Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y la historia está escrita sin fines de lucro.

― ¡Pero, ¿qué clase de broma pesada es ésta, Mariko?! -le gritó Ranma, completamente desconcertado y furioso, no pudiendo asimilar lo que acababa de escuchar- ¡¿de qué rayos se trata todo esto?!... ¡te advierto que no estoy de humor para aguantar tus malditas payasadas!

― ¡Hijo, contrólate! -lo regañó el señor Genma-.

― ¡¿Y cómo quieres que lo haga, papá?! -le respondió, con reproche- ¡si no comprendo cómo puede ella inventar algo así!

― ¡Ah!, ¡¿ahora resulta que Mariko lo está inventando todo?! -le gritó el señor Konjo, bastante molesto, interrumpiéndolo-.

― ¡Pues sí, así es! -gritó Ranma, nuevamente- ¡su hija está mintiendo y no sé qué diablos es lo que pretende al hacerlo!

― ¡Ay, Ranma!, ¡¿cómo puedes decir que estoy mintiendo?! -dijo Mariko interviniendo, mientras cubría su rostro con ambas manos y empezaba a sollozar- ¡yo jamás jugaría con algo así!... ¡¿cómo puedes hablarme de esa manera?!: ¡yo... yo... yo de verdad estoy esperando un hijo tuyo!

Ranma se desconcertó aún más, pues, seguía sin poder creer lo que estaba escuchando:

― ¡Rayos! -dijo aún molesto, mientras pasaba una de sus manos por su cabello, con frustración- ¡basta, Mariko, ya basta! -le gritó, después- ¡deja de mentir!: ¡sabes perfectamente que eso es imposible, porque tú y yo jamás hemos estado juntos en esos términos!

― ¡No te atrevas a ensuciar la reputación de mi hija, infeliz, porque tú eres el único novio que ella ha tenido! -le gritó después, el señor Konjo- ¡ya deja de fingir que todo esto te sorprende y sé un hombre para admitir la responsabilidad que tienes con ella!

― ¡Yo no tengo ninguna responsabilidad con su hija! -le gritó Ranma-.

― ¡¿Ah, no?! -volvió a gritarle el señor Konjo- ¡¿y esto, qué es?! -dijo después, aventándole la hoja del hospital que contenía los resultados de Mariko-.

Todos los presentes solo se quedaban viendo, muy sorprendidos aún, (aunque Toma parecía estar disfrutando del espectáculo):

― ¡No sé qué es eso y no me interesa averiguarlo! -le gritó Ranma, todavía muy molesto-.

― ¡Con que no te interesa, ¿eh?!, ¡pues, te va a tener que interesar, miserable, porque ésa es la prueba que confirma que Mariko está embarazada y que no es una maldita mentira! -volvió a gritarle el señor Konjo- ¡y vas a responderle, ¡¿me escuchaste?!: ¡así sea lo último que haga en mi vida, porque de mi hija, no te vas a burlar!

― ¡Por favor, Ikki! -le dijo el señor Genma- ¡me parece que esto deberíamos hablarlo en privado!... ¡vamos a mi oficina!

― ¡No, papá! -gritó Ranma- ¡no hay nada más qué hablar al respecto, porque yo no soy el padre de ese bebé!

― ¡Ranma, es mejor que dejes de negarlo! –le dijo Mariko, fingiendo mucha tristeza- ¡porque tú has sido el único hombre en mi vida y el único que he amado con todas mis fuerzas desde que era una niña!... -y empezó a llorar, (por supuesto que eran lágrimas de cocodrilo)- ¡yo solo he estado contigo, ¿cómo puedes ofenderme así?!

― Ya, hija... -le dijo después el señor Konjo, acercándose a ella para abrazarla- cálmate: ese miserable no merece ninguna de tus lágrimas.

Ranma estaba que aún no creía todo lo que estaba viendo y escuchando. Volvió a pasar una mano por su cabello y luego, negó con la cabeza:

― ¡Qué perfecta actuación, Mariko, es que, en serio, esta escena es digna de un premio! -le dijo después, con una sonrisa sarcástica- ¡casi me haces llorar a mí también!: ¡debo felicitarte porque eres una excelente actriz! -continuó Ranma- ¡aplausos para Mariko Konjo, señores!... ¡lástima que no tenemos vino, porque si no, les propondría que hiciéramos un brindis en su honor!

― ¡Ya deja de burlarte, infeliz! -dijo el señor Konjo, acercándose por fin a él y tomándolo por la chaqueta, para golpearlo-.

― ¡Basta, Ikki, ya basta! -le dijo el señor Genma, separándolo de Ranma- ¡mi hijo ya dijo que no tiene nada que ver en esto y yo le creo!... ¡así que te voy a pedir que dejes de insultarlo y te retires ahora mismo, si no quieres que llame a seguridad!

El señor Konjo se zafó bruscamente de su agarre y después dijo, dirigiéndose a Ranma:

― ¡Está bien, me iré, pero, no creas que esto se va a quedar así, ¿me escuchaste?!: ¡vas a pagar muy cara esta afrenta!... ¡muy pronto tendrás noticias mías para que veas que no estoy bromeando!

― ¡Haga lo que quiera, porque no me asusta en lo absoluto! -le gritó Ranma- ¡yo no he hecho nada malo y no voy a amedrentarme con sus amenazas!

― ¡Pues, te van a asustar, insolente, cuando veas lo influyente que soy, hasta para provocar que esta fábrica se vaya a la quiebra en menos tiempo de lo que puedas imaginar!

Ranma se desconcertó y enfureció aún más, al escuchar eso último, pero, antes de que pudiera responderle, su papá lo interrumpió:

― ¡No te atrevas a chantajear a mi hijo con eso, Ikki!... ¡no voy a permitir que le hagas daño y si de influencias estamos hablando, yo también las tengo y de una vez te aviso que voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para defender a mi familia!

El señor Konjo rio sarcásticamente y después, le dijo:

― ¡Tus esfuerzos serán en vano, Genma y ya verás cómo tu hijo me buscará para pedirme perdón cuando vea que cumplí mi palabra y va a suplicarme que le permita enmendar su error y lo deje casarse con mi hija, pero, para ese momento, seré yo quien se oponga y no me detenga hasta verlo completamente destruido!

― ¡Vete, Ikki! -le gritó después, el señor Genma- ¡vete de aquí y no vuelvas a poner un pie en esta fábrica, ni mucho menos en mi casa!

― ¡Faltaba más, de mejores lugares me han corrido! -le gritó también el señor Konjo y después, se dirigió a su hija- ¡vámonos, Mariko! -dijo, tomándola del brazo, para empezar a caminar-.

― ¡Pero, papá! -le dijo ella, con reproche- ¡¿no vas a obligar a Ranma a que se case conmigo?!, ¡él tiene que casarse conmigo!... -le gritó después, haciendo un berrinche como si fuera una niña pequeña- ¡díselo, por favor!: ¡dile que se case conmigo!

― ¡Ni en tus sueños, Mariko! -le gritó Ranma, todavía- ¡eso jamás sucederá y es mejor que le digas a tu padre que no intente nada en contra de mi familia, porque sabes perfectamente que nada de lo que dijiste es verdad y con todo esto, solo provocaste que te desprecie como nunca antes había despreciado a alguien en mi vida!... ¡esto es lo más bajo que se te pudo haber ocurrido para querer amarrarme a ti!

― ¡Te vas a arrepentir de hablarle a mi hija de esa manera, muchacho!: ¡ya te veré suplicando, te lo aseguro! -le gritó el señor Konjo, antes de salir de ese gran lugar, jalando a su hija del brazo-.

Ranma estaba realmente furioso, sin creer aún lo que había pasado: ¡¿cómo se había atrevido Mariko a asegurar con tanta firmeza algo que jamás había sucedido entre ellos, hasta llegar al grado de mentirle a su propio padre?!... ¡era inconcebible y repugnante, que le provocaba náuseas, porque si de verdad estaba embarazada, era una aberración que se hubiera puesto de acuerdo y se involucrara con ese otro hombre para llevar a cabo esa canallada y todo solo para perjudicarlo a él!

Muchas cosas vinieron a su mente en ese momento, como aquella vez cuando ella había intentado seducirlo en su casa, estando él un poco pasado de copas, llevándolo a su habitación con la mentira de que se había lastimado un tobillo... ahora todo tenía sentido para él.

Estaba ensimismado, cuando de pronto, la voz de su padre, lo sacó de sus pensamientos:

― Ranma, tú y yo tenemos que hablar muy seriamente, porque me debes muchas explicaciones.

― Yo... sí, papá -le respondió Ranma- pero... no... no ahora... discúlpame, por favor -y diciendo esto último, se fue corriendo de ahí-.

― ¡Ranma, Ranma, ¿a dónde vas?!... ¡Ranma! -le gritó todavía el señor Genma, muy molesto, pero él no le hizo caso- ¿qué le pasa a este muchacho? -dijo después desconcertado, en voz un poco más baja-.

Todos los empleados solo se quedaban viendo y al percatarse de esto el señor Genma, les dijo:

― ¡El espectáculo ya terminó, vuelvan a sus labores y no quiero escuchar ningún comentario sobre lo que ocurrió, ¿está claro?!

― ¡Sí... sí, señor! -le respondieron algunos y siguieron trabajando-.

