En el reino de Muy Muy Lejano la luz del día se asomaba en las montañas, despertando a los habitantes del reino que sin demora empezaron sus actividades habituales. Aunque estando siempre alerta al igual que las brujas que sobrevolaban por el lugar, en caso de que los sincorazón aparecieran.
En el jardín del castillo cerca de una fuente donde habitan algunos sapos, el chico rubio y la pelirroja paseaban hablando sobre cualquier cosa (era más el chico hablando sobre el reino y el porque la estatua del sapo tenia una corona...) mientras esperaban al chico escarcha.
— Si es cierto lo que me decías... tu familia es muy caótica —dijo la pelirroja con una pequeña risa.
—Nunca me deja de sorprender, me hace darme cuenta de lo que me perdí —dijo rascándose la nuca.
En eso, el chico de cabellos blancos llego al lugar —¡Kairi! Disculpa la tardanza, tenia que asegurarme no nos faltara nada, bien ahora...¿Nos vamos? —con una esfera de nieve en sus manos le pregunto a la pelirroja.
— Bien, entonces este es un hasta luego Artie, cuando todo esto acabe espero tener tiempo para visitar Muy Muy Lejano otra vez —dijo deseosa.
—Y aquí estaré...mos esperándote. Hasta luego Kairi, mucha suerte te...les deseo a los dos —dijo ligeramente sonrojado.
—Hasta luego Artie y no te preocupes, la cuidaré bien — dijo el albino bromeando haciendo sonrojar al chico, sabía que Artie sentía un ligero interés en Kairi.
— Bien ahora ¿ A donde tenemos que ir? —pregunto la pelirroja.
— Oh ya lo verás es un lugar muy hermoso y es mi preferido, hay habitantes algo...particulares.
— Ahora ya me dio curiosidad.
El albino le dio una sonrisa cerrando los ojos y saco la esfera de nieve —Ahora, hacia Berk —susurro a la esfera arrojándola donde se abrió el portal.
Cruzaron y lo primero que vieron fue un bosque, además que podían oír el golpeteo de las olas del mar.
— ¿Una isla?
— Sí pero, no creas que es una común y corriente. Como te dije hace rato en esta isla habitan...
—¡Dragones! —grito sorprendida la pelirroja, señaló a una de esas criaturas de gran tamaño volar por los árboles.
—Así es...
—Oh...es genial... —dijo sin saber como reaccionar.
— Pensé que estarías más emocionada.
— No es eso, estoy impresionada, es solo que en mi mundo...los dragones grandes siempre resultan ser brujas disfrazadas...
— Nah, no temas aquí son como cualquier animal que encuentras en el bosque. La única diferencia claro escupen fuego...y a veces otras cosas.
— Sabes mucho sobre este mundo...
—Como te dije, es mi favorito; venía a visitarlo a menudo...
—¿No te preocupa la injerencia?
— ¿Injerencia?
—Mantener el orden mundial, ya sabes, no causar caos. En mi mundo es lo más importante que debe aprender un guerrero de la llave espada —dijo con obviedad.
—Ah eso, creo que nunca preste atención...además nunca lo creí necesario...
— ¿En serio? — dijo la pelirroja incrédula.
—Sí y ...creo que tendremos que hablar después...¡Mira hacia allá! —señaló hacia un claro del bosque donde varios sincorazón tenían rodeado a un pequeño dragón de color verde, que tenía un ala lastimada y gruñía para tratar de alejar a los seres obscuros.
— ¡Bien Kairi! ¿Hora de mostrar tus habilidades? — dijo dándole una sonrisa mutua.
—¡Por supuesto y esta vez, estoy lista! —llamó a su llave espada y sin dudar fue al encuentro de esos sin corazón— ¡Hey, dejen a ese pequeño en paz, bravucones! — llamó la atención del primero que no tuvo tiempo de esquivar, pues fue golpeado por el arma de la pelirroja. Haciendo que desapareciera al instante.
—¡¿Quién sigue?! —los reto.
Los sincorazón puros ahora con su atención a Kairi, saltaron en conjunto y estaban por dar un golpe pero, la pelirroja bloqueo mandando a volar lejos a algunos sin corazón cerca del dragoncito, antes de que se fijarán en él, fueron congelados por el chico escarcha.
