Ok, es mi primera historia de esta pareja y la verdad desde que termine de ver la serie me he enamorado de esas dos -w-
...
Un nuevo día comenzó y unos cuantos rayos solares se filtraban por una capa densa de nubes oscuras, estos rayos llegaron hasta la ventana de una habitación y poco a poco el rostro de una joven de tez oscura se ilumino despertándola. Entonces se revolcó entre sus sabanas buscando taparse con ella su rostro.
Su dicha de seguir durmiendo se esfumo a ser empujada al borde de la cama y luego caer al frio suelo.
-Agh! –se quejó por el golpe y aun somnolienta se sentó mientras volteaba su vista al responsable de tirar de la cama. –Naga!
Exclamo con enojo a ver que su gigantesca y mejor amiga de cuatro patas abarcaba toda la cama con una peculiar posición, pues dormía profundamente con sus patas arriba.
La joven dio un pequeño suspiro, todos los días eran iguales, su mascota apoderándose de su cama y en ocasiones lazándola al piso, sin embargo a pesar de todo esto quería a su fiel compañera.
Se levantó y busco el reloj que se encontraba en la pared. Sus ojos se abrieron como plato al notar que se encontraba 40 minutos tarde para llegar a su primer día de clases en la universidad.
-Ay no –dijo mientras corría al baño para darse una ducha rápida.
Después de un baño veloz, como si fuera una carrera de vida y muerte busco en su armario algo de ropa. Un jean gastado y una leñadora de cuadros azul fue lo que pudo decidió ponerse. Volvió a mirar el reloj notando que para su suerte ahora solo está a media hora para llegar, entonces preocupada busco con ansiedad sus botas oscuras por toda la habitación pero no lograba encontrarlas hasta que…
-Naga No! –exclamo con enojo al encontrar a su mascota masticando con emoción una de las botas encima de su cama y sin pensarlo se lanzó a ella para arrebatársela.
La perrita al ver que su dueña le quería quitar su "bocado" del día mordió con fuerza la bota para que no se la quitara dándole inicio a una pelea de quien era más fuerte.
-Naga! Ya suéltalo! –chillo mientras jalaba con fuerza la bota y notaba que ya para su amiga de cuatro patas era un juego.
Miro de reojo el reloj, ya marcaba otros 5 minutos más y si no llegaba a quitarle esa bota del hocico de su perra seria su perdición. Miro a su alrededor y por suerte encontró aquel hueso desgastado que a ella tanto le gustaba morder.
-Mira Naga es tu hueso favorito, lo quieres? –dijo mientras alzaba el hueso para que lo viera.
Naga soltó la bota a ver algo mejor que morder mientras movía su cola.
–bien, ve por ella!
Lanzo el hueso lejos de la cama dejando a su pobre bota en libertad y pudiera terminar de ó a mirar el reloj haciendo que tomara su mochila y saliera de su habitación apurada.
Al llegar a la puerta dispuesta a salir de su casa un ladrido desde la segunda planta hizo que se detuviera y volteara a ver a su amiga sentada mientras movía su cola como si esperara algo.
-Ya se, ya se –se quejó mientras caminaba hacia la cocina y le servía agua fresca y croquetas, aunque ella no alcanzaría desayunar, Naga si debía hacerlo.
–Muy bien aquí tienes amiga y pórtate bien
Naga solo se acercó a su tazón y devoro con emoción las croquetas.
Dejando a su perra segura de que comiera salió de su casa mientras sacaba su celular con el fin de comprobar la hora. Ahora solo faltaba 25 minutos para las 8 de la mañana. Sin tanto tiempo a su favor tomo su única opción, su bicicleta.
De su casa a la universidad era muy corta la distancia y con algunos pedaleos rápido podría llegar a tiempo o eso fue lo que supuso la joven subiéndose a su medio transporte y saliera a toda prisa.
Atravesó las calles a toda velocidad notando que el clima no estaba mejorando, sino que al contrario cada segundo pareciese que se acercaba un fuerte aguacero
Pedaleo con fuerza con el motivo de acelerar su paso y poder evitar que aquella amenaza de llover le cayera encima.
Crak!
Fue el sonido que le indico que la cadena de su bicicleta se había roto y perdiera el control de ella. Intento frenar pero iba a una gran velocidad que solo pudo ver que en el próximo cruce de carretera se acercaba un automóvil negro y algo lujoso.
