¡Sigo viva! No tengo cara para pedir que me disculpen por mi flojera, pero lo que dije en el capítulo anterior es cierto, la inspiración se fue volando por la ventana estas ultimas semanas. Tengo cada parte de la historia en mi mente pero desarrollarla me crea un corto circuito con mis otras preocupaciones. Pero ya, a leer. Nos leemos abajo.

XI

Traición

Una pequeña silueta se dibujaba por la sombra que creaba el fuego de la chimenea en la pared. Siendo sostenida por un brazo mucho más grande y fuerte, los azotes silenciosos rompían el aire creando un silbido de dolor. Los sollozos ahogados le precedían.

-¿Quieres llorar?- la jaloneó –Te daré motivos para hacerlo, mocosa chillona- acelero los azotes con rabia.

Las lágrimas bañaban el rostro pálido de la niña que sin moverse, expectativa, contenía las ganas de vomitar. Sintiendo una fugaz esperanza misma que la hacía mantenerse firme de que algún día ese martirio que nunca pidió terminara. Cuando el verdugo hubo terminado su tarea se dispuso a dormir tirado en el suelo junto a la chimenea que era lo único que proveía luz al lugar. Sakura se cubrió del frio con un abrigo gastado que colgaba siempre del perchero y salió aprovechado que la mujer no despertaría hasta el día siguiente.

El aire rozaba sus lozanas mejillas, y refrescaba el dolor de su cuerpo haciéndola sentir por un instante más viva y libre de lo que en realidad estaba.

Camino por entre las calles atiborradas de nieve, con escasa luz asomándose por las ventanas a causa de las innumerables chimeneas que mantenían el calor en los hogares. La caridad de la noche gracias al amplio cielo estrellado le permitía vislumbrar su camino, y la nieve blanca le conducía a un sendero que no tenía pierde, pues lo sabía ya de memoria. Desde aquel día en que sintió latir su corazón como un tambor descontrolado, desde aquel espectáculo de poder, siempre iba al mismo lugar deseando no irse jamás.

Llegó a la piedra llana donde se acostaba mirando el horizonte que se adornaba con pequeñas puntas de pino, una tras otra, sin fin.

Sollozó, cerrando los ojos, sin comprender por qué su vida era así. ¿Que había hecho mal? Porque su madre no la amaba ni la cuidaba como otras madres hacían, ella bien lo sabía, no era amada, pues conocía muchas mujeres bonachonas en el mercado que hablaban con cariño a sus hijos, ella no conocía eso y por más que se esforzara las cosas no cambiaban. Su pequeña mente no iba más allá, no sabía del futuro, no sabía de la vida, lo único que creía firmemente es que algo estaba mal en ella… algo estaba haciendo mal.

-¿Quién anda ahí?- se tragó el llanto abriendo los ojos con sorpresa y temor, dejó incluso de respirar como si eso la hiciera invisible. -¿Quién eres?-habló más alto. La niña supo que el estaba detrás y era inútil seguir actuando como si pudiera evitar su encuentro.

Se giró mirándolo sorprendida sosteniendo su peso en ambos brazos, sobre la piedra. Sus ojos color cielo se fusionaron con el verde de ella, el niño se sonrojó, ella no lo vio, era casi imposible.

-¿Qué haces aquí?- frunció el ceño al mismo tiempo que pronunciaba esas palabras.

La niña tragó fuerte, si su madre se enteraba de sus escapes estaba condenada, no podía permitirlo. Como conejillo asustado miro rápidamente a sus costados buscando el mejor escape. Sin pensarlo demasiado se bajó de la piedra e hizo intento de correr, el niño quien ya había previsto que escaparía se fue sobre ella alcanzando a tomar su tobillo haciéndola estamparse sobre la nieve acolchada quien como saco de papas se hundió ligeramente.

Ni uno se movía.

-¿Estas bien?- pregunto nervioso al verla inmóvil. Asustado se acercó a su rostro para descubrirla a llanto tendido, levanto su mirada a él suplicante.

-Por favor no le digas a nadie que me has visto- balbuceo. El niño confundido se quedó sin palabras, ¿Por qué había tanto problema de ello? No comprendía por que lloraba.

