MISTY LULLABY
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
...
Capítulo 5: Inconcebible solo para los involucrados.
.
Apenas escuchó las palabras "Sakura" y "Sai, el pintor" en la misma oración, Sasuke dejó olvidada en casa cualquier racionalidad y salió a toda prisa para verificar si realmente su hermano le estaba diciendo la verdad.
Cuando Hinata enfermó y se volvió imposible para ella cumplir con la tarea de ser retratada como la belleza representativa de Konoha, lo que el Uchiha menos esperó era que Sakura la sustituyera. Es decir, sí, la joven de cabello rosa era incluso una opción mejor que la inicial, pero aun así no lo vio venir, más aún cuando había otras mujeres en la ciudad que tal vez no contaban con su indiscutible belleza, pero sí con la aprobación social y la disposición a ser exhibidas como un trofeo en la colección de un cuestionable artista.
No podía creer que la Haruno realmente hubiera sido seleccionada y más importante aún, que hubiera aceptado, sin mencionar el que sus hermanos hubieran accedido, por ello es que se apresuró a acudir al lugar donde supo estaba realizándose el retrato para verlo con sus propios ojos.
Tan pronto como su carruaje se detuvo y el cochero le anunció su llegada, Sasuke trotó hasta la entrada del jardín botánico público dispuesto a irrumpir en él, sin embargo, un hombre custodiando el gran recinto de estilo griego antiguo, se lo impidió.
—Lo siento, señor. Hay una sesión privada adentro, asi que el lugar está cerra... — antes de que pudiera continuar, Sasuke puso frente a su rostro las suficientes monedas de plata para callarle y, sin más, el tipo le permitió la entrada.
Si bien se suponía que había tenido el tiempo suficiente para reflexionar sus siguientes acciones mientras iba de camino ahí, una vez que estuvo en su destino, su mente se bloqueó y se dio cuenta de que no tenía ni un plan. Para su fortuna, el jardín estaba repleto de enormes plantas y enredaderas por todo el lugar, así que mientras pensaba en su siguiente movimiento tuvo donde permanecer escondido.
Algo que resultó más que solo conveniente sino también bendecidor.
La boca se le secó y sus ojos se desorbitaron cuando vio la presencia ataviada en un enorme vestido de tul y seda blanca sentada bajo una alfombra de flores rojas y rodeada de muchas más. Entre rosas, tulipanes, claveles y dalias que combinaban con el tono carmesí con el que habían coloreado sus labios, Sakura lucia como toda una diosa del bosque.
Proporcionado por el techo de cristal del invernadero, un halo de luz caía desde el cielo para iluminar su cabello, que caía suelto y rizado por su espalda y sus hombros desnudos, incluso tocando delicadamente su rostro.
De por sí la expresión de la chica siempre le había parecido de lo más dulce y preciosa, pero en ese momento, observando tímidamente al pintor frente a ella y esbozando una pequeña sonrisa, le pareció la criatura más exquisita de todas.
Lo que acababa de pagarle al portero no había sido solo una entrada a un lugar prohibido solo por el hecho de estar reservado, sino porque dentro se encontraba una mujer capaz de robarle el aliento a cualquiera y presenciarlo gratuitamente sería un delito mucho mayor.
Sobre todo, a él, quien al parecer jamás dejaría de maravillarse con las sensaciones que solo ella podía provocarle.
Habría sido una escena perfecta, digna de sus más hermosos sueños si hubiera sido solo para su disfrute, sin embargo, había alguien más además de ellos dos en el lugar. Una persona a quien no consideraba digna de beber de la imagen de la joven por más que ésta fuera gracias a su dirección.
—¿No es la luz un impedimento para su trabajo? — escuchó a Sakura preguntarle al pintor aun a la lejanía y decidió acercarse más para escuchar lo que él respondería.
—No realmente, será de ayuda para realzar toda esta aura mágica sobre usted — Sai respondió apenas levantando la mirada de su lienzo —. Aunque lo que me sorprende es su capacidad para soportarla. — Si bien a otros tener un rayo de sol apuntando directamente a la cara y por consiguiente a los ojos seria molesto o hasta insoportable, la pelirrosa ni siquiera se inmutaba ante ella. — Es porque es casi ciega, ¿verdad?
