Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
La vista de todos los reclusos se dirigió a la puerta, Scorpius no solo vio a un chico a lo lejos caminar hasta un guardia, y fue todo de lo que pudo ser testigo, ya que el resto de la población de presos se levantó para ser parte del espectáculo, como Brian no se puso de pie, él se quedó en el mismo lugar, sin decir absolutamente nada, comiendo tan aprisa como podía, por si las cosas se salían de control, pudiese salir corriendo, pero al menos con algo en el estómago.
—Ese maldito gorila solo sale para hacer un escándalo que lo regresará al aislamiento.
—Pero eso es bueno, ¿no? –Preguntó Scorpius –sus secuaces, digo ¿no estarán limitados de poder en su ausencia?
—Solo un poco, el idiota de Takhon, estará a cargo, y no es mucho mejor que el idiota de James, créeme, por una razón se hicieron inseparables en cuanto se conocieron.
— ¿Dices que entre ellos hay ese tipo de relación? –Cuestionó Scorpius, sorprendido.
—No, no lo creo –se encogió de hombros Johnson.
—Bueno, como dices que aquí no hay nadie que se exente de los arrebatos carnales, James no debe ser la excepción, ¿o sí? –Lo observó.
El silencio de Brian le dejó claro a Scorpius que había atinado a sus conjeturas, lo cual lo hizo pensar, ¿qué pasaría con él cuando tuviese esa clase de necesidades? En el pasado había sido alguien sino promiscuo, al menos sí bastante activo sexualmente, y dudaba que la masturbación fuese suficiente para él, aunque la idea de tener sexo con otro tipo, le repugnaba bastante, para ser honesto.
—No sé cómo le hacen para olvidarse de que es un tipo con el que… ya sabes –se sacudió la idea.
—No es la gran cosa –se encogió de hombros –bueno, mientras seas el de arriba, ¿sabes a lo que me refiero? –Se burló.
—Por lo que dices de las bienvenidas, no te dan a elegir.
—Bueno, eso depende de quién te toque, por ejemplo, Gregor, todos dicen que el círculo cercano a James es activa, pero… le veo cara de pasivo, si tienes la suerte de que el pasivo se obsesione contigo, no la pasarás tan mal.
—Forzosamente…
—No, normalmente la mayoría después de la bienvenida, puede elegir, con quien meterse, a menos, que sea en tu caso, que Gregor está obsesionado contigo.
Scorpius observó sobre su hombro con discreción, el tipo estaba observándolo con demasiado interés para su gusto, pero no hizo nada para dar problemas y justificar que lo violaran en las duchas o en su celda, mientras más tranquilo se llevara las cosas, mejor.
—Por cierto, Scorpius, ¿James no te visitó antes de que lo llevaran a aislamiento?
—No, ¿tenía que hacerlo? –Preguntó elevando una ceja.
—Para darte la cátedra que tanto le gusta darle a los nuevos, sobre la jerarquía de Azkaban, te sugiero que agaches la cabeza, y contestes todo lo que te pregunta de buena forma, si lo haces enojar, posiblemente termines como mi anterior compañero.
—Gracias por las sugerencias, las llevaré a cabo tanto como pueda.
—Por tu bien, espero que así sea, odiaría tener que limpiar de nuevo la sangre de la celda, bueno, a menos que te visite cuando salga, ya no serás mi problema.
Los días para Scorpius avanzaron un poco tensos, cuando Alex Takhon desaparecía, Gregor lo rondaba, no podía ni ir al baño porque el tipo lo rondaba como abeja a la miel, no sabía si realmente estar un poco bajo la protección de Brian lo detenía o porque no hacía movimiento alguno, pero lo agradecía, ya tenía suficiente con las miradas obscenas que le otorgaba en las duchas mientras se bañaban; ese tipo le daba tanto asco, pero su obsesión por él era clara.
—Tu compañero se desapareció –soltó Alex Takhon, sentándose junto a él –dime ¿sabes a dónde fue?
—No me da explicaciones de nada, yo no pregunto.
—Oh, eres un perrito fiel –se burló.
—Podemos decir lo mismo de ti, ¿no es así? –Soltó enfadado, apretó la quijada una vez que se dio cuenta de a quién le respondió en ese tono, pero solo lo hizo sonreír.
—Yo no soy perro, pero sí fiel –informó Alex.
—No sé por qué, todo aquí parece funcionar a la perfección contigo al mando, ¿por qué tienen a un tipo que la pasa más en aislamiento que suelto?
—Esto es la prisión, nadie es realmente libre, ni está suelto, y bueno, está en aislamiento, ¿eso no te dice de lo que es capaz de hacer? –Se burló –nadie quiere arriesgarse.
—Bueno, son mayoría, podrían quitarlo sin problemas.
—Ah, chico, lo que tienes de lindo, lo tienes de imbécil –se burló –dile a tu amigo que si vuelve a desaparecer, cojeará el resto de sus miserables días, ¿puedes con ese recado?