Toma se limpió un poco la sangre que tenía aún en la comisura de sus labios, mientras celebraba internamente ver a Ranma metido en graves problemas:

¡Se lo tiene bien merecido por la vida tan desordenada que ha llevado!... -pensó, después- ¡ay, solo espero que con esto, finalmente deje en paz a Akane!

Iba a volver a su trabajo también, pero de pronto, el señor Genma se dirigió a él:

― ¡Toma, necesito hablar contigo!... ¡te espero en mi oficina! -y después, empezó a caminar para irse de ahí-.

― Sí, señor, como usted diga -le respondió, algo sorprendido-.

Al irse el señor Genma, Taro se acercó a su amigo y le dijo:

― Estás frito, Toma: creo que ahora sí vas a tener que irte despidiendo de tu trabajo, porque seguramente el señor Genma te pidió que hablaran para que le expliques lo que ocurrió hace unos minutos con su hijo... -luego, hizo una pausa- yo te advertí varias veces que no te buscaras problemas con Ranma, pero no quisiste hacerme caso y...

― ¡Ja!, ¡cómo si me importara seguir trabajando en este lugar que muy pronto se irá a la quiebra! -dijo sin ninguna consideración, interrumpiéndolo y haciendo referencia a lo que había gritado el padre de Mariko- ¡además, sé que puedo conseguir empleo en donde sea, incluso puedo irme a la competencia si quiero, porque gracias a mí es que esta fábrica ha salido adelante! -dijo después, con mucha prepotencia- ¡faltaba más, no voy a esperar a que me despida, porque voy a aprovechar de una vez para presentarle mi renuncia! -y diciendo esto último, empezó a caminar para ir a la oficina del señor Genma-.

Por otro lado, en la casa de la familia Saotome, la señora Nodoka y su hermana se encontraban en la sala, conversando respecto a todo lo que Asami les acababa de contar, sobre lo que había visto y escuchado aquella noche en la fiesta que Mariko había dado para celebrar el regreso de Ranma:

― ¡Ay, no, esto sí que cruzó los límites! -dijo la tía Hinako dramáticamente, dirigiéndose a su hermana- ¡pareciera que la vida quiere ensañarse contigo, querida!

La señora Nodoka estaba cubriendo su rostro con ambas manos, muy preocupada, triste y decepcionada a la vez, después de enterarse que, efectivamente, su hijo le había estado mintiendo todo ese tiempo, desde que volvió de Ichigaya:

― ¡Ahora comprendo muy bien el comportamiento de Asami hacia mi sobrino, porque vaya información la que se estaba reservando! -continuó la señora Hinako- ¡¿así que Akane es la misma mujer comprometida que tu hijo conoció en una heladería hace años y también la que provocó que lo expulsaran del Ejército?! -pues, Asami había escuchado muy buena parte de la discusión entre Ranma y Akane aquella noche- ¡vaya, qué irónica es la vida!, ¡esto sí que es el colmo!... ¡y aún así, después de saber que ella andaba con ese Teniente y que se prestó para esa trampa que perjudicó su carrera, ¿sigue enamorado de ella?!, ¡¿cómo puede ser eso posible?!... ¡¿pero, qué tiene tu hijo en la cabeza, por favor?!

La señora Nodoka solo la estaba escuchando:

― ¡Es que, no puede ser que se haya atrevido a darte este horrible disgusto, encaprichándose con una mujer de tan pésima reputación, poniendo en mal el apellido de nuestra familia y faltándole al respeto a "Mariquita", al besarse de una forma tan indecente en el complejo deportivo con "esa perdida"...! -continuó la señora Hinako, acercándose un poco más a ella para abrazarla- ¡ay, no, Nodoka, tú no mereces tener un hijo tan desconsiderado y malagradecido como Ranma, después de haberte sacrificado por él durante todos estos años, apoyándolo, consintiéndolo, mimándolo y sobre todo, porque estuviste a punto de perder la vida cuando lo diste a luz y solo para que fuera tan mal hijo y...!

― ¡Por favor, Hinako! -le dijo la señora Nodoka completamente desconcertada, interrumpiéndola, después de escuchar eso último- ¡eso no tiene nada que ver ahora y te prohíbo que vuelvas a mencionarlo!

La señora Hinako se le quedó viendo un momento y después le dijo, con reproche:

― ¡Ay, Nodoka, no es para que te pongas así!... ¡si lo mencioné es porque ese día, de verdad nos diste un gran susto a Genma y a mí, cuando el parto se complicó y el doctor nos dijo que debíamos decidirnos por uno de los dos! -dijo después, dramáticamente- por supuesto que Genma le pidió que los salvara a ambos, pero yo, al ver la situación tan compleja, le pedí que te salvara a ti... pero, bueno, afortunadamente, no hubo necesidad de tomar una decisión como ésa porque "los dos se salvaron" -dijo entre dientes con algo de ironía, porque obviamente, para ella hubiera sido mejor que ninguno de los dos sobreviviera-.

― Así es, Hinako -le dijo después la señora Nodoka, bastante molesta- los dos nos salvamos aquel día y jamás voy a echarle eso en cara a mi hijo... es más: si pudiera regresar el tiempo y me tocara volver a pasar por una situación similar para tenerlo conmigo, no lo dudaría ni un segundo, porque él es lo más valioso que la vida pudo darme.

La señora Hinako solo bufó fastidiada, al escuchar "tantas ridiculeces":

― ¡¿Es en serio?!... ¡¿aunque sea un verdadero dolor de cabeza?! -le dijo, después- ¡ay, no!, ¡qué bueno que yo no tuve hijos, porque de solo imaginarme en una situación tan difícil como la que te tocó pasar a ti hace años y para que después, mi hijo me hiciera algo como lo que Ranma está haciendo contigo...!

― ¡Sí, qué bueno que no sea tu problema, Hinako! -le dijo sarcásticamente, interrumpiéndola- ahora, si me disculpas, tengo muchas cosas qué hacer y no puedo seguir perdiendo el tiempo en discusiones sin ningún sentido -y empezó a caminar para salir de la sala-.

― ¡¿Y qué piensas hacer para alejarlo de esa mujer?! -le dijo todavía la señora Hinako, antes de que se fuera- ¡porque no vas a permitir esa relación, ¿o sí?!

― No, Hinako, por supuesto que no... -le respondió la señora Nodoka, aún molesta- pero, hazme un favor y deja de preocuparte por este asunto, ¿de acuerdo?

― ¡Ay, bueno, Nodoka, pero tampoco es para que te desquites conmigo, ¿eh?! -le dijo ofendida- ¡solo estaba tratando de ayudarte, además, yo no tengo la culpa de que tu hijo no sea lo que creías y que te haya tenido engañada todo este tiempo!... ¡remata con él y no conmigo! -y diciendo esto último, salió de la sala-.

La señora Nodoka se le quedó viendo un momento y después, dio un pequeño suspiro:

¡Ay, Kami-sama! -dijo, internamente- ¡¿qué debo hacer?!... ¡¿qué?!... ¡los presentimientos que tuve desde que vi a esa chica, eran certeros y por primera vez en mi vida, no sé qué hacer! -luego, hizo una pausa- ¡jamás creí que mi hijo me daría un disgusto como éste, pero algo se me tiene que ocurrir, porque no puedo permitir que arruine su vida por haberse encaprichado con una mujer como ésa!... ¡ay, espero estar a tiempo para evitarlo!

Mientras tanto, nuevamente en la fábrica de cerámica de la familia Saotome:

― Muy bien, Toma -le dijo el señor Genma, desde su escritorio- ¿qué tienes que decir al respecto sobre tu pelea con Ranma hace unos minutos?

Toma carraspeó antes de hablar:

― Bueno, señor, yo... -dijo, después- yo... yo no fui el que la inició: fue su hijo quien llegó muy molesto y sin previo aviso, me golpeó.

― Bien, ¿y qué motivo tuvo para hacerlo?

― Bueno, señor, es que... -dijo rascando su nuca, algo incómodo- es que... es que... no sé si deba decírselo.

― ¡¿Y por qué no?! -le dijo molesto- ¡¿no te parece que tengo todo el derecho a que me den una maldita explicación sobre lo que está pasando entre ustedes para que peleen de esa manera?!

Toma se le quedó viendo muy sorprendido, pues, jamás lo había visto tan molesto:

― Tiene razón, señor -le dijo después, algo avergonzado- tiene toda la razón...

― ¿Y bien? -le dijo, aún molesto- ¿qué es lo que está pasando entre ustedes dos?

Toma dio un pequeño suspiro y después, le dijo:

― Lamento que vaya a enterarse de esta situación tan desagradable, señor Saotome, pero, creo que ha llegado el momento de que sepa lo que su hijo ha estado haciendo durante todo este tiempo y ya que él no ha querido contárselo, lo haré yo... -luego, tomó un poco de aire para seguir hablando- su hijo... su hijo ha estado molestando a Akane y yo... yo... yo, por supuesto, no puedo permitirlo.

― ¿Akane? -le preguntó confundido- ¿y quién es Akane?

― Akane es la amiga que me acompañó a la fiesta que dio la señorita Mariko hace dos meses, ¿se acuerda de ella?

El señor Genma se quedó pensando un momento y después, le dijo:

― Sí, sí me acuerdo de ella, pero, explícame mejor a qué te refieres con decir que mi hijo la ha estado molestando.

