Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
Tal como le gustaba a James, nadie dijo nada, ni siquiera movió un dedo para ayudar a Alex, que ya lo tenía un tanto harto con esa actitud de quererse lucir porque no le hacía nada a pesar de sus atrevimientos cada vez más osados, tenía que mostrar que nadie se pasaba de listo si él no lo permitía.
—Te hice una pregunta –soltó en un tono severo.
Hizo más presión para que Alexander no pudiese contestar, y aunque se removió queriendo soltarse, lo presionó aún más para no permitirle conseguir más oxigeno del que ya tenía en sus pulmones.
—No te escucho, perra, de hecho, nadie te escucha –lo presionó más –dime –observó a Scorpius -¿escuchas a tu jefe? –Cuestionó.
Scorpius negó apresurado, al parecer la forma desesperada en que negó hizo que el castaño soltara al hombre que jaló aire de forma desesperada, para conseguir una patada en el estómago, sofocándolo todavía más.
—Bien, ahora que te ha quedado claro tu lugar, puedes explicarle a tu sirviente lo que sucede si me hacen perder la paciencia –volvió a observar a Scorpius con atención, frunciendo el ceño –y alguien denle un sándwich, está muy flaco.
Su comentario hizo que los demás soltaran una risa divertida, cortando aquel aire de tensión que había estado creciendo, se alejó sin prestarle más atención a su alrededor, ser el jefe tenía sus ventajas.
Regresó a su celda, sacó de su escondite el fajo de billetes y comenzó a contar, tenía que comenzar a pagar por la información antes de que los guardias se cansaran o diera señales equivocadas.
—Es por eso que tu reinado es mejor que el de cualquier otro aquí, deidad –le sonrió el guardia.
—Lo sé, no olvides que quiero información de cada visita que tienen los nuevos.
—Pues no es tan nuevo –informó el guardia contando los billetes –pero al parecer, alguien le ha pagado un buen abogado al rubio ricitos de oro.
— ¿Seguro que es un buen abogado? –Elevó una ceja.
—Se ve que cobra al menos unas tres mil libras por hora, sino es que más, su traje era bastante caro, y no creo que sea británico, bueno, quizás un maldito mestizo –comentó.
—Como sea –cortó los insultos racistas, después de todo, su mejor amigo era birmano-británico.
—Lo sé porque fue la primera visita que tuvo desde que llegó, y fue después de que lo atacaran en el baño.
—Mantenme al tanto, quiero saber todo, si puedes escuchar lo que dicen…
— ¿No es más fácil que lo golpeen un poco o que le mandes a los raritos que les gusta follar hombres?
—Eso es muy común en estos lugares –le recordó James.
—Cierto, pero hay unos que realmente le encuentran el gusto, y si me lo preguntas, deidad, ten cuidado con ese, porque parece que lo voltearon tan rápido como le metieron mano.
James hizo mala cara ante ese comentario, pero ahora que Alex lo había vuelto su sirviente, no había mucho que hacer, suspiró enfadado, tenía que decirles a los guardias que ahora era parte de los suyos.
—Ese tipo ahora es escolta de Alex –le informó.
—No entiendo por qué tienes a un maldito mestizo como segundo –gruñó –al menos Peter era un verdadero británico.
—Porque hace mejor el trabajo que esos verdaderos británicos –bufó James.
—Te mantendré al tanto –levantó los billetes y se alejó de él.
James siguió haciendo su recorrido, observó con disimulo a los nuevos que parecía que se habían unido en lo que podría ser un nuevo grupo, se detuvo en la puerta que daba al patio, se cruzó de brazos y frunció el ceño.
—Dios viendo sus dominios –se burló Peter.
—No me parece divertido –bufó.
—Bueno, yo no dije que lo fuera, ni siquiera para el que nos ve de más arriba puede serle divertido ver la mugre que domina –sonrió.
—Ya, ¿qué demonios quieres? –gruñó.
—El chico rubio –comentó, sujetando a James del hombro –lo quiero para mí, su trasero es demasiado bueno como para desperdiciarlo.
—Es posesión de Alex ahora.
—Vamos, James, los dos sabemos que Takhon es más hetero que tú y yo juntos –sonrió, haciendo que la mirada asesina del castaño se posara en él.
—Solo bromeo, no te pongas a la defensiva de inmediato –se encogió de hombros –pero no puedes desperdiciar a alguien así solo porque tu amiguito se encaprichó con protegerlo, es más, ¿por qué ese repentino interés por la mascota de Johnson?
—La verdad es que no me interesa para nada.
—Ni siquiera si está buscando como reemplazarte.
—Tal pareciera que tienes información importante, Peter.
—Podría ser, solo te recuerdo, que incluso los Dioses del Olimpo cayeron en desgracia por uno de tierras lejanas, que usurpó todo a su paso –golpeó su espalda.
