Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
Habían pasado unos días desde que Malfoy lo había encontrado con Kaplan en su celda, y a pesar de que le había reclamado de ¿Por qué no usarlo a él en lugar de Alper? Ahora parecía como si no hubiese pasado nada, aunque claramente tenía ventajas, ya que no lo tenía encima molestándolo como lo hacía el moreno a cada rato, lo tenía bastante frustrado.
¿De qué había servido que le hiciera una mamada y lo dejara completamente relajado? Si con sus actitudes iba a volver a frustrarlo por completo, su mirada iba a cada rato en dirección del rubio, que estaba completamente tranquilo, jugando basquetbol con quienes mejor se llevaba, al mismo tiempo que su noviecito/mascota, lo alentaba alegremente, haciendo que Malfoy le guiñara un ojo a cada rato, otorgándole una sonrisa radiante.
La mirada enfadada de James se desvió del rubio cuando Kaplan se sentó junto a él, fingiendo indiferencia mientras se suponía que leía un libro, aunque por la tensión que se sentía, podía asegurar que no había avanzado para nada de la misma línea o incluso de la misma palabra.
Sonrió de lado cuando "inconscientemente" Alper pegó su pierna con la de él, no dijo nada, pero en el poco tiempo que había estado teniendo sexo y compartiendo tiempo con él, había llegado a desentrañar su personalidad, no era muy complicado, estaba pidiéndole hablar para ver si podían volver a tener aquellos encuentros, y dado a que Malfoy solo lo había frustrado, no iba a negarse la satisfacción sexual por más tiempo.
James se recargó en las palmas de su mano, giró un poco el rostro, ya que en su nueva posición, podía ver la espalda del hombre turco, que se tensó ante el simple acto, negó divertido, y sin querer evitarlo, soltó una pequeña risita, que hizo que el hombre tragara saliva de forma ruidosa y cerrara el libro de forma agresiva.
Lo atormentó unos minutos más, viéndolo removerse en su asiento incómodo, nervioso, intentando que la postura del castaño no le provocara una erección, y cuando estaba a punto de perder la batalla, James se puso de pie, otorgándole misericordia, era la señal de que esperara unos minutos y se encontrara con él, en el mismo sitio de siempre, donde evitaban la mirada indiscreta de los demás reclusos.
Estaba frustrado, y se iba a conformar a follarse a Kaplan en lugar de a Malfoy, pero no iba a rogarle a nadie por sexo, podía tener a quien quisiera, ¿por qué rogarle a uno que simplemente no quería estar con él? Avanzó distraído, sin notar el ceño fruncido del rubio.
James levantó la vista cuando la puerta se abrió, observó a Alper arrojar el libro que sujetaba en la mano al suelo, y fue directo hasta él, unió sus labios a su cuello de forma desesperada mientras sujetaba sus manos para llevarlas hasta su cuerpo, sin duda estaba desesperado, esos días sin contacto sexual también lo habían afectado a él, pegó sus caderas a las de él, sintiendo su miembro completamente erecto.
—Dime por favor que podemos continuar con esto, sin importar que Malfoy nos descubriera –suplicó en un tono excitado –James, por favor, dime que no me dejarás de lado por eso.
—Solo es sexual, y lo sabes, no me interesa y jamás tendré una relación con un hombre.
—Tenerte así, es suficiente para mí –admitió.
—Híncate, entonces –ordenó.
Kaplan no opuso resistencia ante las órdenes del castaño, sus rodillas golpearon el piso, hurgó en los pantalones del hombre y sujetó con su mano dominante el miembro de James, llevándolo a su boca sin tiempo que perder, logrando un gruñido de aprobación ante la calidez de su boca.
La lengua de Alper se movía de forma experta en la longitud del hombre de pie frente a él, mientras su mano ayudaba a masturbarlo, sus ojos se encontraron con los de James, y se quedó admirando la mirada llena de placer.
James observó la mano de Kaplan bajar hasta su propia erección y comenzar a masturbarse, así que él quitó su mano derecha de su cadera y la llevó hasta la parte trasera de la cabeza del hombre, atrayéndolo más, enterrando su miembro completo en la boca del moreno, que se atragantó por ser sorprendido, el castaño omitió una carcajada, ya que al parecer, creyó que le acariciaría el rostro; parecía haberse olvidado que le había dicho que él no era de los románticos, él, James Sirius Potter, simplemente buscaba satisfacer sus instintos sexuales, y era igual con las mujeres, no había encontrado una mujer que despertara su lado "tierno y romántico", incluso cuando era un tonto débil y estaba libre, esas tonterías cursis no iban para nada con él, no era para nada un rarito sentimental.
El calor del cuerpo de Kaplan contra el suyo era sofocante, pero aún así no se alejó, gruñó al sentir su miembro rozar contra el del otro hombre, su mano fue hasta el trasero de Alper, apretándolo con bastante fuerza, haciéndolo gemir e incrementar el ritmo de sus caderas contra las de James, después de unos momentos, se alejó agitado, buscó en su bolsa y le mostró un lubricante.
