Un olor que reconocía pero al mismo le parecía tan lejano, una sensación de tranquilidad que no era natural por la forma en la que usualmente existía y con la cual no podía luchar.

Alguien se movió bajo suyo, un cosquilleo llegó a su pecho cuando la persona que estaba ahí se movió. Emiya abrió un ojo de manera sutil, antes no hubiera pensado en dormir o incluso descansar al punto de la inconsciencia.

Pero ahora con aquella mujer que lo estaba abrazando mientras seguía dormida sintió que podía relajarse.

Vio el cabello ceniza de Jeanne moverse cuando la mujer se terminó de acomodar en una nueva postura, el tono pálido de la piel contrastaba con los labios de esta quien tenía la boca semi abierta.

Podía apreciar el rostro de aquella mujer que le había causado tantos problemas pero viendo desde atrás en el lugar en donde estaba sintió que en vez de problemas simplemente había sido una situación de tránsito.

Que esta era una recompensa por todo lo que había pasado.

Afecto. La forma en la que Jeanne abrazó a Emiya fue algo que hizo este reconociera con un término simple, el amor dado o la muestra de querer mostrada no eran simplemente mínimas o las que había esperado de Jeanne.

Incluso cuando le había dicho tantas veces que no quería cambiar nada de ella y que no le importaba si seguía siendo la misma desde aquella vez, Jeanne fue quien decidió cambiar.

No.

Emiya quitó esa idea de la cabeza, no es que Jeanne hubiera cambiado, simplemente había vuelto a lo que alguna vez fue.

La mujer sonriente y algo torpe que solo deseaba estar en paz.

La mujer que había deseado un amor como había dado pero solo recibió llamas en vez de un cálido abrazo. Aquella misma mujer ahora estaba ahí, con los ojos cerrados y un rostro tan tranquilo que no podía decir que era de la misma Jeanne que conocía.

Emiya alzó la mano y acomodó levemente el cabello que había caído en el rostro de la mujer y lo apartó hacia un lado para contemplar con mayor detenimiento la cara de la mujer.

Quería besarla.

El ver aquel rostro que mostró paz y que al mismo tiempo le brindó algo que no le era familiar hizo que sintiera la necesidad de mostrarlo, de la forma que fuese pero deseando mostrar el cariño que realmente sentía por aquella mujer.

No identificó algo como eso por tanto tiempo ante la negativa de que un sentimiento así se desarrollara desde dentro, no creía inclusive que pudiera sentir algo como "deseo" una vez más, pero con solo ver aquel rostro y el cálido tacto del abrazo de Jeanne.

Emiya sintió que podía ser humano y no solo fingir ser uno.

Jeanne sintió los ojos pesados cuando se despertó, su cuerpo estaba cubierto por completo por las sábanas de la cama, cuando comenzó a recobrar los sentidos miró a su alrededor.

Los ojos de Jeanne se fijaron en aquella persona que creyó que ya no estaría presente en la cama, siempre se levantó mucho antes que ella y sabía. Jeanne estaba consciente que era ella quien estaba cansada a la final, por lo que solía quedarse en cama hasta un poco más tarde.

En parte fue el hecho que también disfrutó simplemente estar relajada, no tenía que hacer usualmente nada cuando Emiya estaba presente, le gustaba, solo pasar el tiempo como más disfrutara.

Una vida que no merecía.

El ceño de Jeanne se frunció ligeramente ante aquel leve pensamiento. Había pasado mucho tiempo meditando sus acciones pasadas y como había llegado donde estaba.

No pudo decir que hubiera sido de ella ahora si no hubiera llegado con Emiya. Lo más probable es que no tuviera posibilidad algunas para avanzar por sí misma, un mundo que estaba en su contra y ella seguiría con su visión anterior de los hechos.

No importaba cuanto tiempo pasara, ella reconocía y no podía escapar de su origen, el que haya nacido del resentimiento de alguien fue el indicio total de que no importara que hiciera siempre caería en lo mismo descendiendo al único final que sabía que podía lograr.

O al menos eso fue hasta que comenzó su "relación" con Emiya cuando ambos llegaron en aquel mundo. Los pensamientos de Jeanne viajaron al pasado al ver aquel rostro tan tranquilo que mostró Emiya.

En un principio no creyó que el hombre pudiera dormir, no creyó que si quiera hiciera algo más allá de dormitar, era difícil tomarlo por sorpresa o hacerle una broma.

No eran sirvientes en este momento, eran humanos y Jeanne sabía lo cansado que era estar con el cuerpo al límite en plena guerra para avanzar, ella había sido parte de una de las guerras más grandes de su país, pero aun así ella supo la necesidad de un descanso y el peso de la fatiga acumulada.

¿Qué tipo de vida había vivido Emiya cuando estuvo con vida la primera vez?

Jeanne se hizo la pregunta y desvió la mirada pensando en lo imprudente que había sido en todas las veces que había bromeado con el hombre de que hiciera algo contra la humanidad por lo que había pasado.

No lo comprendió y tampoco ella podría hacerlo. Emiya no era un idiota, lo sabía, Jeanne estaba al corriente de todo lo que pasó con Emiya desde que ambos llegaron a este mundo.

Un mundo extraño, compartiendo tanto de la tierra sin ser la misma, plantas y animales un poco extraño esparcidos por la tierra, lugares con guía impensables en los parámetros normales, pero todo eso fue lo de menos para Jeanne.

Había sido borrada.

No había libros o registros en línea de su época de vida, no fue solo ella, la mayoría de los héroes de renombre habían sido eliminados o alterados, como si en cierto punto de la historia de aquel mundo todo registro fuera alterado.

No fue solo ella, fueron muchos héroes quienes desaparecieron, y aquellos que no podían ser borrados fueron editados al punto que Jeanne no reconoció la figura que estaba viendo.

No hicieron héroes humanos, no hicieron héroes que pudieran mostrar flaques o algún signo de duda, todos los héroes que habían quedado de aquella purga de la historia fueron puestos como "perfectos" modelos a seguir.

Como si fueran una guía la cual debían tomar aquellos quienes leían la historia de estos.

Eventualmente Jeanne supo de eso y sintió aquel vacío tan grande como en el lugar de aquella estatua que alguna vez se irguió a su nombre.

Jeanne cerró los ojos y consideró la situación, el sentimiento de ser eliminada de la mente de todos hizo que cualquier venganza que tuviera fuera mermada por la carencia de sentido que había.

¿Qué si ella hacía que los demás la recuerden? Al final fue eliminada una vez, indicando que aquello solo era pasajero, que si hacía algún movimiento no importaba.

