¡Hola a todos/as! Se me da mejor escribir desde la página directo. No perdí una sola parte de la historia por fin. Sin nada más que agregar, además que espero que Fanfiction se decida a avisar de cuando subo los capítulos... ¡COMENZAMOS!
Capítulo 26.
La historia de Natsu Dragneel.
Tuve una contusión cerebral a causa del golpe de ese bastardo, por suerte no fue tan grave. A los cuatro días los síntomas ya eran leves. Lo malo es que, la policía parecía no hacer nada útil para encontrar a Lucy y Mavis, ignoraba mis llamadas. Mi madre, padre y hermana trataron varias veces que fuera a visitarlos, pero no tenía cabeza para lidiar con más de un problema a la vez. Levy y Gajeel se instalaron en mi casa, yendo y viniendo de la estación, buscando respuestas sobre el caso de la rubia. Era una completa locura, no se sentía real la situación.
-¿Seguro que Mavis no ha regresado a su casa?
-Seguro. Tus sobrinos se están quedando en casa de tus padres desde el día del secuestro - Gajeel estaba al teléfono con la oficial a cargo - ¡¿Cómo que no hay pistas sobre ese demente?! ¡Tienen hasta el número de seguro social del maldito! ¡¿Qué más quieren?!
Todos estábamos demasiado cargados con el problema. Levy llevaba días sin dormir, yo a veces me desmayaba del cansancio y Gajeel, a pesar de que debería ser el menos afectado, me ha ayudado en cada momento. Nuestra mejor oportunidad de encontrar a mi novia es Mavis, ella no se detendrá por nimiedades, es cómo un halcón. Cuando tiene una presa en su mira, no se detiene hasta atraparla. Sé que puedo confiar en mi cuñada, pero quiero ayudar y no me deja.
Al quinto día de la desaparición de Lucy, recibí una llamada de la esposa de mi hermano, me pasó una dirección y un horario específico para ir. Me pidió que viniera solo, puesto que no podía arriesgarse a traer muchas personas a la casa y que me asegurara de llevar conmigo todos los dispositivos que tenga de Lucy a mi alcance. El lugar era una pequeña casa, de dos habitaciones y un baño diminuto. Dentro habían dos hombres acompañando a Mavis - Déjenlo pasar. Natsu, te presento a Laxus Dreyar y a Freed Justine. Ellos me están ayudando con el caso Heartfilia.
-Un gusto - Entregué el teléfono de Lucy y su laptop. Ellos conectaron ambos a un aparato y le dieron el visto bueno a la pequeña rubia para que comenzara a hacer cosas con su computadora - ¿Por qué estamos aquí?
-Pudimos rastrear un auto denunciado como robado el día de la desaparición de Lucy - Habló la mujer - y un número descartable se ha comunicado repetidas veces con otro en Estados Unidos.
-¿Están seguros que es él? - El sujeto de pelo verde me tendió una imagen sacada de una cámara de seguridad y en esta podía apreciarse el rostro de un hombre obeso pálido y de cabello negro. Comprando ropa femenina y artículos de aseo personal - ¿No deberían compartir esa información con la policía?
-Si quisiera que el caso se enfriara, se lo compartiría a esos inútiles - El rubio de aspecto intimidante tiró un vaso de plástico al basurero - Logramos rastrear la llamada hasta una de estas tres torres - Me mostró un mapa en la pared - Nosotros estamos ubicados en el centro de todas ellas.
-Solo necesitamos que vuelva a comunicarse y que la llamada sea algo larga para encontrarlo - Mavis se giró para mirarme directo a la cara, con unos ojos, mortalmente serios - Ese tipo se ha escabullido de la ley por mucho tiempo. No permitiré que lo vuelva a hacer.
No me queda de otra que confiar en ellos. Además qué debo evitar que me dejen fuera de su investigación. Quiero ayudar en todo lo que esté a mi alcance, y así puedo ser quien reciba a Lucy cuando esta pesadilla acabe.
