Nos encontramos en un dormitorio universitario decorado de manera muy colorida. Las paredes estaban adornadas con estampillas y una de las dos camas del amplio cuarto estaba repleta de peluches y otros objetos tiernos.
En uno de los escritorios, una chica de tez clara con un leve bronceado y cabello rubio lacio estaba profundamente concentrada en su tarea de química. Manipulaba con cuidado varios químicos, rodeada de matraces, tubos de ensayo y reactivos. Llevaba puestos unos guantes aislantes para manejar con mayor precaución los compuestos.
En el preciso momento en que estaba añadiendo un reactivo a un matraz, su concentración se vio interrumpida por el estruendoso sonido de una puerta al abrirse bruscamente.
- ¡Honey Lemon! - Exclamó una voz juvenil.
La repentina interrupción hizo que Honey Lemon soltara el matraz, y el químico voló por el aire, pasando sobre su cabeza y cayendo sobre la otra cama del dormitorio. Al contacto con la sábana, el líquido se solidificó instantáneamente, formando una escultura cristalina de color azul y forma amorfa. Honey Lemon observó el resultado con los ojos bien abiertos, claramente sorprendida, y luego dirigió su mirada hacia la puerta, donde estaba el causante de la interrupción.
- Freddie... Siempre es un gustoooo - Dijo con tono amable, aunque la molestia se notaba en la prolongación exagerada de la "o" final.
- ¡Wow, una escultura de cristal azul! - Dijo Fred, admirando la cama cristalizada por el químico.
- No quiero sonar mala onda, Fred, pero ¿qué buscabas? - Preguntó Honey Lemon, manteniendo un tono amable mientras disimulaba un leve tic en su párpado izquierdo.
- Ah, sí, disculpa. Quería ver si había dejado aquí mi máscara de la botarga de KaijuBol - Respondió Fred en un tono relajado.
- Creo que esa máscara no está aquí, Freddie... Creo que la dejaste con...
- ¡WASABI! Eso es, gracias, Honey Lemon - Interrumpió Fred antes de salir corriendo del dormitorio, dejando a Honey con su problema de escultura química.
Honey Lemon solo se limitó a suspirar mientras miraba la cama cristalizada.
- Ay, Regina me va a matar por "químicatizar" su cama... otra vez - Dijo con notable preocupación, mientras sus labios dibujaban una expresión que denotaba las veces que ya había "químicatizado" la cama de su compañera de dormitorio - Pero debo admitir que esta reacción del sulfato de cobre y amoníaco es sumamente interesante - Añadió Honey, observando el cristal químico azul y tomando algunas notas en su libreta.
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En otra parte del instituto, en un laboratorio donde varios estudiantes probaban sus inventos, se encontraba un joven fornido de tez morena. Al igual que Honey Lemon, estaba concentrado en su trabajo.
Estaba ajustando una especie de maquinaria que parecía el marco de una puerta, pero sin la puerta. Se quitó el sudor de la frente, caminó hacia el bote de basura cercano y, con cuidado, depositó la servilleta que había usado. Bajó la tapa del cesto y siguió con su proyecto. Se notaba que el joven era muy ordenado con su vida y las cosas que lo rodeaban. Terminó de atornillar las últimas tuercas en las uniones de uno de los bordes.
- Bien, las uniones para los emisores de plasma láser ya están calibradas - Dijo con una sonrisa, mientras tomaba una tableta que estaba a su lado y empezaba a mover unos gráficos digitales de la maquinaria frente a él - Emisor de plasma experimental, prueba número 8 - Anunció, presionando un botón digital en la tableta. La máquina comenzó a emitir un leve zumbido, indicando que estaba encendida. Se puso unos lentes protectores, con los que pudo ver las líneas láser entre los bordes, formando una pared de neón verde.
El joven puso un tazón sobre una mesa al otro lado de la pared de plasma. Sacó una manzana roja y dijo:
- A ver si esta vez funciona.
