Capítulo XII

Hijo de Rey

Sur

Un golpe vacío le bajó la sangre a los pies haciéndolo retroceder, a la defensiva. Los miro buscando en sus ojos alguna contradicción de lo que se le acusaba, pero sus miradas fijas y hasta cierto modo incomodas le decían lo que no quería saber, no podría ir por Sakura, no ese día.

¿Quién lo acusaba? ¿De que cargo? Miles de preguntas se agolpaban mientras soltaba la cuerda del caballo que era retirada de su mano por un guardia.

-¿Quien? ¿Por qué?- preguntó finalmente volviendo en si.

-No tenemos esa información, hablará en la orden-

Buscaba entre sus memorias alguna que le diera una respuesta que pudiera calmar su creciente inquietud. Pero no hacía más que pensar en haber permitido que Sasuke fuera por Sakura… repentinamente la imagen de Hinata se apareció en su mente haciéndole estremecer.

La tarde se hizo caer adornando con un baile de colores a causa de la luz que entraba por los vitrales en forma de flores y ramas las paredes y el suelo de mármol, un paisaje casi mágico, como todo alrededor.

-No esperaba escuchar esto de otra boca- rompió cuando hubo encontrado al pelinegro que caminaba huyendo de el.

-No lo hubieras entendido- respondió frio y tajante

-Creo que me sigues subestimando hijo mío- dijo con aparente calma -se lo que es el amor- buscó su mirada.

-Nunca me escuchas, ni confías en mi para elegir esposa- le dio la espalda

-Yo tuve la fortuna de encontrar a tu madre, una mujer hermosa y lista- hizo una pausa suspirando. –se lo que es el amor tanto como se cuándo no lo es-

El joven dio un golpe seco a la pared furioso –Estas molesto por lo de la alianza, lo comprendo pero ya estoy harto de que te burles de mí-

-tú no sabes lo que es el amor… pude creerte las primeras veces que te acostabas con las sirvientas y pensabas amarlas y que decir de aquel día que creíste que te casarías con una de ellas- gritó –tú no sabes lo que es el amor, tu solo juegas a entender lo que es el amor- se acercó amenazante mirándolo a los ojos -Quiero que sea por tu voluntad entregarme a los prisioneros o tendré que buscarlos por mi cuenta y no tendré piedad de ellos- El ojiverde lo miró furioso.

-Nunca debí confiar en Jirayia- masculló.

-Jirayia tiene más consciencia que tú- bramó improperios mientras se marchaba – tienes hasta mañana al mediodía- cruzó el arco que dividía el pasillo del jardín dando zancadas.

Norte

El frio helado ya característico de aquellas tierras se filtraba por debajo de la enorme puerta de madera que acababan de cerrar tras de sí dos figuras robustas dejando una escarcha de nieve a su paso.

-El rey no está nada conforme con tu explicación- se acomodó el cabello nervioso –y debo admitir que yo tampoco- lo miró fijamente mientras el aludido avanzaba dejando arrastrar su enorme abrigo de piel tras él.

Detuvo su andar cuando hubo llegado a la chimenea que había sido preparada por la sirvienta -Las tierras son inestables ahí, no es predecible cuando pueda haber enemigos al asecho- murmuró ausente mientras arrojaba unas ramas secas avivando el fuego.

-por las palabras del vago corchero es claro que alguien les informó del cruce-

-no pienso sacar más conjeturas a menos que este Naruto aquí-

-Es tu hermano, deberías estar un poco más preocupado-

-Confió en el-

-No hemos tenido noticias de él en días-

-¿y de la chica?-

-nada- recargó sus brazos en la mesa de estrategia que se mostraba enorme sobre la alfombra -no había forma de fallar-

-siempre hay posibilidades de fallar-

-perdimos a dos de nuestros mejores elementos, uno de ellos tu hermano- lo miró fijamente.

-Si no están de vuelta pronto enviaremos a Sai y a Naruto por ellos-

-no quiero perder a mi mejor elemento, ya perdí demasiado- bajó la mirada, taciturno.

-Comprendo cómo te sientes Kakashi, pero si alguien tiene más ganas de encontrarlos que tú es él-

-No pienso dejar que Naruto vaya- volvió a enfrentarlo.

