Qué tal?Aquí está el nuevo capítulo. Siento mucho la demora. Sé que tienen más dudas que al principio.. mi culpa jejeje pero.. la buena noticia es que ya pronto empezaré a desenredar todo. Les aviso que estoy haciendo un trailer en YouTube sobre esta historia , les avisaré cuando esté listo. Lo voy a lanzar ya casi enla recta final. Espérenlo quedará muy padre. Saludos y gracias!


Capítulo XXIII

JiHoo abrió los ojos en medio de la noche, no había tenido un buen sueño, su mente no podía descansar. Bajó a la cocina y al entrar se sorprendió de ver la alacena abierta. Se acercó y se fijó de que varios frascos estaban semiabiertos, y algunas cosas estaban fuera de su lugar. JiHoo conocía bien su cocina, pues a pesar de tener servidumbre, siempre ha gustado de preparar su propia comida, incluso cuando estaba su abuelo. Estaba ordenando de nuevo las cosas cuando escuchó un ruido sordo proveniente de la planta de arriba. -Pero ¡Qué!- dejó lo que estaba haciendo y se encaminó hacia las habitaciones. Cuando de repente, se escuchó un grito. Esto alertó a JiHoo y aceleró el paso hacia la habitación de Jae Kyung. Quiso abrir pero tenía el seguro por dentro.

-¡Jae! ¡Abre la puerta!- gritaba mientras movía el pomo de la puerta una y otra vez.

-¡No!- se escuchaba dentro

-¡Jae! ¡Por Dios! ¿Qué sucede?- decía, pero la puerta no abría y Jae Kyung no respondía. Solo se escuchaban golpes y los sollozos de ella. Comenzó a empujar la puerta con su cuerpo para abrirla. Tomó impulso hacia atrás y se tiró con todo su cuerpo hacia adelante, la puerta se abrió de golpe haciendo que se tambaleara. Cuando entró, solo pudo ver una figura que se perdía por la ventana de la habitación. Corrió hacia el alféizar logrando ver la silueta de alguien perdiéndose en la oscuridad. Quiso perseguirlo pero escuchó la voz de Jae Kyung.

-JiHoo…— dijo con un quejido. Él corrió hacia ella dándose cuenta de sus heridas.

-Estoy aquí, nadie te hará daño-

-JiHoo… quiso matarme… ella… quiso matarme…- decía entre sollozos. Le acariciaba el cabello para tranquilizarla, sin embargo, quería saber quién había entrado a su casa y atacado a Jae Kyung.

-¿Pudiste ver su rostro?-Le preguntó

- Estaba muy oscuro, solo pude escuchar su voz, pero era una mujer estoy segura-

-¡Esta bien! Descansa- una señora de mediana edad con un vestido de pijama y un gorrito entró en la habitación, se notaba asustada. Detrás de ella apareció el Mayordomo de la Casa.

-¡Amo! Escuché ruidos y gritos, le hablé a la Señora Jung y por eso vinimos, ¿necesita algo?- JiHoo sonrió agradecido.

- Traiga el botiquín por favor y unas vendas-

-Enseguida Amo- contestó la mujer saliendo rápidamente de la habitación.

- Señor Park, ¿vio a alguien entrar o salir de la casa?-

- Vi a una persona en el jardín, pero creí que era la Señora y no quise molestarla-

- ¿A qué horas la viste?-

-Antes de que usted llegara Amo-

-¡Esta bien!, puedes retirarte-

- Como usted ordene, Amo- el Mayordomo hizo una inclinación profunda y se retiró. La señor Jung volvió con lo que pidió y se acercó a Jae Kyung.

-Por favor cúrale las heridas y tráele algo de comer-

-Si Amo-

-Vendré en un rato- Le dijo a la chica para tranquilizarla. Ella le tomó la mano y lo miró con súplica.

-Tengo miedo- El le sonrió y le acarició la cabeza.

- Todo está bien ahora. No te preocupes. Debo hablar con mi personal para reforzar la seguridad. La Señora Jung estará contigo.-

-Está bien- dijo ella no muy convencida. Él tampoco estaba muy seguro de sus palabras pero no podía decir otra cosa. Salió de la habitación y se encerró en su despacho. El teléfono privado comenzó a sonar.

