Capítulo 26: El significado de un campeón.
Todo el monte olimpo había parecido en silencio con la presencia de Hestia, quien con las manos en sus caderas y de pie frente a Draco, lo hace de alguna manera poder respirar nuevamente en este cuerpo traslucido. Había pensado que, al no tener ningún olimpo de su lado, la muerte sería la primera y única opción, pero por el rostro de Zeus (que había vuelto a una máscara en blanco), tiene una idea de que de todos los olimpos que pudieron apoyarlo, Hestia sin duda era la mejor opción de todos. Volteo a ver a todos, quienes parecían contener diferentes emociones al ver a la mayor de los hijos de Cronos, que hasta donde tiene entendido, le había cedido su lugar a Dionisio.
Hay silencio.
Incomodo silencio.
Pero nadie parece querer ir en contra de Hestia y Draco quiere levantarse, pero aunque es solo una representación casi astral, está agotado por pensar que estuvo cerca de morir.
Agotado.
Aunque actualmente con una mínima esperanza de no morir.
—Hermana mayor, como sabes, estamos en medio de un juicio—Zeus parece ser aún más cauteloso al hablar y si no tuviera miedo de morir instantáneamente, le habría sacado el dedo del medio y hecho una mueca con el rostro.
Estaba muy en shock para hacer algo.
Hestia sonrió dulcemente.
—Lo sé, lo sentí, Draco es un semidios joven y un gran héroe en entrenamiento—Hestia le da una sonrisa dulce, que Draco imita con una mueca al no saber que hacer—al igual que otros héroes solamente quiere ayudar a sus amigos, ha luchado valientemente en los últimos años por los que ama—está defendiéndolo, un olimpo le está defendiendo.
Draco podría llorar de alegría.
Ríe casi sin aire.
—Es hijo de un mago—dice Atenea con seriedad, Draco quiere maldecirle, pero Hestia no se echa para atrás y permanece confiada.
—Si, Orion Black claramente cometió atrocidades, pero ahora está en el tártaro pagando su condena; este niño no ha hecho nada, quien cometió el pecado fue su padre conociendo las consecuencias de sus actos—habla Hestia con voz firme.
Draco voltea a ver a Zeus, no sabe que espera, su rostro no lo delata; duda que de alguna forma hubiera admitido la culpa de esa forma.
Pero debió dolerle de alguna forma, al menos en su orgullo, las palabras de Hestia.
Duda que las acepte después de todo.
—Si su padre tiene un gramo de inteligencia jamás lo reclamaría—habla Dionisio con diversión al ver a Hestia, pero esta apenas si lo ve de reojo, su mirada firme en Zeus todo el tiempo.
—Nadie reclamaría a este niño, así que nadie podrá protegerlo de la ira de los olimpos, sin padre declarado, tenemos la potestad de determinar su futuro—Draco frunce el ceño ante las palabras del rey, pensando en la gran cantidad de niños no reclamados del campamento y como eso significa que, si ellos quisieran, podrían hacerlo lo que quieran con ellos.
Teme por un segundo.
Eso significa…si alguno de ellos hiciera algo mal, no tendrían que responder ante ningún olimpo, nadie los ayudaría. Pensó en como Lavender dijo que habían querido reclutarla antes que saliera corriendo, pero luego de ser reclamada nadie la busco.
¿Por eso algunos niños no son reclamados?
Porque sus padres no quieren hacerse responsables de sus acciones.
Luke tenía razón sobre los olimpos.
O sobre casi todos.
Hestia levanta el mentón, pero no parece afectada de las palabras de Zeus, en su lugar camina hacía Draco para rodearlo por la espalda. Nadie parece saber que sucede, pero Hera es la primera en emitir un chillido indignado cuando algo aparece sobre la cabeza de Draco y un calor aparece en su pecho.
—Hermana estas cometiendo un error—dice Hera con amargura, pero cuando Draco levanta la mirada, lo que parece un símbolo como una hoguera aparece sobre su cabeza.
Su cuerpo se siente caliente.
Muy cálido.
Sus ojos se abren viendo a Hestia quien le sonríe cálidamente, luego voltea a ver a los demás olimpos de una forma tan digna y regia, que Draco no puede más que verla con ojos asombrados llenos de emoción. Nunca había estado más asombrado y sentido más admiración por nadie en su vida, claro ama a sus padres a Percy y sus amigos, pero este sentimiento de completa devoción.
Pensó que todos los olimpos apestaban.
Pero Hestia.
Era jodidamente perfecta.
Sentía esa necesidad de jurarle lealtad por algún motivo, tal vez, porque le estaba salvando la vida.
—Yo Hestia, en este momento reclamo frente a todos a Draco Malfoy Black como mío, mi campeón—dice con voz llena de emoción, lo que causa un silencio ensordecedor en el lugar y que el ambiente pareciera caer algunos grados.
Metafóricamente.
Todo sigue cálido por las llamas de Hestia a su espalda.
Pero el rostro de la mayoría de los olimpos da un poco de miedo.
—¿Un campeón? —dice Afrodita luciendo emocionada y aplaudiendo, pero Zeus le manda una mirada de advertencia que la hace silenciar divertida.
—Hestia—llama Zeus, pero Hestia se apresura.
—Le diste un campeón a tu esposa, todos sabemos sobre Jason—Draco pestañea ante las palabras de Hestia, no sabe de quien habla—Poseidón claramente quiere a su hijo Perseo, mientras que otros como Hades favorecen a sus hijos; yo tengo igual derecho que todos para elegir un campeón—
—Este niño es una aberración—duelen, las palabras de Zeus duelen, la mano de Hestia sobre su hombro es reconfortante.
Aun así, siente dolor.
Desprecio.
Sufrimiento por su el hombre que lo creo.
—No ha hecho nada malo—
—Pero puede hacerlo, esta maldito, Apolo no puede verlo, nació fuera de cualquier profecía normal, es un peligro para nosotros—
—Es mío, yo lo elegí, lo guiare por buen camino—
—No lo sabes—
—Ahora es mío hermano, lo he elegido como campeón y como mío, solamente si su padre del olimpo quiere reclamarlo puede intentar arrebatarme su derecho; pero, aun así, si lo hiciera, puedo pelear por él—habla Hestia con el mentón en alto, Zeus parece congelado, así que Hestia sonríe.
Los olimpos quedan en silencio.
Draco mira en todas direcciones asombrado.
—Pero entiendo tu punto, no quiero quitarte el trono que te dimos—Zeus parece crisparse ante la elección de palabras de su hermana—entonces propongo una votación, todos aquellos en favor de que Draco Malfoy viva, levanten la mano—indica Hestia levantando la mano.
Aunque ella dio su trono, aunque ella no es de los 12 por elección propia, parece demandar la palabra y obligar a cualquiera a intentar detenerla si se atreven.
Esperen.
¿Una votación?
Quiere decir que no lo haga, hasta que ella llego nadie lo había protegido, nadie votaría a favor de mantenerlo con vida.
Una mano se levanta casi de inmediato.
Draco se ahoga, Hestia sonríe con cariño, Hades se mantiene con el mentón en alto ante la mirada iracunda del rey del olimpo. La mirada de Zeus parece querer obligarle a bajar la mano, pero Hades solo sonríe satisfecho.
—Hermana—gimotea Apolo cuando Artemisa es la siguiente en levantar la mirada, Draco ve a la diosa de la luna con incredulidad.
