[Hogar de Naruto – Domingo, mañana]

Asía miró atentamente a Naruto, que estaba usando sus manos para una demostración de como podría mejorar el uso de su poder.

"Debes aprender a controlar tu energía. Hacer un uso más eficiente y preciso de la misma sin necesidad de recurrir a un gasto innecesario".

En la mano de Naruto se formó una pequeña llama naranja, que creció hasta tener el tamaño de una pelota de fútbol y luego bajó hasta ser apenas del tamaño de una uva, hasta que desapareció al Naruto cancelar el hechizo

Debido a que eran cerca de las 10 de la mañana, ambos estaban afuera, en el patio y cerca de la piscina. Naruto invocó un libro y se lo dio a Asia, que lo agarró y leyó el titulo.

"Como volverte un poderoso mago en simples pasos".

"Curiosamente, ese es el nivel básico. Antes de ir a la academia, podrías aprender todo lo teórico de ese libro, y luego haremos algo práctico".

Asía movió la cabeza en afirmación, sonriendo felizmente.

Poder hacer un mejor uso de su poder para curar más seres era un deseo que tenía, pero no tenía quién la ayude.

"Buenos días~"

La voz somnolienta pero satisfecha de Afrodita se escuchó, cuando Naruto se sentó, viendo a la rubia mayor sentarse en su regazo con sus piernas hacía fuera, abrazar su cuello y darle un beso cariñoso correspondido por Naruto, que abrazó su cintura y la apegó un poco.

Asía giró la cabeza, tapándose el rostro con el libro. Sin embargo, lo bajó un poco y miró, viendo por unos segundos el beso cariñoso de ambos, antes que se separen y ella finja hacerse la distraída, fallando miserablemente.

"¿Has dormido bien?"

"Bien es poco, mi vida".

Ambos se dieron un corto beso, antes que Afrodita vea a la monja rubia, ahora vestida con ropas más casuales.

"Buen día, Asía. ¿Cómo estás?"

La rubia más chica miró a la diosa y tartamudeó un poco, antes de bajar la cabeza como una leve reverencia.

"Buen día, Lady Afrodita. Estoy b-bien".

Afrodita se levantó del regazo de Naruto y asintió, viendo a la pequeña monja con suavidad.

"No hace falta que seas tan formal. Vamos a vivir juntas por un largo rato, así que solo llámame Afrodita".

Naruto sonrió con diversión, viendo a la monja sonrojarse y asentir algo avergonzada.

Afrodita miró a Naruto, que asintió con la cabeza, como si entendiera que iba a preguntar.

La diosa entró a la casa, y Naruto giró su cabeza para ver a Asia, que empezó a leer el libro desde el índice.

"¿Quieres comer carne a la parrilla o al horno?"

Asía parpadeo, y miró a Naruto con sorpresa. El pelinegro la veía con serenidad, esperando la respuesta de la italiana, que empezó a tartamudear un poco.

"Eh… Y-yo… A la parrilla está bien".

Naruto asintió, levantando su pulgar antes de levantarse y empezar a caminar hacía dentro de la casa.

Asia se quedó en su lugar, viendo la espalda de Naruto con curiosidad, sorpresa y confusión.

'¿Tomó en cuenta mi… Decisión?'

Asía no recordaba un momento en el que le hayan preguntado si estaba de acuerdo con algo, si quería una cosa u otra, o si simplemente no quería nada.

Con esta era la segunda vez que le preguntaban, y todas habían sido por… Naruto.

Cada momento de su vida había sido controlado por otros. La iglesia, altos mandos, otras hermanas, los exorcistas errantes y los caídos…

¿Y ahora toman en cuenta su decisión?

Asía sonrió con felicidad y leve tristeza, sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas.

'Dios… ¿Acaso esto es tu regalo?'

……

Asía comió tranquilamente un pedazo de carne con algo de ensalada, viendo a Naruto y Afrodita comer tranquilamente.

Una duda surgió de la mente de Asía, que no dudo en preguntar.

"Disculpe, Lad- Eh… Afrodita…"

La diosa miró a la rubia menor, que tenía una expresión claramente nerviosa. Naruto no dijo nada, dejando que ambas hablen.

"¿Qué pasa?"

Asía bajó un poco la mirada, antes de levantarla y ver nuevamente a Afrodita, que la miraba con suavidad y una ceja alzada.

"Dicen que los dioses no necesitan comer, e incluso si quisieran podrían hacerla con su magia…"

Afrodita asintió, entendiendo el punto al que iba la ex monja.