― Bueno, señor, es que, mi amiga es una mujer comprometida, que en unos meses se casa y Ranma, desde que la vio, no ha dejado de perseguirla y acosarla -dijo mintiendo, atrozmente-.

― ¿Mi hijo ha estado acosando a esa muchacha? -le dijo desconcertado y sorprendido a la vez-.

― Sí, señor -le confirmó, Toma- mi amiga se ha quejado ya varias veces conmigo y yo, como podrá comprender, no podía quedarme con los brazos cruzados: la he defendido y eso es lo que le molesta a su hijo...

El señor Genma no podía creer lo que estaba escuchando y Toma continuó:

― Ranma insiste en que ella está enamorada de él y por eso la persigue, pero no es así: ella a quien ama es a su prometido... -luego, hizo una pausa y dio un pequeño suspiro- yo... de verdad, lamento todo esto, señor y por eso, para evitar más enfrentamientos con él, quiero... quiero presentarle mi dimisión ahora mismo.

El señor Genma aún no asimilaba todo lo que Toma acababa de contarle y se quedó, muy pensativo:

― Se la presentaré por escrito mañana a primera hora -continuó Toma- ahora, con su permiso, voy a volver a mis obligaciones -y diciendo esto último, se levantó de la silla donde estaba sentado, para dirigirse a la puerta-.

― Muchacho... -le dijo el señor Genma, antes de que saliera- no voy a detenerte si quieres renunciar...

Toma volteó a verlo:

― Si ésa es tu decisión, la voy a respetar y respecto a lo de tu amiga, te prometo que hablaré con mi hijo para que deje de molestarla -continuó el señor Genma- puedes decirle que esté tranquila porque Ranma no volverá a acercársele.

Toma sintió que una enorme alegría lo embargaba, al escuchar eso último y sonrió internamente:

― Gracias, señor -le dijo, después- se lo agradezco en nombre de mi amiga... -luego, hizo una pequeña reverencia para retirarse-.

Por otro lado, después de unos minutos más, Mariko y su padre se encontraban ya de regreso en su gran mansión:

― ¡Papá, por favor! -seguía insistiéndole Mariko- ¡Ranma tiene que casarse conmigo!... ¡tiene que casarse conmigo!... ¡él no puede dejarme sola con este bebé!... ¡no puede!

― ¡Ya, hija, tranquilízate! -le dijo, bastante molesto- ¡ya te dije varias veces que sí lo voy a obligar a que te responda!

― ¡Pero, que sea ya! -le dijo, casi gritando- ¡que sea ya, por favor, te lo suplico!... ¡lo necesito a mi lado, no puedo vivir sin él! -le dijo después, empezando a llorar-.

El señor Konjo se le quedó viendo un momento y ella continuó:

― ¡No puedo vivir sin él! -repitió desesperada- ¡tiene que ser pronto, papá, muy pronto!

― ¡Sí, hija, así será: ya cálmate!

― ¡Es que, no puedo esperar más tiempo, papá, no puedo, porque cada segundo que pasa, esa otra mujer lo aprovechará para acercársele y no quiero que me deje por ella, por favor!

― A ver, a ver, a ver... -le dijo después aún más molesto, al escuchar eso último- ¡¿cómo que otra mujer?!, ¡¿qué mujer?!

― ¡Una tonta pueblerina, papá!... ¡una mujerzuela que apareció en su vida y que me lo quiere quitar! -le dijo aún llorando, muy desesperada- ¡tú no puedes permitirlo, por favor!: ¡no puedes permitir que esa mujer se salga con la suya...! -y diciendo esto último, se lanzó a abrazarlo fuertemente-.

El señor Konjo estaba que hervía de la furia:

― ¡Así que anda con otra mujer! -gritó, después- ¡es un maldito miserable!, ¡¿cómo pudo hacerte esto?! -y la abrazó también-.

― ¡Todo es culpa de esa odiosa mujer, papá!: ¡nosotros éramos muy felices, pero ella se interpuso en nuestras vidas! -y siguió llorando-.

El señor Konjo estaba que aún no creía lo que estaba escuchando:

― ¡Ay, hija! -le dijo, después- ¡¿cómo pudiste fijarte en un canalla como ése, hasta llegar al punto de entregarte a él?!... ¡¿cómo pudiste?!... ¡¿cómo?!

― ¡Porque lo amo, papá!: ¡lo amo!... ¡él es mi vida!

― ¡Cuánto daño te hizo ese infeliz! -le dijo después, tomando su rostro- ¡mira en lo que te ha convertido, mi pequeña, pero, de mi cuenta corre que deje de ver a esa mujer y se case contigo lo antes posible!... ¡porque de lo contrario, te juro que lo voy a hundir y no voy a parar hasta verlo arrastrándose suplicando piedad!

― ¡Gracias, papito, gracias! -le dijo después abrazándolo nuevamente, mientras sonreía internamente, porque conocía perfectamente a su padre y cuando él prometía algo, por supuesto que lo cumplía-.

Por otro lado, después de unas horas más, dos amigas se encontraban almorzando y platicando en una cafetería que quedaba cerca de la Universidad Imperial de Tokio:

― Así que Ranma te volvió a buscar, ¿eh? -le preguntó Shampoo a Akane, mientras le daba una mordida al emparedado de queso que había ordenado-.

― Sí... -le dijo Akane, dando un pequeño suspiro con tristeza- pensé que con hacerle creer que Kuno estaría por tiempo indefinido acá en la ciudad, me dejaría tranquila, pero no fue así, porque ahora hasta me insistió que le dijera dónde podía encontrarlo para hablar con él sobre sus sentimientos por mí... -hizo una pausa- ay, Shampoo, se veía tan sincero y hasta desesperado, pero... ¡no, no quiero volver a creerle! -luego, cubrió su rostro con ambas manos y le dijo- ¡¿qué voy a hacer?!, ¡¿qué?!... ¡ya no quiero que me busque!

Shampoo se le quedó viendo un momento y después, le dijo:

― Ay, Akane, no sé qué decirte, porque por lo visto, Ranma no piensa rendirse hasta que aceptes hablar con él.

― ¡Pero, yo no quiero! -le dijo, algo molesta- ¡no quiero hacerlo!...

― Sí, eso ya me lo has dicho un montón de veces, pero, en algún momento tendrás que hacerlo y no podrás evitarlo más... -le dijo, interrumpiéndola- y es mejor que te vayas haciendo a la idea, porque hasta sabe muy bien dónde vives y yo veo muy difícil que logres escapar -luego, le dio un sorbo a la limonada que estaba bebiendo-.

Akane se quedó callada un momento e inclinó su rostro:

― Oye, Shampoo... -le dijo, después- ¿y si de verdad le pido a Kuno que venga a visitarme?

Shampoo casi se atraganta con su bebida al escuchar eso último:

― ¡¿Qué?! -le dijo después, muy sorprendida- ¡ay, no, no, no, Akane, eso es lo peor que se te pudo haber ocurrido!: ¡¿pedirle al odioso de tu prometido que venga a la ciudad?!... ¡es el colmo!

― Sé que Kuno no te cae bien, Shampoo, pero, pienso que solo de esa forma Ranma se convencerá de ya no buscarme más.

― ¡Ay, no, Akane, por favor!... ¡todo menos eso!

― ¿Entonces, qué propones que haga?

― Habla con Ranma.

Akane se le quedó viendo, un poco molesta:

― ¡Estoy hablando en serio, Shampoo! -le dijo, después-.

― Está bien, no te enojes, pero, date cuenta que eso es lo mejor que puedes hacer... mira: ya escuchaste la versión de esa mujer que está desequilibrada -dijo, refiriéndose a Mariko- ¿no crees que también deberías escuchar la de Ranma?

― Pero...

― Hazme caso: habla con él.

Akane se le quedó viendo un momento y antes de que pudiera decirle algo más, alguien se acercó a la mesa donde ellas estaban y les habló:

― ¡Hola, chicas!, ¿cómo les va?

Ambas voltearon a ver:

― Ah, Toma -dijo Shampoo algo molesta, al ver de quién se trataba- eres tú.

Toma se le quedó viendo un momento, un poco sorprendido por su actitud:

― Hola, Toma -le dijo Akane también, en un tono algo reseco-.

― Hmmmm... ¿no me digan que todavía están molestas conmigo, que ya ni siquiera me quieren saludar como antes? -les dijo él después, acercándose a Akane y dándole un beso en la mejilla, para luego, sentarse a su lado-.

― ¿Y qué te trae por acá? -dijo Shampoo en el mismo tono, dirigiéndose a él-.

― ¡Ay, Shampoo, solo quise pasar a saludarlas, porque sé que ustedes siempre almuerzan aquí! -le dijo, fingiendo estar ofendido- ¡¿qué no puedo hacerlo?!

Akane se le quedó viendo un momento y hasta en ese instante se percató del golpe que tenía en la comisura de sus labios:

― Oye, Toma... -le dijo, después- ¿qué... qué te pasó?... ¿por qué estás golpeado?

Toma sonrió ampliamente al escucharla (pues, le gustaba mucho verla "preocupada" por él):

― Oh, ¿esto? -le dijo, tocándose el golpe- ¡ah, no es nada!

― ¿Nada? -le preguntó Akane, nuevamente- pero, si se ve que es un golpe muy grande: deberías curarlo porque se te puede infectar.

Toma sonrió aún más al escuchar eso último:

― Bueno... -le dijo después, acercándose un poco más a ella- tú podrías hacerlo, si quieres -luego, tomó su mano y le dio un beso-.

