Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
Alex observó a James que estaba de bastante mal humor desde que el rubio nuevo le había dicho abiertamente que quería ser su amante, todos sabían lo mucho que le desagradaba que pudiesen pensar en él como un rarito, un maldito homo, había llegado a donde lo había hecho para evitar que alguien más se atreviera a ponerle una mano encima, bueno, Alex llegó a Azkaban un poco después de que James Sirius Potter, se volviera una leyenda, por lograr derrocar al ex mandamás de la prisión, cuando éste posó sus ojos en él, dispuesto a hacerlo su perra personal.
—No lo entiendo –se animó a decir, mientras se recargaba en la barda y encendía un cigarrillo –Johnson hizo cosas peores, pero, ¿solo porque medio insinúo que podrías tener a ese chico como tu perra?, ¿en serio, James?
—No voy a dejar que él ni nadie piense o se atreva a tener esa estúpida idea cruzando su mente, de mí, siendo un maldito homo.
Le quitó el cigarro y le dio una calada larga, seguía bastante enfadado, ni siquiera desquitarse con Brian Johnson lo había calmado, vaya, ni siquiera ahorcarlo por su atrevimiento lo había hecho sentirse mejor, nadie, nadie, absolutamente nadie, se atrevería a dudar de su sexualidad, o si lo hacía, externarlo.
—De cualquier manera, habló mucho antes de irse al infierno –arrojó el cigarro al suelo y lo apagó pisándolo.
—Ya que está muerto, por tus propias manos, ¿vas a decirme por qué gozaba de una inmunidad?
— ¿Por qué no me habías dicho que el nuevo es un Malfoy?, mejor dicho –elevó una ceja, bastante serio.
—Gregor no lo mencionó, tampoco Johnson, y no recuerdo haberle preguntado al nuevo su nombre, al menos no completo.
—Estoy rodeado de imbéciles, mejor dicho.
James regresó con sus secuaces, los observó a todos, Gregor estaba de mal humor, pero no dijo ni se quejó sobre su fracaso con Malfoy, se limitó a mirar el suelo, con un ceño bastante fruncido.
— ¿Por qué ninguno de ustedes, imbéciles, me dijo que ese chico es un Malfoy? –bufó.
Todos se miraron unos a otros, y comenzaron a balbucear, intentando librarse de un castigo bastante merecido, ya que ninguno al parecer le había tomado tanta importancia con él, y menos, por el hecho de que Johnson se había dedicado a medio protegerlo con la poca inmunidad que el mismo James, le había proporcionado.
Negó de nuevo y avanzó hasta su celda, lo único que quería era descansar, se había deshecho de Johnson, más que por haberlo llamado marica, porque le había dejado de servir, estaba por salir de Azkaban, por lo tanto, los movimientos de los Malfoy pasaban a manos de su hijo.
—Ese tipo carece de mi simpatía –dijo antes de alejarse mucho –no me opongo a que Gregor o cualquier otro, lo hagan su perra, es más, pueden tenerlo entre varios –aceptó.
La queja de Gregor fue bastante audible, pero no dirigida a James, sino en general, había algunos interesados en el nuevo, unos solamente por curiosidad otros como Gregor, porque lo llamaban algo así como amor a primera vista.
—Eres consciente de que acabas de sentenciar a ese chico a algo atroz, ¿no?
—En serio, Alex ¿crees que me afecta en algo?
—Sé un poquito más maduro e inteligente, es nuevo, obviamente no sabía lo que decía ni de tu homofobia.
—Yo no soy homofóbico, simplemente no me gusta que digan que soy uno de ellos –se justificó.
—Yo no le encuentro diferencia, a mí no me molesta, y mira que tampoco me atraen los hombres.
—Genial por ti.
—Además tienes que tomar en cuenta, que no a todos se les da tan bien como a ti el celibato o la masturbación.
—Di tu sermón en la parroquia más cercana, Alexander –bramó –no me interesa si te gusta o no que te llamen rarito, a mí no me llamará nadie así, ¿feliz?
—Pues quizá el nuevo es como tú, y tampoco le guste la idea de un montón de presos queriendo violarlo.
—Alexander –dijo perdiendo la poca paciencia el castaño –si ese tipo está dispuesto a venir a mi celda, y quitarme el liderazgo de los hombres, lo esperaré, mientras tanto, no es ni un poco parecido a mí, y hay un maldito rarito en su interior.
James pudo controlar su mal humor después de un rato, cuando su mejor amigo cerró la bocota que tenía, y el lugar quedó en completo silencio, bueno, todo lo que podía quedar en silencio.
El sueño lo venció mientras pensaba en lo que le había dicho su hermana, e imaginándola vestida de novia, sin duda le gustaría estar ahí, y aunque pudiese salir, no creía que a su familia le pareciera normal que fuera capaz de algo así.