—Una de mis cazadoras tiene un vínculo con el mestizo, ella me suplico su protección y todos saben que un vínculo roto es doloroso, no puedo rechazarla—aunque al hablar claramente no ve a su padre Zeus.
La mano de Poseidón es la siguiente, ve al padre de Percy incrédulo, porque hasta entonces no lo protegió sin darle mucha importancia y este parece contrariado al levantar la mano.
—Mi forma de votar es similar a la de Artemisa—ambos intercambian miradas, no muy felices al respecto por estar de acuerdo con eso.
La próxima mano fue la de Afrodita, quien parece divertida y Draco le da una mirada contrariada.
—A diferencia de los otros en el olimpo, soy más antigua que ustedes, puedo ver un poco sobre los Panteones y el futuro de Draco Malfoy en el amor es tan encantador, si puedo mantenerlo con vida más tiempo estaré encantada—dice la mujer con una sonrisa divertida, con la apariencia de un cabello negro azabache y ojos grandes de color verde que lo hacen sentir nervioso.
La mano de Deméter lo llega a sorprender, porque se levanta casi al mismo tiempo que Hefesto, Zeus parece cada vez peor.
—Se lo que es sentirse no deseado—es lo único que dice Hefesto dándole una larga mirada a Hera, que aparta la mirada a su esposo.
Deméter solo lo mira fijamente, casi interesada antes de suspirar.
—Hace muchos años recibí una advertencia que hasta ahora no tiene sentido, puede o no puede que, en el futuro, este chico pueda ayudar a una de mis hijas en su camino—dice con tranquilidad.
Draco se queda incrédulo, ninguna otra mano se levanta por un rato, pero la de Dionisio parece hacerlo luego de un rato de silencio; a diferencia de sus familiares no dice nada. Hay una mirada casi divertida en este cuando lo ve, Draco no sabe que decir. Por último, la mano de Hermes se levanta y Draco piensa en Luke, hay una extraña mirada de parte de este antes de apartar la mirada sin decir nada tampoco.
Las manos que no se levantan son las de Apolo, Atenea, Ares, Hera y Zeus.
Hestia sonríe.
Todos miran a Zeus, que no importa que diga sobre consenso o congreso o unión, todos esperan la decisión de este.
La mirada de Zeus, fría y sin emociones esta sobre Hestia que no deja de sonreír.
—Puede que este sea el día donde condenes el Olimpo—determina Zeus y la esperanza crece en Draco.
—No seamos dramáticos hermanito, no olvides quien te obligo a jurar que me quedaría virgen y que nadie se casaría conmigo; puedo criar bien a mi campeón—dice Hestia con una mirada cálida a Draco, quien le da una mirada patética y esperanzada.
Le ha salvado.
Hestia le ha salvado.
—El congreso ha decidido que Draco Malfoy Black no será condenado a muerte y por el momento Calipso queda rezagada a ser un mortal sin poderes—piensa en quejarse, pero no dice nada del shock, había olvidado a Calipso un momento—a pesar de los crímenes del semidios al nacer entre un olimpo y un mago de otro panteón, en este caso se considera una excepción al semidios ya que su padre no se ha aparecido y Hestia lo ha reclamado como su campeón; cualquier consecuencia será enfrentada por ella—determina viendo a Hestia como si esperara que se arrepintiera.
Hestia solamente hace una ligera reverencia.
—Lo entrenare bien, será un campeón como ninguno y protegerá a los demás como mi legado—las palabras de la mujer duelen un poco.
Solo quiere vengarse, ser fuerte, demostrarle a Zeus que puede vencerlo por lo que le ha hecho. Pero cualquier sentimiento de resentimiento, es pequeño comparado al agradecimiento de Hestia por confiar ciegamente en él.
—El juicio se termina, cualquier transgresión que cometa el semidios, ahora será juzgada como alguien reclamado por Hestia, así que esto termina ahora—gruñe Zeus con hostilidad, logrando que uno por uno, los olimpos comiencen a desaparecer de sus tronos.
El ultimo es Hades, quien parece divertido levantando un dedo, como si quisiera indicarle que lo que hizo por él es uno de los favores que le debe.
Draco quiere gritarle que no hizo nada, que fue Hestia, pero Hades fue el primero en levantar la mano así que bufa viendo a otro lado.
Hestia se aparece frente a él, nuevamente, como la niña que había visto en el campamento frente a la fogata; muchas cosas cobran sentido por un momento. Las manos de la niña toman sus mejillas suavemente y Draco solamente sonríe con torpeza, con ganas de llorar y aliviado de que esta con vida.
—Pensé que iba a morir—susurra alarmado, a lo cual Hestia solamente lo silencia con susurros sin sentido.
—Tu futuro puede ser desconocido para nosotros, pero tu alma, oh Draco es tan hermosa y cálida, sabe amar tanto y si se nutre correctamente; serás una gran ayuda para tantos. No puedo abandonar a un alma como la tuya en apuros. Ahora mi campeón, tu vida no será fácil, pero prometo cuidarte tanto como pueda…ella no te apartara como quiere hacerlo, no pude proteger a mi querido Patroclo, pero no cometeré el mismo error dos veces…mi bendición será para que no importa lo que pase, siempre un vínculo te salve—dice Hestia con todo el cariño que alguien puede tener, entonces da un beso a su frente.
Y cae al vacío.
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Jadea de sorpresa mientras se incorpora, todo su cuerpo duele horrores y al mismo tiempo es nebuloso, hay muchas preguntas y ninguna respuesta, pero no puede más que volver acostarse con un gimoteo de dolor. Hay movimiento a su alrededor, cree ver a Will aparecer por su mirada, pero en realidad está cansado y también hay ojos verdes. Intenta sujetar la mejilla que parece la de Afrodita, se siente mareado, todo su cuerpo ahora se siente entre el dolor y la niebla.
—Lindo—dice sujetando las dos mejillas de lo que cree es Afrodita con diversión—verde lindo—susurra antes de reírse ligeramente.
Cree ver las mejillas rojas, pero es Will quien lo voltea.
—Draco deja a Harry tranquilo, pensábamos que estabas muerto, luego aparece el símbolo de Hestia sobre ti; Quirón dice que es imposible que seas su hijo, pero nadie sabe que paso luego que te desmayaste sangrando—habla Will alarmado, pero Draco no puede pensar en nada más que la hoguera.
Una hoguera cálida en su espalda.
Que lo protegió de los olimpos.
Que lo salvo.
Que lo abrazo con calidez.
—Hestia, linda, cálida…a salvo—se siente cansado de repente, el recuerdo de los ojos marrones de la mujer que lo salvo se entrelazan con la sensación de flotar en una nube de algodón.
—Malfoy no te duermas, Quirón dijo que no podemos dejarte perder la conciencia—habla alguien, hay una forma de rayo en su frente y Draco arruga la frente.
No le gustan los rayos.
Zeus malo.
Quiso matarlo.
Malo.
Entonces procesa que no es Zeus, que no es malo.
—Harry, Harry, Harry—canturrea con una risa tonta sujetando más las mejillas del niño, que parecen volverse cada vez más rojas—lindo verde, lindo verde…lindo…—no sabe que dice, pero entonces es como si todo se volviera oscuro.
—Draco—es el llamado de Will alarmado, pero sus manos caen contra su costado y siente la oscuridad llamarle.
Sueño.
Cansado.
Lindos ojos.
Verdes.
Sueña con un armario, está encerrado, hay un niño de lindos ojos a su lado y aunque se siente solo, Draco solamente toma asiento con él.
