Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, ojalá sea de su agrado la historia.


Scorpius observó sorprendido a los guardias que fueron hasta él y le informaron que eran ordenes de James que él fuera a aislamiento, observó sorprendido a Alex, que se encogió de hombros y después a Michael que alegó con los guardias y recibió un golpe en la boca para que se callara.

—Déjalo en paz –bramó el rubio.

—Tú no eres nadie para darnos ordenes –le sonrió el guardia –quizás estar en aislamiento te haga encontrar tu maldito lugar aquí, niño bonito, dime ¿quieres compañía? –se acercó a él.

—Dejen eso y ya llévenselo –ordenó Alex.

—Sí, Takhon –aceptaron, sujetaron el cabello del rubio y lo llevaron agachado todo el patio.

Escuchó a algunos de los presos hablar mientras atravesaba el patio, la mayoría de ellos se alegraba de que lo llevaran a aislamiento, porque se creía intocable dentro de Azkaban, simplemente por haber tenido la suerte de ser mascota de Alexander Takhon, y a nadie se le daba tanto privilegio como a él, era justo y necesario que eso pasara, por fin.

El camino hasta aislamiento fue bastante nuevo para él ya que se había librado un año de terminar en ese sitio y realmente se estaba preguntando en ese momento ¿qué había hecho para enfadar tanto a James? ¿Quizás le habían dicho que era un infiltrado y era el plan para deshacerse de él y con el tiempo los demás dejaran de preguntar por él?

La paranoia lo golpeó, los guardias lo empujaron y cerraron la puerta, dejándolo en una completa oscuridad, escuchaba movimiento y pequeños ruidos que atribuyó a ratones o alguno que otro animal, se sentó en el mismo lugar donde lo habían dejado los guardias, el olor era insoportable, sin duda estar en ese sitio no era nada bueno ¿cómo Alex y James podían soportar tanto tiempo en sitios como ese?

Estaba volviéndose completamente loco, no le habían llevado comida y la poca luz, no sabía cuánto tiempo tenía ahí, se había quedado dormido por lo que le habían parecido al menos un mes, seguía meditando lo que había hecho para ganarse esa clase de castigo.

Si nadie le había dicho a James que era un infiltrado, porque aún no iba a matarlo o a encararlo y saber para quién trabajaba, suponía que al fin había hecho algo que lo había hecho enfadar demasiado, quizás por fin le hizo caso a Peter de meterlo en cintura, para que no volviera a meterse con las personas equivocadas, después de todo, James nunca demostraba debilidad fuera quien fuera.

Después de lo que le pareció un siglo, la puerta se abrió y la luz se encendió, dejándolo por completo ciego, aunque el olor a comida hizo que buscara el origen, solo escuchó una risa divertida y el sonido del plato de fierro caer al piso.

La puerta se cerró, pero la luz no, así que lo agradeció enormemente, una vez que sus ojos se acostumbraron un poco a la luz, ubicó el plato que aunque había tirado un poco de la comida al piso, gran parte de ella seguía casi intacta, a esas alturas no le importaba si le habían escupido o estuviese en mal estado, tenía demasiada hambre.

—Tal parece que no te gusta tu nueva habitación de lujo.

Scorpius se giró rápidamente, no había notado la presencia de nadie más, pero estaba sorprendido de ver a James Sirius ahí, con una ceja levantada y una expresión de que le causaba asco.

—Tú –comentó molesto, se puso de pie tambaleando un poco y fue hasta el castaño, sujetándolo de la playera y acercándose a él tanto, que sus rostros quedaron demasiado cerca –dime ¿por qué demonios estoy aquí? –Bramó furioso.

—Ah, ¿tengo que darte explicaciones de lo que hago? –Se burló de él.

—No, esta vez si tienes que darme explicaciones, sé que me odias por alguna extraña razón, que no entiendo, y está bien, si en tu pequeña mente cerrada tiene sentido, pero mandarme aquí sin que lo merezca…

— ¿Sin que lo merezcas?

El tono de broma de James se perdió en ese momento, sus ojos se posaron en los de él, otorgándole una mirada enfadada y sus quijadas tensas, hizo que lo soltara y lo empujó contra la barda, aun así, que ya había demostrado quien era el que mandaba, se acercó a él más de lo que normalmente lo haría, haciendo que la respiración de Scorpius se agitara.

—He estado soportando tus malditos caprichos solo porque mi mejor amigo piensa que eres agradable, te he pasado demasiadas cosas, y no voy a dejar que alguien aquí, crea que he perdido un poco de mi autoridad ¿te queda claro? –Se acercó a él aún más –y para tu información, lo que hiciste con ese maricón novio tuyo…

—No tienes porqué insultarlo –Scorpius se enfadó, empujando a James lejos de su cuerpo –que tú seas muy macho, no nos quita lo hombres a él y a mí, nuestras preferencias no tienen porque…

—Me importa una mierda lo que alguien como tú piense, ¿te queda claro? –Negó –si eres tan… enfermo para creer que un hombre puede suplir a una mujer…

—Es algo que jamás podrás saber –se burló Scorpius –a diferencia de ti, he estado con hombres y mujeres, y sin duda coger con Michael, sin duda da más placer.

