-quiero un parfait – le dijo Emma a Odette, en el gran comedor
-UN QUE?! – dijo Odette sorprendida
-un parfait – suspiro Emma
-y-yo p-pues – Odette se sonrojo mucho
Liam apartó la mirada de las chicas, que seguían hablando de comida, y miro a la distancia. Jack estaba hablando con Erika, al parecer, bastante molesto. Jack comía agresivamente, y Erika lo consolaba.
-oigan… creo que Jack está molesto – dijo Liam apenado
-ah, bueno – Emma vio a su amigo, y regreso la mirada a Liam
-últimamente no hemos pasado tiempo con el – dijo Liam cabizbajo – es mi mejor amigo, y estoy preocupado
-bueno, no es nuestra culpa que se excluya de nosotros – suspiro Emma – si tanto quiere pasar tiempo con su novia, pues que lo haga
-pero… no se – Liam sollozo un poco – siento que nos estamos separando
-no te preocupes – Odette lo consoló cariñosamente – seguramente solo le guste mucho estar con Erika, como Emma y tú
-pero… – Liam negó con la cabeza – es que Emma y yo somos amigos desde que entramos a Hogwarts, incluso Jack, y… ahora… parece que ni siquiera lo conocemos…
-tranquilo – Emma le sonrió a Liam – mira, vamos a planear algo para hacer los tres, ya que tenemos mucho tiempo libre este año…
-el tiempo libre es para estudiar – suspiro Odette – deberíamos de usarlo para eso
-que tu no tengas amigos no significa que nosotros tampoco – gruño Emma
-tranquila – le dijo Liam – nosotros somos sus amigos
-gracias – Odette sonrió
Liam asintió con la cabeza, y continúo pensando. Después de eso, Liam llevo a Emma hacia el despacho de la profesora Amelia. La chica pensó que Liam quería ir a hacer algo romántico, pero cuando llegaron al despacho, miro confundida a Liam. A su vez, la profesora Amelia miro confundida a Liam.
-sí? – la profesora vio a Emma – disculpa, Liam y yo tenemos algunas cosas que hacer
-está bien, profesora – dijo Liam – creo que a ella le incumbe también
-no estamos seguros
-no importa – suspiro Liam – es mi mejor amiga, y pareja, no quiero ocultarle esto
-Awww, Liam, eso es muy dulce – dijo la profesora Amelia con una sonrisa
-lo es – Emma tomo la mano de Liam – pero que es?
-hace poco descubrimos que nuestros bisabuelos hicieron una piedra filosofal – explico Liam
-de verdad?! – dijo Emma sorprendida
-sí, comprobamos que la bisabuela de la profesora y mi bisabuelo eran los responsables, pero sospechamos que tú bisabuela y la de Amanda también tiene algo que ver – dijo Liam
-ya veo – Emma pensó un poco – bueno, quiero ayudar, entonces
-encontramos un recuerdo – le dijo Liam – ahí vimos todo, pero necesitamos buscar pistas para encontrar la piedra
-quieres ser inmortal?
-no, claro que no… o sí? Bueno, no importa – Liam se sacudió un poco – sospechamos que el que cuida la piedra está en peligro, por qué le envío la información a la profesora
-pues… papá no ha descubierto nada extraño – dijo Emma – el mundo mágico ha estado muy tranquilo
-hmm, hablando de eso, tus padres nos podrían ayudar – Liam asintió con la cabeza – trabajan en el departamento de seguridad mágica
-genial! – dijo la profesora Amelia – bueno, eso será de gran ayuda
-supongo – Emma sonrió – y que hacemos?
