Capítulo [3]

(...)

Saben, en este preciso momento del presente, mientras intentaba escribir y al mismo tiempo ideaba este capítulo de mis memorias, encerrado en esta sucia y pútrida celda, después de haberme visto obligado a tragar una de las tres miserables comidas que me ofrecían los guardias celestiales, me di cuenta de que, a este punto de mi narración, era necesario detenerme en un punto en concreto: lo que sucedió después de lograr llevar una vida escolar medianamente normal una vez que mis sueños cesaron. A partir de ahí, comenzaría a relatar los acontecimientos que me llevaron a comprender que había cometido un error, el cual fue que había vivido esta extraña vida llena de sueños que parecían imposibles, tanto literal como metafóricamente, sin percatarme de que mi propia inmadurez me había llevado a actuar de manera tan estúpidamente descuidada que no consideré las consecuencias de mis acciones y que ahora mi pasado logró alcanzarme.

Sé que puede resultar desconcertante el hecho de que haya iniciado mi relato narrando brevemente mis experiencias en el otro mundo, así como resumiendo cómo llegué a tener esa vida escolar en la U.A. junto con mi mejor amiga Mei-san, sin haber hecho referencia a las consecuencias que acabo de mencionar recién. No obstante, aunque existe el riesgo de que mi inexperiencia en la narrativa autobiográfica o novelística pueda tornarse en mi contra, dado que seguiré contando mi historia a mi manera, permítanme narrarles desde el punto exacto en el que cambió mi perspectiva inocente que tenía antes de saber la verdad. Ese punto es el inicio oficial de mi segundo año desde que mis sueños cesaron.

En ese momento, nos encontrábamos a un mes de concluir el primer año de manera oficial y ya estábamos a punto de iniciar el segundo año. Para entonces, como lo mencioné anteriormente, poco después de haber entrado a la Academia había adquirido una vida escolar que nunca imaginé vivir, en compañía de un departamento que solía subestimar históricamente al de los inventores, el de Héroes. Ahora me doy cuenta de lo afortunados que fuimos al contar con el apoyo de Melissa-san y sus amigos de la Clase A y que nos aceptarán en ser sus colaboradores en sus trajes y equipos, así como ser amigos, aún cuando Mei-san y yo nos mostramos muy ambiciosos cuando los convencimos de que nos aceptarán en primer lugar.

Al principio, nuestra relación con el grupo era estrictamente profesional. Nos limitábamos a reparar el equipo dañado en las batallas contra la Liga de Villanos, una tarea que la clase llevaba a cabo con frecuencia. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, comenzaron a invitarnos gradualmente a eventos sociales, algo a lo que no estábamos acostumbrados y teníamos nuestras dudas. Pero al ver que nuestra venganza se veía obstaculizada por cuestiones técnicas y había ocasiones en dónde no teníamos nada que hacer, no nos quedó más remedio que intentar integrarnos un poco más en la vida social.

Para ser honesto, estar con ellos me hacía sentir como si estuviera dentro de uno de esos mangas isekai que solía leer de niño. No en el sentido fantástico, sino en el ambiente escolar donde los protagonistas conviven con sus compañeros de clase, aunque solo cuando los protagonistas no eran marginados sociales. Incluso, a veces me recordaban a algunos amigos que había hecho en mis sueños de cuando me convertí en aventurero.

Todavía recuerdo claramente la ocasión en que les devolvimos el favor al mostrarles un regalo que habíamos hecho, justo después de que todo el grupo nos invitara a comer en un restaurante local. No disponíamos de dinero porque lo habíamos invertido en nuestra venganza y a la vez que no manejamos tan bien nuestro dinero en ese tiempo.

—¡Ustedes son increíbles! ¡Jamás imaginé que existiera una máquina que prepare el desayuno!—exclamó Kirishima, un carismático compañero de la clase A que siempre me llamaba "Midoriya-bro" y nos ayudaba cargando muchas cosas cuándo nos sentíamos fatigados al cargar nuestro equipo.

