Capitulo 44


Las cosas nunca podían ser fáciles en la vida de un Santo, o Saintia en su caso, ¿verdad?

Mientras Shoko aun temblaba por el agudo dolor de la técnica de su enemiga, las secuaces de ella aprovecharon su momento de vulnerabilidad para golpearla entre todas. Curiosamente, el dolor de sus golpes ayudo a mitigar algo el dolor de la técnica, haciendo que pudiera incorporarse, esquivando el siguiente puño que iba a su cara, y comenzara a atacar.

Aunque la superaban en número, la habilidad de artista marcial de Shoko era bastante alta. No por nada en cuestión de combate físico, ella podía pelear incluso contra Santos de Oro como Seiya o Shiryu. Rápidamente, comenzó a golpear a sus enemigas y esquivar sus golpes o haciendo que se golpearan entre si al esquivar sus puños y patadas.

Lothis de Lamia veía como sus subordinadas tenían problemas al luchar contra una simple mujerzuela de Plata de Athena. La pelirroja demostraba tener una gran habilidad como guerrera en el combate, y le sorprendía un poco ver que se recupero rápidamente del dolor de su técnica. Luego se encargaría de sus débiles subordinadas, ahora mataría a la pelirroja.

-¡Apártense!- Las mujeres Berserkers se alejaron de un brinco al escuchar el grito de su líder. Cuando Shoko se dio cuenta, Lothis ya estaba frente suyo con una esfera de Cosmos en la mano.

La Sub-Comandante de la Llama lanzo un puñetazo con la esfera de Cosmos. Shoko tuvo un segundo de hacerse a un lado, evitando un rayo de Cosmos de la esfera que, aunque evadió en su mayoría, le rozo el costado izquierdo de su cuerpo que no estaba protegido por la armadura, sacándole un siseo de dolor y dejando esa zona de su piel roja de dolor.

-También es rápida. No hay duda. Su poder es cercano al de un Caballero Dorado- pensó Shoko hincada, llevándose una mano a la zona de su herida reciente, usando un poco de su Cosmos para al menos, mitigar el dolor.

-¡Aguijón Sangriento!- De la punta de las colas de la armadura de Lothis, se dispararon pequeños rayos rojizos.

Shoko vio venir los ataques, pero por la herida, no podría moverse lo suficientemente bien para esquivarlas. Esa reflexión duro un segundos, y cuando los rayos iban a tocarla, una gran esfera rojiza se interpuso, desvaneciendo los rayos antes que tocaran a la Saintia.

-¡¿Qué?!- Lothis se vio sorprendida por esa interferencia. Sintió un gran poder mágico venir del interior de la casa, y tuvo solo un segundo para dar un vistazo a la mansión antes de que tuviera que rodar para esquivar por instinto una esfera rojiza que iba en su dirección, y en su lugar, golpeo a una de sus subordinadas.

La desdichosa subordinada grito de terror al ver su cuerpo hacerse polvo mágico. Primero sus extremidades una por una, hasta que su cuerpo y cabeza se desvanecieron, no dejando ni rastro.

Todas las mujeres giraron sus cabezas a la puerta de la mansión Gremory, donde una Venelana con una energía mágica de tono negro y purpuras rodeando su cuerpo caminaba hasta posarse detrás de Shoko. Tenía el brazo extendido, indicando que fue ella la que lanzo aquel ataque.

-¿Venelana-san? ¿Qué hace aquí? ¡Le dije a usted y a Rias que salieran de la mansión!- Grito Shoko. No quería ofender a la mujer mayor, pero estos eran enemigos que estaban fuera del alcance de poder de los Demonios.

Venelana miro a Shoko y le sonrió cálidamente. -Si la escuche, y ya le ordene a Grayfia sacar a Rias y a Milicas de la mansión y protegerlos, aunque esa niña se hizo la difícil. Su orgullo a veces saca lo peor de ella y se la tuvo que llevar arrastras por su Torre, a diferencia de mi lindo y obediente nieto que sabe escuchar a los adultos-.

-¿Y porque sigue aquí?-.

-Soy la señora de esta mansión. Sería una descortesía no atender a estos indeseados invitados como corresponde-.

-¿Atendernos como corresponde? ¿Qué se cree esa vieja?- Comento una de las Berserkers ofendida por las palabras de Venelana.

La ceja de Venelana tembló al oír ese comentario.

-¡Te enseñaremos quienes somos, vieja!- Dos Berserkers se lanzaron contra Venelana con sus Cosmos encendido.

-Ara, ara~. Lindas chicas, pero que pena que tengan una actitud tan poco refinadas-.

Los puños de las Berserker chocaron contra varias capas de Círculos Mágicos defensivos, que para sorpresa de ellas, lograron soportar sus puños aun cuando destruyeron algunas capas.

-Es hora del castigo- Venelana levanto sus dos brazos hacía sus enemigas, generando dos esferas de lo que Shoko reconoció como el Poder de la Destrucción de Rias, pero diferente en forma.

Las Berserkers intentaron alejarse, pero fueron un segundo más lentas que la matriarca Gremory. Ambas guerreras fueron tocadas por esas esferas, que aumentaron su tamaño, atrapándolas en su interior. En poco segundos, las dos tuvieron el mismo destino que su primera camarada: muriendo hasta no quedar nada de ellas.

-Ese es el poder de Destrucción de Rias. ¿Lo heredo de usted?- Le pregunto Shoko.

-Antes de casarme con Zeoticus, yo era miembro de la familia Bael, la Familia del Gran Rey, cuyo orgullo es el Poder de la Destrucción que se hereda de la sangre desde el primer Bael a sus descendientes. Rias y Sirzechs heredaron ese poder, junto con los rasgos y control de magia de la sangre Gremory de mi esposo- explico Venelana con calma, como si explicara como usar un dispositivo. -De hecho, yo era conocida como la Reina más fuerte antes de Grayfia, hasta que me retire de las batallas cuando di a luz a Sirzechs-.

-Poder de la Destrucción... si, creo que me hablaron de eso. No le preste atención por ser un poder que usa un Demonio débil, pero parece que si es de tomar atención cuando lo usa alguien con experiencia- dijo Lothis, viendo a Venelana.

-Gracias por el cumplido-.

-No era un cumplido, anciana-.