El chico se alejó de Scorpius sin decir nada o preguntar algo sobre su persona, así que se relajó, aquella actitud de irreverencia fue bien tomada, pero solo por esa ocasión, no aseguraría que lo dejara pasar de nuevo, y menos si alguien más estuviera presente, solo le bastaba recordar la media golpiza que le dio a Brian el día que salió de aislamiento, no quería pasar por eso también.
—M—
Los escapes de Brian eran cada vez más seguidos, aunque le había dado el mensaje, el chico se había reído y dicho que cada vez faltaba menos para que saliera de ese sitio, que no le tenía miedo a alguien como Takhon, que al final de cuentas, no tenía permiso de ponerle una mano encima.
—Deberías ir buscando a alguien que te mantenga a salvo –le aconsejó Brian –ser la perra de Gregor te dará inmunidad directa, meterse contigo sería como meterse con el mismo James, esa clase de inmunidad te daría ese tipo.
—Jamás pasará –bufó –ese tipo me da asco, no quiero estar cerca de él de ninguna forma.
—Llevarle los mandados y recados te hará tener un poco de carácter, tienes que saber una cosa, no puedes darte esas actitudes de niño mimado, esto es la cárcel, Scorpius, y por muy Malfoy que seas –se burló –al final de cuentas, tu familia no te ha dado su respaldo, ni siquiera un buen abogado tienes, aquí, eres una rata más.
—Soy un Malfoy, mi familia no dejará que me pase nada.
Brian soltó una risa divertida. —Pues tienes dos opciones, o eres la perra de Gregor, o te haces a la idea de que te volverás el escusado de todo el que quiera usarte, así funcionan las cosas, hay muchos dándote miradas obscenas –le sonrió.
La inquietud de Scorpius creció a partir de ese momento, no pudo dormir para nada bien, cuidando de que nadie se atreviera a tocarlo mientras estaba dormido, cada pequeño ruido lo ponía sobre alerta, estaba demasiado paranoico, y para colmo, el calendario marcaba que a Brian le faltaba mes y medio para salir de la cárcel, eso lo dejaría completamente desprotegido, tenía que hacer algo, pero rápido, tenía que armar un plan.
Lo más factible, es que se metiera a una pandilla que lo mantuviera a salvo, pero en esa sección, la gran mayoría era parte de la de James, y eso significaba ser el novato, y nada bueno traía aquello, tenía que pensar en algo mejor.
Observó a su alrededor, ver a jóvenes apenas mayores de edad, llevar y traer mensajes "para sus jefes", así que esa era una opción, aunque no le agradaba mucho, su abuelo se burlaría de nuevo de él, por verlo ser el mandadero, pero si eso le ayudaba a quitarse a Gregor, lo haría.
Se acercó a varios tipos, que se limitaban a mirarlo de arriba bajo, y se burlaban, terminando de darle la espalda, sí, él jamás había sido bueno para esa clase de trabajos, en una jerarquía ajena a la Malfoy, era normal, que ni los de más abajo, lo quisieran aceptar, por su falta de liderazgo y decisión.
—M—
Un mes, solo un mes le restaba a Brian para salir de Azkaban.
Y él no tenía absolutamente nada resuelto, el chico estaba un poco incómodo porque James había salido de aislamiento esa tarde, pero para fortuna de Scorpius le había tocado ayudar a lavar la ropa, así que se la pasó todo el día en la lavandería, sin meterse en problemas, fue hasta el baño, relajado por lo tranquilo que había sido su día.
—Tardaste –dijo la voz de Gregor –dime, ¿te estabas manoseando ahí dentro? –Se acercó con una sonrisa.
—Claro que no –soltó indignado.
Scorpius quiso salir pero el hombre le cubrió el paso, era más grande y musculoso que él, así que lo acorraló fácilmente, unió sus labios a los del rubio que sintió de inmediato una arcada, quiso vomitar pero el tipo no lo dejó, su mano grande y torpe fue hasta el miembro de Scorpius, que estaba completamente petrificado ante lo que estaba pasando.
Brian todavía no había salido de Azkaban, ¿por qué a él lo estaban atacando en el baño? No tenía lógica alguna, lo empujó tan fuerte como pudo, y Gregor se hizo hacia atrás, con el ceño fruncido, enfadado y decepcionado porque el chico no tuviese una erección para ese momento, pero con todo el asco de Scorpius, eso jamás pasaría.
—Bien, quise ser gentil, ser versátil, dicen que es bueno, pero… no funcionó contigo, así que…
Lo giró bruscamente, la mejilla de Scorpius estaba contra las baldosas de la ducha, pudo sentir la mano de Gregor en su trasero, apretándolo, como si eso funcionara para alguna cosa, se removió como loco cuando la boca del hombre se apoderó de su oreja, pudo sentir la lengua caliente y húmeda del hombre removerse en su oído, así que ya que nada le impedía, terminó vomitando.
Cuando Gregor se hizo atrás a causa de la aversión, Scorpius salió corriendo, aunque patinó a causa del vómito, pero alcanzó a llegar a su celda bastante agitado.
