Gracias a Li por su lectura previa.


Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 3

Coincidimos al mismo tiempo a la entrada. Poco faltó para que su cuerpo se chocara contra el mío, siempre tenía que andar corriendo, ¿por qué? ¿Acaso le costaba caminar con normalidad como a la mayoría de la población?

Así que llegó temprano, señorita.

Me dio una sonrisa fingida mientras tomaba una bocanada de aire y controlaba su agitada respiración.

Para su suerte ―respondió. Las estrellas se alinearon para poder llegar a tiempo, aunque tampoco piense que podré hacerlo seguido me dio un guiñoexisten prioridades, señor Cullen.

Flexioné mis dedos en la pelota antiestrés, lo hice cada vez con mayor presión.

Por cierto continuó en dos semanas debo salir temprano porque tengo un compromiso, sé lo digo para que vaya anotando en su agenda y no salga que no hay permisos.

Le advierto que suelo conceder permisos con facilidad.

De hecho lo hablé antes con el personal de Recursos Humanos.

No pude evitar la furia que creció en mí, ¿por qué siempre tenía que llevarme ventaja? ¿Con qué razón lo hacía?

Olvida que soy el jefe, señorita Swan.

Sus ojos marrones me apresaron en su mirada sin dejarme pestañear.

No. Para mi mala suerte, no tengo mala memoria siseó―. Sé muy bien quién es usted.

Quise reír, ¿ella qué sabía de mí?

― ¿Te das cuenta que estás obsesionado con Bella?

Dejé de sonreír en el instante que escuché a James. Di un vistazo rápido por todo el establecimiento y sorprendido descubrí que seguía en el restaurante.

Ni siquiera recordaba en qué momento mi mente se disoció de la conversación.

Nervioso y confundido tamborileé los dedos en la mesa de madera.

― James… no empieces ―fingí enfado.

― Tenemos una hora y el tema de conversación ha sido Bella Swan. Me has contado los minutos que llega tarde a la oficina, sabes incluso el color de su lonchera ―rodó los ojos, burlándose― lleva dos semanas en Bluebonnet y ya identificas hasta sus manías; que es mordisquear el labio inferior cuando está concentrada. Edward, ¿si no es obsesión qué es?

― Es solo una maldita charla ―me defendí―. No veo nada de malo en comentarlo.

James continuó mirándome como si mi proceder fuera delito. Bebió lentamente del whisky, seguramente haciéndose miles de notas mentales en su cabeza. No era secreto que en estas dos semanas me había divertido de lo lindo al verla correr cada mañana, pero no era que me mofara de su situación, sino que había algo peculiar en la chica, quizá su actitud era lo que más me atraía.

Era su algarabía por el sentido de la vida.

― Te he hablado de que tiene un talento especial para diseñar y no lo mencionas ―reclamé― pero sí eres capaz de recordar trivialidades.

― ¿Por qué no le pides una cita?

Exhalé molesto por su insistencia.

― Cambiemos de tema ―propuse.

― Te estoy hablando en serio. Así pueden dialogar de trabajo, no sé… conocerse. ¿Desde cuándo no te diviertes? Ah, ya, ¿desde…?

― Debo volver a la oficina ―me incorporé, evitando a toda costa hablar del tema.

La risa burlona de James era una clara señal de que no debía quedarme.

― Eres un cobarde, Edward. Le tienes miedo a las mujeres, en especial a las que son menores que tú.

― James, pensé que solo Bella Swan tenía la capacidad para arruinar mis días y créeme que no, tú estás muy cerca de lograrlo.

El imbécil de mi amigo me imitó poniéndose de pie.

― Hermano, anímate ―expresó con sorna― bien podrías convertirte en su sugar daddy.

Bufé, mientras abotonaba mi saco.

― Debo irme ―rumié.

― No has terminado de comer ―señaló mi plato con el filete mignon que seguía intacto.

― Se me fue el apetito.

James no quiso debatir para no enfrascarse en el mismo tema. Lo dejó pasar y no dijo más que un "nos vemos después".

Cuando llegué de nuevo a la oficina los cuchicheos provenían la mayor parte de la voz de Bella. Podía apreciar claramente la melodiosa voz entremezclada con su risa.

No dije nada. Tampoco los miré, me encerré en la oficina centrándome en la vista que me ofrecían los ventanales.

Debía ocupar mi tiempo en los nuevos diseños, como siempre hacía, sin que nada me mortificara y me arrebatara mi paz. No obstante, no podía concentrarme, simplemente mi mente estaba cada vez más lejos de los diseños y eso ocasionaba cierto nerviosismo en mí.

― Señor Cullen… ―la voz de Ángela me hizo voltear― una de las diseñadoras está pidiendo una nevera compacta.

― En la cafetería hay lugar de enfriamiento para los alimentos.

Ángela da algunos pasos vacilantes antes de fruncir los labios. Por el nerviosismo de ella, puedo captar a que diseñadora se refiere.

Entonces la firme idea de saber quién era esa mujer empezó a cosquillear mi estómago. Caminé a mi lugar, tratando de que mi repentino interés pasara desapercibido.

― Lo sé, señor Cullen. El problema es que se tardan cinco minutos para bajar a la cafetería, dependiendo del personal que haya en ese momento. Por eso pienso que una pequeña nevera es útil para la oficina.

― Lo pidió Bella, cierto. ―acerté en decir.

Ángela asintió lentamente con la cabeza.

― Es una buena chica ―mencionó― le hemos tomado cariño.

― No puedo discutir sobre ella porque me he dado cuenta lo mucho que ama trabajar aquí, me agrada que sea así.

Ángela me miraba extrañada, cómo si hubiese mencionado una sandez.

