¡Buenas! ¿Cómo les fue en navidad? Espero que bien, y lo mismo va para hoy, algo que me tiene muy motivado, ¡Empezar 2018 con un capitulo de DragonXCampione!

Bueno, pasemos al capitulo, el ultimo de las citas y uno bastante largo, tanto como los últimos dos capítulos con combates serios, (Modo Jag Duran = ON) cinturón de seguridad y, vamos para allá.

-Diálogos- / -Pensamientos- / -*Diálogos en otro idioma o por medios de comunicación*-

[Seres sellados en SG] / [Autoridades nombradas por la Booster Gear (BG)]

-Dioses, hechizos y canticos- / -Pensamientos de dioses, hechizos y canticos mentales]

(Lugares, momento) / (N/a: nota de autor)

Capítulo 11: Viajes y más viajes.

-Es muy parecido al tren de los Gremory- comentaba Gasper sentado en una caja con una consola portátil en manos y viendo el impresionante vagón donde estaban.

Tal como habían decidido el día anterior, habían partido de Roma por la mañana en un tren comercial (aunque era bastante lujoso) acompañados por la maid de Erica, Arianna y la maid de Liliana, Karen Jankulovski, una joven de cabellos verde aqua y ojos jade que daba una impresión de ser muy astuta y problemática, de manera muy similar a Kiryuu o la propia Erica (en la opinión de Issei).

-Era claro, un rey como Hyodou-sama no puede viajar en un vagón cualquiera, yo, Erica y [Purple Knight] nos encargamos de eso- respondió Liliana como si fuera lo más normal del mundo, reconociendo que era cosa de las ordenes mágicas [Copper-Black Cross] (la orden de Erica), [Bronze-Black Cross] (la suya) y [Capital of Lilies].

Hablando de [Capital of Lilies], Issei y compañía se habían reunido con [Purple Knight] poco antes de abordar al tren, quien les había deseado un viaje seguro y había prometido a Issei apoyo en cualquier situación, lo que se expandía a todo el continente Europeo.

Esto había sorprendido a todos excepto a Issei, Erica y Liliana. Ambas [Great Knight] habían tratado mucho con él y las otras dos, [Old Dame] y [Female Wolf] durante la reconstrucción del Coliseo (el cual estaba de vuelta y abierto al publico gracias al trabajo en conjunto con los demonios, ángeles y los ángeles caídos), y Erica aprovechó para hablar con él para corregir el mal primer encuentro.

Desde un principio, [Purple Knight] tenia intenciones de tratar con el joven rey de Japón debido a la alta estima que Paolo Blandelli (alguien a quien admiraba profundamente) le tenia, especialmente por que prácticamente le había entregado su organización, [Copper-Black Cross], una de las más importantes organizaciones del continente europeo pese a que era rey de Japón y que Italia, país sede del núcleo de la orden, tenia a su propio rey, Salvatore Doni. Sin embargo, no se podía decir lo mismo de las otras dos.

[Female Wolf] era partidaria de Voban y [Old Dame] lo era de Doni. Ambas tenían pensado hacer algo que afectara la imagen de Issei en Europa y hacer todo lo posible para que el [Gorgoneion] terminara con sus respectivos reyes.

Paolo Blandelli lo presentía y le aconsejó a Erica y a Issei estar atentos con ambas ancianas, resultando en la intimidación del castaño para con ambas y, por extensión, a [Purple Knight]. Fue durante sus conferencias por la reconstrucción del monumento Erica se acercó al caballero, le explicó la situación y se disculpó en nombre de Issei.

Comprendiendo, [Purple Knight] aceptó la disculpa y decidió ir a despedirlos para poder hablar personalmente con Issei aun si era por unos pocos minutos.

Ciertamente se llevó una muy agradable sorpresa, bastaron pocas palabras para darse cuenta que era muy amable y tranquilo para los estándares de los campioni y portadores de [Longinus], por lo que ofreció su apoyo en toda Europa, aunque no entregó su organización. Si quería hacerlo sin poner a ambas organizaciones europeas en una posición riesgosa al ser él un campione asiático, debía de esperar a que Issei ganara más prestigio, experiencia y poder, por lo que tendría que esperar por lo menos un año.

-¿Liliana-san, podrías parar con lo de "sama" por favor? Me siento incomodo siendo tratado así- volvió a pedir Issei.

-Me temo que no es posible, Hyodou-sama, siendo usted mi rey, me veo obligada a tratarlo con respeto- y una vez más su petición fue negada por la caballera alvina.

-Siempre has sido demasiada seria, Lily- comentó Erica con un leve suspiro.

-Te eh dicho que no me llames con tal confianza, Erica Blandelli, además, tu misma deberías de tratar a Hyodou-sama con más respeto puesto que también es tu rey- reprendió en respuesta, mirando negativamente como Erica se encontraba sentada junto a Issei apoyando su cabeza en su hombro y abrazando su brazo derecho.

-Ara, aun si es cierto que es mi rey, también es cierto que soy su amante, esta posición es normal para una pareja de amantes, ¿no lo creen así?- preguntó al resto de las chicas.

-Ciertamente, me parece una posición natural para esto, aunque nunca eh estado en ella- asentía Xenovia sentada en un sillón del vagón con Asia a su lado, Irina frente a ella y Yuri a un lado de ella –me gustaría estar así al menos unos minutos antes de llegar a Nápoles-.

-Yo también- reconoció algo tímidamente Asia, las dos castañas junto a ellas permanecieron calladas, pero el sonrojo en sus rostros dejaba entrever sus emociones.

-Puedo cambiar con una de ustedes en un rato más, pero tendrán que hablar con la princesita consentida también- les aseguró mirando a Rias quien estaba en su misma posición solo que a la izquierda de Issei.

La pelirroja se veía algo molesta ante la idea, pero suspiró antes de asentir –cuando ella cambie, yo también lo haré-.

-Ara ara, ¿Cuándo será mi turno?- preguntó Akeno sentada frente a ella y entre Liliana y Rossweisse.

Del resto, Gasper estaba en su caja junto al asiento de Kiba que leía tranquilamente un libro, Koneko estaba sentada en el regazo de Issei. Las dos maid habían ido al vagón de bebidas por algún aperitivo para todos.

-…ya lo veremos después- fue todo lo que murmuró Rias.

-Vamos, no es justo que hablen de cambiar con Xenovia y Asia pero no conmigo…-.

-Ah- suspirando ante el debate que recién iniciaba, Issei hurgó como pudo en sus bolsillos hasta que logró sacar su nuevo reproductor de música y sus audífonos. Sin notar como esto atrajo la atención de sus amigos se puso ambos audífonos y empezó a buscar algo que escuchar, sonriendo al sentir a Koneko tomar uno de los audífonos, por lo que decidió poner algo de Zebrahead.

-No sabia que tenías un reproductor, ¿lo compraste en Roma?- le preguntó curiosa Rias.

-En realidad, es un regalo de Koneko-chan-.

Eso provocó que todas (salvo las alvinas mayores) se pusieran serias y miraran fijamente a la tranquila nekomata que escuchaba felizmente música.

Tras unos instantes Erica tomó el reproductor y revisó los datos de las canciones ante la curiosa vista de Issei y la expectativa del resto.

-Rap rock ¿eh? no está nada mal- reconoció con una sonrisa regresándole el reproductor al castaño.

-¿Rap rock? A Koneko le gusta el rap pero, ¿rock?…- comentó confundida Rias.

-A Issei le gusta el rock- informó Erica tranquilamente encogiéndose de hombros.

Todos (menos Rossweisse, Yuri y Liliana que no lo conocían de tanto tiempo así que no les era extraño enterarse de algo nuevo sobre él) parpadearon ante eso, no lo sabían. Miraron en sincronía al castaño en busca de una confirmación, la cual llegó en forma de un asentimiento.

-Fue muy inteligente ir por un género surgido de sus respectivos favoritos- finalizó Erica.

Aun si no dijeron nada, el resto concordó con ella, Koneko le había regalado algo que ambos disfrutaban juntos, era algo muy meritorio y que le aseguraba una buena cantidad de tiempo de calidad con Issei.

Claro que no solo pensaban en eso, también se quedaron algo frías ante el hecho de que habían pasado tanto tiempo con el castaño y que, por lo visto, de las que lo conocían de más tiempo, solo Koneko sabía su gusto musical, sin mencionar que Erica, quien tenia mucho menos tiempo con él, parecía estar al tanto… ¿Cómo era posible eso? ¿Es que no pudieron contemplar más de sus gustos, más allá de lo obvio (cosas pervertidas)?

Sin embargo, antes de que pudieran decir algo, Issei abrió por completos los ojos, y poco después, las orejas de gato de Koneko surgieron de golpe sobre su cabeza, abriendo también ella sus ojos por completo. Ambos se pusieron rápidamente de pie, Issei liberándose rápidamente del agarre de ambas chicas y tomando ausentemente los audífonos y el reproductor. Ambos se acercaron a una ventana, asomándose por ella.

No fueron los únicos en reaccionar, también Rossweisse sintió un enorme pulso de energía que le hizo asomarse por una ventana, y Liliana y Yuri vieron por medio de la 'Visión de Espíritu' un dragón jade surgiendo de las profundidades de la ciudad a la que iban antes de que la visión parara y se sujetaran sus respectivas frentes algo mareadas.

-Parece que estamos cerca de llegar- comentó simplemente Erica al verlos reaccionar, poniéndose de pie y mirando también por la ventana, siendo imitada por el resto.

A lo lejos se podía ver la ciudad de Nápoles, con un pilar de energía jade de carácter divino surgiendo del centro de la ciudad y perdiéndose en el cielo.

-¿Eso es por el [Heraneion]?- inquirió Rias con sorpresa.

-Si- asintió Liliana recuperándose del mareo –el [Heraneion] es un sello de la diosa Hera, una diosa con cierta afinidad a la tierra de la misma forma que Medusa y Atenea-.

-El [Heraneion] ah funcionado como regulador de la energía vital de esta zona, por decirlo de una forma. La energía de la zona es absorbida por el Heraneion y este la distribuye uniformemente por todo el lugar- continuó Erica –sin embargo, el descubrimiento del [Gorgoneion] y su unión temporal con Atenea provocó que el [Heraneion] actuara irregularmente, y ah estado acumulando más energía de lo que regresa a la tierra-.

-Si continúa así, la vida vegetal de una gran porción de Italia podría marchitarse irremediablemente e inclusive podría dar pasó al nacimiento de una bestia divina de la tierra, o en el pero de los casos, a un dios [desencadenado]- explicó Liliana.

-Ya veo, ciertamente es un tema serio- asintió Rias mientras todos volvían a sus lugares.

-Si, es por eso que es mejor que un campione actué de inmediato, e Issei, siendo el actual propietario del [Gorgoneion], es la mejor opción, sin mencionar que es probablemente el único dispuesto a evitar una catástrofe, cualquier otro preferiría esperar a que surgiera la bestia divina o el dios, o haría una locura como destruir el [Heraneion]- concluyó Erica con Liliana asintiendo a su lado.

Calmándose, todos regresaron a sus respectivos lugares, Rias y Akeno compitiendo levemente por el lugar a la izquierda del castaño, aunque Erica las detuvo a la mitad. Ante la inquisitiva vista de ambas, Erica solo sonrió algo resignada antes de girarse a otras dos chicas.

-Xenovia, Asia, solo quedan unos 30 minutos antes de que lleguemos pero es su turno- fue todo lo que dijo.

-Entendido- aceptó Xenovia caminando rápidamente y sentándose a la derecha de Issei, abrazando su brazo y apoyándose en su hombro, sonriendo casi al instante –es, reconfortante-.

-Muchas gracias- con una linda sonrisa de alegría y un leve sonrojo, Asia avanzó también, sentándose a la izquierda del campione e imitando a la peli azul, soltando una pequeña risa al hacerlo.

Encogiéndose de hombros Erica tomo asiento en otro lado, siendo seguida por la sorprendidas (y resignadas) diablesas. Ni ellas ni nadie esperaban que en verdad cambiara con ellas.

(Time Skip, minutos después)

Finalmente llegaron a la estación de Nápoles donde ya les esperaban algunos magos de la ciudad.

-Nosotros iremos al hotel- le dijo Erica a Issei mientras los magos bajaban el equipaje –lo mejor será que vayas junto a Liliana a tratar el [Heraneion], siendo ella una bruja y teniendo la 'Visión de Espíritu' debería de ser la mejor para ayudarte a regular la reliquia-.

-Bien, entonces nos vemos luego- asintió en concordancia antes de girarse y caminar a la salida junto al mago que fungiría como guía –vamos, Liliana-san-.

-Como usted diga, Hyodou-sama- asintió con una reverencia la mencionada, pero antes de que pudiera avanzar fue detenida por su maid -¿Qué pasa, Karen?-.

