Capitulo 35


Azazel estaba sentado en la oficina que Sirzechs le ofreció usar dentro de la Mansión Gremory para realizar trabajos mientras estuviera en territorio de Demonios. Al parecer era la vieja oficina del pelirrojo cuando aun usaba el apellido de su familia, pero que dejo de usarla al volverse Maou y las Maids se han ocupado de mantener limpio y ordenado el lugar.

Han pasado dos días desde que los Clanes Gremory y Sitri comenzó su entrenamiento. Los chicos tienen potencial, en especial Issei, solo tienen que esforzarse. Lo malo que él ve en el poder de los Demonios es su conformidad. La mayoría están conformes con el poder que tienen y no se esfuerzan en ser más fuertes, solo pocos lo hacen y es debido a circunstancias extremas. Ese chico, Sairaorg, es el mejor ejemplo de ello. Es el Demonio Joven más fuerte y solo con fuerza física, sin tener el Poder de la Destrucción de su familia, poca energía Demoniaca y con capacidad mágica apenas de hacer círculos mágicos.

Rias, Sona y sus noblezas tienen los mismos problemas. Como nunca antes se han enfrentado a algo superior a ellos, nunca han entrenado más de lo necesario. Ahora las cosas eran diferentes y esos jóvenes comprenden un poco más que hay seres mucho más poderosos que ellos allá afuera y son muy débiles, eso los motivará a hacerse más fuertes.

Primero tienen que superar sus propios problemas internos, el grupo Sitri no tiene problemas en ese sentido más allá de que algunos miembros tienen falta de confianza por ser nuevos en el Mundo Sobrenatural, algo que pasara rápido. Eran el Clan de Rias los que tenían ese mayor problema, sobre todo con Koneko y Akeno, que por no aceptarse a si mismas limitan sus poderes. Yuuto parece haber superado sus propios problemas internos, gracias a Kokabiel, irónicamente.

La puerta de la oficina se abrió, entrando Penemue.

-Gracias por venir. ¿Cómo están las cosas en Grigory?-.

-Calmadas. Aunque Shemhaza te maldice cada cinco minutos de papeleo, ya que al estar aquí y traerte a Baraquiel y a mi contigo hizo que su trabajo aumentara. Por suerte Tobio lo esta ayudando un poco- respondió Penemue, cruzándose de brazos bajo su gran busto.

-No lo dudo. Luego me disculparé con él, conozco un buen burdel que le encantara- río nerviosamente el Caído.

La pelinegra suspiro. -Con esa actitud, no es sorpresa que sigas soltero-.

Eso fue un golpe bajo. Era bien sabido en el grupo social de Azazel, que él quería casarse, deseo que aumento desde que la mayoría de sus conocidos consiguieron esposas. Él tiene muchas amantes, pero todas son para momentos carnales, ninguna quiere nada serio.

-T-Tu no puedes usar esa carta, también estas soltera- Azazel uso un pobre intento de contraataque.

-Por que así lo quiero- se tiro el largo de su cabello hacía atrás de manera presuntuosa.

Penemue sabía que tenía un cuerpo de infarto y que muchos hombres, y mujeres también, la deseaban de sobremanera, pero ella ni les hacía caso ya que solo la veían como un pedazo de carne. Tampoco esta desesperada en buscar pareja como su amigo, y no tiene tiempo de buscar porque el flojo siempre la deja con trabajo en su mesa.

No es que fuera desinteresada en parejas, al final del día también era una mujer que esperaba conocer a un hombre que la amara como tal. Solo es que no ha aparecido la persona que le haga sentir "mariposas en el estomago", como se dice que es la sensación.

-Pero no creo que me llamaras para hablar de eso, ¿o si?-.

-Cierto...- Azazel tosió, recuperando un poco la compostura. -¿Recuerdas la conversación en privado que tuve con la Diosa Athena para permitir pruebas sobre el Cosmos?-.

-Si. Realmente me sorprende que accediera. El Cosmos es una energía muy poderosa, pero misteriosa para nosotros. Aun con una Alianza formada, no creo que haya sido tan tonta para permitirnos estudiar la energía que sus guerreros usan para pelear y les permiten ser tan poderosos-.

-Creo que ella acepto que estudiáramos el Cosmos por tres motivos. Aunque no es que lo dijera obviamente, pero es lo que entendí tras esa conversación- Azazel se reclino en el asiento.

-¿Cuáles?- Penemue ahora estaba interesada.

-Uno: el Cosmos es una energía poderosa sin duda, pero también misteriosa. ¿Qué es el Cosmos exactamente? ¿Quién descubrió la energía? ¿Se puede usar para algo más que solo darle poder a los guerreros? Cuando le hice esos planteamientos a Athena, no supo responder bien. Lo único que sabe del Cosmos es que es la energía del universo que todo ser vivo tiene en su interior, cuyo límite es la capacidad del usuario en liberarlo. El quien descubrió la energía, lo más probable es que fueran los Dioses Primigenios, ya que los Titanes sabían usar el Cosmos, y los Olímpicos aprendieron de ellos. Si los Primordiales la descubrieron, ¿cómo lo hicieron exactamente? Obviamente no hay manera de responder eso porque no queda ningún Dios Primordial. Mientras que la última es algo que Athena de verdad le intereso, ya que cuando alguien domina el Cosmos en su máximo esplendor, puede realizar hazañas sobrehumana, incluso para un Caballero-.