—Parece como si se te apareció un fantasma –se burló Brian.
—Gregor –soltó agitado.
—Ah, ya te violó –soltó como si nada.
—No, me escapé.
—Ya te lo dije, Scorpius, o buscas a alguien más arriba que él, o te vuelves…
El rubio salió de su celda apresurado, posiblemente era el primer lugar en el que el otro hombre lo buscaría, así que después de preguntarle a otro preso, entró apresurado a una celda.
Alex Takhon estaba de pie, un hombre castaño de ojos azules estaba acostado sobre la litera de abajo, riendo divertido, el rubio se quedó quieto por un momento, había al menos cuatro hombres ahí, a todos los conocía, menos al castaño, supuso que era James, todos lo observaron cómo esperando una explicación, pero él se quedó quieto, temeroso, pero aun así, su piel se erizó en el instante que la "deidad", lo observó con intensidad.
— ¿Quién es este tipo? –Cuestionó, su voz sonó grave a oídos de Scorpius, pero no le pareció desagradable para nada.
—Es la obsesión de Gregor –informó alguien al fondo –te dije que no era la gran cosa.
— ¿Quién le dijo que podía pasar aquí como si nada? –Observó a sus hombres.
—Nadie –se atrevió a pronunciar Scorpius.
—Lárgate –ordenó.
—No –los hombres lo sujetaron de los brazos –no, primero vas a escucharme.
James se puso de pie de forma lenta, aquello le advirtió a Scorpius que era peor que si lo hubiese hecho de manera rápida y explosiva, los hombres que lo sujetaban lo soltaron y se hicieron a un lado, el castaño se acercó demasiado al rubio, que tuvo que levantar la mirada un poco, sus ojos eran completamente hipnotizantes a esa distancia.
—Dame una razón para no matarte ahora mismo –ordenó.
—Quiero ser tu perra –soltó apresurado.
James se alejó de Scorpius apresuradamente, sus ojos se abrieron en demasía, como si fuesen a salirse de sus cuencas, y aquello no le gustó para nada, lo sujetó del cuello de forma violenta y estrelló su espalda en la pared, casi fuera de sí.
— ¿Crees que soy uno de esos malditos raritos? –Gritó enfurecido.
—Y-Yo…
—No va a contestarte si lo sigues ahogando, Jamie –lo sujetó del hombro Alex y lo alejó –explícate, ahora –le ordenó a Scorpius.
—Bueno, me dijeron que solo podía sobrevivir aquí si me volvía la perra de alguien, y… Gregor acaba de intentar violarme en el baño…
—Le dieron permiso –informó el moreno recargado en las rejas.
—Pero, ¿por qué? Yo no quiero…
—Tienes que tener en claro la jerarquía, yo le di el permiso –soltó Alex encogiéndose de hombros.
—Eso no me interesa –bramó James –quiero que me digas ¿Quién te dijo que yo?
—Brian me dijo que… ser la perra de alguien poderoso, evitaría que me tocaran, así que… de ser la perra de Gregor, prefiero ser la tuya, eres el jefe, después de todo, tú me darías más privilegios.
Alex soltó una risita, y se cubrió la boca cuando James volteó furioso a verlo, sin previo aviso lo golpeó, pero no con demasiada fuerza.
—Johnson, Johnson, tentando tu suerte a tan poco de salir –bufó James, observando por el pasillo, en dirección a la celda de Brian.
Alex dio una orden no verbal y los otros sujetaron a Scorpius, para que no siguiera a James y Alex.
—Pero, ¿qué pasó, qué dije mal?
—Al jefe no le gusta que piensen que es un maldito homo –informó el chico.
—Yo… yo no…
—Te ofreciste a ser su perra –se burló del rubio –dime, ¿Qué crees que significaba eso?
—Su… su sirviente.
Los tres hombres se empezaron a reír de él, como si fuese lo más gracioso que hubiesen escuchado en el mundo, Scorpius tragó saliva, sin duda había metido la pata, pero no quería que Gregor o cualquier otro le hicieran lo mismo, detestaba la idea de que un hombre lo tocara de forma sexual, él tampoco era un homosexual.
—Solo espero que no terminen otra vez en aislamiento –dijo uno de los hombres –sería el colmo, y más por alguien como Johnson, pero por fin se le terminó la inmunidad, diablos, quisiera estar ahí.
Scorpius no volvió a ver a James ni a Takhon, pero después de un rato que le pareció eterno al rubio, lo dejaron ir, volvió a su celda, pero no pudo entrar, se quedó quieto, observando la imagen delante de sus ojos.
Brian Johnson tenía una de las sábanas enrollada en el cuello y colgaba de los barrotes de la puerta, su rostro con una expresión de miedo que no olvidaría jamás, era su culpa que hubiese terminado así.
Un guardia lo empujó y otro se apresuró a ayudarlo a bajar a Johnson, mientras Scorpius se quedaba aturdido por el miedo.
