— ¿en serio solo vives tu sola en esta casa?

Fue una de las preguntas que nacieron mientras dos jóvenes una de ella de tez más clara se encontraban recostada en la cama. Después de media hora que la dueña de los ojos azules pudiera recordar totalmente todo los acontecimientos del día pasado y como terminaron en durmiendo en la casa de ella, donde ahora aprovechaban un pequeño momento en la recamara. Sin eliminar la posición en la que amanecieron, unas pequeñas caricias inocentes se formaban a cada conversación.

― Prácticamente sí ―respondió mientras rozaba su mano por el brazo pálido de Asami—, Mis padres solo vienen cuando tienen algún proyecto en la ciudad o quieren visitar algunos familiares. ―Siguió su mano con su mirada, pues era algo agradable sentir su piel y su cercanía.

— ¿Hace cuánto no ves a tus padres? —Volvió a preguntar mientras disfrutaba cada caricia de la morena.

— Creo que hace once meses… -manifestó sin interés.

— ¡once meses! —exclamo sorprendida mientras de golpe se sentaba.

— Así es… —exclamo la morena con un ceño fruncido a privarle sus caricias. — pronto será un año de que no han venido a la casa.

Asami siguió mirándole sorprendía, pues la joven aun recostada en la cama la miraba como si estuviera contando algo normal para ella.

— Pero… por lo menos debes hablar con ellos por teléfono.

— Sí... —paso sus manos detrás de sus nuca—, Mi madre hasta me deja un mensaje de texto todo los viernes deseándome "buen fin de semana, cariño" en un principio es algo molesto… —se expresó con disgusto—, pero aun así la quiero.

Dio una pequeña sonrisa que fue seguida de la peli negra. Ambas sabían muy bien que tan molesto pero agradable podía ser el amor de una madre.

— Sin embargo, debe ser molesto tanta soledad —comento Asami con algo de melancolía. Para ella si era molesto vivir tan sola.

— Lo era, pero después de que Naga llegara todo es diferente y…. —Se calló de golpe al notar que desde que despertaron, aquella peluda blanca no había entrado a la habitación—, ¿y, Naga donde esta?

Solo era para que Korra preguntara por ella, para que en primer nivel de la casa se escuchara un gran estruendo de varios objetos caer al suelo.

— ¡Naga! –exclamo Korra levantándose de golpe de la cama.

Con torpeza pues el camino hacia la puerta de habitación se encontraba algunas cosas en el suelo, haciendo que más de una vez tuviera la intención de caer al suelo. Asami que desde la cama rio al ver tal travesía solo callo a sentir esos ojos azules mirarle con seriedad.

— no te rías, mi habitación no esta desorganizada, solo tiene una decoración de libre albedrío —le dijo mientras le señalaba con un dedo—, ya regreso.

Sin decir más que eso, Korra salió de la habitación. Segundos más adelante se podía escuchar una morena regañando a la cachorra. La peli negra dio una pequeña risa para luego levantarse también de la cama, dio con torpeza un recorrido en la habitación sorprendiéndose que aunque aquella habitación estuviera desordenada por algunos libros de arte y bocetos de dibujos tirados por ahí junto con algunos zapatos o chaquetas, demostraba un poco de quien era Korra.

Otro estruendo se escuchó junto con el grito de la morena regañando a la cachorra. La peli negra sin dudar bajo al primer nivel y camino hacia donde provenía todo ese alboroto. El lugar donde venía todo era una habitación junto al baño de la sala. Asami se acercó al marco de la puerta sintiendo desde un principio el olor de tabaco.

— ¡¿A dónde vas Naga?! ¡Ven aquí!

Exclamo la morena cuando su amiga de cuatros patas salió rápidamente de la habitación empujando un poco en su camino a Asami quien estaba entrando al estudio.

Fue una sorpresa al ver como un perro había provocado tal desorden en una habitación. Pues en aquel cuarto, era un estudio de gran tamaño, donde el lado izquierdo, era decorado por una gran biblioteca en que algunos espacios se encontraba una colección de cámaras antiguas y figuras de motocicletas acompañan que acompañaban a una gran cantidad de libros; pero algunos de estos objetos se encontraban en el suelo. Mientras tanto en el centro del estudio, un amplio escritorio lleno fotografías, apuntes y una laptop totalmente organizadas pues era lo único que se había salvado de todo ese desastre. Al lado izquierdo, fue el espacio que más le llamo la atención, pues, junto a un sofá-cama y una pequeña mesa que solo encima de ella estaba un cenicero con algunas colillas, se encontraba una estantería parecía ser el lugar donde guardaba todos los trofeos que ahora se encontraban tirados. Lo único que se pudo salvar de esto fue una colección de cinturones de artes marciales de escala blanco a marrón.