Entonces, lanzó la manzana hacia la pared de plasma. Al atravesarla, el fruto fue cortado en rebanadas delgadas, casi transparentes, que cayeron en el tazón.
- ¡Genial, el corte fue exactamente delgado! - Dijo, tomando el tazón y comiendo una rebanada de la manzana.
- Y el sabor sigue siendo el mismo - Dijo con notable gusto - Creo que unos ajustes más y lo tendré listo para el proyecto final del semestre. Pero por ahora, lo mejor será continuar mañana - Añadió, llevando la mano hacia el interruptor de la máquina para apagarla.
Antes de que pudiera hacerlo, un ruido familiar lo interrumpió.
- ¡WASABI! - Gritó la voz que todos en el campus conocían. Fred entró rápidamente al pequeño laboratorio de Wasabi. Sin prestar atención a su entorno, tropezó con la mesa de herramientas ordenada por Wasabi. La mesa chocó con la pared de láser de plasma del invento y, al tocar las delgadas líneas láser, fue cortada en rebanadas, al igual que la manzana de minutos antes.
Wasabi no tuvo tiempo para enfadarse, solo quedó en shock al ver su mesa de herramientas ahora en rebanadas desiguales, lo cual provocó un tic en su trastorno del orden.
- Disculpa, Wasabi, ¿pero no viste aquí mi máscara de la botarga de KaijuBol? - Preguntó Fred, mirando alrededor del laboratorio. Wasabi seguía viendo su mesa con una expresión de shock y molestia.
- Creo que la dejaste con Go Go - Dijo Wasabi, arrodillándose ante su mesa de herramientas totalmente cortada y sosteniendo lo que quedaba de uno de sus desarmadores de cruz.
- ¡Por supuesto! No me acordaba. Gracias, Wasabi - Continuó Fred, abandonando el laboratorio y saliendo corriendo.
Mientras Wasabi lamentaba el desorden, Honey Lemon entró al laboratorio. Wasabi se levantó y fue hacia una escoba cercana.
- Wasabi, ¿no viste a Fred por aquí? Hace unos minutos fue a mi dormitorio, pero luego se fue y gritó tu nombre. ¿No lo viste...? - La pregunta de Honey Lemon quedó en el aire al ver el desastre en el laboratorio de Wasabi - Bueno, parece que sí estuvo aquí - Dijo, ante la obvia intromisión de Fred.
- Sí, acaba de irse. Me sorprende que no lo hayas visto corriendo - Dijo Wasabi, apagando la máquina de láser de plasma. Honey Lemon se acercó y trató de ordenar lo que quedaba de las herramientas.
- ¿Y sabes ahora a dónde se fue? - Preguntó Honey Lemon, mientras Wasabi usaba una escoba para mover los trozos de metal que había en el suelo.
- Pues estaba buscando su máscara. Como no estaba aquí, le dije que a lo mejor estaba con Go Go - Respondió Wasabi, usando la escoba y un recogedor para levantar los trozos y basura, llevándolos a un basurero de reciclaje para metales.
Al escuchar la respuesta, Honey Lemon abrió los ojos, no por sorpresa, sino por temor. Se giró hacia Wasabi, quien al notar su expresión dejó salir una mirada extrañada.
- ¿Qué pasa, Lemon? - Preguntó Wasabi, extrañado por la mirada de su amiga, deteniendo su uso de la escoba para prestarle atención.
- ¿Le dijiste a Fred que su máscara estaba con Go Go? - Preguntó Honey Lemon con preocupación. Wasabi, aún extrañado, no comprendía la pregunta de su amiga... hasta que su cerebro hizo clic y abrió los ojos de par en par.
- Oh, oh - Dijo Wasabi, ahora percatado de lo que estaba a punto de suceder.
- Debemos encontrar a Fred antes de que moleste a Go Go - Dijo Honey Lemon, saliendo del laboratorio a toda prisa junto con Wasabi. Ambos corrían por el pasillo del edificio.