…
So honey now. Take me into your loving arms. Kiss me - ¿Hola? - Mavis había hecho que yo contestara la llamada que llegó al celular de Lucy. Una felicidad inmensa me recorrió al escuchar su voz. Pero esto no duró nada, ya que enseguida dijo que había regresado y todo se fue cuesta abajo, luego de que mi cuñada le diera indicaciones sobre lo que debía hacer.
-Layla ¿Qué has hecho? - ¿Layla? - ¡¿Cómo te soltaste?! - La voz del hombre al otro lado del teléfono, se oía cada vez más molesta - ¡NO CORRAS!
Podía imaginarme cada uno de los golpes que le estaba dando, me sentía impotente al no poder siquiera hablar por miedo a que le hiciera más daño o cortara la llamada y no le diera tiempo a Mavis para localizarlo. Caminé hasta el lado de la pequeña mujer y pude ver cómo se mordía los labios mientras tipea cada vez con más fuerza. No sé cuánto tardó, pero ya teníamos un pie en la puerta cuando nos entregó la dirección exacta.
Laxus manejó cómo un demente, lo cual agradecí encarecidamente cuando estábamos frente a la puerta de esa casa, con rejas en cada ventana - Tenemos sólo una oportunidad, una vez que tiremos la puerta debemos encontrarlo rápidamente o puede hacerle algo a Lucy.
-De acuerdo - Entre su fuerza y la mía logramos botar la puerta en cuestión de segundos. Mientras ellos recorrían el piso de abajo, yo subí por las escaleras.
Al pisar el último escalón, alcancé a ver un destello en un reflejo y me agaché. Fue justo a tiempo para evitar una bala. Por donde había quedado el agujero en la pared, supe que no podría darme, salvo que termine de subir - ¿NO TE QUEDÓ CLARO LA ÚLTIMA VEZ GIGOLÓ?
-¡No sé de que hablas tarado. Deja en paz a Lucy de una vez por todas! - Escuchó a mis compañeros en la parte baja de la escalera y volteo en su dirección, ambos me hacen señas para que guarde silencio.
-¡ES LAYLA! ¡LUCY NO EXISTE! ¡LA PERRA DE ANNA LO SABE! - Pasé saliva y cedí el camino a quienes estaban armados - ¡PASE AÑOS ENTEROS COMPROBANDO SU IDENTIDAD, ELLA NUNCA MURIÓ, ES MI HADA DE LAS PINTURAS!
-¡Ella es Lucy! ¡No es un hada y por supuesto no es nada tuyo! - Comenzó la cuenta regresiva para salir a enfrentarse con el loco, pero antes de que dieran la señal para abandonar la seguridad de la pared. Un disparo resonó por el lugar y luego algo grande cayó al suelo.
El alma abandonó mi cuerpo, no puedo perderla, por favor díganme que no la he perdido...
La historia de Lucy Heartfilia.
Mientras me golpeaba y reclamaba por mis acciones, sólo podía pensar en que todo se acabaría pronto. Que debía ser fuerte y esperar a que Natsu llegué. Que no debía morir por nada del mundo, pues sino este loco habría ganado. El dolor se extendía por cada rincón de mi cuerpo, seguro tengo algunas costillas rotas o cómo mínimo la pierna. Por algún motivo que desconozco me soltó cerca de una de las mesitas de noche. Desde el piso podía ver que se paraba con una de sus pistolas en la mano y esperaba. Luchaba con cada fibra de mi ser para no desmayarme.
El primer disparo me despertó y por fortuna, no fue dirigido a mí. La sangre comenzaba a entrar en mis orejas y bloqueaba de a poco el bullicio del exterior. Busqué con la mirada mi objetivo y lo localicé mucho más cerca de lo que esperaba. Me arrastré unos centímetros hasta la cabecera de la cama y tomé la segunda arma que escondía bajo la almohada. Usando el colchón cómo soporte, le apunté lo mejor que pude y jale el gatillo. Desconozco si le di o no, ya que perdí la conciencia cuando su cabeza giró en mi dirección.
...