-Si tú me prometes lo mismo te aseguro que tu secreto estará a salvo conmigo- le sonrió sin saber que más decir.

Ella lo miró confundida -¿También te escapaste?- pregunto limpiándose los mocos torpemente mientras se sentaba en la nieve.

-algo así…- el niño se rasco la cabeza riendo nervioso.

Sakura se relajó y sonrió levemente, el niño se volvió a sonrojar. Era linda y sus cabellos despeinados sujetos por esa coleta floja no lograban ocultarlo, ni sus ojos hinchados y rojos.

-¿Cómo te llamas?- preguntó mientras se ponía de pie frente a él, limpiándose la nieve de la ropa, el niño la imitó y hasta que estuvieron frente a frente le tendió la mano enguantada.

-Naruto- soltó con orgullo, la niña no pudo evitar reír contagiada de la energía del chico y apretujó su mano con fuerza.

Ese sería el inicio de una amistad que iba a revolucionar el mundo de ambos.

Destino, decisión. Nunca se sabe con certeza.

-¿No tienes algo más caliente para cubrirte?- la niña negó meneando la melena de un lado a otro. Naruto la miraba de reojo mientras ella se perdía en el tintineo de las estrellas. El niño de 10 años entrando a la adolescencia y ella una niña que poco conocía de la vida, ¿qué podía pasar?, ¿qué sucede cuando la oscuridad te rodea y no encuentras una salida hasta que finalmente encuentras una luz, sea grande o pequeña, es lo que ilumina todo a tu alrededor… te aferras a ella con tu propia vida, y eso fue lo que sucedió. Los niños se vieron cada noche por muchos días hablando de algo desconocido para ella, el futuro.

-No tienes que temer, cuando sea un guardia podrás vivir conmigo- decía inocente mientras ambos se recargaban en un tronco caído. La niña lo miró ilusionada.

-¿de verdad?- se inclinó hacia el con los ojos resplandeciendo de felicidad.

-Sí, a todos los guardias les dan una casa cuando han servido por 10 años- indicó con sus dedos. Sakura sentía que el corazón se saldría de su pecho, nunca había estado tan feliz en su vida.

-¿Si me convierto en guardia podre tener mi propio hogar?- pensó en voz alta.

-Puede ser… pero no se admiten mujeres- se rio nervioso

-¿Por qué no?- frunció el ceño mirándolo molesta

-no te enfades conmigo Sakura, yo no pongo las reglas-

-¿Quién las pone?-

-el Rey-

-Pues lo hare cambiar de opinión-

Naruto rio bajito, la terquedad de esa niña le acariciaba el alma.

-¿Cómo piensas hacerlo?-

-venceré al más fuerte y entonces cambiara de opinión-

-yo soy el más fuerte- rio Naruto, Sakura lo miró embelesada, levanto el brazo del chico midiendo su fuerza. Naruto lo aparto con cuidado.

-No me vencerás- rió de lado.

-Me tienes que entrenar- el fuego consumía sus verdes pupilas que parecían más verdes

-Hey hey, no he dicho que lo haré Sakura-

-Naruto por favor, quiero ser parte de esto que eres tu, quiero ser tu compañera- su mirada suplicante puso nervioso al niño.

-Tan solo eres una niña, no puedo hacer esto-

-Si no me ayudas lo hare sola- sus palabras eran tan ciertas que solo le quedo suspirar cansino.

-Solo respóndeme ¿por qué es tan importante para ti?-

- por que quiero salir de donde estoy- bajo la mirada -quiero pertenecer a algo… sentir que puedo ser algo-

Poso sus manos sobre las suyas -te llevare a vivir conmigo en cuanto tenga una casa- ambos no tenían idea de lo que decir esas palabras significaba.

-no quiero ser una carga para nadie…- sollozó

-nunca serías una carga para mí-

-pero algún día te casaras y tendrás hijos, yo no podre estar contigo siempre- Naruto entrecerró los ojos pensativo.

-cásate conmigo- la niña lo miró sorprendida

-lo dices solo para que deje de insistir…- Naruto guardó silencio -quiero un motivo para estar lejos de mi casa… ayúdame, mi mamá me casara con el primer hombre que se aparezca a por mí- suplicó.