"He aprendido que la comida sabe distinta cuando la hacen tus propias manos o las de alguien más, y es más deliciosa cuando se hacen con ganas, con amor… Hasta la comida rápida sabe mejor que la ambrosia si estás en el lugar correcto".

Asía lo notó.

La mirada de Afrodita en Naruto estaba llena de amor, de cariño real. No solo lujuria, no solo dos personas unidas por una sola cosa.

No, la diosa estaba enamorada.

"Ya veo… ¿Y como es que hace para estar aquí? Naruto me dijo que esta ciudad es controlada por demonios, pero todo Japón pertenece a los Sintoístas".

Asía cambió el tema, sorprendiendo sin saber a Naruto, que tenía los ojos cerrados mientras disfrutaba la carne que había hecho.

'Dos días y ya pudo cambiar de temas de conversación… Vas bien, Asía'.

Afrodita puso su dedo índice en su barbilla, antes de asentir al recordar. Sonrió levemente, viendo a Naruto tomar de su copa de vino.

"Hice un trato fuera de mi panteón con Amaterasu y los Yokai. Puedo estar aquí pero no puedo usar mi poder sin permiso, cosa que no hago, no soy del tipo pelea".

Asía asintió, con los ojos algo abiertos.

Podía sentir el poder de la diosa, que no era para nada bajo, e incluso diría superior al de Naruto. Aunque podía decir que ambos suprimían bastante su aura.

Naruto en específico. Ella podía sentir el leve aura de un color rosa intenso y un leve destello negro y púrpura oscuro.

"Dime Asia, ¿Quieres ir a la academia?"

…….

[Academia Kuoh – Lunes, mañana]

Naruto miró con una sonrisa a Asia, que estaba abrazada a el, alejándose del resto del chicos que querían hablar con ella.

El profesor faltó a clases porque… Bueno, nadie sabe porqué.

Solo se puede decir que Naruto ayudó.

"¡Wow! ¡Asia-chan es tan cercana a Naruto-sama!"

"Siento envidia…"

El pelinegro miró a la pequeña rubia vestida con el uniforme femenino de la academia, pero en vez de una capa en lo hombros, esta usando un chaleco.

"Deberías hacer amigas, sabes".

Después de recibir un asentimiento, Naruto miró como Asía se separó y lo miró con algo de nervios.

"No se como acercarme…"

"Sólo… Se tu misma, ¿Si? No cambies para agradar a los demás. Siempre habrá gente que te aceptará como eres".

Con un brillo en los ojos, Asía sonrió felizmente y se alejó de Naruto, que al minuto miró como la rubia empezaba a hablar con otras chicas.

Aunque nerviosa al principio, Asia se relajó y naturalmente empezó a hablar poco a poco, riendo como una niña pequeña mientras socializaba más con el tiempo.

Naruto asintió en silencio. En verdad el pasado de Asia era lastimoso, no entendía como los ángeles no se entrometían en esto.

'Claro, para meter su emplumado culo en otros asuntos que no les concierne sí. Lo único bueno del cielo es Gabriel… Por Lucifer, ¿Por qué tiene los pechos tan grandes?'

"El jefe esta pensando cosas pervertidas, sus ojos brillan".

Naruto miró al trío pervertido, ahora más controlado, pero que se reía de notar el brillo lujurioso en sus ojos.

Bueno, sus ojos siempre tenían un tinte sexoso, no era su culpa…

¿O si?

"¿Cómo han estado?"

Los tres se sentaron cerca de el, y fue Matsuda el primero en mostrar su celular. Naruto alzó ambas cejas, viendo la lista de mensajes con mujeres que tenía.

"Vaya, han mejorado mucho. No todos los días se pasa de travestis a mujeres reales, los felicito".

Fuera de la burla, los cuatro se rieron, siendo vistos por algunos del salón, que poco a poco empezaron a acercarse al grupo, hasta que todos los varones estaban hablando entre ellos de mujeres, deportes, salidas…

…..

Akeno miró a Rías, notando la mirada distraída, casi aturdida.

Ya sabía. Se acercaba esa fecha, que fue adelantada.

Kiba y Koneko, de igual forma, la vieron. Incluso en su silencio irrompible, sabían que no había nada que pudieran hacer más que apoyar a su presidenta.

"Gasper… No se si pueda sacarlo…"

Los tres miembros restantes guardaron silencio. Akeno no estaba para bromas, así que mantuvo su mente maquinando.

Era el futuro de su amiga y, tanto directa como indirectamente, el de ella y los demás.

"Y… ¿Qué hay de "él"?"

Él.

El único que sería capaz de ayudarla, pero con un precio demasiado alto.

La mente de Rías empezó a maquinar, cuando sus ojos ganaron un brillo rojo oscuro.