Esa máquina claramente nos quitó varias noches de sueño. Aún cuando tuvimos que cargarla nosotros dos solos para instalarla en secreto para sorprenderlos, creo que valió la pena al ver sus reacciones.

—¡Izuku-kun!—exclamó feliz y emocionada también Melissa-san al ver nuestro invento— ¡No era necesario! ¡Solo les invitamos una vez para comer! Si quieren, yo les podría…..

—¡No Melissa-san!—respondí seriamente— Velo como nuestra contribución para nuestros clientes más fieles.

—¡Exacto!—continuó Mei con su característica sonrisa sincera— No tienes que pagarnos. Además, no reparamos en gastos ya que utilizamos las sobras de muchos inventos que hicimos para ustedes.

Así era Melissa-san, siempre dispuesta a pagarnos, incluso después de que le habíamos dicho que era un regalo. Debo admitir que me gustaba la humildad que mostraba, a pesar de ser la sucesora de All Might y disfrutar de gran aceptación en todo el país. Sin embargo, debo reconocer que ningún regalo sería suficiente, ya que fue indirectamente gracias a ella que mi héroe me dijo esas palabras que me motivaron y cambiaron mi destino para bien.

Mientras tanto, los demás miembros del grupo también se mostraron impresionados y agradecidos. Eventualmente, nos prometieron invitarnos a comer cuando nos dieran permiso, algo que agradecimos.

—¿Cómo funciona? —preguntó el presidente de la clase, Iida Tenya.

Por otro lado, a veces debíamos explicarles detalladamente las funciones del invento, ya que, desafortunadamente, muchos de los héroes en general eran torpes e incapaces de comprender las especificaciones de los inventos de nuestro gremio y muchas veces evitaban leer las notas de cuidado.

—Nuestro "bebé" es la máquina perfecta para hacerlos más eficientes y preparar cualquier desayuno que se les ocurra, solo tienen que rellenar los ingredientes en la máquina cada cierto tiempo —explicó Mei, señalando el invento instalado en la cocina— Solo eviten darle demasiadas tareas, principalmente para que no sobrecalentarse.

—Si necesitan ayuda para repararla, nos dicen—concluí con nuestra explicación—.

Ese día en particular terminó muy bien. Nos habíamos ganado aún más el aprecio de nuestros nuevos amigos, y por primera vez en mucho tiempo, nos habíamos merecido un buen descanso en nuestros dormitorios que pocas veces utilizamos para dormir porque solíamos hacerlo en el taller. Incluso Mei-san estaba de acuerdo, ya que últimamente nos habíamos matado de cansancio por la demanda de nuestros inventos y con el tiempo esos catres del taller nos estaba dañando la región lumbar.

No me acuerdo exactamente de lo que pensaba en esa noche, solamente recuerdo que quería descansar y no ver nada de notificaciones en mi teléfono hasta en la mañana. Pero, justamente a media noche, un mensaje llegó y como no podía ser de otra , ante el escandaloso tono que puse en mi teléfono me tuve que despertar y ver quien era.

—¿Que?—dije confundido.

Para mí, era muy extraño que Melissa me enviara un mensaje tan tarde, aunque al final no le di importancia y lo leí. El mensaje decía así:

"¿Quieren también salir con Kirishima-san y los demás a una salida al centro comercial? Sería justamente mañana en la tarde"

Al reconocer el mismo número al que había estado enviando mensajes durante meses, no dudé mucho en responder con un simple sí. Al principio, me pareció extraño que consideraran una salida entre semana, dado que nos habían asignado dormitorios y un horario estricto de salida y entrada por la situación de la Liga. Sin embargo, no le di mucha importancia, ya que la emoción de romper un poco las reglas se apoderó de mí, recordando un poco algunos de mis mangas favoritos. Pensar que este grupo nos compensaría con otro lugar para comer y colaboraría con la comida también me entusiasmó como el típico adolcente que era. En este caso, no iba a rechazar otra invitación para comer que nos ofrecieran.

Al día siguiente, no pude evitar comentarle sobre el mensaje a Mei-san e insistirle que me acompañara. Lamentablemente, ella tenía varios deberes y pendientes relacionados con sus inventos como para unirse a una salida sorpresa entre semana con nuestros compañeros.