—Lo tendré en cuenta.
Regresó al patio una vez que terminó su rutina de pagos, observó a todos sus hombres, que se comportaron en cuanto lo vieron, solo Gregor estaba distraído, observando al rubio que estaba intentando seguir el ritmo de Alex en la barra.
— ¿En qué celdas quedaron los nuevos? –Preguntó.
—Uno quedó en la 409, los otros quedaron cerca de la celda del imbécil de Peter –informó Steve.
—La 409 es de nuestro sector, ¿quién más está ahí?
—Él –informó Gregor observando al rubio, con ojos de tonto.
James puso los ojos en blanco, no le gustaba estar entre tanto romance de raritos, se giró para observar al rubio, que se soltó de la barra, cayendo de lado, haciendo un gesto de dolor.
—Ni fuerza en los brazos tienes –bufó Alex –dime, ¿alguna vez has hecho algo más que pedir las cosas en la boca?
—Nunca fue necesario hacer este tipo de cosas.
—Los beneficios de ser un rico hijo de papi.
—El imbécil eres tú –soltó James –no puedes poner a un novato con ejercicios avanzados, tienes que iniciar con lo más básico.
—Ah, ¿quieres entrenarlo tú entonces?
—No tengo por qué, es tuyo, no mío.
—Solo mi sirviente –le recordó.
—Si no quieres, Peter me dijo que está muy interesado en tenerlo para él, así que –se encogió de hombros.
—No vas a permitirlo, ¿cierto, jefe?
—No es mi mascota –les informó –lo cuidan, lo alimentan y si se muere, se encargan ustedes.
—No es un perro de verdad, es un ser humano –le recordó Alex.
—Los perros son más leales y mejores que los seres humanos, si me preguntas –se encogió de hombros –y deja de jugar, tengo un par de cosas que hablar contigo.
Alex asintió, le hizo un ademan a Scorpius y los dos siguieron al castaño hasta la celda, el hecho de tener que soportar ahora al rubio en lugar de a Gregor no le agradaba mucho.
—Bien, ¿qué te puso de mal humor?
—Aprovechando que traes a tu mascota –se acercó a Scorpius –dime ¿qué tan dispuesto estás realmente a ser uno de nosotros?
—Lo suficiente si eso me mantiene alejado de los demás –admitió.
—Bien, tienes tu primera encomienda –le informó.
—M—
Scorpius se hizo el dormido cuando su compañero llegó a su celda, el hecho de que tuviera que informar directamente a James y no a Alex lo ponía demasiado nervioso, no tenía la mínima idea porqué su respiración se agitaba cuando se acercaba a él, o su piel se erizaba cuando el castaño le otorgaba una mirada, por enfadada que fuera, quizás era porque le parecía realmente atractivo.
Se removió incómodo por el rumbo de sus pensamientos, no recordaba haberse sentido así anteriormente cuando un tipo se le acercaba, ni siquiera notar que era realmente atractivo, como cada que veía a la deidad.
Apretó la quijada, no, no podía haberse convertido en un rarito solo porque un montón de tipos lo violaron, ¿o sí? Se giró bruscamente ante esa posibilidad, su respiración se agitó, no podía ser así, no, se negaba rotundamente a ser uno de esos con manías raras.
Observó al otro hombre que estaba guardando algo en uno de sus calcetines, la sola idea de tener que hurgar en ese lugar le produjo arcadas, pero era eso o que pensaran que no estaba de lado del grupo de James.
— ¡Malfoy! –Lo llamó un guardia, mientras estaba en el patio, haciendo abdominales.
— ¿Sí? –Preguntó.
—No me hables así –el guardia lo golpeó en la espalda cuando se puso de pie –no olvides tu miserable lugar aquí.
Scorpius no dijo nada, suponía que la inmunidad que le daba ser uno de los seguidores de James, no incluía a los guardias de Azkaban, aunque parecía que al castaño y a Alex, los respetaban y no se metían con ellos, salvo que fuera muy necesario.
—Tienes visita –le informó –muévete –lo empujó haciendo que cayera sobre sus rodillas.
El guardia se acercó a él, para desgracia del rubio, cuando levantó la mirada, su rostro había quedado en su cintura, tragó saliva, aquello desde otra perspectiva, parecería que le estaba dando una mamada, o algo por el estilo.
—Tal parece que después de esa fiesta, estar en tus rodillas te gusta demasiado, ¿no, Malfoy? –Se burló el guardia –Peter te dejó muy bien entrenado, y solo fue una vez que se divirtió contigo, digo, ¿tan bueno fuiste con la boca? Podría…
Sintió la mano del guardia acariciar su cabeza, y sujetarlo del cuello para pegarlo a su entrepierna, aquella acción le fue suficiente a Scorpius para darse cuenta que eso no era lo suyo.
