Pasaron unos días desde que John se había entregado a Sherlock. Se sentía realmente feliz.
John nunca se imaginó querer y enamorarse de un hombre, y menos de una persona como Sherlock Holmes.
En esos días estaban siendo algo descuidados respecto a su relación, casi los habían cachado besándose y en pleno faje en un salón del edificio de la Facultad de Medicina.
John caminaba hacia una de sus clases cuando vio a Greg junto a Molly en los jardines y se acercó a saludarlos.
—Hola chicos.
—Hola John—ambos devolvieron el saludo al mismo tiempo.
—¿Buscas a Sherlock?—preguntó John a Greg.
—Si, ¿Sabes dónde está?
—Quizá en el edificio de Farmacología—indicó John con un dedo en una dirección.
—Gracias. Nos vemos después Molly, John—.se despidió Greg dirigiéndose al edificio que John le había indicado.
—¿Un caso?—John le preguntó a Molly.
—Creo—encogió los hombros Molly—¿Vas a clase?
—Sí— suspiró John ya quería terminar sus clases— ¿Tú irás a clases?
—Tengo esa hora libre—Sonrío Molly—nos vemos después John.
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John terminó sus clases ese día, pero no podía descansar aún, ya que el entrenamiento del equipo de rugby lo esperaba. No tenía mucha motivación para ir, pero tenía qué, pues la beca que tenía era por parte del equipo de rugby. Sin mucho ánimo se dirigió a los vestidores al lado del campo.
Al llegar empezó a cambiarse cuando sus compañeros de equipo empezaron a llegar, entre ellos, sus "amigos".
Los responsables de que ahora le hablara a Sherlock.
Realmente les estaba agradecido en silencio por ello. Le pagaron por salir e involucrarse con el hombre más genial que había conocido.
—John—se acercó uno de esos compañeros a saludarlo—casi ya no sales con nosotros.
—Es verdad, es que he estado ocupado últimamente
—Con tu noviecito ¿verdad?— se burlaron los chicos que se acercaban a John.
John ocultaba la relación, solo decía que eran sólo amigos, al igual que Sherlock, pero sus compañeros y más esos "amigos" trataban de molestarle con eso.
—Oye ¿Ya te gastaste el dinero?
—¿Qué dinero?—preguntó John algo distraído.
—El dinero que te dimos para que salieras con ese fenómeno.
—Ah…—John trató de ignorar aquellos comentarios y el cómo se referían a Sherlock—sí. Me compré algunas cosas con ese dinero.
—¿También el dinero del beso? ¡Fue el doble!—exclamó uno de los chicos sorprendido.
—Aún tengo algo de dinero de aquella vez—respondió John—con ese dinero me compré un celular nuevo y el resto lo he usado para salir con él—comentó John sin darle importancia.
Al otro lado de la puerta de los vestidores estaba Sherlock en shock.
Sherlock había ido a buscar a John para avisarle que después del entrenamiento tendrían un caso, pero antes de entrar a los vestidores se detuvo y escuchó aquella conversación.
No podía creerlo, era la voz de John quien hablaba con tanta tranquilidad de un dinero pagado por salir con alguien, y ese alguien Sherlock sabía que era él, el salir y ese primer beso con John fue por dinero.
Sintió el aire irse de sus pulmones, las piernas no les respondían y lágrimas amenazaban por salir.
Escuchó pasos acercarse y de una forma rápida se movió y salió de ahí.
Corrió directamente hacia su habitación y se encerró ahí.
Sherlock se sentía mareado y con náuseas, quería negar lo que había escuchado, pero no podía.
John sólo se había acercado a él por dinero, lo había besado por dinero. Su amistad era falsa.
¿Cómo alguien iba a fijarse en él? Más alguien como John, que era algo popular y jugador de rugby.
Se acercó lentamente al espejo en su habitación y se vio, no era alguien que le importara su físico, pero por primera vez se vio como alguien lo vería, era muy delgado, y pálido, pelo chino que siempre le tapaba la cara, no era atractivo, él no se sentía así.
Se odió a sí mismo.
¿Cómo John se fijaría en él?
Y ¿Cómo demonios no lo había visto venir?
