Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, ojalá sea de su agrado la historia.


El placer era sorprendente, no podría haber imaginado que James fuese tan bueno en ello, al final de cuentas, había varias diferencias entre estar con mujeres y estar con un hombre, y por su actitud, siempre creyó que el castaño era más de creer que era el único quien merecía disfrutar y tener su propio placer, que su pareja sexual, estaba equivocado, al menos en ese momento, Sirius Potter arremetía en su interior con sus dedos, buscando el placer de Scorpius, bueno sin duda había estado haciendo es bastante seguido con el imbécil de Kaplan.

El rubio arqueó la espalda a causa del placer, el hecho de que el aliento caliente del castaño golpeara contra su piel, lo prendía un poco más, ni en sus sueños más salvajes, se hubiese imaginado que esto realmente se haría una realidad, así que para comprobarse a sí mismo que eso no era un sueño, buscó la boca de James, y lo besó apasionado, la presión del agarre de su cadera fue un poco más fuerte ante aquello, sonrió en los labios del hombre, mientras se besaban rudamente.

—Está bastante flojo aquí abajo ahora mismo –rumió James –y yo sigo son poder follarte.

—Me estás follando con los dedos –informó.

—Claro, ¿y solo podré hacer eso?

—No –le sonrió.

La estocada de James en el interior de Scorpius no dolió, gracias a que estaba lo suficientemente preparado, pero fue ruda y sin aviso, así que logró que el rubio soltara un sonido entre un grito de sorpresa y un gemido de placer, logrando que aquello sonara a invitación para el castaño, que lo jaló hasta él, para besarlo nuevamente, mientras se adentraba en el rubio tanto como podía, con movimientos rápidos y bruscos.

Scorpius se cubrió el rostro con su brazo, aquello sin duda era algo maravilloso, una sensación que jamás en su vida había sentido o conseguido con una mujer, ni siquiera con su "novio", la dimensión del placer era completamente desproporcional, ¿por qué no había hecho algo así antes?

Bueno, sí, lo había hecho, había sido penetrado hasta el cansancio por un grupo de prisioneros, claro que no lo habían preparado, y había sido violación, en este momento, era bastante consensual, sonrió cuando sintió la mano de James acariciando sus pectorales, escurriendo la caricia por sus abdominales.

Gimió de la sorpresa cuando la mano del hombre sujetó su miembro, el contacto lo hizo casi terminar, no solo estaba siendo follado por James Sirius Potter, no, lo estaba masturbando de una forma tan perfecta, sin duda tenía experiencia en el tema de la masturbación, no podía decidir si era el movimiento de su mano o su miembro duro en su interior lo que lo hizo terminar por completo.

Observó al hombre sobre él, que aprovechó su orgasmo, para golpear su próstata con violencia, ocasionándole un orgasmo seco, el hombre hizo un par de vaivenes antes de lograr su propio orgasmo.

Scorpius se subió a horcajadas sobre James, sujetó su rostro y comenzó a besarlo, no quería que aquello terminara en su orgasmo, quería algo más para recordar si eso no volvía a ocurrir jamás en su vida, contrario de lo que creyó, el brazo del hombre lo rodeó con suficiente fuerza para pegarlo a su pecho tanto como fuese posible, respondiendo aquel beso eufórico.

—Creo que deberíamos volver a la realidad –murmuró Scorpius, había perdido la noción del tiempo, no tenía idea de cuánto tiempo habían estado ahí besándose, solo besándose.

—Tienes razón, los demás van a comenzar a preguntarse dónde nos metimos –lo soltó.

—Pero… ¿no crees tener problemas?

—¿Problemas? ¿Por qué y con quién exactamente? –Frunció el ceño.

—Con aquello –bajó la vista.

James estaba excitado, desde que lo besó, no le tomó mucho tiempo volver a ponerse duro, sin duda el sexo era su actividad favorita, y era bastante bueno en ello.

—Me encargaré de ello –comentó como si nada, restando importancia.

—Yo me hago cargo –le sonrió.