Ahora lo único que tenía en mente, era llamarle a Polly Chapman, para una visita conyugal, que claro que no eran esposos, ni siquiera le gustaba, pero de eso a quedarse siempre con las bolas llenas, era una opción que estaba dispuesto a tomar.
Después de la ducha, James caminó tranquilamente a su celda, sacudiendo su cabello castaño con los dedos para quitar el exceso del agua, gruñó cuando al girarse, se encontró con el nuevo.
—Fuiste tú –lo culpó.
—No suelo atribuirme cosas que no hago, y hago muchas cosas, así que –hizo un ademán.
—Asesinaste a Brian Johnson.
—Oh, lo hice, ¿y qué? –Se encogió de hombros.
—No puedo creer que puedas estar tan tranquilo como si no hubieses arrebatado la vida de un inocente.
—Un inocente, dices –soltó una fuerte carcajada, que puso nervioso a Scorpius –dime, ¿has visto a tu alrededor? ¿Recuerdas en dónde estamos? –Negó –nadie aquí es realmente inocente.
—Él... iba a salir libre...
—Lo sé, pero un asesino como él –negó –pero veo que no te dijo que era de los tuyos.
—De los míos, ¿a qué demonios te refieres con uno de los míos? No soy un maldito homo, si es lo que piensas –bufó Scorpius –yo sugerí ser tu perra porque pensé que era un sirviente, al que peor trataban, aun así, tener un jefe importante te daba ciertos beneficios, como no ser violado.
— ¿Realmente eres un Malfoy? –Cuestionó confundido –porque si lo eres, no comprendo porque Johnson no te dijo que era uno de los subordinados del negocio familiar Malfoy.
—No es posible –negó.
—Me habían dicho que el heredero Malfoy era un excelente líder, y un digno oponente, no un –lo observó con asco –maldito chiste.
— ¿Tú quién demonios te crees para hablarme así? –Lo empujó enfadado.
—El demonio que maneja Azkaban desde las sombras, niño –le sonrió –y es mejor que te mantengas muy alerta, porque no me agradas, y no obtendrás ninguna clase de beneficio, ninguna de las otras pandillas te acogerá, o yo mismo los destruiré, y ninguno de mis hombres podrá hacerte exclusivamente su perra, debiste conformarte con Gregor, él te hubiese tratado como el principito que estás acostumbrado a ser fuera de aquí –se burló.
—Prefiero terminar colgado en mi celda, antes de que un maldito raro de tus hombres me toque de esa manera –bufó.
—Pues buena suerte, niño, no me interesa lo que pase contigo.
James observó al recién llegado, Alex saludó con un ligero movimiento de cabeza al rubio, y se sentó relajado esperando a que continuaran con la charla.
—Y yo que consideré la posibilidad de disculparme –se burló Scorpius.
—M—
La vida en Azkaban era un asco, sin Brian que lo ayudara, realmente no había podido dormir bien, tenía miedo que si cerraba los ojos, Gregor o cualquier otro de los sirvientes de James fuera tras él, había dicho que estaba enfermo y cuando pensó que podía dormir un poco, el doctor le envió los saludos de James, aclarándole que ni siquiera la enfermería sería una escapatoria de sus garras.
Maldito fuese el momento en que decidió volver y disculparse con el idiota que asesinó a su amigo.
Estaba bastante agotado, ni siquiera prestó atención a sus alrededores, se distrajo y bajó la guardia al respecto de todo, solo y solo hasta que alguien le impidió abrir la puerta recordó que tenía que estar atento de todo a su alrededor.
—Deberías dormir –dijo alguien que no reconoció –tu bonito rostro luce bastante mal de tantas horas sin dormir, Malfoy.
Scorpius tragó saliva, provocarlo no iba a servirle de nada, solo tenía que quedarse callado, rogando porque perdiera el interés en él.
—Quítate, Peter, si no vas a tomar la iniciativa.
La mirada de Scorpius se elevó hasta la otra voz, no solo había una persona, sino al menos siete, aquello sin duda no iba a terminar para nada bien, no para él.
—Bien, bien –sonrió –dinos, ¿vas a cooperar?
—Creo que no –se burló otro cuando Scorpius trató de correr.
Uno le dio un fuerte golpe en la boca del estómago, sofocándolo de inmediato, sus rodillas golpearon el piso tan de repente, que sintió una descarga demasiado espantosa.
—Veamos, niño bonito, qué tan bueno eres chupando pijas.
Todos los hombres lo rodearon, mostrando sus miembros mientras comenzaban a masturbarse rodeándolo, sus ojos se abrieron, mostrando su terror.
— ¡Ayuda! –Chilló.
—Nadie va a venir a ayudarte –le informaron.
