Las calles de un barrio renovado como el lugar perfecto que describe el amor; según así nombrado por los ciudadanos. Este saludaba con sus faroles encendidos a la noche fría de abril. Tanto como parejas y grupos de amigos caminaban por los callejones de aquella pequeña urbanización.
Edificaciones coloniales y algunas carrosas jaladas por caballos, daban el toque romántico que encantaba aquel lugar y de paso aumentaba el turismo en la ciudad.
Las risas de una pareja en especial resonaron entre unos de los callejones.
Una sonrisa de parte de unos labios rojos que se cubrían con una gruesa bufanda del mismo color huía de una forma divertida mientras que su cabello oscuro se revoloteaba con el aire.
― ¡Hey tú! ¡¿A dónde crees que vas con mi bufanda?!
Exclamo agotado el dueño de la bufanda. Sus ojos color ámbar y su cabello oscuro intento seguirle el paso pero un dolor de un lado de su estómago hizo que detuviera su paso para así tomar un poco de aire.
La joven al mirarle con reojo dio una pequeña risa para luego girar su cuerpo mientras acomodaba su cabello una forma sensual.
― ¿Qué ocurre Mako? No me digas que ya te cansaste ―dijo Asami divertida―, pensé que esas mañanas de ejercicio te tenía en forma.
― Apenas empecé hace dos semanas ―respondió él frunciendo un ceño―. Además con el otro "ejercicio", es un milagro que este de pie. Así que dame un respiro, mujer ―comento acercándose con cautela a la joven.
Asami alzo una ceja mientras dejaba que aquel muchacho se acercara y así le rodeara con sus gruesos brazos su cintura al mismo momento que ella dejaba descansar los suyo alrededor del cuello del muchacho.
― quieres volver o seguiremos dando otra caminata ―Sugirió él.
―sigamos caminando, la noche es joven y no sabes cuánto estoy disfrutando este día juntos―le respondió haciéndose a una lado de él para así tomar una de su mano y entrelazarla.
Mako dándole una sonrisa comenzó a caminar a su lado.
Caminaron por varios minutos hasta llegar a una pequeña plazoleta. El lugar se encontraba rodeada de varios restaurantes y cafeterías formando una gigantesca U dejando que en su centro se pudiera apreciar un gran lago artificial donde como si fuera un espejo, dejaba a la vista el reflejo de una deslumbrante ciudad.
― ¿Quieres comer algo? ―pregunto Mako mientras abrazaba de un lado a su novia.
Asami quien aún seguía admirando el lugar como si hubiera sido tele transportada a otro lugar, solo afirmo con su cabeza.
Escogiendo una de las mesas de la plazoleta, la pareja espero paciente el pedido dándole tiempo para intercambiar miradas que solo ellos podían entender.
―Tu padre quiere ascenderme… ―comentó el muchacho de repente con una pequeña sonrisa nerviosa.
Asami abrió con sorpresa sus ojos y con una gran sonrisa de felicidad le miro.
― eso es grandioso ―exclamo contenta.
―lo es―pronuncio también emocionado―, con este nuevo cargo e ingresos, ahora si podre darte todo lo que quieres.
Asami rio provocando un disgusto en el joven.
― no seas tonto, Mako―acuno su mano derecho en la mejilla de él―, Cuantas veces te he dicho que no debes preocuparte que puedes darme o no… yo solo quiero que me ames.
El joven le miró fijamente sin ninguna expresión pero luego le sonrió
―Eres grandiosa Asami, prometo que te amare hasta los últimos días de mi vida ―dijo tomando su mano y darle un pequeño beso.
Un silencio cálido se provocó entre ellos hasta que por fin, la chica de piel pálida con un leve sonrojo exclamara:
― sabes Mako, pronto serán los exámenes finales del semestre… quizás deberíamos ir de vacaciones a algún lugar, así también celebraríamos tu ascenso―comento la peli negra.
―Donde tú quieras ir, yo iré ―le respondió Mako dándole un beso.
