Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
Alexander Takhon siempre era un tipo relajado y divertido, pero una vez que fueron al patio, para ponerse a entrenar con Kaplan y Scorpius, se veía una actitud completamente diferente a la que el rubio siempre le había visto, sin duda ese tipo de comportamiento y esa mirada de pocos amigos, lograba intimidarlo más de lo que pensó que lo haría.
En su lugar, Alper Kaplan, tenía una sonrisa de lado, como si aquello no le provocara absolutamente nada, y bueno, se había hecho muy cercano a James de la nada, y el castaño sin duda lograba intimidar hasta al más valiente, así que Alex era como un gatito mimado en comparación.
El birmano se tronó los dedos con una sonrisa divertida y cruel, en dirección al turco, que tronó su cuello, esperando el primer ataque, Scorpius observó de un lado a otro, esperando que no fuera una trampa y fueran en su contra.
Por fortuna para el rubio, Alexander se fue contra Kaplan con todo lo que tenía, el moreno resistió el primer par de golpes con los antebrazos, pero bien lo había dicho James, eso era Azkaban, y no había nada justo en lugares como ese, así que la práctica de peleas sucias que te garantizaban ver otro día más, estaba a favor de Takhon, que no solo era músculo bien acomodado, tenía una fuerza endemoniada, que hizo sufrir más de la cuenta a Kaplan, que terminó en el suelo, jadeando y con las manos en lo alto.
Scorpius no ocultó su sonrisa divertida, por lo menos, él podía darle un poco de complicaciones a Alex ahora, pero tenía más de un año practicando con él, sería una vergüenza que no pudiera hacerlo.
Una vez que su entrenador, se girara a él, comenzó a defenderse, había analizado un poco las técnicas de Alex, así que logró tirarlo un par de veces y golpearlo en los oblicuos tan fuerte que casi lo sofoca, sonrió satisfecho de los golpes bien puestos, aunque fue la única tregua que le dio, y terminó por darle una buena paliza.
La única persona con la que Alexander Takhon no podía, era James Potter, y más que nada, porque este último no tenía piedad por nadie, iba al todo por el todo, sin importarle que solo fuera por práctica, quizás era la razón por la cual prefería desahogarse de forma sexual que peleando, claro que en la actualidad, no hacía ni una ni otra.
—Eres bastante bueno –aceptó Kaplan.
—No por nada soy la mano derecha de James –soltó con indiferencia.
—Si tu problema conmigo es porque crees que quiero tu lugar, he de aclararte que no, no quiero ser la mano derecha de James.
—Se te olvida también, que soy su mejor amigo, ¿cierto? –Le sonrió –y no podemos decir que ese lugar no lo quieras, ¿no es cierto?
—Bueno, él es un tipo genial, sin duda alguna, pero no…
Alex se acercó a Kaplan y le comenzó a decir un par de cosas en voz baja, que desconcertó a Scorpius por el cambio de actitud de Alper, al parecer todo lo que le estaba diciendo Takhon estaba siendo acertado, lo vio tensarse por unos minutos, y cuando la mano derecha de James se alejó, el moreno se relajó un poco.
—Vamos, ahora entre ustedes, quiero una pelea entretenida, no una que dure tres segundos –gruñó.
Alper Kaplan usó trampa, pero no de la que Scorpius estuviera acostumbrado, sino usó su maldita arte marcial para humillarlo por más de cinco minutos, todos reían de lo idiota que se veía siendo doblado como origami.
Una vez que tuvo oportunidad, lo pateó en el pecho, alejándolo de él, y por supuesto, sorprendiéndolo, se puso de pie rápidamente y se fue en su contra, evitando que hiciera alarde de sus buenas técnicas para someter a sus contrincantes.
Si pensaba que podía humillarlo tan fácil e ir con James a presumir al respecto, estaba bastante equivocado, eso no iba a pasar, así que usó toda la frustración y coraje que tenía contra él y lo golpeó sin piedad, hasta dejarle gran parte de la cara hinchada por los golpes.
—Basta, basta, esto es un entrenamiento, no una pelea a muerte –soltó Alex, alejando a Scorpius con demasiada facilidad.
—Nadie le dice nada a James por ir por todo –se quejó Scorpius.
—Porque él es el jefe, por esa sencilla razón –escupió sangre Kaplan –y a ti parece que se te olvida bastante seguido.
Scorpius observó a Alex, que se encogió de hombros en lugar de salir a su defensa, al parecer en eso concordaba con Kaplan, bufó y se alejó de ellos sin decir absolutamente nada.
Michael estaba en su celda, leyendo una tonta revista gay, que no le prestó mucha importancia, le sonrió en cuanto lo vio, se puso de pie y dejó que Scorpius se pegara a él, besándolo tan efusivamente como era capaz en ese momento.
—Bastante pasional, ¿a quién debo agradecerle eso? –Sonrió.
—Kaplan es un imbécil, ya no lo soporto –gruñó.
—Bueno, si te vuelve tan pasional, no haré nada al respecto –lo besó.