-Liliana-sama, esta es una oportunidad única- respondió en un susurro la peli verde, inclinándose hacia su "ama" y procurando que el resto no escuchara nada.

-¿Oportunidad única?- preguntó también en un susurro, confundida.

-Para que fortalezca su relación con Issei-sama y empiece a ganarse su corazón-.

-Ah, ye veo…- comentó tranquila, tardándose unos segundos en reaccionar -… ¡¿Qué?!- gritó completamente roja.

-¡Más bajo!- susurró con fuerza Karen mirando furtivamente por sobre su hombro, relajándose al ver como Erica y el resto ya se alejaban rumbo a su vehículo.

Dándose cuenta de su error, Liliana cubrió su boca asustada y miró a sus espaldas al castaño alejarse más y más, suspiró de alivió al ver que no se alertó por su grito.

-Escuche Liliana-sama- empezó seriamente Karen, provocando que Liliana retrocediera un paso -[Copper-Black Cross] y [Bronze-Black Cross] han sido rivales desde la antigüedad y hasta ahora han mantenido un cierto equilibrio del poder entre ambas, pero en cuanto Erica-sama se volvió una de las amantes de Issei-sama el equilibrio se rompió, [Copper-Black Cross] obtuvo mucho poder y todo intento de [Bronze-Black Cross] por igualar el marcador falló al usted rechazar al marqués Voban, y casi terminamos en peor posición por Lord Salvatore y su incapacidad para controlarlo, –eso fue como una flecha al pecho de Liliana -fue una suerte que la entregara a Issei-sama.

-Al volverse usted un caballero bajo su dominio logramos recuperar algo de terreno, pero no es suficiente, si queremos regresar al equilibrio anterior usted también debe volverse una amante de Issei-sama y tratar de desplazar la posición de Erica-sama para superarla-.

-s-se que por mi culpa estamos en una mala posición, p-pero tener que hacer algo c-como eso…-.

-Además, no le parece que es cosa del destino- continuó la maid con una sonrisa astuta.

-¿Eh? ¿D-destino?- preguntó más roja aun, retrocediendo un par de pasos.

-Según me dijo usted, la habilidad 'Visión de Espíritu' es esencial para una de las armas de Issei-san, además de que él es parte dragón al ser el portador del Sekiryuutei, y usted, Liliana-sama, es una bruja, las brujas son las antiguas siervas de los dioses de la tierra, ¿y cual pudiera ser el símbolo más absoluto del poder de los dioses de la tierra si no los propios dragones?, ¿no le parece que son muchas coincidencias?-.

-E-eso, eso…-.

-Y ahora mismo, usted va a ayudarlo en una tarea en la que ni Erica-sama podría serle más de ayuda para salvar esta región, no importa como lo mire, ¡es cosa del destino!-.

La imaginación de Liliana rápidamente creó un par de imágenes muy, intimas, de ella y el joven rey lidiando con el [Heraneion], hasta que logró reaccionar sacudiendo la cabeza para despejarse.

-¡D-deja de decir tonterías y v-ve al hotel!- espetó avergonzada, completamente roja, antes de girarse y caminar a paso rápido, siguiendo el camino tomado por su rey.

-Fufufu, suerte, Liliana-sama- riendo como un villano de telenovela, fue en dirección opuesta a paso tranquilo, con una traviesa sonrisa en su rostro.

(Time Skip, media hora después, entrada de Nápoles Subterránea)

-¿Está aquí abajo?- preguntó curioso Issei, siguiendo a Liliana por un pasillo iluminado con bombillas eléctricas cada ciertos metros que se adentraba en la tierra.

-Si, aquí abajo hay todo tipo de ruinas, desde antiguas de la época dorada de Roma, hasta relativamente recientes refugios abandonados de la guerra mundial- explicó mientras llegaban al final de la escalera y empezaban a andar por una especie de túnel.

Siguieron caminando por el complejo lugar, navegando por los pasillos que parecían formar una especie de laberinto hasta que llegaron a un camino cerrado.

-Es aquí- indicó Liliana.

-¿Aquí?- repitió confuso Issei mirando la pared frente a él, notando una marca a la altura de su cara -¿un circulo mágico?- curioso, acercó su mano derecha para tocarlo.

-¡Ah, espere, Hyodou-sama!- trató de detenerlo, pero ya era tarde.

Al momento en que "tocó" el círculo mágico, todo su cuerpo fue rodeado por un aura mágica dorada que rápidamente se propagó por el muro frente a él. Ondulando como la superficie de un lago al lanzarle algo, la pared empezó a desvanecerse, mostrando una enorme cámara circular y la energía emanada por la reliquia se sintió mucho más fuerte.

Pero esto apenas y preocupaba a Issei, estaba más ocupado mirando fijamente el pilar al centro de la recién descubierta cámara. Envuelto en una llameante aura mágica de color jade, se trataba de un pilar con gravados y relieves.

-¿Ese es el [Heraneion]?-.

-… si, ese es- asintió su compañía suspirando un poco –Hyodou-sama, acaba de eliminar un conjuro que controlaba un poco la energía que emanaba el [Heraneion] y mantenía protegido este lugar…- le reprendió.

El castaño parpadeó un poco antes de reír avergonzado.

-Lo siento por eso-.

-Ya no importa, pero por favor, tenga más cuidado la próxima vez-.

Con eso, ambos se acercaron al pilar.

[Booster Gear]

Alzando su mano con su guantelete materializado, el castaño tocó el pilar -¿Qué dices Draig?-.

[Mmm… si, noto una relación con el [Gorgoneion], podemos tratarlo ahora mismo]

-¿En serio?-.

[Si, usándolo junto al [Booster Gear], el [Gorgoneion] nos debe de permitir interactuar con maldiciones o bendiciones de dioses de la tierra, aunque algo como esto es algo difícil para nosotros ahora mismo, por ahora necesitamos un poderoso hechizo para estabilizar el sello y el apoyo de algún mago capacitado, pero en un futuro deberíamos de bastarnos nosotros solos]

-En cuanto al apoyo, creo que soy apta para fungir como tal- se ofreció humildemente Liliana –sin embargo, no conozco ningún hechizo que podamos usar en esto-.

[Ni yo, pero no lo necesitamos, [Fake Reality] debería de poder cubrir ese detalle, aunque, dado que la autoridad tendrá que hacerlo todo, será mucha carga mental compañero]

-Esta bien, lidiemos con esto antes de que pase algo- respondió inafectado por la advertencia.

[En ese caso, apoya tu mano izquierda en el [Heraneion], yo me encargaré de manipular el [Gorgoneion]]

-¡Bien!-.

-¿En verdad una autoridad de ilusión nos será de ayuda?- preguntó dudosa Liliana, aun no estaba al tanto del alcance de la autoridad.

En respuesta, Issei le sonrió confiadamente y abrió sus labios para responderle recitando - Todo es posible para el que tiene astucia, ¡Y no hay astuto más grande que el caminante del cielo!

[Fake Reality]

Al instante, un círculo mágico color jade se extendió bajo ellos, abarcando todo el lugar.

-¿Esto es…?- sorprendida, Liliana observó bajo ellos, sintiendo el enorme poder mágico surgiendo del sello que se suponía era una ilusión.

[Liliana Kranjcar, toca el [Heraneion] con una mano y con la otra toma la mano libre de mi compañero]

-¿Eh? ¡Ah, si!- enfocándose al escuchar las instrucciones de Draig, la bruja tocó el pilar con su palma derecha y extendió su brazo izquierdo hacia Issei quien respondió acercando su mano derecha. Liliana no pudo evitar sonrojarse al sentir sus manos entrelazarse –es, firme, áspera y, muy fuerte- pensó muy enfocada en como se sentía la mano del campione, y no era la única.

-Siento unos cayos pero, es muy suave, y pequeña…-.

[Compañero, enfócate]

-Lo siento- se disculpó apenado, aunque Liliana no se enteró de esto.

[Empezaré a circular la energía para regular el flujo]

Con el aviso de Draig, Issei sintió un intenso torrente de energía entrar por su mano izquierda, arremolinándose en la gema del [Booster Gear] por unos instantes antes de que pasara más calmadamente por su pecho hasta su mano izquierda, pasando a Liliana que se sacudió un poco por la intensidad de la energía antes de que esta pasara por su mano derecha hacia el [Heraneion], ingresando en el pilar con mucha más calma, casi como si hubiera algo similar a un cuello de botella en alguna parte de esa "conexión".

Permanecieron con esa labor por varios minutos, la energía pasando constantemente entre el pilar y ambos jóvenes, reduciendo su intensidad cada vez que pasaba por Issei hasta el punto que lo que en un inicio se sintió como un feroz rio desbocado se volvió en algo similar a un arroyo pacifico.

[Terminamos]

Con eso, ambos se separaron del pilar, notando fácilmente que la energía que antes emanaba a raudales había cesado al fin.

Mirando esto satisfecho, Issei se sentó en el suelo ante la confusa mirada de Liliana.

-¿Hyodou-sama?-.

Sin responderle, Issei desactivó su autoridad, y al mismo tiempo que el círculo mágico en el suelo se desvanecía él fue abordado por una brutal jaqueca y mareos que casi lo derriban, lográndose mantener algo erguido al estar senado, pero aun así mostró los efectos encorvándose bastante y llevándose las manos a la cien.

-¡Hyodou-sama!- ahora alarmada, Liliana se acercó dispuesta a atenderlo.

-Estoy, bien, solo me duele la cabeza- le calmó recuperando el aliento -¿no te lo había dicho verdad? Puedo crear ilusiones reales con [Fake Reality], pero mientras más complicado o prolongado sea el uso, más carga sufre mi cerebro- le explicó.

-¿Entonces fue por el círculo?-.

-Si, estaré bien una vez respire aire fresco- le aseguró, instantes antes de que un rugido resonara por la cámara, provocando que riera algo avergonzado –y coma algo Jeje-.

Liliana lo observó con dudas antes de suspirar resignada, no tenia caso tratar de comprender a los seres conocidos como Campione. Le ayudó a ponerse de pie y a apoyarse en ella antes de que empezaran el camino para salir de las ruinas. A mitad de camino Issei logró recuperarse lo suficiente para avanzar por su cuenta por lo que pudieron avanzar más rápidamente.

-Al fin, aire fresco- comentó contento Issei una vez salieron a la superficie, estirándose bajo la luz solar y respirando profundamente.

-Llamaré a Karen para que envíen a alguien a restaurar el cello que oculta el [Heraneion]- informó Liliana sacando un celular.

-Yo iré por un helado- respondió él, apuntando a un pesto cercano.

Minutos después la espadachina guardaba su teléfono temblando y roja de la pena.

-E-esa tonta…- masculló tratando de olvidar todas las cosas que su maid le había dicho para "impulsarla".

-¿Listo?- preguntó Issei que recién llegaba lamiendo un helado de chocolate.

-Si, mandaran a alguien para restaurarlo- informó con los ojos cerrados, calmando su respiración, aunque se extraño al ver un cono de helado justo frente a su cara cuando los abrió - … ¿Hyodou-sama?-.

-Es un agradecimiento, por ayudarme a avanzar mientras estaba débil-.

-Ah, muchas gracias Hyodou-sama- apenada, aceptó el postre ofrecido.

-En serio, no me siento cómodo con el "sama", ¿Podrías dejarlo de lado?-.

-Mis disculpas su majestad, pero no puedo acceder a su petición, como caballero, debo de mostrar una actitud respetuosa siempre hacia mi rey-.

-Eso es, problemático- comentó fastidiado, suspirando antes de que se le ocurriera una idea–entonces, ¿soy tu rey, verdad?-.

-Correcto, Hyodou-sama-.

-¿Y seguirás mis órdenes?-.

-Sin importar cual sea- aunque trató de decirlo con confidencia, se notaba nerviosa por esas palabras, especialmente al recordar que el rey frente a ella, era un pervertido incurable.

-En ese caso, te ordeno…- poniéndose nerviosa ante la seriedad de su voz, Liliana cerró los ojos, preparándose tan bien como podía a lo que venia -…que dejes de llamarme por el "sama" o por mi apellido y que solo me llames "majestad" o similares en asuntos formales-.

-¿Eh?- no esperando eso, abrió los ojos incrédula, mirando fijamente al castaño que se mantenía expectante. Sabiendo lo que quería, tragó un poco antes de responder –Entendido, Issei-san-.

-Mejor, muchas gracias- ante la sonrisa que portaba el campione, la pobre espadachina no pudo evitar sonrojarse –ahora, vamos al hotel para descansar-.

-S-si, Issei-san- asintiendo nerviosa, le dio un par de lamidas a su helado con timidez antes de seguirlo, una tenue sonrisa ocupando su rostro.

(Time Skip, al día siguiente, Grand Hotel Vesuvio)

Issei se encontraba frente al lujoso hotel en donde se habían hospedado con un vaso de café en manos, mirando el castillo Dell 'Ovo no muy lejos y el muelle justo frente al hotel. Su ropa era un pantalón de mezclilla y una camisa manga corta color verde jade.