…
La brisa marina junto con una gran playa blanca que se perdía en la distancia, hizo que por un momento la joven de cabellera negra sintiera calma. Sus pasos que dejaban huella en un corto tiempo eran borrados por la marea. Haciéndola desear que de esa misma forma se pudiera deshacer sus preocupaciones.
La cálida sensación de sus pies tocando el agua que en ocasiones empava mojaba los bordes de su pantalón arremangado. Le ayudo a relajarse en cada paso.
Para quien caminara por aquel paisaje no dudaría en demostrar su felicidad, Pues era un paraíso oculto en un gran país, donde solo pocas personas sabían de su existencia. Sin embargo para Asami, Era solo un motivo para que la tristeza se apoderara de su rostro.
Para ella le hacía difícil creer que solo hace cuatro horas había llegado aquel lugar donde su madre se encontraba internada y con tan solo dar un paso a la entrada de aquella peculiar clínica, ya tenía malas noticias.
Su madre ha vuelto a tener una recaída
Fueron las palabras que le dijo una de las enfermeras de la recepción. Provocándole aquella sensación de la cual estaba huyendo hace meses.
Peino con sus dedos su cabello que se revoloteaba por la brisa del mar, mientras buscaba una solución ante todo lo que estaba ocurriendo. Aquel tratamiento que se suponía que evitaría cualquier recaída, pareciera que ya no estaba haciendo efecto en su madre; provocándole ataques respiratorios que si no eran tratados con prontitud, su madre pronto dejaría este mundo.
Una recomendación de ir algún lugar mientras la estabilizaban y se recuperaba, fue la razón de estar dar un angustiante paseo por las playas que rodeaba la clínica. Le era imposible creer que aquel lugar que fuera el indicado para cuidar a su madre y otras personas que se encontraban casi en la misma situación.
La duda de que si fue buena idea volver a verla, le hizo detenerse por un momento. Le había huido tanta aquella situación que estar en aquel lugar, provocó que un susurro diciéndole que huyera lo más pronto posible.
Abrazándose a si misma continuo su caminata. La duda se había vuelto en Temor pues Tenía miedo de que su esperanza de aun tener a su madre a su lado; se quería perderla ni muchos menos verla sufrir.
Dejando que cayera una lágrima de su rostro decidió seguir caminando en silencio por unos minutos más intentando sacar aquellos pensamientos oscuros. Al dar vuelta y regresar por el mismo camino que la llevaría al hospital, Pues supuso que ya era momento de saber la situación de su madre. Una silueta masculina se acercaba a pasos rápido hacia ella.
― no puede ser… ―exclamo con amargura al reconocerlo.
Era la persona que menos quería ver en ese momento. Ese joven de cabello oscuro y ojos color ámbar.
―Asami, valla que por fin te alcanzo ―exclamo agitado mientras apoyaba sus manos en sus rodillas y sonreía de oreja a oreja hacia ella.
― ¿qué haces aquí? ―pregunto Asami, cortante.
El joven alzo su vista notando aquella expresión de desprecio de su ex novia.
― Vine por la misma razón de tu viniste ―respondió con inocencia―, también me preocupa tu madre.
― ¿en serio?―dijo la joven irónicamente alzando una ceja.
―Por supuesto!― Respondió él.
Mako enderezó su espalda mientras peinaba su cabello alborotado por la brisa.
―tu madre ha sido como la que nunca tuve, además ella hizo muchas cosas por mí―hizo una pausa como si pensara lo que fuera a decir―, Cuando tu padre me dijo su situación, no dude en venir a verla.
Una expresión de enojo se formó en el rostro de Asami, sabía muy bien que sus palabras eran falsas como muchas que en el pasado le dijo.
― ¿Por qué me miras así? ―comento Mako al notar su expresión―, es cierto, tú sabes muy bien cuanto la he querido.
―Si claro…
La peli negra volteo su mirada y corriéndose a un lado prefirió seguir su camino hacia el hospital.