-Parece que todas las mujeres Berserkers no tienen refinamiento. Pobre chica, así no podrás conseguirte un buen hombre-.

-Conseguirse un hombre es fácil, tan solo le muestras un poco de tetas y te seguirán como estúpidos. el Escuadrón de la Llama no necesita de hombres, esta compuesto por completo de mujeres orgullosas de nuestra fuerza. El único hombre digno de nuestro respeto es nuestro Dios Ares-.

Por cada palabra que se daban, el aura de Venelana y Lothis aumentaba de intensidad. Aunque el poder Mágico que irradiaba la Demonio era mucho más grande de lo que alguien se esperaría que tuviera una mujer de apariencia amable, su poder y tamaño no podían compararse al de una guerrera de nivel Dorado.

Shoko, ya un poco más recuperada, se puso de pie y dio un paso adelante. -Quédese atrás por favor, Venelana-san. Yo me encargaré de esta enemiga, usted encárguese del resto de enemigos para que no interfieran-.

Venelana vio a Shoko como si le hubiera crecido otra cabeza. -¿Pero no deberíamos enfrentarla juntas? Habrá más oportunidad de ganar si nos unimos-.

-Rias nunca me perdonaría si a usted le pasara algo, además...- el Cosmos de Shoko la rodeo por completo, elevándola lo más alto que podía. -¡Los Caballeros también tenemos nuestro orgullo! ¡Y es enfrentar a nuestro enemigo en un 1 vs 1, y en tanto no haya sido derrotada, no puedo dejar que interfiera!-.

Venelana abrió los ojos impresionada de la fuerza que estaba mostrando Shoko y el aura que su Cosmos irradiaba... y contra de su mejor juicio, decidió aceptar.

-Muy bien, te ayudaré a quitarte a las otras señoritas, pero no dudes que intervendré si pasa algo- Venelana camino lejos de Shoko para que ambas tuvieran espacio para luchar.

-Eres una tonta- dijo Lothis, mientras las subordinadas que le quedaban también se alejaban de su líder para encargarse de la matriarca Gremory. -Poner tu orgullo hará que mueras más rápido, aunque al final no cambia nada; las mataré a ambas. Eso debería ser suficiente para complacer a ese tipo-.

Aunque Shoko tenía muchas preguntas que hacer, no debía perder la concentración. Debía usar cada fibra de su Cosmos si quería una oportunidad de ganar.

Y el combate volvió a reanudarse con un choque de puños.


(En el Santuario)

Desconocidos para todos lo que estaba pasando con una de sus líderes de orden, el Patriarca estaba revisando unos documentos con referente a su alianza con las Tres Facciones. Dentro de una semana, sería la fiesta donde no solo se decidirían quienes se enfrentarán en los Rating Game de los jóvenes Demonios, sino que lo más importante, es que es una reunión diplomática donde el mismo Dios Odín, o su representante, estará presente. Esa reunión será una vital para la alianza, porque podría establecer otra alianza con un Panteón entero, así que todo debía salir bien.

Nicole iría a la reunión en representación del Santuario. Con la amenaza de Ares, era muy peligroso para Athena dejar el Santuario, así que él iría en su lugar. Ahora estaba decidiendo a quien llevaría como escolta. Decidió que llevaría a tres Caballeros como sus guardaespaldas, y al menos uno debe ser un Caballero Dorado. El problema sería decidir a los otros dos.

Pensaba en traer a Seiya de vuelta al Santuario para llevarse a otro Dorado y tomara el turno de Seiya para pasar tiempo con los Demonios, así aun mantendrían a siete Dorados protegiendo las Doce Casas, y como no se llevaría otro, por descarte la opción sería un Caballero de Plata o Bronce, preferiblemente la primera opción.

Primero tenía que pensar a cual Dorado llevaría. La opción para él fue fácil: Shun y él siempre se han llevado bien, además que la amabilidad y confianza de Virgo eran tan honestas y claras de ver que lo hacían el mejor candidato para reuniones donde el propósito era agradarle a todos.

Ahora la pregunta sería sobre que Plateados llevar. Su primera opción sería Shaina, ella es la Amazona y Santo de Plata de mayor rango entre los plateados, pero el problema es que ella tiene una actitud cortante, cerca de lo grosero, así que no es una buena opción. En su lugar, podría llevar a una de las Saintias de Athena.

Y si llevaría a una Saintia, lo adecuado sería llevar a un Santo masculino también. El problema es que la mayoría funcionaba como tutores de aprendices, tenían algún aprendiz en especifico, o estaba ocupado en misiones afuera.

Entre la lista de posibles opciones, encontró uno que le llamo su atención.

Si... este podría servir.


(En el Inframundo)

-¡Meteoros de Equuleus!-.

Shoko lanzo sus meteoros a velocidad Mach 5, pero Lothis esquivo los meteoros o los bloqueaba con sus manos rodeadas de su Cosmos. Estaba claro que antes Lothis jugaba con ella, pero ahora estaba peleando en serio.

Lothis ataco en forma de una esfera de Cosmos que destrozaba el suelo por el que avanzaba. Shoko salto, esquivando la esfera, que se impacto con la Mansión Gremory y exploto, destruyendo toda la entrada y haciendo un gran agujero que se veía el interior de la casa.

Si Venelana estaba molesta, no lo demostró, aunque si estaba humillando a las Berserkers al esquivar sus ataques y lanzar esferas de Destrucción que sus enemigas apenas esquivaban. La madre de Sirzechs y Rias estaba dejando claro que no era ninguna debilucha aun si esta retirada de los combates.

-¡Aguijón Sangriento!-.

-¡Meteoros de Equuleus!-.

Ambas técnicas se interceptaron en el aire, anulándose entre si. Aunque Lothis era en nivel cósmico superior a ella, ha visto su técnica dos veces, así que ya es capaz de predecir la trayectoria de los diminutos rayos y lanzar sus meteoros como respuesta para que no la tocaran.

-¡Ejercito Sangriento!- Surgiendo una neblina mirada, cientos de copias de Lothis aparecieron frente a Shoko y Venelana, cubriendo a la Lothis verdadera y a sus subordinadas.

-Otra vez esta técnica...- se quejo Shoko entre dientes.