—Ah no, no atacaran a nadie mientras yo este aquí —dijo el albino con arrogancia.
La pelirroja dio un ataque de tundara derrotando a los sin corazón que quedaban dejando limpio el lugar. Después hizo desaparecer su llave espada.
— ¿Cómo lo hice? —pregunto al albino.
—Nada mal... —contesto con aprobación el albino.
La pelirroja se acerco con prudencia al pequeño animalito, al principio se le ocurrió acercar lentamente su mano para que el dragón la oliera tal como si se tratase de un perrito, aunque rápidamente descarto la idea. el dragoncito retrocedía; definitivamente no sabia como tratar con esas criaturas.
— Vamos pequeño, no te haré daño —le hablaba agudizando su voz.
—¿Porque no le ofreces comida? es muy eficaz—dijo el albino.
—¿Cómo que le gusta a un dragón?
— Si mal no recuerdo a la mayoría le gusta el pescado...
De su alforja la pelirroja encontró un pescado, en cuanto lo saco, el dragoncito levanto su cabeza olfateando con mucho interés —Esto te gusta verdad, aquí tienes —. La pelirroja dejo el pescado frente al dragón y dio unos pasos hacia atrás. La criatura se acerco y se comió el pez muy gustosamente. Después se dirigió hacia Kairi y como un gatito se restregó en sus piernas y trepo hacia los brazos de ella, Kairi no se asusto, al contrario comenzó a acariciar a la criaturita con mucha curiosidad.
— Oh...creo que los dragones me gustan. — dijo mientras el dragoncito se dormía en sus brazos.
— Tenemos trabajo que hacer, Kairi.
—¿Pero donde podemos dejarlo? Tiene un ala lastimada y no podemos llevarlo.
— Sígueme conozco un lugar...
Caminaron hasta dejar el bosque atrás y a lo lejos vieron varias chozas con decorados; mayormente con dibujos y relieves de dragones junto a ellas corrales con ovejas y yaks con campos llenos de repollo. Lo sorprendente era que en vez de perros que vigilarán las "granjas" eran dragones (parecidas a aves más específicamente a guacamayas) observando atentamente a los dos chicos con curiosidad.
— Tranquila...ellos no te harán nada mientras no quieras robar alguna oveja.
— ¿Qué? Espera...ellos ¿No van a atacarnos?
— No.
— ¡Hey tú! ¡Identifícate! —llamo una voz grave.
Al voltearse, vieron que desde el cielo decencia un dragón azulado con una enorme boca o más bien toda su boca ocupaba casi todo su cuerpo; y en su lomo montado un hombre de gran estatura, fornido y con una larga barba rojiza peinada con varias trenzas. No se podía decir quién eran más intimidante si él o el dragón. Bajo del dragón y se acercó a la chica.
—¿Quién eres tú y que haces en mi isla? —pregunto.
—Ah...Verá señor —se despabilo—Yo me llamó Kairi y él es Jack...
—¿Y Jack que le pasó?
—¿Perdón?
—Tu dragón, el Terrible Terror que tienes en los brazos...
— Él...tiene un ala lastimada, fue atacado y necesita ayuda... pero no es mío, lo encontré y...
— Entonces eres aspirante, debes venir de otra tribu...entonces más allá de Berk deben saber de los dragones —hablo pensativo.
—¿Vikingos?...
— Kairi —le susurro Jack —él es un vikingo. Los vikingos son como guerreros solo que más impulsivos y algo bruscos.
— Oh creo que ya me doy una idea , aunque yo no me consideraría "un vikingo" —Volvió a susurrar.
—Yo soy Estoico el Vasto, jefe de Berk —se presento el corpulento hombre, sin prestar atención a los murmureos de los jóvenes —. Espero que estés aquí para entrenar...y no para espiar.
—No. no, no nada de eso solo somos viajeros...
—Esta bien —dijo mirándola de pies a cabeza—. Pareces bastante inocente. Te llevare con mi hijo y sus amigos, ellos te ayudaran con Jack...debes tener más cuidado con tu dragón —dijo caminando hacia las chozas.
—Eh, disculpe...el dragón no se llama así, no entiendo porque ignora... —quería reclamarle al hombre; no termino ya que el chico le dio un ligero codazo para llamar su atención.
—No vale la pena Kairi... él no me ve.