Siempre podía ser desplazada. Algo estúpido, ella lo sabía, que incluso si tenía alguna "venganza" nada indicaba que perduraría al final.

Al final el tiempo era una de aquellas variables que los humanos no podían escapar, no al menos de forma normal.

Jeanne pasó un brazo suavemente alrededor del cuerpo de Emiya y lo abrazó un poco más fuerte, acomodándose y quedando más a gusto, escuchando el latir del corazón del hombre sonar suavemente.

Una sonrisa llegó al rostro de Jeanne ante aquel detalle. No era algo extraño, los humanos estaban destinados a sentir, a conocer lo que hay dentro y tener la sensación de que estaban vivos.

La razón por la cual ella estaba feliz de escuchar el corazón de Emiya era porque había un leve recordatorio que sin importar como fuese aquel hombre, aún tenía un corazón latiendo.

Incluso si lo que bombeara no fuese sangre y el hueso y carne fuesen acero y fuego, aún existía un corazón funcionando y por duro que fuese la forma en la que se moviera, aun podía moverse.

Jeanne aun podía decir que la persona que la abrazó para acurrucarla contra su persona era humana, incluso dormido Emiya la buscó y la tomó en brazos para acomodarse.

Sonrió. Jeanne no sabía que decir o cómo reaccionar ante aquellas muestras que hasta hace un tiempo parecieron tan lejanas.

No se merecía aquella sensación de paz y tranquilidad, no se merecía nada de lo que Emiya había hecho por ella pero ahí estaba, abrazando al hombre correspondiendo al gesto, cerrando los ojos y sonriendo con la mayor alegría que jamás había sentido.

Al igual que el corazón del hombre latiendo, Jeanne sintió su propio corazón palpitar pero con una fuerza mayor ante la emoción que sintió.

La felicidad y la calma que había logrado en aquella nueva vida fue todo lo que necesitó junto con el calor y afecto que no pensó que se mereciera o pudiera ser brindado.

Jeanne estaba absolutamente encada con aquella nueva y la felicidad que le daba cada mañana el despertar sabiendo que en aquel mundo que la había olvidado.

Existía alguien que jamás la dejaría morir ni siquiera en recuerdos.

No era recurrente los días en los que podía permitirse quedarse en cama, aquel día había sido puesto para que pudiera disfrutar al máximo.

No había menciones de la liga de villanos y los héroes estaban celebran su breve victoria, dejando a Emiya en una tranquilidad algo fuera de la habitual pero con una calma que le brindó el poder estar en aquel lugar en aquella situación, en aquel momento y en aquella compañía.

Abriendo los ojos Emiya vio a Jeanne, era usual que ella no se levantara temprano, solo que en este momento la había acompañado en su día de "descanso" o de simplemente dejarse llevar por el sueño. Usualmente no podía darse el lujo de que el sueño ganase, nunca lo necesitó como guardián y en vida fue algo que solo dificultó su trabajo.

Más ahora estando en aquella cama acurrucado con esa mujer quien estaba dándole aquel rostro tranquilo y de paz absoluta.

Emiya sintió que era un sueño del cual no deseaba despertar.

La aceptación de su vida con Jeanne fue algo que no creyó que terminase en la conclusión actual, ambos iniciaron con el fin de usar al otro pero terminaron con la idea de salvar al otro.

Un desenlace que hizo que Emiya sonriera de lado antes de volver a cerrar los ojos y agachar un poco la cabeza para poder pegarla a la frente de la mujer.

Sintió la respiración suave y leve de esta, como en el estado actual Jeanne estaba con total afinidad al estar a su lado y sin miedo en lo absoluto del contacto.

¿Contaría esto como haberla salvado?

Emiya movió la mano que tenía por encima del cuerpo de Jeanne, vio cada parte del cuerpo de la mujer desnuda que estaba encima suyo y no pudo evitar alzar aquella mano y tocar una vez más la cabeza de la mujer.

Una caricia que hizo que Jeanne abriera lentamente un ojo, indicando que ya estaba semiconsciente desde un principio pero por decisión de la mujer no se había levantado y solo se limitó a dormir.

Jeanne abrió un ojo, la vista que tuvo fue borrosa por unos instantes pero sonrió, dio una sonrisa que hizo que las cejas de Emiya se curvaran hacia arriba ante aquella acción tan simple.

Una sonrisa y una mano que subió para tomar la del hombre, Jeanne condujo la mano de este a su mejilla y le sonrió.

Fue una señal, una muestra que ella era real y que estaba a su lado.

Fue una muestra de amor incondicional que se había formado entre ambos.

Medio día.

Emiya no solía despertar a una hora tan tardía, pero desde el día anterior no pudo hacer nada más que estar en una paz que se sintió extraña.

No deseaba cuestionar aquella tranquilidad, después de tanto tiempo era como si la llegada en casa le brindaba una comodidad y paz que no conocía o que le era tan ajena o lejana.

El grifo del agua sacando el agua caliente de forma continua fue el único sonido de había en el lugar, estaba en la tina del baño sentado con los brazos a los lados.

Con la diferencia que ahora había un acompañante que se encontraba recostada en su pecho dándole la espalda.

―No había planteado lo grande que son las tinas de baño ―el comentario de la nada de Jeanne hizo que Emiya suspirara.

―Es debido a que el estándar de tamaño es vario por las peculiaridades ―la respuesta de Emiya había hecho pensar a Jeanne, el hombre lo notó cuando se quedó quieta y en silencio al instante―. Sé lo que piensas, y no, tienes la altura de un niño.

Jeanne se giró de inmediato ante aquella burla, la mujer siempre se sorprendió como aquel hombre encontraba una forma para burlarse de su altura, en parte debió ser su culpa por mostrar tal descontento la primera vez.

Era algo que debió tomar con más consciencia, el expresarse frente a Emiya quien obviamente se mostró solo con dos caras, una amable y otra que era desesperante.

Jeanne por un lado se molestó siempre que Emiya fuese cordial con todos y solo se limitó a molestarla a ella pero entendía un poco más al hombre, el constante intento de Emiya de molestarla era para que ella no estuviera conforme en sus interacciones. Algo que jamás admitiría Jeanne era que se había quedado a pesar de las burlas porque a pesar de ser insultada no se sintió despreciada.

No fue precisamente lo más sano de su lado pero ahora podía estar tranquila y disfrutar del momento. La paz que había obtenido en base a la espera y ser menos emocional fue algo que se sintió como una recompensa para Jeanne.

―Si piensas tanto con esa cabecita tuya, terminaras quemándola ―una burla más pero Jeanne solo suspiró y volvió a recostarse en el pecho de Emiya.

―Quien sabe, de todas formas estoy bien ahora.