Scorpius se quitó de encima del castaño, se inclinó hasta él, e introdujo el miembro del otro hombre en la boca, la mano pesada de James se colocó en la cabeza del rubio, haciendo que casi se ahogara ya que sintió el glande pasar su úvula, y cerrar el paso del oxígeno a sus pulmones, aun con eso, Sirius empujó sus caderas adentrándose un poco más en la garganta de Hyperion.

Después de lo que le pareció una eternidad, el chico se retiró, para embestirlo de nueva cuenta, de forma rápida, sujetándolo de la cabeza y tomando riendas de aquello, no lo tomó a que era malo en ello, sino que era consiente de qué forma le gustaba el sexo oral.

—No era necesario, pudiste escupirlo –le informó subiéndose los pantalones.

—No dejaste mucha opción para ello –se encogió de hombros, limpiando el rastro del semen de James que había escurrido de la comisura de su boca.

—Suena a que…

—No –se burló Scorpius –ya noté que tienes tus gustos muy claros, solo, si vas a follarme el esófago, deja que el oxígeno circule por momentos, a menos que la razón por la que estés aquí, sea por necro.

James soltó una risa que erizó la piel de Scorpius, provocando su parte sur, y aunque quisiera que él se encargara de ello, por provocar aquello, tenían que regresar, para que Kaplan no sospechara aquello, o su novio.

—Creí que me molerías a golpes, o algo así, por un comentario tan atrevido –murmuró Scorpius.

—¿Quieres que lo haga? –Elevó una ceja.

—A golpes, no –se encogió de hombros.

—Así que quieres que te vuelva a follar tan duro, que pareciera que un grupo de reos, te golpeó.

—Te mentiría si te dijera que eso no suena maravilloso.

—El problema sería ¿qué grupo de reos? –Se alejó, dándole la espalda.

Scorpius hizo una mueca por la actitud de James, no entendía en qué momento su actitud se volvió tan distante, si hacía un momento atrás, se había estado comportando tan encantador, romántico, besándolo de momentos suavemente, otras tantas de forma ruda, sus manos acariciándolo y ahora era un témpano de hielo, su actitud había ido de un extremo a otro, en una fracción de segundos.

Scorpius avanzó hasta su celda, por fortuna no había nadie ahí, podía pretender que había estado ahí todo el tiempo, y la coartada de James era Kaplan, aunque aquello no le gustaba, sabía que iba a tener que compartirlo con Alper, sin duda iba a tener que tocar el tema de "usar condón", con James, aunque ya podía imaginar la clase de respuestas que obtendría, pero si hubiese una posibilidad, en el castaño de que eso pasara, sin duda no sería sin condón, no mientras estuviese teniendo sexo con Alper Kaplan.

Suspiró, tenía que comenzar a lidiar con el hecho de que la primera experiencia sexual homosexual de James, había sido ese imbécil, no podía creer que las cosas hubiesen sido de aquella manera, sin duda odiaba a ese tipo, no podía creer que estaba ahí, y para su desgracia, estaba a merced de Kaplan, si se le ocurría contarle al castaño, que había sido un informante, las cosas no saldrían nada bien para él, que lo matara sería algo bondadoso y lo mejor que podría pasarle en dado caso de que le dijera la verdad sobre él.

Levantó la vista cuando notó un movimiento en la entrada de la celda, en algún momento, el día había terminado, Alper estaba observándolo de una manera que le dejaba en claro que por el momento no sospechaba absolutamente nada de lo que había pasado con James, bueno, aquello podría contar como un desliz, Kaplan seguía siendo "el oficial", en la vida sexual del castaño, aunque aquello le fastidiara de sobremanera.

—Es tu celda también, ¿piensas quedarte ahí el resto de la noche?

—No, solo hasta que notaras que estoy aquí, estabas tan perdido en tu mente, que no supe si preocuparme o no.

—Seamos honestos, Kaplan, eso te importa un pepino partido por la mitad.