— ¡wow! Parece como si hubiera pasado un tornado adentro. —comento la peli negra acercándose a la fotógrafa para ayudarle a recoger todo ese desorden.

— Parece, pero solo fue Naga en búsqueda de esto. —Entre los trofeos saco una especie de peluche con forma de pato pero también de tortuga.

— Un ¿Pato-tortuga?

— Así es, fue su primer juguete.

Naga volvió a entrar a la habitación al ver que su dueña había encontrado lo que estaba buscando. Sin hacer un ruido se acercó a la morena y entre su hocico se llevó su juguete de la habitación. Dejando a una morena con una expresión seria, a veces su cachorra traspasaba el descaro con ella.

Asami rio a lo que había presenciado.

— ¿Quieres qué te ayude? –pregunto con una sonrisa que hizo esfumar la seriedad de la morena.

— muy bien, yo levantare los libros y las otras cosas, tú ayúdame con los trofeos.

— bien

Compartiéndose una sonrisa, se dispusieron a reacomodar todos los daños que había hecho la cachorra. Cuando ya casi todos los trofeos se encontraban en sus respectivos lugares, la oji-verde no pudo evitar tener curiosidad al ver cantidad de trofeos de 1ro y segundo lugar de campeonatos de artes marciales.

— Parece que te va muy bien con las artes marciales. —comento Asami.

— Me iba bien —corrigió la morena sin voltearse y acomodando algunos libros—, deje de practicarlo ya hace un tiempo atrás…

— ¿Por qué? si viendo todos esto trofeos, debes ser muy buena para eso —pregunto volteándola a ver.

— Porque en el último campeonato sufrí un accidente que me dejo por fuera de toda esa carrera —le respondió aun sin voltearla a ver.

Sin ganas de preguntar otra cosa, volvió a tomar otros trofeos y entre esos un portar retrato de la cual nuevamente se encontraba Korra con aquel hombre de la fotografía que se hallaba expuesta en la sala. La curiosidad de saber quién era esa persona, le lleno la cabeza de varias preguntas ¿Quién era él? ¿Por qué abrazaba a Korra? ¿Por qué Korra se veía sonrojada a su lado? ¿Él también practicaba artes marciales? ¿Acaso fueron algo? ¿Y si lo fueron, aun lo ama? Era algo mayor para ella pero pequeños momentos de celos estaba formándose dentro de ella.

— él es… fue mi maestro –hablo detrás de ella, la morena.

Asami dio un brinco asustada pues se había perdido en tantas preguntas.

— Korra, no hagas eso —dijo volteándola a ver aun con el corazón en la mano.

— ¿hacer qué? —respondió con inocencia.

— Hablar así de la nada —exclamo en un tono un poco molesto.

Dejo el cuadro donde pensó que siempre ha estado y volvió a mirar con seriedad a la morena que se encontraba desconcertada.

— pero si te he estado hablando por más de un minuto, y tú estabas concentrada viendo la fotografía ¿sucede algo?

Korra cuestiono aun sin entender ese comportamiento, mientras que Asami desvió su mirada hacia un lado. Ella no iba aceptar sus celos.

— no pasa nada… solo tenía curiosidad de saber quién era la persona que estaba a tu lado.

Concluyo Asami para luego terminar de acomodar la estantería. Al quedar el estudio organizado, tal como estaba antes de que Naga provocara tal desastre, ambas jóvenes llevadas por sus estómagos, se encaminaron a desayunar.

El olor del café comenzó a llenar cada espacio de la cocina y un sonido de cómo se colaba cada grano era el sonido ambiental lugar. Mientras tanto en una esquina del lugar, una gigantesca cachorra de nueve meses de color blanco, comía como si no hubiera un mañana. En medio de ella una mediana isla de mármol donde se encontraba dos platos con tostadas y algunas frutas eran colocadas por la chica de tez más clara, mientras tanto, la otra servía dos tazas de café.

―Korra ¿Estas segura que tu perro no es un oso polar? ―Cuestiono la heredera con diversión.

Asami miro atentamente como la peluda de cuatro patas devoraba cada croqueta mientras a sentirse mencionada movía su cola, causándole impresión al ver que después de haber comido en la madrugada una gran cantidad, seguía teniendo hambre.