Jeanne sonrió de lado sin ver al hombre, no necesitaba girarse para saber que la expresión de Emiya cambió a una confundida. Jeanne había tardado mucho en percatarse de que si ella era un poco agresiva entonces Emiya se mostraba más tranquilo, menos burlesco hacia ella.

―Bueno, si crees que estás bien, entonces no hay nada que decir ―brazos que rodearon a Jeanne por la espalda, una mano que subió el hombro de Jeanne y la mujer vio como terminó en sostenerla su mano entrelazando los dedos.

Una leve risa salió de Jeanne. La situación actual parecía tan irreal que no podía creer que esto pasaba con aquel hombre que consideró que no era capaz de expresarse de tal forma.

―Si quieres puedes estar un poco más aquí, no estas obligado a seguir haciendo algo que no deseas ―un comentario simple y una voz suave, la misma aura de rebelión que salía de la boca de Jeanne.

Solo que esta vez no era ella quien iba a lo impuesto sino aquel hombre que no supo cómo relajarse, no al menos hasta que llegaron a este punto. Jeanne estaba orgullosa de hacer que alguien como Emiya hiciera algo perezoso de vez en cuando.

También disfrutaba que el hombre se presente a su lado de tal forma para así tenerlo cerca, no era alguna especie de controladora, Jeanne lo sabía, como era Emiya y solo necesitaba estar a su lado para hacer que el hombre esté tranquilo.

Jeanne sonrió y pensó, cuestionando si era de verdad la vida que estaba tomando en aquel momento y si todo lo que pasó a su alrededor era cierto.

Estaba feliz.

Feliz de poder estar con alguien que simplemente deseara estar a su lado y que presentó una negativa cambiarla en algún sentido, alguien que simplemente la quería por ser ella.

Jeanne no podía estar más feliz con su vida actual y el afecto actual que se le brindó en su vida cotidiana.

El medio día había llegado.

Jeanne simplemente se quedó al margen de lo que sería el resto del día, sabía que Emiya estaría ocupado pero no había forma en la que abriera el día de hoy, fue un mal momento para iniciar un negocio, por muy famoso que fuese el hombre no había mucho de lo cual aferrarse cuando la zona en la que vivieron se convirtió en una prácticamente paria.

Los héroes rondaban por la zona pero no daban una intervención real, limitándose a los casos que podían resolver de manera más sencillo, incluso aquellos que habían dado a la prensa sus motivos e intenciones no reflejaron sus palabras en acciones.

Hubo más de un intento de robo desde que el desastre se desató en todos lados, pero al menos en su caso tenía la fortuna de que Emiya podía estar al tanto de cualquier que estuviera cerca, no encontró una razón de como lo hacía pero parecía que tenía ojos en la espalda.

Ella ya había terminado en un encuentro poco fortuito con quienes intentaron robar lo que había dentro de la su hogar, algo que Jeanne pudo rescatar de cada interacción que tuvo dentro de Asia es que era uno de los lugares más propensos a que la gente cometiera "errores" en busca de hacer contacto con ella de alguna forma.

El disgusto hacia los humanos no mermó en lo absoluto cuando Jeanne pensó en ese hecho, pero al final del día no hizo algún movimiento más allá de lo "promedio" y agradeció haber hecho algo así.

Ya tuvo suficiente con su actitud inicial en aquel mundo y los errores que hicieron que terminara arrinconada de alguna forma en cuanto a la visita internacional se trataba.

Aquellos pensamientos vinieron por el hecho que el noticiera estaba sondando de fondo en la cocina, Emiya le había pedido que lo pusiera el televisor lo suficientemente fuerte para que pudiera escuchar algo.

Jeanne solo escuchó las mismas noticias de siempre, asesinatos, robos y violaciones, todos esos crímenes habían estado en auge desde la caída de All Might, pero ahora fue un hecho extra que hizo que la cadena se cortase y la anarquía reinara las calles de la que alguna vez fue una de las ciudades más seguras.

Era que ante la caída de no solo el pilar de los héroes sino de los villanos hizo que todos quisieran alcanzar el nuevo asiento vacío ¿con lo que Jeanne escuchó que la mafia desmantelada ahora las calles estaban aglomeradas de quienes buscaban ocupar otro nuevo asiento?

Parecía que el país estaba al borde del colapso.

―Simplemente esto ya no tiene sentido.

Jeanne no pudo evitar decir aquello al ver otro hecho dado. No es que ella fuese sensible o que tuviera la máxima simpatía por los afectados por algún evento.

Pero ella pensó en su situación y la tranquilidad que ahora había alcanzado después de tanto tiempo y como esta podría desaparecer sin que pudiera hacer algo.

―Nunca lo tuvo, el sistema de héroes era algo que estaba destinado a colapsar en algún momento.

―El colapso para una palabra algo simple para lo que está pasando, el país está en llamas.

― ¿Celosa que no has sido tú quien lo ha puesto a arder? ―la burla de Emiya hizo que Jeanne frunciera el ceño.

―No he hecho nada aquí.

― ¿Segura?

―… ―Jeanne no supo porque la repentina burla en ese aspecto pero al ver el reflejo del sartén frente a Emiya vio una leve sonrisa dada mientras que cortaba las verduras.

Jeanne quiso enojarse, no era bueno que lo dejara acostumbrarse a poder burlarse de ella de tal forma, pero con solo ver al hombre feliz sintió en cierto grado que podía dejar pasar tales cosas.

―No lo pienses mucho ―Emiya habló haciendo que Jeanne volviera los ojos hacia el hombre―, la situación mejorara eventualmente.

Jeanne no pudo evitar resoplar con diversión.

― ¿Habla un miembro de la organización más buscada de Japón? ―la burla de Jeanne fue recibida con un simple asentimiento de Emiya.

Una reacción que era tan simple que no valía la pena, Jeanne a veces olvidaba porque no molestaba a Emiya.

―Por supuesto, quienes buscan la ganancia momentánea están condenados a vivir de la misma manera espontánea que sus deseos.

―Lo dices como si fuera lo más fácil de tomar… ―Jeanne suspiró al terminar de hablar, caminó hasta la mesa de la cocina, tomó asiento frente a esta en una de las sillas para terminar por apoyar su cabeza en la mesa mostrando lo desganada que estaba―. La vida humana es mucho más corta de lo que recuerdas, una acción espontánea como la llamas toman años y los años son significantes en la vida de uno.

―El tiempo arregla a los humanos.

―Si fuese así nunca hubieras sido olvidado.

―…

Jeanne abrió la boca cuando se dio cuenta de lo que dijo. En la mañana había estado pensando en ese hecho y por ello terminó en ese estado y dando aquella respuesta sin pensar.