-¿Te refieres al Séptimo Sentido?- Pregunto Penemue.

Azazel asintió. Aunque siempre le gusto más investigar Sacred Gears, desde su... encuentro con un Santo Dorado hace siglos, también investigo a los Caballeros de Athena. Investigarlos fue difícil, ya que eran un grupo muy cerrado y ni él estaba dispuesto a arriesgar su vida por su curiosidad. Es gracias a esta alianza que sabe más de ellos, como que el punto máximo que puede alcanzar un Caballero en su Cosmos más alto es el Séptimo Sentido, que en palabras simples era como un tipo de pequeña iluminación para los Caballeros. Los que dominaban ese poder podían usar desarrollar habilidades del Cosmos, como cierto nivel de curación o incluso aprender telequinesis de bajo nivel.

Pero más que eso, no parece que hayan usado el poder del Cosmos para otra cosa que no sea para luchar. Entiende que a diferencia de las Facciones, el Santuario es más un establecimiento militar cuyo único propósito es defender a la Tierra, pero como científico que es, no explorar el potencial de esa energía es un desperdicio.

-Por lo que pude llegar a un punto con Athena en que, si puedo estudiar del Cosmos, tal vez pueda aprender maneras de usar esa energía de manera positiva, para cosas que ayuden a otros más allá de batallas. No niego que puedo intentar sacarle algún provecho militar, pero dudo que pueda-.

-¿Por que?-.

-Ese es el segundo motivo: el Cosmos es algo del alma, no solo basta con tener conocimientos, sino de sentirlo en tu interior. Yo no entiendo bien esa lógica, por lo que en mi caso, al menos no creo poder usar el Cosmos. También sigue la teoría de que solo los Humanos pueden usar el Cosmos por no tener ninguna energía en sus cuerpos, como los Ángeles o los Demonios que tenemos Energía Sagrada y Energía Demoniaca respectivamente-.

-¿Y el tercer motivo?-.

-Que Athena puede matarnos a todos si ve que podemos aprender a usar el Cosmos, ya que si varios de nuestros hombres pueden aprender a usar esa energía, podrían provocar una tontería que podría dañar a la humanidad, dándole un justificado a Athena para eliminarnos, y dudo que otra Facción o Panteón quiera interponerse en su camino, porque sería lo mismo que declararle la guerra a su Santuario, y yendo más lejos, al Panteón Olímpico-.

La hermosa Caída hizo una mueca ante el último argumento, pero que era el más solido de todos. Athena y sus Caballeros Dorados fácilmente entran en el Top 10 de los seres más poderosos del Mundo Sobrenatural. La única razón por la que ningún Dios Olímpico, a excepción de los Tres Grandes (Zeus, Poseidón, Hades) están en el top es porque la mayoría no se conoce el límite de su poder, y todos los Dioses ocuparían la tabla. Uno de sus Caballeros podría matarlos a todos sin muchos problemas.

-Por primera vez deseo que tu investigación no avance mucho por el peligro que podría ponernos-.

-Casi deseo lo mismo. Casi. Pero no solo te llame para explicarte esto. Quiero que vayas a la montaña más alta al Sur de aquí-.

-¿Por que?-.

-Seiya esta esperando. ¿Qué mejor manera de estudiar el Cosmos que con alguien que lo domina a su máximo esplendor? Pero para que use esa energía tendrá que luchar, ¿y quien mejor oponente que tu? De seguro estará interesado en luchar contra ti después de ver como derrotaste a ese Espectro aquella vez. Yo estaré cerca viéndolos pelear-.

A Penemue le gusto como sonó eso. No negaba que también estaba interesada para probar que tan fuerte era un Caballero Dorado y cuanta diferencia había entre ellos, y como esta no sería una pelea a muerte, es una buena oportunidad.

-De acuerdo, entonces partiré de inmediato- Penemue se dio la vuelta y abrió la puerta para salir de la habitación.

-Oye... si sientes que quieres retirarte, puedes decirlo y te cambiaré por Baraquiel- dijo Azazel, su voz normalmente confiada y engreída sonó con compresión y... ¿tristeza?

-¿A que vino eso?- Pregunto Penemue extrañada, girando su cabeza para verlo sobre su hombro.

-Ya estamos por esa fecha-.

-Oh- solo con esas palabras, Penemue entendió. Hizo memoria... viendo que efectivamente, ya estaban por esa fecha del año. Habían pasado muchas cosas últimamente que se le olvido por un momento. -No te preocupes, estaré bien- y antes de que pueda darle la oportunidad de decir algo más, salió y cerró la puerta.

Azazel suspiro internamente y se reclino en la silla, viendo al techo. -Ella aun se siente culpable por eso, aun cuando no tuvo otra opción... ¿tu le seguirás guardando rencor por su decisión, Amenadiel?-.


-Así que aquí quieren que sea la prueba, ¿eh?- Seiya miro a su alrededor. Estaba en la cima de una gran montaña con otras montañas más pequeñas alrededor. Estaba tan alto que casi podía tocar las nubes del lugar con las manos. Para una persona normal sería difícil respirar a tan altura, pero para un Santo no, menos para él, que era el único Caballero con la capacidad de volar. -Me pregunto como se hará-.

-Luchando, obviamente- un círculo mágico purpura apareció detrás de Seiya, quien al voltearse, vio a Penemue llegar por el círculo. -Los Caballeros usan el Cosmos para luchar, ¿no? Entonces es obvio que sea a través de una lucha que se estudie, y yo seré tu oponente-.

