"¿Naruto?"
Un pequeño chico peliplata de ojos color avellana miró con seriedad a un pequeño Naruto, cercano a los 8 años, que estaba recostado entre los senos de una diablesa dormida.
Los ojos rosa llenos de vida y diversión vieron al otro chico atentamente.
"¿Se te perdió algo, Vali? Estaba muy cómodo durmiendo mi siesta".
"Vago de mierda".
Naruto bufó, levantándose con total aburrimiento. Se sacudió un poco su pantalón y su camiseta por el pasto, antes de moverse lejos, con Valí acercándose para caminar a su lado.
"¿Qué necesitas ahora, hermano?"
"No somos hermanos".
La sonrisa de Naruto hizo temblar la ceja de Valí.
"¿No? Y el hecho de que ambos somos-"
…….
Naruto abrió lentamente sus ojos, sintiendo un peso sobre su cuerpo. Miró algo borroso hacía el frente, así que se limpió la lagaña de sus ojos, antes de ver finalmente a quien tenía sobre el.
Sonrió con diversión, viendo a una pelinegra vestida solo con una musculosa y un pantalón corto sobre el. Morado y rosa chocaron fuertemente.
"Akeno… No recuerdo que me hayan despertado así, eres la primera".
Una sonrisa y mirada coqueta de parte de Akeno hicieron que Naruto tenga una mirada más peligrosa.
"Fufufu~… Entonces te daré mi primer todo, si estás de acuerdo~".
El pelinegro levantó su torso, sentándose para quedar cara a cara con Akeno, que lo miró con esa expresión que a la mitad caída le encanta.
"Oh~, ¿Crees que puedes entrar en la habitación de un hombre y simplemente decir tal cosa? Que sucia eres~…"
Una suave nalgada de Naruto hizo temblar a Akeno, cuyas mejillas se sonrojaron a la vez que se mordía el labio inferior.
"Conmigo el único juego que existe es el previo al sexo, querida. No voy a dudar en hacerte las más de 100 posiciones sexuales que conozco, atarte a la cama para que estés solo a mi disposición o…"
Con cada palabra, el rostro de Akeno brillaba más en rojo, pero nunca perdió la expresión casi anhelante de su rostro.
La mano de Naruto subió por su cintura, pasando levemente por sus senos hasta posarse en el cuello de la misma. La agarró suavemente, como se debe hacer en realidad, sin ahorcarla ni ahogarla, y se acercó unos centímetros más al rostro de Akeno.
La pelinegra sintió su cuerpo temblar en anticipación.
"Azotarte, golpearte, escupirte, hacerte ahogar mientras mi-"
"¡Naruto-san! ¡El desayuno está listo!"
Naruto sintió su ceja temblar. Giró su cabeza, viendo el reloj que marcaba las 8 de la mañana.
Akeno suspiró con frustración. Sin embargo, sus ojos se abrieron en sorpresa cuando su… su… Cuando Naruto la besó.
Su cuerpo se relajó totalmente cuando la lengua de Naruto entró a su boca, y ella abrazó su cuello, profundizando el beso aún más.
La pelinegra no se dio cuenta en que momento ambos estaban compartiendo un beso húmedo, que no parecía terminar nunca.
Naruto fue quién terminó el beso, viendo con diversión como la pelinegra tenía la lengua afuera al igual que el, y un fino hilo de saliva los unía.
"Vamos a desayunar".
Akeno asintió distraídamente, sintiendo su cuerpo totalmente relajado y excitado a la vez.
Notando eso, Naruto habló.
"Mi saliva es algo así como un relajante. No apaga tus sentidos como una droga, pero te relaja tanto que empiezas a dejar que todo fluya. Después de todo, la lujuria es una entrega extrema de emociones".
Akeno asintió con una sonrisa, moviéndose para dejar que Naruto se levante de la cama, antes de ella ponerse de pie.
El pelinegro sintió algo, parpadeando un par de veces antes de ver a Akeno, que tenía la misma mirada que el.
"En verdad eres pervertida, por Asmodeus… ¿Te gustaría que tus compañeros te escuchen gemir de placer? ¿Qué te escuchen gritar mi nombre mientras pides más?"
Akeno sonrió, más aún cuando Naruto la atrajo hacía el y la besó nuevamente. Esta vez fue un beso más corto, pero no perdieron mucha distancia entre ellos.
Ambos se quedaron viendo fijamente por unos pocos segundos.
"¿Qué es lo que quieres, Akeno? Sin mentiras".
La pelinegra se puso seria. Naruto mantuvo su rostro sereno, sacando su sonrisa habitual.
"Quiero más que esto, no ser solo… Sexo, y nada más".
Naruto sonrió y le dio un casto beso a Akeno, que gimió al no poder profundizarlo cuando Naruto empezó a caminar fuera de la habitación, lo que le hizo notar a la pelinegra que solo estaba usando pantalones cortos.