-¿Por qué dices eso?- la miró confundido y molesto. La niña soltó su brazo que sin pensar estaba apretujando contra sí y bajó la mirada.

-Me lo ha dicho, dice que soy una carga para ella y que al primer hombre que me pida me regalara- avergonzada levanto los ojos hacia el chico quien la miraba con una mezcla extraña de sensaciones.

-Nunca dejare que eso suceda- jaló hacia si su pequeño cuerpecillo y así se quedaron, sellando sin palabras su promesa.

-Te prometo una cosa solamente-

-¿Qué?- preguntó la pelirosa con curiosidad y euforia

-No será sencillo- Su amable semblante cambió a uno efusivo y emocionado –entrenaremos sin descanso cuando estes conmigo y cuando estes a solas en tu casa, aprovecharas cada minuto a solas para repasar lo que te enseñaré-

-Hablas como si supieras mucho- rió bajito, el le devolvió la mirada con un gesto fingidamente gélido.

-Se nos entrena para esto desde pequeños Sakura, incluso más de lo que tú eres ahora así que te advierto que si me había negado era porque no es un camino sencillo…- pensó- pero eres mi amiga- sonrió –así que si esto es lo que quieres yo te ayudare- Sakura no entendía que aquellas palabras tenían escondidas muchas otras facetas que jamás sabría, el doble trabajo que Naruto tendría que hacer de su propio entrenamiento y el de ella, lo que tampoco consideró Naruto es que esa pequeña pelirosa con su nariz moquienta y sus cabellos rebeldes se volvería su tesoro más preciado, y que a diferencia de como pensó, ella no se rendiría.

Abrió los ojos sorprendido por aquel tan vivido recuerdo de su infancia, apretujo la sabana que se enredaba en su bien formado cuerpo, sudado y nervioso, se inclinó tomando con ambas manos su cabeza intentando borrar la culpa y la incertidumbre que lo agobiaban. Finalmente desde su llegada había podido dormir unas cuantas horas, situación que era visible bajó sus ojos. Decidido se puso de pie, no había noticias de Sakura ni de Sasuke, no podía perder más tiempo que sería vital. No había vuelta atrás. A la mierda todo, sentía la culpa recorrer cada gota de su sangre que ahora mismo se arremolinaba en su pecho. Se alistó enfundando su cuerpo con su ropa de viaje, su espada y sus botas.

Su interacción con el exterior había sido prácticamente nula, no recibía órdenes concisas, el rey parecía simplemente haberlo olvidado ahí. Sai había vuelto por órdenes de Neji. Hinata no había vuelto a hacer acto de presencia lo cual agradecía enormemente.

Tenía que salir de ahí, no importaba si era desterrado, su misión había sido exitosa sin embargo no movilizaban a nadie para ir en busca de sus compañeros a pesar de su insistencia.

-"no podemos arriesgarnos a iniciar una guerra por una mujer"-

-"esa mujer es mi compañera y estaba a mi cargo, con todo respeto, ella arriesgo su vida para cumplir con la misión"

-"ese era su trabajo Capitán, no tenemos nada que agradecerle a alguien que hace su trabajo"

Naruto sabía de antemano que era estúpido pedir refuerzos para entrar al sur e invadirlo, eso es algo que solamente haría el por ella. Pero no lo hizo. Esas palabras retumbaban en su mente cual temblor que lograba derrumbar su propia consciencia. No era un héroe quedándose, tampoco lo era marchándose. Parecía haber perdido el derecho de ser llamado hombre.

-Akihiro espera- le grito Jiraiya intentando alcanzarlo por el pasillo rodeado de columnas color mármol que se embellecían con la luz tenue del atardecer.

-¿Por qué nos haces esto a tu padre y a mí? ¡A todos!- tomó aire

-¿Por qué?- se detuvo caminando de un lado a otro con las manos en jarra. –Por qué han querido manejar mi vida desde que nací- gritó molesto.

-¿No te das cuenta de la responsabilidad que tienes en tus manos?- alzó la voz llamando la atención del joven príncipe que no parecía querer detenerse.

-Me he enamorado Jirayia- soltó repentinamente sin pensar, arrebatado y soñador como era.

-¿¡Pero qué dices!?- gritó nuevamente eufórico.