Akane se sintió muy incómoda y retiró rápidamente su mano:

― ¿Te peleaste con alguien? -le preguntó Shampoo, después-.

― Nah, no fue una pelea o por lo menos, yo no lo llamaría así -dijo despreocupado- solo me topé con el "imbécil" del hijo de mis jefes por la mañana, eso fue todo -dijo después, entre dientes-.

Ambas se le quedaron viendo muy sorprendidas, entendiendo por supuesto, a quién se refería:

― ¿Ra... Ra... Ranma te... te... te golpeó? -le preguntó Akane después, muy preocupada y desconcertada a la vez, presintiendo que ella había tenido que ver nuevamente en esa riña-.

― Sí -le respondió Toma- llegó a reclamarme no sé cuántas cosas y me tomó desprevenido, pero, no importa, porque el escándalo que ocasionó en ese momento, no se compara con el que provocó después el padre de la señorita Konjo jajajaja -dijo después, muy contento-.

― ¿El... el padre de su novia? -le preguntó Akane, tímidamente-.

― Sí, así es -le confirmó Toma- y ahora sí que Ranma está en graves problemas, porque ese señor ya se enteró que su hija está embarazada y al parecer, no va a parar hasta que se case con ella.

Akane inclinó un momento su rostro, mientras lo escuchaba:

― Hasta lo amenazó con provocar que quiebre la fábrica de su familia, si no le responde a su hija, ¿pueden creerlo? -continuó Toma, aún en el mismo tono alegre- muy mal por el señor Genma y la señora Nodoka porque ellos no tienen la culpa, pero, esas son las consecuencias que sobrevienen de la vida tan liberal que ha estado llevando su hijo.

Akane se preocupó mucho más al escuchar eso último, porque a pesar de todo, ella seguía amando a Ranma y no deseaba que algo malo le sucediera:

― Y el muy sinvergüenza -continuó Toma, refiriéndose a Ranma- ¡todavía tuvo el descaro de negar frenéticamente que ese bebé fuera suyo, por favor!

― ¿Ra... Ran... Ranma lo negó? -le preguntó Akane después, muy sorprendida nuevamente-.

― Sí, pero, ¿quién va a creerle eso? -dijo Toma- ¡si toda la ciudad está perfectamente enterada de su relación con esa mujer!... ¡incluso, yo mismo fui testigo varias veces de cómo se besaban "tan apasionadamente" en la fábrica y...!

― ¡Ay, Toma, discúlpanos, por favor! -dijo Shampoo de pronto interrumpiéndolo, al darse cuenta que su amiga se estaba entristeciendo nuevamente al escuchar sobre ese tema- ¡pero, ya tenemos que irnos! -después, se levantó de la mesa y se dirigió a Akane- ¿nos vamos, amiga? es que, ya se terminó nuestro receso y es mejor que regresemos.

― Eh... sí, creo que tienes razón, Shampoo -le dijo ella con voz entrecortada, por las lágrimas que estaban agolpándose en sus ojos y amenazando en salir, levantándose también de la mesa-.

― ¿En serio? -les dijo Toma, viendo su reloj de pulsera- pero, si todavía tienen varios minutos y no han terminado de comer.

― Eh... sí, pero hoy tenemos que regresar más temprano -le dijo Shampoo, nuevamente- ¡nos vemos!

― Adiós, Toma -le dijo Akane- me dio gusto saludarte.

― A mí también, Akane -dijo rápidamente levantándose de la mesa, para despedirse de ella- espero que podamos vernos pronto nuevamente y no sé, quizás salir a alguna parte.

― Eh... sí, quizás -le respondió ella, en el mismo tono triste- bueno, adiós -e hizo una pequeña reverencia, para después, salir de ese lugar junto a Shampoo-.

― Adiós, que les vaya bien -les dijo él todavía, mientras sonreía muy contento- ¡jamás había estado más feliz en mi vida que hoy! -pensó, después- ¡estoy seguro que esta vez sí podré conquistar el corazón de Akane, porque ahora sí tendrá que olvidarse del idiota ése!... -dijo después internamente, con mucha más alegría- ¡gracias, Ranma, por esta oportunidad que tú mismo me brindaste para acercarme más a ella, porque no pienso desaprovecharla por nada del mundo!

Las horas pasaron rápidamente y siendo ya de noche, el señor Genma llegó a su casa, luego de finalizar un día más de trabajo, siendo recibido por su esposa:

― Cariño, qué bueno que ya hayas regresado -le dijo, saludándolo- ¿y Ranma? -le preguntó después, al no verlo- ¿no vino contigo?

― Creí que ya había venido -le dijo, algo sorprendido- porque a la fábrica no regresó para nada en todo el día.

― ¿No regresó en todo el día? -le preguntó, también sorprendida- ¿y eso?... ¿acaso, pasó algo?

El señor Genma se le quedó viendo un momento y después, dio un pequeño suspiro:

― Sí, Nodoka... -le dijo, después- sí pasó algo y muy grave.

― ¡Ay, no me asustes, por favor! -dijo, muy preocupada- ¡¿qué fue lo que pasó?!

La señora Hinako también se acercó a escuchar la conversación:

― Es que... -continuó el señor Genma- nuestro hijo... nuestro hijo está metido en un problema muy serio.

― ¿Problema?, ¿qué problema? -le preguntó nuevamente, su esposa-.

El señor Genma se quedó callado un momento. Después, tomó un poco de aire para poder seguir hablando:

― Es que... es que... Mariko... Mariko está embarazada.

La señora Nodoka abrió mucho los ojos por la impresión y la tía Hinako, se cubrió la boca con ambas manos, muy emocionada al escuchar "tan agradable noticia":

― ¿Q... Q... Qué? -le preguntó después la señora Nodoka a su esposo, con voz temblorosa- ¿Ma... Mariko está... está embarazada?

― Sí, Nodoka -le confirmó el señor Genma- hoy por la mañana, llegó Ikki a la fábrica hecho una furia a reclamárselo a Ranma... -dio un pequeño suspiro nuevamente- él lo negó y yo lo defendí, pero, la verdad, no... no sé qué pensar porque una vez, los encontré besándose en la oficina -le dijo después, en un tono que mostraba tristeza y decepción a la vez-.

"¡Embarazada!" -dijo la señora Hinako internamente, muy contenta- ¡Mariko está embarazada!... ¡ay, qué niña, ¿por qué no me lo había contado?!... ¡pero, bueno, eso no importa ahora, porque mi plan no pudo haber salido mejor! jajajajaja:

― ¡Ay, no, cuñado! -dijo después dramáticamente, como era su costumbre- ¡no puede ser, es que, de verdad, no puede ser!: ¡¿dos grandes disgustos en un solo día?!... ¡¿cómo es posible que ese niño sea tan desconsiderado con ustedes?!...

― ¿De qué hablas, Hinako? -le preguntó el señor Genma, algo sorprendido al escucharla- ¿cómo que dos disgustos en un solo día?

― ¡Ay, cuñado, ni te lo imaginas!

― ¿Qué, Hinako?, ¿qué es lo que no me imagino? -le volvió a preguntar el señor Genma-.

― Luego te lo contaremos, cariño -le dijo la señora Nodoka-.

― ¡Ay, no, Nodoka, mejor díselo de una vez! -le dijo su hermana, con reproche- ¿para qué esperar más? él tiene todo el derecho de saber lo que su hijo les ha estado ocultando desde hace ya algún tiempo.

― ¿Ranma ha estado ocultándonos algo más? -dijo nuevamente el señor Genma, algo molesto-.

― Sí, cariño -le dijo la señora Nodoka, interviniendo- pero eso no tiene importancia ahora, con esto tan grave que nos acabas de contar.

― ¡Claro que sí tiene mucha importancia, hermana! -le dijo la tía Hinako, fingiendo estar sorprendida por su actitud tan pasiva y después, se dirigió a su cuñado- mira, Genma, es mejor que te enteres de una buena vez... -luego, tomó un poco de aire para seguir hablando- ¡es que, Nodoka y yo nos enteramos hoy que Ranma se reencontró con aquella mujer comprometida que conoció hace años y que ha estado llevando una relación con ella desde hace meses!

El señor Genma se le quedó viendo un momento y después, le dijo:

― ¿Te refieres a la chica que llegó con Toma a la fiesta de Mariko?

― ¿Cómo lo sabes? -le preguntó su esposa, algo sorprendida-.

― Bueno, es que... Toma me platicó hoy algo respecto a Ranma con esa chica, aunque muy distinto a lo que dice Hinako y...

― ¿Distinto?, ¿cómo que distinto? -le preguntó su esposa, aún más sorprendida-.

― Sí, es que... -dijo nuevamente, el señor Genma- según Toma, ella se ha quejado mucho con él porque Ranma no ha dejado de perseguirla y acosarla desde que la vio en esa fiesta.

Mientras esta conversación ocurría, por otro lado, en el pueblo de Wazuka, Shinnosuke y Sentaro se encontraban ya de regreso en la casa de su abuela (la abuela de Sentaro), luego de haber finalizado las labores que realizaban todos los días en la hacienda donde trabajaban. Estaban cenando y mientras lo hacían, platicaban:

― ¡Ya solo faltan tres semanas para la pequeña recepción que daré aquí en la casa para pedir formalmente la mano de Satsuki en matrimonio! -dijo Sentaro, muy contento (pues, al fin había decidido sentar cabeza)- ¡quiero que el tiempo pase muy rápido para que llegue pronto ese día!

