Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, ojalá sea de su agrado la historia.


Los siguientes días fueron bastante distractores para Scorpius, que se la pasaba disfrutando de lo que realmente pensó que ya no podría una vez que Peter y sus hombres lo habían violado, de hecho ni siquiera recurrió a James para excitarse estando con Michael, que era un tipo bastante apasionado, estar en su interior lo hacía sentirse extasiado, ahora comprendía porque la mayoría ahí prefería cubrir sus necesidades entre ellos, que perdiendo el tiempo pidiendo mujeres, los labios hinchados del joven se unieron a él, mientras su mano iba a su miembro para auto estimularse, mientras el rubio se movía en su interior, se separó para soltar un gemido, suplicándole que fuese más rápido en su interior.

—Malfoy –habló Pedro –te busca tu abogado.

Aquellas palabras lo tensaron, observó los ojos negros de Michael y observó sobre su hombro al guardia y asintió, abandonó el interior del chico y se comenzó a vestir apresuradamente, lo mínimo que quería es que alguien se pusiera a hablar con Kaplan y averiguaran que era un soplón.

—Ahora regreso, esto es importante –comentó.

Salió apresurado, sus zancadas eran más rápidas de lo normal, pero aquello no pareció alertar al guardia que no dijo nada, aunque normalmente no se llevaban con él, al parecer, no le tenían confianza.

Alper Kaplan estaba sentado demasiado tranquilo, como si realmente fuese un abogado más y no un policía como realmente era, se sentó agitado y saludó, haciéndose el cabello hacia atrás.

—Agitado, ¿qué hacías? –se burló el moreno.

—Nada importante, ¿Qué haces aquí? –lo cuestionó.

—Quiero saber qué tanto has avanzado en hacerte cercano de Potter, ya tienes un año aquí dentro, supongo…

—Las cosas no son tan fáciles, Kaplan –soltó irritado.

—Claro, mientras te distraes, supongo que realmente no has estado haciendo esfuerzo alguno, ¿no es así? Cambiaron de jefe del departamento, ahora hay mucha más presión sobre nuestros hombros, así que tienes que apresurarte en conseguir información.

—En serio, si fuera fácil ya tendrías mucha, pero es demasiado… hermético, me odia, mi única forma de llegar a él es por medio de Takhon.

— ¿Y no has podido ganarte a Takhon tampoco?

—Sí, un poco, pero es demasiado… ya sabes, paranoico cuando hago preguntas sobre James, el tipo necesita relajarse.

—Solo quiero que sepas que si no consigues nada, el nuevo jefe podría deshacer el trato que hicimos, y no podré hacer nada al respecto.

—Estoy haciendo todo mi maldito esfuerzo, Kaplan, pero no es tan fácil como piensas desde el otro lado, sin saber cómo marchan aquí las cosas.

—Pues deberías decirme cómo marchan, ese es tu trabajo, ¿o es acaso que lo olvidaste tan rápido?

—No se me ha olvidado, y te he dado cada detalle que he obtenido, ¿no es cierto? No es mucho, porque Potter no me quiere cerca.

—El nuevo jefe –repitió –no está muy contento, y esto lo hará tomar acciones que posiblemente nos hará lamentarnos a ti y a mí, por mucho tiempo –se puso de pie –piensa sobre si realmente has estado intentando, o la vida aquí tal y como es, te gusta más que la libertad.

Scorpius se quedó callado, sentado viendo como Kaplan se alejaba, suspiró enfadado y se puso de pie, regresando hasta la celda de Michael, que hablaba con su compañero de celda.

—Tienes mala cara, al parecer, tu abogado no trajo buenas noticias.

—Efectivamente, nada bueno ni nuevo –gruñó.

—Bueno, puedo ayudarte a mejorar tu mal humor, ¿qué dices?

—Ahora no.

Se puso de pie y salió al patio, James y Alex estaban ahí, peleando de forma demasiado violenta, realmente le sorprendió ver la sangre escurriendo de los dos hombres, ¿qué había pasado?

—Vaya, esto parece pelea a muerte –comentó el rubio sentándose junto a Gregor.

—James ha estado de muy mal humor los últimos días, y el único que soporta ese nivel de estrés es Alex, así que le debemos estar vivos todavía –negó.

—Pero ¿sabes la razón de su mal humor?

—Ni idea, cada vez está más aislado de todos, más de lo de costumbre, incluso Alex ha dicho que no le cuenta nada, aunque si me preguntas, creo que está de ese humor desde que llegó tu novio.

Aquella información hizo que se le acelerara un poco el corazón, su lado más lógico le decía que era imposible que realmente estuviese celoso por el hecho, pero otra parte, quería permitir la posibilidad de que no le fuera tan indiferente al castaño.

Sus fantasías fueron cortadas cuando sintió la presencia de alguien más, así que vio al castaño, quien le había quitado su playera a Gregor y comenzó a limpiarse la sangre del rostro y los nudillos.

—Buena pelea, deidad, se ve que está en forma –comentó Gregor.