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La próxima vez que abre los ojos, se siente menos como un sueño y más como un golpe contra una pared de metal (ya ha pasado, sabe cómo se siente) y gimotea ante la luz que entra por la ventana de la enfermería. Toma asiento sintiéndose como un anciano de 90 años con un fuerte dolor de espalda, la enfermería se encuentra vacía y por algún motivo siente unas ganas de vomitas bastante intensas. Sus recuerdos comienzan borrosos, hasta que se forman bien en lo sucedido en el monte olimpo, todo lo demás es borroso.
¿Se había despertado y dicho algo?
No importa.
Piensa un momento en Zeus con amargura, en sus palabras, en la forma que claramente quería manipular todo para que muriera.
Su propio padre.
Ve a la nada un momento, antes de suspirar y pensar en Hestia, en su presencia cálida y en la forma en que lo tomo como suyo.
Que sentimiento tan extraño.
Claro que le había agradado antes Hestia, pero hasta entonces, no había significado nada más que un Olimpo agradable; ahora era diferente. Ella había dado un paso al frente de los otros olimpos, no bajo el mentón, estaba dispuesta a luchar por él en todo momento e incluso lo bendijo. Todo aquello que alguna vez había querido en secreto que hiciera su verdadero padre, lo hizo esa mujer.
Es como los muggles, piensa casi divertido y amargado. Todo lo que una vez había pensado sobre la supremacía de sangre pura, había caído desde que se convirtió o reconoció que era un semidios. Personas que nunca pensó que eran importantes, se habían convertido en su todo.
Como Sally Jackson.
Lee Fletcher fue quien entro por la puerta, parece sorprendido de verlo despierto y luego de un suspiro se aproxima hacía él. Draco se siente un poco mareado, pero cuando Lee utiliza de golpe un himno sanador, se siente muy bien de inmediato.
—Parece que tus órganos internos se han sanado por completo, todo fue un caos por aquí cuando te desmayaste—dice este cambiando la venda de su pierna con tranquilidad, ni siquiera sabía que estaba herido hasta que sintió un poco de dolor.
—¿Órganos? —cuestiona confundido.
Lee lo mira de reojo, toca su mejilla, Draco se siente un poco incomodo y solo suspira ante la calidez que emana su magia sanadora de hijo de Apolo.
—Colapsaste, tu cuerpo estaba muriendo, prácticamente eras solamente una línea delgada entre la vida y la muerte, el niño Jackson se puso como loco y ese mocoso de Hades…ninguno de tus amigos lo tomo bien—admite Lee con calma, Draco mira hacía la puerta y Lee niega—hace unos días fue obligado a seguir la misión, se marchó con Annabeth y Nico, ocupaban buscar alguien que viera tras la niebla; no quería irse, aunque no estaba permitido en la enfermería cuando…—pareció dudar—no tomo bien cuando la magia de nosotros no funciono, parecía realmente mal y te abrazaba en ese estado, fue bastante aterrador; al final dejamos solo que Will y el chico Potter te vigilaran ya que estaban preocupados y se comportaron mejor que Lavender que no dejaba de patear a todos que se acercaban a ti, entonces paso todo esto de ser reclamado por Hestia—
—¿Espera qué? —
—El símbolo de Hestia apareció sobre tu cuerpo inconsciente, luego de eso dejaste de morir, pero no despertabas, al menos luego de eso la magia sanadora de todos pudo ayudarte…no me agradabas mucho cuando llegaste, pero debo admitir que eres uno de nosotros ahora, alguien que debemos proteger y que quiere protegernos; no iba a dejarte morir—
Draco se encuentra un poco sobrecogido por Lee, un chico mayor, que siempre había cuidado mucho de todos en el campamento y especialmente de sus hermanos menores.
No es que lo hubiera dejado por fuera apropósito, pero ahora mientras lo estaba curando, como Draco vio hacer con otros niños.
Fue, incluyente, fue como sentirse más aceptado que con otras acciones.
Se sintió conmovido.
—Tengo que ir con Quirón—dice Draco, a lo cual Lee lo mira un momento como si quisiera negarse, pero algo en su rostro le hace solamente suspirar.
—Eres un niño problemático Draco Malfoy—
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No se siente orgulloso de ir en la espalda de Lee, solamente con unos pantalones de tela negros y la estúpida camisa del campamento, pero no hay mucho que elegir. En la casa principal parece haber una reunión importante, todos parecen en movimiento, hay una lucha inminente por iniciar en cualquier momento y está nervioso. El rostro de Calipso está ahí, luciendo casi petrificada en medio de todos y cuando Draco aparece hay una especie de ligero alivio. Draco quiere decirle que no es tan importante y que, si le salvo es por Percy, pero igualmente acepta la ayuda de Lee de colocarlo sobre una banca ya que aún le cuesta estar de pie.
Potter está ahí, al lado de Will y Lavender, los últimos dos con ojos hinchados como si hubieran llorado.
Los tres luciendo claramente aliviados de verlo.
Quirón camina hacia él, dándole un pequeño examen visual y suspirando notoriamente con lo que sea que vio.
Sabe que debe decir algo, se mueve incomodo, no sabe de que iba la charla, pero ahora le toca a él explicar que ha pasado.
Así que lo hace, menos la parte donde Zeus es un hijo de perra que es su padre y que claramente lo traiciono frente a todos. Solo la parte donde querían asesinarlo a él (tal vez a Calipso), por lo que hicieron Percy y él, por lo cual Hestia lo había tomado bajo su ala.
No comenta sobre ser su campeón, por algún motivo, eso parece algo que no debería decir a la ligera.
—No es común que esto suceda, pero Artemisa tiene un trato similar con sus cazadoras—intenta argumentar Quirón pensativo.
Si bueno, Hestia lo ha reclamado y Hestia no tiene una cabaña fija en el campamento, así que seguirá en la cabaña de Hermes después de todo.
Mira a Calipso, que parece frustrada.
—No tengo magia, escape de mi prisión, pero no soy de utilidad para la lucha—parece frustrada al hablar y Draco solamente asiente pensativo, si la lucha fuera a estallar en este momento.
¿Podría hacer algo?
Lee dijo que sus órganos dejaron de correr en peligro, pero su cuerpo sigue siendo un poco resentido y hay una tensión de que en cualquier momento podrían ser asaltados.
Siente el vínculo con Percy débil, tenso, está en el laberinto.
—Por ahora no importa, seguimos con las preparaciones, Draco quedara al cuidado de Lavender Brown, aunque apreciaría que le enseñaran un poco del lugar a Calipso por el momento; Harry Potter también sería bueno que estuviera en este grupo—intenta ser amable, pero le da una vaga mirada a Potter, que lo hace encogerse y este se pone sobre sus pies.
Lavender es rápida a su lado para abrazarlo, aunque Will quiere ir con ellos, Lee lo llama para que le ayude en algo, ve a Will bufar y lo despide con su mano suavemente.
Está cansado.
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—Dormí una semana entera—dice Draco sin creerlo inicialmente, pero luego suspirando y aceptándolo un poco rápido.
¿Es realmente lo más raro que le ha pasado en su vida?
No.
No lo es.
Lavender está en medio de la manta que ha puesto detrás de algunas cabañas, donde la mayoría de campistas no pasaban. Calipso está sentada a su lado y Potter frente a ellos un poco incomodo, pero en defensa de Draco, parece mejor alimentado que cuando lo encontraron; parece inquieto.