El cuestionamiento estuvo tan falto de tacto que Sasuke casi abandona su escondite, exaltado, para poner en su lugar al atrevido hombre, aunque Sakura se mantuvo impasible.
—No soy casi ciega. Solo es un defecto visual amplificado — la doncella respondió con naturalidad —. Además, en realidad apenas estoy soportándola, solo que no me he quejado porque quiero hacer esto bien.
—Le agradezco mucho por eso. Estoy acostumbrado a tener modelos difíciles de tratar, es una maravilla para mí que usted sea todo lo contrario — Sai le regaló una pequeña sonrisa, que, a pesar de querer expresar gratitud, no lo consiguió. A Sasuke le pareció de lo más falsa —. La señorita Yamanaka realmente me bendijo recomendándola.
"Así que esto fue obra de esa arpía" el Uchiha pensó con los puños apretados.
—Aunque no estaba y todavía no estoy segura de esto, fue algo inesperado y muy dulce de su parte — la dama reconoció con gran cariño refiriéndose a su amiga. Sabía que Ino había querido ese importante papel como modelo mucho más que ella, pero como un regalo, salido directo de su buen y amoroso corazón, se lo había cedido y ello había conmovido a la pelirrosa, enormemente —. Ella es como un ángel o un hada madrina para mí.
—Tal vez pueda usar esas ideas para conceptualizar la pintura que haré de ella en cuanto termine esta — Sai consideró seriamente, incluso deteniendo su labor y su acompañante sopesó la idea con escepticismo. Cuando su amiga le contó que posaría en otro tipo de pintura, vagamente insinuó que sería algo más maduro, artístico y quizá, atrevido. Dudaba que una temática de fantasía entrara en esa categoría —. Aunque con lo exigente y autoritaria que se ve que es, quizás primero tenga que consultarle si está de acuerdo.
—Bueno, en realidad puedo asegurarle que ella escogerá algo totalmente opuesto a eso — la sonrisa abierta que Sakura esbozó hizo a ambos hombres presentes querer que estuviera en la versión final. Era simplemente demasiado encantadora.
—¿La conoce bien? — Sai cuestionó, interesado.
—Desde que éramos niñas. Teníamos siete años la primera vez que nos vimos y desde entonces hemos sido como hermanas — ella relató con inmenso amor al evocar a la rubia y su vínculo tan cercano —. Ella es una de las pocas personas preciadas que tengo en mi vida.
Para sus adentros, Sasuke se sintió ligeramente celoso de la familiaridad y cariño con el que Sakura hablaba de otra persona. Por motivos que comenzaba sospechar, le gustaría que también hablara de esa forma sobre él con otras personas. Que lo reconociera como un ser especial para ella con la esperanza de que los demás también lo identificaran así:
Un hombre al que Sakura Haruno adora y al que es muy cercana.
—Tengo entendido que no se rodea de mucha gente y no es precisamente por elección propia.
—Se ha enterado muy rápido de cómo funcionan las cosas por aquí — de nueva cuenta, ella no pareció sorprendida o afectada por sus palabras. De hecho, ya esperaba escucharlo señalar su cuestionable posición social.
—Soy como un buzón para que quien quiera deposite sus cotilleos, sin necesidad de que se los pida — Sai mencionó encogiéndose de hombros y luego con un gesto manual le indicó a la doncella que tomarían un descanso. De inmediato, Sakura exhaló aire como si hubiera estado todo el tiempo conteniendo la respiración y se puso de pie —. Además, soy muy observador y creo que no me equivoco al pensar esta actitud de los demás no es solo hacia usted, ¿verdad?
—Ojalá pudiera decirle que no, pero tiene razón — la pelirrosa lució decepcionada y aunque no lo dijo, sorprendentemente, Sai evocó a la misma persona en la que ella pensó.
—El día de la reunión del pueblo creo que identifique a una de esas personas, sobre todo por cómo se mantenían alejados de él — el pintor entrecerró los ojos mientras recordaba las características que pudo identificar en dicha persona —. Alto, mortalmente aterrador, con una cicatriz en la cara y sin un...