Shinnosuke sonrió levemente al escucharlo y Sentaro continuó:

― ¡La próxima semana iré a visitar a Ranma para invitarlo a él y a su familia personalmente!

― ¿Y tú crees que vengan, hijo? -le preguntó su abuela- es que, tu amigo y su familia son de una clase social muy distinta a la nuestra... ya ves la grande y lujosa fiesta que dieron para celebrar su regreso.

― Eh... él y sus padres no son así, señora -intervino Shinnosuke- a pesar de ser muy adinerados, nunca han hecho de menos a quienes no gozan de una buena posición económica como la suya... -hizo una pausa- a mis padres adoptivos y a mí, por ejemplo, siempre nos trataron como si fuéramos parte de su familia: nunca nos despreciaron por ser pobres...

― La que sí se nota que es muy discriminativa y orgullosa es la tía de Ranma jajaja -dijo Sentaro, interrumpiéndolo-.

― Sí, ella sí es la excepción -confirmó Shinnosuke- a ella nunca le caí bien y siempre me vio por encima del hombro.

― ¿Se refieren a la mujer pomposa que solo anduvo dando órdenes en toda la fiesta y que apenas y nos dirigió la palabra cuando nos presentaron? -preguntó la abuela de Sentaro-.

― Sí, es ella, abuela -dijo Sentaro-.

― ¡Qué señora más desagradable! -dijo nuevamente la abuela de Sentaro, dirigiéndose a él- ¿y piensas invitarla a ella también, hijo?

― Pues, creo que se vería muy mal si no lo hago, abuela -dijo Sentaro- ya si ella no acepta venir, es asunto suyo.

― Sí, lo más seguro es que no acepte -dijo Shinnosuke-.

― ¡Bah, ni quien desee tanto que venga esa mujer! -dijo Sentaro- ¡a mí me basta con que pueda hacerlo Ranma y sus padres y por eso, voy a viajar a Tokio la próxima semana para invitarlos!

Shinnosuke solo negó con la cabeza, sonriendo nuevamente al escucharlo:

― Y tú, Shinno, me vas a acompañar -continuó Sentaro-.

― ¿Qué?... ¡no! -le dijo Shinnosuke, algo sorprendido, pues, no esperaba que él dijera algo así-.

― Claro que sí, Shinno y así aprovechas también para saludarlos y para averiguar también cómo va lo de la venta de tu casa.

― ¡No, no!: ¡yo a Tokio no vuelvo!

Sentaro rio un poco al ver su reacción:

― De seguro, lo dices porque no quieres encontrarte con la "mujer aquella", ¿verdad? -dijo después, refiriéndose a Mariko-.

― ¡No, para nada! -dijo, rápidamente- ¡ya ni me acordaba de ella!

― Jajaja qué mentiroso eres jajaja.

― ¿De qué mujer hablan? -dijo de pronto, la abuela de Sentaro-.

― ¡De ninguna! -dijo Shinnosuke algo molesto, levantándose de la mesa- ¡con permiso, buenas noches! -y se fue rápidamente de ahí-.

― ¿Qué le pasó a tu amigo? -dijo la abuela algo sorprendida, por la actitud de Shinnosuke-.

― Es que, dejó un viejo amor en Tokio -le dijo Sentaro, despreocupado- y por eso, no quiere volver, pero, ya verás cómo lo convenzo para que me acompañe jajajaja.

― ¡Ay, Sentaro, tú no cambias! -le dijo su abuela, riendo un poco también-.

Mientras tanto, por otro lado, nuevamente en la ciudad de Tokio, en la casa de la familia Saotome:

― ¡¿Mi sobrino acosando y persiguiendo a esa mujer?!... ¡ay, no, esto sí que rebasó los límites! -exclamó la señora Hinako, después de escuchar a su cuñado-.

― Por favor, Hinako, por supuesto que eso no es cierto -le dijo la señora Nodoka, algo molesta- mi hijo sería incapaz de algo así.

― ¡Ay, Nodoka, ¿todavía lo defiendes después de que se atrevió a mentirte todo este tiempo, diciendo que no la conocía?! -le preguntó su hermana, "muy alarmada"-.

― Estoy segura que esa chica lo inventó porque quiere volver a meterlo en problemas, como lo hizo cuando colaboró para que lo expulsaran de la academia -dijo nuevamente, la señora Nodoka-.

― O quizás fue Toma quién lo inventó -dijo el señor Genma, interviniendo-.

Ambas voltearon a verlo y él continuó:

― Es que, pude darme cuenta que él también está enamorado de esa chica, por la manera en que, según él, la protege.

― ¡Ay, no! -dijo nuevamente, la señora Hinako- ¡la culpable de todo esto es esa mujer por andar provocando a los hombres!

La señora Nodoka cubrió su rostro con ambas manos nuevamente, muy preocupada:

― ¡¿Qué vamos a hacer con él, Genma?!... -le dijo después, a su esposo- ¡¿cómo podemos alejarlo de esa mujer?!

El señor Genma se le quedó viendo un momento y antes de que pudiera responderle, la señora Hinako intervino nuevamente:

― Bueno, hermana, si me lo permites, yo te diría que lo primero que deben hacer es obligarlo a responderle a "Mariquita"... ¿o es que, ya se les había olvidado ese otro asunto?

La señora Nodoka dio un pequeño suspiro con frustración, al escucharla y su hermana continuó:

― ¡Mariko está embarazada y ustedes no pueden permitir que Ranma la abandone por estar encaprichado con una mujer de la peor calaña como ésa...!

Iba a seguir hablando, pero de pronto, escucharon que tocaban el timbre:

― Debe ser él -dijo la señora Nodoka, levantándose del sillón donde estaba sentada, para acercarse a la entrada de la sala-.

Una de las empleadas fue a abrir la puerta y efectivamente, se trataba de Ranma:

― Buenas noches, joven -lo saludó la empleada- pase adelante.

― Gracias... -dijo él, con voz que denotaba desánimo y cansancio a la vez, ingresando a la casa- ¿y mis padres? -le preguntó, después-.

La empleada iba a responderle, pero, no hubo necesidad de que lo hiciera:

― Ranma... -dijo de pronto su mamá, con voz algo reseca, desde la entrada de la sala- qué bueno que ya hayas regresado, porque tenemos que hablar.

Él se le quedó viendo un momento y después le dijo, aún en el mismo tono cansado, acercándose a ella:

― Hola, mamá... -e iba a darle un beso en la mejilla, pero, ella no se lo permitió-.

Ranma se sorprendió ante tal acción y ella volvió a decirle:

― Pasemos a la sala, ¿quieres?

Ambos ingresaron y él se dio cuenta que también estaban ahí su padre y su tía:

― Sobrinito lindo, te estábamos esperando -le dijo la señora Hinako, sonriendo sarcásticamente- ven a sentarte, porque tus padres tienen que hablar contigo de algo muy importante.

Ranma se le quedó viendo un momento:

― Creo que ya sé de qué quieren que hablemos... -dijo después, dirigiéndose a los tres- es sobre Mariko, ¿cierto?

La señora Nodoka se le quedó viendo muy decepcionada, sin responderle:

― Sí, hijo -le respondió el señor Genma- es sobre ella que tenemos que hablar, porque en la mañana te fuiste sin darme una explicación.

Ranma dio un largo suspiro y después, le dijo:

― De verdad, lo siento mucho, papá, pero, es que... me enfurecí y me desconcertó tanto que Mariko inventara algo como eso, que...

― No creo que sean inventos, Ranma -le dijo de pronto su mamá, interrumpiéndolo-.

Él se le quedó viendo, muy sorprendido:

― No creo que Mariko se haya atrevido a inventar algo tan grave como eso -continuó, la señora Nodoka-.

― Pero, mamá... -le dijo después, desconcertado- tú no puedes creer que eso sea verdad... ¡ella está mintiendo!

― No, hijo, no lo está -le dijo, aún en el mismo tono-.

― ¡Mamá, por favor! -le dijo, con reproche- ¡yo jamás tuve algo que ver con ella, te lo juro!

La señora Nodoka se le quedó viendo con pequeñas lágrimas en los ojos y después, negó con la cabeza:

― No me jures nada, Ranma... -le dijo molesta y con voz entrecortada- porque no te creo... ¡ya no te creo nada!

Ranma se sorprendió aún más al escucharla hablar así:

― Mamá, no me digas eso, por favor -le dijo después, en tono de súplica- tú me conoces muy bien y sabes que jamás haría algo así.

― Creía conocerte, hijo, pero, ahora me doy cuenta que no es así... -hizo una pequeña pausa y después, le dijo- tú... tú... nos has estado mintiendo todo este tiempo.

― No, mamá, no es así...

― ¡Claro que sí es así, Ranma! -le dijo, aún más molesta- ¡y no solo nos mentiste respecto a la relación que mantenías con Mariko, sino que también nos mentiste respecto a Akane!

Ranma se sorprendió todavía más y se quedó callado al oír a su madre, nombrar a esa chica que tanto significaba en su vida:

― ¡¿O vas a atreverte a negar nuevamente que ella es la chica comprometida que conociste en una heladería hace años, de quien tomaste la idea para las muñecas de porcelana y también la misma que provocó tu expulsión del Ejército?! -continuó la señora Nodoka-.