—Lo siento, Izuku-kun —se disculpó Mei-san desde su escritorio en el taller, mientras miraba fijamente su laptop—. Hoy no puedo, tengo varias cosas que atender. Ve tú, yo mientras tanto avanzaré en lo que puedo….Saluda a Melissa-san de mi parte y los demás.

En ese momento, no podía decidir si la veía muy extraña, fuera de sí. Más que eso, la percibía como si le faltase esa chispa que la caracterizaba cada vez que se enfocaba en sus inventos. Desafortunadamente, no tenía tiempo para reflexionar sobre eso y discutirlo en el tiempo en que le pregunté acerca de la salida, pues apenas pude hacerlo a una hora antes de la reunión. Lo cual me hizo sentirme estúpido al darme cuenta que le acabe de decirle justamente cuando finalizaron las clases.

—Adiós, Mei-san—me despedí antes de abandonar el taller de nuestro maestro y dirigirme a la salida de la Academia.

¿Cómo pude violar el toque de queda? Afortunadamente, los inventores como yo contamos con un permiso especial para salir de la academia por la tarde y adquirir material de otros proveedores. Además, para mejorar la situación, no fue difícil justificarme ante el profesor Power Lowder; solo tuve que informarle que llegaría un poco tarde en la noche.

Después de eso, solo fue cuestión de salir luciendo mi mejor aspecto para la ocasión. Algo que jamás creí que haría con frecuencia con un grupo de amigos que nunca imaginé tener. En fin, Melissa-san no tardó en enviar más mensajes para indicarme el lugar exacto en el centro comercial donde supuestamente me iba encontrar con los demás.

—¿Qué? ¿Este lugar?—pregunté bastante confundido.

Lamentablemente, una incómoda sensación me invadió a medida que la reunión parecía volverse cada vez más sospechosa. Desde la ubicación diferente en el centro comercial, que no era la habitual de nuestros encuentros como grupo de fin de semana, hasta los extraños mensajes de Melissa-san.

Al final, el único centro comercial al que llegué después de pasar por más de dos estaciones lejos de la Academia era una pequeña plaza comercial abandonada, con un estacionamiento diminuto y deteriorado.

No pude evitar enviar más mensajes para aclarar el asunto con Melissa-san, pero ella simplemente dejó de contestar. Posteriormente, no me quedó más remedio que llamarla con cierto enojo, ya que la idea de haber sido objeto de una broma de mal gusto se estaba apoderando de mi mente.

—¿Izuku-kun? —contestó, visiblemente alterada.

—¡Qué chistoso! —respondí sarcásticamente—. Enviarme un mensaje a medianoche invitándonos a Mei-san y a mí a una plaza comercial abandonada para luego ignorar mis mensajes. ¡Qué falta de respeto! ¡Claro, burlémonos del inventor!

Cuando noté temor en su voz, en ese momento supe lo que realmente estaba sucediendo y en qué situación de mierda me había metido.

—Izuku-kun, me robaron el teléfono mientras dormía y apenas me di cuenta. No sé qué pasó, pero hace unos 20 minutos encontraron a un estudiante de segundo año muerto, quien aparentemente robó mi teléfono según las cámaras. Y ahora, ¿dices que fui yo quien te envió los mensajes? Esto no pinta bien, y lo peor es que Power Loader-sensei se enteró de tu mentira porque él mismo llamó al proveedor al que, supuestamente, fuiste ya que consideró sospechosa tu actitud ... .Dime, ¿dónde estás? Iremos a buscarte...

La preocupación de Melissa era genuina, y en ese momento me sentí como un completo idiota. Lamentablemente, cuando intenté darle mi ubicación, recibí un golpe seco en el cuello y caí al suelo, viendo cómo mi teléfono rebotaba en el suelo de concreto antes de que un zapato lo destruyera. Finalmente, me desvanecí.

Lo siguiente que recuerdo es que desperté dentro de un almacén abandonado, probablemente en el parque industrial de Musufatu, atado de pies y manos, sentado en una silla de madera. La situación me pareció un tanto cliché, especialmente si los responsables de mi secuestro resultaban ser villanos.