-No vas a necesitar pedírselo, él lo hará por voluntad propia- se cruzó de brazos mirando las chispas del fuego danzar frente a él.

-No pienso darle permiso, sigue bajo mi mando- remarcó cada palabra con impotencia.

Itachi enmarcó una ceja divertido -¿piensas que tienes el control sobre él? Parece que no conoces a tu gente- rio.

-Hare lo que tenga que hacer para impedirlo- respondió con aparente calma incorporándose.

-Es mi hermano el que está allá-le recordó, se miraron y no dijeron nada más. El peliblanco salió como siendo perseguido por el mismo demonio, con la mente revuelta y una extraña corazonada.

Sur

-¿Qué has pensado de lo que te dije?- un susurró rompió el denso ambiente de aquel estrecho y sucio lugar.

-¿Qué quieres que te diga?- respondió moviéndose inquieta sobre el suelo lleno de paja.

-¿te importaría?- su voz ronca hacía sonar todo un grado más serio.

-¿me preguntas si estoy dispuesta a ser la puta del príncipe?- rio sarcástica.

-no es, bueno- tartamudeó.

Suspiró -creo que es lo mejor que pudo haberme sucedido a estas alturas- respondió con tono neutro. –No debería importarte ya-

Ambos se pusieron alerta cuando escucharon voces que se acercaban, se asomaron entre los barrotes y pudieron distinguir dos figuras, una a la que estaban acostumbrados y otra que llamó su atención se acercaba molesta, aparentemente con el guardia.

-espero que sepas en el lio que estas metido-

-no tenía otra opción, no podía llevarle la contraria-

-él no es el rey, no aún- lo miró fulminándolo con la mirada.

-pero algún día lo será-

-pues el rey que tienes ahora- se descubrió dejando ver su rostro bello y su cabello rubio trenzado -tienes que decirnos quienes más están involucrados- se giró a los prisioneros y un suspiró salió perezoso.

-Nunca mencionaste al chico- miró al guardia - lo mato- se cubrió la cien, conteniendo su enfado, suspiró y avanzó dando zancadas.

-Niña, déjame verte- le pidió estando frente a su celda una vez pasado por la de Sasuke. Sakura tragó nerviosa, por algún motivo la presencia de aquella mujer la aturdía. Alzó la mirada intentando ocultar su nerviosismo.

La mujer la miró por unos segundos, se cubrió y salió sin emitir sonido, el guardia la siguió.

-¿Qué fue eso?- habló Sasuke quien seguía mirando por donde habían salido hace pocos segundos.

La pelirrosa estrujo los barrotes -No lo sé… ella simplemente me miró- frunció el ceño confundida. –y se fue…-

Minutos más tarde el guardia volvió, más inquieto y torpe que antes buscando entre su arillo una llave en especial, Sasuke miraba atentó.

-¿a dónde la llevas?-preguntó Sasuke cuando hubo descubierto que la sacarían de la celda.

-eso no te incumbe guapito- introdujo la llave y antes de girarla miró a la chica –no hagas nada estúpido, este lugar está rodeado de agua y hay guardias por todas partes-

-¿Qué harás con él?- preguntó nerviosa.

-yo me preocuparía más por ti- abrió. La mujer salió con torpeza sintiéndose ligeramente libre.

Sasuke la miró con su expresión inquebrantable -No hagas nada estúpido- pidió el pelinegro con un ligero tono quebrado –estaré bien-. Ella suspiró cortadamente y asintió dejándose guiar por el guardia.

Habiéndose alejado se animó a hablar -¿Quién era ella?- preguntó mirando embelezada el paisaje que se alzaba alrededor.

-nadie importante-

-para ser nadie importante parecías tenerle miedo-

Silencio.

Nadie más habló.

-Lady Tsunade- habló golpeando ligeramente la puerta cuando llegaron a una colorida y amplia casa rodeada de plantas tan verdes que parecían colores inventados en algún mundo alterno al de ella. Y en cierta forma así era. Del otro lado de la puerta se escucharon pasos apresurados, abrieron y la figura de la mujer que antes conoció se apareció con un semblante preocupado y nervioso.