-pues, tenemos que empezar a investigar aquí – suspiro la profesora – en mi despacho, así que, Liam, si no te molesta…
-sí, si – suspiro Liam, dejo sus cosas en el escritorio de la profesora y se convirtió en hurón
Liam vio un momento a Emma, y se contuvo como todas sus fuerzas para no correr debajo de la falda de la chica y mirar hacia arriba, la adolescencia siempre atacaba en los momentos menos oportunos. Entonces salió corriendo, y empezó a olisquear por todos lados, a la vez que la profesora Amelia y Emma buscaban algo que hubiera cambiado. Busco y busco, hasta que encontró un pequeño botón, que soltó justo cuando se acercó, y que estaba detrás de una caja de grajeas de todos los sabores, completamente vacía. Apartó aquella caja, y presionó el botón con su nariz, de inmediato se escuchó un click, y una pequeña puerta se apareció enfrente de él. Era solamente empujar, así que Liam entro sin dificultad, dentro todo estaba oscuro, pero había un rastro extraño, de color azul, que Liam siguió. Llegó hasta una botellita, en la que al lado se encontraba una cuerda. Liam tiro de la cuerda, y el techo, o más bien, el suelo de arriba, se abrió.
-uy – dijo Emma viendo desde arriba, entonces Liam no pudo resistirse más
-lo encontró? – la profesora se agachó y miro el huequito, Liam se arrepintió de lo que estaba haciendo – ay, genial! – metió la mano y saco el frasquito, con el recuerdo dentro
-ven aquí – Emma se agachó y tomo a Liam – que calientito estás, hace calor ahí? – Liam asintió con la cabeza – hmmm, en donde lo vemos?
-en el pensadero de Liam – contesto la profesora, mientras Liam saltaba desde las manos de Emma
-entonces vamos a esperar? – dijo Liam, una vez transformado en humano
-no – la profesora saco la varita, y después de moverla un poco, el pensadero de Liam apareció en el escritorio de la profesora, junto a una botellita que cayó al suelo, al rebotar con la mesa, y se rompió
-NO! – Liam se agachó, una hebra azul descansaba sobre los trozos de cristal – rápido, un frasco!
-ten – Emma saco un frasquito de su mochila
-gracias – dijo Liam, saco la varita y tomo la hebra con ella, para después guardarlo en el nuevo frasco
-había algo importante? – pregunto la profesora
-pues… – Liam leyó el rotulo en un trozo de cristal: "Abandono" – sí, yo diría que lo es, y mucho
-uy, lo siento – dijo la profesora apenada, mientras Liam limpiaba los trozos de cristal con magia – bueno, pongamos esto aquí
-sí, si – dijo Emma emocionada – quiero ver!
-adelante – dijo Liam guardando el frasquito en su mochila – sabía que tenía que ponerle un encantamiento de irrompibilidad a estos recuerdos
-bueno… – la profesora abrió la botellita y vertió el contenido en el pensadero
Liam y Emma se acercaron al pensadero, y los dos entraron como si lo hubieran hecho toda su vida. La profesora dudo un poco, pero también entro. Cayeron sobre una cabaña, era de día, aún que Liam nunca antes la había visto. No había nadie de momento, pero después de un segundo entro un chico, Reginal. Detrás de él entro la chica pelirroja, pero ninguno de los dos tenía las túnicas de Hogwarts, si no túnicas de mago, propias de su tiempo.
-donde… está Ember? – dijo la pelirroja tímidamente
-salió un momento – respondió Reginal
-ya veo… – la pelirroja bajo la mirada – eh… la piedra…
-Mirabel la tiene – dijo Reginal con su tono de voz desinteresado
-está bien con ella?
-sí
-no sabes nada de dónde está?
-no
-seguro?
-sí
-no te creo – suspiro la pelirroja – se conocen desde quinto año, no pueden cortar comunicación, así como así
-como sea – Reginal apartó la mirada – para que preguntas?
-creo que deberíamos hacer algo para protegerla – explico la chica – vi en las estrellas que algo malo puede pasar
-no me digas que sigues creyendo en la Adivinación? – suspiro Reginal – no seas tonta, Aurelia
-no lo soy! – Aurelia cruzó los brazos – sabes que tuve que hacer un montón de cosas para que los centauros me compartieran sus conocimientos, y ellos nunca se equivocan!