―Lo siento yo-

―Está bien.

Jeanne no era de las que se disculpasen pero todo el asunto del "olvido" a pesar del sacrificio jamás hizo que su mente estuviera en paz. Disculparse no era algo propio de ella, era más usual que le hubiera gritado Emiya o simplemente burlado de este, pero en este punto se sintió mal la sola idea de hacerlo.

Quizá era porque ella estaba experimentando en carne propia lo que pasó Emiya, pero en una escala menor.

―No está bien.

―Tranquila ―Emiya bajó el fuego de la cocina y se giró para ver a Jeanne―. Lo he dicho, no tengo intenciones que cambies así que-

― ¡Pero soy yo quien quiere cambiar!

Una vez más una respuesta que Emiya no esperó escuchar. Era como escuchar a una nueva personal hablar, la forma en la que Jeanne sugería cosas que no lo hubiera hecho en el pasado o que se pusiera a contemplar pequeñas acciones que si bien no molestarían en gran medida.

Aún eran previsibles y Jeanne estaba velando para que no pasasen.

El cambio desde que conoció a aquella persona fue enorme, Emiya podía decir, que incluso cuando le había dicho que no importaba que ella siguiera como era y que podía ser quien era Jeanne terminó por mostrar un nuevo rostro y una nueva forma de ser.

¿O quizá siempre había sido esta la forma real de la mujer?

―Lo he dicho y lo repetiré, no tengo problemas para que te presentes como quieras ser, no necesito que cambios o te adaptes a nada, solo actúa de la forma en la que te haga ser feliz.

Emiya no comprendió cuando había llegado tan lejos en la relación con Jeanne o cuando su interés había sido enfocado en aquella mujer de mal humor. Todo su historia al lado de Jeanne D'Arc Alter fue un conflicto seguido, pero ahora presentes y ambos estando el uno al lado del otro se dio otra muestra de cambio o de vuelta a lo que alguna vez fueron.

―Siento haber dicho aquella vez que el mundo estaba bien olvidando a alguien como tú… ―Jeanne bajó la cabeza y la ocultó entre los brazos, no se atrevió a mirar hacia el frente.

―No importa, es algo-

―No es algo que debió darse, simplemente… estaría mucho más tranquila si alguna vez te quejaras de los humanos, que los insultaras o sintieras odio hacia pero no hay nada, simplemente no hay nada ―Jeanne seguía con el rostro oculto entre los brazos puestos encima de la mesa―. No entiendo como no puedes odiar a los humanos por todo lo que te hicieron incluso puedo decirlo…

Emiya esperó la pausa de Jeanne quien parecía un poco desanimada de la nada.

― ¿Qué es? ―la pregunta de Emiya hizo que Jeanne alzara la cabeza y lo viera a los ojos.

―Amas a los humanos más de lo que jamás podrás amarte a ti mismo.

Amar no era la palabra que Jeanne quería decir o la que podía describir en su totalidad la voluntad ciega y el idealismo perpetuo del hombre pero fue lo más cercano a la justificación que podía dar.

¿De qué otra forma alguien podría justificar el accionar de Emiya? Jamás odio a los humanos, solo obtuvo una indiferencia al final con estos, incluso con el odio que estos sintieron hacia el hombre, Emiya jamás se plantó con el deseo de ir contra estos a voluntad.

Amor ciego y una fe ciega a al deseo de estos de seguir avanzando. Sabía las condiciones de Emiya, sabía que todo había comenzado por un ideal impío para los humanos corruptos pudieran ejercerlo y fue así como Emiya había cambiado para ser aquel humano impío

―No creo que se amor lo que hay de dar por mi lado.

―Egoísmo o necesidad ¿no has dicho con anterioridad que son formas de expresar el deseo o el amor hacia algo?

―…

―Escucha ―Jeanne comenzó diciendo con un tono algo apagado―. Sé que he dicho muchas cosas en el pasado y que he sido una carga más que una ayuda e incluso si lo que dices que no deseas cambiar lo que soy es cierto, yo deseo cambiar.

Al terminar aquellas palabras Emiya solo quedó ahí de pie, viendo a la mujer con una nueva resolución, con una mirada de confianza y un nuevo rostro que alzar.

Sabía de la seriedad de la situación y como es que Jeanne estaba mostrando su mejor lado.

Y era por eso mismo que tuvo que aguantar las ganas de molestarla.

Jeanne solo vio como Emiya le sonrió de forma suave, aquellas sonrisas que ella había catalogado como "sinceras" había tomado lugar en el rostro de Emiya. Aquel gesto fue lo que Jeanne tomó como lo dicho de su lado siendo aprobado.

La sonrisa radiante y el ánimo renovado de Jeanne hicieron que Emiya solo suspirara y volviera a concentrarse en la cocina.

Las cosas fueron bien con la relación en casa y el accionar de la liga, inclusive se le había brindado una posibilidad de descanso con una muestra de paz en aquel descontrolado lugar.

Era como si la suerte le estuviera sonriendo por primera vez en su existencia.

Himiko Toga no entendió en lo absoluto lo que llevó a Emiya a actuar como lo hacía, había estado siguiendo al hombre en silencio a cada que salía, desde que se unió en la liga tuvo envidia de este.

Sintió que él no era parte de lugar debido a como el mundo parecía aceptarlo.

En un principio Toga tomó la idea que al haber ocultado una habilidad como la que poseía el cocinero, es que el mundo simplemente lo ignoró y lo hizo hacia un lado, pero en vez de ser marginado este se había levantado como alguien famoso y reconocido.

¿Cuál fue la diferencia entre él y ella? Toga se preguntó aquello muchas veces, pero llegando siempre en la ronda de preguntas de quien era Jeanne D'Arc para el hombre, no, era mejor dicho que la pregunta de quien era Jeanne D'Arc es lo que vino en la mente de Toga cada que pensó en Emiya.

Una mujer con una peculiaridad únicamente destructiva y la complementaba con una actitud igual de ardiente que las flamas que provocó. Jeanne D'Arc al ojo público era alguien despreciable y que debía ser aborrecida debido a lo que había hecho a lo largo del tiempo con una peculiaridad como esa.

Toga estaba al consciente de lo que había pasado con Jeanne fuera de escenario, como ella había quemado mucha más gente de la que ella misma había asesinado, y ahí es que Toga sintió nuevamente celos por aquella mujer.

¿Qué la hizo especial para poder estar al margen de la sociedad y la opinión pública?

Giran había hablado de como Jeanne había asesinado a una persona estando ya en Japón, pero una vez más vino aquella persona que Toga sintió que fue la mano guía de Jeanne D'Arc en todo lo que había hecho.