—Me hacía falta un poco de ejercicio, para liberar un poco de energía extra –le comentó tranquilo James, ignorando a Scorpius.

—Si necesitas algo, dime –intervino el rubio, haciendo suspirar de enfado a James.

—Vuelve al trabajo, Gregor, necesitamos información de lo que te pedí cuanto antes.

—En seguida, deidad.

El hombre se puso de pie de inmediato y se alejó a grandes zancadas, Malfoy pensó que eso había sido el fin de la presencia del castaño, pero le sorprendió que ocupara el lugar vacío de Gregor, una vez sentado comenzó a limpiarse el pecho, por más que estuvo deseoso de voltear y embobarse en su cuerpo atlético, se contuvo y solo observó de reojo, no quería que lo golpeara o matara por mirarlo con deseo.

—Creo que al final del día, ocuparé ir a la enfermería, ¿o tú qué opinas, Scor?

Alex se sentó entre las piernas del rubio, y echó la cabeza hacía atrás, para verlo directamente con una sonrisa divertida, que no supo interpretar, así que optó por revisarlo.

—No necesitas ser tan considerado, ya no puede dolerme más la cara después de que Jamie casi me dejara como carne molida.

—Antes no eras tan quejumbroso –soltó el aludido.

—Bueno, hace tiempo que no estabas tan enérgico, normalmente sacas esa energía con Polly en la cama, ahora fue golpeándome la cara.

—Para darle un giro a la monotonía –se encogió de hombros.

—Pero no pude hacerte tanto daño, tus admiradoras me castrarían mientras duermo si tu cara de ángel se viera afectada.

—Te desquitaste en mis oblicuos y mis abdominales –le recordó.

—Pero no logré romperte ninguna costilla –hizo mala cara.

—Deberías entrenar más, y holgazanear menos con tu… -se quedó callado, observando al rubio.

—Mi resistencia ha mejorado –comentó alegre.

—Sí, pero no queremos saber cómo has logrado eso –se burló Alex.

—Yo no me refería a eso –soltó apresurado, poniéndose completamente rojo ante la mirada de James.

—Me voy –dijo cansado el castaño.

—No –lo sujetó Scorpius, sujetándolo de la muñeca –Alex no hará más comentarios así, para no incomodarte.

James se soltó del agarre de forma brusca, como sí que lo tocara le produjera asco o algo parecido, así que no se animó a pronunciar palabra alguna una vez que le observó furioso y se alejó.

—Ya, eso lo explica –informó Alex –James odia estar cerca de los tipos a los que les atrae, por eso te evita –sonrió.

—M—

James estaba enfadado, a pesar de que Polly había invitado a algunas amigas a unirse a ellos, aquello no lo hacía sentirse completamente satisfecho, estaba estresado y no tenía la menor idea de por qué, porque ciertamente el cambio de jefe en su caso lo tenía sin cuidado, tanto el nuevo hombre era una insignificancia que ni siquiera había ido a charlar con él.

Intentó concentrarse en el ritmo de la chica en su miembro, pero la verdad es que estaba un poco desesperado, quería que eso terminara para poder irse de ahí, pero no, una vez que una se cansaba de la quijada, había otra chica que la relevaba, ese jueguito de relevos ya lo estaba fastidiando.

—Relájate un poco –lo besó en el cuello Polly –no sé qué te tiene tan estresado, pero si tanto te molesta, deshazte de ese obstáculo –le sugirió.

—No es una mala idea –aceptó, viendo hacia abajo a la chica que aumentaba su velocidad en su miembro.

Una vez que aquella diversión por fin terminó, regresó hasta el patio, topándose con sus hombres y con quien menos quería, Malfoy y su novio, gruñó de enfado pero una vez que llegó hasta ellos actuó como si nada le pasara.

—Tarde de diversión –se burló uno de sus hombres.

—Bueno, sí, ser el jefe tiene sus ventajas –se burló.

— ¿Con cuantas hoy, jefe? –Lo cuestionaron.

Sus hombres parecían agradecer esas tardes de diversión porque normalmente lo ponían de muy buen humor, y mientras más mujeres involucradas, más privilegios les otorgaba, así que les agradaba oírlo charlar de sus mujeres y sus fiestas privadas.

—Esta vez, no fueron muchas, solo cuatro, aparte de Polly –se encogió de hombros.

—Esas sí que son fiestas, ¿no, jefe? –Soltó el novio de Scorpius.

Los ojos azules de James se posaron en el tipo, que no le encontró nada de especial, era uno más del montón, normalmente lo dejaría pasar o bromearía también, pero el tono y el brillo en su mirada le hicieron no fiarse para nada de él.

—Tengo asuntos que tratar todavía –volvió a ponerse de pie –Alex, Gregor, vengan conmigo.

—De inmediato –dijeron los dos al unísono.

James sintió la mirada de ese chico en su espalda todo el camino, su buen instinto nunca fallaba, pero no iba a precipitarse mucho al respecto, ya tenía a Alex regañándolo por ser tan antipático con ellos sin razón aparente.