-bah, da igual – Reginal negó con la cabeza – si no vienes a nada más…
-espera! – dijo Aurelia acercándose a Reginal – hace mucho no nos vemos, me gustaría quedarme un poco más
-se lo que quieres, Bannister – gruño Reginal
-desde cuando me dices por mi apellido? – dijo Aurelia apenada – nosotros… podemos… – Aurelia acercó su mano derecha a la izquierda de Reginal, la tocó, pero la soltó de inmediato – q-que es…
-esto? – Reginal alzo la mano izquierda, un anillo descansaba en su dedo anular
-estas… no puede ser! – Aurelia negó con la cabeza y retrocedió – NO!
-estoy casado – respondió Reginal
-POR QUE NO ME LO DIGISTE?! – sollozo Aurelia
-sabes que no podíamos festejarlo – suspiro Reginal – la familia de Ember está muy en contra de lo nuestro
-esos Hill siempre son un dolor de cabeza – dijo Aurelia negando con la cabeza – incluida ella
-Hill? – dijo Emma sorprendida – era de verdad?
-supongo – contesto Liam
-no lo es – Reginal bajo la mano – ella no es molesta
-lo es – gruño Aurelia – Reginal, nosotros éramos muy felices, por qué no volver a serlo? – Reginal se le quedó viendo, y no dijo nada
-qué situación tan familiar – dijo Liam apenado
-Reginal? – Aurelia miro a Reginal a los ojos, se quedaron callados. De repente, la puerta se abrió, y una mujer castaña entro tranquilamente
-estoy en casa! – dijo la mujer contenta – oh, Aurelia?
-hola, Ember – Aurelia volteo y vio a la mujer, se limpió una pequeña lágrima
-hola – Ember sonrió y se acercó a abrazar a Aurelia – hace mucho que no te veíamos, en donde has estado?
-no importa – suspiro Aurelia, mientras Ember se acercaba a Reginal – no me dijeron que estaban casados
-ah, sí, lo siento – dijo Ember apenada – no pudimos invitar a muchos, todo fue muy rápido…
-aja – Aurelia se dio la vuelta – bueno, me voy
-tan pronto? – dijo Ember
-sí
-puedes venir cuando quieras – Ember sonrió – y así nos ponemos al corriente
-claro – Aurelia camino hacia la salida
-Bannister – dijo Reginal seriamente, la mujer se paró en seco, antes de salir de la casa – está en Hogwarts
-ella?
-la piedra
-donde? – Aurelia volteo
-en dónde ves las estrellas? – Reginal sonrió un poco
-entiendo – Aurelia sonrió – un gusto verlos otra vez
-cuando gustes – dijo Ember abrazada a Reginal – eres bienvenida
-gracias – Aurelia asintió con la cabeza y salió de la casa
-por qué todo lleva a la torre de Astronomía? – suspiro Emma
-porque las grandes mentes piensan igual – sonrió Liam
-por qué a mí nunca me llevaste a la torre de Astronomía? – le dijo Ember a Reginal
-porque no es nuestro lugar especial – río Reginal – además fuimos muchas veces
-pero las clases de Astronomía no eran especiales – suspiro Ember
-que incomodo – dijo Emma viendo a la pareja – ese dices que es tu bisabuelo?
-sí, Reginal Hunt – dijo Liam acercándose a Reginal – nos parecemos?
-algo – la profesora río un poco – oh…
-ugh – Emma apartó la mirada
-qué pasa? – Liam volteo, Reginal y Ember se estaban dando un beso – uy
De repente, empezaron a subir, y en menos de cinco segundos ya se encontraban fuera. La profesora Amelia cayó al suelo, al igual que Emma, aún que Liam se quedó en su lugar, extraño caer hacia atrás.
-bueno, entonces, a la torre de Astronomía – suspiro Emma poniéndose de pie
-espera – dijo Liam – no creo que la piedra siga ahí
-yo tampoco – dijo la profesora Amelia poniéndose de pie – Aurelia ya se le debe de haber llevado
-sí – Liam asintió con la cabeza – por cierto, Aurelia Bannister… pero Emma…
-recuerda que el Brown es de mi padre – dijo Emma tranquilamente – pero mamá si era Bannister, Ruby Bannister
-cómo podemos estar seguros? – suspiro Liam – se supone que su apellido también tenía que cambiar
-bueno, pues supongo que paso como con Amanda – respondió Emma – supongo que tuvo hijos, pero como amaba a alguien más, se separó de el
-pero Amanda no tiene hijos – dijo Liam
-pero si se separó de alguien por ti – Emma río un poco – pues eso pudo pasar
-bueno – Liam se acomodó un poco el cabello – entonces los Bannister eran millonarios?