—M—

Scorpius observó a su alrededor una vez que salió al patio el día siguiente, estaba de un humor maravilloso, y por la mueca de burla que le otorgó Alex, suponía que se notaba a kilómetros, una vez que llegó hasta ellos, el birmano rodeó su cuello con su pesado brazo, acercándolo a él, el olor del chico le hizo poner mala cara, no es que oliera mal, sino que no le gustaba, prefería el aroma de James, que era cien por ciento sensual y masculino.

—Suéltame, Takhon –gruñó Scorpius.

—No, no, no, es que estás muy feliz, dime ¿qué ocasiona que estés tan radiante?

—Me follé a tu hermana –lo empujó, intentando quitárselo de encima.

—Si lo tuyo no fuese ser un maldito rarito, te creeríamos lo de la hermana de Takhon –soltó Kaplan.

Los presentes, salvo un par, no se rieron del comentario de Alper, que le dedicó una sonrisa burlona, no es como que pudiese echarle en cara que él se acostaba con otro hombre, porque cuando le dijera que con quién, no podría nombrar a Potter, y lo sabía.

—Es bueno, porque no tengo hermanas –se burló Alex –solo un hermano, así que sí creo que pudieses dártelo –soltó una risa divertida.

—Ah, tu hermano es un maldito rarito –soltó Scorpius en tono brusco, observando con atención a Kaplan.

—Es un maldito, pero no por ser rarito, o eso es lo que creo.

—Qué bueno saberlo, digo, es mejor ser un maldito rarito, que ser un maldito pasivo asqueroso escondido en el closet, que ruega por una…

—Cálmate, vaquero –lo detuvo Gregor –cada quién tiene su momento para salir del closet, no es algo que deba juzgarse.

—Ah, no estoy juzgando la decisión de no salir del closet, Gregor –comentó relajado –es que critico a quienes tienen el descaro de ser un desgraciado pasivo, llorón, y avergonzar a otro, por ser un activo –se encogió de hombros –al menos, lo mío no es…

—¿De qué hablan? –Cuestionó James, llegando recién.

—Scorpius nos explicaba, como es un activo en sus relaciones homo –sonrió Kaplan.

Los ojos azules de James se posaron en el rubio, y entrecerró los ojos, claramente por la discordancia en aquel comentario, con lo que había pasado entre ellos el día anterior.

—Bueno, puedes preguntarle a mi relación y te dirá lo mucho que le gusta que se la ponga, y no al revés –se encogió de hombros –digo, Kaplan ¿cuántos hombres me conoces? –Se burló.

James se cruzó de brazos y se cuadró, con las cejas elevadas, en una mueca de curiosidad ante lo que estaba pasando entre esos dos, era normal que se pelearan o tuviesen diferencias, pero nunca había sido tan obvio, el castaño mentiría si dijera que aquello no le parecía divertido, su atención en Kaplan lo hizo incomodarse, era obvio que su postura y todo en él, lo estaba invitando a que hablara claro, si es que tenía el valor de aquello.

—Solo decía –soltó irritado el moreno.

—Claro, solo decías –se burló.

—¿Entonces no serás mi cuñado? –Bromeó Alex.

—Seguro lo seré –rió divertido.

Y es que Alex y James solían decir que eran como hermanos, así que sí, había posibilidades de que, si jugaba bien sus cartas, de alguna manera podrían ser cuñados.

Las actividades cotidianas pasaron sin ninguna complejidad, James se perdió de la vista de todos, junto a Gregor y Alex, así que había cosas que ellos no podían saber, Scorpius se la pasó entrenando junto con otros de los miembros del grupo de James, con quien no se llevaba tan mal, pero no era como que tuviesen siquiera algo cercano a ser buenos camaradas.

El chico se detuvo cuando un joven, que se veía que apenas era mayor de edad se detuvo frente a él, no dijo nada, ya que le faltaba el aliento, había corrido hasta él, pero no sabía desde qué tan lejos.

—La deidad quiere que vayas con ellos –informó, aun agitado.

—Claro, ¿A dónde? –Elevó una ceja.

