunque hayas averiguado que ella no se prestó para la trampa que te pusieron, aun así, ella ya te dejó "más que claro" que está comprometida –dijo, haciendo referencia a la bofetada que Akane le había dado- no creo que después de eso, vayas a querer insistir en...
̶ Voy a buscarla –dijo, interrumpiéndolo-.
̶ ¿Vas a buscarla? –preguntó sorprendido-.
̶ Sí, voy a buscarla: aún tenemos muchas cosas que aclarar...
̶ Como lo de "tus amigas con derechos" jajajaja.
Ranma negó con la cabeza y Shinnosuke continuó:
̶ Ranma, ¿cómo fue que te atreviste a decirle algo así?
̶ ¡Yo no le dije eso! –dijo, rápidamente- ¡no sé de dónde lo sacó!...
̶ Jajajaja, pero, sí le dijiste que habías tenido varias novias.
̶ Sí, pero, no me dejó que se lo explicara... estaba tan molesto cuando se lo dije, es que, escucharla decir que no me conocía...
̶ Bueno, ¿y cómo piensas encontrarla en esta gran ciudad?... yo en tu lugar, ya no insistiría, pero, bueno, te deseo suerte y espero que puedan arreglar los malentendidos y que ella finalmente corresponda a tus sentimientos –hizo una pequeña pausa- hay me escribes para contarme.
Ranma se le quedó viendo un momento y después, le dijo:
̶ Oye, ¿de verdad piensas irte?
̶ Sí, Ranma... me voy dentro de tres días, además, ya Sentaro vino a avisarme que me consiguió trabajo allá en su pueblo.
̶ ¿Lograste vender tu casa?
̶ No y de hecho, te iba a pedir de favor que tú te encargaras de eso, es que... –dijo, con algo de tristeza, dando un pequeño suspiro- ya no puedo esperar más: debo irme cuanto antes de aquí.
̶ Es por Mariko, ¿cierto? –le preguntó Ranma, un poco apenado-.
Shinnosuke volvió a dar un pequeño suspiro:
̶ Sí, Ranma: no voy a negártelo –hizo una pequeña pausa- creí que había logrado superarla mientras estuve en el ejército, pero, al volver a Tokio y verla de nuevo, me di cuenta que la amo aún más...
̶ Lo lamento mucho, Shinno, pero, ayer hubiera sido una buena oportunidad para hablar con ella...
̶ Creí que ya no tenía ningún caso y por eso, no fui a la fiesta –dijo, para no contradecir lo que Mariko le había contado a su amigo-.
Ranma se le quedó viendo y antes de que pudiera decir algo más, Shinnosuke continuó:
̶ Ella te quiere a ti, Ranma y lo que más me gustaría es verla feliz... ojalá le correspondieras.
̶ No, Shinno, eso nunca sucederá.
̶ Pero, si llegara a suceder, créeme que no me molestaría, porque sé que Mariko quedaría en buenas manos... -hizo una pequeña pausa- prométeme que la cuidarás muy bien en mi ausencia, por favor.
Ranma sonrió levemente al escucharlo:
̶ Claro que sí, Shinno, no te preocupes por eso: sabes muy bien que a ella la considero casi como una hermana –dijo, colocando una mano en uno de sus hombros- y de verdad, deseo de todo corazón, que en ese pueblo encuentres a alguien que sí sepa corresponder a tus sentimientos.
̶ Gracias, Ranma –dijo, sonriendo con tristeza-.
̶ Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo, por favor.
̶ Así lo haré, hermano –dijo, dándole un abrazo y unas palmadas en su espalda-.
Mientras tanto, Shampoo se encontraba caminando de la mano con su novio Kirin en el parque de la ciudad y mientras lo hacían, iban platicando:
̶ ¿Cómo te ha ido en tu trabajo, cariño? -preguntó Shampoo- ya no te has metido en problemas con el Teniente ése que quedó a cargo de la Academia, ¿verdad? -Kirin le había comentado a Shampoo sobre el pequeño enfrentamiento que había tenido con el Teniente Chardin cuando ellas dos acababan de volver a Tokio y desde ese entonces, Shampoo había quedado intranquila porque temía que ese Teniente tomara represalias en contra de su novio-.
̶ Me ha ido muy bien, princesa, no te preocupes -le dijo, sonriendo-.
̶ ¿De verdad?... ¿no me estás mintiendo?
Kirin rio un poco:
̶ Claro que no, nena, ¿cómo crees?
̶ ¡Ay, Kirin, es que, no quiero que vaya a intentar algo en contra tuya!... -dio un pequeño suspiro y después, le dijo- yo ya no quisiera que siguieras trabajando ahí.
Detuvieron su paso un momento y después él le dijo, tomando su rostro:
̶ Lo sé, hermosa: ya me lo has dicho varias veces, pero, por favor, comprende que necesito el trabajo... además, no creo que tenga tiempo para preocuparse por un humilde médico y menos aún, ahora que lo ascendieron a Capitán y lo dejaron completamente al frente de esa Academia...
Shampoo se sorprendió mucho al escuchar eso último:
̶ ¡¿Qué dijiste?!... ¡¿a ese despreciable Teniente lo ascendieron a Capitán?!