Cerro los ojos con fuerza esperando el golpe contra el automóvil, pero solo escucho el sonido de las llantas desacelerar y el de la bicicleta frenar en seco.
Al no sentir ningún dolor o algo que le indicara que había golpeado con el auto abrió sus ojos, por casi milímetros se salvó de ser atropellada. Se bajó de su bicicleta intentando recuperar sus sentidos puesto que ahora todo su cuerpo temblaba por todo lo que había sucedido.
Un hombre salió del automóvil con una expresión no tan amigable y sin hablarle miro hacia el capó del auto buscando alguna ralladura o algún daño pero no encontró nada, solo una joven frente a él mirándolo con preocupación
-valla que suerte, pensé que me atropellaría y….
Se calló al ver que el hombre regreso a su auto sin decirle nada. Esto hizo que ella frunciera un ceño pues la había ignorado por completo y no tuvo ni la más mínima acción de preguntar si ella se encontraba bien.
-Oh tranquilo hombre! que yo estoy muy bien, no me ha pasado nada…-le dijo al momento que le daba una patada al para choque del auto. -Idiota!
Con enojo la joven cruzo la calle junto con ahora su bicicleta dañada.
Llevaba varios minutos caminando y el reloj de su celular indicaba que eran las "7:50 a.m." por más que corriera no alcanzaría a llegar a las ocho en punto y llegaría tan tarde que tendría su primera inasistencia que afectara su beca.
-Creo que ya no me puede pasar algo peor –se dijo así misma mientras caminaba con resignación.
Después de esto el sonido de un trueno y varias gotas cayendo desde cielo fue su respuesta. Resoplo con mala gana pues ya era un hecho que hoy no iba a ser su día.
La lluvia comenzó a intensificarse y en sus adentro la joven maldijo mientras aceleraba su paso, estaba a solo dos cuadras de llegar.
Las calles y andenes se encontraban húmedas por unas lluvias horas atrás y ya habían dejado charcos en la carretera haciendo que el mismo auto negro y lujoso para junto a ella la bañara por completo.
-Perfecto ahora me emparama toda! –grito con enojo mientras sacudía su ropa mojada.
Empuño su mano y camino de malagana hacia la llegaría como sea y ningún carro, bicicleta rota o la lluvia se lo iba a impedir.
El sonido de unas botas mojadas y el goteo de su ropa comenzó a dejar un rastro húmedo por los pasillos solitarios de la universidad, al parecer hacía más de 10 minutos había empezado las clases y ella apenas había llegado.
Entro al salón número 21 que según su horario era "Matemáticas Avanzada" y un silencio de la nada nació a dar un paso adelante. Las miradas de todos que se encontraba allí se fijaron en ella, incluyendo la de su profesor.
-am… hola –fue lo único que pudo decir mientras levanta su palma derecha como saludo.
Miro con miedo al profesor que la observa fijamente esperando una explicación de su interrupción.
-yo... um… lo siento mucho por llegar tarde, no sabe todo lo que pase para llegar hasta aquí pero juro que no volverá a ocurrir –le explico mientras apoyaba una mano detrás de su nuca.
El hombre inclino una ceja mientras la analizaba.
-Espero que no vuelva suceder – le respondió mientras ella le dio una sonrisa.
–Por ser el primer día de clases no tendrá ninguna una falta de asistencia, pero gracias a usted jovencita, todos tendrán trabajo que deberán presentarme en la próxima clase. –termino la frase mirando a todos los estudiantes con enojo.
La sonrisa de la joven se esfumo a escuchar el quejido de todos sus compañeros, el primer día y ya se había ganado el odio de todos sus compañeros.
-ahora si me colabora joven…am?-la miro fijamente.
-Korra –le completo.
-Korra, puede por favor tomar asiento –le dijo en un tono indiferente mientras volvía al tema que estaba explicando.
Korra camino hacia sus compañeros e intimidada por todos los que la miraban con enojo. Cuando logro encontrar un asiento libre en la última fila agradeció que fuera ese lugar ya que no quería seguir sintiéndose observada.
A sentarse apoyo sus manos en su rostro para luego dejar salir un largo suspiro.
-Un mal día, no? –dijo una voz a su lado.
Volteo su vista hacia quien le había hablado, era un joven de cabello oscuro y ojos verdes que le sonreía con gracia.
-Ni que lo digas –fue lo único que pudo responder para luego fijar su vista hacia el profesor que explicaba las temáticas que verían.
-Tranquila que todos pasamos días así y luego valdrán mejores.