-Pasa- se apartó dejando un espació para que entrara, cuando el guardia se disponía a pisar la mujer extendió su brazo elegante dejando caer la manga extensa que colgaba elegante de su antebrazo y lo miró fastidiada.

-Solo la chica-

-Es peligrosa- advirtió.

-Es peligrosa y lista- aclaró –sabe que tienes a su amigo, no hará nada estúpido- la miró de reojo fugazmente.

Sakura no entendía, pero tenía el presentimiento de que no estaba en peligro, o casi una certeza de que así era.

El guardia le indico que pasara. La ojiverde miró a la rubia nerviosa y se introdujo con cautela.

-No temas… no te hare daño- su voz era potente pero relajante al mismo tiempo.

-Jugo- habló antes de cerrar la puerta – espero que seas consciente en el lio que estas metido- cerró la puerta.

Era difícil describir como se sentía la mujer más joven, observada, confundida, sucia y avergonzada. Esa mujer frente a ella a pesar de su edad, tenía un porte impactante, su vestido de algodón ligero que asomaba el nacimiento de sus protuberantes pechos estampado con colores tan brillantes como el ambiente mismo, su largo cabello perfumado y sus ojos avellana la intimidaban demasiado.

-Comprendo que estés nerviosa, somos enemigos naturales- se contoneaba de un lado a otro, una mujer pequeña y avejentada se asomaba de vez en cuando por los pasillos llamando la atención de la pelirosa.

-No te preocupes por ella, solo me ayuda- sonrió a la ojiverde -Quítate la ropa- Sakura la miró horrorizada caminando hacia atrás nerviosa y completamente roja.

-¿eres virgen?- preguntó la mujer extrañada mientras acomodaba unos cojines sobre un camastro.

Sakura no respondió.

-No quiero quitarme la ropa-

-Soy médico, tengo que revisarte-

-¿por qué?- se cubrió los pechos, a la defensiva.

-porque intento salvar la vida del príncipe, y la tuya como consecuencia- se acercó a la pelirrosa logrando que esta se hiciera nuevamente para atrás con prisa y temor.

-¿quieres casarte con él o no?- enmarco una ceja. La más joven parpadeo confundida logrando que la rubia la rodeara con un semblante serio y analítico -no tienes ni idea verdad- no preguntaba, afirmaba. Se dejó caer en el camastro donde antes había colocado los cojines.

-Chiyo- habló al aire –tráeme por favor un té de jazmín-

-Seré breve y directa niña- la miró captando su atención –el príncipe está obsesionado contigo y quiere hacerte su esposa, lo sé, es una buena noticia, esto es lo que quiere el 100 por ciento de las jóvenes y probablemente el 20 por ciento de los hombres los cuales son homosexuales- cruzó los dedos por debajo de su barbilla. –la mala noticia es que eres nuestro enemigo, te ha capturado y el rey te odiara cada día de tu vida y aún en su muerte-

-¿Por qué me estas ayudando?- preguntó confundida

-te lo dije, estoy ayudándolo a él- la miró analítica.

-No es verdad, puedes mentir y decir que tengo una enfermedad-

-¿crees que eso lo detendría?- enmarco una ceja –te trajo hasta aquí-

-él no puede amarme, lo sabes, cualquier mujer de aquí sería una mejor opción para él, soy un arma en su contra, soy su enemigo, tu misma lo dijiste- con cada palabra alzaba la voz inconscientemente y se acercaba.

-eres lista Sakura, así te llamas ¿no?- se puso de pie.

-si…- musitó

-tengo que llevarte ante el rey este día o los matara a ambos, tu mejor opción es seguirle el juego al príncipe hasta que se le pase la novedad de tenerte, no sé qué clase de mujer eres pero tu cuerpo y tu expresión corporal me dicen que no eres una amante experta ni una mujerzuela, esto podría no ser fácil para ti-

-¿qué pasara con mi compañero?- preguntó temerosa con la mirada perdida.

-si haces lo que te indican no tienen por qué lastimarlo, pero estará vigilado todo el tiempo al igual que tú- la miró nuevamente –¿es él de quien estas enamorada?-

Sakura bajó la mirada recordando a Naruto.