̶ Sí, así es -dijo también sorprendido, al ver su actitud- la ceremonia fue hace unos días: a los cadetes los ascendieron a sargentos, a otros que eran sargentos los ascendieron a subtenientes, a los subtenientes los ascendieron a Tenientes y al tal Picolette Chardin Sheldon, creo que así se llama, fue el único de ahí que ascendieron a Capitán.
̶ ¡No puede ser! -dijo Shampoo, desconcertada- ¡¿lo ascendieron y no se dieron cuenta de las arbitrariedades que cometió?!...
̶ Tengo entendido que el Coronel que estaba antes a cargo de la Academia no fue quien estuvo junto al Emperador mientras se otorgaban los ascensos...
̶ ¿Quieres decir que el anterior Coronel ya no va a regresar? -preguntó Shampoo, muy preocupada-.
̶ Pues, no lo sé, nena... no sabría decírtelo con seguridad... -hizo una pausa y después le dijo, un poco molesto- ¿por qué tanto interés, eh?
Shampoo se le quedó viendo:
̶ Kirin, quiero pedirte algo, por favor.
̶ ¿Qué sucede?
̶ Mira, si llegara a regresar el Coronel que estaba antes, prométeme que me avisarás.
Kirin se sorprendió mucho al escucharla:
̶ Por favor -volvió a decirle Shampoo- prométemelo: es muy importante.
̶ A ver... -dijo Kirin, tratando de asimilar lo que acababa de pedirle su novia- acaso, ¿me estás pidiendo esto por lo que sucedió con Akane y ese soldado que expulsaron?
̶ Sí, Kirin.
Kirin volteó a ver a otro lado, molesto y ella volvió a hablar:
̶ Cariño, se cometió una injusticia y por eso, Akane quiere desmentir todo lo que hizo y dijo ese Teniente que ahora ascendieron a Capitán.
Kirin negó con la cabeza:
̶ Lo siento, princesa, pero, no lo voy a hacer... -hizo una pausa- no sé realmente qué fue lo que hubo entre Akane y ese soldado que la defendió, pero, no me parece bien que ella siendo una mujer comprometida...
Shampoo lo interrumpió:
̶ ¡Kirin, ella solo quiere arreglar las cosas!...
̶ Sí, puede ser, pero...
̶ ¡Por favor, Kirin, te lo suplico!: ¡ayúdame con eso!
Kirin volvió a tomar su rostro con sus manos:
̶ Princesa, yo sé que quieres mucho a tu amiga, pero, no me parece bien que te envuelvas en sus problemas -hizo una pausa- perdóname si parece que estoy siendo egoísta, pero, es mejor que ya no te involucres tanto en su vida.
̶ Kirin... Akane es como otra hermana para mí y por eso, quiero ayudarla -hizo una pausa- toma en cuenta que también su reputación está en juego, porque ese Teniente o Capitán inventó que ella andaba con él y que colaboró en la trampa que le pusieron a Ranma... por favor, ayúdame con eso, te lo pido.
Kirin dio un pequeño suspiro:
̶ No lo sé...
̶ Por favor, Kirin.
Kirin volteó a ver a otro lado y ahora fue ella quien tomó su rostro:
̶ Por favor...
̶ Bueno... está bien -dijo al fin- veré que puedo hacer.
̶ ¡Gracias! -dijo muy contenta, dándole un beso- ¡por eso es que te amo tanto!
̶ ¿Solo por eso? -dijo ofendido-.
̶ Jajaja -rio Shampoo- ¡claro que no es solo por eso! jajaja... ¡tienes muchas otras virtudes que amo!
Ambos rieron un poco. Volvieron a darse un beso y después, siguieron caminando.
Por otro lado, después de dos días, Mariko fue a buscar a Ranma a su trabajo, para invitarlo a ir a su casa (ya que, se sentía en completa libertad para poder llevar a cabo "su plan", ahora que su papá había salido de la ciudad por algunos días):
̶ Te lo agradezco, Mariko, pero, tengo mucho trabajo -dijo Ranma, por cuarta o quinta vez-.
̶ ¡Vamos!, ¡¿qué te cuesta?! -dijo ofendida, abrazándolo por el cuello, al recibir "nuevamente" una negativa de su parte- o podemos ir al complejo deportivo, si así lo prefieres.
̶ De verdad, no puedo...
Mariko iba a besarlo, pero, en ese momento, el señor Genma ingresó a la oficina:
̶ Hola, Mariko -dijo, un poco sorprendido e incómodo a la vez, por haberlos interrumpido- ¿cómo estás?
Mariko se acercó a saludarlo:
̶ Muy bien, gracias, señor Genma.
̶ ¿Y tu padre cómo está? esperaba verlo el sábado en la fiesta.
̶ Sí, tiene razón: es que, ha estado muy ocupado y ayer salió a un viaje de negocios por algunos días.
̶ Ya veo... me alegra que le esté yendo muy bien.
Ranma solo los observaba mientras platicaban:
̶ Muchas gracias, señor Genma –dijo Mariko, contenta y después, cambió el tema- disculpe que haya venido así, sin avisar, es que, quería invitar a Ranma a mi casa para que comiéramos juntos, pero, me dijo que está muy ocupado -dijo, aparentando tristeza- a ver si usted puede convencerlo para que salga un momento de esta oficina.
̶ ¿Por qué no vas con ella, hijo? -dijo el señor Genma, dirigiéndose a Ranma- sal a despejarte un poco.