—Veo que ha despertado, señor Midoriya—dijo una voz que no logré reconocer en ese momento.

Como era de esperar, varios villanos emergieron de las sombras para acercarse a mí y probablemente intimidarme para sacarme información. Había algo excéntrico en ellos, en especial en el chico que se plantó frente a mí. Su cuerpo parecía estar cubierto de manos y me miraba fijamente antes de acercarme aún más. Al principio solo podía adivinar, ya que no estaba seguro si él era uno de los líderes de la Liga de Villanos.

Al final, habló con una voz ronca y sin emoción.

—Lo diré sin rodeos. Melissa Shield es nuestra enemiga, y con la falta de disposición de All Might de estar en Japón por su estúpido viaje al extranjero, sentíamos que esta vez podríamos ganar. Pero sorpresivamente, hay algo en la ecuación que los hace ganar en cada encuentro que tenemos ella y yo y su grupo de idiotas, incluso ella ha aguantado en contra de mi padre, lo cual es inaudito. Con el tiempo, averiguamos quienes son los culpables… tú y tu amiga, Mei Hatsume. Digamos que esas mejoras en sus trajes son tan buenas que superan muchas veces al de los inventores del mercado negro o las grandes corporaciones. Debo admitir que fue sencillo amenazar a un alumno de la ua para que nos ayudará, aunque es una lastima que tuvimos que deshacernos de él. Parecía agradable.

A estas alturas, tenía una idea de lo que este idiota quería de mí.

—No, no haré inventos para la Liga de Villanos—dije sin rodeos.

Ante mi respuesta, el tipo empezó a caminar en círculos alrededor de mí.

—¿Por qué no lo harías? Ganarás mucho más dinero de lo que ganas con el apoyo de tu academia.

—Porque ustedes son villanos. Es simple.

—¿La sociedad te debe algo? Sé de antemano que eres Quirkless... ¿Por qué defender a una sociedad que te trató como paria todo este tiempo?

"¡Mierda! Eso lo sabe. No me sorprende, probablemente me investigaron a fondo".

Ese fue el primer pensamiento que se me cruzó por la mente. Obviamente, ante mi necedad quiso mejorar la oferta.

—Si el dinero no te interesa... Mi padre puede ayudarte con tu problema...

Melissa no me contaba mucho de su vida como heroína contra ese tipo y la Liga, solo me alcanzó a decir que ellos no eran para nada confiables. Eso era lo único que necesitaba saber.

—La respuesta es no….

Por otro lado, sus subordinados parecían no estar contentos conmigo ni con mis respuestas directas. Con el pasar de los minutos, mi destino parecía cada vez más sellado, y no tenía que ser un genio para adivinar que me iban a matar si me negaba a cooperar con ellos.

—¡Entonces….! ¿Qué quieres? Todos tienen un precio…..

—No todos…..—respondí desafiante.

Si hubiera sido el Izuku Midoriya que vivió esos sueños, ninguno habría sido un problema para mí, pero si hubiera sido el Izuku Midoriya que vivió su peor etapa al ser tratado como un paria, probablemente me habría resignado a morir. Sin embargo, ahora siento que soy alguien diferente, uno que ha vivido lo suficiente como para no sucumbir tan fácilmente en un maldito almacén abandonado.

Digamos que en los scouts te enseñan a hacer nudos, y a estos villanos claramente les faltaba técnica.

—¡Estoy harto!—declaró el villano de las manos— ¡No entiendo el interés de padre con este idiota! ¡Sabes que…..!

Al verlo quejarse por última vez, supe que no tenía mucho tiempo para actuar. Fue entonces cuando me desaté y con toda la velocidad le di una patada lo suficientemente fuerte como para lanzarlo dos metros lejos de mí. Todo esto gracias a las clases de artes marciales que tomé de niño.

Obviamente, los villanos reaccionaron y traté de escapar a través de los pasillos del almacén para llegar a la calle más cercana y ocultarme.