-¿Si diga?- contestó sobándose las sienes en señal de agotamiento.

- ¿Señor Yoon?- se escuchó una voz infantil. JiHoo se incorporó de inmediato.

-¿Quién habla?-

-Soy HaJun, ¿me recuerda?-

-Si, por su puesto. Perdón pero aún no he podido contactar con tu familia-

-¡Está bien! No le llamo por eso-

-¿Entonces?-

- Es DoYun. Debe venir por él. Desde ayer que regresó lo metieron al congelador pero escuché que fue trasladado a la enfermería del colegio, parece que está muy mal-

-¿Ayer?-

-Pero debe venir pronto, podría empeorar. Mis compañeros dicen que los maestros están preocupados-

-Hablaré con el director-

-¡No! Se darán cuenta que le avisé y podrían esconderlo o negárselo. Es mejor que usted lo saque de aquí sin que ellos lo sepan-

-¿Cómo puedo hacerlo?-

- Hay una salida de servicio detrás del colegio, la va a distinguir porque hay una capilla justo a lado, yo estaré esperándolo para abrirle la reja, conozco todas las claves-

- Estaré ahí en 30 minutos-

-Perfecto. Pero apresúrese, solo hay un momento en que podremos sacarlo. Los maestros tienen su almuerzo en una hora. Y la enfermería va por provisiones a esa misma hora. El estará solo, es el único momento que tendremos-

-Voy para allá-

-De acuerdo –

JiHoo colgó la llamada y se apresuró para ir al Colegio. ¡Maldita sea!. Seguramente JanDi lo llevó nuevamente. Al menos no estaba con ese psicopata.


Decidió ir en su motocicleta para evitar llamar la atención así como librar el tráfico. Llegó directamente al lugar que le había indicado el niño. Se acercó sigilosamente pero no veía a nadie. Se asomó por los barrotes cuando la reja se abrió de pronto por sí sola. Entró y caminó unos pasos. Era raro ver una construcción antigua debido a que el colegio tenía diseño moderno.

-¡Señor Yoon!- lo llamaron. El volteó hacia atrás y pudo ver al niño alto fornido de la vez anterior saliendo de una especie de puerta falsa. Ya no tenía la venda en la nariz solo en el rostro.

-¡Venga por aquí!- le indicó.

-¿Qué parte del Colegio es esta?- le preguntó mientras avanzaban en lo que parecía un calabozo debido a las paredes de piedra y el olor a humedad que se desprendía de ellas, aunado a la oscuridad que los envolvía.

-Por aquí es donde meten las provisiones, además, es un escape para los maestros cuando el director no los ve- lo miró de forma traviesa, -algunos de ellos también se hartan de estar aquí. Yo los sorprendí varias veces y para mantenerme callado me revelaron la clave, así es como a veces salgo a comprar golosinas o cosas que quieren mis compañeros, también me sirve para alejarme de esta prisión-

-¿Tan malo es?- preguntó intrigado.

-¿Malo? Esto es peor que "De Profundis"- JiHoo se sorprendió que un niño leyera ese tipo de obras. No era una lectura muy apta para su edad, sin embargo, describir el colegio peor que una cárcel, no era nada alentador.

-Puedes explicarme ¿que es eso del "congelador"? ¿Por qué DoYun está ahí?- le preguntó intrigado.

-¡Oh si!, en general los maestros son muy creativos a la hora de imponer castigos por mal comportamiento - dijo torciendo la boca y volteando los ojos – pero hay tres castigos que son los peores y se aplican cuando hiciste algo que ellos consideran Muy muy malo-