Ranma se le quedó viendo a su papá y antes de que pudiera decir algo, él volvió a hablar:
̶ Desde que regresaste de Ichigaya, no has hecho más que trabajar y trabajar -hizo una pausa- ve con ella, no te preocupes por los pendientes que hay en la oficina: yo puedo hacerme cargo.
̶ Pero, es que... -dijo Ranma-.
̶ ¡¿Lo ves, Ranma?! -dijo Mariko emocionada, interrumpiéndolo- ¡tu papá ya te dio permiso!
Ranma se le quedó viendo un momento y después, dio un pequeño suspiro, con algo de frustración:
̶ Está bien, Mariko... iré a buscarte más tarde.
̶ ¿Por qué no te vas conmigo de una vez? -dijo, haciendo pucheros-.
̶ Tengo que arreglar algunas cosas todavía... dame un poco de tiempo, ¿sí?... llegaré más tarde.
̶ Bueno -dijo resignada- te estaré esperando... -y se acercó para darle un beso en la mejilla- no vayas a tardarte mucho, ¿eh? -y diciendo esto último, se despidió de ambos para salir de la oficina-.
Cuando ya se había ido, el señor Genma le dijo a Ranma, un poco serio:
̶ Hijo, mira... sé que ya eres un hombre y no quiero que pienses que estoy entrometiéndome en tu vida, pero, me parece que es necesario que hablemos de esto...
Ranma volteó a verlo sorprendido y él continuó:
̶ ¿Cuál es realmente la relación que tienes con esa chica?
̶ Solo somos amigos, papá.
̶ ¿En serio? -preguntó incrédulo- eso no fue lo que vi cuando entré.
Ranma se le quedó viendo y su papá volvió a decirle:
̶ Hijo, no me parece bien que estés jugando con los sentimientos de esa pobre chica, que se ve que te quiere de verdad -hizo una pausa- ya ves que hasta hizo una gran fiesta para darte la bienvenida y tampoco creo que Ikki –se refería al padre de Mariko- esté de acuerdo con algo como esto.
̶ Lo sé, papá, pero, no estoy jugando con ella -dijo, un poco molesto- por lo menos de mi parte, siempre ha existido una amistad, nada más...
El señor Genma negó con la cabeza:
̶ Ay, hijo... no sé bien qué entienden los jóvenes de ahora como amistad, porque nunca antes había visto que los amigos se saludaran así.
̶ Tienes toda la razón, papá: perdóname, por favor... -le dijo, un poco avergonzado- te prometo que hoy mismo aclararé las cosas con ella.
̶ Eso espero, muchacho, porque recuerda que tu madre y yo confiamos plenamente en ti... -dijo, sonriendo y poniendo una mano en uno de sus hombros- mira, a mí Mariko siempre me ha caído muy bien y no me molesta en lo absoluto que la sigas tratando o que decidas más adelante tener una relación de noviazgo con ella, pero, por favor, lo que sí te voy a pedir es que todo lo hagas como debe ser...
Iban a seguir platicando, pero, la secretaria del señor Genma los interrumpió ingresando a la oficina para entregarles algunos documentos importantes que debían firmar. Después, tuvieron que atender algunas llamadas telefónicas y a algunos clientes que llegaron a ver las piezas de la nueva línea de cerámica que estaban empezando a fabricar.
El señor Genma se alegró al ver el interés que su hijo estaba mostrando en el negocio y para él era mejor que Ranma ya no regresara al ejército, porque, después de todo, él heredaría la fábrica algún día.
Pasaron algunas horas y Ranma salió de su trabajo, un poco más temprano, para ir a la casa de Mariko, pues, después de la pequeña plática que había tenido con su padre, sintió que no debía desaprovechar esta oportunidad para poder hablar tranquilamente con ella y dejar las cosas claras, sin lastimarla, para que no se arruinara la amistad que habían tenido desde que eran niños.
Al llegar, preguntó por ella, pero, los empleados le dijeron que estaba con sus amigas en el complejo deportivo de su padre.
Fue, entonces, a buscarla allá y la encontró en el área de piscinas:
̶ ¡Ranma! –dijo muy contenta al verlo, saliendo rápidamente de la piscina olímpica donde estaba nadando, para ir con él, luciendo un traje de baño consistente en una pieza de lana ajustada, con forro de jersey y de algodón, con una minifalda sobre pantalones cortos y un pequeño cinturón que acentuaba su cintura (era un traje de baño que estaba a la moda en esa época)-.
Sus amigas solo se quedaron viendo y saludaron a Ranma desde donde estaban, pues, no querían meterse en problemas con ella:
̶ ¡Qué horror que Ranma haya aceptado tener una relación así con Mariko! –dijo en voz baja, una de ellas llamada Hiroko- todavía si se lo hubiera pedido a alguien como yo, pero, ella...
Las demás se rieron al escucharla:
̶ Cállate, Hiroko –dijo otra, llamada Miyo- te pueden escuchar jajaja.
̶ Se vale soñar, ¿o no? jajaja –dijo Hiroko y siguieron riéndose-.
Mariko llegó con Ranma y le dijo, más emocionada que nunca, abrazándolo por el cuello:
̶ ¡Pensé que ya no ibas a llegar a mi casa, por eso me vine para acá, pero, me alegra mucho que hayas venido, cariño! –dijo, besándolo (como era su costumbre), pero, Ranma rápidamente volteó su rostro y le dijo:-
̶ Eh... hola, Mariko, gracias por tu invitación –dijo incómodo- disculpa que no haya podido venir antes, pero, ¿qué te parece si salimos a cenar?... ¿está bien si paso por ti a las siete de la noche?, es que, necesito hablar contigo...