—No soy tan imbécil –bufó –le hizo una seña de que se acercara, le dijo en el oído y se alejó corriendo.

La mirada de odio de Alper Kaplan fue notoria, no le prestó mucha atención al hecho, se limpió un poco el sudor y avanzó hasta el edificio, desconocía la razón por la cual James había solicitado su presencia.

Las voces en el pasillo eran bastante fuertes, alguien estaba suplicando por su vida, aquello incomodó al rubio incluso antes de llegar al lugar, no quería ser parte de algo así, no era lo de él ir por la vida torturando personas hasta la muerte, pero al parecer sí lo de James.

Gregor se detuvo cuando notó la presencia de Scorpius, que fue casi de inmediato en cuanto alcanzó la entrada del lugar, los demás observaron en su dirección, el ceño de James se incrementó al verlo.

—Ya llegó –comentó relajado –así que… ¿puedes repetir en su cara lo que dijiste hace unos minutos? –cuestionó Alex.

—Yo… Yo…

—Di la maldita verdad –gruñó James –no puedes empeorar mucho las cosas ¿o sí?

—Deidad, lo siento, yo solo…

—Tú solo acusaste a alguien para librarte, pero ¿ese alguien es realmente al azar o tiene una razón de ser? –Elevó una ceja.

—Yo no lo acusé a él, yo solo dije que de quien lo escuché, dijo que él –señaló a Scorpius.

Que los cuatro hombres lo observaran atentos, aguardando algo, hizo que el rubio se sintiera incómodo ante aquello, ni siquiera sabía lo que estaba pasando, y ya estaba en problemas, aquello era divertido, si Kaplan supiera que James lo había mandado llamar para que aclarara algo que involucraba la vida de alguien.

—No sé qué está ocurriendo aquí.

—Es eso, o eso quieres que pensemos –acusó Gregor.

Aquella actitud sin duda lo tomó por sorpresa, incluso Alex estaba de muy mal humor, sin duda no podía decir nada estúpido al respecto, o terminaría hincado junto al hombre, que se veía bastante hinchado por los golpes que Gregor le había estado dando.

—Necesito el contexto, para saber primero de lo que me acusan, y después decir si sé o no de lo que habla.

—Tienes que saber que si bien, la mayoría de las personas están aquí, por no ser exactamente unas buenas personas –comentó James, avanzando hasta él –hay cosas que no toleramos, somos escoria, sí, desde luego que lo somos –aceptó tranquilo –pero, de eso, a ser unas ratas –negó –no creo que eso nos agrade mucho.

—Claro, ¿y qué se supone que hice? –Soltó indiferente.

—Dile –golpeó al hombre en la espalda.

Scorpius tuvo el instinto de ir hasta el tipo y evitar que cayera de bruces al suelo, sin importar que lo estuviera acusando, y de algo que era consciente que no había hecho.

—Escuché, que tu plan era derrocar a la Deidad, iniciarías ganándote la confianza de Gregor, escalando a Alex, para que la Deidad te diera el puesto de mano derecha, para quedarte encargado de las cosas, y después, deshacerte de él.

El lenguaje corporal de Gregor dijo más de lo que posiblemente pretendía, decepcionado, porque por la forma en que Scorpius se tensó, el hombre debió suponer que las acusaciones eran ciertas.

—Bueno, la verdad es cierto a medias –se encogió de hombros.

—Explícate –exigió Alex.

—No fue mi idea, ni siquiera quería estar metido en eso, pero sí, me dijeron que me convenía a mí ser la mano derecha de James, para obtener beneficios de ello, pero como no me interesó el planteamiento de aquello, me quedé en eso, no en lo más elaborado –James lo observó —No quiero ser tu mano derecha –observó al chico –al menos no de esa mano derecha –susurró, haciendo que el castaño elevara una ceja.

—Entonces, ¿vas a decirnos quién ideó todo ese plan maestro? –Interrogó James.

—Bueno, no sé si fue él, pero fue quién lo planteó conmigo, fue Michael.