Korra rio y llevo las dos tazas de café a la isla.

― A veces lo pienso, pero estoy segura que solo es una gigantesca samoyedo con un estomago sin fondo ―respondió, regalándole una media sonrisa―, ven, deja a esa oso polar felpuda que termine de devorar su plato y vamos nosotras a devorar los nuestros. ¡Muero de hambre! —se quejó.

Asami alzo una ceja al notar que un dueño y cachorro, se podrían parecer más de lo que podía imaginar. Sin responderle ayudo a la morena a llevar los platos al comedor que se encontraba a lado de la cocina. Este espacio aunque no era tan extensa como la de su apartamento le brindaba tanta calidez y tranquilidad, pues en el fondo un gran ventanal conectaba con un pequeño patio y varios cuadros de frutas y otro de una especie de bailarinas corporativas decoraba la pared.

― Tu casa es muy agradable ―comento al tomar asiento mientras aun miraba curiosa el lugar.

― Gracias, no es tan espaciosa o bonita como tu comedor, pero no me quejo ―le respondió.

Un sonido proveniente del estómago de la morena hizo que todo ambiente romántico que pudo iniciar, se desvaneciera.

— Je, creo que deberíamos comer, no estaba bromeando que me muero de hambre —habló algo apenada la morena, pasando su mano detrás de su cuello.

Tiempo después, ambas jóvenes desayunaron y mientras que Korra se encargaba de lavar los platos, Asami algo curiosa, comenzó a dar un pequeño tour por la casa, al llegar al pasillo que llevaba al comedor, vio a Naga quien estaba entretenida mordiendo aquel pato-tortuga, Asami sonrió. Luego de esto, se acercó a la mascota y tímidamente le sobo la cabeza, la canina movió su cola respondiendo a la muestra de afecto, entonces tomando el juguete entre sus manos, lo lanzo, derribando a su paso pequeño portarretratos que se encontraba en una pequeña mesa en un rincón de la sala.

— ¿Esta todo bien?-Grito Korra desde la cocina.

—Nada, solo estoy jugando con Naga —respondió Asami, con una expresión de preocupación al ocasionar tal daño.

—ok, pero tengan más cuidado, por favor—Dijo Korra.

Asami recogió el portarretratos y se encontró con la foto de aquel hombre, Confundiéndose un poco, pues parecía que Korra tenía muchas fotos de aquel supuesto maestro de artes marciales. ¿Quién rayos era ese sujeto? Lo único que hacía falta era una imagen de él en prendas menores encima de un tapete rojo; pensó Asami mientras fruncía un ceño.

Levanto el marco y lo coloco en su sitio. Recordándose de que debía comprarle uno nuevo pues este se rompió en un extremo y era algo notable tal daño.

— ¿Se dañó la foto? Dime por favor que no se arruinó la foto. —exclamo Korra detrás de ella.

— Nooo… solo es un pequeño rasguño en el marco —exclamo nerviosa, sin ganas de voltearla a ver—, no le paso nada a tu preciada foto — dijo en un tono punzante—, prometo darte uno nuevo.

Korra no respondió pues aquel tono de voz de Asami le sorprendió.

— ¿te molesta acaso las fotos de él? –pregunto ingenuamente la morena a cabo de unos minutos.

— No, para nada, hasta parece simpático, en especial en donde sales con él —dijo, ocultando su disgusto.

— Era… —le volvió a corregir, esta vez en un tono melancólico.

Un silencio incomodo se formó haciendo sentir a Asami como la peor persona del mundo, pues al voltearse a verla, Korra ahora tenía una expresión de amargura. Se regañó internamente, era algo incontrolable para ella esos celos que habían surgido por unas simples fotos y gracias a ello, había metido la pata.

— Perdón…—intento disculparse—, yo no sabía…

Sin embargo, Cuando Korra iba a responderle, el sonido constante del timbre hizo que la morena caminara hasta la puerta, seguida de Naga quien ladraba eufóricamente alrededor de la puerta. Al abrir la puerta un niño de cejas gruesas y poco cabello que al ver la cachorra corrió abrazarla, luego le siguió una niña de dos coletas que también fue abrazar la cachorra. Korra no pudo decir nada pues cuando miro al frente se encontró con una pre-adolecente de cabello corto y una mujer quien parecía ser la madre de los tres niños.

— Jinora… Pema pero qué hace… digo que gusto de verlas… o verlos… —pronuncio la morena algo sorprendida.