Fue tan estúpido para caer en el error humano. Amor. Por eso no se dio cuenta, había estado cegado, mientras que su supuesto amigo, pareja, se burlaba de él con sus amigos del rugby.
Con furia e impotencia golpeó el espejo frente a él haciéndolo añicos y haciendo que su puño sangrara, pero no le importó.
Se dejó caer de rodillas y dejó salir su dolor, lloró como nunca lo había hecho.
:..:..:
John salió del entrenamiento y mandó un mensaje a Sherlock.
" Voy para tu dormitorio ¿Estás ahí verdad? -JW"
Tardó en recibir una respuesta, lo cuál se le hizo algo extraño pero no le tomó importancia.
"Me salió una emergencia familiar, no estaré hoy. –SH"
"Es una lástima, te extrañaré, nos vemos mañana. -JW"
Sherlock recibió el mensaje de John y le dolió leerlo, sabían que eran mentiras esas palabras. Tomó su celular y marcó un número.
"¿Sherlock?" —Contestaron al otro lado de la llamada.
—Mycroft. ¿Todavía está en pie esa propuesta de hace tiempo?
"Claro… ¿La quieres tomar?"
— Sí. Cuánto antes mejor.
"El próximo semestre entonces…"
—¡No!—Le interrumpió Sherlock—Lo quiero lo más pronto posible.
"Pero Sherlock eso…"
—Me lo prometiste Mycroft, que cuando yo tomara la decisión…
"Esta bien, de acuerdo…
Escuchó suspirar a su hermano.
"¿La próxima semana te parece bien?"— preguntó Mycroft.
—Mañana.
"Sherlock…"
—¡Mañana Mycroft!—gritó algo desesperado el chico.
"Bien… Empaca rápido. Enviaré mañana a alguien por ti. Yo me haré cargo del papeleo para el intercambio."
—Gracias. Por cierto, avísale a Greg que no podré llegar al caso.
"Yo le comunico, no te preocupes."
Sherlock dejó su celular a un lado. Se sentía en un especie de sueño.
Obligándose a moverse se puso de pie, se sentía como si estuviera flotando, y así comenzó a sacar maletas y a meter su ropa y pertenencias.
No sentía ya nada, quizá había liberado todas sus emociones en el llanto y ya no le quedaba ni una lágrima en su cuerpo.
Parecía un zombie, su rostro inexpresivo empacando poco a poco.
Se llevó gran parte de la tarde empacando y al final vio ese lugar.
Un lugar lleno de recuerdos y mentiras, los regalos que John le había hecho.
Decidió dejarlo así e irse a dormir, todo los eventos recientes de ese día lo habían dejado cansado en muchos aspectos.
:..:..:
Sherlock se despertó tarde, no valía la pena ir a clases si ya se iba.
Tocaron a la puerta de su habitación y abrió
Eran hombres que trabajaban para su hermano Mycroft.
—Buenos días. Su hermano nos envió por usted.—se presentó uno de ellos.
— Empiecen a llevar eso—dijo Sherlock en un mal aspecto señalando cajas y maletas que estaban por toda la habitación.
Los hombres empezaron a llevarse poco a poco las cosas, mientras Sherlock esperaba sentado en su cama con la mirada gacha.
—¿Sherlock?—Escuchó una voz familiar haciéndolo saltar del asiento.
— Molly…—dijo algo sorprendido.
—¿Qué pasa?—cuestionó confundida su amiga, volteando a ver el dormitorio de Sherlock casi vació.
—Me voy…
—¿Qué? No, pero…¿Por qué?
—No puedo decirte a dónde ni por qué, pero sabrás de mí…
—Pero… ¿tu amigo John lo sabe?
Sherlock detuvo su respiración, el dolor aún estaba ahí, había pensado que ya no quedaba más emociones en él, pero parecía que sí.
—Si, lo sabe—mintió.
—¿Por qué no me dijiste antes?—preguntó algo triste Molly.
—Fue decisión de última hora—comentó Sherlock levantándose y tomando una bolsa de basura y comenzó a echar los regalos de John.
Tomó al furby y lo echó también sin dudar.
—¿Qué harás con esas cosas?
— Tirarlas. —contestó Sherlock sin emociones.