-Permíteme- Venelana dio un paso adelante. Aura de Destrucción rodeo todo su brazo derecho, y haciendo un movimiento horizontal con el brazo como si fuera una espada cortando, lanzo un corte mágico que tenía Poder de la Destrucción. El corte avanzó rápidamente, deshaciendo todas las falsas Lothis, hasta que la verdadera y sus seguidoras saltaron para esquivar el ataque. -Ahí están-.

Shoko salto hacía la Lothis verdadera, quien al verla acercarse, arrugo de furia su bello rostro y lanzo un ataque de Cosmos que Shoko no pudo esquivar en el aire, siendo golpeada y estrellándose violentamente contra el suelo.

-¡Shoko!- Venelana corrió hacía la Saintia, quien se incorporaba con su cuerpo temblando un poco de dolor. Su armadura se agrieto un poco en la zona del pectoral. -¿Puedes seguir?-.

-Por supuesto. Esto no es nada- respondió determinada la pelirroja, ya de pie.

Lothis aterrizo de pie, con dos de sus guerreras, siendo las únicas que quedaban todavía.

-¿Por que no podemos matar a una perra pelirroja y a una anciana con pechos de vaca?- Exclamo Lothis, irritada por las dificultades que estaba enfrentando en su misión. Si no terminaba pronto su misión, sería el hazmerreir de todo el ejercito por tardar en una misión sencilla como matar a una chiquilla Demonio.

-Lo intentamos, mi lady... pero son mucho más fuertes de lo esperado- contesto una de las Berserkers de la Llama.

-¡No me contestes!- Lothis le dio una cachetada a esa sirvienta, y también le daño con las uñas, porque dejo una marca como de garra en la mejilla que comenzó a sangrar.

-Lo... lo lamento tanto-.

Estaba tan furiosa y distraída, que Shoko aprovecho para encender al máximo su Cosmos. Cuando Lothis sintió el Cosmos de su enemiga elevarse, Shoko ya estaba corriendo hacía ella.

-¡Caza Fugas de Águila!- Shoko cubrió todo su cuerpo con una capa de Cosmos mientras avanzaba.

Su puño golpeo el estomago de Lothis y fue empujada a medida que Shoko seguía avanzando con su puño incrustado en el cuerpo de su enemiga, hasta que la Berserker planto firmemente sus pies contra el suelo, destrozándolo a medida que era arrastrada, hasta que detuvo el avance de Águila cuando casi llegaron a la entrada de los terrenos de la mansión.

-Ahora lo hiciste...- siseo Lothis con un tono amenazante. -¡Ahora morirás!- Su Cosmos escarlata exploto violentamente, destrozando el suelo debajo suyo, haciendo flotar pequeñas rocas que se destruían por su poder.

-¡Aléjate de ahí, Shoko!- Grito Venelana viendo el peligro.

La Saintia intento alejarse, pero Lothis envolvió el brazo con el que golpeo con las colas de su armadura, impidiendo su retroceso.

-¡Muere, perra! ¡Furia de Lamia!- Lothis libero su técnica como un poderoso estallido de Cosmos. A su espalda, la figura de la Lamia Griega se mostro al momento de lanzar la técnica.

Shoko recibió de lleno y de muy cerca la técnica. Ni siquiera pudo gritar de dolor al recibir todo el poder. Fue lanzada hacía atrás por el suelo, desgarrándolo con su cuerpo. Su armadura fue casi destruida: su tiara y hombrera fueron destruidas completamente, mientras que el resto de la armadura quedo con fisuras muy graves. Shoko se arrastro por el suelo hasta pasar a las Berserkers, quedando en medio, boca arriba entre ellas y Venelana.

La castaña lanzo una gran esfera de destrucción contra las Berserkers, quienes la esquivaron. El suelo en donde estaban se evaporo. Venelana corrió hacía el cuerpo de Shoko y la tomo en brazos.

-¡Oye, resiste! ¡No te mueras!- Empezó a suplicar la castaña, sacudiendo un poco el cuerpo de Shoko para que reaccionara.

Shoko aspiro aire, demostrando que seguía viva, pero muy herida. Venelana podía sentir la sangre de Shoko manchar su vestido y guantes mientras la sostenía.

-Hay que retirarnos- murmuro Venelana, más para si misma. Podía acabar con las otras dos, pero no sabía que tan bien le iría contra Lothis y no quería averiguarlo. -Necesito refuerzos y...-.

Al pensar eso, se dio cuenta de algo... nadie había venido.

Estaba más que claro que estas personas habían matado a los guardias que custodiaban la mansión, pero la energía y choque de poderes que habían usado debieron llamar la atención de los Demonios en las demás partes del territorio Gremory como mínimo. El que nadie haya siquiera acercado a ver que pasaba indicaba una sola cosa.


-Estamos atrapados-.

Grayfia, liderando el grupo de escape para sacar a Rias, Milicas y Koneko, que también consistía en Maids y mayordomos de la mansión, veía al frente suyo una gran barrera mágica que tapaba la salida del pasadizo secreto de la mansión Gremory para momentos de huir.

-¿Cómo es posible? Nadie debería saber de este lugar, excepto los miembros del Clan- exclamo Rias confundida.

Rias estaba en una mezcla de emociones. Se había negado a huir como una cobarde al darse cuenta del ataque a su casa. Quería quedarse a luchar, pero su madre y Grayfia la convencieron casi a la fuerza de retirarse con su sobrino y su Torre, mientras su Madre iba ayudar a su profesora.

-No creo que sepan de este escondite. Parece más bien que colocaron una barrera alrededor del territorio de la mansión, incluso debajo de la tierra para impedir el escape- teorizo Grayfia. -Tuvieron también en consideración rutas de escape bajo tierra, no estamos lidiando con cualquier persona-.

-¡Entonces volvamos y ayudemos a derrotar al enemigo! ¡Seguramente con eso la barrera desaparecerá!- Exclamo Rias.

Grayfia negó con la cabeza. -Eso es arriesgado. El enemigo vino a la mansión, un movimiento muy hozado. Seguramente son miembros de la Brigada del Khaos que quieren asesinarla, señorita Rias, ya que usted se esta convirtiendo en una figura importante para los Demonios al ser parte del grupo de jóvenes Demonios con relaciones con los líderes de las Facciones, así que no puedo permitir que se acerque al peligro-.

-¡Pero estoy entrenando! ¡Mis habilidades han mejorado mucho en todo este tiempo!-.