-Penemue, ¿cierto?- La Caída asintió. -Bien. Después de ver como derrotaste a ese Espectro, estoy interesado por ver tu fuerza. No te contengas en tus golpes- Seiya se trono los dedos.

-Como eres lo suficientemente fuerte, te aseguro que no lo haré... solo no me culpes si mueres o te dejo cicatriz- las ropas de la pelinegra brillaron, cambiando a las ropas con armadura que uso al enfrentar al pelear con Queen. Su espada de una hoja negra apareció en un destello en su mano.

-Bien. Ese es el espíritu-.

Ambos se sostuvieron la mirada de manera desafiante por unos segundos, antes de que Penemue, a una gran velocidad que para un ojo normal o el de alguien no tan entrenado desaparecería, se puso detrás de Seiya y lanzo una estocada al punto donde se mantenían conectadas las alas de su armadura.

Pero para Seiya, que podía moverse a la velocidad de la luz, ese acercamiento fue como ver a un niño correr. A una velocidad superior, se hizo a un lado, haciendo que el estoque de Penemue pase de largo. La Caída abrió los ojos sorprendida antes de plantar firmemente los pies en el suelo, girar su talón derecho para girar su cuerpo y cambiar el ataque a un corte horizontal.

Pero Seiya detuvo la espada con la punta de su dedo.

-Esa velocidad ya supera a varios Caballeros de Plata estándar, pero todavía no es nada ante el poder y velocidad de un Caballero Dorado- una pequeña luz surgió del dedo de Seiya, liberando una onda de Cosmos que empujo a Penemue hasta el borde de la cima en donde estaban. No salió porque ella clavo la espada en el suelo para ralentizar su empuje, dejando una gran línea.

-Es muy fuerte- pensó. ¿Tanta era la diferencia entre ellos? -La fuerza bruta no servirá contra alguien como él, entonces...-.

Chasqueo los dedos, generando varias lanzas de luz flotando a su alrededor que lanzo contra Seiya. El castaño solo emano un poco de su Cosmos para destruirlas antes de que la tocaran, y al destruirlas, se dio cuenta que Penemue ya no estaba. Había usado esas lanzas de luz como distracción para moverse.

Una luz apareció debajo suyo y al bajar la mirada, vio un Círculo Mágico debajo de sus pies. Seiya destruyo el círculo con el batir de sus alas justo cuando Penemue se acerco a un costado suyo, con su espada rodeada de energía mágica.

-¡Danza de las 7 Estrellas Caídas!-.

Al escuchar ese grito, Seiya de inmediato salto para esquivar las siete estocadas de la Caída. Ese ataque había sido de gastar a un Espectro del nivel de un Santo de Plata, y aunque el era superior a eso, prefería no recibir esa técnica.

Al aterrizar, vio que Penemue, pese a fallar en su ataque, estaba sonriendo. -Finalmente te moviste-.

-Eres bastante hábil- elogió Seiya. No era de los que se quedaban quietos durante una pelea, pero realmente no había tenido motivos para moverse ni atacar, ya que esta pelea era para estudiar del Cosmos y no quería que terminara tan pronto.

-No me subestimes, porque mi siguiente ataque te dará. Esta pelea es para estudiar tu poder, no avanzaremos nada si no lo usas- Penemue levanto su espada hacía Seiya.

-Tienes razón- una pequeña aura de Cosmos dorado rodeo el cuerpo de Seiya, tensando a la Caída. -Entonces es mi turno de atacar. Resiste el ritmo si puedes-.

Penemue abrió los ojos cuando Seiya pareció desaparecer y aparecer frente a ella. ¿Esa era la aclamada velocidad de la luz de los Caballeros Dorados? No pensó en eso al esquivar apenas un puñetazo de Seiya que le hizo un corte en la mejilla. Uso su espada para desviar y esquivar los golpes de Seiya, hasta que en un movimiento sorpresa, este salto un poco y levantando la pierna, lanzo una patada descendiente que se vio obligada a bloquear con su espada, creando un gran cráter debajo de sus pies. Penemue apretó los dientes al sentir crujir sus brazos para soportar la presión de la patada, que era mucho más poderosa de lo que se veía.

Haciendo presión, saco la pierna de su espada, haciendo que Seiya se fuera para atrás. Detrás de la pelinegra se manifestaron una gran cantidad de Círculos Mágicos que dispararon diversos ataques de mágicos contra Seiya, que los recibió todos pero sin recibir daño gracias a su armadura.

Pero el ex-Santo de Pegaso se mantuvo en guardia. Penemue intentará aprovechar el humo que sus ataques ocasionaron para darle un golpe sorpresa. Él no cae tan fácilmente en esas tácticas, pero siempre debe estar listo para todo.

Su vista vio algo avanzar a través del humo y acercarse a él. Dio un puñetazo a lo que se acercaba, pero al golpear, noto que lo que se acerco era una parte de armadura que usaba Penemue atada a una tela de ropa en forma de paracaídas. ¡Una finta!

El ruido como de aves chillando le indico donde estaba la Caída. Alzo la mirada, viendo a la pelinegra por arriba suyo, su espada emanando relámpagos purpuras que se concentraban en la espada.

-¡Tempestad de Aves!- Penemue dio un corte, liberando una ráfaga de electricidad mágica que tomo forma de una parvada de aves que volaron hacía Seiya, quien se cruzo de brazos, recibiéndolos.