―¡espera! ―grito Makomientras la seguía―. Por favor puedes parar un momento esa actitud conmigo.
― ¡¿Actitud?! ―se detuvo de golpe y volteo a verle con furia―, ¡acaso crees qué me da alegraría verte y ver como simulas preocuparte por una persona que solo fingiste querer e igual que a su hija!
―¡Wow! Espera un si te quise e igual que a tu madre ―se defendió acercándose a ella con una mirada fija interponiéndose en medio de su camino.
Asami dio una risa sarcástica.
― Es mejor que regreses y de paso le digas a mi padre que no voy a volver contigo, Mako ―exclamo alterada.
― ¿pero de que estas hablando? ―respondió sin comprender―, yo vine por mi cuenta, no por tu padre― respondió enojando mientras estiraba sus brazos a sus lados.
―Si claro ―bufo.
― Asami,lo que estoy diciendo es verdad―Dio un paso frente a ella―.Estoy aquí por Yasuko, ambos sabemos que tu madre no estará bien estos meses y necesita todo el apoyo posible.
Asami no respondió. Entonces dando media vuelta busco otro camino hacia la clínica, no tenía ninguna motivación de discutir.
Pero su acción se Frustro cuando una fuerte mano tomo su brazo impidiendo alejarse de él.
―Mako, Por favor… ―susurro entre dientes mientras contenía su enojo.
―déjame ir contigo ―suplico―, no pretendo nada, solo quiero acompañarte en este momento.
Sin tener más remedio Asami acepto afirmando su cabeza mientras se soltaba del agarre del muchacho.
Así Ambos jóvenes se dirigieron hasta el hospital en silencio. Al llegar a la entrada, Asami noto una Sonrisa en el rostro del Mako.
―puedes quitar esa sonrisa, que acepte que me acompañes no dice que te haya perdonado –exclamodisgustada la peli-negra.
―pero puede ser un avance, ¿no crees? ―bromeo.
Un suspiro pesado de Asami fue su respuesta y así acelerar su paso hacia la recepción.
Después de que por fin recibiera un buena noticia, hizo que su desespero mermara mientras se sentaba en uno de los asiento de la sala de espera. Solo unos minutos más y podría ir a ver a su madre.
Aquellos minutos le dio la oportunidad de detallar aquel lugar. Era peculiar. Parecía más un lugar de reposo que algo parecido a una clínica. Era escaso los pacientes que deambularan por los pasillo, he igual que los médicos o enfermeras. No le era de extrañar que en esa clínica se le alejara todo medio de comunicación pues era el lugar perfecto para hacer un retiro de todo lo que se le rodeaba y así tuviera en su corto tiempo, un buen momento con lo esencial. Su vida y la naturaleza.
Saco de su bolsillo su móvil con una vaga esperanza de tener señal. Pero tal como lo esperaba aquel aparato electrónico solo ahora servía como adorno para ver la hora. Ninguna llamada podía salir o entrar.
―cuando se dice que este lugar es libre de cualquier señal telefónica, no es una broma.
Comento Mako quien desde dos asientos junto a ella le observaba.
― ¿necesitas llamar a alguien? Puedo llevarte un momento al pueblo, allá quizás si halla señal.
―exclamo el joven cortésmente.
―Gracias, pero no ―le rechazo Asami.
Mako frunció el ceño por un segundo y desvió su mirada hacia la sala de espera donde solo ellos dos eran quien ocupaba la sala.
―deberías quitar esa forma de ser conmigo, yo solo quiero que seamos amigos ―comento molesto mientras se cruzaba de brazos.
Asami quien aún observaba su celular, dio una pequeña risa.
―Eres un descarado, ser amigos después de lo que me hiciste.
Mako clamó con enojo.
―Asami, podrías dejarlo en el pasado. Ya intente disculparme y me dejaste solo en una cafetería por si no recuerdas ―respondió girando su vista hacia ella.
―Insinuándose y queriendo volver como si nada hubiera pasado ¡Oh! Que buena forma de disculparte ―contesto alzando su mirada hacia él.