Diciéndole eso, al que habían llamado Peter, lo sujetó del cabello de forma brusca, acercando su rostro a su miembro, los escuchó recitar las reglas, que solo dirían una vez y tendría que memorizar, porque jamás se repetirían.
Morder al tipo, sería una sentencia de muerte garantizada, y aunque se lo había dicho a James, realmente no quería morir, por eso no hizo nada cuando su boca fue llenada con la virilidad de Peter, sus manos fueron sujetas para que masturbara a dos de ellos, mientras el hombre provocaba cada vez más arcadas en él, al introducir su miembro de forma brusca y tanto como le fuera posible en la boca del rubio.
No pudo evitar que las lágrimas comenzaran a brotar, la mano de otro hombre fue hasta el miembro de Scorpius y comenzó a masturbarlo, mientras que otro, apretaba su trasero, rondando la entrada de su ano, Peter abandonó el interior de su boca, dándole paso a otro prisionero, que fue un poco más salvaje con Scorpius.
—Este tipo está defectuoso –murmuró el tipo que lo masturbaba –me duele la muñeca, y no se le para.
—No lo estás tratando bien –sugirió otro.
—O no le gustas, quítate, déjame intentarlo a mí.
El miembro de Scorpius pasó por al menos tres manos diferentes, pero ninguno obtuvo el efecto esperado, así que lo empujaron de bruces al suelo, alguien colocó su pie en su espalda, un líquido caliente lo salpicó, así que se removió.
—Te daré una cortesía que no le he dado a nadie –admitió Peter –te dejaré elegir la pija que más te guste, para llenarte primero el trasero.
—Suéltame –se removió –esa es la cortesía que quiero, malditos homos asquerosos –bufó en un tono grave, a causa de que tenía la garganta un poco lastimada.
—Rechazó la cortesía, el último que hizo eso, fue James, ¿no?
—Sí, y dudo que el golpe de suerte de ese bastardo pase dos veces seguidas, lástima, niño, quería ser gentil.
Había perdido la poca simpatía que esos hombres habían sentido por él, el dolor más agudo que había sentido en su vida, como si lo estuvieran partiendo en dos, alguien se empujó en su trasero sin misericordia alguna, sacando y empujando en su interior como si quisiera sacarle los intestinos, o machacarlos desde adentro.
— ¿Puedo unirme, jefe? –Preguntó alguien.
—Sé nuestro invitado, ¿cierto, niño bonito? –Le jaló el cabello, llevando su rostro hacia atrás, cosa que uno de ellos aprovechó para penetrarle la boca con fuerza.
El dolor punzante aumentó de nuevo, cuando sintió que le introducían otra cosa en el trasero, el aullido de dolor fue acallado con el miembro que arremetía en su boca.
—Vuelve a hacerlo, se sintió tan bien aquí atrás –dijo Peter.
—Y aquí adelante, vamos, vuelve a hacerlo –empujó más en su boca.
Un par de dedos comenzaron a pellizcar sus pezones, provocando más dolor, una presión se aligeró en su trasero, pero el alivio no duró demasiado, ya que la agonía se volvió a apoderar de él.
Esos hombres estaban siendo demasiado despiadados con él, tanto que en un momento comenzó a perder por lapsos pequeños el conocimiento, la vista se le puso más borrosa cada vez y sus extremidades se aflojaron en las manos de sus atacantes.
— ¡Qué demonios están haciendo! –Escuchó que alguien gritó.
—Cierra el maldito pico, únete o lárgate, escuchamos que él no tiene la mínima simpatía de James, así que podemos hacerle lo que queramos.
— ¡Pero tiene la mía! –dijo el hombre que les pidió que se detuvieran.
—Ya lo dijimos, tú no eres nadie, únete o lárgate, ¡vamos!
—X—
Scorpius despertó en la enfermería, un enfermero estaba revisándolo, le sonrió amable pero no dijo nada, así que volvió a cerrar los ojos y a abrirlos.
— ¿Qué fue? ¿Qué fue lo que pasó?
—Bueno, una fiesta forzada, claramente –informó el hombre –fuiste violado por once reos –le recordó.
—Y no tuve la suerte de morirme –dijo con pésame.
—Por fortuna sobreviviste, aunque claramente tienes el ano desgarrado, posiblemente si Takhon no interviene, seguramente si hubieses muerto.
La información no le ayudó de mucho, lo dejaron salir de la enfermería a las dos semanas, y al tercer día de su estadía en el área común, le dijeron que tenía una visita.
Esa noticia lo emocionó, posiblemente su abuelo o su padre, pero se decepcionó al ver al hombre moreno de ojos azules, que se puso de pie al verlo, se abotonó su saco y le sonrió apenado.
—Scorpius Malfoy –el rubio asintió –Alper Kaplan, soy tu nuevo abogado, o eso será, si aceptas la propuesta que tengo para ti, de parte de las autoridades británicas –le sonrió alegre.