— hola Korra, espero que no hayamos llegado en un mal momento —exclamó la mujer con una leve sonrisa.

— Cla-claro que no… —en realidad, si lo habían hecho—, sigan…

Korra dejo que ambas siguieran a la casa pues el niño y su hermana, de igual manera ya se encontraban dentro y sus risas de estar jugando se escuchaban.

—No ha cambiado nada desde la última vez que venimos —comento Jinora mientras miraba cada parte de la casa.

— Ni el desorden que siempre mantienes, Korra —dijo Pema al ver como la mesa de la sala aún tenía un desorden de fotografías y revistas.

La morena sonrió apenadas mientras pasaba una mano en su nuca.

— mi tiempo está algo comprometido en los estudios además…

— ¡Mamá! —interrumpió el niño quien entraba a la sala con una gran sonrisa—, ¡Korra ya tiene novia!

Korra de inmediato se paralizo al ver como la hermana del niño sacaba casi a rastra a la pobre Asami. Tanto como Jinora y Pema voltearon a ver a la oji-azul esperando alguna respuesta.

— Yo… em… ah…. —Balbuceo—, qu-que estás diciendo Meelo, ella no es mi novia —sintió como esos ojos esmeralda la miraba fijamente sintiéndose intimidada y nerviosa—. Ella es una amiga… -respondió casi en un tono bajo mientras volvía a pasar su mano por su cuello.

Asami alzo una ceja al escucharla y la morena solo pudo bajar su mirada avergonzada.

— Pero entonces por que tiene puesta tu ropa, además es muy linda —comento la niña que miro con una sonrisa a la peli-negra.

Las mejillas de Korra se sonrojaron al sentir la mirada de Pema, pues parecía que la mujer estaba suponiendo cosas que en ningún momento había pasado.

— Si Korra no es tu novia, puedes ser la mía —dijo Meelo acercándose a Asami y tomando su mano—, juro ser un buen novio…

Asami solo pudo sonreírle al pequeño, pues era algo enternecedor y gracioso a la vez.

— ¡Meelo! —Le regaño su madre—, Jinora, cariño, porque no llevas a tus hermanos al patio, quizás allá puede estar Naga —le ordeno a su hija mayor.

— Pero allí no está, de allá venimos… —respondió la hermana del medio.

— Ikki obedece… —le dijo con una sonrisa de la cual su hijos sabían que debían obedecer.

Jinora al ver el comportamiento de su madre tomo a los dos niños y los llevo al jardín, dejando a la mujer y las dos jóvenes en la sala. Korra al saber cómo era el Carácter de Pema, con algo de miedo se acercó a donde Asami quien no se había movido desde que fue arrastrada al lugar. Le miro dándole una sonrisa que fue esfumada a sentir una expresión seria y enojada.

— Siento mucho haber interrumpido, su… momento y me disculpo contigo —se dirigió a la peli negra—, mis hijos suelen ser algo… extrovertidos, además es la primera chica que ellos conocen que estén con Korra, y no me molesta aquellas cosas, Korra ya es una joven independiente y puede traer todas las muchachas que quieran….

—Pema… —le freno la morena, con miedo a que dijera cosas que después se mal entenderían.

— lo siento cariño —se disculpó la mujer, dio una pequeña risa—, solo que siento algo de culpa de haber interrumpido algo entre ustedes dos, prometo la próxima vez llamarte.

Korra al verla algo apenada, le regalo una sonrisa y se acercó a ella, sin antes dar otra mirada a la peli negra que miraba atentamente la conversación.

— Pema, no estas interrumpiendo nada y no sabes lo feliz que me siento por que vengan a visitarme…

— A nosotros también nos da gusto, volverte a ver Korra —le dio un gran abrazo a la oji-azul.

Era un momento tan conmovedor que Asami no pudo evitar esa sensación de que debía marcharse y dejar que Korra compartiera más tiempo con aquellas personas. Así que tosió suavemente para llamar la atención.

—Yo creo que es hora de irme —exclamo Asami.

Korra se separó de Pema y con tristeza miro a la peli negra, ella no quería que se fuera tan pronto.

— Tengo que arreglar algunas cosas para viajar —le explico al ver la expresión de ella.

— está bien… —respondió sin tanta emoción la chica.

— tan rápido te vas, pensaba preparar...digo, prepararles un grandioso almuerzo —exclamo Pema.

— lo siento mucho señora, pero tengo algunos deberes y un viaje algo importante que preparar, pero ha sido grandioso conocerla.