-¿Y cuáles son?-

-El más leve es "La Píldora"; te dan una pastilla para que no tengas hambre, así que solo tomas agua durante tres días o más. Pero si eres muy débil, acabas desmayado por no comer. Después sigue el "correctivo libre", aquí los profesores y hasta el director pueden imponer el castigo, regularmente son golpes. Y el último, el peor de todos, es el "congelador", los que reciben ese castigo no pueden decir nada, porque los vuelven a llevar allí, por eso, nadie sabe que es lo que sucede, excepto los que ya vivieron la experiencia, pero por la forma en que salen, podemos deducir que es peor mucho peor que cualquier castigo que hayamos visto. JiHoo apretaba la mandíbula, esos sádicos atentaban contra la vida de esos niños inocentes, mandaría a clausurar ese lugar una vez que llegara a la presidencia. Por fin llegaron al interior del colegio. HaJun guiaba a JiHoo quien lo seguía en silencio. Se escondían en las columnas y esculturas cuando veían a algún adulto. JiHoo sentía palpitar su corazón rápido, tenía tantas ganas de golpearlos a todos, pero debía contenerse. Lo importante era sacar a DoYun de ahí. Pronto llegaron a la enfermería y como había dicho antes HaJun por teléfono, estaba solitario. Llegaron a donde se encontraba DoYun y JiHoo sintió que se le iba el alma. El rostro angelical del niño presentaba moretones en los pómulos y en los brazos. Su cabello negro rizado había desaparecido. Se veía pálido y ojeroso, los labios los tenía secos. Le acarició la frente conteniendo las ganas de llorar de la impotencia.

-¿Qué te hicieron mi niño?- dijo con la voz entrecortada por la ira y el dolor de verlo en esas condiciones. Se escucharon pasos cerca de la enfermería. HaJun que estaba vigilando la entrada, corrió hacia JiHoo para alertarlo.

-Hay que sacarlo, ¡ahora!- le dijo con urgencia- varias personas se acercan- le informó .

JiHoo envolvió a DoYun con la sábana y lo cargó en brazos. El sudor le recorría la frente, el corazón comenzó a latirle rápido, pudo ver sombras caminando afuera del pabellón de enfermos. Distinguió tres siluetas a punto de abrir la puerta. HaJun lo jaló de la camisa arrastrándolo a un cuarto que parecía ser de consultas, y posteriormente salieron por otro que al parecer era el almacén. Seguían avanzando pero JiHoo se quedó buscando medicamentos que podrían servirle a DoYun, sospechaba lo que tenía, así que comenzó a buscar lo que necesitaba. HaJun temblaba al ver que se estaban demorando.

-¿Dónde está?- escucharon que preguntaba una mujer.

-Debería de estar aquí Madame, El no puede moverse, se lo aseguro- decía la voz de un hombre que se notaba claramente nervioso.

- Entonces… ¿Qué sucede?- volvió a preguntar la mujer. Las voces se perdieron una vez que ellos se alejaron. JiHoo corría tanto como podía con HaJun por delante. Volvieron por donde llegaron, cuando estaban por salir, HaJun se quedó quieto, JiHoo ya había salido. Al ver que el niño no se movía de su lugar, se detuvo.

-¿No vienes?- le preguntó.

- Yo… no sé. Mi Padre va a matarme si sabe que me escapé- JiHoo lo miró con pena, pero a la vez, endureció su mirada para decirle;

-Tú Padre tendrá que hablar conmigo antes de que te vayas con él, tiene que saber todo lo que hacían aquí, además, este colegio será clausurado, yo voy a encargarme de eso-

-¿Usted hará eso?-

-Lo haré, así que no tengas miedo, estarás bien- El muchacho sonrió con más tranquilidad y siguió a JiHoo. Acomodó a DoYun frente a él en la motocicleta y HaJun se sentó detrás de él sosteniéndose de su cintura. JiHoo arrancó a toda velocidad. Con el constante movimiento, DoYun despertó y abrió un poco los ojos. Al ver a JiHoo sonrió débilmente.

-Sabía que vendrías por Mi- le dijo. Y volvió a dormir.


Llegaron a la residencia Yoon y de inmediato lo llevo hacia la habitación que ya tenía designada para él. HaJun lo siguió y apenas entraron le entregó a JiHoo los insumos que tomaron en la enfermería del colegio. JiHoo comenzó a atenderlo, aún conservaba equipo médico de sus días de universidad y recordaba cómo poner un suero. Mandó llamar a la Señora Jung y a su Mayordomo para que lo ayudaran con el equipo, y a desinfectar la habitación. Después de dos horas DoYun despertó más consciente, se miró las manos y vio que estaba canalizado. A su lado pudo ver en una pequeña cama improvisada, a HaJun, y del otro lado, estaba su tío dormitando en un sillón. Se sentó en la cama dispuesto a levantarse. Cayó estrepitosamente al suelo frío, cuando intentó ponerse de pie. Esto alertó a JiHoo y a HaJun que estaban durmiendo profundamente.