Cuando las aves eléctricas terminaron de golpearlo, tenía algunos rasguños en su rostro y estática morada rodeaba su armadura. Con su Cosmos evaporo la electricidad que lo rodeo y justo cuando Penemue iba a aterrizar, Seiya de un salto se acerco para golpearla.

Pero Penemue esperaba eso, así antes de que sus pies tocaran el suelo, desplego sus alas de Ángel Caído y se elevo al cielo.

-Volar no te da ventaja sobre mi- Seiya estiro las alas de su armadura y también tomo vuelo.

Pero Penemue ya esperaba que lo siguiera. Voló hacía él, iniciando un choque de espada y puños en el aire mientras se elevaban.

A una distancia lejana y segura del combate, Azazel, con un dispositivo, estudiaba la energía que se liberaba en combate. Penemue se estaba esforzando. Tipos de la fuerza de Kokabiel ya abrían muerto antes y Seiya se estaba conteniendo. Claramente los Santos de Athena estaban en otra liga diferente a ellos.

Suspiro al ver los pocos resultados que tienen. -No creo que pueda obtener mucho más que esto. Tal vez deba esperar a un combate entre dos usuarios de Cosmos para estudiar mejor la energía- no era que subestimaba a su amiga. Todo lo contrario, ella era la miembro más fuerte de Grigory, pero los Caballeros de Athena eran superiores a ellos.

Penemue lanzo Lanzas de Luz hacía Seiya, que las esquivo y se lanzo hacía Penemue, que esquivo su embestida dejándose caer y retomar el vuelo de inmediato.

-Ella es buena en el combate aéreo. Mejor que yo- Seiya entreno para pelear en el aire al recibir su armadura, pero nunca antes había enfrentado a un enemigo en el aire, claramente Penemue ha enfrentado a muchos volando y en ese ambito, lo supera. -Ok. Creo que es hora de terminar esto-.

Penemue vio como Seiya elevaba más su Cosmos y se concentraba en su puño derecho.

-¡Cometa de Pegaso!- Golpeo hacía adelante, liberando un poderoso cometa celeste que voló a velocidades ultrasónicas.

La velocidad con la que venía el Cometa era muy alta, aunque intentara esquivarlo no lo lograría por completo. Solo quedaba una opción. Se posiciono en pose de desenvainar y...

-¡Destello del Pecado Celestial!-.

Cuando el ataque estaba a un segundo de impactarla, ella movió su espada como si la desenvainara, golpeando el cometa celeste, generando un poderoso choque de energía que desvaneció las nubes del área e hizo temblar un poco el suelo a pesar de estar varios pies en el aire.

Aunque le costo, pudo cortar la técnica en dos, pero la onda de choque la lanzo volando hacía atrás, pero su vuelo se detuvo al impactar con algo metálico detrás suyo. Eso y los brazos que se pusieron debajo de sus axilas le hicieron saber que Seiya la atrapo.

-Te tengo- a propósito lanzo el Cometa de Pegaso con un poder y velocidad muy inferior a lo normal, esperaba que Penemue detuviera su técnica para tomarla con la guardia baja. -¡Choque Rodante de Pegaso!-.

Rodeando a ambos con su Cosmos como una especie de capa, Seiya se elevo en el aire y empezó a caer en picada, girando su cuerpo sujetando a Penemue. Cuando se acercaban al suelo, se separo de Penemue y con sus brazos la tiro con fuerza boca abajo al suelo, dejando un cráter con la forma de su cuerpo.

Cuando Seiya aterrizo en el suelo y vio el cuerpo estrellado de Penemue, temió haberse excedido con ese ataque, pero la tos de la Caída lo atrajo, viendo como ella ponía una mano en el suelo para apoyarse.

-Aunque fue un combate de prueba... hace tiempo no pierdo una batalla- la hermosa mujer tenía heridas en todo su cuerpo y su ropa estaba rota y con rasguños, mostrando un poco sus muslos y brazos. Su cabello estaba desarreglado y sucio. -Pero igual fue una buena batalla- sonrió.

Escucho unos pasos de metal y vio al Santo de Sagitario de pie delante suyo, extendiéndole la mano. Acepto la ayuda y se puso de pie. Tambaleo un poco y se apoyo en el cuerpo de Seiya, haciendo que ambos quedaran muy cercas.

-Perdón por esto- dijo el castaño.

-No te disculpes. No debes hacerlo en un combate, y aunque me molesta saber que te contuviste, al menos se que pude sorprenderte un poco- respondió Penemue, con la mirada hacía abajo.

-...¿Lo notaste?-.

-No soy ninguna novata. Era obvio que te contenías mientras yo si me ponía seria. Me molesta saber eso, pero puedo vivir con ello-.

Cuando Penemue alzo la vista, los ojos de ambos se conectaron. Seiya tuvo que reconocer que aunque sucia y con heridas, la mujer seguía viéndose muy hermosa y esos ojos rojos suyos eran hipnóticos.

-¡Buen trabajo a todos!- Azazel llegó, haciendo que ambos desconecten sus miradas y Penemue se aleje prudentemente de Seiya. -Fue una buena batalla, hace tiempo no te veo en el suelo, Penemue-.

-Todavía soy capaz de patearte el culo, Azazel-.

El líder de Grigory levanto las manos en señal de paz. -Vale, vale. No me meto contigo- río. -De todos modos, ya tengo los análisis de energía del Cosmos, así que ya tengo algo con lo que comenzar-.