—Su nombre es Sasuke. El señor Uchiha, más bien — antes de que pudiera terminar Sakura lo interrumpió con altivez al tiempo que fruncia el entrecejo —. Y no es aterrador.
Desde las sombras, el susodicho se sorprendió gratamente por su defensiva actitud y decidió que podía pasar por alto la grosera descripción de Sai sobre él solo porque con ella había conseguido ver ese lado protector e indignado de la Haruno.
Al parecer, de la misma forma en que él nunca dudaría en dar un paso al frente para defenderla de quien intentara insultarla, ella estaba dispuesta a lo mismo.
—Oh, ¿también lo conoce? — la reacción inmediata de la joven a su pregunta fue removerá con nerviosismo, lo que intrigó a su interlocutor y lo motivó a ir más allá, con astucia—. ¿Es acaso una de esas pocas personas preciadas de las que me habló hace un momento?
Habiendo dado en el blanco, Sakura se ruborizó hasta las orejas y soltó un débil gemido, aturdido. Una respuesta verbal que interesó aún más a Sasuke y le hizo agradecer al sagaz pintor por su boca entrometida. Ahora estaba más que satisfecho consigo mismo por haber decidido salir de su casa y vigilar ese encuentro.
—E-él es un... ¿cercano conocido?
El término, o más bien la pregunta, desconcertó a los tres presentes por igual y cada uno por su lado esbozó una mueca confundida.
—¿No se refiere más bien a un buen amigo? — Sai enarcó una ceja al tiempo que se acercaba a ella, ofreciéndole un vaso con agua, lo que la joven aceptó, gustosa.
—Es que no tenemos tanto tiempo conociéndonos, ni hemos convivido mucho... — Sakura reflexionó un momento mientras sus uñas tintineaban contra el cristal, para después sonreír casi imperceptiblemente —. Pero él es muy agradable, atento y bueno conmigo, podría incluso describirlo como encantador.
Una vez más el asombro y la vergüenza se apoderaron del hombre escondido. En toda su vida nadie se había referido a él de esa manera con una intención que no fuera otra más que bromear y ni en sus mejores sueños pensó que precisamente Sakura lo llamaría así.
¿Realmente esa joven era tan inocente y fácil de complacer que podía considerar encantador a alguien como él?
Mierda, no podía ser que sus pensamientos sobre ella fueran tan recíprocos, Sasuke se dijo a sí mismo en su licuada mente. Era demasiado bueno para ser verdad.
—¡Oh, ya veo! ¡Usted está enamorada de él! — Sai concluyó chasqueando los dedos, como si hubiera tenido una gran revelación.
—¿Q-qué dice? — oficialmente ese pintor se había convertido en la persona que más la había hecho avergonzarse en toda su vida. Todo en un tiempo récord.
—Bueno eso parece. Un hombre que aprecia, pero le da miedo encasillar como amigo, intuyo que no solo porque no se conocen tanto — el hombre explicó con facilidad y una expresión resuelta —. Sí, a mí me suena a enamoramiento.
Por un segundo un denso silencio reinó en el gran jardín mientras Sakura, completamente apabullada y nerviosa, reflexionaba lo que diría a continuación y Sasuke esperaba expectante a que lo hiciera.
Ese pintor acababa de abrir una caja de Pandora y no había una persona en todo el mundo que quisiera conocer los verdaderos sentimientos la pelirrosa más que el Uchiha. Ni siquiera estaba seguro de qué era lo que quería escuchar, pero por dentro un abrasador fuego de expectativa comenzó a quemarle y hacerlo sudar.
Sus ojos oscuros se movieron frenéticos mientras recorría la expresión de Sakura tramo por tramo e intentaba descifrar lo que había tras esos ojos asustados y sus labios entreabiertos.
"Anda, ángel. Sé sincera, prometo que aceptaré tu respuesta, sea cual sea"
Mentira.
Siempre había sido caprichoso y temperamental y, si acaso la respuesta de la joven no lo satisficiera, podría perder el dominio de sus emociones, llegando incluso a salir de su escondite para reclamarle.