-¡Ise-san!- escuchando una familiar voz a sus espaldas, se giró para ver a Asia salir contenta del hotel, vestida con una falda marrón hasta las rodillas, una blusa manga corta de un color rosa tan claro que casi pasaba por blanco y un sobrero café a juego.

-Asia, te ves muy linda- alagó con una sonrisa.

-Jeje, gracias, Ise-san-.

-¿Lista?- le preguntó tirando el vaso vacío en un basurero cercano y extendiéndole la mano.

-Si- respondió alegremente aferrándose a su brazo amorosamente, apenándolo un poco como indicaban sus mejillas rojas, pero no hizo ningún intento de separarla por lo que avanzaron hacia su guía del día.

XXXXX

-Esta es la primera parada- comentó Issei, ambos frente a un enorme y majestuoso edifico que se alzaba entre los múltiples edificios de la ciudad –creí que te gustaría ir al menos a un lugar como este, la Catedral de Nápoles-.

-Si, muchas gracias, Ise-san- agradeció ella algo conmovida, sabia bien que una iglesia no solía ser un lugar para una cita y que él no se sentía tan atraído a lugares como este, por lo que este detalle tenía bastante importancia para ella.

-Vamos- le invitó sacando una cámara digital y acudiendo a un par de turistas por apoyo, obteniendo una foto de ambos en medio de la puerta central.

XXXXX

-Es magnifico- comentaba emocionada Asia una vez entraron, viendo encantada los hermosos cuadros en los muros, los grabados y estatuas adornando cada esquina, el techo decorado con detallados murales, era un templo formidable para cualquier católico o amante del arte/arquitectura.

Issei se dedicó a verla de un lado a otro como una niña en una juguetería, en un principio pensó que se moriría de aburrimiento en un lugar así, pero viendo el brillo en sus ojos y su linda sonrisa de emoción demostraban ser más que suficiente para que no le molestara permanecer ahí un par de horas parado.

-¡Vamos, Ise-san! ¡Hay más salas que ver!- jalándolo emocionada de un brazo, Asia se apresuró a una de las puertas en la cámara.

-Si, vamos- asintiendo, se dejó arrastrar.

XXXXX

-Es un lugar magnifico- afirmaba contenta mientras salían del templo, mirando contenta las fotos en la cámara antes de mirar al castaño -¿Ahora a donde, Ise-san?-.

-Demos una vuelta por el lugar- indicó él caminando tranquilamente por las calles, tomados de la mano.

Avanzaron entre los turistas y los locales, deteniéndose en una esquina en una heladería.

-¿Quieres probar un poco, Asia?- le invitó minutos después, acercándole su cono con helado sabor nuez.

-U-un poco- asintió algo apenada, dando una rápida probada –delicioso, ¿gustas?- ofreció ella acercando el suyo de limón.

-Claro- asintió antes de probarlo –muy bueno, también el helado de ayer era bastante bueno, ¿será cosa de toda Italia o solo es suerte?- se preguntó intrigado mientras entraban por una calle estrecha en la que los autos apenas y podían pasar pero que era muy transitada por los peatones.

-Creo que lo primero, el otro día cuando fuimos de compras también compramos unos muy deliciosos-.

-Ya veo, entonces no solo es cosa del café italiano…-.

-Estas tomando mucho café, Ise-san- reprendió de improvisto.

-Jeje, es que, es muy bueno…-.

-Aun así es mucho-.

-…- no sabiendo que responder, desvió la mirada a un costado, provocando que Asia siguiera mirándolo con un puchero de molestia.

XXXXX

-¡Ah, hay muchas cosas aquí!- exclamó interesada Asia tras unos minutos, viendo los múltiples puestos y tiendas en la estrecha avenida. Ropas, accesorios, decoraciones, recuerdos, había muchas opciones para los turistas.

-Huele bien- comentó Issei al pasar junto a una pizzería, respirando profundamente, disfrutando de la fragancia -¿te parece si comemos aquí en un rato más?-.

-Si, suena bien-.

Avanzaron un poco más antes de adentrarse por un callejón más estrecho, pasando junto a una torre de aspecto antiguo, terminando en un callejón por el que era imposible transitar en auto lleno con todo tipo de tiendas y puestos, fácilmente podría ser confundido con algún carnaval o similar por la gran cantidad de máscaras en exhibición, aunque no era lo único, había muchas piezas de arte como figuras, lozas circulares con pintura, algunos cuadros, etc...

-Que bonita- comentó Asia inclinada frente a un mostrador en donde se veía distintas figuras, observando fijamente lo que parecía ser una especie de villa en miniatura.

-Hey, Asia- girándose hacia el castaño, salto un poco al toparse cara a cara con una máscara blanca con decoraciones doradas y "tiras" en la sima, simulando el sombrero de un bufón -¿Qué dices? ¿Me veo bien?-.

-Fufu, te vez extraño, Ise-san, fufufu-.

-¿En serio? Veamos como te ves tú- sugirió sacando otra máscara, muy parecida a la suya solo que de color purpura en lugar de dorado, y poniéndosela –te ves divertida jeje, yo digo que nos las llevamos-.

-Mou, Ise-san- aunque se quejó con un lindo puchero, se veía bastante contenta, aunque claro, Issei no notó nada de esto por la máscara.

XXXXX

Varios minutos después, y tras entregarle a su guía todo lo que habían comprado en ese callejón (que por cierto, era mucho) regresaron sobre sus pasos y entraron a la pizzería Di Matteo.

-Veamos…- murmuraba pensativo Issei observando la lista de ingredientes para la pizza con un mesero frente a ellos esperando por su orden -¿cuál te gustaría para la pizza, Asia?-.

-Lo que sea que pida Ise-san- sonrió.

-Bueno, entonces que sea de carne molida y salami- girándose al mesero.

-Con mucho gusto, ¿les traigo algo de beber o prefieren esperar por su comida?-.

-¿Asia?- invitó inclinándose hacia ella y mostrando el menú.

-Una, ¿naranjada mineral?- pidió la rubia mirando algo dudosa.

-Para mi un capuchino frio- pidió Issei mientras entregaba el menú, ignorando el pellizco de reproche que Asia le hizo en el costado.

-En unos minutos está su pedido- tomando el menú, el mesero se apresuró a entregar la orden, dejando que Issei mirara nerviosamente la furiosa expresión en la cara de Asia.

-… ¿me rio o le tomo una foto?- se preguntó seriamente Issei puesto que, por más que intentara verse estricta o molesta, lo más que lograba era verse más linda con sus brillantes ojos jade "severos", sus mejillas rojas e infladas de molestia… simplemente no podía ni asustar a un recién nacido.

Unos veinte minutos después el mesero volvió con su orden -Disculpen la demora- dijo colocándola en la mesa

-Huele muy bien- comentaba emocionado Issei tomando una rebanada y dándole una mordida, tragando rápidamente –tenia razón, también la pizza italiana debe de ser buena por obligación-.

-Umm- Asia tomó algo dudosa una rebanada, ya había probado la pizza en una ocasión junto a Irina, Xenovia y Kiryuu, pero aquella vez había sido Hawaiana (piña y jamón), y aunque no le desagradó tampoco le gustó mucho que se diga.

Esta por el contrario tenía una gran cantidad de carne, suficiente para cubrir casi toda la superficie de la pizza, lo que la ponía en una situación compleja. Finalmente reunió el valor suficiente para darle una mordida y al instante sus mejillas se pusieron rojas.

-¡Sabe deliciosa!- exclamó antes de seguir con su rebanada, comiendo con felicidad ante la vista satisfecha del castaño.

(Time Skip, una hora después, Grand Hotel Vesuvio)

-Me divertí mucho- comentaba contenta Asia, caminando a la entrada del hotel tomada de la mano del castaño.

-Me alegro- se detuvieron justo frente al establecimiento al tiempo que Issei la soltaba y buscaba en sus bolsillos, sacando un Anj de plata con una cadena a juego, una esmeralda brillaba con la luz del sol en donde estaría el orificio del Anj –no es un crucifijo, pero es parecido- diciendo eso, procedió a inclinarse para ponérselo.

Con los ojos brillantes, Asia se inclinó, facilitándole la tarea. Una vez sintió el peso del Anj en su pecho se irguió y precedió a tirar de su cabello, sacándolo de entre la cadena, antes de tomar el Anj y mirarlo contenta. Normalmente nunca usaría ese símbolo puesto que era de una religión pagana, pero siendo una demonio no podía usar una cruz real, sentir de nuevo un peso similar al que se había acostumbrado tanto cuando era humana era muy relajante. Además era un regalo de Issei.

-¡Muchas gracias, Ise-san!- exclamó contenta atrapándolo en un fuerte abrazo y besándolo dulcemente en la mejilla.

Un poco rojo pero con una sonrisa en rostro, Issei devolvió el gesto –no fue nada-.

Un carraspeo se escuchó junto a la puerta del hotel, llamándoles la atención. Mirando a la fuente, se toparon con Yuri vestida con un vestido color beige hasta la mitad de la pierna y un sombrero de ala ancha.

-Buenas tardes, Yuri-san- saludó Asia contenta soltando el abrazo.

-Buenas tardes, Asia-san, ¿disfrutaron su mañana?-.

-¡Si, fue muy divertido!- asintió antes de girarse al castaño –Ise-san, iré a descansar-.

-Ah, claro, nos vemos más tarde- asintió algo dudoso, aun en su situación, era muy extraño que tu cita de la tarde te viera con tu cita de la mañana, y que no resultara en un espectáculo publico.

-Claro, que se diviertan- con eso, Asia entró contenta al hotel, dejando a ambos castaños tratando de pensar en lo que harían ahora. Issei fue el primero en avanzar.

-Etto, te vez muy linda, Yuri-san- al escuchar el alago, las mejillas de la miko se pusieron un poco rojas.

-Muchas gracias Issei-san, también de ve bien- la respuesta fue algo formal, pero Issei no le dio muchas vueltas al asunto, Yuri era muy seria.

-Entonces, ¿vamos?- preguntó.

Yuri asintió algo roja antes de caminar junto al campione rumbo a su guía.

XXXXX

-¿Issei-san? ¿A dónde vamos?- preguntó la miko algo dudosa tras un muy largo rato en auto, parecía que hubieran atravesado una buena parte de Nápoles.

-Ya no debemos de estar lejos- fue lo que respondió asomándose por la ventana, sonriendo al visualizar algo y apuntar –ahí es a donde vamos-.

Curiosa, Yuri se asomó por la ventana y leyó un letrero en la entrada de algún tipo finca –"Capodimonte"-.

El auto entró a la finca y pasó junto otro letrero que decía "Museo", adentrándose al lugar. Minutos después se detuvieron frente a un enorme edificio que daba cierta sensación a un castillo o algo similar.

-¿Es aquí?- preguntó curiosa Yuri, mirando el enorme lugar ante ellos.

-Si, al menos la primera parte- explicó algo inseguro mientras entraban al lugar –no estaba seguro de que lugar escoger, pero cuando salimos del museo del Vaticano comentaste que te gustaría más construcciones de Italia, y pues, pensé que te interesaría este lugar-.

-Ya veo, ciertamente, tengo un cierto interés por este tipo de lugares- aceptó con una suave sonrisa.

XXXXX

-Vaya- suspiraron ambos entrando en lo que parecía un lujoso comedor bastante grande con pinturas de gran calidad en los muros.

-¿Este lugar era un palacio?- preguntó Yuri observando con detenimiento jarrones valiosos tras una vitrina aprueba de balas.

-Eso decía el folleto, la verdad, me recuerda un poco a la casa de Rias, aunque aquí es más pequeño y un poco más modesto-.

-¿Eh? ¿En-enserio?-.

-Si, era un lugar muy, sobrecogedor- reconoció con un deje de incomodidad, recordando lo mucho que lo había superado, tanto a él como a Asia y Xenovia, la primera vez que habían ido.

Yuri por su parte se mostró algo incomoda ante la idea, había estado en lugares sorprendentes en Japón gracias a su titulo como Hime-miko, pero todos habían estado más o menos a la altura de este lugar.

-Pasemos al siguiente cuarto- habló su guía. Ambos se apresuraron a seguirlo a la siguiente exhibición.

XXXXX

Habían pasado cerca de dos horas dentro de aquel lugar, viendo las piezas de arte, escuchando algo de historia de parte de los empleados y tomado muchas fotografías, y aunque habían hablado durante ese tiempo, no parecía una cita, por lo menos no para ambos castaños. Si tuvieran que decirlo, sentían que fue más como un viaje de excursión entre compañeros de clase, con suerte, entre amigos, y eso era algo que molestaba y mucho a ambos, especialmente a Yuri.