—Lo digo en serio, maldito el momento en que entró a Azkaban.
Michael sentó a Scorpius en la cama y él se quedó de pie, se asomó para asegurarse de que nadie más lo estuviera escuchando.
—Para ser honesto, creo que hay algo raro en él, se volvió muy cercano a James de la nada ¿no lo has pensado? Y solo Alexander Takhon tiene esa cercanía, ¿no crees que hay algo entre esos dos?
—No comprendo –frunció el cejo Scorpius.
—James ha estado más feliz desde que Kaplan llegó, ¿no crees que tiene ciertos favores de él? –Elevó una ceja.
—El más grande homofóbico de Azkaban –se burló el rubio.
—El cuerpo es el cuerpo, ¿hace cuánto tiempo que James no está con una mujer? –Sonrió –no digo que estén cogiendo como tal, pero… -hizo un movimiento con la mano y se lamió los labios.
—No lo creo –se puso de pie Scorpius.
—Además, ya saben lo que dicen, cariño –besó su cuello –siempre hay un reprimido detrás de un gran homofóbico.
Scorpius observó a su novio, no podía decir nada en contra de eso, él era homofóbico hasta que descubrió que lo suyo eran los hombres y no las mujeres, hizo las paces consigo mismo y ahora era relativamente feliz, porque… nadie era completamente feliz en una prisión de máxima seguridad ¿o sí?
—Te apuesto que no tarda en poner a Kaplan a cargo de cosas importantes, quizás no suplirá a Takhon, pero ambos serán sus manos derechas, al final, Alexander lo aceptará.
—Lo dudo, hace unos minutos, lo amenazó bastante.
—Te lo digo, amor, nos conviene que seas tú la mano derecha de James, podemos lograrlo, solo es cuestión que realmente te decidas.
—Esto podría ser considerado traición, ¿lo sabes?
—Eres más inteligente que esos dos juntos –lo besó.
—Pero no puedo liderar a nadie, y lo sabes, eso no se me da.
—Serías el hombre más cercano a James, ¿qué imbécil no te haría caso?
Las palabras de su novio lo hicieron pensar, tenía un poco de razón, la mayoría de los presos hacían todo lo que se les ordenaba cuando se les informaba que eran ordenes de James, y lo hacían sin chistar, no es como que no pudiera usar eso a su favor, además, de que sin duda Alex lo preferiría a él que a Kaplan.
—No lo pienses mucho, cariño, o Kaplan se nos adelantara.
Scorpius lo consideró por un largo minuto, sin duda Michael sabía cómo meterse en sus pensamientos y manipular todo dentro de su cabeza, tenía grandes habilidades para eso, y en ese momento, no sabía cómo reaccionar a lo que se dio cuenta.
—M—
James frunció el cejo al ver a Kaplan entrar a su celda, sin duda estaba bastante golpeado, no pensó que Alexander fuera tan duro con él, después de todo no era así con los nuevos, pero suponía que enterarse de que era un policía lo había puesto en su contra en ese instante.
—Alex se puso rudo –se burló.
—Para tu sorpresa, no fue Alexander, sino Malfoy, a quien le debo el nuevo físico.
—Es un inútil, me sorprende que pudiese contigo –se encogió de hombros.
—Eso no me interesa, lo que me interesa es ¿cómo es que Alexander sabe lo que hay entre nosotros?
—Bueno, es mi mejor amigo –se encogió de hombros.
—No creí que fueras capaz de contarle eso.
—Pues no lo hice –soltó irritado –y no hay nada entre nosotros, es solo desfogo –le informó –no creas que somos novios o algo estúpido como eso –gruñó.
—James –lo empujó contra la barda –sé que es algo más que desfogo, aunque te niegues a admitirlo, todos dicen sobre los miramientos que me tienes, y que solo con Alexander los tienes o tenías.
James gruñó y suspiró al mismo tiempo, poniendo los ojos en blanco, empujó a Kaplan lejos de él, que había comenzado a besarle el cuello y a manosearle la entrepierna.
—No te ilusiones –le informó –solo hay una persona en el mundo con la que tengo miramientos, y no eres ni tú, ni Alexander –pero si me conocieras un poco, lo sabrías –sonrió de lado.
—Pues quiero conocerte, sabes que me gustas, joder ¿Por qué demonios eres tan cerrado de mente y de todo en general? –Bufó.
—Me gusta mi intimidad tal y como es.
—No fuera Alexander Takhon, porque con él si te confiesas, ¿no es así? Tanto que no necesitas decir palabras para que él sepa que me estás cogiendo.
—Bueno, ¿qué puedo decirte? Alexander es como mi hermano, y confío en él más que incluso en mi propio hermano –sonrió.
—Bueno, al menos ahora sé que tienes un hermano –gruñó.
—Tengo más de uno –informó y se encogió de hombros –pero es todo lo que sabrás –suspiró –no eras tan buen policía –se burló de él.
—Ahora me insultas –gruñó.