—Pero, ¿Son regalos? A ti te gustan los furbys y..
—¡Son basura!—gritó molesto Sherlock haciendo sobresaltar a Molly.
Se quedaron en silencio un momento hasta que Sherlock volvió a hablar con más tranquilidad.
—¿Por qué estás aquí? Deberías estar en clases.
—Como no fuiste a las clases que teníamos juntos… vine a ver si estabas bien—respondió Molly triste y a punto de llorar.
Uno de los hombres que había ayudado a recoger todo lo de Sherlock apareció en la puerta.
—Ya está todo listo.
— Gracias—Sherlock se situó enfrente de Molly con la bolsa de basura en sus manos—Nos veremos después Molly.
Sherlock trató de darle una sonrisa y salió de ahí. En la puerta se topó con Greg.
—Sherlock… ¿Qué haces?—Al igual que Molly, Greg miraba hacia aquella habitación ya vacía.
—Me voy.
—Pero a…
—No preguntes. Nos veremos luego, lo sabes…—dijo Sherlock pasando a un lado de Greg.
—¿John…— Greg iba a comenzar a preguntar pero Sherlock lo interrumpió algo brusco.
—Maldita sea, él lo sabe—dijo con fastidio.—Adiós.
Molly y Greg se miraron, sus caras demostraban confusión y muchas dudas y siguieron a Sherlock.
Vieron como Sherlock se deshacía de esa bolsa de basura que traía en un contenedor de basura que estaba a un lado del edificio y se subió a un auto.
Con las miradas tristes, siguiendo el auto negro y lujoso, así se despidieron de su amigo Sherlock.
—No lo vi muy bien ¿Sabes si…—comenzó a preguntar Greg.
—No. No me quiso decir, pero parece que le pasó algo, nunca lo había visto así…— respondió Molly mientras se limpiaba las lágrimas.
—¡Greg, Molly!—Se acercó John a ellos casi corriendo, pero se veía tranquilo—¿Saben dónde…—iba a preguntar por Sherlock pero al ver a Molly se detuvo—.Molly ¿Por qué estás así?
—Por Sherlock…—dijo entre sollozos.—Yo no sabía que se iba a ir…
—¿Qué? ¿Co-cómo?—El rostro de John había cambiado por completo.—¿C-Cómo? ¿A qué te refieres?
John comenzaba a agitarse.
Greg y Molly se miraron.
—Sherlock dijo que lo sabías…—comentó Greg—Que él se iba.
—¿Qué? No, no… ¿Es una broma?—Comenzó a caminar algo nervioso de un lado a otro—¿Dónde está?
John comenzó a elevar su voz y a alterarse como nunca lo habían visto.
—¡Dime ¿Dónde está?!—exigió tomando los hombros de Greg con violencia.
— John…—Molly se estaba asustando al igual que Greg.
—Se fue… se acaba de ir en un auto, vinieron por él, no dijo a dónde...Sólo dijo que tú ya lo sabías— Greg le respondió confundido.
John soltó a Greg y corrió dentro del edificio donde estaba el dormitorio de Sherlock, al acercarse vio la puerta abierta. Esperaba que fuera una broma, pero al ir acercándose vio el cuarto vacío. Eso era una pesadilla.
—Sherlock tiró muchas cosas a la basura, que no parecía basura…—Molly estaba detrás de John junto con Greg—tiró un furby, uno de los nuevos y…
—¿Qué?—John la miraba atónito.—¿Dónde lo tiró?
—Afuera, en el basurero del edificio—No terminó muy bien de decir la frase, ya que John corrió hacia fuera del edificio.
Y sin pensarlo se tiró en el contenedor de basura, buscando esa bolsa.
John escuchó al furby hablar y comenzó a romper bolsas, llenándose de un hedor horrible y manchando su ropa hasta que la encontró y como pudo sacó esa bolsa.
Se aferraba a ella como si su vida dependiera de ello, Molly y Greg miraban sin entender muy bien lo que había pasado en los últimos minutos.
—John…—quisieron llamarle, pero vieron como el rubio se alejaba de ahí con aquella bolsa, nunca lo habían visto así, ni a John ni a Sherlock.
Algo realmente grave había pasado entre Sherlock y John.