Emiya Shirou o mejor conocido como Archer, un asesino buscado en todo el mundo por matar una cantidad considerable de figuras reconocidas.

La joven de pelo rubio no comprendió en lo absoluto a Archer, era como ver a otra persona, una la cual carecía de todo lo que mostró Emiya Shirou ante los medios, pero al mismo tiempo esa mirada apagada que presentó ante todos, fue la que se alzó en fuego cuando miró a Jeanne D'Arc.

Era como si las llamas de aquella mujer de pelo ceniza hubieran avivado una vieja llama apagada y la hubiera dejado en un auge de vida.

No supo que decir ante aquello o cómo reaccionar, era diferente de todo lo que había conocido hasta ahora. Una cara para la sociedad, otra para el bajo mundo y una la cual no entendió para Jeanne.

Envidia.

¿Cómo no podría sentir algo así hacia Jeanne D'Arc? Al inicio de todo ella tomó a la mujer como su modelo a seguir, alguien que no se preocupaba de las leyes de los demás y simplemente usaba su don dado porque era propio de ella.

Propiedad.

¿No fue ella alguien que siempre buscó el reconocimiento de alguien? Toga no era tan cerrada o tonta como muchos la atribuían, conocía el porque del rechazo general por su habilidad, era por la necesidad de alguien más, la necesidad de que alguien derrame su sangre para que ella pudiera alzarse ante otros.

Aún así no supo que era lo que buscó.

¿Era amor o era aceptación? Quizá reconocimiento, pero solo quería escuchar una bienvenida, palabras de que ella estaba bien como era o que no importaba que fuese su habilidad.

Solo quiso que alguien reconociera que ella era una más dentro de la sociedad.

¿Por qué la negativa constante del mundo a decirle que su habilidad era algo que estaba contra todo lo que era bueno? No fue como si ella fuese la única usuaria de sangre en peculiaridades, pero sí fue de las primeras en utilizar la sangre de otros para poder emplearla.

Quienes eran reconocidos eran héroes, conocía a varios, inclusive en Japón había un héroe el cual usaba la sangre para combatir, pero como era la sangre propia de este nadie vio el daño real hacia alguien.

¿Era necesario el auto sacrificio para pertenecer a la sociedad?

Toga se quedó quieta sin saber que estaba pensando realmente. Miró frente a ella y observó la casa de aquel hombre que le dijo que cuando quisiera podría pasar por una comida.

Obviamente Toga supuso que aquellas palabras fueron una mera formalidad más que nada. Había llegado hasta el lugar oculta, no había héroes patrullando, no, incluso era raro que hubiera alguno velando por aquella zona.

Por lo que escuchó la zona había sido controlada en su momento debido a la investigación que se dio contra Emiya y Jeanne. Algo que Toga rescató de lo hablado entre Shigaraki y Kurogiri fue que se dio una investigación contra ambos debido a una relación que se había tomado de eventos que para Toga no tuvieron relación.

¿Quizá la policía o el gobierno era mucho más competente de lo que había previsto?

No pudo dar una respuesta de la situación, el mismo Kurogiri afirmó que había pocas posibilidades que la investigación continue a pesar de todo, el hecho que se violaron algunas leyes o normas por parte de la policía, a palabras de Archer, fue debido a que estaba asociado con Jeanne.

Toga pensó en ello, como a pesar de todo, incluso si Jeanne D'Arc tenía una peculiaridad llamativa pero aún dentro del estándar de la sociedad, aquí en Japón terminó bajo muchos ojos debido al hecho que no era propia del país original.

No les importó realmente si Jeanne D'Arc era alguien con antecedentes o no, lo que resaltó fue el hecho que ella era extranjera. La apariencia en Japón dejó de ser un estándar hace mucho tiempo para ser reemplazado por un interés en quien era quien.

¿Héroes? Eran bienvenidos donde sea pero a costa de ser vistos como algo más allá de lo normal.

¿Por qué alguien querría una vida dedicada en un pedestal del cual no podría bajar? Toga no deseó algo como eso, no deseó mucho más allá de ser simplemente reconocida.

Simplemente aceptada en algún lugar. Fue por eso que cuando llegó a la asociación que sintió que por fin pertenecía a un lugar, sintió que no importaba si tuviera una habilidad que era perjudicial para otros, no había nadie que le importarse la sangre derramada.

Toga se emocionó cuando escuchó que Jeanne D'Arc entraría al grupo, ella estaba feliz, pero poco después se enteró que no sería aquella mujer sino otro quien clamó ser la pareja de este. Toga no tuvo interés al principio en las acciones del hombre o en todo lo que haría, pero conforme pasó el tiempo se dio cuenta de algo.

Que incluso si no fue Jeanne D'Arc la que cayó al lado para que pudiera considerarla también como parte de "su familia" obtuvo a alguien que fue quizá algo mejor. Habiendo visto a Jeanne D'Arc espiándola, Toga se dio cuenta de que la persona de los rumores estaba realmente distanciada de la mujer algo torpe y con mal humor que estaba en aquella ciudad.

Al contrario aquel hombre que había llegado a la organización fue por mucho alguien que destacó en todo menos en mostrarse torpe. Cuando Jeanne gritaba o se enojaba, Emiya permaneció tranquilo y de buen humor, era como ver a dos opuestos alzarse el uno frente al otro pero en vez de chocar simplemente llegaban a un acuerdo y a una risa final.

¿Cómo? ¿Cómo era posible que alguien así le tendiera una mano a Jeanne? Aquella fue la pregunta que Toga se hizo cuando conoció brevemente al hombre, no parecía posible que alguien así estuviera del lado bueno de Jeanne, no, no había forma en la que alguien como Jeanne lograra obtener el lado bueno de Emiya.

Eso fue al principio, eventualmente entendió un poco mejor lo que pasaba con aquel hombre y notó los hechos reales. Era diferente a lo que previó, diferente a todo lo que encontró y diferente a lo que alguna vez pensó.

Incluso así la envidia no abandonó a Toga, el ver como había decido aquel hombre fingir que no era alguien con peculiaridad a post de una vida como dentro de la sociedad ocasionó un grado de rechazo. Pero entender que aquel hombre presente en los medios no era en lo absoluto aquel asesino en el bajo mundo.

¿Jeanne D'Arc llamada bruja? No supo de donde vino aquel nombre extraño o título dado, Toga creyó que fue por algún malentendido y tampoco es que le importase la realidad de lo que pasó para ese resultado.

Pero tenía curiosidad como el gobierno había reconocido a Archer por su nombre, no creía que hubiera alguien que podría sobrevivir a este si se lo tachaba de objetivo para el hombre, y de lo que sabía de Giran, Toga pudo decir que era mucho más asequible el tenerlo de empleado de lo que ella había previsto.