¿Cuándo era luna llena?
No tiene un seguimiento de esto.
—Percy estuvo bastante…irritable—Lavender mira a Potter y Calipso buscando una palabra, ambos hacen muecas iguales—preocupado podría ser una linda palabra, pero ocupaban ir de misión, estaba seguro de negarse hasta que…bueno fuiste reclamado, dejaste de morir…pensó que si terminaba la misión podría pedir ayuda de su padre. Antes de irse Nico estaba un poco en pánico, parece que puede sentir cuando alguien está cerca de la muerte y parecías que ibas a morir en cualquier momento—añade pensativa y algo cansada.
Tiene ojeras.
Draco asiente distraído con la espalda en la pared, una mano en su mentón pensativo.
Claro que se siente bien saber que Percy se preocupó por él, pero espera que esa preocupación no cause algún problema durante la misión. Espera que Annabeth y Nico lo mantengan a salvo. Se sorprende que aunque el vínculo está ahí, está más preocupado por lo que significa la posible lucha en el campamento, especialmente para las personas frente a él.
Lavender era fuerte, o al menos, estaba en camino de serlo.
Calipso era un mortal.
Potter un metido.
Draco apenas con vida.
—Ocupamos un plan de respaldo urgente para cuando inicie la lucha, creo que Lavender podría usar bastante bien la niebla para ocultar tanto a Calipso como a Potter—señala rápidamente, ganando la mirada de reproche de tres pares de ojos, pero los ignora.
—Puedo defenderme—anuncia Potter.
—No, aquí no, tal vez en otro mundo eres famoso, pero aquí no—le da una mirada larga, que hace al niño lucir alterado—créeme, lo sé, llegue hace 3 veranos y sé que este mundo es diferente, ocupas protección te guste o no—
—Puedo luchar—
—No—
Potter parece ahora fúrico y es incómodo cuando Lavender se aclara la garganta, luciendo bastante intimidada ante la mirada furiosa de Potter y la suya molesta.
—En realidad Harry ha estado entrenando con los niños, puede que no sea el mejor espadachín, pero tiene buenos reflejos e instintos—dice Lavender para su propia sorpresa y Draco toma un segundo en procesar porque sería eso.
Porque es un hombre lobo, le da una mala mirada a Potter que contesta con una sonrisa algo fanfarrona.
—No, deberíamos confiar en Percy—cuestiona Calipso de forma abrupta, claramente incomoda y bueno, estaba enamorada del chico.
Pobre, siente un poco de empatía.
Y lastima.
Enamorarse de Percy Jackson parece una especie de ritual a los nuevos a estas alturas.
—Confió en Percy mi vida—anuncia Draco para sorpresa de Calipso que se vuelve roja por algún motivo y el rostro amargo de Potter—es mi mejor amigo y…oh por el amor de Hestia no me mires así, también tuve un obvio enamoramiento de él—añade viendo el rostro de Calipso.
Todo queda en silencio.
—¡¿Qué?! —pregunta la chica con sorpresa y Potter a su lado abre la boca.
Ah.
Cierto.
Ellos no saben que es Gay.
Se encoge de hombros.
—Soy gay—la boca de ambos se abre más, pero no importa—lo cual ahora no importa mucho—hasta ahora Potter ha sabido guardar secretos, espera que este también—todos tienen este enamoramiento por Percy Jackson en algún momento, pero lo importante es que él está en una misión y nosotros tenemos la nuestra que es proteger el campamento; ustedes dos forman parte temporal del campamento y tenemos que protegerlos por igual—finaliza con tranquilidad y seriedad.
Va para su cuarto año en Hogwarts, ya no es un niño en su primer verano, ahora tiene responsabilidades.
Tiene que proteger a otros.
Como había hecho Luke, o al menos como debería hacerlo. Si bien la idea de Luke sobre los olimpo no es errónea y Draco sabiendo lo que sabe, se habría visto dudado a aceptar su lado solamente por despecho; la verdad es que también va a enseñarle a ese idiota a que puede hacer las cosas mejores que él.
Se intento poner de pie de forma bastante heroica, por la mirada de sorpresa de los dos chicos nuevos por sus palabras, solo para caer al suelo tosiendo sangre.
—Idiota, Will dijo que aún te faltaba recuperación—gruñe Lavender a su lado arrodillada, Draco no tose mucho, pero hay sangre saliendo de su boca y al final.
Potter lo tiene que llevar sobre su espalda a la enfermería.
Tanto por verse bien.
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La lucha llega poco tiempo después, Draco estaba en medio de la enfermería discutiendo con Will sobre una estrategia sobre mitomagia, porque ambos estaban unidos en su deseo de vencer a Nico en algún momento. Aunque Nico tenía muchas estrategias, claramente tiene preferencias por usar a Hades y Draco le estaba explicando que la mejor forma de vencerlo era usando cartas como Afrodita y Perséfone juntas, quienes, aunque no eran buenas en combate separado eran la mejor estrategia para Hades.
—Anthony me enseño ese truco—admite Draco divertido, Will hace un bufido y Potter quien parecía no interesado en salir al campamento y disfrutar con muchos adolescentes idiotas como él.
Estaba siempre a su lado.
Era molesto, porque claramente ambos no se llevaban bien.
Pero Potter parece confiar un poco más en él que en los demás, supone que es porque este mundo es demasiado nuevo y grande para él; además Draco fue igual al inicio. Su confianza se había puesto totalmente en Luke, porque le brindo la mano, era genial y guapo.
—¿Goldstein? —pregunta Potter luego de un rato pensando y arrugando la nariz.
Es curioso, sus pensamientos vuelan un poco a Anthony y se sonroja ligeramente abochornado, el ceño de Potter se hace más marcado. Tose un poco tras su puño para intentar aclarar sus pensamientos, no le ha escrito a Anthony y en realidad no es que sean nada, aparte del beso en la mejilla.
Conor ha llegado más lejos con él para su desgracia.
Pero con Anthony había la posibilidad, una pequeña pero latente de alguien interesado en él; no sabe que tan lejos podría llegar. No solo la diferencia entre ambos mundos, Anthony nunca lo sabrá todo y eso le hace sentir incomodo; pero si fuera por eso, nunca saldría con nadie. Es joven, puede darse este lujo, de ser un adolescente casi normal una vez en su vida.
Aunque el no haberle enviado cartas o intentado hablar con él, podría haber hecho que el chico perdiera el poco interés que Draco había ganado.
—¿Qué tiene de malo? —pregunta Draco sin duda a la defensiva, Will comienza a verlos preocupado y Potter solamente se cruza de brazos sin decir nada—cuando les dije que me gustaba Percy hace tiempo también hicieron esa cara, no sabía que eras Homofóbico Potter—acusa claramente molesto, porque no está de humor para soportar esa clase de mierdas ahora.
Lo sabe, no todos en el mundo mágico (aunque es casi mínimo) aceptan esta clase de relaciones y en el mundo muggle, es algo que odia; las personas del mismo sexo o diferentes a lo "normal" no están bien vistas. Draco ama todo lo que ha descubierto del mundo muggle, pero eso es lo único que realmente le incomoda y el pensar que Potter es así.
Bueno.
Se siente incómodo al respecto.
Todos en el campamento lo habían tomado tan bien, que se siente a la defensiva.
—No soy homofóbico—chilla Potter a la defensiva e incrédulo, Draco es ahora quien se cruza de brazos y lo ve con una ceja arriba—solo es que Goldstein es…tan Ravenclaw—añade lo último casi confundido con él mismo y Draco tiene la extraña sensación de defender a Anthony.