Una mirada de enojo entre los dos jóvenes se intercaló.
―Esta bien, mi error ―dijo colocando sus dos palmas al frente de él―, déjame esta vez hacerlo de la mejor forma.
Ignorado sus palabras, Asami se levantó de su puesto. Necesitaba encontrar un lugar lejos de él o ella terminaría mandándolo a unos de los consultorios del hospital.
― Señorita Asami.
Irrumpió una de las enfermeras, provocando que la joven de inmediato se acercara hacia ella.
―ya puede ver a la señora Sato ―le dijo con una tímida sonrisa.
Asami de inmediato agradeció para luego con pasos rápidos se dirigiera hacia la habitación donde se encontraba su madre. Ignorando por completo que Mako le seguía a diez pasos atrás.
Al entrar allí estaba ella. Era la viva imagen de Asami, aunque su cabello le había abandonado siendo cubierto por un turbante; sus delicados detalles de su rostro.
El sonido de una respiración pesada junto a pequeños timbres de una máquina que controlaba los latidos del corazón, hizo que todo su amor hacia su madre se llenara de melancolía. No era fácil verla postrada en una cama mientras era dependiente de varias máquinas solo para tener una esperanza de vida más larga.
Su mirada se fijó a unos ojos verdosos pálidos y agotados que observaban la ventana, como si solo deseara ser libre de todo ese sufrimiento.
Asami se acercó con cautela hasta quedar a lado de la cama. Miro hacia la delgada mano de su madre. Dudo en tomarla tanto así que fue Yakuso quien tomo la de ella.
Madre e hija por fin volvieron a verse después de muchos meses.
―mi pequeña... -exclamo con dificultad de respirar.
―hola mamá ―susurro cálidamente su hija.
―pensé que ―hizo una pausa para tomar aire―, estabas en Republic City ¿y la universidad?
Asami le sonrió.
―La universidad ahora no importa, papá me dijo lo que te ocurrió y no dude en venir a verte ¿Cómo te sientes? ―hablo con un tono entrecortado, pues quería llorar pero no frente a ella. No era fácil verla tan frágil y malgastada.
―Agotada cariño ―hizo una pausa para tomar aire―, No creo soporta otro tiempo más ―confesó la mujer.
Asami no supo que responder, por el rostro agotado de su madre y como sus ojos suplicaban terminar todo aquel dilema hizo que la impotencia se hiciera presente en ella.
Por más que Asami siguiera luchando para salvarla, su madre ya estaba dando poco a poco un paso al final de su lucha y su cuerpo poco a poco lo estaba demostrando.
―Mako,Qué bueno es verte…
Exclamo la mujer al ver como a la entrada de la habitación se encontraba el muchacho de ojos de color ámbar observándole.
―Sra. Sato, como luce de radiante ―respondió él acercándose a la cama quedando a un lado de Asami. ―sigue igual de hermosa que desde la última vez que la vi ―le alabo recibiendo una sonrisa de parte de la alagada.
―y tú sigues igual de encantador. ―respondió en una voz opaca la mujer.
Mako imitó su sonrisa mientras que Asami en silencio lo miraba molesta. Odia ver como su madre le había perdonado aquel daño que le hizo a su hija.
―me alegra ver que han arreglado sus problemas y estén juntos otra vez ―comento la mujer tomando también la mano de Mako uniéndola con la de Asami como forma de alianza.
Ambos jóvenes intercambiaron miradas. Unos ojos ámbar se iluminaron con alegría mientras unos verdosos se entrecerraban con enojo.
―lo siento mamá, pero Mako y yo, no hemos vuelto ―alejo bruscamente su mano de la de él.
La decepción en el rostro de la mujer se formó y que Asami intento ignorar.
―ya veo ―susurro la mujer con melancolía.
―pero no nos concentremos en algo sin importancia―interrumpió Mako aquel incomodo momento―, ahora quien nos importa es usted Señora Sato. ¿Se siente cómoda? ¿Quiere algo en especial?