Toga no comprendía y probablemente jamás lo haría, el que Emiya estuviera pensando en rechazar todo lo logrado y lo posible a vivir en aquel mundo donde él era aceptado solo por Jeanne.

¿Quizá era el tan afamado amor? Toga deseó sentirlo o al menos experimentarlo de una forma mucho más palpable lo que significaba, por ello buscó esa relación que había visto entre los miembros de la academia, quería sentir lo mismo.

Quería ser parte de algo.

Fue entonces que Toga miró hacia arriba y vio la puerta de madera que estaba ante ella, había entrado de primeras a la parte baja de la escalera y subido hasta llegar a la puerta de la entrada principal de aquella casa que al principió pensó en ignorar al igual que la invitación.

Formalidades, ese fue el termino que le atribuyó Toga a la presentación de Emiya para que viniera cuando quisiera ir a comer, no supo si realmente fueron palabras reales o algo que significaba solo "amabilidad" aunque lo último hizo que Toga sonriera ante la duda presente de la situación.

Alzó la mano y tocó el timbre de la puerta. La casa estaba diseñada para ser principalmente un negocio, siendo la fachada principal únicamente aquel restaurante que se había inaugurado en mal tiempo. Ella estaba en una de las esquinas de la casa, dado que el negocio estaba en la esquina misma de la manzana la parte trasera de un lado fue usada para el ingreso de mercadería y el otro extremo era la que daba a la escalera la cual había subido para terminar en el puerta que daba en el segundo piso y en la que sería "el hogar" de Archer.

Parada delante la puerta Toga escuchó brevemente quejidos del otro lado, una persona maldiciendo antes de acercarse a la puerta y mover los seguros junto con la llave para abrir finalmente la puerta.

Jeanne no supo que pensar cuando vio un rostro que no conocía, pensó que era aquel chico de cabello verde una vez más debido a que había triunfado recientemente, Emiya no ayudó al solo decir "parece que alguien joven llegó a la puerta".

Jeanne a veces quería golpear al hombre por lo críptico que podía ser cuando solo tenía que decir dos palabras a lo mucho para responder todo lo que era necesario.

Cuando vio a la chica de cabello en dos coletas recogidas Jeanne miró a la joven brevemente y buscó algo que tuviera para poder identificar porque ella había llegado hasta aquí.

― ¿Qué necesitas? ―la voz de Jeanne salió ronca la primera palabra para ponerse bien poco después. Toga ladeó la cabeza ante eso pero simplemente se limitó a sonreír.

― ¡Emiya-san me ha dicho que podía comer cuando quisiera con él! ―Toga estuvo emocionada en cierto grado no solo por la interacción que podría tener, si no por el hecho que no era fácil costear la cocina de Emiya.

Dado que el restaurante inferior estaba cerrado de momento y las misiones se detuvieron no había forma en la que ella pudiera probar la cocina que le tomó más que agrado.

Además que Toga se sintió un poco tranquila al no tener que mirar una cuenta con varios dígitos de ceros solo por pedir un pequeño bocadillo si es que iba a alguno de los lugares en los que Emiya trabajaba.

― ¿Qué? ―Jeanne no comprendió y estuvo tentada a cerrar la puerta, era obvio el hecho por como movió la mano brevemente con la puerta hacia adentro pero se detuvo y solo rechistó la lengua―, ¿ahora va diciéndole a colegialas cosas como esas?

Toga se rió un poco al ver como el ceño fruncido de Jeanne aumentó.

― ¿Pasa algo?

― ¡Por supuesto que esto está mal! ―la voz de Jeanne se levantó y no le importó más, dejó la puerta abierta y simplemente fue a buscar a Emiya.

Toga no podía hacer nada más que contener la risa que estaba emergiendo de ella, no era usual que riera de manera amena o sincera pero las interacciones que vio de aquellos dos de fondo al pie del marco de la puerta fueron bastante divertidas.

Hubo una breve discusión sobre que había hecho para darle una invitación a una colegiala. Toga había olvidado su ropa, al usar su habilidad hasta llegar al lugar no pensó mucho en el cambio de ropa a la habitual.

A los minutos de lo que parecían meramente gritos por parte de Jeanne fue que Toga vio como finalmente llegaron ambos adultos a un entendimiento. Pareciera que Emiya había explicado la situación dada.

A los segundos después del silencio en que ambos se habían quedado en paz fue que Emiya se dirigió hacia la puerta.

Vio al hombre con las pantuflas para interior del lugar, pantalones negros simples al igual que una camisa del mismo color, pero aquella camisa cubierta por un delantal rosa que desentonaba con el hombre.

―No creí que tomarías mi invitación.

Toga escuchó las palabras y miró al hombre, como siempre, siendo difícil decir que era lo que pasaba por el rostro de Emiya, pero ahora un poco más asequible a la hora de comprender el lenguaje corporal del hombre.

Era como ver una persona totalmente distinta a la que había visto en la organización.

―Supongo que está bien si-

―Solo pasa, incluso si no hay el mismo clima de hace un tiempo podrías enfermar si solo deambulas con una ropa como esa.

Los ojos de Toga se centraron en el hombre quien simplemente se dio la vuelta y volvió hacia el interior. La joven no supo no dijo nada, sin saber que hacer accedió y dejó sus zapatos en la puerta antes de pasar a la pequeña galería que había antes de entrar en la sala.

Costoso.

A simple vista fue lo que pudo decir Toga cuando observó a su alrededor y vio todo lo que había tanto de decoración como en electrodomésticos y mobiliario.

―Siéntate espera un poco más, la comida estará en poco tiempo.

Toga se giró y vio a Jeanne D'Arc, la tan afamada bruja, una mujer que respetó y admiró por el uso de su peculiaridad y la indiferencia que presentó ante la sociedad.

Sentada con las piernas cruzadas, se notaba que el cabello desordenado, llevaba un suéter purpura y medias largas color negro, eso sumado a la mujer viendo uno de esos programas de preguntas generales que usualmente eran puestos para tranquilizar a los niños dio como resultado que la imagen mental de Jeanne D'Arc que tenía se fragmentara por completo.

―Gracias, soy Himiko Toga ―la presentación tranquila fue vista con unos ojos rondando por parte de la mujer de pelo gris. Toga solo observó a la mujer que estaba demasiado concentrada en el programa para tomarla en serio.

―Bien, supongo que lo sabes porque ese pedazo de hojalata lo dijo pero soy Jeanne.