— ¿Cómo que no te ve? ¡Si estas parado frente a él! —dijo confundida.
— Eh con quien hablas, ¿Vas a venir o no?
El jefe de Berk guio a la pelirroja, adentrándose más al centro del pueblo.
—¿Me puedes explicar porque no te ve? —susurro— Artie te ve, Nimue te ve, todos en Muy Lejano y yo te vemos.
El albino suspiro—veras Kairi en mi mundo y en algunos hay personas que no creen en la magia o en seres fantásticos como los Guardianes y yo...
—¿Qué? ¿No creen... Pero ellos, viven en un mundo de dragones?
—El hecho de que vivan con criaturas tan fantásticas como los dragones, no quiere decir que crean 100% en todo lo mágico, como te dije y lo habrás notado para ellos los dragones son como cualquier animal salvaje...
— Me sigue pareciendo increíble...
—No te debería sorprender, tu vivías junto a varios mundos y aún así dudabas de su existencia ¿No?
— Touche...aunque, debe ser algo duro para ti, que la gente no te vea...debe sentirse...como si no existieras...como si no fueras...nadie.
El albino dio otro suspiro— no te preocupes ya estoy acostumbrado, la bueno de ser invisible es que le puedo gastar bromas a las personas y visitar los mundos que quiera sin preocuparme por la, ¿Insurgencia?
— Es injerencia...
—Esa cosa.
— Bien ¿Kairi, verdad? — llamo su atención el hombre barbudo, deteniéndose en la entrada de una arena donde colgaba un escudo con el símbolo de un dragón de color negro —este es el lugar donde mi hijo entrena a los dragones y sus jinetes.
— Wow su hijo debe ser alguien fuerte y rudo como usted para tal tarea.
Jack dio unas cuantas carcajadas por lo bajo, mientras la pelirroja lo miraba confundida y levantando una ceja.
El hombre río un poco —jajá, bueno mi hijo...yo lo consideró alguien muy valiente y no alguien como yo u otros chicos de su edad...pero alguien como él era necesario para Berk, para que pudiéramos vivir con los dragones —hablo el hombre nostálgico mientras sonreía.
— ¿Eh?
— Verás, antes los dragones y vikingos no nos llevábamos bien, peleábamos a muerte cuando los dragones atacaban la isla...creíamos que lo hacían porque eran bestias crueles y sin corazón, pero sólo seguían órdenes de un dragón más grande que los explotaba...
—Es increíble ¿Cómo solucionaron su conflicto?
— Fue gracias a mi hijo; hizo algo que jamás ningún vikingo en esta isla hizo: hacerse amigo de un dragón. Ellos se enfrentaron a Muerte Roja para liberar a los dragones y así poner fin a nuestra guerra.
—Su hijo es alguien increíble.
— Oh claro que lo es; él entiende más de los dragones que yo, gracias a sus conocimientos logramos vivir en paz...
— Ahora tengo mucha curiosidad por conocerlo, aunque al mismo tiempo estoy un poco nerviosa...debe ser un guerrero fuerte y valiente como Riku me pregunto si estaré a su altura —hablo para si.
—Oh eso no lo dudes Kairi —le murmuro Jack —por supuesto que estarás a su altura, te sorprenderás...
— Bien sígueme por acá...
Entraron al coliseo y en la arena de duelos se encontraban varios blancos y volando arriba de ellos estaban varios dragones con chicos montados en ellos.
—¡Hijo, ven aquí! ¡Tienes a un nuevo aspirante a jinete! —grito el robusto hombre.
Aterrizo frente a ellos; un dragón de color tan negro como la noche con aire misterioso pero al mismo tiempo tierno y resaltaban sus ojos color verde brillante, la pelirroja no pudo evitar compararlo con un felino gigante. Lo que también noto cuando el dragón bajo era que tenia una especie de prótesis en una de las aletas de su cola (una aleta falsa).
Bajando de su espalda un muchacho de su misma edad. Estaba impresionada por el aspecto del chico (y miraba reiteradas veces entre padre e hijo), efectivamente no se parecía a ningún vikingo o a su padre , un chico normal que encontraría en las Islas del Destino o Villa Crepúsculo: cabello castaño, pecoso, de complexión delgada (y de apariencia frágil para estar en un lugar tan extremo), lo curioso que también noto es que al igual que el dragón tenia una prótesis en la pierna izquierda.