-No tienes que responder- acarició sus labios pensativa –pero de igual forma tienes que desvestirte, tienes que presentarte ante el rey y con el cabello atizado de lodo y la cara manchada no saldrás de aquí.

Este

Los guardias guiaron a Naruto hasta el amplio salón donde lo esperaba el rey quien caminaba de un lado a otro con aparente calma.

Cuando llegaron hasta él Naruto ya no cabía en sí, molesto y confundido prefería simplemente ignorar sus emociones.

-Pueden marcharse- les ordenó, miró al rubio un largo rato, cuando la enorme puerta se cerró creando un eco incomodo finalmente se movió acercándose.

-no sé de qué se me acusa- apretó la mandíbula.

-¿no lo sabe capitán?- Naruto mantenía fija la mirada, impasible.

-¿qué me dice de la aventura con la princesa Hinata? Es decir, mi prometida…- pausó –o ¿Qué tal del embarazo?- Naruto flaqueó y guardó silencio a sabiendas que cualquier cosa que dijera podría terminar con todo-

-Capitán Naruto, no piense mal, es claro para mí que Hinata está enamorada de ti- añadió con indiferencia. –El problema es que ella será mi esposa en unas horas, matrimonio que ya se anunció a los dos reinos y el rey del Norte estará aquí también-

-No hay nada que pueda decir que importe realmente, mi rey, esto no estaba planeado-

-Lo sé- agregó –Hinata no ha parado de llorar diciéndome que te obligó, puedo creer que fue su idea pero no puedo creer que a ti no te gustara- lo miró fijamente -¿qué pensabas? ¿Qué podías atrapar a la princesa y ser el próximo rey?- se burló.

-yo amo a otra mujer- confesó.

-¿a la chica que abandonaste en la misión?- preguntó sarcásticamente y un breve silenció se colgó del ambiente.-La boda se llevara a cabo esta tarde- Naruto lo miró confundido girándose hacia él. –Ruega a Dios que el niño tenga cabello negro- se encamino hacia la enorme puerta ante la sorpresa del rubio quien no comprendía que trataba de darle a entender.

-Llévenselo- habló a los guardias que esperaban del otro lado. Entraron en una marcha silenciosa y tomaron al hombre de los brazos mientras este forcejeaba sin hablar mirando al rey.

-¿A dónde me llevaran?- soltó finalmente cuando pasó a un lado suyo. –¡No puedo estar en prisión!- conforme lo alejaban del Rey la esperanza moría junto con su honor. –tengo… tengo que ir por ella…- musito para sí con los dientes aprisionados del coraje y la impotencia.

Bajaron por las escaleras exteriores en forma de caracol, evitando los espacios concurridos del castillo, Naruto sabia a donde iban y eso no hacia más que empeorar la situación.

-¿qué harán conmigo?- habló a quien dirigía la cuadrilla

-el rey te tendrá bajo custodia 7 meses a partir de ahora, es todo lo que me permitieron responder- Naruto sabía que no convenía al Norte que su secreto saliera de aquel lugar, la seguridad de sus amigos y compañeros estaba en ello. Pero a estas alturas no sabía en quien podía confiar. No podía estar 7 meses en prisión.

Conforme avanzaban y se perdían entre el bosque arido y frio su corazón amenazaba con salir de su pecho, recordando el día que juro lealtad a su rey y a lo que decidiera hacer con su vida, juro darle su vida el día que fue nombrado capitan, el mismo día que Sakura lo observaba desde atrás de su equipo, con su rostro orgulloso y soñador. El día que se juró a si mismo hacerla su mujer y sacarla de aquel lugar con el honor que merecía. Todo estaba destrozado, no tenía a Sakura, su mejor amigo no aparecía y el rey de la nueva alianza le mandaba encerrar, no lo culpaba, pero no pensaba en ese momento quien pudo haberle dicho o confesado aquel secreto pero estaba claro que quería seguir con sus planes de matrimonio a pesar de ello. No se debía honor a sí mismo, pues su palabra era del rey pero su corazón era de aquella chiquilla de ojos verdes y ella era más importante que su honor al rey.