Asami se acercó a la mujer y con una leve sonrisa que la mujer le respondió de la misma manera, se alejó de ella y Korra, para así subir al segundo nivel a cambiarse de ropa.

—Es muy linda –comento Pema mientras la veía alejarse—, ¿Segura que no es tu novia?

Korra quien se encontraba hipnotizada por cada paso que Asami, solo respondió un:

—Sí, es hermosa….

Minutos más tarde y de que Korra alejara rápido de los niños que nuevamente interrogaban a la peli negra como: ¿eran amigas muy cercanas? ¿Por qué se había quedado a dormir? Entre otras más, ambas jóvenes entraron al garaje de la casa. Pues tal acontecimiento a la madrugada no hubo otro medio de transporte de que Asami usara su automóvil para que ambas pudieran llegar a la casa de la morena, pues Robert, su chofer ese fin de semana tenía su día libre sin contar que levantarlo a las tres de la mañana para que las llevaran a alimentar a una pobre cachorra, era algo ilógico.

—Asami lo siento, Ikki y Meelo son algo entrometidos y yo, bueno, no esperaba esa visita tan espontánea de ellos —se excusó la morena que detrás de ella cerraba la puerta.

— Tranquila —respondió entre una pequeña risa—, son niños y ellos suelen preguntar eso, A-mi-ga –enfatizo con sarcasmo la última palabra.

Korra se sonrojo al recordar lo que había dicho y con algo de pena se acercó a la joven.

—lo siento, estaba algo nerviosa además no supe que responder porque ya sabes… desde ayer es que todo esto ha empezado y…

Korra fue interrumpida por un beso de parte de Asami, fue un beso corto que dio inicio a otro intenso que empezó Korra. Desde que se habían despertado sus labios no se habían tocado y un pequeño deseo se había acumulado desde entonces. Pasando sus manos morenas a la cintura de la otra la acerco a su cuerpo mientras Asami rodeaba con sus brazos sus cuellos. Cada danza de sus labios y lenguas hizo que su temperatura aumentara, provocando la fotógrafa la acorralara contra la pared. Solo hasta el aire se hizo ausente en sus pulmones, se separaron entre una pesada respiración.

—Espero que esto no lo hagas siempre con tus "amigas" —bromeo la heredera.

—Solo con las que son peli negras y tenga unos irresistibles labios que no pueda evitar besar —le siguió el juego.

Otra ronda de besos se llevó a cabo, tomando cada uno de ellos como si fuera el último.

—Korra, mamá pregunta si quieres que haga tu plato….

La hermana mayor, Jinora, se calló de inmediato al encontrarse tal escena. Un rubor se formó en sus mejillas y más cuando las dos jóvenes de golpe se separaron.

—Lo siento, yo no sabía… am… mejor me voy —exclamo apenada y miro a otro lugar del garaje—. ¡Santos cielo, que auto tan lujoso!

Exclamo esta al ver un auto deportivo de color negro parqueado en ese lugar.

— Jinora… —comento Korra, dándole la señal de que se retirara del lugar.

— ¡oh! Sí, lo siento, fue un placer conocerte ¿amiga? De Korra, nos vemos —hablo la muchacha que sin decir más volvió a cerrar la puerta.

Korra dio un suspiro, pues esa frase de amiga era casi algo amargo escuchar. Volvió su mirada a esos ojos color esmeralda que le veían con diversión.

—Muy bien, lo siento por decir que eras una amiga.

Asami no respondió, solo se limitó alzar una ceja.

— ¿Qué? tu tampoco me has dicho si quiero que sea tu novia —protesto la morena algo intimidada por esa mirada.

— Que te parece si todo esto lo hablamos en una cita —propuso con una sonrisa.

Para Korra fue una gran sorpresa pero con una sonrisa acepto.

— Muy bien, solo dime hora y fecha —le dijo mientras la veía acercarse al lujo automóvil. —por cierto ¿cómo hiciste para sacar tan lujoso auto? Pensé que solo dependías de aquel aliado de las ardillas.

Asami rio al mismo tiempo que abría la puerta del piloto.

—Korra, el no es ningún aliado de ardillas y digamos que hace tiempo atrás no dependía de chofer, pero al tener un padre tan protector e importante, te obligan a guardarlo y solo desempolvarlo en cosas importantes.

— ¿y, alimentar Naga era importante? -dijo acercándose a ella con una media sonrisa.

— Así es... Y también la dueña.

Korra dio una amplia sonrisa.