-¡DoYun!- gritaron ambos a la vez y se apresuraron a ayudarlo.

-¡Estoy bien!- les dijo sonriendo débilmente, mientras era ayudado por ambos para recostarse de nuevo. JiHoo lo envolvió en sus brazos estrechándolo fuerte contra su pecho. DoYun pudo sentir en ese abrazo el cariño y el amor que le profesaba el adulto, envolvió sus pequeños brazos en su cintura sintiéndose reconfortado y a salvo. Cerró los ojos para mitigar el dolor de su cuerpo dejando atrás los recuerdos dolorosos de su estancia en ese lugar de muerte. El corazón se le ensanchó en cuanto sintió que él depositaba un beso en su cabeza. Fue la señal que necesitaba para considerar a ese hombre como su segundo Padre. Los labios le dolieron al curvarlos en una sonrisa. Por fin estaba en el lugar correcto. Cuando JiHoo deshizo el abrazo lo miró de frente para sonreírle, sin embargo, DoYun pudo ver sus ojos cristalizados por la humedad reflejada en sus pupilas.

-Estaba tan preocupado, esta vez no te dejaré, a donde yo vaya, irás conmigo. No voy a separarme más de ti- Le dijo con determinación. Él le sonrió en respuesta, ya anhelaba el día en que pudiera llamarlo Papá, pero quizás él no lo aceptaría.

- Y yo iré contigo Tío- le respondió. JiHoo lo miró con ternura.

-Descansa, seguro tienes hambre, voy a pedir que te traigan de comer- le beso la frente y se puso de pie para salir.

-¿Mamá está aquí?- le preguntó. Al escuchar la pregunta, miles de pensamientos revolotearon en su cabeza, ¿Qué iba a decirle? Su Madre, a pesar de no tener buena relación con él, era su familia más cercana y sabía que en el fondo, él la amaba. No podría decirle algo que lo lastimara, aunque fuera la verdad, incluso decirlo, a él mismo no le era agradable.

-No. Tenía algunos pendientes, pero estará aquí pronto-

-Ella fue por ti, ¿verdad? Me dijo que iría a buscarte, que estabas en un lugar peligroso y por eso no podía acompañarla- JiHoo estaba desconcertado. Ahora ya no sabía qué pensar, ella sabía que iría a encontrarse con ese hombre. No entendía nada.

- Si, nos encontramos- fue todo lo que pudo responder. El niño sonrió satisfecho. – Duerme un poco, HaJun se quedará contigo. Te veo en un rato.

- Está bien- contestó DoYun. JiHoo salió de la habitación con nuevas interrogantes. Cada vez entendía menos la actitud de JanDi, por momentos podía ver a la mujer que una vez lo enamoró, esa JanDi que con solo sonreír hacía que su mundo fuera mejor, y por otro lado, estaba la que había decidido ser cruel y frívola, sin importarle el bien de los demás con tal de lograr sus propios objetivos. ¿Cuál era la verdadera JanDi? Ahora, no lo sabía. Luego estaba el intruso que irrumpió en su residencia. Tenía que ser alguien cercano, no cualquiera sabía las claves de acceso. Y ¿Para que atacaría a Jae Kyung? ¿Acaso podría ser ella nuevamente? Suspiró exasperado, nada tenía sentido. Por el momento, se concentraría en cuidar de DoYun y de Jae, debía tratar de continuar con su vida y buscar el dichoso anillo del que no tenía idea donde pudiera estar. Se paseó un momento por la sala de estar y se tocó la frente. Era hora de llamar a los F4. Tomó su celular dispuesto a reunirlos.

-¿Hola?- contestaron del otro lado de la línea.

-WooBin, prepara la casa del Árbol- ordenó sin miramientos. Había que tomar acciones y rápido.


-¿Cómo te sientes?- le preguntaba su esposo de forma amorosa al mismo tiempo que la ayudaba a sentarse en un sillón frente a la chimenea. Era un día muy frío y él solo quería que ella estuviera cobijada, faltaba muy poco para que el bebé en su vientre viera la luz, por lo que ahora, se quedaba más tiempo con ella procurando que hiciera el menor esfuerzo.