Un brillo diabólico.

"Ya se que vamos a hacer".

La sonrisa que se formó en el rostro de Rías fue compartida por Akeno, cuando las chispas resaltaron alrededor de la pelinegra.

Koneko y Kiba sintieron su columna vibrar.

……

Dos días después.

Naruto estaba caminando por el viejo edificio de la academia, con una sonrisa divertida que amenazaba con partir su rostro

Había recibido un mensaje que lo llenó de alegría, y aprovechando que Asia iba a pasear al centro con sus nuevas amigas, tomaría su curso de acción.

Estando frente a la puerta del club, la abrió sin siquiera dignarse a tocar la puerta.

"¡Ha llegado el dueño de Playboy por sus conejitas!"

Rías se palmeó el rostro, ocultando su sonrisa divertida. Akeno no la ocultó, al igual que el pequeño sonrojo en sus mejillas.

Kiba sonrió, agradecido con cualquier deidad. Koneko siguió comiendo sus dulces.

"¿Quién carajo… eres… tu…?"

Raiser perdió la fuerza en su voz poco a poco. Sus ojos se quedaron fijos en el hombre que entró, casi fascinado con su presencia que ahora estaba emanando un aura de color rosa intenso, con pequeños y casi invisibles destellos negros y púrpura oscuro.

El brillo de la misma es totalmente hipnótico. No deslumbrante, sino lo suficientemente luminosa como para captar la atención no solo de el, sino de todos en la habitación… Incluida su nobleza.

La forma de su aura es fluida y etérea, constantemente en movimiento como si fuera una llama o un humo denso que rodea su cuerpo. Parece pulsar y ondular suavemente, reflejando sus emociones y su estado de ánimo.

Debido a la cercanía en la habitación, todos pudieron sentir una calidez envolvente, una atracción magnética que parece invitar y seducir, y al mismo tiempo, hay una sensación de peligro y poder.

Naruto miró a todos en la habitación, sonriendo ampliamente al notar la cantidad predominante de mujeres en la habitación, incluida la peliplata cerca de la mesa donde Rías trabaja.

"Wow… Parece que tendré que hacer todo el trabajo, así que te dejo al otro rubio, Yuuto".

El pelinegro se acercó a una rubia del grupo de Raiser, exactamente la hermana menor del mismo, que miró con el rostro totalmente rojo como Naruto tomaba su mano y la besaba.

El rostro seductor de Naruto, que parecía brillar alrededor de si, la dejó sin aliento.

"Hola, preciosa. No te preocupes por nada, yo te trataré muy bien~…"

"Disculpa, ¿Puedes decirme quien eres?"

Naruto soltó la mano de Ravel, que parpadeó varias veces, antes que finalmente vean a la mujer de cabello plateado vestida de sirvienta hablar.

El pelinegro la miró fijamente, entrecerrando un poco lo ojos, como si estuviese pensando algo. Sus dedos pulgar e índice se pusieron en su barbilla, hasta que abrió sus ojos con sorpresa y chasqueó los dedos.

"Oh, eres la hermana de Claudio Lucio Fuego".

Grayfia abrió levemente sus ojos, perdiendo su máscara sería por un segundo, antes de volver a un rostro mucho… mucho más frío y serio.

Naruto apareció repentinamente frente a ella, tomando su mano y besando suavemente el dorso de la misma.

Grayfia no se inmutó, viéndolo con tanta seriedad que contrastaba totalmente con la sonrisa divertida en la cara del Asmodeus.

Rías, Akeno, Yuuto, Koneko y Raiser vieron el rostro de Grayfia con curiosidad.

"¿En verdad tienes un hermano que se llama Claudio Lucio Fuego, Onee-sama?"

Grayfia negó, sin quitar su mirada de los ojos rosados de Naruto, que la soltó antes de desviar la mirada hacía Rías y Akeno, que se pararon una al lado de la otra.

"Bueno, ya que me han invitado a una orgía extraña, es mejor que me conozcan".

Naruto miró a Raiser, y sonrió al notar lo confundido que estaba.

Tenía el rostro de un cordero perdido.

"Me conocen como el hombre de los mil orgasmos, amo y señor del pecado, y su futuro sueño húmedo de esta noche…"

El brillo rosado alrededor de Naruto aumentó, sumado a la mirada peligrosa de sus ojos y su sonrisa divertida, llena de dientes totalmente blancos.

"Pero ustedes pueden llamarme Naruto Asmodeus".

Y fue en ese momento que los ojos de Grayfia perdieron su brillo de seriedad y frío, para perderse en la sorpresa total.