El castaño se tensó ante las palabras del rubio, volvió a empujarlo contra la barda, claro que ahora con más violencia, lo observó por un segundo, que le pareció una eternidad a Scorpius, tragó saliva y cuando se hizo un poco más pequeño ante la presencia de James, hizo que se calmara.

—Te quedarás tres meses aquí –le informó –espero que la pases bien.

— ¿Por qué? ¿Solo porque no quise que violaran a un chico? ¿Por qué me acuesto con él? Gregor también tiene gusto por los hombres y no lo tratas como a mí.

—La efectividad en los trabajos que le encargo a Gregor son más efectivos que los tuyos, ¿te recuerdo que defendiste a un tipo que estaba buscando mi lugar? –Se burló –me interesa tener aliados leales, no uno que cuando vea una pequeña oportunidad, se vuelva una maldita rata.

—Soy una rata, según tú –se burló el rubio –seamos honestos, James, no hay nadie aquí escuchando, ¿qué es lo que realmente te desagrada de mí? –Cuestionó de forma directa.

—Te crees demasiado, crees que porque tienes el favor de Alex no te haré nada, pero te lo diré otra vez, la próxima vez, que te atrevas a desobedecer mis órdenes, o que sepa que tú o tu novio están conspirando en mi contra, no me detendrá nada, y te mataré a ti y a él, ¿estamos claros? No antes de dejar que Peter se divierta contigo, que créeme, estoy a nada, de dejar tu suerte en sus manos, tu maldita actitud, está haciendo que incluso Alex, sea quien me pida que te envíe aquí.

—No te creo, Alex…

—Alex es mío –le golpeó la cabeza –recuerda eso.

—Oh, es eso, no toleras que sea amigo de tu… "amigo".

James apretó los puños ante la burla a su hombría que el rubio acababa de hacer, aprovecharía que estaría ahí tres meses y Alex no se daría cuenta de nada.

—Puedes cogerte a Alex si él lo permite y no me importaría una mierda ¿comprendes eso? –Sonrió –y quizás los malditos raritos serían felices que me gustara coger hombres, pero no, me gustan las mujeres y eso no va a cambiar, ni siquiera después de tanto tiempo estando aquí.

—Lo dices por tus privilegios, ¿pero qué eres sin ellos? ¿Un imbécil más? –Se burló –Todas las deidades caen en algún momento, y una nueva se alza, no olvides eso.

—Qué buena suerte que no soy una ¿no es cierto?

—Para no ser una, amas mucho ser llamado así.

—M—

James salió de la celda de aislamiento después de desquitarse con Malfoy, al inicio porque lo había llamado un maldito rarito, pero después la razón fue cambiando por completo, pero no quería admitirlo, no iba a aceptar que estaba furioso de ver a Malfoy con ese maldito tipo, incluso había sacado algo de carácter para defender a ese imbécil.

Avanzó hasta su celda, con la cara del rubio llena de enfado cuando habló mal de su novio, nunca lo había visto con ese temple, gruñó enfadado, lo que menos quería era a ese tipo en su mente, siempre que llegaba a su mente su imagen, tenía sueños que no le agradaban para nada, por muy "atractivo" que pudieran verlo el resto, él no, a él no le gustaban los hombres, siempre habían sido las chicas y nada más las chicas.

—Estás furioso ¿qué pasó?

—Vino el nuevo a cargo de mi caso –se encogió de hombros ante Alex.

—Oh, ya veo, no te gustó para nada lo que hablaron, ¿no es cierto?

—El maldito imbécil piensa que voy a cantar rápido, creo que nadie la ha dado un poco de información –se burló.

—Una vez que lo hagan, pedirá llorando a que regrese tu padre, supongo.

—No, ese maldito vejestorio no hará nada, mientras más tiempo esté aquí sin ser sentenciado, le conviene más retener esto, porque sabes lo que pasa cuando no tienes pruebas.

—Diablos, me hubiese gustado ser tu amigo afuera, así, no estaría aquí –se burló Alex.

—Solo un imbécil se deja atrapar destruyendo el cráneo de su padre –se encogió de hombros.

—Le dije que lo mataría, no soy alguien que no cumple sus promesas –sonrió Alex –solo hice lo que él no tuvo el valor de hacer conmigo cuando era un niño y su saco de box favorito.

—Es cierto.

—Pero mírate a ti, el niño de papá, el consentido de mamá, una familia perfecta, amor incondicional, y mírate aquí, siendo una maldita bestia sin corazón.

—Los lazos afectivos es el lugar por donde suelen atacarte, pero no pueden hacerte nada, sino tienes nada con qué –se burló.

—Eso esperamos, porque todos sabemos que en cuanto te muevan de aquí, o te dejen libre, Peter tomará el poder.

—No si te dejo a ti –lo golpeó en el hombro.

—Bueno, sin duda harías algo estúpido para volver porque no te gustaría como llevaría todo.

—Probablemente, al inició pensé que Azkaban terminaría conmigo, te mentiría si te dijera que no temblé de miedo cuando me dijeron que me trasladarían aquí –negó –pero al miedo se le enfrenta.