-Cansada. Ya no puedo mantenerme en pie mucho tiempo y me agito muy rápido. Me siento como una ballena- El le sonrió con ternura. Puso su mano en el vientre de su esposa mientras ella la cubría con la suya propia. Anhelaban tanto a ese bebé, ambos abrieron los ojos con sorpresa cuando el bebé lanzó una patada haciéndolos reír. Pareciera como si estuviera escuchando a sus Padres queriendo ser parte del momento. Su celular comenzó a sonar.

- ¿Qué pasa WooBin?-

-YiJeong, es hora de reunirnos-

-¿Pasó algo?-

-Pasaron muchas cosas… ¿Cómo esta GaEul?-

-Siento que ya falta muy poco-

- Llévala con su familia, no la dejes sola, ¿quieres que alguien les acompañe?-

-¡No! La llevaré yo mismo, ¿Cuándo nos reuniremos?-

-Mañana, después del evento de campaña de JiHoo-

-Bien, nos vemos entonces- colgó la llamada ante la atenta mirada de su esposa.

-¿Pasó algo?- le preguntó preocupada.

-Nada, solo que los chicos quieren reunirse. Te llevaré con tus Padres mañana, después de la Fiesta del Senado-

-¿Por qué?-

- Estaré con los chicos, y nos podríamos demorar, no quiero que estés sola durante mucho tiempo-

- No quiero ir con mis Padres. Mi lugar es aquí. No estaré sola, está nuestra ama de llaves y nuestro mayordomo, también está la servidumbre. Estaré bien, me siento mejor estando en Casa, te esperaré a que regreses, no te preocupes- El vaciló un momento pero al final accedió.

- ¿Estas segura?-

— Ve con tranquilidad, estaré bien- El sonrió y la besó en los labios.

-¡Te amo!-

-¡Lo sé!-

Se sonrieron y el depositó un beso en su abultado vientre. Por algún motivo se sentía inquieto e inseguro, pero confiaba en la seguridad de su casa y en sus trabajadores. De todas maneras, le pediría a WooBin que enviara a algunos hombres para custodiar su casa, de esa manera estaría un poco más tranquilo.


El almuerzo fue más ameno en la Residencia Yoon. La mesa siempre vacía, ahora estaba ocupada por varios asientos, JiHoo a la cabeza, miraba a sus huéspedes con tranquilidad de verlos a salvo. Sus ojos se perdieron en el asiento vacío en su lado derecho. Pareciera como si hubiera pasado mucho tiempo desde que ella estuvo sentada allí, bromeando y riendo con él y su hijo. Lanzándole miradas seductoras después de haber compartido algo más que caricias, y que había despertado en él, sentimientos que ahora lo atormentaban.

-Señor Yoon, la comida está increíble, en el internado no comíamos así- le dijo con entusiasmo HaJun. JiHoo puso los codos sobre la mesa y las manos en su barbilla. Cada vez sabía más cosas de ese lugar, que lo hacían querer cerrarlo de una vez por todas.

-¿Y que comían?- preguntó.

-Bueno,- habló DoYun- la verdad es que muy pocas veces comíamos, casi siempre estábamos ayunando, por la píldora – se apresuró a decir- pero cuando lográbamos comer, la verdad es que preferíamos seguir ayunando. La comida parecía desperdicio-

-Realmente era asquerosa- continuó diciendo HaJun – Y en algunas ocasiones olía mal. JiHoo negó con la cabeza y apretó la mandíbula.

-Realmente no sé cómo pueden ser tan crueles con tantos niños inocentes-

-Deberían demandarlos- dijo Jae Kyung débilmente. Estaba seria y taciturna, su habitual alegría, estaba ausente por el momento. Los hechos recientes le habían provocado ese estado retraído. Era un alivio escucharla hablar dando una opinión.

-Ustedes podrían ser testigos y declarar ante la ley todo el maltrato que sufrieron- dijo con determinación. JiHoo sonrió al ver de nuevo a su amiga defensora de la justicia, levantando la voz en nombre de los desfavorecidos, olvidando así, los días traumáticos que sufrió.

-Se podría- la apoyó él. Pero ahora ambos necesitan reponer fuerzas- dijo refiriéndose a ella y a DoYun. Ella sonrió en agradecimiento y le tomó la mano.