Una presentación sin humor y una muestra de descontento, era obvio que su presencia no fue bienvenida por parte de Jeanne pero Toga no sintió un rechazo por ser lo que era, en cierto grado, fue divertido ver a Jeanne D'Arc quien actuó más como un gato el cual se le había invadido el espacio.

No hubo palabras entre ambas mujeres en la sala. Solo el sonido del televisor y ocasionalmente de la cocina donde Emiya estaba cocinando. Al cabo de aproximadamente media hora es que Toga vio salir a Archer de la cocina diciendo que la comida estaba lista.

Había sido unos treinta minutos difíciles, en parte porque a duras penas había logrado soportar las ganas de reírse de las ocurrencias constantes de Jeanne. Fue algo que no pensó, como la mujer habló de manera arrogante ante una pregunta al azar alegando que "era una pregunta que incluso un niño contestaría" solo para terminar fallando.

Si fueran situaciones normales Toga no hubiera escatimado la risa y más por como Jeanne había mirado al suelo directamente de dar una respuesta incorrecta para ocultar el rostro cargado de vergüenza que llevaba.

El solo hecho de ver a aquella mujer le hizo dudar de cualquier rumor que podrí haber existido del lado de Jeanne. Era casi increíble pensar que alguien que estaba deprimida por fallar preguntas simples podría ser la misma persona que era llamada una loca que cargaría contra cualquier a puño y flama.

Toga simplemente vio algo que hizo que tuviera que llevar la mano y cubrirse la boca para no estallar en risas, pero fue en vano, dado que Emiya había estado bajo el marco de la puerta del comedor había observado como Jeanne se levantó pero cuando esta estaba por ir hacia el comedor llevó una pierna hacia uno de los costados de la mesa baja que estaba en medio de la sala y frente a ella, en el susto de aquel objeto cayendo Jeanne se movió con unos reflejos increíbles, Toga le daría eso.

Pero penosamente la alfombra que estaba bajo los pies de Jeanne se arrugó hacia un lado haciendo que la mujer caiga de todas formas al suelo.

Jeanne intentó sujetarse de la mesa para frenar la caída pero solo hizo que esta se volteara y cayera junto a ella, siendo ya la mujer en el suelo recibiendo un golpe por parte del control remoto que había estado encima de aquella mesa.

Fue casi instantáneo como Jeanne se sentó una vez más ahora con el rostro rojo de la vergüenza por lo que pasó, miró a Emiya quien estaba sonriendo y tapándose el rostro para que no viera que estaba realmente entretenido con el "espectáculo" mostrado por Jeanne.

Toga vio como Jeanne la miró de forma disimulada, o al menos en un intento de disimular dado que se giró para verla.

Tuvo que reír.

¿Cómo no hacerlo ante una escena tan hilarante y sacada de una escena de comedia?

No había pensando reírse en lo absoluto pero ahí estaba.

Compartiendo una risa en un momento que no había esperado con personas que nunca había imaginado.

Emiya no supo que hacer con la joven que había llegado de improvisto, pero no le molestó, al menos había cubierto sus movimientos hasta que llegó hasta que fue seguro.

Fue un poco molesto al principio, no por la llegada de la joven si no por la forma en la que Jeanne preguntó cosas bastante estúpidas de golpe. Había puesto uno de esos programas de preguntas y respuestas por competición.

Siempre era agradable contar con Jeanne y era por eso que estaba enfocado a preparar una buena comida hoy. Antes hubiera dicho que "fue una pena" haber perdido tanto de un día solo por pasar tiempo con alguien.

Pero no se sintió de la misma forma cuando pasó el tiempo con Jeanne, quizá en el interior la idea de pasar tanto tiempo sin hacer nada le fuera difícil, toda su existencia fue de hacer algo en cualquier momento, y ahora que estaba en la posibilidad de simplemente quedarse en cama y disfrutar del momento no fue algo común.

Fue el toque del abrazo que le dio Jeanne lo que hizo que no deseara moverse de aquella posición en la mañana, algo que no hubiera hecho en el pasado o en otra situación, Emiya se sintió extraño por aquello pero al mismo tiempo.

Se sintió realizado.

El ver el rostro durmiente de Jeanne y poder admirar sus rasgos, como si intentara grabar lo que estaba viendo en su memoria fue algo que solo había hecho con armas pero nunca con alguien más. Recordaba fragmentos de su vida, nombres y personas, pero eran recuerdos borrosos y nombre casi inaudibles, si no fuera por la oportunidad de verlos cada cierto tiempo entonces jamás podría haber determinado que había conocido a aquellos en algún punto de su existencia.

Incluso así, la forma en la que se encontró con aquellas personas que conocía nunca fue la mejor, siempre fue en una misión y con ello terminando con un recuerdo que al mismo tiempo quería nacer.

Todo este tiempo, toda aquella trayectoria se dispuso para que no pudiera estar con alguien o poder ver el rostro de la persona que buscaba. ¿Ahora con Jeanne a su lado siendo libre de momento de toda atadura?

No importaba nada.

Ayudar a la liga fue una acción que no pensó en mantener, no tenía muchos problemas con terminar con la vida de cualquier que buscara ir contra Jeanne o él, al igual que no tenía problemas con dejarse entregar para que todo terminase.

¿No fue siempre así? Sacrificando algo que no tenía o algo que pensó que podía brindar para que el resto pudiera estar con la mirada en alto y la sonrisa puesta donde yacía su lugar para aquella deseo y ganas de tomar.

No tenía especial problema con Toga Himiko. Hacía mucho tiempo le habían dejado de preocupar las vidas para que pudiera reaccionar por algo real, pero aun así siguió haciendo lo que podía tomar en manos para ayudar a los demás.

Jeanne lo llamó hipócrita descarado y Emiya no podía decir que estaba fuera de la definición dada por la mujer. El ver a alguien herido, caído, sin ánimo o voluntad de seguir, a pesar de haber renunciado a todo y pasar a ser un engranaje más girando no pudo evitar tomar la idea de querer empujar aquel mecanismo en el cual estaba para poder actuar de una forma en la que sintiera que hiciera lo correcto.

― ¿Qué pasa con ese olor? ―Jeanne se giró y vio a vio a la joven que estaba con los ojos fijo en la mochila que había traído consigo hasta el lugar―, apesta a sangre.

Emiya escuchó las palabras de Jeanne para ver a Toga quien parecía por primera vez nerviosa de lo que podría pasar.

―Es su habilidad, necesita la sangre de otros para poder activarla ―una breve explicación por parte de Emiya hizo que Jeanne alzara la ceja.

Toga estaba nerviosa era fácil decirlo ni bien uno daba una mirada a la joven, las manos temblantes y los ojos que hasta hace unos segundos estaban en confianza ahora estaban en duda.