-¿Terminamos?- Pregunto Seiya.

-Por ahora. Voy a querer que hagas algunas pruebas sobre tu energía, realmente estoy interesado en estudiarla lo más que pueda- sonrió el hombre mayor con emoción como un niño. -Será mejor que empiece ahora, mientras los niños siguen entrenando- y desapareció por un Círculo Mágico.

Seiya y Penemue se miraron.

-¿Siempre es así?-.

-Generalmente su emoción es peor. Hoy estuvo más calmado de lo que esperaba-.


(Tres días después)

Ya casi era de noche. Issei estaba sentado en el suelo, respirando cansado. Desde que empezó su entrenamiento, Tannin no ha hecho más que perseguirlo y lanzarle bolas de fuego y hacerlo correr en medio de caminos difíciles. Él esperaba que Tannin le enseñara super técnicas o ejercicios, no que lo usara para correr.

Ahora mismo terminaron esa parte del entrenamiento y Tannin le estaba enseñando sobre la cultura de los Dragones, algo que si le interesaba saber. Hasta ahora, sabe que los Dragones tienen un gran territorio en el Inframundo, y Tannin era como su líder y el que mantenía a los dragones más problemáticos bajo control para que no dañaran a otras razas.

-Ahora quiero hablarte sobre la escala de poder de los Dragones- dijo Tannin. -La escala es la misma que la de las Facciones: Baja, media, Alta. Solo que a diferencia de ellos no hay títulos, sino que cada escala representa el poder de un dragón y los dragones de rango más bajo a ellos los respetan por su fuerza. Cualquier dragón puede desafiar a otro dragón para aumentar su rango y ganar los tesoros de a quien enfrento, pero si pierde, aunque su rango se mantiene igual, perderá todos sus tesoros-.

-¿Apuestas dinero al pelear?- Pregunto Issei.

-Para los Dragones, no hay nada más importante que un tesoro. El tesoro para un dragón varía dependiendo del tipo de dragón. Pueden ser joyas o territorio, o incluso pueden ser personas que el dragón ama. Al final el concepto de tesoro depende de que tan valioso sea para el dragón- explico Tannin.

-Entiendo-.

-Pero aparte de las clases que te menciona, también existen otras tres clases más arriba que pocos dragones han alcanzado: Los Reyes Dragón, los Dragones Celestial y los Dioses Dragón- Tannin vio la mano de Issei, que estaba en su forma de guante. -Los que alcanzan esa fuerza, son llamados por esos títulos. En el pasado yo fui un Rey Dragón, pero al volverme un Demonio perdí el titulo, pero mi fuerza esta en la clase de Rey Dragón, mientras que Ddraig, aunque es una Sacred Gear, sigue siendo un Dragón, por lo que sigue teniendo el titulo de Dragón Celestial. En toda la historia, solo él y Albión han logrado ese titulo-.

-Escuche que la Sacred Gear de Saji tiene el alma de un Rey Dragón. ¿Cuántos existen?-.

-Actualmente cinco. Son respetados y temidos por todos y están a la par que un Demonio de clase Suprema, solo siendo superados por los Dragones Celestiales-.

-¿Y los Dioses Dragón?-.

-Esos son una clase un poco diferente y curiosa, incluso entre los Dragones-.

-¿Eh?-.

-Los Dioses Dragón más poderosos son Ophis y Gran Rojo, que son los seres más poderoso del mundo, pero aparte de ellos existen otros Dioses Dragones, aunque los poderes de ellos no se les compara a los dos mencionados. La mayoría son de clase Rey Dragón, pero son considerados Dioses Dragones por su divinidad. Incluso hay Dioses Dragones que son tan fuertes como un Demonio de clase Alta, esos son Dioses Dragones de bajo rango-.

-Entiendo...- aunque le era un poco complicado de seguir, Issei entendía el esquema. -¿Y yo en que rango estaría dentro de la escala de dragones?-.

-Por tu combate contra Raiser, diría que un Dragón de clase Media, a punto de alcanzar el poder de Clase Alta. Pero a medida que mejores tu Balance Breaker y tus instintos de Dragón mejoren, ganaras más poder-.

-¿Mis instintos de Dragón? Se que soy el portador de Ddraig, pero no soy un dragón-.

El gran dragón morado levanto una ceja, y vio al guantelete rojo. -¿No se lo has dicho?-.

-[No había un momento para decírselo]- respondió Ddraig.

-¿Decirme que?-.

-[Compañero, a medida que más vayas mejorando tu acceso a mis poderes, poco a poco tu cuerpo se convertirá en parte dragón debido a nuestra conexión, y como ya diste tu brazo y tienes una compatibilidad muy alta con los de mi especie, ese proceso avanza muy rápido. ¿No has notado como tu resistencia es mejor, así como tus sentidos? Eso se debe a que tu cuerpo ya esta sufriendo los cambios y acostumbrarse para convertirse en dragón. El que seas un Demonio hará que el proceso no te duela y sea más natural]-.

Ahora que lo mencionaba, es cierto que sus sentidos han mejorado. Ahora podía ver desde más lejos y diferenciar mejor los aromas, y no solo eso, durante la serie de ejercicios que Seiya le hizo hacer, que fueron peores que los castigos que le ponía a él y sus amigos por espiar a las chicas, aunque termino agotado al punto de no poder levantarse, a la mañana siguiente estaba bien, aunque aun un poco adolorido. Antes no se dio cuenta de eso, pero ahora...