-¡Gracias!- le dijo mirándolo fijamente. JiHoo solo asintió con la cabeza y miró sus manos de forma extraña. Ella al darse cuenta, retiró la suya de forma nerviosa, y volvió la vista a su plato. Este gesto no pasó desapercibido por los dos jovenes que allí se encontraban. HaJun sonrió de forma traviesa, pero DoYun arrugó el entrecejo claramente en desacuerdo, miró a su Tío y lo vió nuevamente concentrado en su plato de comida. Algo no estaba bien ahí. El día continuó tranquilo, DoYun se sentía con más fuerzas y disfrutaba de la compañía de HaJun. JiHoo por su parte, decidió trabajar en casa para no dejarlos solos, al menos ese día. Así que la gente del Senado, así como los encargados de campaña, llegaban a verlo para reunirse con él o a que les firmara algún documento. Jae Kyung estaba de mejor ánimo, por lo que procuraba estar cerca de JiHoo llevándole bocadillos en las reuniones o simplemente para hablar con él. DoYun veía esto con recelo. Jae Kyung le caía bien, pues con él también se mostraba atento, sin embargo, después de la confesión de su Madre, lo que más anhelaba era que su Tío le correspondiera, y esa chica podría complicar las cosas.

Se preocupó cuando en un momento antes de la cena, ella estaba con él en la cocina, su Tío estaba preparando Té y ella con el pretexto de ayudarle, le rozaba las manos y pudo ver que tenía intenciones de acariciarle el cabello por detrás.

-¿Estas preparando té, Tío?- había casi gritado para detener sus intenciones. Él giró para verlo, sonriéndole con cariño como siempre, ajeno a lo que su amiga quería hacer. Ella en cambio bajó la mano y lo miró un tanto contrariada, intentó una sonrisa pero no le salió. Él en cambio, sonrió satisfecho por evitar cualquier acercamiento. Durante la cena pudo ver el semblante de su Tío, parecía triste, estaba seguro que era porque no sabía nada de Mamá. Él no había querido mencionarla nuevamente, pero se le hacía extraño no verla, cuando le había prometido que iría por él al internado junto con su Tío. Algo le decía que él sabía dónde estaba, y eso lo tenía así. Cuando fue en la noche para arroparlo, pensó en sacar el tema. Observó a HaJun para estar seguro de que seguía dormido y así poder hablar con confianza.

-¿Ya estás mejor?- le preguntó mientras lo cubría con la cobija.

-Si Tío. Estoy mucho mejor-

-¿Algún día me dirás que te hicieron en ese lugar?- DoYun abrió y cerró los ojos, lo último que quería era recordar esos horribles momentos.

- Tal vez, pero ahora solo quiero estar contigo y… con Mamá- le dijo para ver su reacción al mencionarla. Sonrió a medias y le revolvió el cabello.

-Me alegra. Mañana tengo un evento importante, el Señor Park te ayudará en tu vestimenta- DoYun estaba decepcionado, él había ignorado la mención a su Madre. Definitivamente eso no era nada alentador.

-Que duermas bien. Nos vemos mañana- le dijo besándole la coronilla. Se levantó de su cama y salió procurando de no hacer ruido. Una vez que salió, se quedó mirando el techo unos segundos, suspiró derrotado.

-¡Mamá! Donde sea que estés, por favor, apresúrate- dijo a la nada, y se dispuso a conciliar el sueño.


El suelo de un cuarto húmedo y maloliente, estaba manchado de sangre fresca, el cuerpo de un hombre yacía boca abajo, mientras luchaba por seguir respirando. El sonido de unos tacones de aguja le taladraban el cerebro, sentía que en cualquier momento moriría. La mujer se acercó a él poniéndose en cuclillas, lo tomó del cabello para que la mirara, solo uno de sus ojos podía verla, el otro estaba cerrado por la inflamación de los golpes que había recibido.

-Detén esta tortura y ya dinos ¿Dónde se encuentra la casa F4?-

-¡No lo sé! ¡De verdad! Ellos me llevaron con los ojos vendados y después me sacaron de la misma forma, ¡lo juro!-

-El Hakik, ¿Quién lo tiene?-

-El Príncipe Song, él lo recogió con sus hombres-

-Te pagué mucho dinero por él, lo quiero de vuelta-

-Ellos lo tienen, Song se lo entregó al otro, al Alfarero- su cabeza rebotó contra el piso, después de que ella lo soltara ofuscada con la intención de lastimarlo.

