Gracias a Li por su lectura previa.


Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 7

Bella

Destetar era la parte más difícil de ser madre primeriza, obviamente había más situaciones, no crean que no. Cuando se enferman o lloran sin razón aparente y no sabes qué hacer más que llorar junto a ellos.

Mi pobre Nicole estaba pasando por el destete. Con tan solo nueve meses creí conveniente que al implementar comida sólida se podía dejar de amamantar. Grave error. Y no era a causa o necedad mía, era a lo complicado de extraer la leche sin estar en un lugar apropiado. Usaba el baño de la empresa para hacerlo, trataba de mil maneras de almacenar y refrigerar mi leche para en la noche alimentar a mi bebé.

La situación se volvía en mi contra.

Sobre todo, cada vez más complicado que mis compañeras quisieran usar el sanitario y no había oportunidad porque estaba yo con mi extractor de leche. Lo más terrible era que tuviera que mentir y no decirles el porqué de mis constantes idas al baño y mis cambios de blusas.

Me encontraba en la etapa en que mis tetas se inflaman por tanta leche retenida y empiezan los derrames a cualquier hora de día. Ni hablar de los dolores que padecía en mis glándulas mamarias por tanta leche guardada.

Corriendo, como siempre, y con más ánimo por llegar a casa, abrí la puerta para apreciar con ternura a la pequeña regordeta que se había vuelto el amor de mi vida.

La encontré jugando en medio de la sala de estar y rodeada de juguetes estimulantes y sonajeros musicales, se giró a verme con esos chispeantes ojos verdes, de inmediato me regaló una sonrisa desdentada y gateó hacia mí a toda velocidad y evadiendo obstáculos que eran sus propios muñecos.

Sus alegres balbuceos eran música para mis oídos.

― Ven con mami, pequeña oruga ―me puse de rodillas dejando la caja de pizza en el sofá y estiré los brazos hacia mi chica favorita.

Mi gordita, cabellos color zanahoria gritó más fuerte mientras un hilo de baba colgaba de sus diminutos labios rosas.

Mi pequeña bola de carne llegó hasta mí. La apreté muy fuerte a mi pecho cuando la tuve en brazos y empecé a llenar de besos ruidosos su mejillas sonrojadas.

Mi corazón estaba en paz cuando la tenía conmigo.

― Te amo tanto, pequeña oruga.

Mi bebé me observó emocionada, teniendo una risa alegre y soltando ruidos graciosos porque llenaba de besos su pancita.

― Cariño ―dijo mamá al encontrarme a mitad de la estancia―. Es bueno que estés en casa y que hayas traído pizza.

Sonreí porque sabía que se estaba burlando de mí. En la lactancia no me permitía comer grasas ni comida chatarra para evitar que mi bebé llevara las consecuencias por mi mala alimentación, trataba de comer lo más sano posible, sin embargo, desde que había decidido dejar de lactar, me empezaba a dar ciertos gustos respectos a comidas grasosas.

― ¿Cómo estuvo hoy mi bebé?

― Perfecta. Esta conociendo su nueva casa, mudarnos de apartamento fue la mejor opción ―contó mi madre―. Si hubiéramos seguido viviendo en ese lugar lleno de humedad y moho no quiero imaginar que sería de Nicole.

No podía llevarle la contraría. Estar viviendo en un lugar en tan malas condiciones, afectó la salud de mi niña dicho por el mismo pediatra; había desarrollado asma lo que nos mantenía alertas hasta de las motas de polvo que pudieran estar ocultas en cualquier esquina.

― A veces creo que me he vuelto una mitómana ―exhalé pensativa―. Doy excusas sin sentido por no mencionar a mi oruga.

Mamá elevó ambas cejas, mirándome sin pestañear.

― Todo se resolvería si decides hablar con la verdad, nena. Y decirle a ese hombre que debe hacerse responsable de la hija que engendró.

Suspiré hondo y me eché de espaldas al piso dejando a mi bebé encima de mi estómago. Nicole empezó a saltar felizmente mientras balbuceaba más fuerte.