Lástima que seguía siendo Quirkless y un hombre con aspecto de lagartija parecía ser más ágil que yo, alcanzándome a pesar de que le lanzaba las cosas que podía alcanzar a tomar en el pasillo que daba hacia la salida del almacén. Eventualmente termine con una katana casi atravesando mi cuello, los villanos viéndome desde el suelo con la típica cara sádica de ellos, que indicaban que me iban a matar en el acto, justamente cerca de la entrada del almacén.

—¡Eres un hijo de…..!

Por supuesto, el jefe de ellos parecía estar muy molesto conmigo. En su rostro solo se reflejaba un odio puro hacia mí, y venía refunfuñando como un loco. Prácticamente intuía que él estaba decidiendo de qué forma horrible me iba a matar.

Supongo que el hecho de que casi lograra escapar un Quirkless ayudó a que todos se pusieran de peor humor.

Lo peor es que ahora es personal. Más cuando este tipo iba a utilizar su extraño Quirk, mientras sus subordinados me inmovilizaban en el suelo.

—¡Eres muy estúpido como para creer que escaparías! ¿Lo sabías? No puedo creer que alguien rechazara una oferta así —dijo el individuo, mientras se quitaba su guante.

Cuando estás a punto de morir, muchas veces no piensas en nada lógico. No sé si la experiencia en mis sueños me enseñó eso, pero cualquier cosa que hubiera pasado parecía imposible aplicarlo aquí. Ahora solo me quedaba aferrarme a la vida, mientras acercaba su mano a mi cuello, sin esperanza de sobrevivir, y sin que Melissa llegara a mi rescate.

Al menos eso pensaba hasta que mi estupidez llegó a mi mente, y en un patético intento, solo me quedó colocar mi palma en el suelo, y luego susurrar algo que recordaba haber hecho antes en una guerra que participé en mis sueños.

¿Se imaginan intentando sobrevivir con cosas ficticias? ¡Ridículo! Pero como dije, cuando estás a punto de morir, no piensas de manera lógica, y solo te queda hacer todo lo posible para aferrarte a la vida.

Al final, ocurrió algo que jamás pensé que sucedería.

—¿Qué? —exclamó el líder de estos villanos.

De repente, una sombra atravesó su pecho, cuyo origen parecía ser desde el suelo, justo detrás de él. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que un hechizo que solía usar en mis sueños, finalmente cobró vida en la realidad. Mi expresión de sorpresa no se hizo esperar, especialmente considerando que durante casi toda mi vida había creído ser Quirkless. ¡Literalmente! Toda la maldita sociedad siempre me había dicho que era un Quirklees, y ahora de alguna forma, tenía este poder.

Como era de esperar, más sombras atravesaron distintas partes de su cuerpo y lo arrastraron hacia la oscuridad, mientras sus subordinados miraban con horror cómo su jefe moría frente a sus ojos. Obviamente, no buscaba ser tan cruel, solo deseaba evitar ser asesinado, pero una vez que ese hechizo se activaba, nada podía detenerlo.

—¡Jefe! —gritó uno de sus subordinados, viendo cómo el cuerpo de su jefe caía al suelo.

Sin más opción, me liberé fácilmente de los horrorizados villanos y traté de escapar antes de que tomaran represalias por la muerte de su líder. Prácticamente estaba preparado para correr y, al mismo tiempo, planeando defenderme con el hechizo que había utilizado. Aún si no comprendía del todo por qué ese hechizo, que había realizado previamente en mis sueños, se había materializado en la realidad.

Como era de esperar, todos ellos activaron sus Quirks para intentar asesinarme, y al observar esta situación, seguía en clara desventaja.

—¿Quién demonios eres? ¡Solo eres un maldito inventor Quirkless! ¡No puedes tener poderes! —exclamó un villano vestido de forma excéntrica, casi como un mago de feria.

—¡Nadie pudo asesinar al jefe tan fácilmente! ¿Qué eres? —exclamó otro villano con rasgos animales.

—¡Matenlo! —ordenó la misma lagartija que me había inmovilizado al principio.

"Vaya, vaya. ¡Así que este es el lugar donde has estado!"