-Estoy harta de esos entrometidos- le decía al hombre que se apoyaba en la pared mientras fumaba un puro. – Se supone que sería fácil una vez que JanDi se casara con el Senador-

-Estoy cerca de lograrlo, el Senador está en una encrucijada y cederá, él mismo entregará todo-

-Sigues pensando que ella te ayudará. Pero yo pienso que JanDi te está traicionando- El la miró con fiereza y se acercó a ella-

-Ella no puede traicionarme, sería su fin-

-¿Olvidas quien liberó a Jae Kyung?-

-Tengo un plan- dijo él- un plan que los debilitará a todos, y tendrán que darnos lo que queremos-

-¿Y que harás con ella?-

-Sé muy bien qué hacer con JanDi-

-Necesitamos al niño-

-Lo tendrás. Solo ten paciencia-

-Entonces mata a esta basura, no nos sirve-

-¡No espere! Hay algo que escuché-

-¿Que cosa? – le dijo Takeshi

-Uno de ellos, viajó a Europa, parece que el hijo del heredero, está vivo-

-¿Cómo dices?- exclamó la mujer.

-Los escuché, cuando hablaban por teléfono. Hablaban sobre un viaje, y sobre un niño, que al parecer, está vivo. Mencionaron el nombre de JunPyo-

-¿Y saben dónde está?- preguntó la Mujer.

-No escuché más- Takeshi y la Mujer se miraron uno al otro con los ojos abiertos.

-Hay que actuar, pronto- dijo Takeshi.

-Lo que sea que estés planeando, adelántalo-

-Tus deseos son órdenes- le respondió haciendo una reverencia.


El lugar estaba repleto de gente, su personal no había reparado en gastos. Había personas en lo alto haciendo acrobacias, las luces láser iluminaban el lugar al ritmo de la música. Había gente bailando en la pista y otras degustaban los bocadillos. Él permanecía en un área exclusiva con Jae Kyung, HaJun y DoYun incluyendo a WooBin, Yi Jeong se disculpó debido a que estaría con GaEul hasta que se encontraran en la Casa del Árbol. DoYun miraba con recelo a su Tío, se veía tranquilo y cómodo a lado de la Señorita Jae. Cada vez veía más acercamiento entre ellos y eso no le gustaba.

-Debió de haber venido con Mamá- le comentó a HaJun

-¿Por qué te enojas? Tu Mamá no se aparece, y pues, la señorita Jae se ha portado muy bien con nosotros, y a tu tío no lo veo molesto por eso. Además es muy bonita-

-Es lo que más me preocupa. Ella no es mala. Pero quiero que mi Tío y mi Mamá al fin se lleven bien-

-Pues si sigue desaparecida, le van a comer el mandado-

DoYun torció la boca y suspiró, mientras veía como Jae Kyung decía algo y su Tío sonreía.

-Creo que deberías sonreír Senador, eso ayuda mucho a la campaña- le dijo Jae Kyung muy cerca del oído. Lo que involuntariamente lo hizo sonreír.

Hasta ese momento se encontraba ajeno a todo lo que sucedía a su alrededor. Su mente divagaba en todo lo acontecido en días anteriores. Repiqueteaba una y otra vez los dedos en su vaso de licor, las luces apenas iluminaban el lugar, era fácil perderse en los pensamientos. Cuando sintió el aliento de su voz en el oído, fue cuando se le escapó una sonrisa, lo había devuelto a la realidad. Una realidad que disfrazaba los temores a los que se enfrentaba, como perder de nuevo a alguien a quien amaba. Una realidad llena de dudas y de inseguridades, una realidad en donde no estaba Ella. Bebió de su vaso y apretó los labios para detener un poco más de tiempo el sabor del licor en su boca y pasar lentamente el líquido por su garganta. Así podría ahuyentar el desánimo y concentrarse en el momento. La música cesó y las luces se encendieron. Había llegado el momento de su discurso y de agradecer la asistencia de los presentes. Se supone que también presentaría a su esposa. Pero tendría que omitir esa parte, y en cambio presentar a Jae Kyung como su apoyo en la campaña. El Vocero comenzó a presentar primero a quienes formarían parte de su gabinete, uno a uno daba su discurso exponiendo sus propuestas. Él esperaba con paciencia su turno, que era bien sabido sería el ultimo. Su mirada se endureció y sus dedos apretaron con más fuerza el vaso que sostenía hasta casi romperlo, el Vicepresidente había llegado, acompañado de su esposa y de un Hombre Japonés, vestido de forma elegante. Se acercaron a donde él se encontraba, cada paso que daban hacia él, le encendían la sangre, Jae Kyung enroscó sus brazos al suyo, pegándose a él con aprehensión. La sintió temblar y escuchó su respiración agitada. Puso su mano sobre la de ella y la miró a los ojos para tranquilizarla. Los hombres saludaron con una reverencia mientras que ellos se ponían de pie e imitaban el mismo saludo.