Se detuvo al mismo tiempo que derribaba a los dos soldados que lo aprisionaban por los costados, preparado para el ataque trasero se inclinó para después incorporarse dándole un golpe directo a la cabeza con los puños cerrados, los dos que cubrían el frente tardaron más en volverse para apoyar cuando los había derribado de dos patadas, el único que quedaba frente a él era el guía, no un guerrero.

-No hagas nada estúpido y no lo hare…- un golpe certero lo desmayo dejando sus palabras en el aire.

-No puedo creer que se fiaran de el- anunció el recién llegado quien montaba un elegante corcel pardo. En su mano tenia sostenía la sonda con la que previamente derribo al ojiazul quien yacía aturdido en el suelo. El recién llegado lo miró con molestia y después a cada uno de sus hombres derribados tras él.

-Dupliquen la guardia- ordenó.

-Capitán Tokuma- pronunció el guía inclinándose con agradecimiento.

Sur

-vamos chiquilla- la vocecilla cansina de la mujer sonaba a permiso mientras la conducía a la enorme tina de piedra. Sakura no pudo evitar seguirse negando, era claro que no saldría de aquel lugar en la misma condición que entró. Su cuerpo menudo rodeado de una tela fresca temblaba de miedo, la conversación de antes no había hecho más que ponerla peor de lo que estaba y no era para menos, aquella mujer parecía saber demasiado.

Se giró buscándola y la encontró recargada en el portal que daba a jardín, desde ahí pudo apreciar su inquietud, algo de lo que habían hablado había impacientado a la mujer rubia y no podía dejar de pensar en el "¿por qué?".

Bajó lentamente introduciendo su cuerpo por completo y comenzó a frotar sus brazos ahora más delgados, jamás había sentido el agua tan fresca y cómoda al mismo tiempo, era renovador. La anciana iba y venía con telas y frascos hasta que finalmente se acercó a ella y comenzó a lavarle el cabello con algo espeso color violeta que olía como si los ángeles lo hubieran hecho con las flores más hermosas que existían. Odiaba sentirse cómoda mientras Sasuke seguía encerrado pero no lo podía evitar, ese lugar era encantador y pese a todo el desastre que era su mente, comenzó a relajarse.

Chiyo cepillaba sus cabellos con una pasta más espesa que la anterior cuando la rubia volvia.

-Tsunade- habló la anciana –Mi vista ya es débil y mi memoria aún más pero, ¿no te has dado cuenta?- preguntó vagamente.

-Si Chiyo, si me he dado cuenta- respondió mientras la observaba atentamente y se sentaba en un mueblecillo frente a ella. La mujer mayor se giró hacia la pelirosa y le sonrió maternal.

-De tal padre tal hijo ¿no crees?- la miró con cierta felicidad.

Tsunade la miraba sería y meditativa.

-Demasiado, diría yo- entrecerró los ojos ligeramente sin apartar su mirada de la mujercita.

-¿Cuántos años tienes?- preguntó sin dejar de mirarla

-16- respondió sintiéndose nuevamente incomoda por tal escrutinio.

-te calculaba unos 14, tienes un cuerpo pequeño- respondió restándole importancia.

-dejaste familia en casa, supongo- siguió.

-no señora… no tengo familia- Tsunade abrió los ojos fingiendo tranquilidad. Intercambió miradas con la anciana.

-Tienes la misma edad que el príncipe- habló más para sí misma.

-el parece mucho mayor- se animó a decir.

-sí, y a pesar de ello le diste una paliza- bromeó, la ojiverde sonrió tímida.

-Levántate- le ordenó, Sakura tembló pero obedeció. Se incorporó lentamente cubriendo sus pechos con un brazo y con el otro su entrepierna. La rubia se puso de pie y la rodeo.

Un grito ahogado la pusieron alerta encarando a la mujer que la miraba horrorizada.

-Esto no puede estar pasando- susurró antes de dejarse caer de rodillas al suelo cubriendo su boca.

-estabas muerta…- la miró con los ojos llorosos –estabas muerta yo te vi- Sakura asustada retrocedió resbalando y cayendo de espaldas a la tina.

-Tsunade… tranquilízate, es tu imaginación- la anciana se acercó a ella.