- Esperemos llegar a tiempo... - Añadió Wasabi.
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Afuera del campus, en lo que parecía ser una pista de carreras, estaba una chica de cabello corto oscuro, tez clara y rasgos asiáticos notables. Conducía lo que parecía una moto moderna, a toda velocidad, concentrada en los niveles de velocidad que alcanzaba.
Dio otra vuelta mientras el indicador de velocidad en el visor de su casco aumentaba. Sin embargo, también apareció una advertencia de sobrecalentamiento del motor. A la chica no le importaba; parecía que solo quería ir más rápido.
Para su infortunio, su concentración fue interrumpida por...
- ¡GO GO! - Exclamó Fred, poniéndose en el camino de la moto. La chica frenó rápidamente, provocando un giro debido a la velocidad. Afortunadamente, logró salir de la moto, que terminó golpeando un muro de contención, con humo saliendo del motor. No ocurrió nada grave, pero la chica estaba visiblemente enojada. Se giró hacia Fred, quien sintió una oleada de furia.
- Go Go... ¿cómo está mi fanática de la velocidad favorita...? - Intentó decir Fred, nervioso.
Las palabras de Fred fueron interrumpidas por el fuerte agarre de Go Go sobre el cuello de su camiseta. Lo atrajo hacia ella, mirándolo con enojo a pesar de llevar el casco puesto.
- ¿Eres imbécil o qué? Te pude haber arrollado - Exclamó Go Go, todavía sosteniendo con fuerza la camiseta de Fred. Se quitó el casco, dejando visible su expresión enojada.
- Por fortuna no pasó nada, jaja. Aunque no creo que hayas querido arrollarme intencionalmente, ¿verdad? - Preguntó Fred con una risa ingenua, esperando una respuesta de Go Go. Pero ella no respondió, solo dejó salir una sonrisa maliciosa que asustó a Fred, provocando que tragara saliva - ¿Verdad, Go Go?
- Lo estoy pensando... - Dijo ella, con su mirada fija en Fred y su sonrisa maliciosa aún visible.
- ¡Go Go! - Gritaron Wasabi y Honey Lemon, acercándose apresuradamente. Esto captó la atención de Go Go, aunque seguía sosteniendo a Fred por el cuello de la camiseta.
- ¿Qué hay, chicos? - Preguntó sin vacilar la chica.
- Solo tratamos de evitar que ahorques a Freddie - Dijo Honey Lemon de manera burlona pero risueña.
- Pero parece que llegamos un poco tarde - Continuó Wasabi, dando un fuerte respiro tras haber corrido casi un maratón por todo el campus.
Fred dejó escapar una risita, pero Go Go volvió a mirarlo. En lugar de hacer algo drástico, solo suspiró ante la actitud del chico, lo soltó de la camiseta y caminó hacia su casco para recogerlo. Fred solo se limitó a respirar después de haber sentido el fuerte agarre de Go Go.
- Gracias, chicos, por poco sentí que me haría pollo frito - Dijo Fred de manera burlona, mientras se sobaba el cuello.
- Soy vegetariana - Respondió Go Go, caminando hacia su moto dañada.
- ¿Y Freddie, encontraste lo que buscabas? - Preguntó Honey Lemon. Fred abrió los ojos al escuchar aquellas palabras.
- Cierto, casi se me olvida.
- ¿Entonces? - Preguntó Wasabi.
- No está aquí - Respondió Fred sin titubeos, con una expresión de evidente ingenuidad.
La respuesta de Fred provocó una expresión boquiabierta de incredulidad en Wasabi y Honey Lemon.
- ¿Cómo dices que dices? - Preguntó Wasabi, incrédulo.
- Sí, busqué por todo el laboratorio de Go Go e incluso me metí en su dormitorio y no estaba ahí...
Entonces, un ruido metálico se escuchó al golpear el pavimento cercano. Era Go Go, que había dejado caer una llave de tuercas y ahora se notaba realmente enojada. Giró su vista hacia Fred mientras se levantaba del pavimento y se alejaba de su moto, que estaba reparando.
