Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, ojalá sea de su agrado la historia.


Scorpius volteó a ver a Gregor, le sorprendía lo fácil que aceptaba ser «mercancía dañada», nunca habían hablado de las razones por las cuales habían terminado en Azkaban, pero esa frase de "A veces te topas con uno que le darías la vida entera, y a veces, se la das". Le provocaba una extraña sensación de vacío.

—Sí, pero es difícil que el primer tipo con el que te enganchas, sea un homofóbico, ¿no? –Se burló –es más sencillo salir de Azkaban por la puerta principal siendo absuelto de todo cargo, a que alguien así… te haga caso.

—Bueno, no es como si tu no lo fueras –se burló Gregor.

—Cierto –admitió el rubio, llevándose la mano a los labios.

Tenía mucho que procesar, el hecho de su reciente atracción por los chicos, bueno, uno en específico más que en general, quizás haber pedido ese beneficio le serviría para definir realmente si lo suyo eran las chicas y los chicos, o solo uno de ellos.

—Por cierto, está muy contento, ¿qué ocurrió, lo sabes?

—Encontré información de mi compañero de celda, y tuvo sexo con una tal Polly.

—Polly es su novia –le informó Gregor –la mayoría de las veces, sus encierros de semanas en aislamiento no son más que sexo desenfrenado con ella.

—Ya veo –suspiró.

—Sé que no debería decírtelo, pero es para que no te tome desprevenido, a veces lo visita en su celda, haciéndose pasar por enfermera, todos solemos salir a quedarnos ahí y escucharla gritar tan fuerte –negó –si te hace feliz, no me gusta para él.

—No es como si fuese a encontrar muchas chicas aquí encerrado, ¿no crees? –se burló.

—Te sorprendería sus influencias.

—Cierto –aceptó, volviendo a observarlo.

No sabía en qué momento se había vuelto tan extrovertido, hablar con Gregor como si fuesen los grandes amigos, bueno, al final, era lo único que tenía en Azkaban, tenía que comenzar a confiar en alguien, solo esperaba que ese tipo fuera confiable, por lo poco que le había dejado ver, no era el macho violento que aparentaba siempre con los demás, había un lado suyo que parecía ser una buena persona, y podía asegurar que de tener pareja, sería demasiado dulce y detallista, la imagen del hombre regalando flores o chocolates a otro chico, le pareció divertida, pero se limitó a sonreír.

—Espero que eso pueda quedar entre los dos, Gregor.

— ¿En serio crees que correré a decirle a James que te gusta? –Negó.

—La verdad, es que aún no sé en quién puedo confiar en este lugar, ¿Quién no me dice que te conviene más ir a decirle que hay un tipo detrás de él?

—Para comenzar, ya te lo dije, James robó muchos corazones en cuanto pisó Azkaban, ¿crees que él no es consciente de que le parece atractivo a otros reos? Él sabe que hay muchos queriendo llevárselo a la cama, para metérsela o que se las meta, es algo variable, pero ninguno tiene el valor de actuar, ve con atención a tu alrededor, aprende a distinguir quienes lo observan con deseo sexual, y quién con odio, deseando ser él.

Si lo decía así, era más fácil, ¿quién no quisiera tener toda una prisión a sus pies? Aun desconocía qué es lo que había hecho para terminar en prisión, pero le quedaba claro que no debía ser un buen sujeto para poder lograr lo que había logrado, y hacer todo aquello sin inquietarle la consciencia y poder seguir durmiendo como si nada hubiese pasado.

Un par de subordinados de James se acercaron a él para interrumpirlo cuando estaba agregando diez kilos más a la barra, este puso mala cara ante lo que le habían dicho, buscó a su alrededor hasta toparse con ellos, e hizo solo una ligera inclinación de cabeza para que Gregor se pusiera de pie y lo golpeara en el brazo, en señal de que lo siguiera, porque el jefe los estaba llamando.

Avanzaron detrás del castaño que ni siquiera los esperó ni un segundo, así que tuvieron que aumentar la velocidad de sus pasos, casi corriendo para ir detrás de él, que fue hasta la lavandería, Scorpius llegó casi muerto, con la respiración agitada, logrando que el castaño lo observara sobre su hombro con un cejo bastante fruncido, después observó a Gregor.

—Dale un sándwich, y después ponlo a entrenar, no necesitamos un debilucho entre nosotros, ¿está claro? Una vez que salga Alex, es su turno de ponerlo a entrenar, o irán todos a aislamiento, ¿te queda claro, Gregor?

—Sí, Deidad –asintió frenético.

James puso los ojos en blanco por el apelativo, pero no dijo nada, posiblemente en el fondo, le encantaba que pensaran en él como un Dios todo poderoso, y bueno, al parecer lo era.

—Aquí estoy –informó el chico tranquilamente, distrayendo a un grupo que estaba secreteando algo.

Los reos se separaron deprisa, unos cuantos alcanzaron a escapar, pero no todos tuvieron la suerte de tener a Scorpius al frente, así que se hicieron hacia atrás, bastante nerviosos.