-vístela- le ordenó. –vístela inmediatamente-

De regreso al castillo ni una ni la otra se atrevieron a hablar, el ambiente era incómodo y pesado, entraron al castillo con paso apresurado.

Sakura ofuscada y confundida rompió el silencio.

-¿A dónde me lleva?-

-Con el rey-

-Tsunade- la voz del príncipe la hizo girar. -¿A dónde la has llevado?- preguntó tras ellas -¿A dónde van?- las seguía apresurado.

-Akihiko, no puedes casarte con esta mujer- le gritó.

-¿tu también?- bramó siguiéndolas, el vestido blanco que cubría a la pelirosa casi rosaba el piso pero se abría como una fina gasa con el aire descubriendo sus largas piernas, para cubrirla la rubia le había colocado un turbante si bien ligero y delgado no permitía apreciar su rostro. Llegaron al recibidor donde se encontraba el rey con el consejo.

-Tengo que hablar a solas- enseguida tras ellas apareció el moreno nervioso interrumpiendo.

-esto…- agarró aire –mi rey, necesito hablar a solas con usted-dijo nuevamente.

El rey los miró ofuscado -¿Quién es esa mujer?- preguntó confundido ignorando su petición.

-Padre- interrumpió el ojiverde. –ella es la mujer con la que quiero casarme, por favor danos tu bendición-

-no digas blasfemias- gritó la rubia –callaté- su pesar se hacia palpable a cada segundo.

-Tsunade, ¿qué esta pasando?- preguntó Jirayia mirando de un lado a otro.

-Mi rey necesito hablar con usted a solas- pidió.

-Déjame ver su rostro- ordenó molesto.

-Mi rey- rogó

-¡Que me dejes ver su rostro Tsunade!- el rey se encolerizó. Akihiko nunca había visto a su padre tan molesto y no dijo nada, confundido como todos solo esperó. Tsunade cerró los ojos y se volvió a Sakura que temblaba como una hoja mientras se aferraba como si su vida dependiera de ello al brazo de la rubia.

-El príncipe- miró al moreno –el príncipe no puede casarse con esta mujer- miró al rey quien sin saber por qué su corazón latía con prisa, como si fuese a salir de su pecho en cualquier momento.

-porque es su hermana- descubrió su rostro y la gasa blanca cayó dejando ver a la joven tan sorprendida como estaban todos.

Continuara...

¿Qué pasará más adelante? ¿Qué pasará con Naruto y Sasuke?

He vuelto,

¿Qué les pareció el capítulo? Algunos ya se lo esperaban, lo se. Pero quise ocultarlo lo mas que pude.

Las cosas estan un poco mejor :) no tengo mucho que decir pero me muero por saber si les gustó el capítulo.

Liacc993: Uuuufff si de perdon se trata tengo que disculparme yo por no actualizar, lo lamento, veo que has descubierto muchas cositas que ya se aclararon en este capítulo. Tengo que aceptar que Sasuke es un amor en mi fic, es un poco OCC, pero como mencione antes, aquí no vivió todas las cosas feas que lo hicieron un patan en Naruto, aún así hay mucho por escribir y muchas cosas que pueden cambiar. Gracias por seguir conmigo en esta historia.

Joanayagarcia: Gracias por amar mi historia, yo te amo a ti por amarla, y asi nos amamos todos XD jaja, de verdad, gracias. Sobre todo por dejarme reviews tan lindos. Lamento la demora, espero este capítulo te haya gustado. No se de que fic me hablas pero suena interesante. :)

Guest: Pues si que me demore :( lo lamento, gracias por seguir ahí lector en cubierta XD este capítulo aclarara muchas dudas y generara otras mas.

Adrit126: Sigo aquí, no he olvidado la historia, aún hay muchas que escribir, gracias Adrit por seguir acompañandome en este fic. :) por siempre dejarme un review. Besitos.

Niss386: No extrañes más, aquí te dejo un capítulo que espero te haya sorprendido. Gracias por tu review y por seguir aquí.

GRACIAS POR SUS LINDOS REVIEWS, CUANDO VEO MI CARTERA SEMIVACIA ME ALIMENTO DE ELLOS XD

Me dan animos para seguir la historia y para actualizar pronto.

Nos leemos en el proximo capítulo.