-Contra este tipo de enemigos detallistas, es arriesgado. Venelama-sama me ordeno mantenerla a salvo, y su palabra esta por encima de la suya, Rias-sama, así que cumpliré mi deber-.

El tono de Grayfia no dejaba protestas, y empezó a ordenar a algunos mayordomos y Maids a intentar romper la barrera. Aunque sean sirvientes, todos los sirvientes del Clan Gremory están entrenados para momentos como estos.

Rias gruño de frustración, por primera vez quería gritarle a Grayfia por lo estoica que era, ¿por que no podía entenderla?

Sintió que alguien jalaba de su falda, y vio a Koneko, que estaba cerca de Milicas, calmando al pequeño niño con su presencia. Milicas puede ser el hijo de Sirzechs y tener mucho potencial, pero sigue siendo un niño de 10 años, y esta es la primera vez que esta en riesgo.

Pero su atención se fijo en Sierva. -¿Qué sucede, Koneko?-.

-Presidenta, se que quiere ayudar a su madre y a Shoko-sensei, pero creo que lo mejor es hacer caso a Grayfia-san y no ser un obstáculo para ella- dijo Koneko con lógica.

-¿Tu también, Koneko?-.

-Estoy segura que Grayfia-san quiere ayudar tanto o más que la Presidenta, pero se preocupa por su bienestar y el de Milicas-.

Rias abrió como platos sus ojos y fijo su atención en la Maid principal. Su rostro siempre estoico estaba más serio y los rasgos más duros de lo normal. Nadie podría notarlo a simple vista, pero ella, que conoce a Grayfia de años y es como su hermana mayor, puede notar esos detalles. También nota que en todo momento, sus puños han estado cerrados.

Lo que Koneko decía era verdad; Grayfia también quería ir ayudar a Shoko y su Madre, pero esta dejando de lado ese deseo para asegurar su seguridad y la de Milicas. Su propia alteración le impidió notarlo, pero Koneko, siempre calmada aun en las situaciones más peligrosas, pudo notarlo.

Debía calmarse. Cuando las cosas no salen como lo planea o la situación la supera, se altera rápidamente, ese ha sido un defecto suyo que varios se lo han hecho notar y trata de mejorar. Esta situación era igual, aun si no podía ayudar en combate, había otras formas en que podía aportar.

-Gracias, Koneko- le dijo a la nekomata y se acerco a Grayfia. -Grayfia, déjame ver la barrera. He estado estudiando recientemente sobre barreras mágicas, y tal vez pueda ayudar-.

Grayfia noto como Rias se veía menos alterada que hace unos segundos, así que asintió. -Bien, te ayudaré-.


(En la pelea)

-Aun... puedo...- Shoko intentaba levantarse pese a sus heridas, pero Venelana se lo impidió.

-¡No te levantes! ¡Tienes heridas serias!-.

-No puedo creerlo...- Lothis veía asombrada como, a pesar de recibir su técnica a quemarropa, Shoko seguía viva. -¿Su armadura la protegió? Es la única razón que encuentro para que haya sobrevivido a mi ataque más poderoso- miro a las dos siervas que le quedaban. -¿Qué esperan? ¡Mátenlas!-.

-¡Si!- Gritaron las dos y se lanzaron contra ambas.

Venelana, al verlas venir, elevo su aura mágica, sujetando a Shoko en sus brazos, y desplegando sus alas, se elevo al aire para evadir a sus enemigas.

Pero antes que se elevara lo suficiente, Lothis apareció repentinamente frente a ella. Le dio una patada en el rostro que estrello a Venelana contra el suelo y Shoko cayo al pasto del territorio.

Venelana se puso de pie rápidamente y fijo su vista a Lothis que aterrizaba, pero su atención no pudo mantenerse mucho en ella, ya que las dos Berserkers la patearon al mismo tiempo. La castaña apenas tuvo tiempo de levantar los brazos para protegerse antes de ser lanzada hacía el interior de su propia mansión por el impacto.

Las dos Berserkers la siguieron para matarla, mientras Lothis caminaba sin prisa hacía Shoko.

-Es hora de rematarte, perra-.

Pero detuvo su avance abruptamente al ver como Shoko, con esfuerzo, votando sudor y sangre de sus heridas, se ponía de pie, apoyada de sus dos pies. Su cuerpo estaba herido y exigiendo descanso, pero en sus ojos aun estaba encendido la llama de luchar.

-Aun no he escuchado la campana...- dijo Shoko, levantando sus puños en guardia.

Lothis cerró sus puños, enterrando sus uñas en el metal del protector de manos de su armadura. La insistencia y osadía de su enemiga ya le colmo la paciencia. Había querido ser generosa y darle una muerte rápida por haberla entretenido en un combate, pero cambio de idea.

-Como veo que eres demasiado testaruda de morir, te acabaré lentamente. ¡Empezaré quitándote todos tus sentidos, uno por uno!-.

Moviéndose a tal velocidad que parecía teletransportarse, se puso frente a Shoko, con su Cosmos carmesí rodeándola y el puño levantado.

-¡Primero el Sentido del Gusto!-.

Shoko recibió un golpe en su estomago, e inmediatamente después, no pudo ni sentir la saliva o la sangre en su boca.

-¡Después la Vista!-.

Todo se hizo oscuro para Shoko tras recibir un impacto en su frente.

-¡El Olfato!-.

Después del golpe en su mandíbula que la levanto unos centímetros del suelo, le costo mucho más respirar.

-¡El Oído!-.

Tras recibir un golpe en su mejilla, todo sonido dejo de ser escuchado por la pelirroja.

-¡Y por último, el Tacto!-.

Tras recibir un golpe en el rostro que la mando hasta las escaleras iniciales de la mansión, Shoko ya no pudo sentir nada por su piel.

Ahora que perdió los Cinco Sentidos, Shoko no podía sentir nada, ni la más mínima caricia del aire ni ver el cielo del Inframundo, o escuchar los destrozos que ocurrían en el interior de la mansión. Aunque seguía viva, ahora era más un cadáver viviente.

-Hora de terminar con esto- Lothis se acerco amenazantemente a Shoko, la punta de las colas de su armadura se levantaban para dar el golpe de gracia.

Pero antes que la rematara, una explosión de magia desde el interior de la mansión destruyo otro muro desde el interior. Lothis tuvo un segundo de ver como sus dos soldados salían volando por la explosión antes que se evaporaran, sin dejar nada.