Mariko se puso todavía más contenta al escucharlo:
̶ ¡¿Por qué mejor no te quedas aquí conmigo?!... ¡el agua está a excelente temperatura!, ¡¿no quieres nadar un rato?!
̶ Eh... gracias, Mariko, pero, mejor no...
̶ ¡Anda!, ¡quédate, por favor! –dijo, en tono de súplica- podemos cenar aquí.
Antes que Ranma pudiera decir algo, Hiroko dijo, desde donde estaba:
̶ ¡Sí, Ranma, quédate y así me enseñas a nadar bien!
̶ ¡Hiroko! –dijeron las demás, en tono de regaño-.
Ranma rio un poco al escucharla. Mariko se molestó y dijo, dirigiéndose a ellas:
̶ Creo que ya va siendo hora de que...
̶ ¿Nos vayamos?, ¿eso ibas a decir? –preguntó Kogane- muy bien, creo que tienes razón –después, se dirigió a sus amigas- vámonos, chicas.
Todas estuvieron de acuerdo, se despidieron de ellos y después, Hiroko le dijo a Ranma:
̶ Gusto de verte, Ranma –dijo, dando un largo suspiro- ¡ay, a ver cuándo se puede que me enseñes a nadar bien!...
̶ Sí, sí, sí –dijo Mariko rápidamente aún molesta, interrumpiéndola, evitando que se acercara a "su novio"- a ver cuándo se puede... adiós.
̶ Tranquila, Mariko, no te vamos a quitar a "tu novio" jajaja, no hay razón para que te pongas así jajaja –rio Miyo-.
Ranma se sorprendió mucho al escucharla:
̶ Mariko y yo no somos novios, Miyo: solo somos amigos.
Mariko se asustó y se puso muy nerviosa porque Ranma acababa de desmentir lo que ella les había contado. Sus amigas se voltearon a ver, al escucharlo y se rieron un poco, entre ellas:
̶ Sí, es cierto –dijo Hiroko, en voz baja- lo habíamos olvidado: son amigos con derechos.
Ranma la escuchó perfectamente:
̶ Es la tercera vez que escucho de algo así...
̶ ¡No les hagas caso, Ranma! –dijo Mariko rápidamente y después, se dirigió a sus amigas- ¡¿que no se iban a ir ya?!
̶ Sí, sí, ya nos vamos –dijo Kogane-.
̶ ¡Adiós, Ranma! –dijeron las demás y se fueron de ahí, rápidamente-.
Cuando ya se habían ido, Mariko le dijo a Ranma, muy contenta:
̶ ¿Te vas a quedar, entonces?
̶ No, Mariko, creo que mejor paso por ti a las siete a tu casa.
̶ ¡Quédate conmigo, ¿sí?! –dijo abrazándolo, nuevamente por el cuello- te hará muy bien relajarte un poco...
̶ Te lo agradezco, pero...
̶ Vamos, ¿sí? –dijo insistiendo, como si fuera una niña pequeña- hace tiempo que no pasamos tiempo juntos...
Ranma se le quedó viendo y ella continuó:
̶ Te fuiste por tanto tiempo... te extrañé demasiado y ahora que finalmente regresaste, casi solo te la pasas trabajando –dijo, con tristeza- me gustaría que volviéramos a convivir como lo hacíamos antes... cuando nuestra relación era tan linda, ¿recuerdas? –y así, continuó insistiendo un poco más, hasta que logró convencerlo:-
̶ Está bien, Mariko –dijo, dando un pequeño suspiro- me quedaré contigo.
̶ ¡Qué bien! –dijo, muy feliz- ¡nos la vamos a pasar muy bien!... ¡ya verás!
̶ Eh... sí, pero, necesito hablar contigo primero...
̶ ¡Ay, después lo haremos! –dijo, tomándolo de la mano- ¡ahora, vamos por algo adecuado para que puedas meterte a las piscinas!
Por otro lado, después de unas horas, en la casa de la familia Saotome, la señora Nodoka acababa de hablar con su esposo, para hacerle la propuesta de enviar a Ranma con sus abuelos por algunos meses (ya que, no había podido hacerlo antes):
̶ Pero, Nodoka –dijo el señor Genma- ¿estás segura de lo que quieres hacer?
̶ Sí, Genma, además, creo que es lo mejor.
̶ ¿No te parece una exageración?... ¿no será que Hinako tuvo algo que ver en todo esto? -le preguntó, pues, sospechaba que su cuñada le había llenado la cabeza a su esposa de falsas ideas- quizás no sea Akane la chica que Ranma conoció hace años.
̶ Hinako no tuvo nada que ver en esto, Genma –hizo una pausa- algo me dice que Akane sí es la chica de quien Ranma se enamoró hace años y que aún está interesado en ella.
̶ Pero, él te dijo que jamás la había visto antes, ¿no es así?
̶ Sí, pero... –dio un pequeño suspiro- creo que nos mintió... –dijo decepcionada-.
̶ Pero, ¿por qué piensas eso? –dijo, tomando una de sus manos- ¿por qué estás tan segura?