De repente, toda la tensión en el ambiente, con varios villanos dispuestos a matarme, se vio interrumpida por una voz femenina que resonó en la habitación, seguida de una risa inconfundible.

—¡Tú! —señaló un villano musculoso con un Quirk que parecían ser sus propios músculos— ¿Trajiste a héroes?

"¡Ohhh! Midoriya-kun, ¿por qué no me has presentado a tus amigos?"

Esa expresión, esa voz dulce y a la vez sádica... ¡No puede ser!

—¡Mierda! ¡No puede ser! —exclamé al reconocer al fin la voz— ¡No! Ella no….

Entre más cercana se escuchaba la voz, más familiar resultaba. Este cambio repentino de eventos me llevó a considerar algo que jamás había pensado hacer: advertir a todos presentes para que tuvieran la posibilidad de escapar con vida. Sabía lo que iba a pasar porqué la había conocido lo suficiente como para tener un pasado complicado con ella. Lo peor de todo es se de antemano que ella estaba furiosa conmigo, y que todos en ese lugar pagarían las consecuencias.

Además, tampoco podía dejar de preguntarme cómo era posible que ella existiera. Ella solo aparecía en mis malditos sueños.

—¿Quién es? ¡Idiota! —preguntó la lagartija— Si crees que tú y tus refuerzos nos van a arrestar, estás muy equivocado. Nos desharemos de todos ustedes y nos vengaremos por la muerte de nuestro jefe.

Mientras tanto, yo me mostraba cada vez más horrorizado, lo que parecía desconcertar un poco a los villanos. Prácticamente me mostré un poco de valentía para enfrentarlos, pero al escuchar su voz, todo cambió.

—¡Corran!

—¿Qué? —preguntó uno de ellos.

Luego, me volví aún más errático y paranoico.

—¡Lo que oyeron! ¡No conocen a esta chica como yo! No sé cómo llegó aquí, o siquiera el cómo es posible que exista. ¡Todos morirán si no huyen con todas sus fuerzas y se esconden!

—¿Qué estás diciendo? —preguntó la lagartija, visiblemente molesto.

Sin más opciones, solo me quedaba gritarles.

—¡CORRAN!

"...Tal parece que estos no son tus amigos. ¡Ustedes! Esta va a ser una reunión privada, ¿Lo sabían? Tengo que hablar con este idiota a solas"

Al final, ya era tarde. Porque unos pasos se oyeron detrás de nosotros, y ella ya estaba cerca.

—¡Carajo!

La luna brillaba en el cielo estrellado en ese momento y su luz se reflejaba en las ventanas en dónde estábamos. De repente, una figura misteriosa emergió de las sombras, portando una alabarda reluciente en sus manos. Era una joven de cabello negro como la noche, sobre la cabeza lleva una diadema de orejas de gato, o cuernos. Unas botas largas color rojo con calcetines oscuros por encima de la rodilla , sujetado con una liga negra con rojo. Ella tenía una belleza sin igual, ojos penetrantes cuando la ves de cerca y una determinación feroz en su mirada.

Al verla de cerca, algunos sentimientos del pasado que creí que se desvanecieron emergieron dentro de mí. Me fue inevitable reconocer que en efecto, era ella.

Con una sonrisa tierna, ella me saludo. Obviamente no podía confiar en esa sonrisa, sabiendo el rencor que ella probablemente me tiene.

—Hola, Izuku-kun. Si quieres dejame a estos…...antes de nuestro reencuentro.

Sabiendo lo que se avecinaba y observando la confusión en los villanos presentes, solo pude rezar por sus almas y apartarme, corriendo lo más lejos que podía de esto.

Sin mediar palabra, ella se abalanzó sobre los villanos, haciendo girar la alabarda con destreza y precisión mortífera. Los villanos trataron de defenderse, desplegando sus Quirks, pero la joven parecía inmune a sus efectos y cada herida que le hacían parecía curarse rápidamente. La razón de esto era su inmortalidad, algo que previamente me había causado problemas. Su arma cortaba el aire con una letal elegancia, aniquilando a sus enemigos uno a uno sin pausa ni piedad.