"¡¿Qué me hace falta?! ¡¿Qué es lo que necesitas para enamorarte de mí?!" sería algo muy cercano a lo que podría gritarle.
Había acumulado mucho anhelo y aspiración respecto a ella desde el día que se conocieron y, al parecer, solo se necesitaba esa situación como esa para hacerlo explotar.
Sus sentimientos por Sakura se habían vuelto demasiado desenfrenados además de confusos.
—N-no, yo... Yo jamás me atrevería a sentir algo así... Por nadie.
Sin embargo, aunque miles de posibles respuestas cruzaron por la mente de Sasuke, esa no fue una de ellas, como tampoco la forma en que los hombros de la chica cayeron y su mirada se ensombreció de una forma que no hubiera creído si no la hubiera presenciado.
Entonces sus antes aceleradas emociones se frenaron en seco y su perceptiva oscilante entre el optimismo y el pesimismo quedó en un punto medio.
Ahora no creía tener voz ni voto en esa cuestión ni que hubiera manera de que se tomara personal algo que parecía serlo únicamente para Sakura.
Sus simples palabras bastaron para hacerle ver a él y a Sai que no debían indagar más en su visión sobre el tema, porque ni siquiera veía el amor en general como algo de lo que considerarse digna o capaz de desear.
Una vez que la tarde cayó y la sesión finalizó, la joven pudo retirarse en compañía de su hermano Gaara, quien resultó haberla estado esperando todo el día pacientemente, y dar por terminado ese día tan lleno de emociones encontradas.
Sai había estado inspeccionando largamente todos los detalles de la pintura y haciendo notas mentales sobre lo que debía mejorar y arreglar. Como siempre, había hecho un trabajo excepcional, pero, después de haber cuestionado a su modelo sobre sus sentimientos ya no hubo una luz o alma que pudiera retratar.
Sin querer había arruinado el resto de su sesión y ahora sentía que no había plasmado por completo la esencia alegre y tierna de Sakura, quien luego de aquello se mantuvo silenciosa hasta que fue hora de marcharse.
Pensó en quedarse unas horas más y tratar de solucionarlo haciendo uso de la imagen mental que tenia de ella previo al desastre, pero antes de que pudiera hacerlo, sintió una presencia acechándolo en las sombras.
—¡Oh, vaya! — suspiró al darse la vuelta —. Yo sabía que tenía razón en llamarlo aterrador.
—Gran forma de saludar a alguien que no conoce, señor Shimura.
—Mis disculpas, es que no esperaba su visita y mucho menos que fuera tan discreta — Sai compuso una de sus sonrisas falsas para su acompañante quien se acercó hasta ponerse junto a la vela que acababa de encender —. Señor Uchiha, ¿cierto?
—Directamente salido de sus peores pesadillas — ironizó el mencionado.
—Nuevamente le pido me disculpe, no era mi intención ofenderle. Pero dígame señor, ¿a qué se debe su presencia?
Haciendo uso de su característica habilidad de intimidación, Sasuke se cuadró de hombros y redujo aún más la distancia entre él y el pintor al tiempo que también afilaba su mirada. Si bien Sai no era un hombre bajo, se sintió sumamente pequeño frente al imponente pelinegro y no pudo evitar mostrar confusión en su rostro por la repentina hostilidad.
—Está pintando a la señorita Haruno.
No fue una pregunta sino más bien una afirmación y ante la mención de su modelo y contando con el conocimiento de su relación con ese hombre, Shimura casi sonrió en entendimiento, aunque pudo lograr contenerse.
—Es correcto y, cómo ve, será una obra magnífica cuando la termine — mencionó ofreciéndole mirar su lienzo incompleto, sin embargo, Sasuke no apartó su mirada implacable de él.
—Sin duda lo será, pero más que importarme su capacidad para lograrlo me interesa discutir su trato con ella.
A Sai no le sorprendió en absoluto que ese fuera el tema por el que estaba ahí. Había leído en algún lugar que los hombres intensos y fríos como el señor Uchiha a menudo eran posesivos y celosos con lo que consideraban suyo.