― ¿Quién provocó mi expulsión del Ejército? -repitió, desconcertado-.

― ¡Lo sabemos todo, Ranma!: ¡sabemos que fue ella quien se prestó para ponerte esa trampa junto con ese Teniente, con el que tiene una relación, a pesar de estar comprometida!

― Mamá, no sé quién les dijo eso, pero...

― ¡¿Cómo puedes estar enamorado de una mujer sin escrúpulos como ella, Ranma?!... ¡¿cómo?!

― ¡No, mamá, Akane no provocó mi expulsión del Ejército, ni mucho menos, tiene una relación con ese Teniente...!

― ¡¿Y por una mujer así, que solo anda provocando a los hombres y que luego se queja que la persiguen y la acosan, piensas abandonar a una chica tan decente como Mariko?! -dijo después la tía Hinako, interviniendo e interrumpiéndolo- ¡sobrino, reacciona, por favor!: ¡tienes que olvidarte de esa mujer y sentar cabeza de una vez por todas!... ¡Mariko está esperando un hijo tuyo!

Ranma se puso furioso al escuchar también a su tía, insistir con eso:

― ¡No es mi hijo, porque yo no tuve nada con ella, entiéndanlo! -gritó, después-.

― ¡Ranma, no les hables así! -lo regañó, su papá-.

― ¡Lo siento, papá, pero es que, ya no soporto seguir escuchando tantas tonterías!

― ¡¿Te parece una tontería el embarazo de Mariko y ensuciar nuestro apellido por perseguir y estar encaprichado con una mujer de tan mala reputación como la tal Akane?! -volvió a decirle, la señora Hinako-.

― ¡Muy bien, ya es suficiente, tía! -le gritó Ranma, después- ¡no voy a permitir que te sigas expresando así de la única mujer que me interesa, porque sí, es cierto!: ¡amo a Akane, la amo con todas mis fuerzas y aunque ustedes no estén de acuerdo, voy a luchar por ella, sin importarme las consecuencias que eso pueda implicar!... ¡incluso, si tengo que renunciar a ser parte de esta familia...! -y ya no pudo terminar de hablar, porque de pronto, sintió una bofetada, que se escuchó en toda la casa: había sido su mamá-.

La tía Hinako estaba que no lo creía todavía. Casi y saltaba de la alegría en ese momento, porque era lo que había estado esperando durante años: el espectáculo que estaba presenciando, sin duda alguna, cada vez se ponía aún mejor:

― Está bien, mamá -dijo Ranma después, dirigiéndose a la señora Nodoka- si no quieren creerme que entre Mariko y yo jamás hubo algo, no voy a insistirles más, pero tampoco esperen que me case con ella, porque eso no sucederá... -dijo, con mucha firmeza- y en cuanto a Akane, reconozco que cometí un error al ocultárselos y tienen todo el derecho a reclamármelo, pero, por favor, no me pidan que me olvide de ella, porque eso no lo puedo hacer... no lo haré: la amo y no pienso renunciar a ella... -y diciendo esto último, salió de la sala para ir rápidamente a su habitación-.

La señora Nodoka se puso a llorar, muy arrepentida de haberlo golpeado, porque jamás se había atrevido a levantarle una mano:

― ¡Ranma!, ¡Ranma! -le gritó, todavía- ¡espera, hijo!... ¡espera, por favor!

― Déjalo, Nodoka... -le dijo el señor Genma acercándose a ella, para abrazarla- déjalo, es mejor que esté a solas, para que piense bien las cosas.

― ¡No debí golpearlo! -le dijo desesperada- ¡no debí hacerlo!

― Tranquilízate, por favor -le dijo después, tomando su rostro- te prometo que mañana hablaré con él para hacerlo entrar en razón.

― ¡Ay, no quiero perder a mi hijo, Genma, no quiero!

― Eso no sucederá, ya lo verás...

Pero, lamentablemente, las cosas solo empeoraron las siguientes dos semanas, con Ranma yéndose de la casa, al no estar dispuesto a olvidarse de Akane, (aunque su padre por lo menos, había logrado que siguiera trabajando con él en la fábrica), la noticia del embarazo de Mariko que ya se había difundido entre las amistades de las familias Saotome y Konjo (gracias a la señora Hinako), el señor Konjo que había iniciado con sus amenazas al ver que Ranma no quería ceder a casarse con su hija y Toma que había renunciado a su trabajo en la fábrica para irse a la competencia...

(Parecía que todo estaba en contra de Ranma y que nada se solucionaría).

Un día, siendo ya la hora del almuerzo, Shampoo y Akane se encontraban saliendo de la universidad, después de haber finalizado el último curso que tenían antes del mediodía. Iban platicando, cuando de pronto, alguien les apareció de frente:

― Hola, niñas, buenas tardes -les dijo la persona que acababa de llegar: se trataba de la señora Nodoka, que había logrado averiguar dónde estudiaba Akane, con la ayuda de su hermana-.

Ambas voltearon a ver. Akane la reconoció rápidamente y no dejó de sorprenderse y de ponerse muy nerviosa:

― Buenas tardes, señora -dijo Shampoo con cortesía, respondiendo a su saludo- ¿podemos ayudarla?

La señora Nodoka sonrió al escucharla y antes de que pudiera decir algo más, Akane la interrumpió:

― ¿Cómo... cómo está, señora Saotome? -dijo, haciendo una reverencia- me da... me da mucho gusto saludarla.

Shampoo se quedó viendo muy sorprendida, al darse cuenta que estaba frente a la mamá de Ranma:

― A mí también me da gusto saludarte, Akane -dijo la señora Nodoka, observando que tenía puesto un yukata color naranja y se regañó mentalmente por haberse dejado engañar por su hijo, cuando la vio por primera vez en aquella fiesta, porque ahora al verla vestida así, su parecido era mucho más extraordinario a las muñecas de porcelana- ¿ella es tu amiga? -le preguntó después, volteando a ver a Shampoo-.

― Eh... sí -le respondió Akane, tímidamente- ella es Shampoo Zheng, mi amiga y compañera de la carrera de enfermería.

― Mucho gusto, linda -dijo la señora Nodoka, dirigiéndose a Shampoo-.

― Igualmente, señora -dijo Shampoo, sonriendo nerviosamente-.

La mamá de Ranma se les quedó viendo a ambas un momento y después se dirigió a Akane, nuevamente:

― Oye, querida, ¿crees que sea posible que podamos hablar ahora?

Akane se sorprendió mucho al escuchar tal petición:

― ¿Ha... hablar? -le preguntó después, aún sin creerlo- ¿u... us... usted desea hablar co... conmigo?

― Sí, linda, ¿crees que se pueda? -volvió a decirle la señora Nodoka- es que, es muy urgente, por favor.

― Bu... bu... bueno, yo... -dijo Akane, muy nerviosa- es que... solo... solo tenemos unos minutos para almorzar y...

― No te voy a quitar mucho tiempo, te lo prometo.

Akane no sabía qué hacer y Shampoo le dijo:

― Habla con ella, amiga, porque se ve que sí es muy urgente lo que tiene que decirte... -hizo una pausa- yo... yo voy a ir a buscar a las demás chicas para ver si ya terminaron de responder el examen de hoy... nos vemos más tarde, ¿sí? -y después, se dirigió a la señora Nodoka- mucho gusto, señora, con su permiso -y diciendo esto último, salió corriendo de ahí, para dejarlas a solas-.

― Adiós, Shampoo, qué te vaya bien -le dijo todavía, la señora Nodoka y después, volvió a dirigirse a Akane- si quieres, podemos platicar en la cafetería que está por aquí cerca, para que no te atrases.

― Eh... es... está bien, como usted diga -le dijo aún nerviosa, porque presentía, que era de Ranma de quién quería que hablaran, porque no veía otro motivo por el cual habría de buscarla-.

Al llegar a la cafetería, tomaron una mesa y un camarero se acercó a tomarles la orden:

― Pide lo que quieras que yo lo voy a pagar -le dijo la señora Nodoka a Akane-.

― Eh... no, no se preocupe, no es necesario que lo haga -le respondió Akane, algo avergonzada-.

― Claro que sí: yo te traje aquí para que habláramos y tengo la obligación de hacerlo, ¿de acuerdo? -le dijo después, un poco molesta-.

Akane solo asintió levemente mucho más avergonzada, al ver su reacción y prefirió no contradecirle.

El camarero tomó la orden y luego, se retiró para dejarlas a solas, para que pudieran hablar:

― ¿Y... y... y de qué... de qué desea que hablemos, señora? -le preguntó Akane después, con algo de timidez y nerviosismo-.

La señora Nodoka se le quedó viendo un momento y luego le dijo, bastante reseca:

― Mira, querida, voy a ir directo al grano para no quitarte mucho el tiempo... -hizo una pausa y después, continuó- si te busqué y te pedí que habláramos es para que sepas que... que estoy al corriente de todo.

Akane se le quedó viendo, muy confundida:

― ¿Qué está al corriente de todo? -le preguntó, después- perdón, pero, no comprendo.

― Sí, Akane, lo sé todo... -volvió a decirle la señora Nodoka- estoy perfectamente enterada de lo que ha estado pasando entre tú y mi hijo desde hace ya algún tiempo... sé que eres la chica comprometida que él conoció hace años en una heladería y que también eres la enfermera que provocó que lo expulsaran del Ejército.