̶ Porque lo conozco muy bien, Genma –hizo una pausa y volvió a dar un pequeño suspiro- y aunque me dé mucha tristeza, creo que voy a estar más tranquila si él se va a vivir una temporada con mis padres...
El señor Genma se le quedó viendo un momento:
̶ Es que... -continuó su esposa- tengo la esperanza de que en ese tiempo, Akane se case y él se dé cuenta que ya no tiene posibilidad alguna con ella.
̶ Bueno, si ya lo decidiste, te voy a apoyar, aunque me sigue pareciendo una locura porque nuestro hijo tiene muy poco tiempo de haber vuelto de Ichigaya, después de cuatro años de no verlo y...
̶ Lo sé, Genma –dijo, interrumpiéndolo- pero, prefiero que se aleje de nosotros nuevamente, a que se meta en problemas por haberse fijado en una chica comprometida... eso jamás lo voy a permitir.
Mientras tanto, en el Complejo deportivo Konjo, después de nadar un buen rato, Ranma y Mariko se encontraban en un pequeño jardín, cenando en una mesa que los empleados habían arreglado rápidamente, solo para ellos dos:
̶ ¿Te la estás pasando bien, Ranma? –le preguntó Mariko-.
̶ Sí, Mariko, gracias... –le respondió- me la he pasado muy bien a tu lado y más aún, después de haber aclarado las cosas entre nosotros –pues, Ranma sí había aprovechado para hablar con ella- porque yo de verdad te aprecio mucho y quiero que sigamos siendo los mejores amigos que hemos sido desde que éramos niños –dijo, sonriendo-.
Mariko cambió su expresión al escucharlo hablar de eso nuevamente, porque por supuesto que ella no estaba dispuesta a seguir así, pero, debía ser paciente porque esa noche, culminaría por fin su plan.
Ranma continuó hablando:
̶ Te agradezco mucho la invitación que me hiciste, aunque, me hubiera gustado invitarte yo a ti, para compensarte por la fiesta que hiciste para darme la bienvenida.
̶ ¡Ay, no te preocupes por eso! –dijo contenta, de nuevo- ¡otro día será, además, ya me compensaste bastante al haber aceptado quedarte conmigo toda la tarde!... –dijo, empezando a acariciar una de sus manos- porque se va a repetir, ¿verdad?
Ranma se le quedó viendo, un poco incómodo:
̶ Creo que ya es tarde, Mariko... mejor te llevo a tu casa –le dijo rápidamente, levantándose de la mesa-.
̶ Bueno... está bien –dijo resignada y entonces, salieron del Complejo deportivo rumbo a su casa en el auto del papá de Ranma-.
Al llegar e ingresar a la mansión Konjo, Mariko esperó a que Ranma le abriera la puerta del auto:
̶ Gracias, Ranma -dijo contenta, tomando su mano para bajar- eres todo un caballero.
Ranma sonrió y ella volvió a decirle:
̶ ¿Por qué no te quedas un momento más conmigo y me acompañas a beber una copa? -preguntó, por supuesto, con otras intenciones-.
̶ Eh... te lo agradezco, Mariko, pero, creo que bebí suficiente durante la cena y todavía tengo que manejar hacia mi casa... además, ya es tarde, mejor nos vemos mañana, ¿sí? -dijo, dándole un beso en la mejilla- adiós.
̶ Pero... -dijo Mariko algo preocupada, porque iba a perder su única oportunidad para lograr su cometido, además, ¡se suponía que él debía aceptar quedarse con ella a beber esa otra copa, según su plan!
De pronto, se le ocurrió una idea:
̶ ¡Ay, me duele mucho el tobillo! -dijo, "fingiendo" mucho dolor y que le costaba caminar-.
Ranma iba a subirse a su auto, pero, cuando la escuchó quejarse, regresó rápidamente con ella:
̶ ¿Qué pasa, Mariko?
̶ ¡No lo sé! -continuó, fingiendo- ¡de pronto, empezó a dolerme mucho!
Ranma la cargó y le dijo:
̶ Vamos, te llevaré con el doctor...
̶ ¡No! -dijo asustada, abrazándolo fuertemente del cuello, temiendo ser descubierta- ¡no hace falta!... ¡solo, ayúdame a subir a mi habitación, por favor!
̶ ¿Segura?
̶ Sí, por favor... solo necesito descansar.
Ranma hizo lo que ella le pidió, pero, unas empleadas al ver a Mariko, dijeron muy preocupadas:
̶ ¡¿Qué le pasa a la señorita?!
̶ Le duele mucho un tobillo –respondió Ranma- la voy a llevar a su habitación.
̶ ¿Quiere que llamemos al médico, joven? –dijo otra empleada-.
Ranma iba a responderle, pero, Mariko dijo rápidamente, muy molesta:
̶ ¡No!, ¡no es necesario!... ¡estaré bien!
̶ Pero, señorita... -dijo otra-.
̶ ¡Dije que estaré bien!... ¡¿qué no escucharon?!
̶ Sí, señorita... como usted diga –dijeron, algo avergonzadas-.
̶ Gracias por preocuparse por Mariko –les dijo Ranma-.
Ellas solo asintieron y se fueron de ahí, rápidamente:
̶ No tenías por qué hablarles de esa manera –le dijo Ranma a Mariko, mientras iban subiendo las escaleras- solo querían ayudar...
̶ Sí, tienes razón, discúlpame –dijo después, tratando de tranquilizarse- es que, me duele mucho y por eso...