― ¿Dije algo malo? ―pregunté.

― Es la primera vez que lo escucho emocionado con el ingreso de una diseñadora ―argumentó tímidamente―. Bella está esforzándose por conservar el trabajo, señor Cullen.

― Te has dado cuenta del potencial que tiene, ¿verdad?

― Desde el primer día que llegó.

― ¿Qué sabes de ella? ―indague a la vez que miraba la pantalla de la computadora, en realidad no prestaba atención a nada que no fuera mi secretaria y lo que fuera a soltar―. ¿Vive sola o está casada?

Ángela rápidamente se deslizó en la silla frente al escritorio. Inclinó el torso encima de la mesa y empujó el armazón de sus anteojos mientras activaba su modo chismoso.

― No cuenta mucho ―murmuró―, solo sabemos que vive con su mamá que es enfermera. Ambas comparten un apartamento y se ayudan mutuamente.

― ¿Y…? ―apremié― ¿qué más?

Ángela hundió lentamente la cabeza entre sus hombros, expresando de esa forma qué no tenía idea de más.

Gruñí.

Necesitaba quedarme solo para poder iniciar mi investigación, así que le indiqué que comprara lo que hiciera falta.

Ángela no protestó sino que salió con una sonrisa triunfal. En lo que cerró la puerta, abrí la portátil buscando los currículos de los subordinados.

Repasé con rapidez cada punto, saltándome su información personal y laboral. Leí directamente en formación académica: Universidad de Seattle.

Di clic en información personal: Isabella Marie Swan. Edad: veinticinco años. Lugar de nacimiento: Forks, Washington.

Forks, Washington.

Mi mente viajó a ese lugar. Había estado en esa pequeña ciudad hace dieciocho meses, empecé a recordar… cuando unos suaves golpes distrajeron mis pensamientos.

― ¿Puedo pasar? ―Preguntó la dueña de mis insomnios asomándose por la puerta.

― No estoy otorgando permisos.

Era la segunda vez que entraba en mi oficina. Y parecía venir en son de paz, puesto que su andar era apacible y no se lucía alterada.

― Ya había hablado con usted ―dijo― tengo que salir y no puedo posponer mi salida, pero antes le dejo mis diseños ―me entregó su Ipad y vi que le causó impresión mis dibujos en la mesa de trabajo, juntó las cejas, mirándome― ¿trabaja a mano alzada?

Le sonreí. Tenía tiempo no escuchar la forma correcta para dibujar, se me hizo extraño que ella supiera la palabra.

― Soy anticuado, lo sé. Ustedes trabajan en software y yo me quedé con la vieja técnica.

― No. Le puedo asegurar que trazar a mano es lo mejor, al principio fue mi intención trabajar de este modo, solo que sabía debía estar actualizada por esa razón trabajo en software, pero si por mí fuera también trabajaría a mano.

― Nada mejor que un lápiz para trazar lo que imagino.

Su intensa mirada me puso tan nervioso que tuve qué carraspear y empecé apretar con más ganas mi pelota antiestrés.

― Dibujar, para nosotros es abrir una ventana a la imaginación, no podemos tener un lápiz y papel cerca porque es imposible resistirse.

Su entusiasmo me hizo empatizar. Me alegraba saber que ella vivía apasionadamente el diseño al igual que yo, quizá escucharla no me permitió medir palabras y terminé diciendo:

― Puedo mostrarte algunas técnicas del diseño.

Su sonrisa se amplió gradualmente mientras sus mejillas mantenían ese bonito color bermellón.

Era como si al fin hubiéramos hecho las paces entre nosotros.

― Sí, me encantaría ―respondió.

― ¿Cuándo quieres empezar? ―Pregunté con visible emoción.

Bella elevó su mirada sin dejar de sonreír. No sabía identificar si estaba debatiéndose o por qué razón mordisqueaba su labio inferior.

― No puedo después del horario de trabajo ―murmuró― pero puedo estar en la hora de comida, si no tiene inconveniente.

― No me hables de usted ―le pedí―. Y bien, podemos usar la hora de comida.

Su celular empezó a sonar. Ella bajó la vista a la pantalla y volvió a fijar sus ojos en mí.

― Debo irme. Aquí estaré mañana sin falta, señor Cullen.

― Me gustaría que me digas Edward.

Asintió a la vez que caminaba hacia atrás.

― Hasta mañana, señor… Edward ―sacudió su mano hacia mí antes de cerrar la puerta.

Solté el aire retenido.

Una idea había cruzado mi mente.

Bien podría seguirla y averiguar un poco más…


Aquí vamos con otro capítulo, les dije que Edward le bajaría a su intensidad, solo es gruñón porque es estricto con su trabajo, pero díganme qué les parece la misteriosa vida de Bella, ¿no tienen curiosidad por saber de ella? Tiene 25 años, creo no lo había mencionado antes, pero ya Edward lo sabe.

Les invito al grupo de Facebook para imágenes alusivas de cada capítulo *

Aquí los nombres de quienes comentaron el capítulo anterior: Pepita GY, kasslpz, karo29, mrs puff, Andii. Antonella Masen, Flor McCarty-Cullen, Valeria Sinai Cullen, Daniela Masen, Verónica, Dess Cullen, ALBANIDIA, Dulce Carolina, alimago, Cassandra Cantu, Jade HSos, Noriitha, Car Cullen Stewart Pattinson, miop, Smedina, Diannita Robles, saraipineda44, Pao pao, Heart on winter, Elizabeth Marie Cullen, Mapi13, The Vampire Goddess, Marxtin, wendy andino, rociolujan, Axriu, krisr0405, sandy56, Lili Cullen-Swan

Gracias totales por leer 🌿