Korra lo volvió a mirar, el joven le regalo una sonrisa contagiosa que hizo que ella también lo hiciera.
-Me llamo Bolin, y tú? –le extendió la mano como saludo.
-Korra –le devolvió el saludo.
Ambos jóvenes volvieron su atención al profesor pues según él no dejaban seguir la clase con su conversación obligándolos a prestar una completa atención a la clase, pero korra no pudo mantenerlo ya que una sensación de que alguien la miraba hizo que buscara al responsable, encontrándose con una joven de tez blanca, ojos verdes y de cabello oscuro observándola pero al notar que korra la miraba volteo su vista hacia el profesor.
Korra se sonrojo a la acción de esa chica puesto que no podía negar que era una joven muy hermosa.
Toda la clase intento concentrarse con lo que hablaba el profesor pero su mirada se desviaba hacia aquella joven. Era algo complicado pues cuando ella no la miraba era esa chica que la volteaba a ver.
Se sentía intimidada pero también atraída por ella. Sin embargo solo rogó que el tiempo pasara rápido y terminara la clase.
Cuando por fin termino la clase la joven y algunos alumnos comenzaron a salir, dejando a pocas personas en el aula y un estornudo se escuchó en las últimas filas.
-Creo que debería buscar la forma de secar tu ropa –comento su nuevo amigo mirándola con preocupación.
-lo sé, siento que me voy a enfermar y todo por un imbécil –le dijo su nuevo amigo Bolin mientras guarda su cuaderno que por suerte de su morral impermeable no se alcanzó a mojar.
-Si quieres puedes ir al baño a secarte un poco y luego te invito un buen café caliente, qué dices?–le pregunto con una sonrisa.
-Me parece bien –le devolvió la sonrisa.
Se levantó de su puesto y camino hacia la salida, busco con su mirada si aún se encontraba aquella joven cerca pero al parecer ya se había ido.
Aunque con el calor del cuerpo su ropa ya se había secado un poco necesitaba ir a un baño. Para su mala suerte todo los baño a los que entro se encontraba lleno intimidándola complementa menté haciendo que buscara otro lugar menos poblado.
Los baños de la biblioteca fue su salvación, pues siendo el primer día de clases pocas personas encontraban se podían encontrar en ese lugar.
Al entrar se encontró lo que esperanzaba ver, no había nadie y parecía ser que no iba a entrar ninguna persona. Esto le dio la suficiente confianza y se desabotono su blusa quedando semi desnuda mientras secaba su prenda. También se quitó su moña dejando caer su cabello aun húmedo caer alrededor sus hombros. Todo esto la hizo sentir un poco mejor.
Se miró al espejo con suspiro se sentía agotada por todo lo que paso esa mañana,pero sus pensamientos y momento se acabó al notar que alguien más había entrado al baño. Sus mejillas se sonrojaron al ver que era esa misma joven del salón que ahora la miraba fijamente con su rostro completamente rojo.
Duraron así por unos segundos hasta que la joven carraspeo su garganta y se dirigió rápidamente hacia uno de los cubículos seguidamente cerrando con algo de fuerza la puerta.
Korra se sentía tan apenada que inmediatamente se volvió a colocar su blusa pero todo este momento hizo que se abotonara con torpeza y no lograba que quedara bien. Se quejó con enojo, no sabía porque se sentía así tan torpe y ya la estaba haciendo perder la cabeza.
Frustrada y sin poder abotonar bien su blusa sintió como otras manos le ayudaron abotonarse, haciéndola alzar su vista para encontrándose muy cercar con el rostro de la joven
-yo…
Fue lo único que korra pudo decir pues la podía sentirla tan cerca y como su manos abotonaba cada botón y sin querer tocaba su estómago, la joven la miro fijamente y se perdió en sus ojos verdes para luego fijarse en sus labios.
-listo, creo que ya está –dijo la joven con una sonrisa dándole entender que por fin su camisa había quedado bien abotonada.
Korra no le intereso saber que su blusa había quedado bien o no, seguía perdida en la cercanía de aquella chica y parecía ser que ninguna de las dos se quería alejar. Un impulso incontrolable nació dentro de ella que hizo tomar su rostro con sus manos la beso con algo de miedo pero a su vez con deseo.
Espero una reacción de parte de la joven como una cachetada o algún golpe, pero fue lo contrario; ella le respondió al beso mientras la tomaba por la cintura para acercarla más hacia ella.