—No piensas en serio que lo haré yo, ¿o sí?
—Déjame prepararme entonces, seré rápido.
—No.
Lo sujetó del brazo, girándolo de forma brusca, lo arrojó, haciéndolo caer de rodillas, empujando su espalda para que se inclinara, echó lubricante en la entrada del moreno y un poco en su propio miembro y se empujó sin esperar más tiempo.
Gruñó de placer al momento de sentir la estreches de Kaplan en su miembro, el otro hombre se quejó un poco, antes de soltar un gemido mientras James se empujaba y salía de su interior, con un poco de dificultad, pero sin inmutarse en algún momento por la resistencia, al contrario, lo estaba disfrutando por completo.
—James –gimió cuando el castaño empujó su cabeza, para que su mejilla quedara pegada en el suelo –ah, James, por favor, más rápido –suplicó en un tono agudo –mi próstata, golpea mi próstata –pidió.
—Cállate, van a escucharte en todo Azkaban –bufó agitado.
—Mierda, es que eres tan bueno en esto –gimió.
—Sino te callas, voy a detenerme y jamás volveré a metértelo –lo amenazó.
Asintió, mientras se mordía el brazo para acallar sus gemidos, soportando lo mejor que podía mientras el castaño lo embestía de forma salvaje, llevándolo al borde de la locura.
—Me voy a correr –informó Kaplan, a un micro segundo antes de eyacular.
—Mierda –bufó James, empujándose más en el interior del hombre.
Abandonó su interior al notar que le tomaría demasiado llegar a su propio clímax de esa manera, no le había tomado mucho alcanzar su liberación mientras Malfoy le daba una mamada; pero con Kaplan las cosas no eran tan fáciles al parecer.
—Te ayudaré.
Se arrastró hasta el castaño, introduciendo su miembro a la boca, levantó la vista, para saber si el hecho de que estuviera probando su propio sabor en la longitud de James lo excitaba aunque sea un poco, pero solo reaccionó por la estimulación recibida.
La mirada azul de Kaplan siguió al castaño, que salió del lugar una vez que logró eyacular, el moreno comenzaba a preguntarse si era problema de él, o James tenía el problema al que siempre encontraba difícil llegar al clímax.
—M—
La estrategia parecía haberle fallado por completo, su plan era frustrar a James lo suficiente como para que fuera a él y le pidiera que lo ayudara a liberar su frustración sexual, pero aquello no sucedió jamás, el ver a Kaplan seguirlo después de lo que según él pensó que no sería obvio, lo enfadó, ¿en serio seguiría prefiriéndolo sobre él? Aquello no podía ser.
Perdió el interés y la concentración en el juego, gruñó por lo bajo, completamente fastidiado por los gritos que según eran porras por parte de su novio, así que aprovechando cuando éste se distrajo un momento, desaparecer del patio, iría a un lugar donde estuviera solo, sin tener que soportar a Michael molestándolo.
Se detuvo a mitad del pasillo, que había dejado de estar vacío, la mirada oscura de James se posó en él, no se veía para nada feliz, suponía que Kaplan lo había hecho enfadar, al parecer no era el único infeliz en su relación, así que eso le pareció divertido, logrando hacerlo esbozar una sonrisa fanfarrona.
—Te parezco gracioso –soltó enfadado.
—En realidad no –se encogió de hombros.
—Pues te reíste en el momento en que me viste, me gustaría saber entonces qué es lo que te parece divertido.
—Ciertamente tú no eres para nada divertido, simplemente recordé una situación con mi novio que es graciosa.
—Claro –gruñó.
Avanzó dispuesto a irse, pero al llegar hasta Scorpius, lo sujetó del brazo, empujándolo contra la barda, y colocando su antebrazo en el cuello del rubio, sin duda estaba cabreado y frustrado, así que no supo cómo reaccionar sin que eso saliera mal.
—Te crees demasiado, primero vienes a mí, diciéndome que te use a ti en lugar de a Alper Kaplan, y después te haces el maldito desentendido al respecto –bufó.
—Así que eso es lo que te ha estado molestando –contestó tranquilo cuando el antebrazo de James abandonó su cuello, pero su mano se colocó en su pecho, haciendo una presión fuerte.
—Lo que me ha estado molestando –se burló.
—Bueno, ciertamente no me dijiste que mis servicios serían ocupados, por lo que vi hace un rato, tú y ese imbécil siguen liados, así que no veo para qué ocupar mis servicios, ¿o es acaso que no es tan bueno mamando pitos? –Se burló.
—Quizás le faltó la misma bienvenida que a ti, para ser tan bueno en ello, ¿no? –Elevó una ceja, mientras sonreía de lado.