—Hola padre ¿Quién es ella? —dijo acercándose al hombre y a la chica; miro a la pelirroja igualmente asombrado por su apariencia, aunque luego se percató del dragón que traía en brazos.
—Ella es ¿Kairi, verdad? y el es su dragón Jack, necesita ayuda, su dragón esta lastimado y además de ser tu nueva alumna —Estoico le dio a la chica una palmada en el hombro para que se acercará más (lo que en términos de una persona normal es como si le hubieran dado un empujón)—bien los dejo para que se conozcan mejor, tengo que hacer mi ronda diaria por el pueblo—el hombre se fue en su dragón, dejando a los chicos solos.
— Vale —miró de arriba a bajo a la pelirroja, con cierta duda—. Me llamo Hipo...así que ¿Qué le sucedió a tu dragón?
En eso, un dragón azulado con picos en la cola también aterrizó y de su espalda bajó una chica rubia de ojos azules.
— Hipo, ¿Qué sucede? —se acercó hasta ponerse a un lado del castaño, miró a la pelirroja dándole una mirada algo desconfiada— ¿Quién eres tú?
—Me llamo Kairi y él… bueno es Jack verán, unas criaturas oscuras atacaron a mi dragón y necesita ayuda…
—¡¿Qué?! ¡¿Un dragón herido, esto necesita atención inmediata?! —bajando apresuradamente gritando desde atrás, venía corriendo un chico grande y robusto.
—Ah Kairi el es Patapez, —dijo Hipo cuando el chico robusto se paró al lado de él estirando los brazos para recibir al dragón, la pelirroja le entrego al animalito sin preguntar ni objetar, pudo ver de reojo al dragón de "Patapez" como movía su "cola" y como sacaba la lengua como si fuera un perro con una gran sonrisa (le recordó a un Bulldog) —Patapez ella es Kairi…
—Oh disculpa por no presentarme señorita, soy Patapez experto en dragones, ayudo en su cuidado y estudio y usted de ¿Dónde viene? —pregunto el robusto de manera elegante al ver bonita a la pelirroja.
—¡Seguramente del cielo, porque esa belleza no es de este mundo! —un chico de menor estatura exclamó empujando a un lado a Patapez, tomando la mano de Kairi —¡Quítate cara de pez! Hola hermosa mi nombre es Patán Mocoso y si estás buscando un maestro para ser un jinete ese soy, el mejor de todo Berk —dijo para después besar el dorso de su mano.
Kairi solo hizo una mueca incómoda para después voltear hacia Jack que se encogió de hombros, articulando las palabras:
"Tranquila es un tonto ególatra, ya te lo quitarán de encima"
Y dicho y hecho otra mano o mejor dicho un puño golpeo a "Patán" en la cara y ahora dos personas aparentemente iguales estaban cerca de su rostro.
—Aléjate Patán la estás asfixiando con tu presencia ¿Quién eres tú y de donde eres? —dijo la chica gemela.
—Soy Kairi y…
—Mucho gusto yo soy Brutacio el arma más poderosa de Berk, si quieres un verdadero maestro ese soy yo y el parásito a mi lado es mi hermana Brutilda —dijo el rubio, después recibió un golpe de su hermana.
—Si, maestros en destrucción…dejen en paz a la chica misteriosa, estaba a punto de decirnos de dónde viene—sin esfuerzo la chica rubia agarro de los cuernos de los cascos de los gemelos para empujarlos a un lado, ganándose quejas de ellos. Ella volvió su atención a la pelirroja —.Soy Astrid por cierto; disculpa si te parezco algo descortés pero soy la segunda al mandó de la academia de dragones, tengo que asegurarme que los nuevos reclutas sean de confianza sobre todo cuando no son de Berk. Bueno podría decirnos la nueva aspirante a jinete ¿De dónde viene?
—Yo..yo…vengo de un lugar más lejano que Berk —dijo Kairi utilizando las mismas palabras de Sora al recordar sus primeros viajes, hasta utilizando la misma confianza y pose, dando su mejor sonrisa.
Volteó a ver Jack y su sonrisa decayó al ver cómo el albino negaba divertido, esté le hizo una seña con su mentón para que volviera la mirada. Al volverla su sonrisa se convirtió a una nerviosa porque vio que la rubia la miraba escéptica con una ceja levantada y con los brazos cruzados mientras el castaño la miraba entre una mezcla de incrédula pero más insegura con ambas cejas juntas.