Su movimiento en combate era tal como lo recordaba de mis sueños. Una de las tantas cosas que me provocó que me volviera loco por ella en el pasado.

Los gritos de dolor de los villanos resonaban en el lugar, mientras ella proseguía su frenesí destructivo con una gracia implacable, tal como le gustaba hacer. Los cuerpos caían a su paso, la sangre salpicaba el suelo y el resplandor de su alabarda se tintaba de rojo en la oscuridad de la noche. Un espectáculo que no había visto desde hace más de dos años, y solo en mis sueños.

Por desgracia, la puerta que daba a la calle se encontraba bloqueada y me hallaba atrapado con ella.

—¿No te trae esto muchos recuerdos, cariño? Me hace recordar la vez que estuvimos en los Dominios de Quelaag—comentó con un tono sensual, pareciendo excitarse por la situación—. Tantos soldados sacrificados, tantos no muertos surgiendo en multitudes, tanta diversión. Aún puedo visualizar esa sonrisa maldita tuya antes de que me besaras, después de vencer al rey de los no muertos.

Finalmente, los villanos yacían muertos a sus pies, incapaces de revivir, aunque hubiera un sacerdote cercano. Yo, mientras tanto estaba atemorizado y con el corazón en un puño, reviviendo cada detalle descrito por ella con precisión, sumergiéndome en el remordimiento de mis estupideces.

Claramente, me encontraba más que confundido ante la posibilidad de que lo que había experimentado en mis sueños pudiera ser real, que la idea de soportar esto me resultaba insoportable. Con ese pensamiento en mente, me esforcé por huir de ella hacia otra salida del maldito y enorme almacén.

—¿A dónde vas, cariño? Todavía no hemos terminado de hablar—exclamó ella con su usual voz sensual.

Lamentablemente, tal como recordaba, ella poseía una velocidad inhumana y no tardó en alcanzarme, inmovilizando mi cuerpo sin dificultad. Luego, una cosa llevo a la otra, y en un instante ella se encontraba montando sobre mi cintura, próxima a mi entrepierna, con su alabarda manchada de sangre clavada en el suelo cerca de mi cabeza.

¡Maldición! Aunque ella parecía dispuesta a matarme y mantenerme en esa posición, no podía dejar de pensar en lo hermosa que era.

—Sabes, todavía te guardo rencor por abandonarme a la mañana siguiente después de ofrecerte mi virginidad para celebrar tu cumpleaños. Pero he tenido tiempo suficiente para reflexionar... y creo que podría perdonarte —dijo ella acariciando con suavidad mi pecho con uno de sus dedos, de la misma manera en que solía hacerlo— Solo si haces un favor por mí... y siendo honesta, he pasado cada día desde que nos separamos extrañándote.

Ahora solo puedo lamentar las estupideces que hice, sin darme cuenta de que lo que experimentaba era real y no un sueño.

A estas alturas, solo me quedaba ser cooperativo con ella, más por temor que por otra cosa. Aunque es probable que los sentimientos que tengo por ella estén influenciando mucho mi pensar.

—¿Qué quieres que haga, Rory?—pregunté, sintiéndome sonrojado y al mismo tiempo temeroso.

Antes de que ella pudiera responder, de repente desplegó sus alas celestiales negras, tan hermosas como las recordaba. La escena resultaba hipnotizante y aterradora a la vez, debo admitir.

—Necesito que el Dios de la Guerra regrese a Sera. Fui enviada a este mundo por parte de Tyr para cumplir esa misión. Supongo que ya sabes quién es él. Sabes, él me contó mucho sobre ti cuando me encontró. Después fui enviada aquí para recuperar a mi amado.

¿Olvidé mencionar que tuve un breve encuentro con los dioses? Bueno, ahora lo saben, al igual que el estúpido apodo que me pusieron.

En ese momento, no pude evitar disculparme con Mei-san, Melissa y los demás, ya que estaré ausente de la academia por un tiempo. Por fin regresaré al otro mundo, después de tanto tiempo...

Solo espero no tardar mucho.


Espero que les haya gustado y no olviden comentar jeje. ¿Que opinan?