—Estabas en mi caso, y ni siquiera leíste el expediente, ¿qué quieres que piense, Kaplan?
—Alper –le informó.
—Como sea –negó.
—Para tu información, sí lo leí –lo encaró cuando iba a salir de la celda –pero no quiero ser uno más de tus admiradores, quiero saber las cosas porque tú me las cuentes.
—No somos amigos, no somos nada ¿por qué te contaría mi vida?
—Vamos, James –soltó Kaplan.
—Lo único que vas a saber de mí, es por ese expediente, ¿comprendes? O por lo que los demás te digan de mí, no por mi boca, y acéptalo de una maldita vez, no somos nada, no vengas como novia celosa a reprocharme que me conoces poco.
James salió al patio, para su sorpresa, Scorpius Malfoy estaba ahí sin el imbécil de su noviecito, así que por lo menos pudo relajarse bastante con la paz que se respiraba en el patio.
—Ya vi a Kaplan –golpeó la espalda del rubio –buen trabajo.
—Oh, un halago, creo que hoy empieza el apocalipsis –se burló el rubio.
—Podría ser –se encogió de hombros –pero veamos que puedes hacer conmigo –le sonrió y lo empujó con bastante fuerza.
—Creo que no te gustaría lo que quisiera hacer contigo –soltó en voz baja, sonriendo.
—Dije que puedes hacer, no que te gustaría hacer –lo retó.
Aunque Alex era un buen maestro, no contaba con los distractores que podía ocasionar tener a James Sirius frente a él sin camisa, esperando por que lo atacara, así que obviamente tropezó más de la cuenta, siendo de nuevo una burla para todo aquel que estuviese en el patio observando.
Pero ser la burla por causa de James era completamente diferente, aun así logró atinarle un par de buenos golpes en el costado, y como tres patadas.
—Bueno, al menos no haces perder por completo el tiempo de mi mano derecha –soltó James, dándole un codazo en la espalda.
—Demonios –chilló Scorpius.
—Vamos, niño bonito, pon un poco de tu parte.
Perseguir a James por parte del patio porque no podía atinarle más golpes fue bastante divertido para él, no tenía idea del porqué, pero creyó verlo incluso bastante relajado ante el jueguito tonto.
El golpe en la boca del estómago y en la espalda lo tomaron por sorpresa, no había estado siendo tan rudo, entonces ¿por qué de la nada cambió de actitud?
—Scor –habló Michael –Scor…
—Estoy bien –soltó como pudo, observando la mirada de odio puro en los ojos azules de James, dirigida a él.
James regresó a su celda una vez que Michael salió al patio, no podía tolerarlo, tenía tantas ganas de dárselo a Peter y que este se deshiciera de él, pero no quería problemas con Alex por hacer algo así en contra de su protegido.
—En serio, ¿Kaplan? –La voz de su mejor amigo fue de burla.
—No hay algo mejor –gruñó.
—Claro que lo hay, está Malfoy –le recordó.
—Tiene mascota –informó.
—Los dos sabemos que el tipo tiene un crush contigo, ¿no es así?
—Lo dudo.
—Oh, vamos, James, al menos tú tienes uno con él, no me vas a engañar a mí, que te conozco mejor incluso que tú.
—Eso no es cierto –bufó.
—Sabes que Kaplan es una mala decisión, puede ser guapo y lo que quieras, pero… en serio, algo en él no me convence.
—A mí tampoco, pero al menos su boca y su trasero dan un poco de tranquilidad a mis malditos días aquí.
—No has sabido nada de ella ¿cierto?
—Absolutamente nada, ese imbécil de Keller me prohibió las visitas, no he podido salir de aquí e ir a verla, aunque sea de lejos, no sé si ya se casó con Lupin o no, voy a quemar este maldito lugar.
—No nos conviene, estamos encerrados aquí, ¿recuerdas?
—Alex, necesito que alguien de los tuyos, averigüe todo lo que ha pasado con ella, si ese imbécil de Keller se ha atrevido a verla, o a hacerle algo…
—Descuida –lo tranquilizó –intentaré que alguien investigue.
—Bien, en cuanto me deshaga de este, tendrá muchos beneficios esa persona –le recordó.
—Ya sabes, tú mandas y nosotros obedecemos.
Alex observó a James, que sacó la fotografía de Lily, y la acarició, lo único que le afectaba de estar realmente en Azkaban, era que no podía estar cerca de ella como antes, protegiéndola, y aunque se había llevado muy bien con Edward Lupin mientras estaba libre, no le confiaba la seguridad de su hermana a nadie, después de todo, era la única debilidad que tenía, y había hecho muchas cosas malas, como para que alguien quisiera desquitarse con ella.
—Pensándolo bien –informó Alex –si consigo a alguien, tienes que dejar de cogerte a Kaplan.
—Denegado –informó –además –él sabe que si se le ocurre decirle a alguien o alguien nos ve, todo se va a la mierda.
—Como sea –bufó.
—Intenta tratarlo, es más útil que en la cama –soltó.