—Oh bueno, como con todas mis modelos me aseguro de que este cómoda y que se sienta segura...
—¿De verdad hace que se sienta a salvo? — el cuestionamiento no solo fue incrédulo, sino también retador.
—¿Disculpe? — hasta donde sabia, no había hecho nada que atentara con la integridad de la Haruno... Fuera de cuestionarla sobre sus relaciones personales.
—Voy a ser lo más directo posible, señor Shimura, no me gusta perder el tiempo — a Sai le preocupó cómo su tono de voz se oscureció todavía más que antes, pero sólo asintió lentamente —. La señorita Haruno no es una persona a la que pueda dirigirse como haría con cualquier otra persona. Acaba de conocerla, pero sé que puede ver lo gentil, suave e inocente que es.
—Soy consciente de ello.
—Tener la menor muestra de dureza o desconsideración con ella no solo sería inmerecido sino un error garrafal que yo personalmente estaría dispuesto a corregir — hizo una pausa con la que la tensión en su acompañante creció hasta el punto en que el aire que aspiraba e iba a sus pulmones se sintió inusualmente denso. No era para menos, Sasuke estaba logrando sin ningún esfuerzo parecer un ser de ultratumba —. Y créame, no quiere meterse conmigo. Nadie quiere y es por una buena razón. Podría arruinar su vida si quisiera e incluso enterrarlo a usted y su reputación tres metros bajo tierra sin que hubiera nadie dispuesto a ir contra mí y mover un dedo por usted...
—Señor Uchiha, esto no es necesario — incomodo por sus palabras, Sai lo interrumpió
—Claro que lo es. He oído de usted y no pienso dejar que este cerca de Sakura sin al menos una advertencia.
—¿Sakura? — el pintor enarcó una ceja.
—Q-quise decir la señorita Haruno — el Uchiha se corrigió rápidamente, pero fue muy tarde.
El astuto hombre de sonrisa falsa vio una pequeña grieta en la armadura de tirano de Sasuke y decidió usarla para invertir el rumbo de la conversación.
—Bueno usted puede llamarla cómo quiera, ¿no? Después de todo sé que son muy cercanos.
—N-no lo somos — el pelinegro más alto esta vez retrocedió e intentó mantenerse lo más recto posible.
—Yo creo que sí. Ella también me lo ha negado, pero, con su intervención, acabo de comprobar que efectivamente entre ustedes hay algo — esta vez fue el turno de Sai de tomar el mando y cruzarse de brazos.
—Eso no es asunto suyo. Entrometerse en lo que no le importa es justo a lo que me refería con ser desconsiderado hacia ella.
Aun cuando el rostro y la voz de Sasuke eran furiosos, el pintor no retrocedió en sus intenciones. No tenía idea de porqué lo hacía, pero estaba muy intrigado por ese par. Tanto que estaba dispuesto a pisar terreno peligroso.
—Oh vamos, señor Uchiha, no se moleste. A nadie le sorprendería si fuera así, de hecho, cualquiera opinaría que son tal para cual. Perfectamente, el uno para el otro.
No obstante, contrario a lo que sus demás afirmaciones habían logrado con el hijo del vizconde, esa última consiguió hacerlo perder los estribos y explotar como si hubiera presionado el interruptor equivocado.
—¡Jamás! ¡En toda su vida vuelva a poner a Sakura en el mismo saco que yo! ¡¿Me escucha?! — exclamó como si fuera un emisario salido directo del infierno.
—¿Q-que tiene de malo? — Sai trató de no lucir demasiado asustado pese a que los ojos frenéticos y el gran grito de su acompañante lo hicieron temerle.
—¡Que eso es una blasfemia! ¡No hay punto de comparación entre nosotros! — completamente fuera de sí, Sasuke descuidó las siguientes palabras salidas de su boca y le importó poco lo que el pintor pudiera inferir sobre ellas —. ¡Sakura es preciosa y perfecta como un maldito ángel! ¡Nada en este asqueroso mundo es como ella! ¡Mucho menos yo!
—Señor Uchiha...
—¡Míreme! — exigió en un grito que resonó por todo el lugar y se señaló de pies a cabeza —. ¡¿Acaso ve algo remotamente parecido a la belleza y pureza de Sakura en mí?!