Pero la verdad, es que si es muy el estereotipo de Ravenclaw.
—Es agradable—dice tercamente solo para no dejarlo con la última palabra.
—Yo también soy agradable—
—¿Y eso que tiene que ver Potter? —pregunta confundido sin entender que tiene que ver con Anthony y Draco.
Potter abre la boca, antes de cerrarla y verse pensativo, como si el no estuviera tampoco seguro de que está hablando. Genial, ahora es un idiota más a su grupo temporal. El sonido ahogado de Will provoca que ambos volteen a verlo, Draco ligeramente culpable de haber olvidado que estaba ahí por un segundo, Will parece casi incomodo al verlos.
—Es como ver una rara versión de Annabeth y Percy, pero peor, creo que iré a ver a otros pacientes—anuncia sin explicar bien a quien se refiere, pero cuando Draco va a detenerlo para preguntar.
Suena una alarma que parece retumbar por la enfermería, Potter con sentidos desarrollados se agacha sujetando con fuerza sus oídos (muy similar cuando estaban escapando del laberinto y Will uso su super grito), mientras que Will y Draco se quedaron congelados.
La alarma.
Todos ya se estaban preparando para la batalla.
El campamento estaba por entrar a una guerra.
Joder.
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Hubo bastante lucha cuando Draco literalmente se puso sus tenis, porque Will estaba muy en contra de que fuera a la lucha y Potter gruñía que era un idiota; los ignoro saliendo del lugar con la lanza en mano. Su cuerpo se siente cansado, no se encuentra a todo lo que debería y su parte Slytherin le dice que es mejor quedarse en la cama descansando. Pero hay algo de Slytherin dentro de él, que le recuerda que este campamento es su hogar, que ama este lugar de la misma forma que Percy y si su amigo no está aquí para protegerlo, es su deber hacerlo.
Proteger lo suyo.
Por un instante recuerda aquello que le dijo el sombrero seleccionador, en lo que parecen años cuando entro a Hogwarts.
"Eres capaz de abandonar el mundo por aquellos que amas y destruirías todo en cenizas por venganza sobre tu egoísmo"
En ese entonces había pensado que solamente eran tonterías y cosas un poco cursis que no tenían nada que ver con él.
Pero mírenlo ahora.
—Deberías quedarte en la cama—gruñe Potter a su lado, con las manos en sus bolsillos, de un pantalón más de su talla que le han prestado en el campamento con una estúpida naranja que Draco quiere quitarle por algún motivo.
No es suya.
No le pertenece.
No es un mestizo.
Este lugar es suyo, no de Potter.
Pero luego recuerda que todo es temporal y que de alguna forma también debe proteger su trasero y se le pasa el pequeño arrebato de ira. Está un poco demasiado feliz que no parece calzar con este mundo, que no ha hecho un vínculo con nadie aquí y que todos siguen siendo de Draco. Potter ya tiene Hogwarts en la palma de su mano, este lugar es suyo.
Si es mezquino.
Cúlpenlo por eso.
Aunque con la suerte que tiene puede que Potter termine siendo un descendiente de algún olimpo que lo ame o algo por el estilo, Potter siempre ha tenido la vida perfecta.
Lo odia.
Esta por decirle que no es asunto suyo, cuando una extraña oleada de alegría lo inunda y antes que pueda identificar de quien se trata, es aplastado de forma asfixiante por un abrazo. Esta por gruñir por aire, cuando se congela y deja que la persona, que rápidamente reconoce como Percy, se aferre a él con fuerza mientras siente un poco de ansiedad en su ser. Pestañea, es difícil respirar, pero deja de ver a Potter y se concentra en Percy que lo abraza como si su vida dependiera de ello.
Siente alivio, preocupación, culpa y felicidad llegando de Percy, lo cual es un poco abrumador.
Palmea la espalda de su amigo, que se abraza más a él.
—Cuidado Percy, aún está en recuperación—salta Will a su lado, antes que suelte un jadeo—¡NICO! —ve de reojo al rubio saltar sobre el hijo de Hades, que al igual que Draco, solo gime al tener su propio abrazo asfixiante y Draco se reiría.
Si pudiera respirar.
Es Annabeth quien se apiada de él, apartando a Percy con dureza y aunque este se iba a quejar, Annabeth lo atrae para un suave abrazo; mucho más aceptable.
—Rubio peli teñido estábamos preocupados—
—Annie—
Quisiera poder hablar, pero Percy vuelve a sujetarse de su cintura. Draco le va a lanzar una maldición, pero suspira cuando ve al chico verlo con esos enormes ojos un poco llorosos todavía, le duele un poco el cuerpo, pero estar al lado de Percy curiosamente lo hace sentir mejor.
Debería hablarlo con Will.
Voltea a ver como Will esta sobre la espalda de Nico abrazándolo y el niño solamente lo saluda con la mano, pero su rostro es aliviado y su vínculo parece alegre de verlo; es difícil sentirlo, los sentimientos de Percy son demasiado fuertes y opacan todo.
—Pensé que ibas a morir, fue como perderte otra vez en el inframundo—dice Percy con un tono demasiado lastimero que lo hace suspirar.
Potter salta ante eso.
—¿Inframundo? —pregunta asustado, pero nadie le responde y Draco se siente aliviado por eso.
Palmea la cabeza de Percy.
—Vamos Percy luego podemos tener nuestro momento, hay que prepararse para la guerra—
—No vas a pelear—
—Como si pudieras impedir que luche—
Percy se coloca sobre sus pies dándole una mirada de advertencia, Draco levanta una ceja y mantiene la lanza sujeta en su mano con firmeza. El chico parece querer usar sus sentimientos de culpa para hacerlo retroceder, a lo cual Draco bufa y este se ve indignado. Detrás de él Annabeth le da una mirada a sus vendas en que salen de sus ropas, no intenta ocultar el estado de su cuerpo o que estuvo muy cerca de la muerte.
Mantiene su expresión firme y piensa en Hestia.
En su calor y la forma en que lo reclamo.
—Hestia me ha reclamado—ante eso hay expresión de sorpresa de los chicos que no estuvieron cuando explico, Percy sobre todo levanta una ceja al conocer bien quien era su padre—tuve un juicio espiritual con los olimpos y Hestia me salvo, así que prometí ayudar a otros, especialmente al culo que tengo por vinculo principal—señala ahora a Percy que parece indignado antes de suspirar.
Annabeth solamente asiente y cuando Nico por fin logra sacarse a Will de su espalda se acerca a Draco, este coloca una mano sobre el hombro del niño que parece verlo preocupado.
—Draco…tu alma…por un segundo estuvo cerca de la muerte—suspira en voz baja y Draco se siente un poco inquieto al respecto.
No tenía idea de la capacidad de los hijos de Hades, pero dado que ellos son hijos del dios del inframundo, la idea de que descubrieran cuando alguien estaba cerca de la muerte no era tan raro. Aunque Draco como hijo de Zeus no tenía ningún poder, podría entender que otros padres si quisieran suficiente a sus hijos para darles poderes para protegerse.
Casi se muere.
Piensa en el inframundo y se estremece.
¿Ha hecho suficiente para los campos de Elíseos?
—Lo siento por asustarte—la sonrisa que hace es un poco torpe, pero intenta mantenerse firme—prometo contarlo todo, a todos, pero ocupamos alistarnos ahora para luchar—admite con un poco más de firmeza que hace a Nico asentir.
