Disclaimer: Los personajes corresponden en derecho de propiedad a sus respectivos autores, esta historia es sin fines de lucro. Solo con el único fin de entretener a un público lector; de una fan para fans. Esta historia ha sido publicada únicamente bajo el usuario de ladykya0 si la encuentras en otra página con en un perfil diferente se trata de plagio.

Esta historia fue escrita para la página de FB "Es de fanfics"

Desafío: Kisspril

992 palabras

Fecha de publicación: 25 de mayo, 2024.

.

Francés

.

.

.

Había notado el escalofrío que la aguda mirada de Gary provocaba en su espalda. Creyó que la seguía por todos lados mientras ella acompañaba a sus hermanas, recibiendo a los invitados que entraban a ese evento privado organizado en su Gimnasio. Pensó que solo había sido su imaginación, cuando al buscarlo más de una vez, lo encontró sonriente, adulador e interesado en la conversación que parecía tener con su abuelo y Agatha, del alto mando.

Así que había decidido olvidarse del asunto y mantener su sonrisa amable. Aunque debía admitir que comenzaba a cansarse. Nunca había sido muy buena para las cuestiones sociales, porque era bien sabido que su paciencia era limitada.

— Ven conmigo.

Misty se sobresaltó porque, absorta en sus pensamientos, no había presentido la cercanía del investigador, mucho menos cuando lo primero que percibió fue la suave caricia que este dio a su hombro desnudo, distrayéndola del hecho de que ya había tomado la copa que ella sostenía y la había dejado en el lugar más cercano que encontró.

Con una sonrisa perfecta, Gary solo tomó su mano con delicadeza. Guiándola, hasta que pudo engancharla en su brazo izquierdo. Comenzaron a caminar y ella, curiosa, solo se dejó llevar.

— Dudo mucho que nos extrañen. Mi abuelo tenía un largo discurso que dar.

Susurró sin inmutarse, con un tono grave y profundo que le advertían a la chica que él estaba planeando algo, pero con una sonrisa cordial que despistaba a las personas a su alrededor. Sin previo aviso, y sin ser vistos, sintió un pequeño jalón que no tardó en llevarla dentro de uno de los almacenes que rodeaban su piscina y la separaban del campo de batalla que ahora estaba lleno de personas.

A oscuras y rodeada mayormente por estantes llenas de comida Pokémon, sintió la cercanía del chico, inclinado totalmente sobre su cuerpo arrinconado sobre la puerta, evitando algún intruso incauto que pudiese querer entrar.

Gary sabía muy bien lo que hacía, no iba a negar lo obvio.

— Misty — susurró acercándose un poco más al rostro de ella, comenzando a respirar del aliento cálido que los estaba envolviendo. — No tengo idea de qué me hiciste. — Confesó el castaño en un susurró que ella notó desesperado.

Acomodándose mejor, la chica pudo distinguir el verde brillante que la acechaba en aquella oscuridad que de a poco comenzaba a aclarar. Sonrió con una altivez natural que solo mostraba en sus momentos más brillantes en batalla.

— No sé de qué estás hablando — Comentó con la falsa inocencia que correspondía a aquella situación mientras subía sus manos por el pecho del chico.

— ¿Segura que no sabes? — Ella negó y él sonrió en complicidad — Desde hace horas... — volvió a susurrar, esta vez lo suficientemente cerca de su oído, ocasionándole un cosquilleo con su aliento cálido. —... tengo unas ganas horribles de besarte.

El castaño suspiró en el cuello de la entrenadora, terminando con la ínfima distancia que aún había entre sus cuerpos. Misty, sin querer esperar más, tomó en sus manos de la pulcra camisa del hombre, halándola hacía ella. Ese fue el único gesto que Gary necesitaba para por fin comenzar a saborear los labios que tantas ganas tenía de devorar.

El ímpetu de aquel primer contacto de sus labios, le confirmaron a la pelirroja la veracidad de las ganas que, al parecer, el investigador había estado controlando. Sintió como su mano izquierda comenzaba a juguetear sobre su vestido para después notar la mano firme de él sobre su nuca, idealmente acomodado para acariciar su mejilla con su pulgar, en un gesto característico que la hacían nublar su mente. Oak separó sus labios de los sonrosados de Misty, sonriendo ladinamente observó su rostro, llevando su dedo suavemente hasta el labio inferior de ella, que pronto descendió hasta su mentón, provocando que sus labios entreabiertos lo invitarán de nuevo a robarles el aliento.

Y no esperaría un segundo más.

Gary comenzó a disfrutar de la humedad que su lengua provocó al acariciar su labio superior. La combinación de sus respiraciones que se agitaban en un compás que conocían bien, hicieron a Misty profundizar aquel beso que acompañó con un tenue jadeo que solo el hombre escuchó, pero lo provocó aún más. En un arrebato e invadiendo más allá de sus labios, el investigador tomo de las piernas a la chica para poderlas acomodar sobre sus caderas, ella solo se dejó hacer enganchándose fuertemente del cuello de él. Solo podían percibir el choque de sus respiraciones, combinada con el chasquido de sus labios húmedos y de sus lenguas que acariciaban sus labios cada que intentaban recuperar el aliento. El sonido exterior hacía mucho que se había convertido en un eco que rápidamente perdió coherencia. Las voces de sus invitados, la música, nada de eso importaba.

— Gary — jadeó la chica, intentando alejarse de los besos que él se negaba a interrumpir, porque cada vez solo volvía a unir sus labios con una fiereza que comenzaba a descontrolarse. — Gary — repitió. Él la observó por un segundo para después hundir su rostro en el cuello de ella, continuando su trabajo dejando un camino de caricias para que la entrenadora pudiera hablar.

Misty rodeo la nuca de él con su brazo izquierdo, para de esa manera poder observar la hora del reloj dorado que adornaba su muñeca.

— Sinceramente — jadeó un poco cuando él apretó su cuerpo y la reacomodo sobre su cadera — dudo mucho que nos necesiten más en esta fiesta.

Misty lo sintió sonreír sobre su cuello para después notar el ligero mordisco que este le dio. — Te escucho

— La puerta trasera. Podemos subir a las habitaciones por ahí.

El castaño simplemente dejo de sostenerla para que ella pudiera estar de nuevo sobre sus pies. Sin separarse un centímetro más de lo necesario, le sonrió, dispuesto a besarla de nuevo, esta vez con la calma que presagiaba la tormenta que se avecinaba.

— Vamos de una vez.

Susurró sobre sus labios.

.

.

.

Quedo justo en número de palabras.

¡Hola! Les diré la verdad, cuándo yo decidí escribir este reto (y terminarlo) no pensé en este beso jaja, no soy mucho de escribir este tipo de situaciones porque soy muy difícil para leerlas, una palabra que desentone y para mi ya perdió el encanto jaja así que la que juzga será juzgada(?)

Aún así, si terminaste de leer espero te haya gustado. Saben que los comentarios son bienvenidos y todo se hace con cariño.
¡Nos leemos la próxima actualización!