—¿Y ese lugar lejano es…? —pregunto con algo de insistencia Hipo.
—Eso no me da mucha información —dijo Astrid sin dejar su tono escéptico.
—Eh…este a sido un día raro para mí, normalmente los habitantes de los mundos de luz no se interesan tanto de dónde proveníamos excepto uno que otro pero la mayoría se quedaba con una vaga explicación pensó Kairi y sintió que una gota de sudor bajaba por un costado de su cara al no saber que excusa dar.
—Ejem Kairi…—susurro su nombre Jack. Ella lo miró de soslayo —. Creo que lo mejor que puedes hacer es decir la verdad…
—¿Qué, pero que hay de la injerencia? —susurro entre dientes la pelirroja.
—Oye ¿Estás bien? —pregunto Hipo al ver como la pelirroja murmura sola con la nada.
—Si estoy bien…es solo que…—se quedo un rato pensativa.
—Para poder abrirnos camino, debemos ser honestos…desafortunadamente para ti, los habitantes de los "mundos prohibidos" no son tan ingenuos, además piénsalo de esta forma —dijo el albino, parándose a un lado de Hipo—, no creo que puedan ir allá, su mundo es lo bastante grande como para interesarse en una isla con nombre extravagante y ellos comprenden muy bien que a veces lo mejor es no desear más de lo que ya tienen…
—Bueno —Kairi respiró hondo, enviando disculpas mentales a Donald—, mi hogar se llama Islas del Destino…
—¿Islas del Destino? —pregunto Hipo ahora con curiosidad.
—Si, un nombre extraño pero lo juro así es su nombre…en lo que tampoco miento es que mi hogar es bastante lejano; digamos que tengo que ser reservada cuando estoy explorando, por seguridad…—dijo Kairi cautelosa, quería mantener la regla de la injerencia pero tampoco quería que estos chicos desconfiaran de ella.
—Bien puedo entender eso…—dijo Astrid un poco más convencida.
Sin que ninguno lo notara el dragón de Hipo se acerco curioso rodeando a la pelirroja oliéndola un poco con cautela. Al principio Kairi se tenso pero después su postura se relajo por una de sorpresa al observar como el enorme reptil daba golpecitos a su brazo con su nariz, tal cual lo haría un gatito cuando demanda ser mimado por la persona a la que escoge. La pelirroja no pudo resistir aquella petición, sumado al hecho de que el dragón la miraba con grandes pupilas persuasivas.
—Jum claro ahora eres coqueto —murmuro Hipo con una sonrisa— Bueno al menos ya pasaste la prueba de mi dragón, Chimuelo y si él confía en ti, yo también.
—Bueno por ahora estás en mi zona de prueba —dijo Astrid bromeando— entonces, estás aquí para entrenar, has venido al lugar correcto —la rubia hizo un gesto a la pelirroja para que se adentrara al coliseo.
Una vez ahí, Hipo empezó a explicarle brevemente las clases de dragones que habitaban en Berk y algunos trucos para acercarse a ellos. Comenzando primero con los dragones de los jinetes, para saber cual tipo le sentaba mejor. Por insistencia de Patán; primero fue Colmillo una pesadilla monstruosa, con resultados catastróficos y peligrosos; luego siguió Albóndiga un grongkle, si bien los resultados no fueron un desastre no fueron convincentes; después siguió Eructo y Guacara (nombres muy…originales), un cremallerus, pero descartados inmediatamente por obvias razones (también porque debido a un error de Brutacio y Brutilda, casi Kairi sufre quemaduras de segundo grado); pasando de inmediato a Tormenta, un nadder mortal, el resultado fue que debido a un error que cometió la pelirroja casi es empalada por las púas de la cola del dragón de Astrid; y por último Chimuelo, un furia nocturna; un dragón con el que la chica pudo manejarse bien (talvez un poco complicado aprender a manejar el aparato para controlar la prótesis de chimuelo, pero fuera de eso bastante bien), pero por más obvias razones furia nocturna tuvo que ser descartado ya que era el único y solo Hipo podía manejarlo. Al final de esa prueba la chica se aparto para recuperar el aliento a un distancia considerable del grupo de jinetes que se formaron en un círculo para debatir sobre los resultados, con Jack viéndola con diversión mientras que con sus poderes le apagaba una pequeña flamita de su hombro.