La miko no dejaba de cuestionarse en su mente si en verdad había un futuro para ambos en esto, especialmente considerando que Issei ya tenia a muchas otras chicas grandiosas en su vida que sin lugar a dudas habrían tenido autenticas citas en comparación a la suya. Sin mencionar que todos los Sekiryuutei anteriores a él habían tenido múltiples parejas, y que se tenían registros de antiguos campioni (anteriores a Voban) en la misma situación, lo que le dejaba claro que no solo era inevitable, si no que probablemente aparecerían mas mujeres en la vida del joven rey. Comparada con ellas ¿Qué quedaba para ella?

-¿..ri-san? ¿Yuri-san?-.

-¡Ah, ¿Si?!- saliendo de sus pensamientos de golpe, notó que Issei la veía fijamente, siendo que llevaba un buen rato llamándola.

-Te preguntaba si estaba bien que fuéramos por ahí- le explicó apuntando al bosque que empezaba a poca distancia del museo.

Aunque algo extrañado, ella asintió, por lo que empezaron a caminar por los caminos del bosque.

Caminaron en silencio por varios minutos hasta que llegaron a una zona un poco apartada, oculta entre los arboles y que, para el agradecimiento de Yuri, tenia una banca que la miko rápidamente usó, estando un poco agotada tras horas de estar de pie. Instantes después, Issei se sentó a su lado, pero aun en silencio.

Tomó un rato antes de que uno finalmente hablara.

-Lo siento, Yuri-san- se disculpó sinceramente el campione, confundiéndola.

-¿Por qué se disculpa, Issei-san?-.

-Bueno, por esto, por la cita- explicó rascándose la nuca, mirando a los arboles a su alrededor –ya lo dije antes pero, no estaba seguro de que lugares escoger, ni tampoco de que temas podríamos hablar así que, puede que escogiera mal el lugar-.

-No se preocupe Issei-san, la cita iba a ser en Roma, es natural que no pudiera pensar en un buen lugar tan rápidamente-.

-… la cita en Roma también empezaba en un museo, no muy distinto a este-.

-Ah…-.

-… sinceramente, no sabia a donde podíamos ir, o hacer, casi no nos conocemos, Yuri-san, no sé que te guste y que no-.

-Eso… es muy cierto- reconoció ella. No tenían ni un mes de conocerse y sus interacciones estaban reducidas a clases y la practica de meditación, simplemente no sabían mucho el uno del otro.

En ese momento, la realización golpeo la mente de la miko con fuerza. Casi no se conocían, no sabían de los gustos y disgustos del otro, y aun así, era un hecho que pudieron llevar a cabo el hechizo de [Instrucción] tan fácil y eficientemente en medio del combate contra Atenea y Perseo.

Ese hechizo era considerablemente sencillo de realizar, en situaciones normales en las que no era necesario un acto tan intimo como lo eran los besos, pero no era tan efectivo. Por el contrario, realizarlo por medio de un beso era mucho más efectivo, pero más complicado, si los corazones de ambas partes no estaban en sincronía, era imposible llevar a cabo la "enseñanza".

Eso dejaba en claro una cosa, pese a que apenas se estaban conociendo, su compenetración era muy profunda, confiaban completamente el uno en el otro.

Las dudas que tenía se despejaron y una sincera sonrisa se posó en sus labios.

-Entonces, ¿Qué tal si empezamos por ahí?- ofreció mirándolo con algo de felicidad.

-¿Empezamos?-.

-Si, charlemos, empecemos a conocernos-.

Issei parpadeó confundido unos instantes antes de sonreír él también, aunque internamente se estaba golpeando por no pensar en algo tan simple –claro, suena bien, ¿vamos a tomar algo mientras lo hacemos?-.

-Me encantaría-.

(Time Skip, media hora después, Trattoria Da Nennella)

-Las ventajas de ser un campione- suspiró el campione tomando asiento en una mesa del ajetreado restaurante. Su guía se los había sugerido, pero al llegar fueron recibidos por una muy larga fila de espera, por lo que dicho guía tuvo que actuar, valiéndose de hechizos e hipnosis para conseguirles una mesa.

-Bienvenidos, ¿Desean ordenar?- preguntó el mesero entregándoles un par de menús.

-Si, yo quisiera lasaña y un té helado por favor- pidió Yuri devolviéndole el menú.

-Para mí un espagueti a la carbonara y un capuchino por favor-.

-Enseguida- con eso, el mesero se retiró, dejando al nervioso castaño ante la estricta mirada de su cita.

-Etto, ¿Yuri-san?-.

-¿Otro café?-.

-Bu-bueno…-.

-Debe controlarse más, Issei-san, no es saludable tomar tantos-.

-Vamos, no eh tomado tantos hoy…-.

-¿Cuántos?-.

-…cuatro…- reconoció en derrota.

-¿Cuántos de esos fueron durante su cita con Asia-san?-.

-…uno…-.

-Entonces, tomó tres temprano en la mañana-.

-…-.

-En serio, pensar que desarrollaría tal adicción- suspiró derrotada antes de mirarlo con severidad –escuche Issei-san, lo mejor será que se limite a un máximo de tres bebidas de café al día, pero deberá de abstenerse de tomar una cerca del amanecer ¿entendido?-.

-S-si, entiendo…-.

-En serio- suspiró una vez más antes de relajar su expresión –si tanto quiere una bebida con cafeína, puedo prepárale té-.

-¿En serio? Por favor, el té de Yuri-san es delicioso- aceptó de inmediato, apenando a la castaña por la emoción en su voz.

-No es nada, solo sigo los pasos que me enseñaron en casa- refutó con humildad.

-Aun así, es delicioso, ni el té de Akeno-san es tan bueno- eso algo que le sorprendía. Antes tenia la idea de que solo personas mayores, con más experiencia y conocimientos que la azabache podrían superarla, y sin embargo, frente a él se encontraba una joven de su edad cuyo té era mejor -¿Será por la diferencia de educación?- se preguntó contemplativo.

Akeno era conocida como "Kaminari no miko", la "sacerdotisa del trueno", en cambio Yuri era una Hime-miko, una "princesa sacerdotisa". Jerárquicamente, eso ponía a Yuri por encima de Akeno –aunque no puedo decir que la educación de Akeno fuera completada- después de todo, quien enseñaba a Akeno a ser una sacerdotisa era su madre, Himejima Shuri, quien fue asesinada cuando Akeno era una pequeña niña. Aun si alguien continuó con su educación en cuanto a las tradiciones que seguían las miko, no debió ser lo mismo.

-Agradezco sus palabras, pero aun me falta mucho por mejorar- volvió a negar –sin embargo, ahora tengo menos oportunidades para practicar-.

-¿Es así?, ¿te enseñaban directamente en Tokio?-.

-No exactamente, en mi escuela anterior era parte del club de "la ceremonia del té", era ahí donde practicaba con mayor regularidad ya que el tiempo en que no me dedicaba a los deberes de la escuela me enfocaba en mis tareas como sacerdotisa-.

-Ya veo, ¿y por que no entras al club de la academia Kuoh? Nunca eh entrado pero sé que hay uno-.

-¿Enserio? No lo sabía, aplicaré para entrar una vez volvamos- asintió mientras retrocedía un poco, permitiendo al mesero depositar sus alimentos con mayor facilidad -¿Qué hay de Issei-san? ¿Permanecerá en el club de Rias-san?-.

-Pues, no estoy seguro, es decir, ya no soy parte de su sequito así que ya no tengo que estar en el, pero no se a que otro podría ir- algo ausentes, ambos tomaron sus cubiertos y comenzaron a comer en pequeñas porciones, por lo que podían seguir conversando.

-¿Por qué no unirse al equipo de béisbol? El profesor insistió mucho el otro día-.

-No me gusta mucho el béisbol la verdad…-.

-Bueno, supongo que puedo entender eso, ¿no tenia interés en algún otro club?-.

-Pues, si, cuando entré tenia intenciones de entrar al club de kendo-.

-¿Kendo? Pensaba que no era tan aficionado a las espadas…-.

-Bueno, no era interés en el kendo como tal- reconoció apenado, dejando sus utensilios y rascándose la mejilla, apenado –m-más bien, era por las chicas-.

-¿Es así?, continúe por favor- preguntó con la vista ensombrecida y un tono serio que no le dio buena espina al castaño.

-S-si, p-pensé que, si era bueno en algo como el kendo, impresionaría a muchas- notando Yuri parecía lista para sermonearlo ahí mismo, se apresuró a continuar –a-aunque tambien había otra razón, cu-cuando era niño me gustaban mucho los programas de héroes, y muchos usaban espadas a-así que, supongo que tambien intervino…-.

-Ya veo- asintió calmándose, sacándole un suspiro de alivio al castaño -¿entonces piensa unirse al club de kendo?-.

-No creo, aun no hay ningún miembro masculino, más que nada por que nadie pasa la prueba de ingreso- negó él, ocultando el hecho de que había tratado en una ocasión, pero siendo que las chicas del club ya sabían de él, firmaron una petición formal pidiendo que se le prohibiera unirse al club, y dado que había expedientes sobre sus actos pervertidos, los docentes accedieron a la petición por lo que ni siquiera llegó a hacer la prueba de ingreso –ahora que lo pienso, ¿Qué no Erica había hablado algo con Sona-kaichou sobre un club?- se preguntó recordando en que las vio hablando juntas unos días atrás, antes de encogerse de hombros, dejándolo de lado –supongo que ahora podría pasar la prueba, pero no creo que sea muy justo con mis habilidades actuales-.

-Puede que tenga razón…-.

(Time Skip, dos horas después, entrada del Gran Hotel Vesuvio)

-Fue una charla agradable- comentaba contenta Yuri, ambos entrando al hotel.

-Si, ahora sé más de Yuri-san, me siento más preparado para la siguiente- asintió él, algo apenado, logrando sonrojarla un poco –por cierto, Yuri-san, esto es para ti- le detuvo sacando de su bolsillo una pulsera conformada por una cadena de oro con lo que parecían ser dos cuentas de jade colgando.

-Es, ¿para mí?- repitió ella sorprendida mientras tomaba el accesorio con delicadeza, lo observó con atención unos instantes antes de sonreír y sujetarlo contra su pecho –muchas gracias, Issei-san, lo cuidaré mucho-.

Issei solo sonrió al escucharla.

(Time Skip, al día siguiente, a un costado del lago de Garda)

-Entonces… ¿es aquí?- preguntó un tanto sorprendido Issei, usando ropa ligera al igual que el resto (bermudas y playeras sin mangas para los hombres, shorts y blusas para las mujeres, salvo por Akeno, Yuri y Asia que usaban vestidos ligeros), mirando el lugar frente a ellos.

-Correcto, esta es mi villa- asintió tranquilamente Erica.

Ese día, tras desayunar temprano en el hotel tomaron un tren que los llevó prácticamente a lo largo de Italia en un viaje de poco más de 6 horas hasta Santa Maria di Lugana, una población con cierto aire costeño en el costado sur del enorme lado.

De ahí tomaron un grupo de taxis que los llevó por las orillas del lago, cambiando el escenario del típico lago para vacacionar a una frondosa montaña con una magnifica vista del lago. Tras otra hora en taxi llegaron ante una villa modesta pero muy acogedora junto al lago en donde había un puerto con varios yates anclados, algunas de las edificaciones estaban hechas de madera, otras de piedra y la mayoría eran de corte antiguo.

Avanzaron tranquilamente por el lugar hasta que llegaron a una finca bastante más grande construido con madera, la construcción tenía ciertos aires de iglesia y estaba en el punto más alto del lugar.

-Se parece a un monasterio que visitamos Irina y yo- comentaba Xenovia entrando.

-Era un monasterio, mi familia lo compró hace mucho tiempo y fue convertido en un domicilio- explicó Erica.

-¡¿Enserio?!- exclamaron las 3 religiosas.

-Si, les puedo mostrar la capilla principal si gustan- les ofreció antes de girarse a Issei y a Akeno, quien se veía de muy buen humor –Ariana se encargara de llevar sus cosas a sus habitaciones, vayan a divertirse, si lo necesitan mi yate está en el muelle numero 4, el encargado es parte de [Copper-Black Cross] así que basta con que te presentes, Issei-.

-Ah, entendido- asintió antes de ser jalado por una emocionada Akeno que llevaba un canasto de mimbre en manos.

-¡Vamos, Ise-kun!- le apresuró jalándolo hacia el mar.

XXXXX

-El agua es muy clara- comentaba Issei inclinado sobre la cubierta de un yate no muy grande pero sin lugar a dudas lujoso, el cual conducido tranquilamente por el empleado de Erica, quien generalmente se encargaba de darle mantenimiento.

-Ven Ise-kun, comamos- le invitó Akeno desde una mesa con la sesta aun lado.