―Gracias cariño, pero lo único que quiero no creo que se pueda lograr ―exclamó Yasuko observando a su hija. Aquella indirecta hizo que esta bajaba la mirada molesta.
― Muy bien, entonces ―dudo un poco Mako al ver que la situación no mermaba― iré por un momento por ahí…―señalo la salida de la habitación―, nos vemos más rato señora Sato ―
Se despidió dándole un pequeño beso en sus manos y con una sonrisa salió de la habitación.
Dejando a solas nuevamente, aquella expresión que tanto conocía Asami se mostró en Yasuko. Sabía que aquella mirada tan fija y juzgadora tenía una razón.
―Madre, no puedo… tu más que nadie sabe el daño que me ha hecho ―respondió la joven tomando asiento en uno de los sofás junto a la cama.
―lo sé, pero él me ha dicho que está arrepentido.―lo defendió.
Asami le miro molesta ante lo que acaba de decir su madre.
―Esos son mentiras, las mismas con la que me dijo antes de viajar al final el semestre de que debía primero ir a una reunión de la empresa, siendo solo una reunión con su asistente en un hotel a las afueras de la ciudad.
Yasuko guardo silencio por un momento, desviando su mirada nuevamente hacia la ventana.
―en ocasiones los hombre tienden a cometer errores, Cariño ―hizo una pausa para tomar aire―, Pero cuando aman de verdad son capaces de corregirlos, y es allí donde debes darle una segunda oportunidad ―Explico la mujer.
Asami cerró sus ojos, Ella más que nadie sabía que esas palabras no eran de creer y solo le daba un motivo para comentar palabras que no eran las indicadas en ese momento. Sin embargo, Masajeando el puente de su nariz para calmarse, Asami solo respondió:
―Madre no puedo, lo siento pero no puedo darle una segunda oportunidad ―declaro en un tono firme.
Yasuko no respondido, dejando por unos minutos un silencio incómodo.
― ¿Es por esa chica? ¿Korra es que se llama?―Volvió hablar la mujer.
Aquellas preguntas hicieron que Asami volteara su vista hacia ella encontrándose con una mirada fija y seria.
― ¿Cómo sabes de ella? ―preguntó sorprendida.
― Tu padre me lo dijo.
Confesó Yasuko, estaba claro que su padre quería provocar una guerra entre su propia familia.
―Asami ―continuo su madre―, como esta enfermedad he aceptado tus gustos desde años atrás, porque pudo ser solo una etapa, pero ahora no puedo hacerlo…―tomo aire con dificultad―, quiero un futuro para ti, cariño. Uno donde tengas un hombre que te amé, que ambos me puedan dar nietos; no algo donde solo es un capricho de parte tuya y hasta de esa jovencita.
― Lo de nosotras no es un capricho, mamá ―se defendió Asami en tono molesto―, ambas nos queremos. Además, quien dice que con ella no pueda tener ese mismo futuro que tú quieres.
―Asami, Cariño, ahora solo lo dices porque apenas están empezando y todo puede ser muy hermoso, asi como lo fue con tus otras dos relaciones más ―guardo silencio por un momento―, tú mereces algo estable… con futuro.
―Y ese para ti, es Mako ―interrumpió mientras se cruzaba de brazos levantándose del sofá al mismo tiempo.
―Ha sido el mejor postor, a pesar de que su relación terminara. Él aun te ama, Asami.
― Pero yo no a él ―contesto alterada―, yo ahora quiero a otra persona y no voy acabar algo que por fin me ha dado alegría, por alguien que sé que a la vuelta de la esquina me estará engañando con alguien más, a parte de su secretaria.
Yasuko sonrió con tristeza pues sabía lo terca que podía llegar ser su hija.
―Asami… no voy a obligarte hacerlo ―contesto en tono agotado―, pero como una madre que pronto partirá solo te pido que cumplas solo un deseo de esta mujer moribunda.