̶ Hubieras aceptado que llamaran al médico –le dijo, interrumpiéndola-.
̶ No... no es necesario, de verdad –dijo, nuevamente-.
̶ Bueno, como digas -y la llevó cargada hasta su habitación-.
Al llegar, la acostó suavemente en su cama, pero, cuando quiso alejarse, ella no se lo permitió. Él se sorprendió mucho y ella le dijo:
̶ No te vayas, Ranma... quédate conmigo, por favor.
Él se le quedó viendo un momento:
̶ Está bien, Mariko: me quedaré contigo hasta que te sientas mejor –dijo, sonriendo y acariciando su cabeza con cariño- solo, permíteme llamar a mi casa para que mis padres no se preocupen si llego más tarde -y diciendo esto último, iba a alejarse nuevamente, pero, Mariko lo jaló de la camisa-.
Ranma se sorprendió mucho más al ver esa reacción:
̶ Mi amor -le dijo, empezando a acariciar su rostro, suavemente- quiero que te quedes conmigo esta noche... toda la noche.
Antes de que él siquiera pudiera decir algo, Mariko empezó a besarlo intensamente, acercándolo más a ella.
Mientras tanto, en Nerima, Ryoga se encontraba en la sala de la hacienda Kuonji, platicando con Ukyo:
̶ Y... ¿ya decidiste que carrera estudiar, Ukyo? -le preguntó Ryoga a su prometida-.
̶ Pues... todavía no, Ryoga -dijo, sonriendo levemente- es que, sí quiero seguir estudiando, pero, no sé aún qué carrera.
Ryoga rio un poco:
̶ Tienes que decidir pronto, porque las clases ya van a empezar -hizo una pausa- ¿qué carreras han llamado tu atención?
̶ Pues, creo que administración de empresas, pedagogía -dijo emocionada, enumerando con los dedos- y también me ha llamado un poco la atención la carrera que tú estás estudiando... -hizo una pausa- tú, ¿qué carrera me aconsejas?
̶ Pues, las tres están muy interesantes... creo que en cualquiera de ellas la harías, porque eres muy inteligente.
̶ Gracias, Ryoga -dijo sonrojada e inclinando la cabeza- eres muy amable.
Ryoga sonrió al escucharla:
̶ Solo estoy diciendo la verdad y sea cual sea tu decisión, voy a apoyarte.
Ambos sonrieron y se quedaron en silencio un momento. Después, Ryoga volteó a ver a otro lado y dio un pequeño suspiro con tristeza. Ukyo se dio cuenta y le preguntó:
̶ ¿Te pasa algo, Ryoga?
̶ No... no es nada.
Ukyo tomó una de sus manos y le dijo:
̶ ¿Tu papá aún sigue molesto contigo?
̶ Sí... casi no me dirige la palabra -ya que, Ryoga le había comentado a Ukyo sobre la discusión que tuvo con su padre hacía unas semanas, pero, omitiendo, por supuesto, que todo había sido a raíz de que el señor Soun se enterara de su deseo de seguir en la universidad-.
̶ De verdad, lo siento mucho, Ryoga, pero, me parece que tu papá está exagerando un poco: no creo que pedirle que te permita ayudarle con la contabilidad sea una falta de respeto o algo así.
̶ Eso pueda que no, Ukyo, pero, atreverme a levantarle la voz, sí lo es.
̶ Pero, tú ya le pediste disculpas, además, te la pasas trabajando mucho para seguir apoyándolo y más ahora que me contaste que despidió a cinco trabajadores -hizo una pausa- me parece que está siendo muy injusto contigo...
Ryoga se le quedó viendo un momento y volvió a sonreír:
̶ Gracias por preocuparte por mí, Ukyo.
Ukyo volvió a sonrojarse:
̶ Bueno, es que, eres mi prometido, ¿no? -dijo muy nerviosa, volteando a ver a otro lado- claro que me preocupo por ti -hizo una pausa- y si en algo puedo ayudarte, dímelo, por favor.
Ryoga tomó su mentón con una de sus manos y se acercó más a ella para darle un pequeño beso en los labios:
̶ Te amo, Ukyo -dijo, después- ahora estoy más que seguro de querer compartir mi vida contigo.
Ukyo sonrió nerviosamente, más sonrojada que nunca y le dijo:
̶ Yo también, Ryoga.
Volvieron a darse otro beso y después, siguieron platicando de otros temas.
La señora Atsuko sonrió al observarlos desde otra habitación. Estaba ensimismada, cuando de pronto, alguien le habló:
̶ ¿Espiando, Atsuko?
La señora Atsuko dio un pequeño brinco y luego, llevó una de sus manos a su pecho:
̶ ¡Riku! ¡me asustaste! –dijo un poco molesta, dirigiéndose al padre de Ukyo-.
El señor Kuonji rio un poco al ver su reacción y le dijo:
̶ ¿Qué tal va la relación de los chicos?
La señora Atsuko dio un largo suspiro y después, le dijo:
̶ ¡Ay, están más enamorados que nunca!... ¡me dan mucha ternura!
̶ Me alegro -dijo, no muy convencido-.
Su esposa se dio cuenta:
̶ ¿Sucede algo, Riku?
̶ No... bueno, sí... no lo sé, es que...
̶ ¿Qué? -volvió a preguntar-.