-¡Lo que has escuchado!- ahora ambos parecían tener una guerra de gritos.

-¿Te vas por unos cuantos días y vuelves enamorado?- recalcó cada palabra con el desazón de su boca. El príncipe calló.

-¿Estás diciéndome que mandaste todo a la mierda por una mujercilla que apenas conoces?- los ojos verdes lo miraron avergonzado.

-Ella no es una mujer cualquiera-

-Si no entra en la categoría de princesa es una mujer cualquiera, no es la mujer que necesitas para sobrevivir a estos tiempos, ni tú ni nadie en este lugar- enfatizó.

-Pensé que tú lo entenderías… pareces ser el único en este lugar que conoce lo que es el amor-

-Las cosas no fueron tan fáciles como parecen ahora, Tsunade no es una mujer que puedes conquistar sin esforzarte-

-Pues encontré a la mujer que quiero a mi lado-

-No hagas esto más difícil…- lo miró con cierta pena. –Puede ser tu amante, tu acompañante, pero no la hagas tu esposa- suplicó

-Ella no es la clase de mujer que tomaría ese papel- sonrió ensoñado, Jirayia lo miró preocupado, si estaba enamorado. –Antes me rompería la cara que ser la otra-

-¿Ella está en el castillo?- lo miró receloso

-Lo siento, no puedo decirte eso…-

Abrió la puerta ajeno a su alrededor, salió por el pasillo y cruzó la puerta de servicio sin mirar a nadie de los que se encontraban como cada mañana muy temprano preparando el desayuno quienes si lo miraban con desconcierto. Se dirigió a las caballerizas buscando el caballo que le habían asignado temporalmente, lo desató con maestría y lo jaló rumbo a la salida empedrada que se adornaba a si misma con enormes pinos formados en hilera por ambos lados, verdes a penas contrastantes con el cielo nublado.

-Capitán Naruto- Habló una voz desconocida llamando su atención. Un hombre de cabello negro junto con varios guardias lo rodearon, Naruto se movió desconcertado e inquieto. –Queda detenido por el cargo de traición al estado-

Continuará….

Como les decia, estoy en crisis, ahora no es existencial mas bien economica, y eso me quita el sueño, no literal por que duermo mucho, pero si de paz mental, no me siento en armonia con el universo. Pero bueno.

¿Qué les pareció el capítulo? Haré que vuelvan a amar a mi Naruto, por que pues cuando sepan el "por que" de lo que hizo quiza lo perdonen.

A los que me preguntan sobre la historia en la que me "inspire" para hacer esta (si, corrijó, por que dije "me basé" pero en realidad cambian muchisimas cosas) se llama Secreto de Estado, es una trilogia que esta muy perdida por el mundo del internet, es muy buena sin embargo no le dieron el reconocimiento que merecia.

Bueno, me despido no sin antes agradecer a mis hermosos lectores que aún me quieren y me dejan reviews. Los quiero gracias por no olvidarme 3.

Seishes: Te doy la bienvenida a esta historia, pues si habran muchas cosas Sasusaku pero no puedo asegurarte con quien se quedara XD obvio yo se, pero espero que sea como sea te guste el final :)

Adrit126: Bebe Adrit126, creo que ya te diste cuenta que me demore casí un mes en actualizar. Lo lamentooo :( gracias por seguir aqui leyendome.

Guest 1 and 2: I am not sure if you are the same guy but anyways I'll tell you, I'm sure people blamed Hinata because she did something to push Naruto to stay with her. Something you'll discover soon, or maybe not, that depends on me and my laziness. Thank you for your review(s).

Merry Breaker Fractale: Gracias por tu review lleno de amor y animo :) yo tambien odio a Sasuke un poco jajaja pero solo por no valorar a nuestra linda pelirrosa, pero la suculencia me gana y me gusta su personaje. Espero leas este mensaje guapa! nos leemos pronto.

ME DI CUENTA QUE EN LA DESCRIPCION PUSE (NARUTO, SAKURA, SASUKE) PARA ACLARAR, NO VAN A HACER UN TRIO NI NADA, SI NO QUE LOS 3 SE VERAN INVOLUCRADOS SENTIMENTALMENTE. AHORA SI, nos leemos luego :)