-¿Significa que me volveré un Dragón?- Pregunto con más calma de la que creía tener.

-[Si te hubieras quedado como humano, si; pero como te reencarnaron como Demonio, a lo mucho serás mitad Dragón. Tu cuerpo no recibirá cambios tan drásticos en apariencia como cuando me diste tu brazo, pero si los vas a sufrir, aunque con el tiempo los controlaras]- respondió Ddraig.

-¿Qué beneficios me traerá?-.

-[Aparte de mejorar físicamente, tendrás mejor control de mis poderes y a medida que te hagas más fuertes, más acceso a ellos tendrás, y tus reservas mágicas aumentaran. No mucho, ya que la magia nunca fue mi especialidad, pero si lo suficiente para que sean decentes. Incluso hay probabilidad de que puedas hacer fuego, aunque eso último no estoy del todo seguro, ya que fueron pocos mis portadores que lograron hacerlo]-.

-¡Genial!-.

-[Pero eso también te hace vulnerable a las debilidades de los Dragones, como las armas Asesinas de Dragones, Hierva de Dragón y cualquier otra cosa que nos afecte. Incluyendo los instintos. Y tus emociones serán el doble de sensibles y volátiles que las de un ser ordinario]-.

-Ya no suena tan genial...-.

-Te ves calmado para alguien que escucha que se convertirá en algo no humano- comento Tannin.

-Bueno... después de enterarme que soy un Demonio y convertir mi brazo a un de Dragón, esto ya no es tan impactante para mi como debería serlo. Además que también me alivia saber que el proceso no será de inmediato. No sabría como explicarle a mis padres si me ven con escamas y cola de repente-.

-Eres peculiar, mocoso. Parece que a Ddraig le toco un compañero interesante-.

-[Aunque desearía que se tomara las cosas más en serio y fuera menos pervertido, no quiero imaginarme como será si llega a tener una etapa de celo]- comento el dragón.

-¡Oye!-.

Los dos dragones se rieron.


(En la noche)

Ya sería las once de la noche en el mundo humano. Seiya estaba caminando por los pasillos de la Mansión Gremory. Estaba durmiendo como el resto pero se despertó porque le dio hambre y fue a la cocina a buscar algo. Esperaba que no le molestaran que tomara que se hiciera una chuleta. Luego se disculparía.

Mientras caminaba en busca de su habitación (la mansión era exageradamente enorme) la noche reinaba y la Luna artificial era lo único que brillaba en el cielo.

Seiya se detuvo abruptamente al escuchar unos sonidos extraños, busco el origen del sonido y vio una puerta entreabierta en la esquina. Al acercarse más, identifico que eran los sonidos: eran sollozos. ¿Alguien esta llorando?

Abrió despacio la puerta para ver quien lloraba a estas horas, y al ver a la persona, sus ojos se ensancharon de sobremanera.

Penemue estaba completamente sola en una habitación con una ventana alta que dejaba entrar la luz de la luna, haciendo que su figura se viera majestuosa por la noche, aunque las lágrimas en sus ojos hacían decaer un poco esa imagen.

Seiya noto que ella sujetaba algo entre sus manos, un collar si ve correctamente la cadena que salía y parecía atar algo que estaba oculto en las manos de la pelinegra.

Sagitario tan solo se digno a observar la Cadre unos segundos, antes de dar la vuelta. No sabía porque sufría Penemue, pero no era asunto suyo y no quería molestarla.

Apenas dio dos pasos antes que los sollozos de Penemue le hicieran detenerse y apretar sus puños... sabe que no es su problema y no cree poder ayudarla... pero no puede soportar escuchar a alguien llorar y no hacer nada. Con un suspiro, se devolvió y toco la puerta.

-¡¿Quién anda ahí?!- Ordeno la Cadre, secándose rápidamente las lágrimas de los ojos.

-Soy yo- fue la simple respuesta de Seiya, abriendo en su totalidad la puerta para entrar. Penemue se levanto por puro instinto al verlo. -Lo vi todo. No tienes que ocultarlo- al escuchar eso, la pelinegra miro hacía otro lado. -Si quieres, podemos hablar de ello-.

-No es tu asunto- respondió a la defensiva.

-No, pero no puedo quedarme quieto mientras alguien sufre, sin importar que tipo de sufrimiento tiene- respondió Seiya. Dio un paso adelante y Penemue uno atrás.

-No lo entenderías- dijo en voz baja. Miro ferozmente a Seiya a la cara. -Déjame sola-.

Seiya bajo la mirada por un segundo, para luego mirarla seriamente. -Tal vez si, tal vez no. Pero no debes contarme nada, solo déjame apoyarte-.

-¿Apoyarme? ¿En serio crees que...?-.

No termino de hablar porque ensancho los ojos al sentir algo cálido rodeándola por completo. Tardo un segundo en darse cuenta que Seiya había acortado la distancia y obligo a su rostro terminara en su pecho, mientras que su otra mano le rodeaba por la espalda, encerrándola en un fuerte y cálido abrazo.

Una vez que las batallas terminaron, Seiya pudo finalmente hablar con su hermana, donde ella le dio un abrazo como este, parecido a cuando lo abrazaba cuando eran niños. Eso hizo que llorara en el pecho de su hermana, liberando todo los sentimientos que se acumularon en su ser de tantas batallas y tanto tiempo que pasaba y no la encontraba, junto con la felicidad de al fin lograrlo.