― Sabes bien que si hablaras la verdad no tendrías porqué quitarle el pecho a la oruga ―continuó mamá―. ¿Qué pasa contigo, Bella? No crié a una hija cobarde, llegamos a la ciudad con un objetivo, nena. Dejamos nuestra casa, nuestro amado Forks y nuestros trabajos por venirnos a enfrentar una realidad y de la nada te cohibes, ¿crees que es justo para Nicole?

Miré detenidamente a mi bebé. Ella era tan ajena a todo lo que ocurría en nuestras vidas, tan inocente. No obstante, el que no fuera consciente, no significaba que no pareciera las consecuencias de mis decisiones.

Sin duda una de ellas estaba siendo el destete. Y la razón era mi silencio, no quería decir con palabras textuales que ocultaba a mi hija, porque mi corazón nunca podía hacerlo, pero todo el enfrentamiento me tenía mal y con muchas dudas.

Sujeté a mi gordita y la cargué en brazos, dejándola encima de mi rostro, sin que ella dejara de balbucear.

― Tienes un papá ―le dije―, él no sabe qué existes y tampoco se acuerda de mí.

No pude evitar sentirme miserable.

Los cortos brazos de Nicole se movieron sin control al igual que sus piernas mientras continuaba riéndose alegremente.

Ella sin saber me hacía sonreír. Era mi bálsamo de paz y dulzura en mi vida.

― Y seguirá sin saber de su existencia si continuas posponiendo el tema con él ―intervino mi madre.

Imite un puchero de mi bebé. Mi madre estaba molesta por mi comportamiento, mas ella no sabía lo que seguía ocultando… ―suspiré hondo.

No era una cobarde.

― Mañana hablaré a mis compañeros de mi oruga ―verbalicé a la vez que besaba el rostro de mi niña y ella reía.

Por mi vista periférica aprecié que mamá sonreía.

― ¿Y qué pasará con el padre? ―exigió saber.

Volteé hacia mamá y fijé mis ojos en ella. Mi madre quería soluciones en minutos, no comprendía que era un paso a la vez.

.

.

Anoche había sido débil y volví a darle pecho, era consciente que al paso que iba no le podría quitar la teta en lo que restaba del año.

Volví a llegar tarde a Bluebonnet. La razón era la misma, Nicole estaba llorando, exigiendo comer mi leche.

Quise llorar con ella por hacerla sufrir tanto, así que terminé por amamantarla de nuevo.

Cada mañana era un dolor directo al corazón al despedirme de mi oruga.

― Buenos días, Bella ―me saludó Ángela al verme entrar, no pasé por alto la mueca que hizo al ver su reloj.

― Lamento llegar tarde. No es mi intención.

― Los compañeros empiezan a quejarse, Bella. Dicen que te estás tomando demasiadas atribuciones y que soy muy permisiva contigo, no quiero que esto llegue a oídos del jefe, de verdad, no quiero perder mi trabajo.

Ángela parecía vivir en constante terror a causa de Edward. Me preguntabas si tenía una especie de enamoramiento y por la misma razón siempre quería quedar bien, aunque bien podría ser porque era una mujer responsable.

Qué sabía yo cuando la vida me cambió de un día para otro.

― Hay algo que quiero decirte ―empecé a hablar―. ¿Edward no ha llegado?

Mis ojos fueron directo a su oficina. Donde la mayoría de las veces estaban siempre con la esperanza de verlo, aunque fuera gruñón, su personalidad de "sabelotodo" me atraía.

― No creo que lo haga hoy ―respondió Ángela captando mi atención, era extraño cuando no estaba en la empresa y saberlo me desmotivó―. Tenía varias reuniones pautadas fuera de la empresa ―explicó, mirándome―. ¿Qué pasa contigo, Bella? Si no estás a gusto aquí me gustaría que seas honesta.

Exhalé suavemente.