― ¿Eh? ―Jeanne alzó una ceja y luego suspiró―. Lo hubieras dicho, podrías haberlo dejado en la sala de estar en vez de traerlo a al comedor.

Silencio.

Toga alzó la cabeza lentamente y vio como Jeanne pasó a simplemente servirse la comida puesta en la mesa. Toga observó la silla dada para ella se notaba un poco más apagada que las otras dos ya puestas, era obvio que había sido una silla que no se utilizaba y ahora pasó a ser limpiada y puesta para ella.

Los ojos de Toga estaban en la silla y las palabras de Jeanne, la mujer solo tuvo curiosidad del olor, más allá de eso no comentó algo o hubo algún comentario para ella.

― ¿Te sentarás o no?

―Jeanne.

― ¡Se queda quieta mirando a la nada!

―Es porque la regañaste.

― ¡¿Es mi culpa ahora?!

―Debiste ser considerada.

―Si era parte de su peculiaridad solo podría haberlo dicho y dejarlo en la entrada o en el estar.

―Jeanne…

―No, no, no, nada de sermones ahora.

―No he dicho nada.

― ¡¿Crees que no sé qué lo harás?!

―Es porque ahora lo estás buscando.

― ¡Solo la invité para que se sentara!

―Jeanne.

Una carcajada estalló llamando la atención de ambos adultos que habían estado discutiendo hasta hace unos instantes. Toga estaba con la mano en el pecho riéndose ante las palabras dadas.

―Oye… si lo que dije… ―Jeanne se puso de pie y mostró un rostro preocupado, miró a Emiya en búsqueda de alguna respuesta.

Puesto que no sabía porque la joven que estaba riendo también estaba llorando sin retención alguna.

No importaba.

Toga se repitió en la cabeza aquellas palabras cuando observó la poca importancia que le dio Jeanne o Emiya ante su habilidad, era igual que en la liga, a nadie le importó lo que ella hiciera. Incluso ante su llanto repentino Jeanne se preocupó de haberla ofendido.

¿De dónde habían salidos tantos malos rumores de una persona extraña pero amable? Toga se hizo la pregunta pero al mismo tiempo no le importó tanto la respuesta.

Ella estaba feliz con la situación actual y a pesar que solo había llegado con la intención de comer algo y ver un poco más de "Archer" y su forma de vivir la vida como alguien que ocultaba su naturaleza.

Pero ahora era ella quien había estado ocultándose ni bien entró en aquel lugar y ante la mínima muestra de que ella estaba haciendo algo bien.

No pudo evitar quebrarse y sentirse realizada ante la aceptación dada.

¿Por qué no había tenido padres como aquellos? Ella realmente lo intentó, intentó tanto por su familia pero nadie la comprendió, Emiya no la juzgó de entrada, un asesino más, la liga fue el lugar que pudo llamar familia, ella quiso pasar un día más Twice pero este no se encontró de momento.

Un capricho.

Ella había llegado en aquella casa por capricho y sin idea real de lo que estaba haciendo. Ella tenía en mente el concepto de aceptación por parte de la liga, pero aquella simple muestra de desinterés de Jeanne, alguien que había catalogado como "normal" desde que la había visto es que se encontró con algo que no sintió hasta ahora.

Que ella misma era la que era normal.

¿Por qué llorar? No fue como si el momento fuese tan importante, no fue como si las palabras vinieran de alguien relevante o quien conociera para desear que notara que estaba ahí.

Pero aun así aquella simple forma de ver como algo normal su habilidad fue suficiente para dejarla en paz y pensar que al igual que Emiya, ella podía accionar de una forma tranquila dependiendo de alguien en quien apoyarse.

Aquel chico de pelo y la joven de pelo castaño fueron quienes más llamaron su atención y aquel interés seguiría, Toga no lo tiraría, pero ahora al ver como podía ser simplemente aceptada.

¿Por qué había sido dejada de lado por la sociedad en la que tanto deseó haber estado?

Simpleza y calma. Dos palabras que no pudo obtener debido a su peculiaridad y sus acciones influenciadas en esta.

Pero ahora entendió algo que probablemente le hubiera tomado mucho más tiempo.

Que todo estaba bien y al igual que Emiya que parecía haber renunciado a la vida de su peculiaridad. Ella pudo haberlo hecho para obtener esa aceptación, pero sería una que no sería real.

Entendió que Emiya quería cuando a pesar de todo el poder que tenía no le importó seguir todo lo que pedían Kurogiri, el doctor y Shigaraki.

Jeanne estaba consciente de lo que Emiya era y este al mismo tiempo sabía lo que de verdad era ella.

Una muestra patética de debilidad, quizá no fue un llanto realmente fuerte pero aún así fue uno que hizo que tuviera que taparse la cara.

No tenía porque actuar así, no era algo propio de ella, no tenía porque sentir que la interacción con aquel hombre fue algo significativo y por mucho que hubiera admirado a Jeanne no sintió que era lo correcto sentirse feliz solo porque la veía como alguien normal.

Himiko Toga sabía que hacer ante el rechazo pero era la primera vez que se le planteó la aceptación así que solo hizo lo que su cuerpo dictó y se liberó.

Volviendo.

Hace rato que quería actualizar esto pero por cosas de la vida no he podido hasta ahora, y tal, me he tomado tiempo para actualizar algunas cosas y no por votación porque necesitaba quitar ideas que me impedían seguir con un ritmo. Esto de actualizar algo externo es extraño.

Y tal, espero que el capítulo les haya gustado, se vienen cositas.

Cosas hermosas y bonitas.

Ah, cierto, si creen que realmente actualizo seguido porque me pagan es porque me conocen recién, antes de abrir para las donación ya tenía como 900k de palabras publicadas o 1 millón jeje.

Como sea, espero que el capítulo sea de su agrado y por cosas de la vida no sé si lograré terminar esto en lo que había previsto, saben como soy, quiero hacer un one-shot de 8k a lo mucho y termino con un one-shot de 30k o el incidente de hierro en plata…

Como sea, a partir de hoy el 14 de junio como he dicho anteriormente, se abrirá para que publiquen la historia one-shot que había para el concurso, creo haberlo avisado un par de veces desde hace dos meses, pero bueno, pueden subir la historia y mandarla al canal determinado o enviar el archivo Word o PDF, cualquier otro formato ni siquiera lo voy a mirar. Y sí, esto es en el discord o si no están en el discord me arroban por wattpad en la historia.

Como sea, como siempre gracias por su apoyo y que la lectura les haya gustado, nuevamente, perdón por algún error, palabras perdido o punto mal puesto corrijo como puedo en la medida que publico.

Rey de picas fuera.