—Dime que averiguaste, Gregor –soltó.

—No mucho en realidad, deidad, mis contactos afuera no saben nada del chico, por drogas no lo encarcelaron.

—Chico, ¿qué chico? –Preguntó Alex.

—El novio de Scorpius –informó Gregor –sé lo que opinas, pero una vez que mis contactos lo investigaron, tengo que decirte que James tiene razón, no me da buena espina a mí tampoco.

—Bueno, de él lo comprendo, es un paranoico, y de ti, Greg, no olvidemos que Malfoy te sigue gustando y no te agrada que ese tipo te quitara la oportunidad de ganártelo.

—Yo puedo separar las cosas, si tuviera problema con Michael con respecto a Scorpius, ya lo hubiese hecho desaparecer, pero cuando investigo a alguien y sus referencias en el bajo mundo son dudosas, no me fio de ellos, eso me lo enseñaste tú.

—Bueno, eso es cierto, ¿crees que sea infiltrado? –Cuestionó a James.

—No tengo idea, pero no me agrada la forma en la que se dirige a mí, así que adviértele a tu perra –lo observó –no querrá terminar en las garras de Peter, ¿o sí?

—Bien, yo me haré cargo de eso, pero… no vendría mal que enviaras a Scor a aislamiento, digo, no queremos que piense que tiene muchos privilegios, ¿no?

—Bien, ¿qué hizo que te enfadó tanto? –Preguntó Gregor.

—Que lo ayude en todo y abogue con él, no hace que no me enfade lo que hace, como meterse con Peter y salvar a ese chico, que si bien, sé que exageran muchas veces, a mí también ha comenzado a hartarme un poco, piensa que tendrá la misma suerte que Malfoy ya que está bajo su protección.

—Hablaré con Pedro –informó James.

El castaño se alejó de ellos sin decir más, el hecho de que Alex también odiara al novio de Scorpius le agradaba, eso quería decir que tenía razón en detestarlo, no era nada ajeno a la desconfianza que despertaba en él cada que lo veía o tenía cerca.

—Ah, deidad, ¿qué haciendo por aquí? –Preguntó Pedro en un tono amable, como siempre.

—Malfoy irá a aislamiento, y… quiero que este asunto de su novio, sea discreto.

— ¿Qué quiere que le ocurra al novio?

—Ahora que Malfoy estará encerrado, ya sabes, algunos presos se pelean de repente sin razón aparente, incluso por perder en el póker, así que… haz que él esté en medio de eso, malherido, pero no muerto.

—Yo me encargaré de eso –sonrió encantado.

—Sabes que mientras más natural parezca, más retribución recibes.

—Deidad, aquí estás –habló Davies –te estaba buscando desde hace un rato –soltó nervioso.

—Sí, dime ¿qué quieres? –Cuestionó tranquilo.

—Hay un policía preguntando por verte, nunca antes lo hemos visto, así que no sabemos cómo actuar.

—Hasta que por fin se dignó a venir –sonrió –tranquilo, vayamos a ver que quiere ese tipo.

James avanzó junto a Davies como si nada pasara, le sorprendió un poco el camino que tomó, no era un visitante común, ni siquiera como su padre, era "más importante", para llevarlo a un lugar más resguardado de todos.

Solo sonrió relajado cuando Davies lo esposó afuera de la habitación, pasó la cadena por sus caderas y la unió a las esposas que le colocó en los pies, la puerta se abrió de forma lenta y asintió cuando el guardia le indicó que pasara.

El lugar de interrogatorio estaba vacío, bueno, el guardia típico, resguardando que todo estuviese bien y en orden, el castaño no le prestó atención en primera porque no lo conocía y en segunda porque aun esposado, no lo creía suficiente amenaza para él.

Quizás una de las tácticas para intimidarlo o alguna cosa como la que los policías pensaban que eran buenas tácticas para estresarlo y hacerlo confesar era hacerlo esperar, pero olvidaban el hecho del tiempo que tenía encerrado en Azkaban, tenía práctica en estar sin hacer nada, aquello no les iba a funcionar.

La puerta contraria se abrió un poco, escuchó las voces, quizás pensaron que intentaría prestar más atención a lo que estaban diciendo pero realmente no le interesaba seguirles el juego, fuera cual fuera.

Cinco minutos después de que la puerta se abrió, un hombre entró, de manera tranquila y relajada, era joven, si acaso unos cuantos años más que él, posiblemente de la edad de Teddy, lo cual le sorprendía que a su edad, le dieran el caso, quitándoselo al gran Harry Potter, bueno, era su padre y no había conseguido nada en años, posiblemente su incompetencia había influido en eso.

Los ojos azules del hombre de cabellos azabaches se posaron en los de él, con una sonrisa autosuficiente en su rostro, por fin después de meses, estaban cara a cara.

—Mi nombre es Sebastian Keller –informó –y estoy a cargo ahora.