La heredera con su mirada molesta solo espero aquella petición.
―por tu futuro, piensa muy bien las cosas ―hizo una pausa a sentir agotada y sin aire―, Mako te ama y no me daría tanta paz en el otro lado que verte a ti y a él juntos nuevamente.
Tal propuesta solo hizo que Asami riera con sarcasmo.
― ¿en serio? ―exclamo indignada―, ¿te estas aprovechando de tu enfermedad para que vuelva con él?
― Solo es una petición por fuera de esto, Asami ―contesto seria la mujer.
―No…―dijo negando con su cabeza―, no puedo hacer eso. Asi ponga por delante tu enfermedad,entiende que yo solo quiero a Korra ―dijo mientras se le entrecortaba su voz al mismo tiempo que la mujer le daba aquella mirada que le imposible contradecirle.
La mujer no dijo nada, sabía muy bien que había colocado a su hija en una situación que solo ella sabría qué hacer y que al final tomaría la petición.
― Sra. Sato, Puede creerlo hay una biblioteca en el Hospital! ¿ Y a qué no adivina lo que encontré?
Interrumpió Mako entrando a la habitación con una sonrisa y un libro en su mano. Dejando así aquella conversación finalizada, resignando a una Asami luchando con sus pensamientos mientras estaba sentada en el sofá.
― Dime, que encontraste ―respondió curiosa la mujer, fijando su vista en el joven que se acercaba a su cama.
― El Decamerón, recuerdo que me comentabas mucho de él, entonces cuando lo vi me dije 'por qué no traerlo y leerlo juntos'
Yasuko sonrió de alegría que mientras Mako buscaba un asiento para empezar a leer, no pudo evitar ver a su hija que en silencio salió de la habitación. Sabía que aquella propuesta la había hecho reflexionar y una esperanza de que cumpliera su último deseo; nació muy dentro de ella.
…
Una larga noche se volvió para Asami, un sofá y un café fue su único descanso para llegar al otro día, sabía que tenía un vuelo de regreso esa mañana para luego luchar con el tiempo y así llegar al examen de matemáticas.
―Así que volverás a Republic City
Comento Mako entrando a la cafetería del hospital, donde solo médicos y enfermeras se encontraban deambulando; mientras que en una de las meses se encontraba la joven peli-negra.
Asami lo observo como con dos vasos de café tomo asiento junto a ella.
― ten, otra ronda o no podrás aguantar el día ―dijo Mako pasándole uno de los vasos.
La mirada fría de la muchacha hacia Mako hizo que por un momento desconfiara de esa mirada sincera y hostil. Sin embargo al ser las cuatro de la mañana una hora donde ni el sol se había levantado, un vaso extra de café le era imposible rechazar.
Tomo de mala gana aquel vaso de cartón y lo coloco junto al suyo. El sueño y agotamiento la estaba haciendo vulnerable con su ex novio.
―Gracias ―agradeció secamente.
Mako le regalo una media sonrisa. Apoyo sus codos en la mesa mientras la observaba fijamente.
― ¿estas segura que quieres volver hoy? sabes que tu padre puede mover algunas cosas y aplazarte los exámenes que debes hacer.
Los ojos verdosos de Asami miraron por un momento a Mako como si deseara aceptar aquella idea, sin embargo, sentía un gran peso de responsabilidad aquel examen de Matemáticas pues sabía que Korra esa mañana necesitaba su apoyo sin contar que ella quería verla sonreír cuando lograra pasar la nota; Había sido una buena aprendiz que estaba completamente segura que la morena podría solucionar cualquier problema matemático, motivándola a presenciarlo.
―si quieres, yo puedo llamarlo ―comento el chico al no recibir ninguna respuesta.
―No… ―susurro ella desviando su miraba hacia los dos vasos de café―, quiero evitar cual favor de mi padre.
― ¿por qué? El hará todo lo que tú le pidas sin pedir a cambio.
Asami dio una pequeña risa.
― Creo que te hace falta conocer un poco a tu querido jefe ―comento ella sin voltear su vista.