"Me gustas, Akeno. En verdad".
Esas palabras golpearon y se fusionaron en el corazón de Akeno, que sonrió cariñosamente hacía Naruto, que la veía desde la puerta con una suave sonrisa.
El era Lujuria. No era alguien para hacer infeliz o triste a alguien, no… La Lujuria es para causar placer hasta pecar sin pensarlo.
Causar celos era para Envidia, y tal vez la tristeza para Ira… Pero ese era otro tema.
"Después de esto, saldremos".
……
Kiba y Koneko jadearon, con el cuerpo hundido en el suelo, lleno de heridas y moretones que no se curarían pronto.
Naruto bostezó, viendo hacía el dúo con aburrimiento. No tenía la más mínima herida en su cuerpo,
"En verdad son malos. Conozco gente precoz que dura más que ustedes".
Ese fue un golpe bajo al orgullo de Yuuto, no tanto al de Koneko.
Habían empezado a entrenar con Naruto, que desde el inicio los dominó en todo sentido.
No pudieron darle un golpe, un corte, ni siquiera el viento de sus golpes lo rozaban.
A lo lejos, Rías, Akeno y Asía estaban entrenando sus capacidades mágicas. Ahora las tres estaban leyendo libros otorgados por Naruto, con teoría que pondrían en práctica una vez terminen de leerlos.
La experiencia no se fabrica, se consigue. Sin embargo, había cosas que debían tener en mente para luego entender.
Naruto dio un pequeño paso hacía atrás, y luego se agachó, esquivando de esta forma un corte descendente de Yuuto, y un puñetazo cargado de Koneko.
Un codazo "potente" se clavó en el estómago de Koneko, que se dobló y escupió un poco de saliva y sangre, a la vez que salía volando lejos.
Yuuto no tuvo un destino mejor. La rodilla de Naruto se clavó con fuerza en su pecho, haciendo sentir al rubio espadachín como sus costillas crujían.
Un puñetazo digno de Mike Tyson se conectó con su mandíbula, y lo envió a volar al mismo lugar que Koneko, que rápidamente atrapó a su compañero.
Con un asentimiento para agradecer, Yuuto se volvió a poner de pie, con una buena cantidad de sangre cayendo de su boca.
Naruto sonrió, haciendo crujir su cuello.
"Nivel 1, modo Satanás. Oponente: Naruto Asmodeus".
…...
Rías miró con pena a su torre y su caballo sufrir una paliza debido a la distracción causada por el mismo Naruto, que estaba riéndose felizmente mientras golpeaba y golpeaba a ambos.
"No te preocupes, Rías-san. Naruto-san dijo que solo es entrenamiento".
¿Entrenamiento? Para Rías, eso era tortura indirecta, bastante directa.
Akeno no parecía preocupada. Es más, estaba sonriendo felizmente mientras leía un libro otorgado por Naruto, que hablaba sobre la manipulación de la energía, los distintos elementos y otras cosas.
Asía miró con una sonrisa suave el "Sparring" entre Naruto y los dos demonios.
No le tomó mucho hacerse amiga tanto de Rías como de Akeno, que incluso le estaban enseñando algunas cosas sobre la magia y lo que serviría para su Sacred Gear.
Con eso, podría ayudar más gente, y…
'Ayudar a Naruto-san… El es muy fuerte, pero todos necesitamos ayuda en algún momento'.
Rías y su nobleza eran el ejemplo más cercano.
Ni los padres de Rías, ni su hermano, ni nadie cercano los iba a ayudar, más que ellos mismos.
Entendió el problema de Rías. No podrían solas, no tenían idea de "Entrenamiento verdadero", como lo llamaba Naruto.
" Cuando no vives en batalla constante, y te dedicas a vivir como humano siendo un demonio, sin siquiera dedicar tiempo al entrenamiento físico o al menos a saber un arte marcial, vas a morir antes de lo que piensas".
Esas palabras de Naruto fueron dichas a Rías hace poco, cuando habían terminado de desayunar.
Sabía que la pelirroja buscaba gente para su nobleza, pero si no entrenaba a los que ya tenía, fuera de los entrenamientos solitarios de Yuuto y en ocasiones Koneko, solo terminaría atrayendo gente más fuerte, pero no para unirse a ella exactamente.
Las únicas forma de hacerse fuerte sin entrenar, era hacer algún sacrificio, ser hijo de algún Dios o los dragones más fuertes del mundo, o estar día tras día peleando contra gente igual o más fuerte que tu, e ir subiendo el nivel a medida que te fortaleces.
" Lo único que te detiene es tu mente".
……
[Club de Investigación de lo Oculto – Noche]
En la parte baja del viejo edificio escolar, un par de ojos rosa brillaron en la oscuridad con pura malicia demoníaca. Su sonrisa llena de dientes blancos brillaba como una linterna.