—Aplícalo en todo –le devolvió el golpe en el hombro –no siempre vas a poder ocultar lo que te ocurre aquí –le señaló la cabeza –y más porque está alcanzando este sitio –le golpeó el pecho –reconozco los síntomas cuando los veo.

—No sé de qué hablas.

—Del nombre que te niegas a pronunciar mientras te masturbas, o el que sale cuando estás dormido y tu amigo está despierto.

—Cállate –bramó enfadado.

—Solo te lo digo, de mí no saldrá, pero creo que los demás comienzan a sospechar por qué tienes tanto problema con Michael, si se ha portado bajo las reglas que tenemos, incluso ha intentado ser un lame botas perfecto para ti.

—Hay algo raro en él, y no me quitarás eso de la cabeza.

—Solo es homosexual, y tuvo la suerte de ser elegido por…

Alex se encogió de hombros cuando James se giró a verlo enfadado, para que no terminara la frase, no iba a aceptarlo, desde luego que no, jamás lo diría en voz alta, ni por mucho que Alex fuese su mejor amigo y por muy mente abierta que tuviera.

Él no era un maldito rarito, y jamás lo iba a ser.

—Tu mascota se quedará en aislamiento por tres meses –le informó.

—Es demasiado tiempo, James, no está acostumbrado y…

—Le vendrá bien, posiblemente salga hecho un hombre, y no un… rarito.

—Como digas, eres el líder, por lo menos, no lo tortures tanto.

—Estará en pobres condiciones, eso le bajará los humos.

Alex ya no dijo nada más, se subió a su litera y se limitó a quedarse dormido, mientras James se quedó pensando en lo que ese tal Sebastian Keller era capaz de hacer para lograr sus objetivos, tendría que encontrar información de él, pero… ¿quién sería bueno para ese trabajo?

Se acomodó dispuesto a dormir, preocuparse por ese tipo no le traería nada bueno, primero tendría que obtener cosas en su contra y ni su padre ni su tío habían podido obtener nada, James siempre era bueno en lo que hacía, si estaba en Azkaban, no era porque hubiese hecho algo equivocado en sus asuntos, sino que lo habían traicionado.

Cerró los ojos y volvió a recostarse bocarriba, se llevó el brazo derecho debajo de la cabeza y se dejó guiar hacia el sueño, desgraciadamente para él, la primera persona que apareció en ellos, fue Malfoy, estaba en el patio, como siempre besándose con el estúpido ese con el que salía, provocándole un malestar.

Para desagrado de James, en el desayuno, Michael se sentó frente a él, sin importarle un carajo la jerarquía, todavía estaba sano y salvo, así que eso aumentó su malestar estomacal causado por su sueño de anoche.

—Deidad, cuando usted no estaba, los guardias se llevaron a Scor a la celda de aislamiento, y no creo que diera esa orden.

—Sino fui yo, ¿quién? –Cuestionó cansado.

—Alex –soltó, haciendo que el aludido dejara de reír en la conversación que tenía con uno de sus compañeros.

—Claro, ¿y por qué piensas que fue él?

—Porque eso hace, al parecer no respeta la jerarquía tanto como quiere hacer que creamos.

—Entonces… ¿tú harías algo que te ordena él? –Lo observó en forma normal, bastante impasible.

—Solo si usted lo ordena –aceptó.

—Claro ¿y cómo sabrás si lo ordeno yo o no? –Elevó una ceja.

—Bueno… yo… realmente…

—Para empezar, mis hombres siguen ordenes de Alex, las ordene yo o no, él es mi mano derecha, sabe el movimiento aquí mejor que nadie, y si no estoy presente, no puede darse el lujo de flaquear, segundo, los guardias aquí solo aceptan ordenes, y cuando alguien va a directo a aislamiento, yo doy la orden directa –se burló –tres, no tengo porque darte explicaciones a ti, no cometas el mismo error que tu noviecito, y creas que solo porque él tiene el favor de Alex, tú tendrás la misma suerte, él está en aislamiento porque yo lo ordené, y le agregaste un mes más a los tres que ya tenía, y para que estés tranquilo, sale él, y entras tú.

Nadie dijo nada, se limitaron a seguir engullendo su desayuno, Michael buscó ayuda pero al parecer no contaba con ningún buen amigo, más que Malfoy y eso porque se acostaban juntos.

—Lamento haberlo molestado, deidad.

—Ya lárgate de mí vista –ordenó en tono tranquilo.

La mayoría sabía que a James había que tenerle más miedo cuando estuviera actuando como un ser racional, que cuando perdía los estribos, pero el chico era nuevo, y no comprendía la razón por la cual no lo aceptaban todavía, si había hecho incluso más cosas por James que el mismo Scorpius.

El castaño se levantó, tranquilo y sin siquiera tocar su desayuno, bueno, había jugado con él moviéndolo de un lado a otro, pero no había probado bocado, sin siquiera fijarse por donde caminaba, se detuvo ante un par de guardias, la celda de Malfoy estaba frente a él, así que movió la cabeza para que lo dejaran pasar.