Debía darle esa carta, dónde expresaba todo lo que sentía por él. Si no lo hacía, no lo volvería a ver nunca y sabía que se arrepentiría.

-Uchiha-san, ¿puedo hablar con usted?

-Hyuga, claro

Se dirigieron al patio trasero, debía estar solo.

-Y-Yo quiero... quiero darle esto- le extendió la carta, por fin se había atrevido. Tenía los ojos cerrados y su cara estaba roja.

Sasuke tomó la carta, la abrió y comenzó a leerla.

-No puedo corresponder tus sentimientos- Hinata alzó la mirada. Podía ver su cara sería.

-E-entiendo- Hinata le sonrió esperando no dejar caer sus lágrimas.

-Me tengo que ir- Sasuke se fue, dejando atrás a Hinata. Que ahora no podía aguantar sus ganas de llorar.

Se había alejado de su ciudad esperando lograr sus sueños.

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Habían pasado cinco años, volvía a leer aquella carta, era hermosa. Todo lo que decía le parecía lo más puro que alguien le había dicho. Sonrió. Abrió un cuaderno donde guardaba aquella carta, de ahí saco una rosa marchita. La tomó entre sus manos y la acarició.

-Si tan solo te hubiera dicho que yo también estaba enamorado de ti... ¿Qué sería de nosotros Hinata?

Fijó su mirada a su celular, ahí estaba una fotografía de ella, el día que había sido nombrada cómo la presidenta de la empresa Hyuga.

-Sigues siendo la más hermosa de todas...

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-La subasta comenzará en unos minutos Neji-nisan- Hinata anunciaba a su primo.

-Está bien, saldremos en unos momentos.

Ambos salieron al escenario, Hinata iba del brazo de su primo, veían con asombro a todos los que habían asistido, obviamente todos eran personas millonarias, con un gran poder.

La subasta comenzó, todas las piezas eran originales, demasiado caras y únicas.

-Ahora es el turno de este piano, como todos saben es antiguo, comenzaremos con un millón- todos comenzaron a ofrecer precios demasiado elevados. Hinata y Neji estaban impresionados.

-Ofrezco cien millones- escucharon una voz demasiado profunda. Ambos giraron a verlo. Era el número 13.

-Uchiha- Neji estaba impresionado. Hinata estaba en shock, su corazón se aceleró al verlo de pie, tan hermoso como lo recordaba.

-Vendido- escucharon a alguien detras. Era Ko, también encargado de la subasta.

La subasta había terminado, todos los compradores estaban en una habitación esperando las indicaciones para llevarse sus pertenencias que habían adquirido.

-Uchiha- Neji se acercó a él.

-Hyuga- devolvió el saludo. Sasuke no apartaba la vista de Hinata, consideraba que era más hermosa en persona. -Hinata- la saludó también, tomando su mano.

-Uchiha-san- le dedicó una reverencia. -Gracias por su colaboración, gracias a usted y a todos los que participaron la fundación que inauguramos estará mejor equipada.

-Es un placer ayudar- Sasuke no podía apartar la vista de esos ojos que lo hipnotizaban.

-Bueno, tenemos que irnos- Neji intentó apartar a su prima, Sasuke aceptó de mala gana.

-¿Puedo hablar contigo Hinata?- Sasuke la detuvo. Hinata lo miró sorprendida. Asintió y le hizo un gesto a su primo para que se alejara.

-¿Que sucede?- lo miró expectante esperando que siguiera.

-Quiero pedirte que seas mi novia- Hinata se sorprendió aún más, se sonrojó al caer en cuenta.

-¿Disculpe?- no podía creerlo, pensaba que había escuchado mal.

-Acepta salir conmigo.

Hinata podía ver lo serio que estaba.

-N-no nos conocemos lo suficiente Uchi...

-Podemos hacerlo...

Hinata asintió y le sonrió.

A partir de ese momento Sasuke comenzó a buscarla, todos los días la invitaba a desayunar o a veces a comer, hubo varias veces que cenaron juntos. Hasta que Hinata le dió una respuesta afirmativa. Creía que solo la había buscado por algo material, sin embargo, se dió cuenta de que no era así.

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Había planeado con demasiado detalle aquella propuesta de matrimonio, todo su tiempo había Sido exclusivamente para que fuera perfecto. Quería pedirle matrimonio a esa espléndida mujer.

-¿Quieres casarte conmigo?

Y todo había Sido perfecto.

-Si...

Todo había salido tal y como lo había planeado.

-Uchiha Sasuke, Uchiha Hinata, a partir de ahora ambos están unidos...

Era lo único que deseaba, lo único por lo que vivía...

Ella era la persona con la que quería pasar todo el resto de su vida.

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Hacía tres años que era su esposa y por fin habían construido una hermosa familia.

-Valio la pena esperar cada segundo para estar cerca de tí.