Del agujero que dejo la explosión, salía Venelana, con algunos rasguños en su bello rostro, así como su vestido estaba un poco sucio, pero nada importaba con el aura de poder Demoniaco rodeándola y elevándose al aire amenazadoramente.

Venelana vio a Shoko en el suelo, y a Lothis encima de ella.

-Te voy a matar-.

Su tono de voz era sombrío y amenazante, todo lo opuesto a como era ella normalmente: una mujer adulta alegre y hasta bromista. Ese lado tan serio de ella solo era conocido por unos pocos amigos, ya que los enemigos que veían ese lado no sobrevivían para contarlo.

Lothis sonrió sádicamente. -Inténtalo, anciana-.


En su subconsciente, Shoko no podía sentir nada, solo la absoluta oscuridad rodeándola.

-La luz... la luz que hay en mi interior...- esa luz ya no brillaba. -Acaso... ¿voy a morir?-.

La luz ya no estaba, ella estaba rodeada de oscuridad, los sonidos, los aromas... cada uno de sus sentidos se esfumaron.

Pero cuando ya parecía que se iba a rendir y dejarse consumir por esa oscuridad... una pequeña luz floto a su alrededor, hasta ponerse frente suyo, y meterse al interior de su pecho.

-Esta sensación... esta más allá de los Cinco Sentidos- Shoko podía sentir algo más grande emerger de ella, algo cálido, algo de luz.

Aquella luz se hizo más intensa, y en su mente, la luz tomo la forma de un glorioso Pegaso brillando.

-Es cierto... Seiya nunca se ha rendido, aun si le quitan los Cinco Sentidos, él se levantaría para luchar-.

Shoko podía sentir algo que su Cosmos se elevaba cada vez más, elevándose como un geiser a punto de explotar.

Cuando un Santo pierde un sentido, su percepción del Cosmos aumenta. Cuando un Caballero pierde los Cinco Sentidos, o esta en el borde de la vida y la muerte, es cuando esta más a su alcance el mayor sentido de todos, el Cosmos principal.

-Y por eso... ¡yo tampoco me rendiré! ¡Se lo prometí a mi hermana, y a mi misma!-.

Y la luz volvió.


El combate entre Venelana y Lothis duro dos minutos. Dos minutos más de lo que la Sub-comandante de la Llama espero que durara.

Pero el resultado fue el esperado: ella victoriosa y su enemiga humillada.

Lothis tenía levantada a Venelana del cuello con una mano. La Bael, ahora Gremory, tenía heridas por su cuerpo, su vestido estaba rasgado en varias partes y un hilo de sangre caía por su mandíbula.

Venelana había creído que podría contra esta enemiga, al menos forzar retirarla. Fue muy ingenua. El poder de ella era mucho mayor del esperado.

-¿Tanta es la diferencia entre los Demonios y quienes dominan el Cosmos? Es muy aterrador-.

-Nada mal, anciana, diste una pelea decente, pero llegó la hora de morir. No te preocupes, tu hija te seguirá dentro de poco-.

Lothis comenzó a apretar con fuerza su mano que estaba alrededor del cuello de Venelana, ahorcándola.

Pero antes que pudiera acabarla, por el rabillo del ojo vio algo... hasta que ese algo estallo como una intensa luz.

-¿Qué...?- Soltó a la Demonio y se tapo el rostro con los brazos, viendo una intensa luz crecer a cada segundo. -¿Qué es esa luz?-.

(Saint Seiya Omega OST- Pegasus no Youni)

Entre la luz, Lothis y Venelana vieron a Shoko, herida y magullada, pero de pie y con fuerzas. La llama en sus ojos era más fuerte que nunca, además que estos brillaban de vida y sus heridas habían cerrado.

-¿Recupero los sentidos? Imposible, y este Cosmos que aumenta...- una posibilidad le llegó a Lothis al ver a su enemiga. -¿Despertó el Séptimo Sentido?-.

Venelana estaba sin palabras al ver a Shoko emanar esa intensa luz. Como Demonio, aborrecía y rechazaba cualquier poder relacionado a la luz, incluyendo a la Energía Sagrada, ya que era dañina para su especie.

Pero la luz que emite Shoko es demasiado pura, demasiado hermosa, que la dejo cautivada y sin palabras.

-No importa cuantas veces caiga, me levantaré las veces que sean necesarias. Alguien importante me enseño eso, ¡y nunca lo olvidaré!- Declaro Shoko. -¡Y con esta luz, voy a pelear! ¡Junto a Seiya y Saori-san!-.

Con su Cosmos en el punto del Séptimo Sentido, Shoko cerró sus puños, elevando el poder del universo en su interior al infinito.

-¡Cometa de Equuleus!-.

Concentrando toda la luz y su poder en un solo ataque, disparo el cometa de Cosmos de un tamaño dos veces mayor al de ella.

-¡Furia de Lamia!- Lothis contraataco con su propia técnica más poderosa. No se dejaría perder de esa manera.

Ambas técnicas chocaron, creando temblores por todo el territorio de la mansión. Lothis vio como su técnica empezaba a ceder, pero no porque ella se hiciera débil, sino porque el ataque de su enemiga se hacía más y más fuerte al suyo, acercándose rápidamente a ella.

El Cometa supero por completo a la Furia de Lamia, y aunque Lothis intento detenerlo con sus manos, la técnica la consumió por completo, elevándose al aire con ella. Lothis gritaba de dolor mientras su cuerpo se hacía polvo ante la presión, el calor y el poder de la técnica de Shoko.

Cuando se elevo al cielo, destruyo la barrera invisible que se había instalado alrededor de la mansión, permitiendo a todos los que estaban afuera sentir el enorme poder que se libero por el ataque, y el poder de Shoko.

(...)

(Fin OST)

-¿Qué fueron esos temblores?- Pregunto Milicas cuando los temblores que surgieron de repente cesaron.

-Parece que la batalla afuera termino- dijo Grayfia. -Quédense aquí y protejan a Rias-sama y Milicas-sama, yo iré a revisar al exterior- le ordeno al resto de mayordomos y Maids, quienes asintieron a la orden mientras ella comenzaba a correr.