- ¿Acaso dijiste que entraste a mi dormitorio...? - Preguntó Go Go, caminando lentamente hacia Fred, sosteniendo su llave de tuercas de manera amenazante. Esto hizo temblar a Fred y también a Honey Lemon y Wasabi, a pesar de no ser ellos los destinatarios de la ira de Go Go. Los tres retrocedieron al ver la furia en los ojos de la chica.
- Freddie, ¿quieres un consejo? - Preguntó Honey Lemon con notable miedo en su voz. Fred dirigió su vista hacia ella.
- ¿Cuál sería ese consejo? - Preguntó Fred, con miedo visible en su tono.
- Corre - Respondió Honey Lemon, con igual temor en su voz.
- Mejor hazle caso, amigo. Go Go se ve muy molesta - Continuó Wasabi, a lo que Fred asintió y enseguida salió corriendo de la escena.
Pero Go Go también corrió, tratando de alcanzar a Fred para posiblemente darle una golpiza por haber entrado a su dormitorio. Honey Lemon y Wasabi la siguieron, tratando de convencerla de que no hiciera una locura.
- ¡Go Go, no lo hagas, recuerda tu decencia! - Gritaba Wasabi, mientras corría tratando de seguir el paso de la chica.
- ¡Solo piensa en tu lugar feliz! - Continuaba Honey Lemon, quien al igual que Wasabi, estaba corriendo tratando de alcanzar a su amiga.
- ¡NO HUYAS, FRED! - Advirtió Go Go con voz grave y amenazante, mientras corría y aún sostenía su llave de tuercas.
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En otra parte del campus, en un laboratorio cercano al de Wasabi, se encontraba Tadashi trabajando en su computadora. Parecía estar analizando un algoritmo con los datos digitales que aparecían en la pantalla. Tomó un momento para respirar, se estiró después de haber estado mucho tiempo sentado y fue por una manzana verde que estaba en el escritorio detrás de él. Regresó su vista a la pantalla de la computadora.
De pronto, un correo apareció en la pantalla, acompañado por el sonido de una notificación. Tadashi se acercó nuevamente a la computadora mientras mordía su manzana.
- Excelente, los datos del escáner que le di a Hiro funcionan bastante bien - Dijo con entusiasmo. Tecleó unas cuantas teclas y apareció un programa de arranque en la pantalla. El archivo se llamaba "Baymax Ver. 1.2".
- Ya con esto, no tendré problemas con el armazón del servo esqueleto... bueno, eso espero. Si tengo suerte con la suspensión. ¿Tú qué opinas, Baymax? Ya pronto tendrás un cuerpo - Dijo Tadashi burlonamente al icono de la I.A. en su escritorio, el cual respondió con los caracteres ":)". Tadashi soltó una risa.
- Creo que aún debo afinar tu algoritmo de lenguaje. Aunque después tendré que hacer tu modulación de voz - Continuó Tadashi, llevándose la mano a la barbilla mientras pensaba en las implicaciones de mejorar el lenguaje de Baymax y en la misión que quería lograr con su I.A. y posible ayudante robótico.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el abrupto y fuerte sonido de la puerta de su laboratorio al abrirse. Se giró hacia la puerta y vio a Fred, sosteniéndose del marco con una expresión de miedo.
- ¿Qué hay, Fred? ¿Cómo estás? - Dijo tranquilamente Tadashi, observando la inusual expresión de su amigo.
- Hola Tadashi, estoy bien - Respondió Fred con cierto nerviosismo en su voz - ¿Y tú, cómo estás...?
Su pregunta fue interrumpida por un estruendoso grito proveniente del pasillo cercano al laboratorio. Era el grito de una chica claramente enfadada: "¡FRED!". Fred inmediatamente cerró la puerta a su lado, pero antes de que pudiera poner el seguro, la chica la abrió de golpe. Fred trató con todas sus fuerzas de cerrarla, pero en un fuerte empujón, ella logró abrirla y tomó a Fred por el cuello de la camiseta con ambas manos.