El señor Kuonji se quedó callado un momento y después, dijo:
̶ Solo espero que no sean ciertos los rumores que me han llegado...
̶ ¿De qué rumores hablas, cariño?
̶ De que... la hacienda Tendo está al borde de la quiebra.
̶ ¡¿Qué?!
̶ Sí, algo así han comentado mis trabajadores.
La señora Atsuko estaba muy sorprendida. No asimilaba aun lo que acababa de escuchar. Volteó a ver a otro lado y después, le dijo:
̶ No puedo creerlo: la familia Tendo siempre ha sido una de las más adineradas del pueblo... -hizo una pausa- quizás solo sean rumores, como tú mismo acabas de decir.
̶ No lo sé, Atsuko...
̶ Seguramente alguien quiere tratar de hacerles mala fama... quizás algún chico resentido inventó eso porque ya no tiene posibilidades con Ukyo -dijo, tratando de tranquilizar a su esposo-.
̶ Ojalá así sea, Atsuko... porque no voy a aceptar que quieran utilizar a mi hija como un medio para salir de sus problemas económicos -dijo, un poco molesto- si resulta ser verdad, voy a dar por terminado ese compromiso...
̶ ¡Pero, Riku: Ukyo está muy enamorada de Ryoga! -dijo preocupada-.
̶ Pues, aun así, Atsuko: aunque Ukyo esté muy enamorada de ese muchacho, no voy a permitir que haya algo entre ellos y menos aún, que lleguen a casarse.
Por otro lado, nuevamente en Tokio:
Al principio, Ranma puso algo de resistencia cuando Mariko empezó a besarlo, pero, después, le correspondió. Mariko estaba muy feliz, pero, lo que no sabía era que, por un momento, él imaginó que a quien besaba era a Akane:
̶ Te amo, muñequita preciosa -dijo Ranma, sin dejar de besarla- te amo... me encantas.
Mariko se ilusionó mucho más al escuchar cómo la había llamado, pero, antes de que esa situación avanzara más, pues, ella iba a empezar a deshacer el nudo de su corbata, Ranma reaccionó y se separó de ella:
̶ ¡No, no, Mariko!: ¡esto no está bien! -dijo, algo asustado-.
Ella se sorprendió mucho:
̶ ¿Por qué no, Ranma? -dijo ofendida- yo te amo y tú también... ¿qué no acabas de decírmelo?
̶ Yo... -no sabía qué decir, porque era cierto: sí lo había dicho, pero, era porque pensaba que se trataba de Akane- yo... perdóname, por favor: creo que es mejor que me vaya.
̶ ¡No, Ranma! -dijo, levantándose rápidamente de la cama- ¡no te vayas! –dijo, agarrándolo de la mano- ¡yo te amo y estoy muy segura de esto! -dijo, tratando de besarlo nuevamente-.
Ranma la separó de él:
̶ ¡Pero, yo no, Mariko!... ¡no puedo portarme como un canalla contigo!
̶ ¡Pero, dijiste que me amabas! -dijo alterada- ¡no vas a portarte como un canalla, porque yo ya te dije que estoy segura de querer dar este paso!
̶ Pero, yo no, Mariko... porque yo... yo no te amo.
Ella se sorprendió mucho más:
̶ ¡Entonces, ¿estabas pensando en otra mujer cuando me besabas?! -dijo, bastante molesta-.
Él se le quedó viendo un momento. Dio un pequeño suspiro y después, le dijo:
̶ Sí, Mariko, así es... estaba pensando en alguien más.
Mariko lo agarró de la camisa:
̶ ¡¿Quién es ella, Ranma?! -dijo furiosa- ¡exijo que me lo digas ahora mismo!... ¡¿acaso es la mujer que conociste en la heladería?!... ¡¿es ella?!... ¡¿sigues encaprichado con esa tontería?!... ¡contéstame!: ¡¿era en ella en quien pensabas mientras me besabas?!
̶ ¡Sí, Mariko, así es! -dijo también, bastante molesto- ¡era en ella en quien estaba pensando, porque la amo profundamente y jamás la olvidé!... ¡jamás!... ¡porque eso... eso es imposible!: ¡me es imposible olvidarla!...
Iba a seguir hablando, pero, ella le dio una bofetada:
̶ ¡Cállate!... ¡no quiero seguir escuchándote!
Ranma volteó a verla y ella continuó:
̶ ¡A mí no me vas a despreciar de esta manera, ¿me escuchaste?!... -dijo, casi llorando- ¡te juro que esto no se va a quedar así!...
̶ Lo siento, Mariko, pero, yo siempre fui claro contigo...
̶ ¡Lárgate de aquí!, ¡no quiero verte!
Ranma se le quedó viendo y ella volvió a decirle:
̶ ¡Lárgate!, ¡¿qué no me escuchaste?!
̶ Está bien... adiós, Mariko -y salió de ahí-.
Mariko estaba realmente furiosa y empezó a tirar al suelo todo lo que estaba en su camino:
̶ ¡¿Cómo se atreve a rechazarme así?!... -dijo desesperada- ¡yo que siempre lo he amado y que lo esperé estos años!... ¡todo fue para nada! -dijo, con mucho dolor- ¡pero, quien tiene la culpa de todo esto, es esa mujer!: ¡Ranma tuvo que haberse encontrado con ella de nuevo, porque no es posible que solo con verla una vez se haya enamorado perdidamente!... –dijo, llorando- ¡si es quien creo que es, juro que me las va a pagar muy caro! -Mariko intuía que se trataba de Akane y por supuesto que estaba decidida a averiguarlo a como diera lugar-.