El castaño se acercó de buena gana, sorprendiéndose al ver los platillos que la azabache sacaba, esperaba algo más normal para ellos, algún platillo sencillo de hacer, muy probablemente algún platillo japonés "adaptado", considerando que Akeno se había valido del vagón comedor del tren en el que habían llegado para prepararlo, en su lugar, se topó con un platillo que ya conocía bastante bien, y que todo sea dicho, no parecía complicado de preparar.

-¿Panini?-.

-Si, compré un libro de recetas italianas y me pareció buena idea probar una receta hoy- asintió felizmente sacando un par de vasos de plástico, un recipiente con un líquido verde de aspecto dulce y mucho hielo y procedía a servir para los dos.

-¡Itadakimasu!- exclamó emocionado dando un bocado al panini, al instante sus ojos brillaron -¡Está delicioso!-.

-Fufufu, me alegra saberlo- aseguró con una sonrisa poco usual en ella, la sonrisa de una chica normal de su edad.

-De nuevo está así- pensó contento mientras comía, en verdad dudaba que llegara a cansarse de la Akeno actual que actuaba como correspondía, simplemente era muy linda.

XXXXX

-Ah, que bien comí- suspiraba satisfecho minutos después de terminar, ayudando a Akeno a recoger lo que habían usado.

-No es necesario Ise-kun, yo puedo con esto- le decía no sin razón, solo habían usado unos pocos utensilios.

-Está bien, necesitamos esperar un poco antes de poder nadar- respondió con una sonrisa que pronto fue respondida.

Una vez recogida la mesa permanecieron sentados, mirando el escenario pasar frente a ellos mientras el yate se movía constantemente, con Akeno recargada en su hombro felizmente y él mismo apoyaba su cabeza sobre la de ella. Simplemente disfrutaban de la compañía del otro en silencio.

-Bueno, creo que ya pasó un buen rato- comentó Issei tras varios minutos, levantándose y estirándose un poco –hora de nadar-.

En lugar de la respuesta que esperaba, escuchó un sonido familiar. Curioso, se giró a ver a su cita, topándose con la azabache quitándose su vestido y quedando en un traje de baño blanco de dos piezas. Siendo tomado por sorpresa, Issei permaneció mirándola fijamente (y un tanto rojo) por varios minutos, viendo concienzudamente la espectacular figura femenina ante él.

-¿Nadaras así, Ise-kun?- le preguntó juguetonamente la caído, inclinándose hacia él, un leve sonrojo en sus mejillas.

-Ah, cierto- fue todo lo que respondió quitándose el calzado y la playera.

XXXXX

¡SPLASH!

¡SPLASH!

-Se siente bien- comentaba satisfecho el castaño, sintiendo el agua fresca a su alrededor.

-¿Ne, Ise-kun?-.

-¿Si?- girándose a verla, fue recibido con un torrente de agua directo a la cara.

-Fufu ¡Alcánzame!- riendo, Akeno se dio la vuelta y empezó a nadar con una gran técnica, alejándose de él.

Sonriendo, Issei se apresuró a seguirla. Esto iba a ser divertido.

XXXXX

-Estoy exhausta- murmuraba un tanto adormilada Akeno nuevamente con su vestido, apoyada contra Issei mientras volvían en el yate a tierra, el sol tras ellos estaba apunto de ocultarse por lo que el cielo estaba de color naranja.

-Si, yo también- asintió en concordancia Issei, aunque no estaba verdaderamente cansado, no gracias a las características de su cuerpo actual –pero, aun no terminamos, Akeno-san-.

-¿Eh?-.

Sonriendo a su confundida compañía, Issei se puso de pie y le ayudó a parase, dejándole notar que justo llegaban a tierra.

-Aun quedan cosas que ver- le aseguró apuntando a las calles de las villas.

Solo entonces notó como había varios puestos en las calles iluminados por el alumbrado público. Bajando al muelle, empezó a escuchar el tenue pero inconfundible sonido de bandolinas, lo que parecía ser acordeones, y otros instrumentos, dando un ambiente alegre y relajante.

Avanzaron tranquilamente por las calles, disfrutando del ambiente que los rodeaba.

-¿Hay algún carnaval o algo?- preguntó curiosa Akeno.

-No estoy seguro, solo sé que Erica sabía que habría algo así hoy- se encogió de hombros Issei.

Instantes después, se toparon con el origen de la música, un grupo de hombres con varios instrumentos que tocaban alegremente en un quiosco. Alrededor de la construcción se encontraban varias personas bailando, saltando, aplaudiendo, siguiendo el ritmo de los instrumentos.

-Se ve divertido- comentó Akeno antes de que una risa un tanto traviesa se posara en sus labios.

En un instante, sus manos se aferraron al brazo del castaño y tiró de él hacia los danzantes.

-¡Vamos, bailemos un poco!-.

-¡E-espera, no sabemos como!-.

Pero ella lo ignoro por completo y simplemente se unió al espectáculo. Instantes después suspiró resignado y se dejó llevar por el ambiente. Ambos se movían con la música y trataban de imitar lo mejor posibles a los otros bailarines, pero resaltaban por completo, era obvio que eran turistas.

Sin embargo, nadie los vio molestos ni con burla, tanto nativos como turistas solo sonrieron y les dieron la bienvenida a la convivencia.

XXXXX

-Ahora sí, estoy exhausta- afirmaba Akeno aferrada a su brazo, apoyándose en él mientras caminaban de regreso a la propiedad de Erica para dormir bajo la luna y el cielo nocturno.

-Si, ya quiero llegar a dormir- concordó el castaño, deteniéndose a unos metros de su destino –pero antes, Akeno-san- empezó hurgando en sus bolsillos ante la emocionada vista de la nefilim.

(N/a: nefilim, hijo/a de un ángel caído y un humano)

Obviamente había visto los regalos del resto de las chicas y habían hablado al respecto, así que sabía que era lo que el castaño iba a hacer.

El campione sacó un prendedor de oro con una ametista al centro –es un regalo, para que lo uses junto a tu listón- le explicó, antes de que la chica lo abrazara con fuerza y lo besara con mucho cariño, sacándole el aliento ante ambas cosas.

-Muchas gracias, Ise-kun, lo atesoraré- le aseguró con una voz bastante dulce una vez se separaron, aunque no dejó de abrazarlo, en su lugar recostó su cabeza en su pecho.

Reaccionando lentamente, Issei la rodeó con sus brazos. Permanecieron así por varios minutos, queriendo disfrutar de sus posiciones antes de ir a descansar.

Después de todo, mañana regresaban a Japón.

(Time Skip, horas después, de regreso a Kuoh)

-Al fin, de regreso en casa- suspiraba Issei entrando en su casa con el resto llegando tras él, todos pensando en ir a descansar por el resto del día en preparación al día siguiente en que debían de volver a clases.

-Oh, llegan en buen tiempo- saludó Azazel saliendo de la sala, recibiéndolos.

-¿Azazel-sensei?- preguntó confundido el castaño, apenas notando como Liliana se sorprendía al ver al caído, aunque la bruja se calmó bastante pronto, probablemente Erica le había avisado de esto.

-Issei, prepárate, nos vamos en dos horas-.

-¿Eh?-.

Antes de que pudiera preguntar algo más, alguien tocó a la puerta. Confuso, Issei fue a abrir, topándose con Amakasu seguido por siete mujeres en kimono, una de ellas de aspecto algo mayor, que hacían un visible esfuerzo por permanecer calmadas.

-Issei-san, antes que nada, bienvenido de regreso- saludó el ninja mientras se inclinaba, siendo imitado por las siete mujeres.

-Ah, gracias Amakasu-san, pero, ¿Quiénes son ellas?-.

-Verá, ellas son las mejores sastres de todo Japón, están aquí para hacerle un traje adecuado para la reunión-.

-¿Reunión?- repitió confundido el castaño, el resto de sus acompañantes estaban en igualdad de condiciones, excepto Erica.

-Si, reunión- volvió a intervenir Azazel –veras, ciertos dioses quieren hablar contigo sobre tu combate contra Atenea y convocaron a una reunión formal de la alianza, iremos yo, Miguel, Sirzechs, y obviamente tú, pero no puedes presentarte en el Olimpo con tu ropa normal-.

-Así que te prepararán ropa más apropiada para el rey del Japón- completó Erica recibiendo miradas incrédulas del resto.

-¡¿Eh?!- exclamó incrédulo el rey, antes de sentir que se aferraban firmemente a sus muñecas.

-Vamos Issei-san, no hay tiempo que perder- apuró Amakasu con una expresión divertida, jalándolo escaleras arriba e ignorando los reclamos del rey, con las 7 mujeres tras ellos.

Los otros jóvenes permanecieron firmes, parpadeando confundidos ante lo que acababan de ver, hasta que Erica aplaudió, despertándolos.

-Bueno, debo de ir a prepararme, como su mano derecha debo de ir presentable a este tipo de eventos- comentó antes de mirar a Liliana –también tú Lily, ve a prepararte, siendo su caballero deberías de venir también- entonces se giró a Yuri –y Yuri, seria bueno que también vinieras con nosotros-.

-Cierto, Amakasu ya trajo un traje para la miko- asintió Azazel antes de darles la espalda –iré a prepararme yo también, los veo en unas horas- con eso, desapareció en un sello mágico.

-… ¿Qué acaba de pasar?- finalmente habló Rias, exteriorizando las dudas de todos.

-Pues, en resumen, el Olimpo quiere hablar con los líderes de la alianza por lo sucedido en Roma, así que cinco de ellos, uno de cada facción, irán a reunirse con ellos- explicó Erica con calma.

-Creo que entiendo- comentó Liliana con calma, amasando la información –en ese caso iré a prepararme, ¿hay algún lugar disponible?-.

-Claro, Ariana te llevará a la habitación que se te asignó- le aseguró su rival antes de girarse a la miko –Yuri, también ve con ellas, te llevara a la habitación que fue elegida para ti, tus ropas deberían de estar ahí-.

-Pe-pero, yo vivo en el templo Himejima- refutó apenada, la idea de vivir con Issei era un poco demasiado para ella, aun.

-Eso es cierto, pero hay una habitación reservada para ti, para cuando te sientas lista para mudarte-.

-A-aun así, no entiendo por que debería de ir yo…-.

-Los lideres llevaran una escolta personal conformada por sus sirvientes, y tu, yo y Liliana somos los sirvientes de Ise tan simple como eso- respondió encogiéndose de hombros –aun si no tienes capacidades de combate, estoy segura que entre tu y yo podremos asegurarnos de que Ise se comporte como corresponde-.

-Yo… entiendo- aceptó con timidez, aun nerviosa ante la idea de ir a una reunión de esta índole, pero se calmaba al pensar que estaría junto a Issei, y por tanto, estaría segura –en ese caso, también iré a prepararme-.

Con eso, las tres humanas se fueron escaleras arriba, dejando tras de si a los confundidos demonios, el ángel y la espadachina.

-Yo también iré a prepararme, que descansen- con eso, Erica también se fue al segundo piso.

XXXXX

Minutos después, mientras todos habían ido a sus cuartos para regresar sus cosas, Rias había decidió ir al estudio. Estando algo nerviosa ante la idea de Issei entre tantos dioses, lo mejor que podía hacer era distraer su mente con algún libro.

Buscando entre los estantes, tomó un libro de mitología japonesa y se sentó a leer. También quería aprender todo lo que pudiera de mitos ya que compartía la idea de Xenovia, ella también quería poder ayudar a Issei a "forjar" la espada de Verethragna.

-No me esperaba encontrarte estudiando- levantando la vista, Rias se topó con Erica en el marco de la puerta, usando su traje negro y rojo de combate con su espada enfundada en su cintura, viéndola cruzada de brazos un tanto sorprendida.

-¿Necesitabas algo?-.

-No exactamente, solo venia a comentarte que ya casi nos vamos, por si querías despedirte-.

Parpadeando ante eso, Rias volteó a ver un reloj cercano y notó que, efectivamente, había pasado poco más de una hora desde que había empezado a leer.

-¿Qué lees por cierto?- preguntó curiosa entrando en el estudio.

-Algo de mitología- respondió levantando el libro, permitiéndole ver el titulo.

-¿Mitología eh? ¿Para ayudar a Ise?- recibiendo un asentimiento, suspiró antes de ver los libros en los estantes –no es mala idea, pero antes que comprender otros mitos, seria mejor que comprendieras más acerca de los que están relacionados con Ise-.

Antes de que pudiera cuestionar eso, la rubia empezó a sacar libros y a ponerlos en el escritorio en el que estaba ella. Uno era del zoroastrismo, otro era de los mitos nórdicos, otro era de los fenicios, uno más era de leyendas de la antigua Europa, principalmente de Galia, y un ultimo más fue el que colocó al centro y mas cercano a la diablesa.

-Primero lee este de aquí, y después lee los otros- le indicó.

Tomando el libro señalado, pudo leer el titulo, "Los Campioni".

-¿Por qué me das esto?- preguntó confundida Rias, extrañada ante el hecho de que Erica estaba ayudando a su rival.