- Hola, Go Go - Saludó tranquilamente Tadashi a la chica.
- Hola, Tadashi. ¿Qué tal? - Preguntó Go Go mientras mantenía sujetado el cuello de la camiseta de Fred.
- Go Go, ¿por qué no lo sueltas? No estaría bien que intentaras ahorcarlo - Dijo Tadashi con calma mientras terminaba de teclear un comando en su computadora y luego volvía su atención hacia ambos.
- Pero entró a mi dormitorio y vio mis cosas. Yo nunca veo las suyas porque él sí - Se quejó Go Go. Antes de que pudiera hacer algo más con ese enojo, Tadashi puso una mano sobre su hombro. La joven volvió a mirar a Tadashi.
- Solo fue un accidente. Dudo que lo vuelva a hacer, ¿verdad, Fred? - Dijo Tadashi, aún tranquilo y con una sonrisa de entendimiento.
Fred asintió, indicando un sí. Go Go, resignada y aceptando las palabras de Tadashi, soltó a Fred con más cuidado que la primera vez, cuando lo agarró por el cuello de la camisa. Esta vez, Fred no necesitó tomar aire ni frotarse el cuello.
- Wow, gracias, Tadashi. Te debo una - Dijo Fred con notable entusiasmo.
- No creo que debas agradecerme. Solo prométele a Go Go que no volverás a entrar a su dormitorio sin su consentimiento - Dijo Tadashi con tono calmado, a lo cual Fred volvió a asentir.
En ese momento, Honey Lemon y Wasabi entraron al laboratorio de Tadashi. Ambos estaban cansados y agitados, y se tomaron un momento para respirar antes de hablar. Sin embargo, se detuvieron al ver que Tadashi había calmado a Go Go.
- Qué alivio, gracias, Tadashi - Dijo Honey Lemon, ya un poco más calmada mientras respiraba. Wasabi simplemente levantó el pulgar en señal de aprobación, aún recuperándose de la carrera que habían corrido.
- Y todo esto, ¿por qué entraste al dormitorio de Go Go? - Preguntó Tadashi con curiosidad.
- Estaba buscando mi máscara para mi traje de KaijuBol. Como no la encontré en mi dormitorio, pensé que estaría aquí con ustedes. Pero parece que no estaba ahí - Dijo Fred con pena en la voz mientras se rascaba la nuca.
- ¿Una máscara como esta? - Preguntó Tadashi, mostrando una máscara de botarga con diseño similar a un monstruo reptil, pero con detalles coloridos.
- Oh, muchas gracias, Tadashi - Dijo Fred con notable felicidad mientras tomaba la máscara con las manos - No sabes cuánto te lo agradezco. Necesito esto para mi proyecto en arte contemporáneo.
- Y también encontré a este pequeño amigo junto con tu máscara - Continuó Tadashi, mostrando una pequeña lagartija de tonos azules y líneas rojas en su palma.
- Qué bonito - Dijo Honey Lemon, observando al adorable reptil que se movió hacia la mano de Fred. Él sonrió ante el afecto del reptil.
- Jajaja, qué genial. Creo que te llamaré "Mini-Zilla" - Continuó Fred mientras acariciaba la cabeza de la lagartija con el dedo índice. El reptil pareció responder con alegría.
- Fred y una mascota, le doy cuatro días, cinco como mucho - Bromeó Go Go mientras guardaba su llave de tuercas en el bolsillo de su pantalón y se estiraba un poco.
- Fred, ¿crees estar listo para cuidar a un reptil? - Preguntó Wasabi, acercándose al grupo de amigos. Fred levantó el brazo con la lagartija en la mano.
- Por supuesto que sí, amigos. Además, miren, Mini-Zilla parece estar más que feliz - Concluyó Fred mientras la lagartija emitía un leve sonido de felicidad.