Tiré de su brazo. A decir verdad casi me colgué, ella era alta y siempre me daba la impresión de ser una sargento. Caminamos hacia el área de juntas, a mi espalda podía sentir las miradas de mis compañeros como si fuese dagas.

Ángela me miró asustada al darse que cuenta que buscaba privacidad.

― Necesito el trabajo ―fui honesta― también sé que no he sido su mejor elección y no porque no me guste el ambiente, sino porque he tenido unas semanas muy, pero muy complicadas.

Ángela se cruzó de brazos y su ceño se suavizó.

― ¿Tienes algún problema?

Muchos. Quería responder y la mayoría de mis problemas los conseguí por estúpida.

Decidí no vociferar mis pensamientos porque sabía que no terminaría de hablar, aparte no creía fuera una respuesta adecuada.

― Desde hace más de dieciocho meses elegí complicarme la vida, pero ese no es el punto, sino que quiero contarte la verdadera razón del porqué no he logrado integrarme del todo a la empresa.

Aún con dudas saqué mi celular y deslicé mi índice por la pantalla, especialmente en el icono de galería. Le mostré la foto de mi gordita; en esa imagen Nicole acababa de enseñarse a sentar sola, un gran logro que merecía guardarse en una imagen.

Ángela tomó mi móvil y ella misma empezó a apreciar cada imagen de mi niña. Lo hacía manteniendo una amplia sonrisa en sus labios.

― Sé que no es excusa ―dije―, sin embargo estoy consciente que mentí.

Ángela levantó su vista bajo sus anteojos, mirándome confundida.

― Eres mamá ―mencionó asombrada.

― Lo soy. Tengo una bebé ―respondí orgullosa.

― Es hermosa y gordita ―dijo sin dejar de ver cada imagen―. Ahora entiendo muchas cosas ―dijo más para ella que para mí―. ¿Por qué no habías dicho?

Solté todo el aire retenido. ¿Por dónde podía empezar?

― Es un poco complicado, Ángela. Vine a buscar al padre de mi niña con la convicción de decirle de su existencia… ―dudé mientras mordisqueaba mi labio.

Los ojos de Ángela se ampliaron de forma curiosa.

― ¿Acaso ese hombre no se quiere hacer responsable? ―Preguntó.

― Bella… ―la voz de Edward me hizo estremecer.

Él estaba en la puerta y su mirada me decía que lo había escuchado todo.


Hola, sé que sus dudas se están despejando. Aquí sabemos porque Bella siempre llega corriendo y es porque se le complica mucho destetar a su bebé, ella es madre primeriza así que todo es nuevo para ella. Si se preguntan por qué Edward no llegó a casa de Bella, la respuesta es fácil, ella se acaba de volver a mudar. ¿Opiniones? Chicas, estoy pensando en actualizar más frecuente, solo que no sé, tal vez no es buena idea.

Para imágenes alusivas respecto a cada capítulo pueden unirse al grupo de Facebook. Hoy conoceremos a la gordita de Nicole*

Aquí los nombres de quienes comentaron el capítulo anterior: ALBANIDIA, Esperanza, Flor McCarty-Cullen, Mabelli Masen Grey, Diannita Robles, Perla, Elizabeth, Ary Cullen 85, Sofia (gracias, prometo ampliar más el tema), Smedina, Lily Pattinson Stewart, Rosemarie28, Anna DG, cocoa blizzard, Cassandra Cantu, Antonella Masen, Dulce Carolina, marisolpattinson, Valeria Sinai Cullen, Car Cullen Stewart Pattinson, Daniela Masen, Gabby352, sandy56, NarMaVeg, Pepita GY, Lizdayanna, mrs puff, Patty, miop, Jade HSos, Jimena, Axriu, tulgarita, Maryluna, Mapi13, Noriitha, Pao pao, kasslpz, angi marie cullen, Lili Cullen-Swan, The Vampire Goddess, Dess Cullen, rociolujan, saraipineda44, krisr0405 y comentarios Guest

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