― ¿Q... Q... Qué? -preguntó Akane, con voz temblorosa- ¿q... q... qué yo provoqué que expulsaran a su hijo del ejército?... pe... pero, ¿él... él... él le dijo eso?

― No importa si me lo dijo él o alguien más... -volvió a decirle, aún en el mismo tono- lo que interesa aquí es que le has ocasionado a mi hijo problemas muy graves...

― ¿Qué le he ocasionado problemas a su hijo? -le preguntó, muy sorprendida- pe... pero, señora, yo...

― Sí, Akane, le has ocasionado muchos problemas, primero, porque eres una mujer comprometida y no sé qué es lo que pretendes al "aparentemente" ilusionarlo y luego quejarte que él es quien te persigue y te acosa.

― ¿Qué? -preguntó todavía sin poder creer lo que estaba escuchando, ya con pequeñas lágrimas en los ojos-.

― Segundo... -continuó la señora Nodoka- arruinaste su carrera al haberte prestado junto a ese Teniente, con el que mantienes una relación, para ponerle una trampa y perjudicarlo.

― No, eso... eso no fue así -dijo, con algo de desesperación-.

― Tercero: provocaste que mi hijo se fuera de la casa hace ya unas semanas, por estar encaprichado contigo y no querer hacerse responsable de la obligación que tiene con Mariko, porque, por si no lo sabías, ella es su novia y está esperando un hijo suyo.

Akane empezó a llorar, sin poder evitarlo, no solo por las cosas tan crueles que la mamá de Ranma le estaba reprochando, sino por confirmar que, efectivamente, el hijo que estaba esperando esa mujer sí era de él:

― Ranma no quiere escuchar razones... -continuó la señora Nodoka- y nuestra relación se destruyó por completo, a raíz de la obsesión que siente por ti, aunque él le llame "amor"... -luego, dio un pequeño suspiro- y yo ya no sé qué más hacer para que él reaccione y se de cuenta que lo de ustedes, no puede ser y que tanto su padre, como yo, no lo vamos a permitir.

Akane tenía el rostro inclinado, mientras lloraba con mucho dolor:

― Por eso, linda... -volvió a decirle la señora Nodoka- quiero suplicarte que te alejes de él: Ranma... Ranma es lo más valioso que tenemos mi esposo y yo en esta vida y no queremos que lo sigas metiendo en más problemas... además, está esa criatura que viene en camino y que no tiene la culpa de nada... por favor, no la alejes de su padre... -dio un pequeño suspiro, nuevamente y después, le dijo- y si quieres un consejo, de mujer a mujer, te diría que cambies la clase de vida que has estado llevando hasta ahora y que respetes el compromiso que tienes, porque no es justo que le hagas esto a tu prometido, al engañarlo con ese Teniente, con mi hijo y quizás, también con Toma...

Akane ya no podía aguantar un segundo más en ese lugar. Se levantó rápidamente de la mesa y después le dijo, con mucha dificultad:

― Usted... usted me está juzgando duramente sin conocerme, señora... porque no sabe en realidad cómo sucedieron las cosas... pero... pero, no se preocupe... porque yo... yo... yo... no estoy interesada en su hijo... nunca lo estuve, ni lo estaré jamás -la voz se le quebró, por el inmenso dolor que sentía en el corazón y en el alma- soy... soy yo quien le suplica que le diga a Ranma que ya no me busque más, por favor... porque... porque... ¡porque no lo quiero!... ¡no lo quiero cerca de mí! -le dijo después, casi gritando y luego, salió corriendo rápidamente de ese lugar-.

Todas las personas que estaban ahí solo se quedaron viendo, muy sorprendidas:

Espero estar haciendo lo correcto, Kami-sama y que esto haya sido suficiente para alejarla de mi hijo -pensó después la señora Nodoka, al ver la tristeza tan grande de Akane. Luego, dio un pequeño suspiro- ojalá Ranma pueda comprender algún día que todo esto lo hago por él y que es por su bien.

El día transcurrió rápidamente y horas más tarde, Toma llegó a traer a Akane a la universidad (lo había estado haciendo durante los últimos días, porque iba en serio lo de querer conquistarla y lo de aprovechar la oportunidad que Ranma "le había brindado" a raíz de lo sucedido con su novia):

― ¿Te gustaría ir esta noche al teatro conmigo? -le preguntó Toma a Akane, mientras caminaban en dirección a su departamento- mira, ya hasta compré los boletos -dijo, mostrándoselos-.

― No, gracias, Toma... -le respondió Akane, con voz bastante apagada (y no era para menos, después de la conversación que había tenido con la señora Nodoka hacía unas horas)- tengo... tengo mucha tarea para mañana y...

― Akane, solo quiero que te distraigas -le dijo con reproche, interrumpiéndola- además, solo va a ser una hora, te lo prometo.

― De verdad, te lo agradezco, Toma, pero, no tengo ganas... -le dijo Akane nuevamente, inclinando el rostro-.

Toma se le quedó viendo un momento y después, le dijo:

― Te ves triste y desanimada, ¿qué te pasa?... ¿acaso, tuviste hoy algún problema en la universidad?

― No, no es eso, Toma...

― Entonces, ¿qué es? -le preguntó, ya un poco molesto- ¿no me digas que se debe "al inútil" del hijo de mis ex jefes?... ¿qué todavía no puedes olvidarlo, a pesar de saber que va a tener un hijo con otra mujer?

Akane se le quedó viendo un momento y después, sin decirle nada, empezó a caminar más rápido para alejarse de él:

― ¡Akane, espera! -le dijo, alcanzándola- ¡perdóname, por favor, no debí decirte eso, pero, es que yo...! -dio un pequeño suspiro- quisiera que ya no pensaras más en él y que me consideraras a mí... como una opción para ti -luego, tomó una de sus manos y le dio un beso- Akane, yo te amo... de verdad, te amo...

Akane tenía el rostro inclinado, mientras lo escuchaba:

― Toma, yo... -le dijo, después-.

― Por favor, déjame demostrártelo... -continuó Toma, atreviéndose a tomar su mentón para que lo viera- por favor, Akane... -le dijo después, empezando a inclinarse para besarla-.

Ella volteó su rostro rápidamente y antes de que pudiera decirle algo más, alguien llegó en ese momento y los interrumpió:

― Akane... -dijo la persona que acababa de llegar, entre sorprendida y decepcionada, al presenciar esa escena-.

Ambos voltearon a ver:

― Ra... Ranma -exclamó Akane, con voz temblorosa, sintiendo que la respiración se le estaba entrecortando y que el corazón se le iba a salir del pecho, pues, no imaginó volver a verlo-.

― ¡¿Qué diablos haces aquí, Ranma?! -le dijo Toma después, furioso- ¡ya déjala en paz, ¿qué no te cansas de molestarla?!

Ranma lo ignoró y se dirigió a ella:

― ¿Podemos hablar, Akane?

― ¡No, ella no va a hablar contigo!... ¡mejor lárgate por donde viniste! -le respondió Toma-.

― ¡Estoy hablando con ella, no contigo! -le gritó Ranma-.

― ¡Como sea, ella no quiere saber nada de ti, entiéndelo! -dijo dándole un empujón, provocándolo-.

Ranma le devolvió el empujón e iban a empezar a pelear, pero, Akane se interpuso entre los dos:

― ¡Ya, por favor, no peleen! -les gritó a ambos-.

― ¡Él tiene la culpa por seguirte molestando, Akane! -gritó Toma-.

― ¡No, eres tú quien tiene la culpa por interponerte entre nosotros! -le gritó Ranma a Toma- ¡¿por qué no entiendes que ella me ama a mí?!

― ¡Cuánta arrogancia! -le dijo Toma, sarcásticamente- ¡crees que todas las chicas mueren por ti!

― ¡Eso no es verdad...!

― ¡Ya, Ranma, por favor! -le dijo Akane desesperada, interrumpiéndolo- ¡vete de aquí, por favor y no me busques más, te lo suplico!...

Ranma se le quedó viendo, muy sorprendido:

― Pero, Akane -le dijo, después- necesito hablar contigo...

― ¡No, Ranma, no...! -le dijo ella, empezando a llorar- ¡no quiero hablar contigo, no quiero saber nada de ti, no quiero volver a verte!... ¡déjame tranquila!, ¡no me ocasiones problemas con mi prometido, por favor!... ¡olvídate de mí y hazte cargo de tu hijo!

Ranma se enfureció al escuchar aquello nuevamente y después dijo, dirigiéndose a Toma:

― ¡¿Por qué no me sorprende que hayas venido corriendo a contarle esa mentira a Akane, eh?!

― ¡No es ninguna mentira, Ranma! -le gritó Toma- ¡toda la ciudad lo sabe ya y si tienes todavía un poco de decencia y de cerebro, cásate con esa pobre chica cuanto antes y no permitas que tu hijo crezca sin padre!

― ¡No voy a perder mi tiempo discutiendo contigo, porque me viene sobrando lo que pienses! -le gritó Ranma, bastante cansado de ese tema- ¡a mí solo me interesa la opinión que Akane tenga de mí y no voy a permitir que le sigas llenando la cabeza de tantas mentiras en contra mía...!