―Yo conozco muy bien a tu padre, Asami.
―Por supuesto que si ―exclamo con ironía―, por eso ustedes dos tienen la misma tendencia de engañar a sus parejas con las asistentes de la empresa ―le acuso volteando su mirada hacia él.
Mako frunció un ceño de enojo mientras guarda silencio.
― Crees que no me había dado cuenta de que mi padre está saliendo con la asistente Contable mientras mi madre está aquí en un hospital en medio de una costa casi agonizando ―Exclamo en un tono fuerte.
―Asami…
Intento explicar el muchacho pero la peli negra se levantó de su asiento saliendo a toda prisa de la cafetería. Asami se encontraba tan agotada que quería evitar una discusión que no tenía solución.
Camino por el pasillo del hospital, notando que la rutina del lugar estaba iniciando. Varios doctores se dirigieron algunas habitaciones para monitorear sus pacientes mientras que algunas enfermeras le acompañaban para ayudarle.
Muy adentro de su ser no quería irse tan rápido, quería aun estar al lado de su madre pero el impulso de volver con Korra le provocaba una discusión en su mente. Si regresaba sabía que de igual manera Yasuko ya se encontraba estable dándole la seguridad que estaría lejos de alguna recaída y quizás podría acomodar su tiempo para volver más de seguido, así su ser le motivara a huir de todo aquel sufrimiento.
Al llegar frente a la habitación, el sonido desesperado del cardiograma y las órdenes de un doctor desesperado hizo que se quedara en pánico al ver como nuevamente su madre volvía a entrar en peligro.
Antes de que dijera algo o se adentrara a la habitación, una enferma quien la alcanzo a ver la llevo a una distancia alejada para así evitar presenciar algo amargo.
―Asami! ―le llamo Mako que no dudo en tomar los brazos de la joven al verla en un estado de shock ―es mejor que esperemos afuera, ella va estar bien… lo prometo.
La joven no respondió, solo se dejó llevar hasta la sala de espera del hospital. No le importaba sentir el consuelo de esa misma persona que años atrás rompió en mil pedazos sus ilusiones. Ver como su madre intentaba luchar contra la muerte mientras dos doctores le ayudaban, era esa imagen que choco con su peor recuerdo; uno muy parecido pero que dio la alerta de aquella tenebrosa enfermedad.
Aquella decisión de volver se esfumo en medio de un sentimiento de desespero. Mientras que aquella propuesta de su madre como último deseo se apodero de su mente y acuchillo su corazón. Era el amor o la razón la decidiría en futuro aquella petición.
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Uf, que situación más complicada la de Asami. pero bueno ese solo es el inicio a otras cosas que están por venir...
¡En fin!
Creo que me he demorado un poco en subir este capitulo pero pues las cosas de la vida no me ha dejado subirlo porque ya saben; trabajos, problemas con mi Beta reader, navidad, Fin de año, una cachorra que me obliga a ser una mamá responsable (?) y pues todo esto me ha hecho que solo hasta esta madrugada pudiera actualizar.
Quiero agradecer de todo corazón a Lobo o mejor conocido por estos canales como Susurro Nocturno que me ha ayudado a que esta historia salga a la luz, también a las páginas como Korrasami Latino y Korrasami Natión que la agregado como Fic recomendado. ¡mil gracias! no saben como me motivan para continuar toda esta trama y quien quiera seguir recomendandolo seria fantástico... ademas de que me animaría a seguir continuado esta historia.
Les debo esta vez las respuesta a todos lo comentarios, pero eso si ¡gracias! a cada persona que toma de su tiempo para dejar un Review. Me encanta saber como les pareció cada capitulo.
Como siempre, espero les haya gustado mucho y no teman en dejar un comentario de que tal les pareció, si quizás tienen alguna duda, queja o jalón de orejas por subir tan tarde el capitulo, tengan por seguro de que todo review es bien recibido.
nos leemos en el próximo capitulo! :)