-lo somos – dijo Emma – bueno, aún que ahora somos Brown, mamá nunca me contó cómo se hizo la fortuna
-ya veo – Liam pensó un poco – creen que Aura… digo, Aurelia, haya usado la piedra para crear la fortuna?
-no lo creo – Emma negó con la cabeza – bueno, no importa eso ahora, vamos a la torre de Astronomía!
Así lo hicieron, la profesora los acompaño a la torre de Astronomía, mientras Liam pensaba ¿La bisabuela de Amanda sería también su propia bisabuela? Se preguntaba, todo era un cúmulo de confusas preguntas, el amor era complicado, incluso más que encontrar aquella piedra. Cuando llegaron a la torre de Astronomía, Emma y la profesora Amelia se detuvieron a analizar todo, incluso desde las escaleras, y Liam se adelantó. Cuando llegó arriba, vio a el balcón central, y se sorprendió al ver el cabello de Amanda, y a la propia Amanda, mirando a la distancia.
-hola – dijo Liam tranquilamente
-oh, Liam – Amanda volteo la cabeza, y vio al chico – no esperaba verte aquí
-ni yo – Liam se acercó a la chica – que haces?
-escribiendo – dijo sacando un pequeño cuaderno – y pensando
-pensando…
-sí, es un lugar muy agradable para pensar – Amanda sonrió – recuerdas?
-lo recuerdo – Liam sonrió un poco
Miro a su alrededor, todo estaba en silencio, la luz del sol entraba directamente a la torre, sin detenerse, pero había sombra, o al menos lo había al centro de la torre. El viento pasaba de un lado a otro, dejando un agradable silbido en el lugar. Cuando Liam quiso darse cuenta, no había nadie más, Liam estaba completamente solo con Amanda.
-oye… Amanda
-dime – la chica miro a Liam, que estaba recargando sus brazos en el barandal
-tu… bisabuela, dices que se casó con alguien más? – dijo Liam tímidamente
-así es – Amanda asintió con la cabeza
-y… por qué… se siguen apellidado Hill? – pregunto Liam, sin mirar todavía a Amanda
-porque en mi familia así lo hacen – explico Amanda – ya sea hombre o mujer, se conserva el apellido, y si es una mujer, entonces el novio adopta el nombre. Aún que el matrimonio de mi bisabuela fue arreglado, por eso no hubo tanto problema en conservar el apellido
-ya veo – suspiro Liam
-papá me dijo una vez: "si te casas, tu esposo estará obligado a mantener el apellido Hill" – dijo la chica fingiendo el tono de voz serio de su padre
-jaja, vaya – Liam río un poco
-aunque… a mí no me molestaría llamarme Amanda Baker… recuerdas?
-yo…
-recuerdas que queríamos eso? – Amanda se acercó un poco a Liam
-sí
-me gustó mucho cuando me lo dijiste – Amanda se sonrojo – me hiciste sentir tan bien, como si encontrara mi lugar en el mundo, a tu lado
-pues…
-vamos, sé que también te sentías así – dijo Amanda, y tomo a Liam del brazo
-ugh, no encontramos nada haya – suspiro Emma entrando a la parte superior de la torre, debajo de donde Liam y Amanda estaban
-sí, lo sentía – dijo Liam, y Emma fijo su atención al escenario
-vaya, que cansancio – dijo la profesora Amelia entrando
-cállese – susurro Emma
-eh?
-shhh! – Emma apunto a Liam y Amanda, la profesora guardo silencio
-entonces? – Amanda se acercó más a Liam – que paso?