Su cordura se estaba perdiendo a cada segundo que pasaba con el beso, sus labios sabían tan dulce que no comprendía por qué lo estaba haciendo pero se sentía muy bien. Cada vez sentía su cuerpo arder y como su manos bajaban por el cuerpo de la joven buscando algo que no lograba saber que era.
La intensidad del beso estaba subiendo con cada caricia pues las manos de korra no eran las únicas que estaban explorando. Korra gimió de deseo quería sentir más y la acorralo a la joven contra el mesón de los lava manos. Su manos se arrastraron hasta su piernas levantándolas he hiciera que se sentara y la rodeara su cadera. Sentía como su interior comenzaba arder al sentir que sus cuerpos tan pegados se mecían entre sí rozando todo su ser. Ambas deseaban más y más, pero en medio de su perdición algo hizo que se detuviera.
La miro fijamente sin dejarla de abrazar, sus respiraciones se encontraba agitadas y su miradas concentrada una de la otra.
-Yo lo siento…-dijo con dificultad para ahora si separarse de todo de ella.-perdón… –fue lo último que pudo decir tomar su morral y salir del baño rápidamente.
La joven solo observo como korra salía a toda prisa del lugar para luego apoyar sus manos en el mesón y fijar su mirada en el espejo. Ella tampoco comprendía que fue lo que acababa de ocurrir.
Korra camino por los pasillos buscando una respuesta de todo lo que acaba de hacer, había besado una mujer sin ninguna razón. Sentía su corazón latir a mil por hora y aun podía sentir los labios de ellas, sus manos, sus caricias y como esa sensación de deseo y felicidad se combinaban.
-Korra!
Le llamo bolin que a ver que su amiga siguió caminando con una expresión confundida.
Bolin decidió acercarse hacia ella.
-Hey korra! Tierra llamando a korra –le dijo mientras pasaba la palma de sus manos frente a su rostro.
-Que? –exclamo volviendo a su realidad e intentando dejar a un lado todo lo sucedido.
-Estas bien?
Korra volteo a ver su amigo que la miraba con preocupación.
-Si… -le respondió con dificultad pues lo único que pasaba por su mente era esa joven.
-Muy bien, entonces vamos por ese café caliente que te prometí?
Korra no alcanzo a responder pues el muchacho la tomo del brazo y la llevo a la cafetería de la universidad.
La mañana fue complicada para ella, no podía sacarse de su mente el beso con esa joven y lo que la torturaba más fue que no la volvió a ver, pero según bolín es que debe ser de otra carrera ya que solo en esa clase que estuvieron se encontraba 4 carreras diferentes y por suerte bolín estudiaría lo mismo que ella.
Las horas fueron eternas y aunque bolín le hablara no podía concentrarse en nada que no fuera en ella. No sabía si era un gusto extraño o algo parecido pero se estaba perdiendo en cada pensamiento que al final terminaba en una guerra de sentimientos. En un lado sentía el deseo de volverla ver y volverla a besar, pero por otro lado quería huir y nunca más verla.
Cuando por fin llego a su fin las clases. Bolin y korra salieron de la institución con ansias de volver a su hogar, pero ella noto que en la entrada de la universidad se encontraba aquel auto que volvió su mañana un infierno.
Frunció un ceño de enojo mientras se controlaba las ganas de ir hasta el conductor y gritarle pero su mirada se desvió hacia la joven que caminaba hacia el auto.
-No puede ser… - exclamo al verla otra vez y como su mirada se encontró la de ella.
Korra intento saludarla pero termino bajando su mirada apenada provocando que la chica siguiera su camino con una expresión de amargura hacia el automóvil.
-Y esos son los lujos que se gana por ser hijos de unos de los mejores empresarios de la ciudad. –comento bolín totalmente indiferente a la situación entre ellas dos.
Korra alzo su vista y miro a su amigo con curiosidad.
-Sabes quién es ella?
-Según lo que escuche, ella es Asami Sato hija de Hiroshi Sato dueños de las industrias Sato y creador de los satomoviles.
Korra quedo paralizada a lo que acaba de decir su amigo. Había besado apasionadamente a la hija de un gran empresario y lo peor es que a pasar cada minuto le atraía más esa chica, dándole a concluir que lo que paso horas atrás fue algo más que un beso de amor a primera vista.
-Korra? –exclamo el joven a ver a su amiga paralizada con una expresión de pánico.
-Bolin… creo que me he metido en un gran problema –exclamo sin más, mientras veía como ella entraba al auto y se alejaba.