Entonces Asami tomo asiento dentro del auto pudo notar que en la esquina del garaje, algo tapado con una sábana le llamo la atención.

—Korra ¿qué es eso que tiene tapado con la sabana? —pregunto curiosa, señalando el objeto.

La morena volteo su vista hacia lo que ella describía y volviendo a tomar una expresión de amargura, volvió a mirarla.

—Es una motocicleta, la estaba arreglando pero con el estudio no he podido hacer nada —dio una pequeña sonrisa—, se suponía que sería mi remplazo después de que tu "querido chofer" me dañara mi bicicleta.

Korra cerró con cuidado la puerta del auto y espero que la peli-negra bajara el vidrio para apoyarle en el borde de la ventana.

— si quieres puedo ayudarte arreglarla, sería un pago al daño de tu cicla…

Y así por fin, pagaría tal daño que aunque fue el motor para que la conociera, sabía que ese era el único transporte de la morena.

— gracias, pero no puedo aceptarlo, es una motocicleta algo vieja y es mejor que así… -guardo silencio por unos segundos—, guardada se encuentra mejor.

Asami al notar aquella melancolía en esos ojos azules, no pudo evitar tomar su rostro con su mano y darle un pequeño beso.

— tengo pensado viajar a donde mi madre, mañana… si quieres podemos tener nuestra cita esta noche —le propuso.

— Esta noche será… -acepto la morena regalándole otro beso, siendo este una despedida hasta la noche.

Korra con una sonrisa en su rostro se acercó al interruptor que abría el garaje, dando paso a que Asami sacara el auto y con un pitido como un "adiós" se la alejo de la casa. Dejando que la mente de esta, se hiciera las miles de preguntas sobre aquella motocicleta, llegando a pensar de que estaba ligada con aquel hombre de las fotografía. Quizás en la noche en su cita podría averiguar un poco más y así conocer más a su amada Korra.

Mientras tanto, la morena vio lentamente como nuevamente la puerta del garaje se cerraba y así cuando esta quedo totalmente abajo, fijo su mirada aquella motocicleta cubierta. Lentamente se acercó a ella y quito la sabana que la tapaba. Dejando ver una deteriorada Guzzi negra. Cerró sus ojos queriendo sacar los malos recuerdos que le obligo salir del lugar de inmediato. Rogando que aquel pasado no le afectara sus recuerdos más recientes, que desde el día anterior había empezado.

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Y cumplidamente dejo otro nuevo capítulo de esta peculiar historia. Creo que poco a poco están viendo y conociendo en el mismo tiempo que ellas, sobre sus vidas. Así que paciencia si quieren resolver algunas dudas. cambiando de tema, hoy ando de pocas palabras o no sé, pero pues mi insomnio ha sido mi amigo para escribir el capítulo, pero también mi enemigo, ya que a esta hora de la mañana me siento "zombie"

Gracias a todas esas personas que toman de su tiempo para leer esta historia y a todos lo que la siguen. No olviden dejar sus comentarios de cómo les pareció. Es grato saber un poco de ustedes que están en el otro lado, para así ver que cosas se pueden mejorar o continuar.

Respondiendo algunos Reviews:

Paolacelestial : Me alegra que te parecía bien el capítulo y respecto a Naga hay que entrenarla para que sirva su comida y deje de hacer tantos daños jajajaja

Rarie-Roo 07: Así es, pronto esas dos harán algo Zukulento, pero solo hay que ser pacientes y esperar a que suceda ;)

catching RE : Korra quedaría como mala dueña si se le olvidara darle comida a Naga, sin contar los daños que haría, por dejarla con hambre Dx. Gracias y me emociona que te gustara esa escena de los celos de Korra y esa dichosa pelea con Hiroshi, al final como viste, después unos celos y un momento amargo terminaron en algo mucho mejor...

Obini: Gracias! Hay que admitirlo provocar a esa persona que quieres, es divertido y para Korra lo fue, sin contar que ayudo a que Asami olvidara un poco más su situación con su mamá.

Ambar V : Wow, es genial leer que te parezca increíble la historia, a mí también me parecen tiernas esas dos, pero pues así es que se ve un amor verdadero. Y, Espero que este capítulo te haya encantado tanto como los anteriores :D

AlexandraArcher: Me alegra que te gustara y bueno poco a poco van pasando los capítulos vas conocer y entender de la vida de ellas dos. Bueno, Asami sabe cómo manejar a Korra, y eso que apenas llevan cortó tiempo de conocerse jejejeje