-que te fuiste – respondió Liam
-pero sabes que no fue mi culpa – suspiro Amanda – mi padre lo hizo, pero yo quería seguir aquí, quería seguir a tu lado, quiero seguir a tu lado!
-y yo también quería – dijo Liam, esas palabras se sintieron como navajas para Emma, que dio un paso atrás
-de verdad?! – dijo Amanda, y dibujo una sonrisa de verdadera alegría
-sí, pero, quería – suspiro Liam
-quieres hacerlo – Amanda abrazo a Liam con fuerza – yo sé que quieres hacerlo, Liam, hazlo de una vez, por favor
-no
-por qué no? – sollozo Amanda, y abrazo a Liam con más fuerza, entonces Liam correspondió al abrazo – por qué es tan difícil que estemos juntos? ¡Solo dime qué me amas, dime algo, lo que sea, pero no me sueltes!
-yo ya te solté – dijo Liam, y soltó a Amanda – pero tú necesitas soltarme a mi
-no quiero!
-tienes que hacerlo – suspiro Liam – dices que sentiste como si encontrarás tu lugar en el mundo?
-sí, sí, contigo!
-pues yo encontré mi lugar en el mundo – dijo Liam, y Emma se decidió a subir – junto a Emma – se detuvo – yo siento que ella es con quién debo estar, siento que junto a ella todo encaja en su lugar
-por qué con ella? – sollozo Amanda
-porque la amo – respondió – aún que no esté seguro de que ella lo hace también, no sé si soy suficiente para ella, o si estoy haciendo las cosas bien, no sé si mañana llegará junto con alguien más, no lo sé
-no lo sabes…
-no – suspiro Liam – pero sé que ella es suficiente para mí, incluso más, sé que está haciendo las cosas bien, y sé que la amo tanto, que no la dejaría por nadie más, aún que ella siga sin aceptarlo
-quiero que digas eso de mi – suspiro Amanda
-y yo quiero que me sueltes – dijo Liam tranquilamente – quiero que encuentres ese alguien especial, como yo lo hice con Emma. El mundo es muy grande, y sé que podrás encontrarlo, pero para eso tienes que dejarme ir
-dejarte ir… – Amanda soltó poco a poco a Liam
-exacto – Liam se quedó quieto, y Amanda finalmente lo soltó
-supongo que la historia se repite – Amanda río un poco, y se limpió una lágrima
-bueno, quién sabe – Liam sonrió – si Emma y yo estamos juntos, tal vez en el futuro algún Baker y alguna Hill se crucen por ahí
-sí, quién sabe – Amanda sonrió de vuelta
-Liam – Emma por fin subió
-oh, Emma! – dijo Liam sorprendido – desde cuándo…
-lo oí todo – dijo Emma, y sonrió inevitablemente – de verdad te sientes así?
-sí – respondió Liam
-oh, Liam – Emma empezó a llorar
-pero por qué lloras? – dijo Liam y corrió a abrazar a Emma
-porque yo siento lo mismo – Emma abrazo a Liam cariñosamente – siento que contigo todo tiene sentido!
-te quiero! – dijeron los dos al unísono
-ay, el amor – la profesora Amelia suspiro contenta – todo un conflicto… – movió una caja, y algo brillante apareció detrás de ella, dejando un caminito
-bueno – Amanda suspiro – supongo que ya me voy
-que? No – dijo Liam, y se puso al lado de Emma, que lo tenía sostenido de la cintura – tú estás con nosotros en esto, ¿no?
-no
-a lo de la piedra, me refiero – Liam río un poco
-ah! ¡Si! – Amanda asintió con la cabeza
-venimos aquí por qué una pista conducía aquí – explico Liam
-oh, ya veo – Amanda exploró la torre con la vista – aquí?
-sí, justo aquí – río Liam
-las grandes mentes piensan igual – sonrió Amanda
-es lo que dije – Liam asintió con la cabeza
-jaja, ay Liam – Emma acercó más a Liam – ustedes son una familia de románticos
-oigan, encontré otro recuerdo! – anuncio la profesora Amelia desde abajo