Lo atrae en un abrazo torpe, que el niño acepta enterrando su rostro en su pecho y se ve como un cachorrito lindo y perdido.
Cuando este se aleja esta por moverse, pero es Percy quien lo detiene del cuello de su camisa.
—¿A dónde crees que vas? —es su voz de advertencia que lo hace encogerse en su lugar.
—¿Es una pregunta retórica? —
La mirada de Percy dice que no, no lo es.
.
.
Hay un pequeño caos, especialmente porque Tyson y Grover también están aquí, pero Pan aparentemente desapareció y eso provoca un gran caos en el consejo. Tyson lo abraza con fuerza al verlo y Grover parece aliviado de verlo, aunque deprimido por Pan y preocupado por la lucha que se viene; también susurra algo sobre una chica llamada Rachel y todo el caso que genero eso, espera el chisme completo más tarde.
Ahora a la preparación.
Aquélla era la mayor operación militar que se había visto en el campamento. Todo el mundo estaba en el claro del bosque, con la armadura de combate completa, pero esta vez no era para jugar a capturar la bandera. La cabaña de Hefesto había colocado trampas alrededor de la entrada del laberinto: alambre de espino, fosos llenos de frascos de fuego griego e hileras de estacas aguzadas capaces de repeler una carga. Beckendorf se ocupaba de dos catapultas grandes como un camión, que ya estaban cargadas y orientadas hacia el Puño de Zeus. La cabaña de Ares se había situado en primera línea y ensayaba una formación de falange a las órdenes de Clarisse. Los miembros de las cabañas de Apolo y Hermes se habían dispersado por el bosque, con los arcos preparados. Muchos habían tomado posiciones en los árboles. Incluso las dríadas estaban armadas con arcos y flechas, y los sátiros trotaban de acá para allá con porras de madera y escudos hechos de corteza basta y sin pulir.
Lavender estaba en la retaguardia con Calipso, a quien Percy saludo de reojo muy distraído y Draco suspiro al ver el rostro de la chica bastante desanimado al respecto.
Percy tenía el encanto de una babosa muerta con las niñas.
Annabeth corrió a unirse a sus compañeras de la cabaña de Atenea, que habían instalado una tienda de mando y dirigían las operaciones. Una gran pancarta con una lechuza parpadeaba en el exterior de la carpa. El jefe de seguridad, Argos, hacia guardia en la puerta. Las hijas de Afrodita se afanaban ayudando a todo el mundo a colocarse la armadura y ofreciéndose a desenredar los nudos de penachos de crin. Incluso los chicos de Dioniso habían encontrado algo que hacer. Al dios en persona no se le veía aún por ninguna parte, pero sus dos rubios hijos gemelos andaban repartiendo botellas de agua y cajas de zumo entre los sudorosos guerreros.
Parecía estar todo muy bien organizado, Quirón estaba intranquilo y aparto a Percy para hablar de algo.
Draco supuso que no tendría problema de que Draco escuchara, el problema era Potter a su lado.
—Te dije que fueras con Calipso y Lavender—le gruño al chico, que solamente lo ignoro volteando el rostro.
Infantil.
Inútil.
Luchar una guerra que no era suya.
Intento recordar que era el mismo niño que había enfrentado a Quirrell en primer año y aparentemente un basilisco en segundo año, lo cual estaba bien para un curriculum de un mago, excediendo a la media, pero ahora estaba por entrar a las ligas mayores.
Una parte de él no quería que hiciera eso, no era su deber.
—Soy fuerte—musita Potter de manera terca.
Idiota.
Miro a la distancia sintiéndose aun un poco cansado.
Grover hablaba con Enebro en lo más alejado del claro. Ella le había tomado las manos mientras escuchaba de sus labios el relato de nuestra aventura. Se le saltaron unas lágrimas verdes al enterarse de lo que le había ocurrido a Pan.
Tyson ayudaba a los chavales de Hefesto a preparar las defensas. Tomaba rocas enormes y las apilaba como munición junto a las catapultas.
—Quédate a mi lado por ahora, Percy —indicó Quirón en voz alta provocando que tanto Potter como Draco voltearan cuando se acercaban—. Cuando empiece la lucha, quiero que esperes hasta que sepamos con qué nos enfrentamos. Debes acudir a donde sean más necesarios los refuerzos—
Por la mirada que le da a Draco, así quisiera mandarlo a él, pero su cuerpo en recuperación no ayudaba mucho en esta lucha.
Quirón también había estado con Will sobre la idea de enviarlo a la enfermería.
Ocupaban a todos los posibles en la lucha.
—Vi a Cronos —le dijo Percy y Draco se estremeció ante eso—. Lo miré fijamente a los ojos. Era Luke... pero no lo era—
Quirón deslizó los dedos por la cuerda de su arco.
—Supongo que tenía los ojos dorados. Y que el tiempo, en su presencia, parecía volverse líquido—
Asentía.
Draco tuvo curiosidad por todo lo que paso Percy cuando no estuvo con él, como siempre, una aventura y problemas.
—¿Cronos? —susurro Potter a su lado y Draco gruño.
—Un titan, cuando todo esto termine ocupas un libro de mitología griega—le susurro de regreso y Potter gimió molesto al respecto.
—¿Cómo ha podido apoderarse de un cuerpo mortal? —
—No lo sé, Percy. Los dioses han asumido la apariencia de seres mortales durante siglos. Pero convertirse realmente en uno de ellos... mezclar la forma divina con la mortal... No sé cómo podría hacerse sin que la forma de Luke se hiciera ceniza—
Draco arruga el rostro al pensar en Luke, nota la mirada de Potter, pero la ignora al pensar en el chico que había visto hace tanto tiempo cuando sostuvo el peso del cielo en los brazos junto a Percy.
—Cronos dijo que su cuerpo había sido preparado—
—Cuando pienso en lo que significa eso me entran escalofríos. Pero quizá limite el poder de Cronos. Durante algún tiempo, al menos, se halla confinado en una forma humana. Ésta lo mantiene de una pieza. Ojalá también restrinja su potencia—
—Quirón, si es él quien dirige este ataque... —
Draco se estremece al pensarlo.
Recuerda la lanza.
Fallar.
No matarlo cuando tuvo que hacerlo.
¿Podría hacerlo ahora?
—No lo creo, muchacho. Si se estuviera acercando yo lo notaría. No dudo de que lo tuviera planeado así, pero creo que al hacer que se desmoronase la sala del trono sobre él le complicaste las cosas. —le miró con una expresión de reproche—. Tú y Nico, hijo de Hades…—
La profecía.
¿Draco también formaba parte de ella?
Le flaqueó la voz a Quirón. El suelo había empezado a temblar bajo sus pies.
Todo el mundo se quedó inmóvil. Clarisse gritó una única orden:
—¡Juntad los escudos! —
Entonces el ejército del señor de los titanes surgió como una explosión de la boca del laberinto.
.
.
Draco había asistido a muchos combates en mi vida, pero aquello era una batalla a gran escala. Lo primero que vio fue una docena de gigantes lestrigones que brotaban del subsuelo como un volcán, gritando con tal fuerza que Potter a su lado se encogió de dolor por sus sensibles oídos. Llevaban escudos hechos con coches aplastados y porras que eran troncos de árboles rematados con pinchos oxidados. Uno de los gigantes se dirigió con un rugido hacia la falange de Ares, le asestó un golpe con su porra y la cabaña entera salió despedida: una docena de guerreros volando por los aires como muñecos de trapo.