-¿Cómo que "por qué"?, es obvio, si vas a permanecer junto a Ise debes de saber esto antes que nada, no puedes aspirar a ser su principal soporte si no comprendes bien quien y que es él-.

-¿Te das cuenta que me estas ayudando a desplazarte?-.

-Te equivocas, no estoy ayudándote a que me quites mi lugar- negó tranquilamente, confundiéndola –estoy entrenando a mi sucesora-.

-¿Sucesora?- repitió extrañada.

-Como el soporte de Ise, claro- Erica le sonrió un poco antes de caminar por el salón, mirando los libros un tanto ausente, antes de hablar sin cambiar sus acciones –dime, ¿Cuál era la esperanza de vida de ustedes los demonios?-.

-Diez mil años- respondió sin comprender a donde quería ir.

-¿Sabes cuanto tiempo vivirá Ise?-.

-No…- murmuró en respuesta, insegura.

-Los campioni son seres muy misteriosos, nadie sabe cuanto tiempo pueden vivir, el marques Voban tiene siglos de edad y apenas y ha envejecido en comparación, dando la impresión de que pueden vivir unos mil años, pero luego viene su excelencia Luo Hao, quien se dice se ha mantenido hermosa y joven pese a tener también varios siglos, nadie sabe si esto se debe a que Voban no le da importancia a su aspecto en tanto pueda combatir, o si hay algún extra que influya en eso, pero de momento, la mayoría ah coincidido en que la esperanza de vida de los campioni es incierta-.

-Un momento, no querrás decir qué…-.

-E Ise es aun más incierto- continuó, interrumpiéndola –después de todo, es parte dragón, y los dragones son seres ridículos, mientras más tiempo viven, más poder pueden acumular, y mientras más poder obtienen, más tiempo pueden vivir, ahora mismo, no me sorprendería que su esperanza de vida fuera mayor a la de los propios dioses, la cual supera y por mucho a la de los demonios- finalmente se giró a verla de nuevo –el podría terminar enterrándote, Rias Gremory-.

-… pero antes te enterrará a ti- respondió con un deje de tristeza.

Pero Erica simplemente se encogió de hombros –eso lo tengo claro, aun si uso recursos mágicos, lo más que lograré vivir serán doscientos años, trescientos si tengo suerte- en su voz no se escuchaba tristeza, si no aceptación –pero pasaré esos doscientos o trescientos años con él, y preparando a mi sucesora- continuó.

-Pero, ¿por qué?-.

-Por Ise claro- respondió con resolución -¿sabes? Se dice que cuando surgió como Campione, Voban era un tanto amable, no tanto, pero no era como es ahora, inclusive se dice que llegó a tener en consideración a sus sirvientes, pero el poder y el paso de los siglos en soledad lo volvieron en alguien reservado, que no le importa nada ni nadie salvo los dioses y combatir contra ellos.

-Ise puede terminar así, no solo es un campione, también es el Sekiryuutei, lo quiera o no, combatir está en su sangre, pero dado que es muy amable, y pervertido, es posible evitarlo, mantenerlo como es ahora o como mínimo evitar que se vuelva un segundo Voban, pero requiere de sus seres queridos, sus amigos, y nosotras, sus parejas, sin embargo, yo solo podré acompañarlo por un tiempo, y una vez muera, será tu deber, o el de Akeno, apoyarlo, y buscar a la siguiente-.

-¿Por qué no te vuelves un demonio? Podrías pasar mucho más tiempo con él, si quieres yo misma puedo reencarnarte-.

-No, eso es imposible, me juré a mi misma que el único al que seguiría seria a Ise, mi ser le pertenece por completo, no me inclinaré ante nadie más, ni si quiera ante ti, Rias. Además, pese a que tu corazón está con él, estoy segura que está dividido entre él y tu propia raza, dime, ¿podrías ir en contra de tu hermano o tu familia, por apoyarlo?-.

-¡Es ridículo, Ise nunca será un enemigo de mi familia o de los demonios!-.

-Ahora puede que lo sea, pero, ¿permanecerá así por siempre? No seria de extrañar que en mil años surgiera algo que los pusiera en contra unos de otros, ¿Qué harías si fuera el caso? ¿Abandonarías todo por estar a su lado? ¿Lo enfrentarías junto a tu raza? ¿O te mantendrías al margen?-.

-Yo…-.

-Si no puedes responder a eso, entonces no hay forma alguna en que aceptara reencarnar bajo tu comando, prefiero pasar el resto de mis limitados días junto a él, que una eternidad con la posibilidad de ser obligada a enfrentarlo- afirmó con decisión antes de dirigirse a la puerta, deteniéndose en el marco para mirarla por sobre su hombro –decide, Rias Gremory, con quien está tu corazón en realidad, tienes hasta mi muerte para decidir, y ten en cuenta, que no eres mi única candidata a ser mi sucesora, Akeno y Asia también lo son- con eso, salió del estudio, dejando atrás a una pensativa Rias.

-En verdad, soy una princesa consentida- murmuró para si misma, recordando la forma en que Erica se refería a ella en varias ocasiones.

Pensar que, mientras ella se preocupaba por el ahora, por quien este más cercas del castaño, Erica pensaba en el futuro, en como evitar que Issei fuera consumido por su propio poder y posición, y quería dejar a alguien capaz de permanecer a su lado como su soporte principal, como ella lo estaba haciendo ahora.

Y eso traía a flote el recuerdo de unos días atrás, cuando Issei les dijo lo que averiguó tras usar el [Billingual] en Erica. Ella estaba dispuesta a ir contra su propia familia si eso significaba ayudar a Issei. ¿Podía ella hacer lo mismo? Quería creer que sí, pero las dudas estaban firmes en su corazón, y en su mente, si su familia e Issei llegaran a enfrentarse, ¿a quien apoyaría ella? No estaba segura.

-En comparación a ella, soy muy infantil aun-.

Erica no solo permanecía junto a Issei como su pareja, también estaba dispuesta a apoyar al resto, a darles la oportunidad de pasar tiempo de calidad con Issei. Mientras que ella y el resto habían seguido (de forma muy inmadura) a Issei y Akeno a su primera cita, Erica había ayudado a planificar las citas de todas e inclusive dio el lugar para la segunda cita de Issei y Akeno.

Exigía la atención del castaño, pero no lo privatizaba, exigía respeto a su posición como la principal, una posición que, por mucho que le pesara a Rias, se merecía más que ella misma, y se aseguraba de que todas pudieran interactuar con él. Comparándose con ella, le que daba claro algo, le faltaba mucho para siquiera acercarse a ella.

-Debo crecer más- pensó con determinación –Erica tiene razón, Ise necesitará un soporte en el cual apoyarse a lo largo de su vida, y si quiero ser yo ese soporte, debo ser digna de él- pensó antes de volver a ver los libros que le había presentado. Tomó el libro frente a ella, y leyó –"Un Campione, un asesino de dioses, es un gobernante supremo…"-.

XXXXX

-¡Vamos Issei, es hora!- llamaba Azazel desde la base de las escaleras con Miguel y Sirzechs a sus espaldas, los tres vistiendo la misma ropa que usaron durante la primera reunión de las tres facciones.

Tras ellos estaban sus respectivas escoltas, Grayfia, Baraquiel (quien había hablado un poco con Akeno) y un joven rubio de ojos verdes vestido con ropas de sacerdote que se veía despreocupado. Además, tanto Rias y su sequito como Irina estaban ahí, esperando por Issei para despedirse.

-Ya voy, no estoy acostumbrado a este tipo de ropas- se escuchó desde las escaleras poco antes de que se viera movimiento en estas.

Primero bajó Yuri, vestida con su chihaya y una especie de tiara tradicional en la frente. La miko descendía con calma y elegancia, transmitiendo una sensación de dignidad sorprendente.

Tras ella bajaban Erica y Liliana, ambas con su uniforme de combate y sus espadas en sus cintos, la primera bajando con orgullo, y la segunda lo hacia de forma estoica y firme, lo que todo sea dicho, le valió un imperceptible asentimiento de aprobación de parte de Grayfia.

Pero apenas bajó Issei, más de uno abrió los ojos sorprendidos, especialmente Rias quien además era una amante de lo japonés, por lo que su rostro se puso bastante rojo.

El joven campione bajaba con cuidado, observando a sus pies para no pisar por accidente sus nuevos ropajes.

Su ropa consistía en un hakama negro, un kosode blanco se dejaba entre ver bajo el hitoe rojo brillante que cubría su torso y sobre este llevaba un haori sin mangas igualmente rojo decorado con bordados dorados de dragones que salían de la espalda, pasan por los hombros y abarcaban casi por completo el frente de la prenda. No podían verlo, pero en su espalda se veía una especie de grabado circular igualmente dorado con referencias a las 10 encarnaciones de Verethragna rodeando la cabeza un dragón de color jade, el símbolo del Sekiryuutei.

(N/a: Hakama; pantalón tradicional largo con pliegues tradicionalmente usado por samurai o, practicantes del arte de la espada. Kosode; prenda de vestir de manga corta que puede ser usada bajo las ropas o sobre estas. Hitoe; similar a un yukata o kimono pero más corto, no pasando de la cintura. Haori; chaqueta tradicional que cae hasta la cintura, la versión sin mangas (similar a un chaleco) solía ser usado sobre las armaduras de los generales samurai)

-¿En verdad tengo que vestirme así?- preguntó inseguro a nadie en general con Amakasu y las siete mujeres bajando tras él.

-Pero por supuesto, eres el rey de Japón, debes de vestirte acorde a tu titulo para una reunión entre lideres de facciones- aseguró Erica, con Liliana afirmando a su lado.

-Te ves bien, Ise-kun- le aseguró Sirzechs con una sonrisa. Casi al instante el resto de los presentes asintió y le dio halagos, que por cierto, los de Rias eran mucho más energéticos.

-Jeje, gracias- aceptó apenado antes de dejar el tema de lado –por cierto, ¿Cómo llegaremos al Olimpo?-.

-Si, sobre eso- empezó Sirzechs alzando una mano y generando un circulo mágico –uno de mis [Rook] quería venir y darte algo personalmente, pero por ciertas razones solo Grayfia me puede acompañar, así que me pidió que te lo dé-.

Lo que salió del circulo mágico fue un pequeño barco de madera que empezó a volar por sobre las cabezas de todos por su cuenta.

-Interesante, ¿no?- preguntó de nuevo Lucifer con una sonrisa satisfecha, misma que se acentuó ante al ver la incredulidad en la cara de Rossweisse.

-¡U-un Skíðblaðnir!-.

-¡¿Qué?!- repitió incrédula Liliana.

-¿Un que?- preguntó confundido Issei, mirando el barco.

- Skíðblaðnir, un barco legendario de la mitología nórdica, fueron creados por los mismos que crearon el martillo de Thor, Mjolnir, no hay muchos en existencia- explicó Erica, si bien sorprendida, se veía más satisfecha que nada.

-¿En serio?- preguntó ahora sorprendido el joven rey.

-Si, y además, evolucionará de acuerdo al aura y magia de su maestro, ¿Qué dices, Issei-kun? ¿Vemos lo que puede hacer tu aura?- preguntó Sirzechs.

-¿Eh? ¿Yo?-.

-Si, mi [Rook] decidió dártelo como un regalo de agradecimiento por apoyar tanto a mi familia, esperamos que sea tu primer familiar-.

Issei miró el barco por unos instantes antes de sonreír -¡Lo acepto con mucho gusto!-.

-Perfecto, entonces vamos afuera para realizar el ritual- indicó el Maou –por cierto, necesitará un nombre-.

-¿Un nombre?- murmuró pensativo, antes de asentir –listo, ya tengo uno pensado-.

-No se diga más-.

Instantes después todos se encontraban frente a la residencia Hyodou, salvo las siete sastres que ya se habían retirado.

-Entonces, empecemos- indicó el Maou mientras su esposa generaba el circulo mágico correspondiente bajo Issei y el pequeño barco.

-Bien- asintió el campione antes de alzar su mano en dirección al barco y canalizar su magia, recitando –Yo te comando, tu te volverás mi familiar, el familiar de Hyodou Issei, responde a este contrato, Ryuuteimaru- en respuesta, el circulo bajo ellos brilló intensamente en dorado al igual que el recién bautizado barco obligando a la mayoría a apartar la vista de ambos, por lo que solo unos pocos pudieron ver.

Brillando intensamente, el barco se alzó en el cielo y empezó a crecer exponencialmente, superando el tamaño de un autobús ante la complacida vista de los líderes, la impasible de Grayfia y Barakiel, la impresionada del sacerdote, y la alarmada de Issei.

[Fake Reality]

Cuando el brillo cesó todos pudieron ver el enorme barco, tan grande como un trasatlántico, flotando majestuosamente en el cielo. Sobre decir que Issei rápidamente creó una ilusión para ocultarlo de los humanos normales.