Todos rieron al ver la reacción del pequeño reptil. Después de unos minutos, cada uno se fue por su lado. Wasabi regresó a su laboratorio para verificar su invento de emisión de plasma. Honey Lemon fue a ver si podía deshacer el accidente que había dejado la cama de su compañera de dormitorio hecha un desastre. Fred volvió a su dormitorio para terminar su proyecto, ahora con su nueva mascota. Go Go, antes de retirarse del laboratorio de Tadashi, fue detenida por este.
- Leiko - Dijo Tadashi, captando la atención de la chica. Ella volteó con su habitual expresión seria.
- ¿Qué pasa, Tadashi? - Preguntó Go Go, acercándose.
- Me preguntaba si podrías ayudarme a verificar la suspensión de un servo esqueleto en el que estoy trabajando. Pero claro, no me molestaría si no tienes...
- ¡Ya basta de tanta palabrería, Hamada! - Dijo Go Go con tono burlón mientras caminaba hacia un armario. Presionó un botón que abrió la puerta, revelando el servo esqueleto metálico.
- ¿Cómo sabías que estaba ahí? - Preguntó Tadashi con curiosidad, manteniendo su sonrisa.
- Lo vi cuando vine la otra noche - Continuó Go Go mientras examinaba la maquinaria.
- Ahora veamos qué hiciste mal, Hamada - Dijo en tono burlón mientras sacaba su llave de tuercas.
- Tú primero, Tamago - Respondió Tadashi con el mismo tono, arrancando una sonrisa a Go Go, aunque su expresión seria volvió al ver las soldaduras de la máquina.
- ¿Por qué usaste hierro? Se oxida más rápido y además es mucho más inestable para la estructura - Dijo, regañándolo por su elección de materiales. Tadashi solo rió levemente mientras escuchaba sus quejas.
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En otro lugar, en lo que parecía ser una tienda de electrónica, una figura sombría examinaba varios componentes de computadoras modernas. Parecía estar realizando una disección a aquellos aparatos, como si estuviera haciendo un trasplante de órganos, pero en lugar de cambiar órganos, tomaba las tarjetas madre, cámaras y varias antenas de señal.
- Creo que esta ha sido una gran compra - Dijo la figura mientras se levantaba del suelo y guardaba todos los componentes en una mochila. Caminó hacia la puerta trasera, pero antes de salir, miró por unos minutos lo que quedaba del establecimiento, ahora hecho un desastre.
- Es una pena que tanto material se desperdicie, pero es por una buena causa... aunque sí, creo que falta algo de luz para este lugar tan apagado - Dijo mientras sacaba un encendedor, lo prendió y lo lanzó hacia el centro de la tienda. Al tocar el suelo, el encendedor comenzó a generar llamas. La figura siguió caminando, alejándose del establecimiento mientras este era consumido por el fuego.
Caminó por el callejón y detuvo su andar al ver una estructura que simbolizaba la autoridad en la ciudad y la tecnología avanzada. Al ver aquel edificio, dejó entrever un aura de enojo, evidenciado por el visor en forma de círculo posicionado en su ojo derecho, que cambió de un morado rosado a un rojo intenso.
- Pronto, la estúpida Future Foundation caerá y será castigada por sus actos contra la innovación. Solo faltan tres días... pero tengo que admitir que estoy esperando con ansias ver cómo caes... - Dijo mientras miraba un cartel que mostraba la imagen de una mujer de negocios, con el logo de Future Foundation cerca de ella.
- … Abigail Callaghan.
A partir de este momento, estaré subiendo los seis capítulos de mis tres fanfics; bueno, cinco, dado el estreno de este, jeje.
En fin, también quería decirles que pueden empezar a dejar sus preguntas, pero solamente para este fanfic y, claro, si tienen alguna para mí.
Ya después de que estrene los demás capítulos, pueden dejar sus preguntas para cada uno de los fanfics. Sin más que decir, me despido y nos vemos en el siguiente capítulo de "The Girl Called Nova, Anne !".