Al abrir los ojos, lo primero que vi fue a una mujer en ropa de enfermera. Era hermosa, parecía un ángel salido del cielo. Ella movía los labios, pero no podía entender lo que decía. Es cómo si tuviera puestos tapones en los oídos. Movió un bolígrafo frente a mis ojos y al seguir el movimiento, los párpados se me cerraban. La chica hizo hasta lo imposible para mantenerme despierta, logrando su cometido al apretar mi mano. Pude reconocer al señor mayor que entró por la puerta, lo cual hizo que algunas gotas saladas se deslizaran por mis mejillas. Si él está aquí, quiere decir que el Dragneel también.
Pasados algunos minutos, comencé a escuchar los sonidos de nuevo. Era cómo si hubiera sacado la cabeza del agua - Deberemos hacerle unos estudios más y - Al mirarme intentar hablar, el señor Makarov se dirigió a mí - ¿Puedes oírme Lucy? - La voz no me salía, y eso que ya se retiraron los tubos que tenía en la garganta. Parpadee varias veces tratando de contestar o que me entendiera - Un parpadeo para si, dos para no - Abrí y cerré los ojos una vez - Perfecto.
-¿Voy a llamar a sus acompañantes? - La chica aun sostenía mi mano.
-Ve, pero solo puede pasar uno - El señor estaba parado sobre una silla - ¿Recuerdas lo que paso? - Un parpadeo - ¿Sabes que día es? - Negué con el vocabulario inventando - ¿Sientes dolor? - Antes de que pudiera contestarle que no, entró un acelerado Natsu. No saludó a ninguno de los presentes en la habitación, solo corrió hasta mi lado - Despacio hijo, no puede hablar aun.
-Lucy - Sostuvo la mano que anteriormente era sujetada por la enfermera y la apretó con suavidad contra su mejilla. Casi no parpadeaba, solo lo hacía cuando las los ojos le brillaban demasiado - Te extrañé tanto.
Yo también, a pesar de que no salían las palabras de mi boca, esperaba que mi rostro pudiera demostrar mis sentimientos. Las lágrimas se deslizaban hasta el colchón y estas era limpiadas con delicadeza por la gran mano de mi pilar emocional. El doctor nos dio algo de privacidad y una vez que la puerta se cerró completamente, el gran hombre frente a mí se rompió. El intentaba con todas sus fuerzas detener el torrente en sus ojos, pero cada vez que me veía, más y más gotas saladas caían. Ni siquiera podía moverme para consolarlo, la voz no salía y mi cuerpo entero parecía estar flotando en una nube.
-¡Lo siento mi amor, lo siento tanto! - Sujeté su mano sobre el colchón y este se calmó un poco con esa acción - ¡No debí dejarte sola en la cama, tenía que cuidarte yo...! - Estaba demasiado angustiado, este Natsu se veía destrozado y yo no podía calmarlo. El ruido que salio de mi boca no fue una palabra o una sílaba siquiera, pero por algo se empieza. Eso pareció alegrarlo un poco, pues por lo menos alcancé a vislumbrar un leve movimiento en su boca.
-¡Tengo derecho a verla! ¡Quiero saber si mi hija está bien! - La voz que resonaba con fuerza al otro lado de la puerta es muy familiar para mí. Natsu suspiró y se arregló un poco para salir a ver qué ocurría.
-Enseguida vuelvo - Me aseguró cuando intenté evitar que se alejara - Levy le avisó de tu estado.
La persona al otro lado de la puerta estaba alterada e histérica. No recuerdo haberla escuchado jamás de esa manera. Normalmente fuerte e independiente, faceta que se había esfumado de su voz. No podía creer que alguien se preocupara tanto por mí. Espero no verme demasiado mal, o podría llegar a molestarse con Natsu.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Quería hacer el secuestro más dramático, pero tampoco estaba entre mis planes alargarlo demasiado. Pues no soy muy fanática de esa clase de dramas. Igual espero que me haya quedado bien.
Nos vemos en el siguiente capítulo #_#