No sabe que atormenta a Penemue, pero si puede ayudarla a liberar un poco de ese dolor lo hará, él nunca dejará que alguien sufra si puede evitarlo.

Penemue intento liberarse en un inicio, pero rápidamente desistió y dio un gran suspiro. -...¿No tengo que decirte nada?-.

-Si no quieres, no- respondió suavemente Seiya. -Así esta bien...-.

Las manos de Penemue se levantaron vacilantes, para que luego rodearan la espalda de Seiya con mucha fuerza. Ella dio un suspiro sollozante, mientras dejaba que las lágrimas volvieran a caer de sus ojos rojos. Sus alas negras emergieron de su ser, rodeando por completo a ambos en un gran y cálido abrazo que parecía una obra de arte retratada.

Ella se acurruco más en el abrazo, hundiendo su rostro en el pecho del castaño para que él no pudiera ver sus llantos y lo patética que se debía ver. Fue un intento desesperado, ya que ella no pensó que Seiya sentiría como su remera para dormir se humedecía por sus lágrimas, pero a él no le importo.

-Yo también he tenido mis problemas, y he aprendido que llorar sirve para liberar el dolor que uno tiene del corazón, pero llorar en solitario no hará eso- Seiya acarició el cabello de la Caída, que se aferro más a él por el gesto. -En un principio quería irme, pero no podía simplemente dejarte sola, eso iría contra mis principios. Se que nos conocemos de apenas unos días y no se por todas las cosas que has pasado, como alguien que también ha sufrido de perdidas de amigos y enemigos honorables, me gustaría ayudarte. No me importa que no me digas lo que te provoca dolor, solo quiero ayudarte ahora mismo, porque es lo correcto y porque no tienes que tener miedo de apoyarte en mi o en alguien, al final, todos necesitamos un hombro para llorar de vez en cuando-.

El llanto silencioso de Penemue dejo de ser silencioso, sintiendo como su pecho comenzaba a quemarle, pero que no le hacía dolor, sino que la calentaba de una manera que nunca antes había sentido por semejantes palabras. Ella respondió esas palabras abrazando aun más a Seiya con sus alas, haciendo que ambos se quedaran aun más apretados.

-Gracias...-.


(En el Santuario)

Dos soldados rasos estaban de guardia a las afueras del Santuario. La noche estaba tranquila y ellos estaban aburridos, así que para entretenerse conversaban de diversos temas. Jugarían cartas, pero desde que Shiryu de Libra atrapo a dos soldados jugando poker en vez de hacer guardia, les prohibieron las cartas para entretenerse.

-Oye, ¿quién crees que es el Caballero Dorado más poderoso de esta generación?-.

-¿Qué pregunta es esa? Obviamente es Seiya de Sagitario. Es el Asesino de Dioses. Obviamente es el más fuerte-.

-¿En serio? Yo creo que es Ikki de Leo. Él se ha enfrentado a los más poderoso de cada ejercito que Athena a enfrentado y salido victorioso-.

-Escuche por ahí que recibió una paliza de Dragón Marino durante la batalla contra Poseidón, y aunque no fuera verdad, no es lo mismo que derrotar Dioses. Seiya es más fuerte, todos lo saben-.

-Nah, no te lo creo. De seguro gano por suerte o su enemigo bajo la guardia. Los Dioses son bastante arrogantes-.

Sin que los guardias lo notaran, una figura se acerco a ellos entre las sombras.

-¿No saben que hablar mal de los Dioses solo les causara tragedia?- Pregunto la figura.

Uno de los soldados volteo para ver quien hablo, solo para que su cabeza terminara siendo decapitada y cayera al suelo.

-¡¿Qué mierda?!- Exclamo el otro soldado con pánico, viendo a todas partes. -¡¿Dónde estas, cobarde?! ¡Sal y pelea como hombre!-.

-No gracias, prefiero matarte- dijo la figura de pie detrás del soldado, que ni cuenta se dio cuando se puso detrás suyo.

El sonido de la carne siendo cortada se escucho en la noche.


(Con Seiya y Penemue)

-¿Ya te sientes mejor?- Pregunto Seiya cuando la Caída se separo de él y se sentó en la silla donde había llorado sola antes.

-Si...- contesto. -Lamento que vieras un lado patético de mi- se limpio el rastro de lágrimas.

-No es patético llorar, todos ser con sentimientos puede- dijo Seiya.

-Gracias...- dijo la Cadre. Pareció pensar un segundo y... -¿Te gustaría jugar ajedrez?- Chasqueo los dedos y a través de un Círculo Mágico, hizo aparecer un tablero de ajedrez con las piezas en orden.

-Creí que los Ángeles no les gustaba el Ajedrez- comento Seiya.

-Así es, pero con los Caídos es un poco diferente, aunque son pocos los que los juegan, incluido Azazel- explico. -¿Qué te parece?-.

Seiya dudo. Sabía jugar, pero no le interesaba mucho el juego porque lo veía aburrido, y no era bueno.

-No lo se. No soy muy bueno, además que ya es tarde. Son la Una de la noche. Estuvimos dos horas aquí-.

-¿Dos horas?- Penemue pestañeo con ligera sorpresa ante esa información.

¿Tanto había disfrutado el momento, que ni cuenta se dio del tiempo?