El apasionado cuestionamiento fue lo único que consiguió dejar mudos a quiénes antes de ello eran firmes hombres sedientos de respuestas y, de cierta manera, fue como si esta vez hubiera sido presionado el botón de apagar en el pelinegro mayor.
Realmente no necesitaba que el pintor le respondiera. Aquello había sido más una afirmación para sí mismo que para él o para cualquier otra persona. Cual recordatorio de que, sin importar lo que quisiera o deseara, no debía olvidar su lugar.
Sin querer se había dado una bofetada en su propia cara.
—Ella no es como yo... Y de ninguna manera yo soy como ella, ¿lo entiende? — Sasuke preguntó con la voz más controlada.
Con la furia de la bestia enormemente apaciguada, pero al mismo tiempo con una evidente melancolía ahora consumiéndolo, Sai decidió por fin detenerse en sus indagaciones.
Ya no era necesario.
Ninguno de ellos, ni el hijo del vizconde ni su modelo, le habían dado una indiscutible afirmativa a lo que él intuyó podían sentir el uno por el otro, sin embargo, lo que implícitamente le habían dejado ver, decía más que mil palabras. Sobre todo, más que las no dichas.
—Sí señor, lo entiendo.
Y lo hacía en más de un sentido, su acompañante pudiera también hacerlo o no.
—Bien, así que ande con cuidado mientras esté cerca de Sakura, porque lo voy a mantener vigilado.
Y con esa última advertencia y cansado de humillarse ante un desconocido, Sasuke salió a toda prisa del lugar.
.
.
.
"Hoy es uno de esos días en los que tengo que obligarme a escribir, aunque no me nazcan las palabras para describir cómo me siento.
Dentro de mi hay una contradicción de la que no veo forma de salir. Me debato constantemente entre negarme a ver a Sakura más que como un imposible y desear que entre ambos surjan revelaciones y sentimientos románticos.
¿Por qué tiene que ser tan complicado? No solo por mi sino también por ella.
No entiendo la razón de que una doncella tan maravillosa haya tomado la drástica decisión de no encontrar el amor con nadie. Dudas como esa son las que hacen que mi anhelo por conocerla completamente se haga casi insoportable.
Tanto como mis impulsos de cuidarla, estar pendiente de ella y estar cerca suyo, pese a que no tengo cómo justificarlo.
Hoy más que nunca reconocí mi naturaleza opuesta a la suya y lo irascible que es que nos consideren iguales.
Lo único que compartimos es que ninguno es del agrado de la mayor parte de la alta sociedad en Konoha, pero esa es una cuestión que escapa de nosotros. Si eso es quitado de en medio, no nos parecemos en nada... Y si no tenemos nada en común, ¿Cómo podría haber algo más que solo comprensión entre los dos?
Definitivamente lo único que tengo claro está noche es que somos tan diferentes como el cielo y la tierra y que cualquiera que intente negarlo para insinuar que debemos estar juntos es simplemente estúpido.
Incluido yo mismo."
-Del diario de Sasuke Uchiha.
...
NOTAS FINALES:
Miren yo sé que lo más sencillo sería que Sasuke dijera "ultimadamente pos yo la quiero y se aguantan" pero si fuera así no habría fic jejeje.
Me he estado apurando para poder traerles este cap el día de hoy porque sé que muchas lo han estado esperando y espero de verdad no haberlos decepcionado. Estoy ansiosa por leer sus comentarios acerca de este cap
Como siempre quiero darles las gracias a todos los que están aquí apoyándome: Nekatniss, Noemitg-chan, blossommarie, Adrit26, minmin90 y Paty.
Mil gracias en serio por todas sus formas de apoyo, las aprecio todas y cada una, aunque realmente les animo a que si no me han dejado nunca un comentario con sus opiniones lo hagan para asi poder saber qué les está pareciendo este fic.
Plis nunca dejen de hacerlo, en serio son la razón por la que le pongo todas las ganas a esto y un gran motivo por el cual lo amo.
Otra vez mil gracias, nos leemos en la siguiente actualización! Bye!