……

Naruto se sentó en el sofá del Club, estirando sus brazos a sus lados y abrazando suavemente a Akeno, que no perdió la oportunidad y se acercó a el.

Koneko se sentó en una pierna del pelinegro, lamiendo una paleta de regalo por el mismo.

"En verdad me la jugaron… Solo por eso no voy a castigarlos".

"¿Y como iba a castigarnos, Naruto-sama?"

El mencionado miró a Akeno, que tenía una mirada "preocupada", pero su sonrisa era todo lo contrario.

Una sonrisa parecida a la de Naruto, llena de diversión y coqueteo.

"Oh… Podría atarlos a la cama, totalmente desnudos, y luego empezar a torturarlos… En especial a ti, querida… Tocaría cada rincón de tu cuerpo con mis manos, besaría lugares que no te besaron en tu vida… Te acorralaría en cada posible or-"

"¿Es necesario que seas tan explícito?"

Naruto y Akeno, que se estaban viendo con rostros casi pervertidos, vieron a Rías con aburrimiento, notando el sonrojo en el rostro de la misma.

Yuuto, en la ventana, ignoró sabiamente las palabras de Naruto.

Tenía suficientes traumas con los mangas Yaoi que hacían sobre Naruto y el.

Koneko solo dijo una cosa.

"Pervertido… Pero no mueras… Mientras tengas dulces".

Naruto asintió con una sonrisa burlona, acariciando suavemente el cabello de la pequeña Nekomata, que ronroneo levemente.

"¿Por qué has revelado tu apellido? Creí que querías mantenerlo oculto".

La pregunta de Rías hizo que ahora todos miren a Naruto, a excepción de Koneko, que estaba prestando atención sin mirar.

Naruto esperó unos segundos, antes de finalmente hablar.

"No presté atención si había alguna presencia poderosa en la habitación. La verdad esa invitación tuya a organizar una orgía me sorprendió, y de hecho estaba por llamar gente".

Rías tosió en su mano falsamente, viendo la sonrisa burlona de Naruto hacía ella.

Era una burla clara por algo que desde su lugar podía oler.

"Conozco al hermano de Grayfia, un total idiota al que suelo llamar "Perrita de Lucifer". Si ella no hubiese estado aquí, podría ocultarlo hasta que… Bueno, tu hermano o la misma Grayfia vengan a querer interrogarme, y eso no sería bueno…"

"Si, me lo imagino…"

Naruto alzó una ceja hacía Rias, notando la leve tristeza por eso. Soltó una pequeña carcajada, antes de verla con diversión pura.

"No sería bueno para ellos. Podría expandir luego la noticia de que al Maou Lucifer lo hicieron mujer y yo fui el causante".

La tristeza de Rías se fue, reemplazada por vergüenza al oír el comentario desvergonzado e irrespetuoso de Naruto, que mantenía una expresión divertida en su rostro.

Kiba sintió un escalofrío en su columna. Desvió su mirada, borrando de su cabeza la imagen del hermano mayor de Rías hecho mujer en su cabeza…

Akeno sonrió levemente, teniendo la misma imagen que Yuuto en mente.

"Ara~, sería tener a dos Rías a tu lado… Imagínate si se vuelve como Serafall-sama…"

El rostro de Rías se llenó de horror.

……..

Llegada la noche, Naruto miró, recostado en una silla plegable desde su patio, hacía el cielo nocturno, lleno de estrellas brillantes y algunas titilantes.

Afrodita estaba acostada a su lado, con la cabeza en su pecho, viendo hacía el cielo oscuro de igual forma.

"¿Qué harás si vienen a buscarte?"

La diosa abrazó el torso de Naruto, que pasó su brazo para acariciar suavemente el cabello de Afrodita, usando la yema de sus dedos.

"Pueden venir a reclamar lo que quieran. La verdad es que no tienen nada contra mí, más que anteriormente pertenecía a la Facción del Viejo Maou, de la que llevo tiempo sin contacto con Rizevim y los otros idiotas… Katerea es la única".

Afrodita asintió suavemente, acurrucándose cerca del pelinegro, que la abrazó por los hombros, brindándole un poco más de calor.

"Respecto a la Brigada del Caos… Mi única preocupación es Ophis, y el hecho de que ella si puede eliminarnos en un instante. Rizevim sabe que le sirvo más vivo que muerto, ni hablar de los otros idiotas".

"¿Y Hades?"

Naruto parpadeó distraídamente, antes de suspirar.

"Me había olvidado de Puro Hueso…"

Afrodita se rió levemente, cerrando poco a poco los ojos.

"Sabrá lo que le conviene cuando le toque".

……

¿Dudas?