(…)

Shoko estaba de pie, con su puño aun extendido tras lanzar su ataque. Respiraba cansadamente. Su último ataque se llevo todas sus fuerzas. Cayo desplomada, pero Venelana alcanzo a tomarla en brazos, evitando que cayera al suelo.

-Lo hiciste bien, Shoko- elogió la mujer mayor con una sonrisa. -Tu luz fue preciosa-.


(Más tarde)

Tras sentir las energías, Zeoticus, Sirzechs, Seiya, Azazel y Penemue llegaron a la mansión Gremory, encontrando los cadáveres de los guardias y la mansión destruida, con una Venelana con el vestido ensangrentado y a una Shoko herida y exhausta.

Venelana les explico todo lo que sucedió, y tras terminar, Sirzechs no perdió el tiempo ni escatimo en recursos en tratar de averiguar de como guerreros de Ares entraron al territorio de su familia sin que nadie se diera cuenta. Atacaron a su familia, y si no fuera por Shoko, hubieran muerto, así que estaba tomando esto personal.

Azazel interrumpió el entrenamiento de Asia para traerla y curar las heridas de Shoko. Cuando la ex-monja supo lo que sucedió, no tardo en llegar y empezar a curar a su Sensei con su Sacred Gear.

Los adultos mencionados, más Rias, estaban en lo que quedaba de la sala de estar en la mansión. Koneko se había quedado con Asia y Milicas estaba con Grayfia.

-¿Segura que estas bien, querida? La sangre que tienes me asusta- dijo Zeoticus preocupado por su esposa, viendo la sangre en sus guantes y vestido.

-Aparte de algunos golpes y dolores, estoy bien. Esta sangre es mayormente de Shoko, ella hizo casi todo el trabajo- dijo Venelana, aunque sus palabras no calmaron del todo a su esposo, y sabía que no estaría calmado hasta que la revisara un doctor.

-Aunque me sorprende la forma en que describiste como se levanto con esas heridas. Es muy difícil que alguien se levante y obtenga todo ese poder de repente, por no decir imposible- comento Penemue, cruzada de brazos.

-Para un Caballero, no lo es- dijo Seiya, ganándose la atención de todos. -Aparte de los Cinco Sentidos, más el presentimiento, que sería un sexto, para los que usan el Cosmos, existe un Séptimo Sentido, es el sentido principal para nosotros, lo que nos permite una comprensión del universo en nuestro interior. Todos los Caballeros Dorados tienen despertado y dominan el Séptimo Sentido, y no es fácil despertarlo, se tiene que estar al borde de la vida y la muerte para tener una oportunidad de alcanzarlo... y Shoko lo logro-.

Aunque Seiya no dejaba de ver a Shoko, que estaba acostada en una camilla en el suelo siendo curada por Asia, no pudo ocultar el orgullo en su tono ni la sonrisa al explicar todo.

-Y me perdí ese momento. Demonios, hubiera sido algo que sin duda me hubiera encantado de ver- suspiro decepcionado Azazel, rascándose la cabeza.

Sirzechs, que se había retirado para hablar a través de un Círculo Mágico, se acerco al grupo. -Acabo de llamar a Ajuka, él vendrá con un equipo a investigar como los Berserkers lograron infiltrarse. Por ahora, recomiendo dejar el territorio Gremory para más seguridad- miro a sus padres. -Pueden venir a mi mansión hasta terminada la investigación y los daños sean reparados- miro a los Ángeles Caídos y a Seiya. -Lo mismo para ustedes-.

-No gracias. Lo mejor será que nos quedemos en el territorio del Clan Sitri. Si vinieron a atacar a Rias, hay una alta posibilidad de que vayan tras Sona, así podemos mantenerla segura y supervisar de mejor manera el entrenamiento de su clan- rechazo Seiya la propuesta.

-¿Y tu, Rias?- Sirzechs miro a su hermana menor.

-Tu mansión esta en la capital demoniaca, que esta lejos de aquí, hermano, así que creo que también me quedaré en territorio de Sona hasta que el entrenamiento termine. Tengo que avisarle al resto de mi nobleza lo que paso-.

-Yo le avisaré a Tannin para que le diga a Issei- dijo Azazel.

-Me voy a contactar de inmediato con el Santuario para informar de esto- dijo Seiya. Se separo del grupo y camino hasta donde Asia curaba a Shoko. -¿Cómo esta?- Pregunto, hincándose para ver a la pelirroja más de cerca.

-Ya cure las heridas más graves, pero no se si despertará- informo Asia, haciendo su mejor esfuerzo.

-Gracias por venir, Asia-.

-No tiene que agradecer, Sensei, es por esto que estoy entrenando, para ayudar a todos cuando estén heridos-.

-Eres una buena chica, Asia-.

Con cuidado, Seiya tomo a Shoko en brazos, levantándola al estilo nupcial.

-Me adelantaré al territorio Sitri para que Shoko pueda descansar y contactar rápidamente al Santuario- el semblante de Seiya era bastante serio desde que llegó.

Y sin esperar respuesta, se elevo al aire en un destello dorado.

-Que impaciente- suspiro Azazel. -Aunque no se le puede culpar en este caso-.

-Lo seguiré- dijo Penemue, extendiendo sus alas. Tendría que tomar el tren Demoniaco para llegar al territorio Sitri, así que volaría hasta la estación.

Cuando se fueron, Sirzechs llamo a unos hombres para escoltar a sus padres a un Círculo Mágico para su mansión.

Mientras eran guiados, Zeoticus no soltó en ningún momento la mano de su esposa, y vio como ella abrió los labios para hablar.

-:Fue maravillosa-.

-¿Eh?-.

-Me refiero a Shoko- dijo Venelana. -Ella nunca se rindió, siguió luchando y levantándose hasta que gano, y la luz que emitió al levantarse... fue sublime. Ojala la hubieras visto, Zeoticus, a pesar de todo, fue hermoso de ver-.

El patriarca Gremory aparto la mirada. -Aun no hay nada seguro. Las pruebas con muestras tan poca no han arrojado nada, y puede que todo sea producto de nuestra imaginación-.

-Pues ahora tenemos una muestra de sangre, como querías- Venelana señalo su vestido y los guantes ensangrentados.

La mirada de Zeoticus se ensombreció. -...No es de esta forma que quería una muestra-.

-No, pero debemos aprovechar para salir de la duda ahora que podemos-.