― ¡Pero, yo no quiero escucharte, Ranma! -le gritó Akane, interrumpiéndolo- ¡no me interesa nada de lo que tengas qué decirme, entiéndelo, por favor!... ¡vete ya y desaparece de mi vida! -le dijo después, cubriendo su rostro con ambas manos, mientras lloraba nuevamente con mucho dolor- ¡vete, por lo que más quieras!: ¡vete!

Ranma se sorprendió mucho más al verla así y Toma estaba más que feliz, celebrando internamente:

― Bueno... -dijo Toma después, dirigiéndose a Ranma- creo que Akane ya fue bastante clara contigo: quiere que te "vayas" y la dejes en paz, ¿o es que no entiendes japonés?

Ranma apretó fuertemente los puños, aún furioso, al escucharlo, pero, después, tomó un poco de aire y trató de tranquilizarse, para dirigirse a Akane:

― Está bien, muñequita, voy a darte más tiempo para que aceptes hablar conmigo... porque créeme que puedo aclararte todo lo que quieras... -luego, hizo una pequeña pausa- mi interés por ti, es real y no voy a rendirme contigo, mi amor... te amo, te amo con todas mis fuerzas y no estoy dispuesto a perderte.

Akane volteó a verlo, aún llorando y después, sin decir nada más, se echó a correr lo más rápido que pudo de ahí:

― ¡Akane! -le gritó Toma, todavía y después, se dirigió a Ranma- ¡no te le acerques más!: ¡déjala en paz!... ¡ella no es como las mujeres con las que estás acostumbrado a jugar, date cuenta!

― ¡No me voy a rendir con ella, Toma! -le gritó Ranma- ¡aunque te hayas encargado de ponerla en mi contra, no te vas a salir con la tuya, porque en algún momento, hablaré con ella y le aclararé todos estos malos entendidos! -y diciendo esto último, se fue rápidamente de ahí-.

Sin embargo, pasaron unos días más sin que pudieran aclarar la horrible mentira de Mariko.

Al día siguiente (estando ya avanzado el mes de abril de 1939), sin que Ranma lo imaginara, sus mejores amigos llegaron a visitarlo a la fábrica de su padre, por haber tenido ese día libre en el trabajo que tenían en la hacienda donde prestaban sus servicios y aprovecharon para ir a saludarlo a él y su familia e invitarlos a la pedida de mano de Satsuki (Sentaro había logrado convencer a Shinnosuke para que lo acompañara):

― ¡Qué grata sorpresa tenerlos por acá! -les dijo Ranma alegremente al verlos, mientras se abrazaban y se daban palmadas en la espalda- ¡pensé que ya se habían olvidado de mí! -les dijo después, bromeando-.

Ambos rieron un poco, al escucharlo:

― ¡Nah, tú tampoco has hecho por comunicarte con nosotros! -le dijo Shinnosuke-.

― ¡Es cierto, Ranma! -le dijo Sentaro- ¡ni tampoco nos has ido a visitar, a pesar de saber ya muy bien donde vivimos y trabajamos! jajajaja -dijo después, riendo divertido- ¡¿pero, qué tanto te ha tocado hacer para no tener ni siquiera un poco de tiempo para ir a visitar a tus amigos, eh?!

Ranma se les quedó viendo un momento y luego, dio un pequeño suspiro:

― Lo siento, hermanos, es que... no sé dónde tengo la cabeza últimamente -les dijo después, pasando una de sus manos por su cabello-.

Ambos rieron al escucharlo:

― De seguro, en "Akanelandia", ¿verdad, Shinno? jajajaja -dijo Sentaro, dándole un codazo a Shinnosuke en uno de sus brazos-.

Shinnosuke rio un poco y después, se dirigió a Ranma:

― Por lo visto, todavía no has logrado que te de una oportunidad, ¿eh?

― No, Shinno, aún no -le dijo, con voz apagada- es que, han pasado tantas cosas desde la última vez que pude hablar con ustedes...

― ¿En serio? -le preguntó Sentaro- bueno, tenemos todo el día para que nos cuentes -dijo después, sentándose en una de las sillas que estaban en la oficina-.

― ¿Podemos ayudarte? -le dijo Shinnosuke-.

― No, no creo que puedan, amigos -les dijo Ranma, aún en el mismo tono- pero, agradezco sus buenas intenciones.

Ambos se le quedaron viendo, con preocupación:

― ¿Tan grave es el asunto? -le preguntó Sentaro-.

― Sí, pero, no quisiera mortificarlos con mis problemas.

― Ranma, nosotros somos como hermanos -le dijo Shinnosuke- y si de verdad, no podemos hacer nada por ti, al menos cuéntanos para que te sientas mejor.

― Sí, Ranma -le dijo Sentaro- estamos para apoyarte.

Ranma sonrió levemente al escucharlos y después, les dijo:

― Bueno, es que, mis padres se enteraron de mis sentimientos por Akane y por supuesto, no están de acuerdo, sobre todo, mi mamá...

― ¡¿En serio?! -le dijo Sentaro, muy sorprendido- ¡no inventes!

Ranma dio un pequeño suspiro y después, continuó:

― También se enteraron que Akane trabajó como enfermera en la academia del Ejército y que fue debido a ella que me expulsaron... piensan que se prestó para ponerme una trampa junto al Teniente Chardin y a pesar de aclararles que no fue así, mi mamá no me quiso creer... -dijo, dando nuevamente un pequeño suspiro- está muy resentida conmigo por haberles ocultado que Akane y yo ya nos conocíamos y no acepta que esté enamorado de ella... y por eso, tuve que irme de la casa...

Sentaro y Shinnosuke voltearon a verse, aún más sorprendidos:

― Y para rematar... -volvió a hablar Ranma- y creo que esto es lo peor de todo -tomó un poco de aire para seguir hablando- Mariko... Mariko inventó que está esperando un hijo mío.

Shinnosuke cambió completamente su expresión y se puso muy rígido al escuchar eso último:

― ¿Qué... Qué dijiste? -le dijo después, con voz temblorosa- ¿Mariko... Mariko está... está embarazada?

― Sí, Shinno -le confirmó Ranma- lamento mucho que te hayas enterado de esto, porque sé que sigues muy enamorado de ella, pero, te juro que jamás hubo algo entre ella y yo...

Shinnosuke pasó una de sus manos por su cabello, con frustración:

― ¡Por Kami-sama!... ¡embarazada, Mariko está embarazada! -dijo después, desesperado-.

Sentaro solo se le quedó viendo, porque él ya se imaginaba que algo así podía suceder:

― Tranquilízate, Shinno -le dijo Ranma- sé que esto es muy duro para ti, pero...

― ¡Es que... ese bebé es mío, Ranma! -le gritó Shinnosuke, interrumpiéndolo- ¡yo soy el padre de ese niño!

CONTINUARÁ…

¡Hola, mis apreciados Rankaneros!, ¡me da muchísimo gusto saludarlos nuevamente! :)

Acá estoy tardando en actualizar (como siempre jejejejeje). Les pido disculpas, es que, estos meses no he tenido mucho tiempo para escribir :(, pero, aunque vaya algo lento, voy a terminar esta historia :)

Sé que, a pesar de ser éste, un capítulo bastante extenso, no avanzó demasiado, pero es que, necesitaba mostrarles algunas conversaciones que creí importantes, sobre todo, la reacción de los padres de Ranma al enterarse de su romance con Akane jejeje.

Debo confesarles que me causó mucha gracia escribir esta parte, porque, ¿cuándo en la historia original de Rumiko Takahashi se vio que la señora Nodoka se opusiera al compromiso entre Ranma y Akane? "nunca" jejejeje. De hecho, apoyó completamente esa relación, aunque supiera de la existencia de otras chicas que andaban tras su hijo jejejeje. Este personaje me cayó muy bien, porque a pesar de saber que Akane no era muy buena en la cocina, nunca le puso "un pero" por ese aspecto para que fuera la prometida de su hijo, por el contrario, hubo una ova en donde con paciencia, le enseña a cocinar. En otras palabras, lo único que le importaba era que el corazón de su hijo quedara en buenas manos :), pero, en esta historia, tuve que cambiar un poco su personalidad jejeje.

Les había comentado de empezar a compartirles un nuevo fic que también es alterno, pero, creo que mejor lo voy a aplazar un poco, hasta que vea esta historia más avanzada jejejeje XD.

No estoy muy segura si podré compartir alguna historia navideña o una parte más de esta historia este año, pero, los invito a leer los dos fics navideños que tengo acá en mi perfil, por si todavía no los han leído: uno se llama UNA ESPERANZA REMOTA y el otro, DOCE BESOS PARA NAVIDAD :), aunque, si les confieso algo, el fic que más ha significado para mí es el de "Una Esperanza Remota", porque fue el primero que escribí sobre esta hermosa pareja que se robó por completo mi corazón :)

No tengo palabras para agradecerles todo el apoyo que me han brindado desde que empecé a compartir mis historias y de verdad, me alegra mucho que algunas personitas se tomen el tiempo para dejarme un mensajito :) y otras que me apoyan con marcar mis fics como favoritos o seguirlos. Créanme que para mí significan mucho todas estas acciones, son muy valiosas :)

Si acaso ya no nos vemos en estas semanas que faltan para que termine el año, quiero desearles desde ya una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo. Que se la pasen de lo mejor junto a sus familiares y amigos y que todo lo que se propongan para este año que viene, se haga realidad :)

¡Les mando muchos saludos desde mi querida Guatemala!... ¡hasta pronto, cuídense mucho! :)