Pasaron algunos minutos y Ranma llegó a su casa. Después de guardar el auto de su padre en el garaje, dio un pequeño suspiro, con algo de frustración. Aún no creía lo que había sucedido con Mariko, pues, había sido un grave error haber aceptado esa invitación: él de verdad, no buscaba lastimarla, pero, por más que lo intentara, no podía verla de otra manera, más que como una amiga.
Al llegar a la puerta principal de su casa, Asami le abrió:
̶ Gracias, Asami -le dijo Ranma-.
̶ De nada, joven -dijo reseca- sus padres lo están esperando en la sala y me pidieron que le avisara porque quieren hablar con usted.
̶ Está bien... gracias, ahora voy con ellos.
Ranma fue a la sala y su mamá, al verlo, le dijo contenta:
̶ ¡Cariño!... ¡qué bueno que ya hayas regresado!
̶ Hola, mamá -dijo, acercándose a saludarla- perdón por haberme tardado tanto.
̶ No te preocupes, muchacho -le dijo su papá- nos parece muy bien que convivas con tus amigos.
Ranma esbozó una sonrisa, pues, era mejor no contarles a sus padres lo que había sucedido para no preocuparlos y después, les dijo:
̶ Asami me dijo que quieren hablar conmigo.
̶ Sí, cariño -dijo la señora Nodoka- siéntate un momento, por favor.
̶ ¿Sucede algo? -preguntó preocupado-.
Mientras tanto, Shinnosuke se encontraba en su casa terminando de empacar algunas cosas que aún le hacían falta, para poder partir al día siguiente a Wazuka, cuando de pronto, escuchó que tocaban a su puerta:
̶ ¿Quién podrá ser a esta hora? -preguntó extrañado-.
Fue a abrir:
̶ ¡Shinno! -gritó la persona que acababa de llegar, abrazándolo muy fuerte-.
Shinnosuke estaba más que sorprendido:
̶ ¿Mariko?... ¿qué haces aquí?... ¿qué te pasa? -preguntó preocupado, al verla llorando-.
̶ ¡Shinno, tú no me desprecies, por favor!
̶ ¿De qué hablas, Mariko? -dijo, aún más preocupado- ¿por qué me dices algo así?
Mariko no le respondió y él continuó:
̶ Pasa, por favor -dijo, cerrando la puerta y guiándola a la pequeña sala de su casa- ¿qué es lo que te sucede?... ¿qué andas haciendo sola a estas horas? -volvió a preguntarle, pero, nuevamente no obtuvo respuesta-.
Shinnosuke no comprendía qué le pasaba a Mariko y después, le dijo:
̶ Te voy a traer un vaso con agua -e iba a ir por él, pero, ella lo sujetó del brazo y le dijo:-
̶ ¡No te vayas: quédate conmigo!
̶ Pero... -ya no pudo terminar de hablar, porque ella se había lanzado a besarlo intensamente-.
Shinnosuke se quedó estático al principio, porque no podía creer que algo así estuviera pasando, pero, después, por supuesto que le correspondió de la misma manera al estar profundamente enamorado de ella.
Mientras tanto, nuevamente en la casa de la familia Saotome:
̶ Hijo -dijo el señor Genma, dirigiéndose a Ranma- tu madre y yo estábamos pensando que hace ya mucho tiempo que no ves a tus abuelos... -hizo una pequeña pausa y después, dijo- creo que desde un poco antes de que entraras al ejército y...
Ranma lo estaba escuchando atentamente:
̶ Pensamos que quizás sería bueno que los vayas a visitar -continuó su papá- ya ves que siempre preguntan por ti.
̶ Sí, es cierto -dijo Ranma- siempre estuvieron pendientes de mí cuando estuve en el ejército y...
̶ Entonces, ¿estarías de acuerdo en ir a visitarlos? -preguntó el señor Genma, interrumpiéndolo-.
̶ Sí, ¿por qué no? -dijo Ranma, sonriendo- podría ir este fin de semana y procuraría regresar el lunes temprano para seguir apoyándote en la fábrica.
Sus papás voltearon a verse y después, la señora Nodoka le dijo:
̶ Eh... no, cariño, tu papá no hablaba de que fueras solamente este fin de semana con tus abuelos...
̶ ¿Ah, no? -preguntó Ranma-.
̶ No, hijo... tu padre hablaba de ir a vivir con ellos por algunos meses.
̶ ¿Irme a vivir con ellos? –volvió a preguntar sorprendido-.
̶ Sí, hijo -dijo el señor Genma- podrías ir a pasar una buena temporada con ellos.
Ranma se le quedó viendo a su papá, al no comprender bien lo que estaba pasando, (pues, por su mente jamás iba a pasar que la intención era alejarlo de Akane):
̶ ¡Sí, cariño! –dijo después la señora Nodoka, muy contenta- ¡¿no te gustaría?!... ¡¿qué dices?!
CONTINUARÁ...
¡Hola, nuevamente! aquí sigo poniéndome al día jejeje. Muchas gracias por seguirme acompañando en esta historia. Ahora sí ya estoy a tres capítulos únicamente para llegar al capítulo donde me quedé en compartirles de esta historia jejeje... ¡Nos vemos muy pronto!