Las palabras del castaño provocaron un espantoso escalofrío en Scorpius, que intentó empujarlo, pero James ejerció más presión, evitando que lo alejara, por el contrario, acortó la distancia entre ellos.
—Deberías dejar de tentar a tu maldita suerte, me puedo hartar de ti, y de dejar pasar tus molestas actitudes y acciones.
—Te has cansado de recalcar lo macho que eres que no pensé…
—Se necesita ser muy macho para poder follarte a otro hombre y no volverte un maldito rarito –sentenció.
—Pero estás aquí, haciéndome una escena del porqué no te he buscado para que me permitas mamarte la verga otra vez –se encogió de hombros e hizo un intento para acercar el rostro al de él –necesito que dejes de mandar señales cruzadas, eso es lo que necesito, James.
La amplia mano de James se colocó alrededor del cuello de Scorpius, éste tragó saliva, suponiendo que lo asfixiaría por su atrevimiento, pero sintió la piel áspera de la yemas de sus manos acariciar suavemente un momento, antes de que se pegara a él, y sus labios se unieran en un apasionado beso.
El primer encuentro entre sus bocas fue salvaje, tanto que sus dientes chocaron entre sí, pero eso solo los hizo gemir a ambos, los labios de James se movían de forma experta sobre los de Scorpius, la mano libre del castaño fue hasta la cintura del rubio, pegando su cuerpo contra el de él, para sorpresa del rubio, el hombre que lo apretaba contra su cuerpo, estaba por completo duro ante el beso o el contacto, no lo sabía, así que no le tomó mucho estar en la misma sintonía, se restregó contra él, gimió cuando le liberó la boca, y sus labios hinchados iban a su cuello.
—Aquí pueden vernos –gimió Scorpius.
— ¿Te preocupa que nos vea tu noviecito? –Se burló.
—Me preocupa que cualquier recluso nos vea, y se corra el rumor de tu hombría, por muy tentador que sea que el resto de la población reclusa, sepa que te pongo duro con tan solo verme.
Para su sorpresa, el castaño simplemente sonrió ante sus palabras, lo sintió acercarlo más a él, y elevarlo, así que rodeó las caderas del hombre con sus piernas, mientras las amplias manos de James lo sujetaban fuerte del trasero.
Entraron a una habitación a la que nunca le había prestado atención, siempre pasaba de largo, sin preguntarse qué había ahí, y suponía que el resto pensaba igual, por eso lo había llevado hasta ahí, su espalda golpeó la pared de nueva cuenta, mientras los labios de James volvían a adueñarse de los suyos de nueva cuenta, de una forma tan desesperada y pasional, que lo volvería loco.
—Bájame –pidió, así que James le hizo caso.
El rubio bajó los pantalones del castaño, sonrió al ver la enorme erección de James y la punta de su lengua recorrió la longitud erecta, provocando un gruñido de placer ante el simple acto.
Scorpius introdujo el miembro de James a su boca, y con una mejor técnica que Kaplan, comenzó a estimularlo, lo vio estremecerse del placer, y no le costó mucho trabajo hacer que se viniera.
—Oh, Deidad, perdóname porque he pecado –sonrió –me pones tan duro, que todos los días sueño contigo, follándome tan duro.
—Eso se soluciona rápido.
James lo giró bruscamente, lo inclinó y bajó sus pantalones, escupió a su miembro y apuntó su glande a la entrada del rubio, empujándose contra la entrada del rubio, que protestó.
—Oye, oye –lo detuvo –no soy una chica, necesitas prepararme, o me desgarrarás de nuevo –informó.
—Pero qué…
—Las cosas no funcionan así, así que… por mucho que muero porque me folles, no quiero ser desgarrado otra vez, es un infierno.
Scorpius soltó una risa divertida al ver la reacción de James, no sabía cómo era lo suyo con Kaplan, pero por mucho que lo pusiera cachondo ese hombre, no era suficiente como para que dejara que se la metiera sin ninguna preparación.
La mirada se volvió más oscura y pesada en James cuando lo vio masturbarse a sí mismo, con su mano izquierda, mientras usaba un dedo de la mano derecha para introducirlo en su entrada, aquella simple acción fue suficiente como para que el castaño se abalanzara de nueva cuenta sobre el rubio, uniendo sus labios en otro apasionado beso, moviendo sus caderas, frotándose contra él, provocando más placer de lo que había esperado.
—Maldita sea –gruñó el castaño.
— ¿Por qué maldices? –Se burló Scorpius.
—Me vuelves malditamente loco –bufó –desde que me la chupaste, he estado queriendo follarte duro –admitió.
—Y lo harás –aseguró Scorpius –pero realmente no quiero explicar por qué tengo el culo partido –informó, el hombre se inclinó hasta él y lo besó apasionado otra vez, Scorpius arqueó la espalda cuando sorpresivamente James introdujo uno de sus dedos gruesos en él.