«¡Fuego!», gritó Beckendorf. Las catapultas entraron en acción. Dos grandes rocas volaron hacia los gigantes. Una rebotó en un coche-escudo sin apenas hacerle mella, pero la otra le dio en el pecho a un lestrigón y el gigante se vino abajo. Los arqueros de Apolo lanzaron una descarga y, en un abrir y cerrar de ojos, brotaron docenas de flechas en las armaduras de los gigantes, como si fueran púas de erizo. Algunas se abrieron paso entre las junturas de las piezas de metal y varios gigantes se volatilizaron al ser heridos por el bronce celestial.
Pero, cuando ya parecía que los lestrigones estaban a punto de ser arrollados, surgió la siguiente oleada del laberinto: treinta, tal vez cuarenta dracaenae con armadura griega completa, que empuñaban lanzas y redes y se dispersaron en todas direcciones. Algunas cayeron en las trampas que habían tendido los de la cabaña de Hefesto. Una de ellas se quedó atascada entre las estacas y se convirtió en un blanco fácil para los arqueros. Otra accionó un alambre tendido a ras del suelo y, en el acto, estallaron los tarros de fuego griego y las llamas se tragaron a varias mujeres serpiente, aunque seguían llegando muchas más. Argos y los guerreros de Atenea se apresuraron a hacerles frente. Vio que Annabeth desenvainaba su espada y empezaba a luchar con ellas. Tyson, por su parte, cabalgaba sobre un gigante. Se las había ingeniado para trepar a su espalda y le arreaba en la cabeza con un escudo de bronce.
¡Dong! ¡Dong! ¡Dong!
Quirón apuntaba con calma y disparaba una flecha tras otra, derribando a un monstruo cada vez, pero seguían surgiendo más enemigos del laberinto. Y finalmente, salió un perro del infierno que no era la Señorita O'Leary y arremetió contra los sátiros.
—¡Allí! —le gritó Quirón a Percy.
Percy saco a Contracorriente y se lanzó a la carga.
Draco se tomó un segundo para admirarlo, cruzando el campo de batalla a toda velocidad y suspiro, porque realmente su mejor amigo era todo un héroe hecho y derecho; además de jodidamente guapo. Volteo a ver a Potter, que, si parecía bastante intimidado por el grado de magnitud de todo, así que lo tomo de los hombros y literalmente lo apoyo contra Quirón.
Ambos parpadearon.
—Ocupa una niñera—es todo lo que dice, causando que ambos parpadearan y Draco.
Bueno.
Salió corriendo.
De una forma muy Gryffindor, poco Slytherin, amable como un Hufflepuff y poco inteligente que un Ravenclaw.
Si.
Iba a morir.
—Ayúdame Hestia—
Es la suplica silenciosa mientras se adentró al campo de batalla con la lanza en mano viendo cosas horribles. Un mestizo enemigo luchaba con un hijo de Dioniso en un combate muy desigual. El enemigo le dio un tajo en el brazo y luego un golpe en la cabeza con el pomo de la espada. El hijo de Dioniso se desmoronó. Otro guerrero enemigo lanzaba flechas incendiarias a los árboles, sembrando el pánico entre nuestros arqueros y entre las dríadas.
Una docena de dracaenae abandonó el combate y se deslizó por el camino que conducía al campamento, como si supieran muy bien adonde se dirigían. Si llegaban allí, podrían incendiar el lugar entero. No encontrarían la menor resistencia.
El único que se hallaba cerca era Nico di Angelo, que acababa de clavarle su espada (que aparentemente fue un regalo de su padre) a un telekhine. La hoja negra de hierro estigio absorbió la esencia del monstruo y chupó su energía hasta convertirlo en un montón de polvo.
—¡Nico! —grito Draco.
Miró hacia donde se le señalaba, vio a las mujeres serpiente y comprendió en el acto. Inspiró hondo y extendió su negra espada.
—¡Obedéceme! —ordenó.
La tierra tembló. Frente a las dracaenae se abrió una grieta de la que surgió una docena de guerreros muertos. Eran cadáveres espeluznantes con uniformes militares de distintos períodos históricos: revolucionarios norteamericanos de la guerra de Independencia, centuriones romanos, oficiales de la caballería de Napoleón con esqueletos de caballo... Todos a una, sacaron sus espadas y se abalanzaron sobre las dracaenae.
Nico cayó de rodillas.
Igual que su hermana.
Poderoso.
Un hijo de los tres grandes.
Un gigante aparece detrás de este para hacerle daño, la lanza de Draco es más rápida y se envía de forma curva hasta que se incrusta justo en medio de la garganta del gigante; matándolo. Nico jadea por aire mientras Draco levanta la mano, la magia quema un poco cuando llama de regreso a su lanza para contener a un mestizo que había elegido el otro camino.
El lado de Luke.
No lo asesina, pero la lanza se mueve rápidamente entre sus manos y corta parte del muslo interno de la chica y con un fuerte golpe de cabeza la arroja contra su espalda.
Percy estaba fuera de su vista, la adrenalina corría por sus venas y los vínculos eran ruidosos en su mente, Bianca parecía alarmada; pero no tuvo tiempo para nada.
Le ofrece una mano a Nico, que la toma antes de que ambos choquen espalda contra espalda.
El campo de batalla era un caos, se había desatado un incendio en el bosque. El fuego rugía y varios sátiros estaban intentando luchar contra eso.
Por el agua que vio, debe haber sido detenido por Percy.
Los gigantes lestrigones eran un gran problema, Draco había acabado con uno, pero su cuerpo estaba pagando el precio de sus acciones precipitadas, ya que cuando otro apareció apenas pudo apartar a Nico de golpe. Verse sujeto por una mano gigante no era agradable, así que Draco uso la lanza para ser soltado antes que pudieran aplastarlo; puede jurar que esa era la intención.
Entonces estaba cayendo.
Oh vaya.
Cerro los ojos preparados para el dolor de culo que tendría al caer, se sorprendió que unas manos lograran capturarlo, porque juraba haber crecido demasiado para que Nico pudiera sostenerlo al caer y que ambos rodaran mientras este al mismo tiempo creaba una especie de muerto gigante que atravesaba al gigante por el vientre.
Asombroso.
Esperen.
Si Nico mato al gigante.
—¿Potter? —pregunta incrédulo sobre su vientre desde el suelo, viendo a Potter agazapado sobre él con los ojos un poco afilados como una bestia.
No era luna llena.
No.
Estaba de día todavía.
—Idiota, si no fuera por mi nuevo olfato—gruñe el chico viéndolo con molestia y rasgos un tanto animales en su expresión que no había analizado antes.
Era un poco caliente, ignora el pensamiento porque no es tiempo de eso.
Cuando ya parecía que la batalla estaba otra vez equilibrada y que quizá tenían alguna posibilidad, llegó desde el laberinto el eco de un chillido sobrenatural: un ruido que hizo a todos detenerse un momento.
Y súbitamente Campe salió disparada hacia el cielo, con sus alas de murciélago desplegadas, y fue a aterrizar en lo alto del Puño de Zeus, desde donde examinó la carnicería. Su rostro estaba inundado de una euforia maligna. Las cabezas mutantes de animales le crecían en la cintura y las serpientes silbaban y se le arremolinaban alrededor de las piernas. En la mano derecha sostenía un ovillo reluciente de hilo, pero enseguida lo guardó en la boca de un león, como si fuera un bolsillo, y sacó sus dos espadas curvas. Las hojas brillaban con su habitual fulgor ¿verde venenoso. Campe soltó un chillido triunfal y algunos campistas gritaron despavoridos; otros trataron de huir corriendo y fueron pisoteados por los perros del infierno o por los gigantes.