—Una voz me dijo que estaban planeando desafiarme por el liderazgo, ¿y bien? –Les sonrió y extendió los brazos –aquí estoy, ¿quieren ir uno a uno o simplemente intentarlo todos a la vez?

—N-No es así, deidad, nosotros solo estábamos hablando de que Alex en aislamiento fue la mejor manera de demostrar que aun tienes el liderazgo y poderío en tus manos, y no que él te… -el hombre se quedó mudo al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir.

—Continúa con lo que decías –dijo en un tono extrañamente amigable –dime ¿y él no qué?

—Algunos piensan que está tratando de quitarte el puesto, fingiendo ser tu mano derecha, como Peter intentó en su momento con…

—Te aseguro que sigo siendo yo el que toma las decisiones, ¿por qué dejaría que un tipo me manipule como una marioneta? –dio un paso hasta el hombre, pero por la forma en que sus hombros estaban tensos, Scorpius intuyó lo que James tergiversó de las palabras, en su mente de simio, pensó el rubio, el castaño creyó que estaban dudando de su hombría –ni siquiera las mujeres con las que me acuesto han logrado manipularme de esa manera, por muy bien que muevan las caderas o usen la boca –informó –así que dime ¿por qué y cómo un tipo me manipularía para hacer lo que quiera?

—No era lo que quería decir, Deidad.

—Él solo está diciendo que una buena amistad puede hacerte parecer débil, que Alex navegando con bandera de ingenuo y "solo pensando en tu bien", podría estar haciendo lo que quiere –interrumpió Scorpius.

—Eso –lo señaló el hombre, nervioso –lo que dijo la perra de Peter –soltó en un tono feliz.

La forma en que el tipo lo llamó hizo que la sangre del rubio se helara, y al mismo tiempo comenzara a hervir de la furia, ¿por qué lo llamaría perra de Peter? El tipo había usado a su grupito para violarlo, no se había sometido a él por que quisiera hacerlo, notó la mirada azul de James en él, con una sonrisa que podría confundirse con una mueca, pero en realidad se estaba burlando de él, por intentar defender a alguien que ante los ojos de Potter, no merecía la intervención que ser el sirviente de Alex podría usar.

—O quizás, deidad –pronunció Scorpius –el que malinterpretó las palabras de este tipo fui yo, y en realidad entendió bien, y estaba poniendo en duda su hombría –se encogió de hombros.

—Yo nunca me equivoco –musitó James, avanzando hasta el tipo y colocando su mano en su hombro, mientras observaba a los demás, que estaban quietos, en expectativa de lo que pasaría a continuación.

El codo del castaño se estrelló en el oído del reo que perdió el equilibrio de inmediato, se cubrió la cabeza una vez que tocó el suelo y se colocó en forma fetal.

—Gregor, ¿puedes hacer con él lo que te hace tan temible? –lo observó tranquilo.

—Por supuesto, deidad.

—Bien, en cuanto a ustedes, ayudarán a Gregor, si intentan algo –golpeó a Scorpius en el hombro –él intervendrá.

— ¿No te piensas ensuciar las manos? –Gritó uno a sus espaldas –entonces es verdad que Takhon te volvió una perra llorona, ¿no? Apuesto que te la mete todas las noches, por eso lo quieres tanto en tu celda, desde un principio ¿no?

— ¿Ves lo que te digo? –Observó a Scorpius que se puso pálido de solo ver la reacción de James –no olvides que estás en una prisión, y que la gente aquí, no merece ni una clase de compasión, cuando uno más quiere ser benevolente…

—Cuida…

El golpe en la espalda de James simplemente lo hizo suspirar de forma cansina y se giró a enfrentar al tipo que se creyó muy valiente como para atacarlo por la espalda.

—No puedes quejarte, atacaste a Bernard por la espalda –bufó asustado.

—Tienes que estarme jodiendo, una cosa es tomar a alguien desprevenido, otra… atacarlo por la espalda, si tu golpe hubiese venido de frente, mientras estaba distraído, te hubiese perdonado por tu blasfemia.

Lo sujetó del cabello, tomándolo desprevenido tal y como lo había hecho con Bernard, pero esta vez, lo arrastró hasta las maquinas, arrancó unos cables, que a la vista de Scorpius, se veían bastante peligrosos, y lo siguiente que hizo, lo sorprendió por completo, ya que los introdujo en la boca del atrevido, la electricidad hizo lo suyo, el rubio retrocedió en cuanto James se acercó a él mientras dejaba que el otro se electrocutara, sus amigos se acercaron pero tuvieron miedo de tocarlo y sufrir la misma suerte, así que simplemente aprovechando que no habían insultado a James Potter, la gran deidad de Azkaban, salieron corriendo, y el castaño los dejó, mientras se cruzaba de brazos, viendo como el hombre seguía retorciéndose a causa de la electricidad.

—Dime ahora, ¿prefieres que te termine Gregor o yo? –le observó con odio a Bernard.

—Perdóname, Deidad, no volveré a dudar…

—No me interesa que dudes de mi liderazgo, pero que pienses que soy un maldito rarito –levantó la mano –sin ofender, Gregor.