—¿Estás bien?
—Uff entrenar con dragones es duro, pero si estoy bien…creo ser un jinete no es lo mío.
—Vamos Kairi no lo hiciste mal.
La pelirroja lo miró escéptica.
—Vale si salió mal, pero creo que no estaría mal que lo sigas intentando.
—Creo que sería mejor continuar con nuestra misión principal, debemos encontrar al jefe de los sincorazón —dijo la chica preparándose para caminar hacía Hipo y compañía y despedirse.
—Bueno Berk es una isla bastante grande, encontrar al jefe de los sincorazones será como buscar una aguja en un pajar…claro que no hay problema si quieres caminar mucho—dijo Jack casualmente mirando hacía otro lado.
—Oh por…bueno siempre puedo utilizar mi magia, Aero o Hielo o puedo tratar de volar como lo hizo Sora una vez…
—Tengo entendido que la magia tiene un límite y en cuanto a volar ¿Qué no necesitabas de polvo de hada?
—Bien tienes un punto…—Unos golpecitos en su hombro la hicieron girarse para encontrarse con Hipo, quién le dio una mirada confundida aunque sin preguntar, lo cuál agradeció mentalmente la pelirroja.
—Hemos estado hablando entre nosotros y llegamos a una conclusión…
—¿No tengo madera de jinete de dragón? —dijo la pelirroja adelantándose.
—Eh no, no es eso creo que tienes potencial, solo necesitas al dragón correcto pero no en esta parte de la isla. Lo cuál es perfecto porque recientemente hemos creado una tradición para los jinetes principiantes. Kairi serás la primera en ir al Acantilado del Dragón Salvaje, está al Noroeste de la isla. Llegaremos más rápido si vamos en los dragones…
—Gracias Hipo.
—Pero antes de ir creo que necesitarás algo más abrigado, generalmente Berk es de clima frío la mayor parte del tiempo. Gracias a los dragones no tenemos ese problema, por el Acantilado el frío es soportable para un dragón, pero para un humano, provoca hipotermia en el hígado.
—¿Hipotermia en el hígado? —Kairi miró al suelo confundida y preguntándose si eso es posible —bien creo que seguiré los consejos, así que te sigo.
(…)
—Bueno, aquí en éstos cofres hay algo de ropa que solo use una vez, puede que te quede algo grande —Astrid abrió la puerta de su habitación a la pelirroja.
—No te preocupes Astrid está bien, gracias —dijo Kairi con una sonrisa.
—De nada —dijo Astrid mientras cerraba la puerta para darle algo de privacidad a la chica.
—Bien, entonces ¿Cuál escoges? Este vestido de aquí se ve bonito —Jack husmeo un poco entre la ropa para sacar un vestido de color crema para estirarlo y mostrárselo a la pelirroja.
—Es muy bonito, pero creo que no ayudara al momento de luchar.
—¿Y te arriesgaras a qué te de hipotermia?
—No, pero me preguntó si…Nimue dijo que el traje tiene propiedades mágicas, entonces puede cambiar de apariencia si lo deseo ¿no?
—No lo he probado pero en teoría si, debería funcionar —dijo el albino.
—Veamos —Kairi llevo su mano hacía el brazalete hacía la joya en forma de luna creciente, concentrándose.
Inmediatamente su ropa brillo y cambió a un atuendo más parecido al de un vikingo; y no solo su vestuario cambio sino también el de Jack.
—Eso, ahora estamos más de acuerdo al mundo en el que estamos —dijo satisfecha mirando al albino, quién está algo sorprendido mirando su traje vikingo—. Al parecer también puedo cambiar tu atuendo.
—Pero nadie puede verme en este mundo —dijo el albino algo confundido.
—Lo se, quería estar en sintonía ya que somos compañeros, además quién sabe; hay que estar preparados para evitar la injerencia.
—Si tu lo dices, aún así gracias —Jack le dio a Kairi una mirada cálida.
—De nada —la pelirroja salió de la habitación para encontrarse con Astrid e Hipo —, estoy lista.
—Entonces hacía el Acantilado del Dragón Salvaje.
Gracias por leer.