—¡Dioses inmortales! —gritó Quirón. Apuntó con su arco, pero Campe pareció detectar su presencia y echó a volar a una velocidad asombrosa. La flecha pasó zumbando sobre su cabeza sin causarle ningún daño.
Tyson se soltó del gigante al que había aporreado hasta dejarlo fuera de combate.
Corrió hacia nuestras líneas, gritando:
—¡En vuestros puestos! ¡No huyáis! ¡Luchad! —
Un perro del infierno saltó entonces sobre él y ambos rodaron por el suelo.
Campe aterrizó sobre la tienda de mando de Atenea y la aplastó.
—Esto no pinta bien—asegura Nico caminando hacía ellos con la espada en su mano y rostro serio, Draco se incorpora con ayuda de Potter que parece lucir bastante intimidado y casi tembloroso.
Si.
Luce mal.
Como mal de que quizás podrían morir aquí.
Percy se abalanzo con Annabeth hacía la lucha contra el monstruo, Draco quiso ir con ellos, pero su pierna se lastimo y si no fuera por el brazo de Potter habría terminado en el suelo; su rostro se llenó de amargura. Otra vez siendo un inútil, se supone que había mejorado esto, se supone que sería mejor y que podría ayudar en la lucha.
No ser un estorbo.
Recordó su primera misión, como había querido huir, ahora solo quería luchar, pero su cuerpo no respondía.
Campe soltó un silbido y les lanzó sendas estocadas. Percy hizo una finta para intentar distraerla, mientras Annabeth le daba un mandoble, pero la bestia parecía capaz de combatir con ambas manos a la vez. Paró el golpe de Annabeth y ésta tuvo que retroceder de un salto para evitar la nube de veneno.
—¡Vamos! —grito Percy y Draco sintió un hueco en su pecho—. ¡Necesitamos ayuda! —
Necesitan ayuda.
Ahora.
Necesitan ayuda.
Draco no iba a dejarlos solo.
—Detente Draco—gruñe Potter, ignora que probablemente era la segunda vez que lo llamaba por su nombre, lo empuja lejos, Nico intenta atraparlo, pero Draco los ignora.
No, esta vez no se iba a quedar inmóvil mientras veía a sus amigos luchar, no los iba a dejar solos. Su pie no funciona, bien pobre bebé llorón, entonces no usara su pie. Extiende su mano cuando ve el hilo azul de Percy, grueso, brillante y tan cerca de él, antes de aparecerse. Todo se vuelve borroso por un momento, el agujero de su vientre lo absorbe y cuando vuelve aparecer está en medio del aire en la batalla.
¿Es porque es hijo de Zeus?
¿Es porque tiene mala suerte?
Cae sobre la espalda de Campe, quien deja de atacar sorprendida al sentirlo en su espalda y Draco utiliza su lanza para atravesar su espalda para no caer al vacío. Se siente un poco temeroso cuando esta intenta ver sobre su hombro, pero es tan enorme que Draco solamente es movido estúpidamente y con ganas de vomitar por eso.
—Semidios, bájate de mi espalda—gruñe el monstruo.
Verán.
Draco no quería eso, este monstruo era bastante feo y atemorizante, pero si salta al vacío eso dolerá mucho, así que no.
Se sujeta de su lanza con toda la fuerza posible para que el monstruo no lo arroje al suelo con sus chillidos molestos intentando llegar a él, pero es un lugar bastante incomodo y al menos ahora el monstruo no intenta matar a sus amigos.
Punto negativo.
Intenta matarlo a él.
Draco chilla estúpidamente asustado cuando una garra casi lo alcanza.
Entonces oyeron un aullido a lo lejos. Una enorme sombra se abalanzó sobre Campe, quitándola bruscamente de en medio.
Otra vez cayendo en menos de una hora, Draco agita sus manos porque ha sido lanzado del medio con todo y su lanza, solo para caer sobre el lomo de un caballo justo antes de llegar cerca del suelo.
¿Un caballo?
—¡Aurora! —chilla estúpidamente feliz mientras se sujeta del pegaso con fuerza, quien suelta un relinchido mientras vuela en medio de la batalla.
Hermosa.
Impresionante.
Draco la besa en el cuello mientras se incorpora mejor, su pierna sigue doliendo, pero ahora puede ver el campo de batalla.
Un gigante muchísimo más alto que los lestrigones, con un centenar de brazos sinuosos y cada uno de ellos con una roca de buen tamaño.
—¡Briares! —gritó Tyson, asombrado.
—¡Hola, hermanito! —bramó el gigante—. ¡Aguanta! —
El centimano le lanzó a Campe una ráfaga de rocas que parecían aumentar de tamaño al salir de sus manos. Y eran tantas que parecía que la mitad de la tierra hubiera aprendido a volar.
¡BRUUUUUM!
Allí donde se hallaba Campe un segundo antes sólo veía de repente una montaña de rocas casi tan grande como el Puño de Zeus. El único signo de que el monstruo había existido eran dos puntas verdes de espada que sobresalían por las grietas.
Una oleada de vítores estalló entre los campistas que incluían la de Draco desde el pegaso. Pero sus enemigos no estaban vencidos aún.
—¡Acabad con ellos! —chilló una dracaena—. ¡Matadlos a todos o Cronos os desollará vivos! —
Por lo visto aquella amenaza era más terrorífica que ellos. Los gigantes se lanzaron en tropel en un último y desesperado intento. Uno de ellos sorprendió a Quirón con un golpe oblicuo en las patas traseras, que lo hizo trastabillar y caer. Otros seis gigantes gritaron eufóricos y avanzaron corriendo.
—¡No! —grito Percy, pero estaba demasiado lejos para echar una mano.
Y entonces sucedió.
Grover abrió la boca y de ella surgió el sonido más horrible que alguien ha oído. Era como una trompeta amplificada mil veces: el sonido del miedo en estado puro.
Los secuaces de Cronos, todos a una, soltaron sus armas y echaron a correr como si en ello les fuera la vida. Los gigantes pisotearon a las dracaenae para huir primero por el laberinto. Los telekhines, los perros del infierno y los mestizos enemigos se apresuraban tras ellos a tropezones. El túnel se cerró, retumbando. La batalla había llegado a su fin.
El claro se quedó de repente en silencio, salvo por el crepitar del fuego en el bosque y los lamentos de los heridos.
Draco parpadeo confundido, pero bueno, eso eran noticias buenas.
Tosió un poco de sangre, a lo cual Aurora rápidamente se dirigió al suelo, Draco cayo del suelo de espaldas.
Bien.
Estaban vivos.
Levanto los puños con una débil señal de victoria.
Continuara…
El capítulo quedo un poco más largo de lo que pensaba, pero ya estábamos en media lucha como para cortar lo que se venía. Espero disfrutaran un poco sobre esto, veremos más sobre que pasara con Potter en el siguiente capitulo. Ame ver a Harry un poco incomodo con el nivel de lucha que había, cuando no estaba acostumbrado a nada de esto.
Draco por otro lado fue como: otro verano normal por aquí.
Muchas cosas cambiaron en esta historia, pero las iremos descubriendo poco a poco.