—Descuide, deidad –sonrió el hombre.

—Pero tú y el tipo atrás, creo que vendrían bien para corroborar que no ha bajado ni un poco mi hombría y mucho menos, mi liderazgo, si Alexander Takhon puede ser un bocazas, es porque lo permito, el día en que sus palabras o actos sean de molestia para mí, terminará igual o peor, no te preocupes por eso.

—Deidad… por favor.

—Espera a Gregor afuera y no dejes pasar a nadie –le ordenó a Scorpius –en cuanto termine el trabajo, te espero en mi celda, ¿te queda claro?

—Sí, deidad –asintió en tono nervioso y bajó la vista.

Siguió al castaño fuera del lugar y cerró los ojos, mientras apretaba los puños al escuchar a Bernard gritar de forma desesperada pidiendo ayuda, quiso ir a su auxilio, pero no podía, las ordenes de Kaplan habían sido claras, tenía que ser uno de los miembros del círculo cercano de James Potter.

—Iré a limpiarme –informó Gregor, limpiándose la sangre de las manos –y daré órdenes para que limpien el lugar, ya huele a carne chamuscada –hizo mala cara.

Scorpius avanzó lentamente hasta el sector donde estaba la celda del castaño, este estaba tranquilo, cerró el libro incluso antes de que le dijera que estaba ahí, se incorporó de forma elegante y seductora, y con un movimiento de cabeza le dijo que pasara.

—Lo que hiciste ahí, fue muy noble –dijo en tono tranquilo, cruzándose de brazos.

—Y-Yo…

—Debes saber, que eres el sirviente de Alex, y por lo tanto, lo mínimo que se espera de ti, es que le seas leal, esos tipos estaban faltándole al respeto a tu jefe, y tú aun así, los defendiste.

—Es que yo…

—No quiero tontas excusas de tu parte, guárdalas para alguien a quien le interese, pero no a mí, es la primera y última vez que haces algo así, al menos conmigo ¿te queda claro?

—Sí –asintió desesperado.

—La próxima vez, ocuparás el lugar de la persona a quien defiendas, o en su caso, harás el trabajo sucio, depende mucho de mi humor.

—Está claro –tragó saliva.

—Cambiando de tema, y por esta vez, como lo dejé pasar, aun tendrás tu privilegio, dime ¿Cómo qué chica quieres?

—Bueno…

Los ojos grises de Scorpius vagaron por el lugar, pensando en qué tipo de chica, hasta que se topó con la foto de una bonita pelirroja que supuso que el castaño usaba como separador.

—Vaya, como ella –sujetó la foto –es perfecta, simplemente hermosa.

La mirada azul de James se posó en la selección y su mala cara apareció, le arrebató la foto, y su mano se cerró entorno a su cuello, de forma violenta.

—Estás tentando mucho a tu suerte hoy, Malfoy, esta vez, no tengo ánimos de dejar pasar este insulto, creo que te enviaré de sirviente a Peter, en lo que Takhon aparece, podrá hacer contigo…

Las manos del rubio se pusieron en la muñeca del castaño, intentando que lo soltara, pero solo le dio gracia, se estaba poniendo morado, y la expresión de terror le fue suficiente.

—Ah, ya no soportan mucho –suspiró acongojado.

Scorpius tosía como desesperado, se puso de pie y su puño se estrelló en la cara de James, con toda la fuerza que tenía, que obviamente después de ser ahorcado, no era mucha.

Su rostro se estrelló en la barda de la celda, su brazo estaba torcido en su espalda y sintió la proximidad del castaño en su trasero, que le estrellara el rostro en la barda no le interesó a Scorpius, sentirlo tan pegado a su cuerpo lo hizo ponerse duro, así que soltó un gemido de placer ante aquello, que funcionó para repeler al castaño, se alejó de forma rápida.

—Espero que por tu bien, quede alguna marca, sería patético haber sido tomado por sorpresa en años, y que no valiera la pena, ahora lárgate de aquí.

—Sí –dijo con voz ronca y salió casi corriendo.

Realmente le sorprendió que el precio por golpearlo solo fuese algo tan erótico, al menos para él, posiblemente lo intentaría más seguido, también creyó que lo mataría por golpearlo, después de ver lo que le hizo al otro tipo, al menos había estado de frente y no de espaldas.

Se recostó en su litera, aun con el bulto en sus pantalones, no podía quitarse de la mente la maldita cercanía, el gemido había sido de dolor ¿cierto? No podía ser de otra cosa, ojalá que el castaño pensara que sí había sido de dolor y no por lo placentero que se sentía aquello.

Tragó saliva y se giró dando la espalda al resto de la celda, cerró los ojos y se dispuso a dormir, fue claramente una mala idea, porque el sueño que tuvo fue el más erótico que había tenido en todos sus años desde que las hormonas se apoderaron de él, y para colmo de todos, estaba en el patio de Azkaban, siendo besado, sujetado y manoseado por completo por James Sirius Potter.