-Pero, ¿que más da?- Pregunto la Cadre, esbozando una pequeña sonrisa burlona. -No es tan tarde, ¿o acaso quieres decirme que Athena les da horarios de dormir como a bebes?-.

-¿Qué dijiste?- Exclamo Seiya. Camino a paso duro a la mesa y se sentó en una silla. -¡Como quieras! ¡Te ganaré!-.

Penemue se llevo una mano a la boca para tapar la risa. Este humano será poderoso, pero se comporta como niño... era un bonito rasgo.

-Yo tomaré las blancas- la Cadre empezó el juego y movió su Peón una casilla adelante. -¿Qué?- Pregunto al notar que Seiya la veía fijamente.

-Nada, solo... eres mucho más dulce cuando sonríes- alago el castaño con sinceridad, sin dobles intenciones.

Penemue no pudo evitar bajar la mirada, con un pequeño tinte rojo en sus mejillas.

Seiya se río por la tierna reacción de la pelinegra. Por lo visto, ella era mucho más que una mujer estricta y trabajadora.


(Al día siguiente, en el Santuario)

-¿Supiste? Anoche asesinaron a dos soldados que hacían guardia en la entrada del Santuario. Dicen que los mataron cortándoles las cabezas-.

-Si lo escuche. De hecho, uno de esos tipos era un amigo mío. Nos enlistamos al mismo tiempo en el Santuario-.

Dos soldados rasos hablaban del asesinato de anoche, que era un tema del que se hablaba por todo Rodorio desde que se encontraron los cuerpos decapitados al amanecer.

-No se quien fue el maldito que lo hizo, pero si lo veo lo juro que lo voy a matar con mis propias manos- exclamo el soldado, chocando sus puños.

-¿En verdad?-.

Ambos guardias sobresaltaron al escuchar una tercera voz.

-¡Cuidado!- Grito el segundo soldado a su compañero, pero su advertencia llegó tarde cuando sangre empezó a salir del cuello de su compañero y su cuerpo cayo al suelo con la cabeza rodando. -¡Maldito, ¿quien eres?!-.

La persona que mato al soldado era un hombre adulto de 1,70m de alto. Usaba una armadura tan roja como la sangre que cubría todo su cuerpo y un casco que era como una mascara porque también le cubría el rostro, excepto los ojos y la boca, el casco tenía el diseño de un lobo.

-¿Una armadura? ¡No eres del Santuario! ¡Quién...!-.

El atacante levanto un dedo en señal de silencio. -¡Shh! No hables mucho, va a salir más sangre-.

Una línea se manifestó en el cuello del segundo soldado, cortando su cabeza que cayo al suelo y su sangre salió como geiser de su cuerpo y cayo al suelo.

-Te lo advertí- comento el guerrero de armadura roja. -¡Jejejeje! ¡Qué débiles son! Sus cabezas no pueden quedarse en sus cuellos. ¿Sera que las defensas de Athena son tan ridículas? ¿Dónde están los poderoso Caballeros de Oro?-.

Pero la risa del asesino se interrumpió al sentir un fuerte Cosmos acercarse. Vio como una onda de Cosmos se dirigía a velocidad Mach 3 a él, por lo que salto, esquivando la onda.

-¡¿Pero que es esto?! ¡¿Quién lanzo ese ataque?!- Exclamo el asesino confundido.

Su respuesta vino al escuchar el sonido de la armadura caminar y alzo la mirada, viendo una armadura resplandecer por la luz del sol.

-Disculpa la mala bienvenida, pero aquí no nos gustan los tipos que derraman la sangre de nuestros camaradas. Ríndete y dime quien eres-.

La persona que el de armadura roja roja veía era un Japonés de veintitantos años de cabello castaño rubio. Usaba una armadura de plata de color blanco que cubría casi en su totalidad su cuerpo y tenía picos negros en hombros y rodillas. Usaba un casco blanco que le cubría la cara y también tenía tres picos negros.

-Hum… ¿entonces eres un Caballero de Athena? No pareces ser como los otros débiles que decapite- dijo el hombre. -Por tu armadura, parece que eres un Caballero de Plata. ¿Acaso los poderosos Caballeros de Oro están tan asustados que mandan a sus subordinados?-.

-Los Caballeros Dorados no necesitan perder su tiempo con basuras como tu. Yo basto y sobró- respondió el Santo. -Y aun no has respondido mi pregunta: ¿quién eres?-.

-Si tanto quieres saber, entonces te diré mi nombre antes de enviarte al Inframundo. ¡Soy uno de los Berserkers que integran el Batallón del Fuego Rojo! ¡Soy Arkas de Damarcus!-.

-¡¿Un Berserkers?! ¡¿Qué hace un soldado del ejercito de Ares en territorio de Athena?!- Pregunto El Santo de Plata sorprendido.

-Si quieres saberlo tendrás que enfrentarme, Caballero- dijo el ahora reconocido como Arkas.

-¡Muy bien! ¡Yo, Jabu de Orión, seré tu oponente!-.


N/A: Y hasta aquí el capitulo. La relación de Seiya y Penemue comenzó a avanzar, mientras que en otra parte, una nueva batalla comienza. Arkas es de Ares Chapter y se enfrentara a Jabu, ahora el Santo de Plata de Orión. ¿A que esa no se la esperaban?

Lamento no haber actualizado en tanto tiempo, pero quería avanzar con mi otro fic, y la Universidad también me mantiene ocupado.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.