"¡Iujuuu~! ¡Soy un cazador en busca de… sexo~!"
"¡No! ¡A-a-alejate! ¡Uwaaah!"
Una risa maligna proveniente de Naruto no hizo más que aumentar los chillidos llenos de pavor que había en la habitación frente a el.
El cuarto donde estaba sellado el primer Alfil de Rías. Durante el día está encerrado, pero por la noche todo el sello se libera, y solo si es en el viejo edificio puede salir a pasear…
Pero no lo hace.
"¡Me han dicho que hay un vampiro travesti escondido aquí! ¡Espero que estés listo para lo que te espera~!"
Cuando abrió la puerta, Naruto sintió que todo se volvía blanco a su alrededor, pero no le afectaba a el.
Sus ojos rosa, que brillaban fuertemente debido a la oscuridad de toda la habitación, se clavaron en un pequeño chico de apariencia noble, cabello dorado y ojos rojos como los de una muñeca.
Sentado en el suelo, con esa posición como de querer escapar, temblando totalmente.
"Kukuku~…"
"¡Uwaah! ¿¡Por que mi poder no te afecta!?"
Naruto sonrió burlonamente, dando un paso pesado, que hizo temblar aún más al pequeño travestido.
"Porque… Yo soy el Lujuria".
"Deja de asustarlo".
Rías entró lentamente detrás de Naruto, viendo suavemente a su alfil sellado.
"¿Cómo estas, Gasper?"
El llamado Gasper siguió algo temeroso, pero la presencia de Rías lo calmó significativamente… Osea, casi nada.
"¿P-p-por qué hay un hombre que dice que va a ha-hacerme esas cosas?"
Naruto miró a Gasper con diversión, soltando una pequeña risa que lo asustó. Rías se adelantó un paso a Naruto, viendo a Gasper con un rostro más suave y relajado.
"Naruto te entrenará en secreto para que puedas salir de aquí en un futuro".
"Pero yo no quiero salir… Odio la luz del día".
Rías suspiró levemente, oyendo la risa de Naruto detrás.
"¿Qué falta? ¿No te gusta la sangre?"
Gasper negó fervientemente, lo que hizo a Naruto parpadear incrédulo.
"T-tampoco el pescado… Y el hígado".
Gasper no se dio cuenta, pero se había relajado un poco más cuando sus ojos se profundizaron en los de Naruto.
Como si su presencia lo envolviera y le diera paz, todo lo contrario a lo que estaba haciendo antes de entrar.
"Vampiro bueno para nada".
"¡Uwaaaah! ¿¡P-por qué eres malo!?"
Y ahí se fue la tranquilidad.
Rías suspiró, tomando largas inhalaciones antes de hablar.
"Escucha, Gasper".
El vampiro travestido miró a Rías con miedo, notando la seriedad en su tono y los ojos azules de la misma.
"Mi hermano no sabe de esto. Es solo un secreto entre los chicos, Naruto, tú y yo. Quiero que mejores, y Naruto tiene todo para que puedas salir adelante. Yo y los demás te ayudaremos una vez terminemos el Rating Game contra Raiser, ¿Si?"
Gasper en verdad no tenía palabras para decir. Quería negarse, y no salir nunca de aquí, donde estaba sellado por todo el día.
Pero… había algo. Podía verlo, sentirlo en el aíre.
Era la confianza y a la vez suavidad de Rías en sus palabras, y la presencia imponente de Naruto detrás que le estaban friendo los nervios.
"Eh-yo… ¡Ha-haré lo mejor!"
Rías asintió con una sonrisa. Estiró su mano lentamente, sintiendo como Naruto tocaba su espalda con sus dedos.
Gasper abrió los ojos con miedo, y su poder casi se activa, pero… Cuando las manos de Rías se posaron en su cabello y lo acariciaron suavemente, se quedó estático, como si estuviese pegado a un cable lleno de tensión que lo estaba por matar.
"Confío en ti…"
Naruto miró a Rías, que asintió hacía el. La pelirroja salió, yendo rumbo a descansar para mañana.
Gasper levantó la cabeza con miedo, viendo como la sombra de Naruto lo eclipsó cuando se acercó.
Los ojos rosados brillaron suavemente, con anticipación.
"Sabes… Si no te quieres alimentar de mi sangre, hay otra manera, kukuku~".
Cuando lo vió enviar sus manos hacía el botón de su pantalón, Gasper retrocedió asustado.
Levantó sus manos, cubriéndose con un grito totalmente afeminado.
"¡Uwaaag! ¡E-espera!"
"¿Quieres una taza de café con leche~?"
Gasper miró a Naruto con cuidado, viendo que había quitado las manos de sus pantalones y se puso en cuclillas, lo que lo dejaba casi a la altura del pequeño Dhampir travesti.
No notó la sonrisa del pelinegro.
"Yo pongo la leche~"
"¡Ayudaaa!"
……
¿Dudas?