Mientras la pareja de esposos hablaban, Sirzechs noto como su hermana tenía la mirada agacha y estaba inusualmente silenciosa.

-¿Qué sucede, Rias?- Sabía que era una pregunta estúpida, pero tenía que hacerla, ya que su hermana se atormentaba con algo más que este ataque.

-Es que...- Rias miro a su mansión dañada. -Shoko-san se esforzó y daño tanto por mi, ¿y yo que hice? Corrí como una cobarde, no defendí mi hogar como debía, yo...-.

-No había nada que pudieras hacer- Sirzechs corto a su hermana. -Estos enemigos te superaban totalmente, incluso Mama casi muere al enfrentarlos. Ellos querían tu vida y era el deber de Grayfia y el resto de sirvientes protegerla. Shoko conocía a los enemigos que enfrentaba, no había nadie mejor que ella para esto-.

-¿Pero que pasara si algo vuelve a pasar, y Shoko-san o Seiya-sensei no estén esa vez? Quiero hacerme más fuerte para no depender de otros, para que me valoren por mi misma, pero...- no termino, pero se entendía lo que quería decir.

-Rias, eres fuerte para tu edad, pero aun eres joven, tienes un largo camino por delante. Ten en mente que el mundo es grande, y siempre habrá gente que será más fuerte que tu. Yo lo se bien, aun con todo mi poder, hay gente más poderosa que yo, puede que incluso los Caballeros de Athena sean más fuertes que todos los Maou juntos, pero aun así confiamos en ellos porque han demostrado intenciones puras de ser nuestros aliados. Entiendo tu frustración por no poder ser de utilidad, pero habrá momentos en que no podrás hacer nada aun cuando quieras, y momentos en los que tendrás que tomar el mando. Tu te haces fuerte para esos momentos. A mi manera de verlo, no hay nada de malo en confiar en tus amigos para las luchas-.

Tras dar ese mini discurso, Sirzechs se acerco al grupo de Demonios que vinieron con él para ver lo que hallaron. Rias quedo de pie en su lugar, ignorando el llamado de Asia y Koneko, las palabras de su hermano resonando cada una por su cabeza.


Media hora después, Seiya llegó al territorio Sitri, donde le informo a Sona y sus padres de todo lo que paso. Después de obtener su permiso para dejar descansar a Shoko en una de las habitaciones, camino por los pasillos. Los pasos de su armadura resonaban por el pasillo extrañamente vacío y los mechones de su cabello cubrían sus ojos.

Penemue vio las alas de la armadura de Seiya y se acerco por detrás. -Seiya, como esta...-.

No pudo formular su pregunta, cuando de repente, Seiya estrello su puño con el muro más cercano, formando un gran cráter del tamaño de su cabeza. Desde su ángulo, la Caído pudo ver el puño de Seiya temblar, no de dolor, sino de... rabia.

-De nada sirve enojarte-.

-Esos sujetos esperaron a que me fuera para atacar. Shoko casi muere por mi negligencia- murmuro entre dientes con imponencia en su voz. -Si hubiera estado más atento a una amenaza alrededor, si no me hubiera ido...-.

-Nos engañaron a todos. Ni Azazel ni yo los sentimos, estaban preparados. El "si hubiera..." no existe. Lo que paso, ya paso, y agradece que Shoko siga viva- dijo Penemue, acercándose a Seiya y colocando una mano sobre su hombro. -Ella es muy fuerte, deberías saberlo-.

Claro que lo sabía, pero eso no mitigaba la furia que sentía. La sola idea de que Shoko hubiera muerto estando él y no saberlo hasta encontrarla muerta era aterradora. No había sentido tanta furia y temor a la posibilidad de que alguien cercano a él muriera desde los combates contra sus enemigos para salvar a Saori. La diferencia es que esta vez no fue él quien lucho para salvarla.

Shoko no es ninguna damisela en peligro. Ella sabe defenderse sola, y ahora que despertó el Séptimo Sentido, será más fuerte... pero aun así, la idea de que hubiera muerto... le desgarraba el alma.

-¿La amas?-.

Seiya volvió a la normalidad al escuchar la voz de Penemue, se volteo hacía ella.

-¿Cómo?-.

-Te pregunte si la amas. ¿Lo haces?- Reitero la pelinegra su pregunta.

Esa pregunta se le vino a al mente al ver lo furioso que estaba Seiya por ver a Shoko herida. Al inicio lo tomo como la de un amigo que no pudo ayudar a otro amigo cuando necesitaba ayuda, pero ahora pensaba un poco diferente.

-No- dijo Seiya muy rápido. -Shoko es una importante amiga y camarada, solo eso-.

Penemue no se lo tragaba. -¿Entonces porque tan molesto?-.

-Por que un enemigo ataco a la mansión mientras yo estaba perdiendo el tiempo y ella casi muere por esa negligencia. Nunca me perdonaría si hubiera muerto-.

-¿Y te sentirías de la misma forma si le pasara a otros camaradas?-.

-Por supuesto- para Seiya, todos en el Santuario eran familia. Aun si solo conocía a varios solo de nombre, todos eran importantes. Si en lugar de Shoko, hubieran estado Jabu u otros, si se hubiera molestado por no ayudarlo.

Pero no al mismo nivel de la furia que ahora sentía por Shoko, aun si no podía notarlo. El lazo que tenía con ella era igual de fuerte que el que tenía con sus hermanos, pero diferente a la vez.

Penemue lo miro inquisidoramente por unos largos segundos, hasta que cerró los ojos y comenzó a caminar.

-Como quieras, de todos modos, no es mi problema-.

E ignorando esa punzada de incomodidad que sentía al hacer su pregunta a Seiya, se alejo del castaño.

Tras soltar un suspiro y esperar a que Penemue se fuera, Seiya también se retiro. Aun tenía que llamar al Santuario para notificar de todo lo sucedido.


(Varios días después)

Han pasado cinco días desde el ataque a la mansión Gremory, las noticias de ese ataque no se hicieron esperar y se esparcieron como arena que se lleva el viento por toda la sociedad Demoniaca.

Los Demonios de clase baja y Reencarnados se preocuparon genuinamente por los Gremory, ya que al ser de las pocas familias de Clase Alta que tratan bien a los suyos, se han ganado muchos empatizantes de sus lados.