-Como esperaba de un campione, creció muy rápido- comentó Azazel, recibiendo el asentimiento de muchos, aunque otros aun estaban sorprendidos.

-¡¿Creció así por mí?!- entre ellos, el mencionado rey.

-Pero claro, ante alguien con tanto poder, obviamente crecería de forma brutal al recibir su magia- aseguró el caído con simpleza.

-Y es algo bueno, por que viajaremos en él- intervino el Maou –está equipado con un sistema similar al de los trenes del inframundo por lo que podrás usarlo para ir al inframundo o a otro lugar en el que lo tengan "registrado", como el Olimpo en este caso, o a donde no requiera de un "permiso", principalmente para no provocar mal entendidos con otras facciones-.

-E-es así- musitó incrédulo Issei.

-Claro, después de todo, no son muchos los que miraran con buenos ojos un navío que salga de la brecha dimensional sin permiso- explicó Azazel –como sea, ordénale que nos suba a bordo-.

-¿Eh?, ah, cierto- sacudiéndose la sorpresa, Issei se giró a sus amigos –los veo luego, ¡Ryuuteimaru, súbenos!-.

Al instante apareció un círculo bajo los líderes y sus escoltas, desapareciendo a los pocos instantes. Minutos después, el barco empezó a moverse por los cielos, dirigiéndose a una brecha dimensional que se abrió frente a el.

XXXXX

-Es increíble- comentó Issei una vez dentro del barco, encontrándose en una especie de trono de madera magníficamente tallada al centro de la cámara en donde todos estaban.

Dicha cámara se veía muy impresionante, era amplia, con grabados a lo largo de las paredes, asientos de madera de la más alta calidad con cojines de aspecto cómodo (de los cuales varios estaban alrededor del trono) y ventanales a lo largo de las paredes, dejándoles ver el cielo nocturno.

-No te quedes así Issei, comándalo, dile a donde vamos- le reprendió Azazel.

-¿Cómo?-.

-Es simple- empezó Sirzechs acercándose con una sonrisa –di "fijar rumbo"-.

-Fijar rumbo- al instante un panel se proyectó frente al campione, mostrando un mapa de la tierra. Dicha proyección tenia una barra en la parte inferior con opciones escritas en el lenguaje del infierno que Issei se apresuro a leer -¿Mapas? ¿Destinos marcados?-.

-Si, según me dijo mi [Rook], preparó un par de opciones para facilitarte las cosas, con los "mapas" te permite ver los planos a los que puede viajar y las zonas por las que puedes navegar sin preocuparte por molestar a otras facciones, y los "destinos marcados" son lugares en especifico, por ejemplo, debería haber una opción para ir al territorio Gremory, y también la opción que necesitamos ahora-.

Parpadeando ante eso, Issei hizo amago de oprimir la segunda pestaña y al instante el mapa de la tierra fue remplazado por un listado de lugares previamente marcados, la lista era bastante grande y el Olimpo no se veía, así que decidió probar verbalmente –al Olimpo-.

En respuesta, a lista se movió para mostrar la opción seleccionada y el barco empezó a moverse, desapareciendo por la fisura dimensional recién abierta.

-Así que esta es la brecha dimensional- comentaba Erica viendo el escenario multicolor por las ventanas.

-Bueno, deberíamos de llegar en unas cuantas horas- comentó Azazel cambiando a una puerta cercana seguido de Baraquiel –iré a explorar, un barco legendario sin lugar a dudas es interesante-.

-Tiene un buen punto, si no le molesta, Issei-dono, me gustaría dar un vistazo- solicitó más formalmente Miguel.

-Ah, adelante Miguel-san- asintió antes de enfocarse en la proyección frente a él, notando que ahora mostraba varias opciones más.

-Muchas gracias, entonces si me disculpan- con eso, el líder del cielo y su escolta salieron también.

Sirzechs simplemente se sentó en un asiento cercano con Grayfia a su lado y se dedicó a ver al joven campione con una sonrisa.

-Son muchas opciones- comentó Erica sentándose en el respaldo derecho del trono, mirando junto a Issei la proyección.

El castaño simplemente asintió mientras jugueteaba con las opciones, logrando cambiar de alguna forma el idioma a japonés, por lo que ambos pudieron entender más fácilmente.

Yuri y Liliana simplemente se entraron en los asientos más cercanos al trono y se dedicaron a observar también la proyección ante el castaño, interviniendo en unas cuantas ocasiones.

XXXXX

Varias horas después, un mensaje apareció en la proyección ante la vista del campione y su escolta, los cuales apenas y habían despegado la vista de esta, curiosos ante todo lo que mostraba el navío.

-Parece que ya vamos a llegar- comentó Liliana leyendo el mensaje.

Issei asintió –activar altavoz interno- usó uno de los comandos que había visto en una lista hace un par de horas y un símbolo apareció en la proyección –Azazel-sensei, Miguel-san, estamos por llegar-.

Minutos después, todos estando de regreso en el puente, justo a tiempo para ver un portal abriéndose fuera de la brecha dimensional, permitiéndoles salir ante lo que parecían ser enormes montañas saliendo de entre las nubes con construcciones griegas en sus simas. La luz del sol tras ellas dándoles un brillo glorioso que sacó el aliento a las humanas y el campione.

-Issei, ahí- indicó Azazel apuntando a lo que parecía un muelle en la montaña centrar, la cual también era la más grande de todas –bajemos ahí-.

-Entendido, Ryuuteimaru- ante el comando de su maestro, el enorme barco viviente avanzó al muelle.

Apenas llegó a este, un hombre volando arrojó un tipo de cuerda que brillaba intensamente a un poste en el costado del barco y empezó a tirar, bajando al muelle y enredando la cuerda en un poste junto al muelle.

-… no me esperaba eso- murmuró Issei, pensando que bastaría con que Ryuuteimaru permaneciera flotando junto al muelle, pero se encogió de hombros y despejó su mente –Ryuuteimaru, extiende la plataforma de descenso- indicó poniéndose de pie al tiempo que una especie de rampa surgía en el costado del barco y se movía hasta formar un puente entre el muelle y la cubierta.

-Aprendiste rápido los comandos- comentó Azazel mientras todo el grupo se dirigía a la salida.

El campione se encogió de hombros –Ryuuteimaru vive y es inteligente, no hay mucha ciencia en comandos como esos-.

-Tienes un punto-.

-Un momento- murmuró el campione deteniéndose ante la rampa, mirando cierto vehículo también presente en el muelle –ese carruaje…-.

-Vamos Issei, nos esperan- le empujó Azazel con normalidad.

En el muelle los esperaba el mismo hombre que había atado el barco. Era de complexión atlética, cabello castaño y ojos grises, vestido con una túnica griega ligera blanca que en su espalda se extendía para cubrir sus piernas dejando el frente descubierto, llevaba una armadura ligera en los brazos, pecho y unas sandalias que cubrían hasta la rodilla y con lo que parecían ser alas.

(N/a: el atuendo es el de Hermes de God of War)

-Es un placer recibirlos, mi nombre es Hermes y fui enviado por mi padre para guiarlos ante él- saludó dando una respetuosa inclinación –por aquí- indicó antes de girarse y caminar hacia el monte.

Eso hizo parpadear a Issei y sus acompañantes más jóvenes, pero el resto simplemente le siguió en silencio. Se apresuraron a seguirlos desde unos cuantos metros atrás.

-Ise- llamó Erica, atrayendo la atención del castaño y las miko –sin lugar a dudas quieren hablar sobre Atenea, se prudente-.

-Entendido- asintió él mientras avanzaban entre las magnificas construcciones similares a los templos griegos y romanos, en perfectas condiciones y con un aire de divinidad prácticamente emanando de ellas.

Finalmente llegaron al templo mayor en lo que parecía el centro de esa montaña. Dicha construcción era enorme, tanto que varios dragones del tamaño de Tannin (de su verdadero tamaño) podrían entrar sin muchos problemas. Sus puertas eran casi tan grandes como el lugar mismo y permanecían cerradas. Frente a estas había dos hombres de pie.

Eran casi idénticos salvo por el color del cabello y los ojos. Ambos eran hombres corpulentos, de poco más de metro ochenta de altura. El cabello de ambos era medianamente largo hasta los hombros y barba corta y arreglada.

Uno era rubio y ojos dorados. Vestía una túnica blanca que dejaba al descubierto el pectoral derecho, o lo haría si no hubiera ya una armadura dorada cubriendo dicho pectoral. Dicha armadura se perdía dentro de la túnica, dando a entender que cubría todo su torso. Sus ante brazos y piernas estaban revestidos de esa misma armadura.

El otro era de cabellos negros y ojos azules. Vestía una armadura plateada en el torso, con una túnica blanca surgiendo bajo esta y cubriendo hasta la mitad de sus piernas, a partir de donde más armadura plateada estaba presente.

-Los eh traído, padre- habló Hermes inclinándose ante el rubio.

-Buen trabajo- asintió el dios antes de girarse a los recién llegados y hablar con orgullo –sean bienvenidos al Olimpo, yo soy Zeus, rey de los cielos y el trueno-.

-Yo soy Poseidón, señor del mar- se presentó el otro de la misma forma.

-Sirzechs Lucifer, rey de los demonios- se presentó a su vez el Maou, siendo imitado por los otros dos.

-Azazel, líder de Grigori-

-Miguel, actual líder del cielo-.

Con eso, ambos dioses enfocaron su vista en el castaño, quien se tensó ante las serias miradas de ambos, pero se mantuvo tan tranquilo como podía. Aunque todo sea dicho, listo para activar una autoridad.

-Hyodou Issei, Sekiryuutei, séptimo campione y rey de Japón-.

-Hyodou Issei, tenia muchos deseos de hablar contigo tras lo sucedido en Roma días atrás- asintió Zeus antes de señalar a las puertas a sus espaldas –entremos-.

Notando como todos los adultos parecían esperar a que el avanzara primero, Issei dio un rápido vistazo a sus compañeras antes de avanzar a la puerta, la cual se abrió una vez estuvo ante ella. Los ojos del castaño y sus compañeras se abrieron por completo una vez vieron lo que había del otro lado.

-Llegan un poco tarde- saludó el propio Odín sentado junto a otros muchos dioses alrededor de una enorme mesa llena de comida de aspecto apetitoso y todo tipo de bebida –mira que llegar tarde a tu fiesta- negó el viejo dios antes de tomar de una copa.

-¿Eh?- murmuró el castaño confundido.

-Por aquí- le indicó Hermes guiándolo a la mesa, indicándole cuatro asientos vacíos.

-Por favor Issei-dono, tome asiento- pidió Miguel con calma, él y el resto ya sentados en la mesa mientras que su acompañante miraba muy fijamente la comida.

Aun sacudido, Issei tomó lentamente asiento, con Erica a su derecha, Yuri a su izquierda y Liliana a la izquierda de ella. Una vez todos estuvieron sentados, Zeus se puso de pie y tomó una copa.

-Hyodou Issei, en agradecimiento por, no solo tratar de convencer a la Atenea [desencadenada] de volver, si no también por protegerla del rey de la espada, Salvatore Doni, te ofrezco este banquete-.

Eso no se lo esperaba, ni él ni sus acompañantes humanas.

-¡Por Hyodou Issei, el dragón de la justicia y rey de victoria!- brindó Zeus.

-¡Por Hyodou Issei!- brindaron el resto.

Mientras el castaño seguía tratando de comprender lo que estaba pasando, el ambiente rápidamente se volvió alegre a su alrededor mientras todos comían con gusto, especialmente la escolta de Miguel.

-Vamos Ise, no te quedes con la boca abierta, esto está delicioso- le incitó Erica, siendo la primera en recuperarse y mirarlo con una sonrisa que mostraba su satisfacción.

Pronto, Yuri también reaccionó sonriendo amablemente al rey. Liliana también reaccionó, pero se dedicó a ver todo esto con incredulidad.

-Pero, esto…- decía aun confundido el castaño.

-¡Vamos, anímate!- incitó un dios castaño de cara alegre y bonachona salido de ningún lado, pasando un brazo por el cuello del castaño -¡Bebe un poco de vino! ¡Hice mi mejor vino para tu banquete!-.

-Ah, pero…-.

-¿Es que no tienes hambre?- intervino otra voz a sus espaldas, una femenina y muy seductiva. Girándose a ver quien había hablado, Issei abrió los ojos como platos y se sonrojó al ver una hermosa diosa de cabellos rubios y ojos claros vestida con una túnica que apenas y cubría sus enormes pechos y mostraba sus firmes y tersas piernas -¿o es que tienes otro tipo de hambre? Si es el caso, yo puedo ayudarte con eso- afirmó lamiéndose los labios.

Issei tragó fuertemente, antes de sentir dos fuertes pellizcos en sus brazos. Apenado, y algo asustado, hizo un ademan de disculpa hacia la seductiva diosa y volvió a girarse a la comida.