—Será después de tu visita, pasaremos un buen tiempo –acarició sus labios –te lo aseguro.
—No creo haber escuchado un consentimiento por su parte.
Scorpius se tensó al escuchar la voz de James a sus espaldas, el guardia hizo una mala cara al verlo, así que soltó al rubio de mala gana, sin perder su atención al castaño.
—Para ser un derecho, te gusta mucho arruinar la diversión, ¿no es así? No veo en qué te afecta nuestra diversión.
—No me interesa que te diviertas, pero no con él.
— ¿Lo quieres para ti, Potter? –Se burló.
Podía ser nuevo, pero sin duda sabía que las palabras que eligió el guardia no eran las correctas, lo que le sorprendió fue que el castaño simplemente apretó las manos en puños, al parecer, su poder terminaba ahí.
—Digo, que ni siquiera se lo dejaras a Peter, por los buenos tiempos, significa que por fin llegó quién te sacara lo rarito.
—Dijiste que tengo visita –intervino Scorpius rápidamente, poniéndose de pie.
—Mejor no te exaltes, Potter –lo golpeó suavemente en el pecho con su bastón, otorgándole una sonrisa fanfarrona –digo, no quieres volver a aislamiento, ¿o sí?
Scorpius observó a James meditarlo un momento, elevó la vista, el sol iluminó más su rostro, haciendo que sus ojos azules se vieran de un tono más intenso, pareciéndole extremadamente hermosos, lo vio sonreír de lado, jaló el bastón, sorprendiendo tanto al rubio como al guardia, su cabeza se estrelló en la del policía, haciéndolo sangrar de inmediato, su pie se estrelló en su estómago y después dio un pisotón en sus partes íntimas, y repitió esa acción, le dio a Scorpius el bastón.
Se quedó quieto sin saber qué debería hacer, el castaño lo observó y luego al hombre en el suelo, y elevó una ceja, haciendo obvio lo que quería que hiciera, así que tragó saliva, él nunca había sido parte de aquellos actos cuando estaba en la organización de su familia, era demasiado débil de estómago.
—Claro, que no puedes ir a ver a tu visita lleno de sangre.
La mano del castaño sujetó la de él de forma accidental cuando lo despojó del arma, se limpió la cara de la sangre del tipo en el suelo y sonrió divertido, antes de soltar el primer golpe.
Avanzó hasta la sala de visitas completamente en shock, no podía creer de lo que había sido testigo, a pesar de eso, el castaño no terminó en aislamiento como le habían advertido.
—Parece que viste un fantasma –le dijo Alper Kaplan con una ceja levantada al verlo.
—Y-Yo… bueno, es una cárcel, lo que se ve aquí dentro, no es menos aterrador que el infierno –informó.
—Bueno, tengo que preguntarlo, mis superiores quieren saber tu respuesta sobre… ¿qué te ocurrió?
Kaplan lo sujetó de la mano, así que los ojos grises de Scorpius observó a lo que se refería, su mano estaba manchada de sangre, pero parecía como si alguien que hubiese estado sangrando lo hubiera acariciado en la mano, pensar en esa posibilidad lo hizo sentir un calor inmenso subiendo por todo su cuerpo hasta su rostro.
—Fue una pelea –informó –nada serio –mintió.
—Bien, mis superiores quieren tu respuesta al trato.
—No lo sé.
—Scorpius, sabes que cooperar con nosotros, te beneficiará, ¿cierto? Tu familia no ha hecho el mínimo por intentar sacarte de aquí, te dejaron a tu suerte, y lo único que te pedimos a cambio de reducir tus cargos y por lo tanto la posible sentencia, es que nos des información sobre James Sirius Potter.
—No es tan fácil como lo haces pensar –informó.
—Quiere decir que realmente está bastante podrido ahí dentro.
—Yo no dije eso –se apresuró a negar.
—No hace falta que lo confirmes, pero ponte a pensar, tendrás que pasar toda una vida en este lugar con él, haciendo de Azkaban un infierno en su poder.
—Pero… él es…
—Tienes que ganarte su confianza, sin importar qué, volverte cercano a él, si es posible su mano derecha.
—Eso jamás va a pasar, Alexander Takhon tiene ese lugar y…
— ¿Hay algo entre ellos?
— ¿A qué te refieres?
—Algo sexual, entre esos dos, Brian Johnson lo mencionó, que sospechaba que a pesar del intento de Potter por parecer un macho hecho y derecho, la forma en que dejaba que ese chico hiciera y deshiciera, le daba a pensar que eran pareja, al menos sexual.
Scorpius soltó una risa divertida. —Lo dudo, realmente dudo que eso sea una posibilidad, él es demasiado hetero.
— ¿Takhon o Potter? –Inquirió Kaplan.