Los de Clase Media y muchos de Clase Alta les asusto más la posibilidad de que cualquiera de ellos pudieran ser atacados, aumentando la seguridad en sus propios territorios.

Solo las familias más cercanas a los Gremory, como los Sitri y Bael, incluso Phoenix, se acercaron a los miembros de la familia para saber sus estados con genuina preocupación.

Cuando los miembros de la nobleza de Rias se enteraron, no se apresuraron en llamar a su Rey, asustados de cualquier posible herida que tuviera. A Rias se le hizo un poco difícil calmarlos, aunque estaba agradecida que se preocuparan profundamente por ella. Después de explicaciones y asegurarles que estaba bien, fue que sus amigos pudieron volver a sus entrenamientos.

Ella tardo un poco más al no poder seguir estudiando en la Biblioteca de su casa, así que Azazel decidió hacer que Rias y Sona siguieran lo que quedaba de su entrenamiento juntas. El entrenamiento de ambas era el mismo, y la biblioteca Sitri era tan grande como la Gremory, así que había suficiente espacio para ambas.

El problema fue que ninguna quería entrenar junto a la otra. No era por llevarse mal, sino es que, como rivales, no querían que la otra supiera de su progreso hasta enfrentarse; pero debido a la circunstancias, terminando aceptando, aunque a la hora de practicar sus ataques, cada quien iba a un sector muy lejos de donde estaría la otra.

Koneko siguió entrenando como siempre en el gimnasio de la mansión Sitri. Salvo que esta vez, Seiya entreno con ella en lugar de Shoko.

Y hablando de la pelirroja... ella fue llamada por Zeoticus y Venelana, junto con Rias. Al parecer querían hablar con ella de algo.

Actualmente estaba vistiendo un vestido azul de cuerpo completo que llegaba hasta sus rodillas. Como el viaje a la capital sería demasiado largo, decidieron reunirse en una mansión en los territorios Gremory.

-¿Segura que esta bien, Shoko-sensei?- Pregunto Rias, aun preocupada por la pelirroja mayor.

-No te preocupes, Asia hizo un gran trabajo, además de que me he recuperado de peores ataques- dijo Shoko con una sonrisa optimista. -De todos modos, me pregunto de que querrá hablar tus padres para que yo vaya-.

-De seguro quieren agradecerle por habernos salvado. No me sorprendería que mi Padre quiera darle un castillo o algo por el estilo como agradecimiento- suspiro Rias por la idea. -A veces pueden exagerar-.

Shoko río.

-Cambiando de tema, ¿en serio se tiene que ir?- Pregunto Rias, luciendo triste.

Luego de que Seiya informara lo que paso y despertara, le dijo que el Patriarca Nicole vendrá a la reunión de Demonios acompañado de tres Santos, entre los que estaban Shun. Cuando terminara la reunión, ella y Seiya volverían al Santuario y Shun tomaría su lugar para pasar tiempo con los Demonios.

También era una buena oportunidad para reparar su armadura, que quedo muy dañada en la batalla. Esperaba que Kiki no la regañara por como quedo.

Abrieron una gran puerta doble, en donde llegaron a una sala de estar bien decorada y ordenada. En la sala, estaban no solo los padres de Rias, sino también Sirzechs y Grayfia.

-¿Hermano?- A Rias le extraño ver también a su hermano. -¿Qué esta pasando?-.

Para que su hermano también estuviera aquí, es porque la situación era más grave de lo imaginado.

-También me llamaron nuestros Padres, aunque estoy tan confundido como tu por la razón- explico Sirzechs su presencia. Estaba usando un traje negro, sin su habitual armadura de Maou.

No estaba aquí como el Maou Lucifer, sino como Sirzechs.

-Siéntense, por favor- le pidió Zeoticus a las dos recién llegadas. Su semblante serio ponía nerviosa a Rias, que nunca lo había visto tan serio.

Ambas pelirrojas se sentaron al lado de Sirzechs, frente a los esposos, separados por una mesa de cristal.

Se formo un tenso silencio por unos segundos. Venelana tomo la mano de su esposo en señal de apoyo.

-Lamento haberlos interrumpido cuando están tan ocupados, pero lo que les diré no ameritaba más demora-.

-¿Qué sucede, Padre?- Pregunto Sirzechs.

Zeoticus intento encontrar las palabras exactas, tras pensarlo un poco, vio que no había manera de amortiguar la bomba que soltaría, así que iría directo al grano.

-No hay forma de decir esto de buena manera, así que seré claro...- Zeoticus miro fijamente a Shoko. -Shoko… tu eres mi hija-.

El silencio volvió a inundar la sala de estar. Sirzechs y Rias de igual manera estaban perplejos y los ojos abiertos. Sus pupilas miraron intensamente a su Padre, hasta girar sus cabezas a la persona en medio.

Las pupilas de Shoko estaban desorbitadas, sus ojos abiertos como platos, su boca colgando, no pudiendo producir ni una palabra y su piel se puso pálida de golpe.

Solo una palabra salió.

-¿…Qué?-.


N/A: Hasta aquí el capitulo.

Y la bomba se soltó al final. El siguiente capitulo se explicara la complicada trama familiar de Shoko. Felicidades a todos quienes adivinaron.

En esta capitulo, la pelea no solo fue más larga de lo que pensé que sería, sino que sirvió para darle un power-up a Shoko, teniendo el Séptimo Sentido de una forma igual a cuando Ikki lo despertó contra Shaka, perdiendo sus Cinco Sentidos para acceder de mejor forma al Séptimo.

Y para los más observadores, vean que estoy desarrollando de a poco a Rias para que deje de ser tan mimada y se vea mejor. La personaje en si no me agrada, pero su papel en la historia es importante, así que hay que darle desarrollo como se debe.

¿Qué les esta pareciendo los Berserkers hasta ahora? Se que parece que los mato fácilmente, pero se enfrentan a los Cinco Protas y demás aliados. Incluso para estándares dorados, ellos están sobre la media.

horakthy: A Issei lo desarrollo lento pero seguro. Es cierto que Zeus en la mitología es visto de esa forma, y aunque en SS parece un Dios sabio y omnipotente, con la poca y nada información de él, hago lo que puedo. Shoko ya gano y la trama de los Gremory se llevara a cabo al siguiente capitulo, donde afectara toda la familia.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.