-L-lo siento, Erica, Yuri- se disculpó con ambas que lo veían molestas.

-Ah, es bueno ver un amor tan fuerte- suspiró otra diosa desde el otro lado de la mesa, viendo contenta al campione y a las dos chicas a su lado.

Issei siguió viendo a todos lados, terminando de comprender lo que pasaba, antes de finalmente sonreír algo apenado y tomar algo de comida.

XXXXX

-Estuvo delicioso- suspiró contento Issei habiendo terminado de comer y estirándose en su silla satisfecho.

-Ciertamente, como uno esperaría de la comida de los dioses- asintió igualmente satisfecha Yuri, pero aun manteniendo una imagen impecable.

-Yo quisiera saber cuan bueno es el vino, pero alguien no me deja probarlo- se quejó Erica.

-No, ni hablar, no necesito que te pongas ebria aquí- negó el castaño.

-Concuerdo con su majestad, debes comportarte Erica- aportó Liliana.

Erica simplemente miró a otro lado molesta ante la divertida vista de Issei y la satisfecha de Liliana.

-Disculpe, joven rey- habló una voz a sus espaldas, resultando ser el propio Poseidón -me gustaría hablar con usted, en privado-.

-Claro- asintió el castaño poniéndose de pie y mirando a la rubia –volveré pronto-.

-Entendido-.

Con eso, dios y asesino de dioses salieron del salón y caminaron bajo el cielo estrellado.

-En verdad, todos en el Olimpo estamos agradecidos con sus acciones, joven rey- empezó el dios.

-No, esta bien, mis intenciones son apoyar a la alianza de las facciones, y el Olimpo es un posible aliado…-.

-Un aliado- rectificó el dios –tras esto, Zeus y yo coincidimos que es el mejor curso a seguir-.

-¿Enserio? ¡Es genial saberlo!- exclamó contento Issei antes de ponerse un poco más serio –hay algo que me gustaría preguntar-.

-¿Qué seria?-.

-Cuando traté de convencer a Atenea, se negó, y mostró mucho repudio ante la idea de volver aquí, con su padre, me gustaría saber la razón-.

Eso hizo que el dios se detuviera, siendo imitado por el campione.

Poseidón suspiró con arrepentimiento antes de hablar –estoy seguro de que, a estas alturas, abras escuchado del mito de Atenea y su nacimiento, de su madre siendo devorada por Zeus mientras aun estaba embarazada, todo por el miedo a que fuera hombre y lo superara-.

-Si, lo eh escuchado- asintió con algo de duda –entonces, ¿es cierto?-.

-No por completo, los mitos que circulan entre los humanos no son cien porciento exactos, pero hay cierta verdad en ellos. En este caso, es cierto que hubo una profecía al respecto que aterró a Zeus, la principal diferencia es que no la devoró, él la absorbió, pero la energía de ambas, Metis y el bebe fue mucho para él, y no le quedó de otra más que expulsarla de golpe, solo que nadie esperaba que de la energía divina surgiera una pequeña bebe-.

-Atenea-.

-Correcto- asintió el dios antes de reanudar su paso –una vez vio a la pequeña, Zeus comprendió su error, especialmente por que la profecía hablaba de un hijo varón, no de una niña, y cargó con el peso de la muerte de Metis desde entonces. No lo justificaré diciendo que tenía sus razones, pero ese error ah sido uno que ah lamentado por miles de años, y que sé que lamentará por siempre. Atenea, la verdadera, lo sabia y lo perdonó, pero…-.

-Atenea [desencadenada] no- completó el campione.

-Correcto, y gracias a ti, aun hay una posibilidad de que mi sobrina vuelva con nosotros, en verdad te estamos agradecidos- repitió el dios antes de levantar la mano, evitando que hablara –pero no es por lo único-.

-¿A no?-.

-No, o por lo menos, no en mi caso. Dime, ¿sabias que en su momento, Melkart y yo fuimos amigos?-.

-¿Enserio?- eso puso algo nervioso al castaño.

-Bueno, más que amigos éramos rivales- rectificó –yo lo respetaba, y el me respetaba a mí. Cuando escuché que un Melkart [desencadenado] había surgido me alegré ante la posibilidad de que mi rival volviera, pero cuando le pedí a Hermes que revisara su lugar de resurgimiento, me enteré de que planeaba hundir la tierra donde fue adorado y reconstruir su culto- explicó mientras seguían avanzando.

-Sabía que el verdadero Melkart no se perdonaría si eso sucedía, pero para cuando me decidí a bajar para someterlo y llevarlo a su reino, me enteré de que su muerte, y la de Verethragna, dio nacimiento a un nuevo asesino de dioses-.

Eso hizo que Issei se tensara, listo para pelear si era necesario.

-Te estoy agradecido por detener al Melkart desencadenado-.

Resultó no ser necesario.

-No se preocupe, no podía quedarme de brazos cruzados si inocentes peligraban-.

-¿Un verdadero héroe, eh? Es reconfortante saber que alguien como tú se volvió el séptimo campione-.

-No soy tan genial- negó con pena.

-Je- pero el dios solo soltó una leve risa que dejó en claro que no se lo tragaba ni por un segundo –pero bueno, ¿sabes por que te traje fuera del banquete?-.

-¿No fue para hablar?-.

-Cierto, pero no seria necesario ir tan lejos. Además de querer hablar contigo, hay algo que me gustaría mostrarte, en mis establos personales- le aclaró apuntando a la enorme construcción frente a ellos.

Confundido por eso, Issei siguió al dios dentro del edificio, sorprendiéndose al encontrarse con lo que parecía ser un enorme lago techado iluminado por esferas de luz que flotaban cerca del techo.

-Melkart y yo teníamos muchas en común, pero una en especial, era nuestro gusto por ciertas criaturas- dicho eso, Poseidón alzó una mano.

En respuesta, el agua del lago se agitó de improviso y dos criaturas emergieron de esta, muy cerca de la orilla, y se dirigieron a ambos relinchando con brío. A primera vista parecían caballos, en lugar de pelaje, estaban cubierto por escamas, uno grisáceo con el vientre perlino y el otro color rosa pálido, ambos eran de ojos amarillos, en ligar de la crin, una aleta dorsal membranosa, como la de un pez, iba desde la sima de la cabeza hasta la base del cuello, mirando atentamente sus patas delanteras que martillaba constantemente contra el agua, notó que eran extremadamente anchas en la base.

Una vez en la orilla, ambas criaturas salieron a tierra e Issei pudo ver que sus patas traseras eran similares a las de los caballos pero con unas aletas a lo largo de estas, y en lugar de la cola de los caballos normales, tenían una larga cola de pez.

-Magníficos, ¿no es así?- preguntó Poseidón caminando hacia las criaturas y acariciándolos, a lo que estos se mostraron alegres y se acercaron más –son hipocampos, los corceles del mar-.

-Vaya- murmuró sorprendido Issei, acercándose también.

-Estos pequeños y yo competimos muchas veces contra Melkart y los suyos, nuestras carreras eran emocionantes, si me permites decirlo- comentó el dios girándose a verlo con una sonrisa –aunque él prefería un tipo un poco más, especial- dicho eso, se llevó una mano a la boca y silbó fuertemente.

Nuevamente el agua del lago se agitó y otros tres salieron del agua, pero los ojos de Issei se abrieron en sorpresa al ver una muy clara diferencia con los hipocampos de antes.

Los nuevos tenían alas, alas cubiertas de escamas que recordaban a las alas de los dragones.

Las tres criaturas mitológicas planearon hasta ellos, bajando a tierra suavemente. Fue en ese momento que Issei, quien se acercaba un poco absorto a estos, pudo reparar en el aspecto que tenían.

Dos eran un poco más grandes, uno era completamente blanco con ojos amarillos, y el otro era de color grisáceo con un par de líneas negras en el lomo y tenia los ojos color violeta. El tercero, el más pequeño de los cinco por un ligero margen, era igualmente blanco con una marca negra en la frente y tenia los ojos violetas.

-Veo que compartes el gusto de Melkart- la voz de Poseidón lo hizo saltar. Girándose, pudo ver al dios mirándolo con una sonrisa de entendimiento antes de asentir en dirección a los hipocampos alados –cuando Melkart murió, sus sirvientes decidieron confiarme a mí sus dos hipocampos favoritos, el pequeño en medio de ellos es su cría- le informó.

-Son increíbles- comentó sinceramente Issei estirando su mano hacia ellos.

El joven se movió antes que los dos adultos y dejó que lo acariciara, sacándole una sonrisa al campione.

-Veo que le agradas- comentó satisfecho el dios, acercándose –es bueno, seria problemático si no le agradara su nuevo maestro-.

-¿Eh?- musitó incrédulo.

-Es un regalo, en agradecimiento por proteger a mi sobrina, y por detener a Melkart, y espero que sea las bases para una futura amistad y, ¿Por qué no? Una pequeña rivalidad no estaría mal-.

Issei permaneció con la boca abierta, no sabiendo como reaccionar, hasta que logró calmarse y sonreír agradecido.

-Muchas gracias, lo acepto con gusto-.

-¿Te parece si lo sellamos con una pequeña competencia?- preguntó un tanto emocionado el dios –una carrera, tres vueltas al establo y regresar aquí, ¿qué dices?-.

La sonrisa de Issei se volvió retadora -¡Claro!-.

-¡Perfecto, vamos Vortex, hora de un pequeño ejercicio!- escuchando su llamado, el hipocampo grisáceo se acercó al dios, permitiéndole montarlo al instante.

Issei se giró al joven hipocampo –necesitas un nombre- musitó -¿Qué tal, Hydron?- el hipocampo relinchó con energía –parece que será Hydron, ¡Bien, vamos a ganar!- con eso, Issei saltó sobre el recién bautizado Hydron y miró retadoramente al dios.

-Muy bien, saldremos en cuanto esta moneda toque el agua- indicó el dios sacando una moneda.

Ambos se alinearon en dirección al lago, mirando fijamente la moneda surcar el aire y car en el agua. Al instante, ambos hipocampos salieron disparados, comandados por sus emocionados jinetes.

Desde la entrada del establo, Azazel miró esto con una sonrisa satisfecha antes de girarse y volver al banquete.

-En verdad, es un campione extraño-.

Fin del capitulo.

Ok, fue mucho más largo de lo que esperaba, llegué a pensar en que seria mejor dividirlo en dos, pero al final decidí dejarlo en uno solo, principalmente por una razón. ¡Ayer subieron el último volumen de Campione completamente traducido! Joder Akat, como los quiero. En fin, en conmemoración a eso fue que decidí mantenerlo en un solo capitulo.

También, aclaro que ya completé el volumen y joder, lo tendré duro cuando lleguemos a eso pero puedo asegurar que será condenadamente EPICO.

En fin, ¿Qué les pareció el capitulo? ¿Se esperaban todo esto? ¿Qué tal las citas? La verdad, la de Yuri me costó horrores hasta que mandé mi idea original a la basura y los hice charlar, ahí ya todo fue más natural.

Pero bueno, tengo que ir a solucionar un problema con mi PC (problemas con el sistema operativo, tuve que recurrir a mi recurso de emergencia para completar el capitulo y subirlo... me esta gustando Ubuntu, si no fuera por que muchos juegos no funcionan bien en sistemas Linux...) así que pasemos a los review:

GhostPichichi97: gracias, espero pasaras una agradables fiestas.

Miguelzero24: Gracias, es bueno saber que quedaron bien.

Soulalbarn18000: Gracias, es bueno saber que tienes en tan buena estima mi fic. Por cierto, ya están las respuestas del capitulo 9. Espero te gustara el capitulo, hasta luego.

CCSakuraforever: gracias, espero que este capitulo también te guste.

Rondaldc v2: si, quedé muy satisfecho con las citas de Irina y Xenovia, espero haber logrado algo igual de bueno en este capitulo. Y si, ahora Draig por fin puede responder jeje, Yuri sin lugar a dudas tiene un carácter interesante que le será de ayuda. Hasta pronto Ron, prospero año nuevo.

ReyEvolution: Gracias, es bueno ver que estoy haciendo un buen trabajo con las parejas. Sobre formalizar una relación, antes quiero lidiar con el tema de Ama no Murakumo, pero después de eso… ya veremos, cero spoiler por ahora. Espero este capitulo te guste, hasta luego.

Leknyn: Me alegra saber que te gustó, y haré lo posible por no fallar esta vez con Dead Zone. Espero este capitulo te guste también, hasta luego.

Logan: Te comprendo, Xenovia también es mi favorita de DXD. Bueno, pasaron muchas cosas en el capitulo, ¿Qué te pareció? Bueno, nos vemos en la próxima, hasta luego.

Guest: Aquí esta el 11, que lo disfrutes.

Bueno, es todo por ahora, hasta luego.