-Buenas noches Senador, es una excelente velada- dijo el Vicepresidente mirando a su alrededor.

-Muchas gracias- contestó JiHoo.

-Le presento a mi esposa- JiHoo se inclinó ante la mujer y le besó la mano delicadamente.

-Él es mi socio, el Señor Takeshi Kaneshiro-

-Gracias Vicepresidente, pero el Senador y yo, ya nos conocíamos, al igual que su acompañante- dijo mirando a Jae Kyung que apretaba los brazos de JiHoo casi lastimándolo. Hizo una profunda reverencia que a JiHoo le causó repulsión.

-Muy bella por cierto- dijo el Vicepresidente – tendremos una hermosa Primera Dama en caso de que se vea favorecido en la elecciones Senador- dijo sonriendo e inclinándose ante Jae Kyung.

-Solo la esposa del Presidente es la Primera Dama- interrumpió DoYun. Ambos hombres lo miraron incluso JiHoo y Jae Kyung.

-¿Y este jovencito quien es?- dijo el Vicepresidente.

-Soy su Hijo- se apresuró a contestar. Lo que tomó por sorpresa a JiHoo, nunca pensó que él se considerara así, aunque eso no le molestaba en absoluto, pues él lo consideraba así. Ensanchó una sonrisa pero luego la borró al ver que se dibujada una en el rostro de Takeshi, temía que después quisiera hacerle daño al darse cuenta de lo importante que era DoYun para él.

-¡Vaya! Esa si no la sabía . Pues felicidades por este niño tan valiente que tiene Senador. Algún día podría ser Ministro o Presidente- dijo con una amplia sonrisa y revolviendo el cabello de DoYun.

-¡Así es! Se nota que tiene carácter- completó Takeshi. JiHoo se adelantó para acercarse a él, tenía los puños apretados, ya no soportaba más su cinismo y estaba a punto de soltar un golpe frente a todos.

(Y ahora… presentamos ante ustedes a quien nos representará en la Presidencia…) Se escuchó que lo llamaba el Vocero.

- Creo que ha llegado su turno, Senador- dijo Takeshi. Esto detuvo a JiHoo y se vio obligado a declinar de sus intenciones. Hizo una reverencia hacia el vicepresidente y soltándose con delicadeza de Jae Kyung, fue hacia el escenario. WooBin que había visto toda la escena sin entrometerse, tomó a Jae Kyung y a los niños y los separó de los dos hombres para protegerlos. Ellos al ver esto, se inclinaron en modo de despedida y se alejaron de allí. JiHoo comenzó el discurso que tenía preparado, tenía muchos simpatizantes, por lo que apoyaban cada una de sus propuestas. Al final era el momento de presentar a la que sería la primera Dama. Él había planeado presentar a JanDi siendo su esposa, pero debido a lo que sucedido, y al hecho de que estaba desaparecida, decidió pedírselo a Jae Kyung.

-Y ahora, voy a presentar oficialmente, si ella acepta..- comenzó a decir JiHoo. DoYun negaba con la cabeza poniendo sus manos en su boca y suplicando con los ojos a su Tío que no lo hiciera. Por un segundo JiHoo logró verlo y se detuvo de su discurso, respiró hondo y con una mirada de disculpa extendió su brazo.

-A quien me acompañara en mi Gobierno, quien será mi apoyo, mi consejera y mi consuelo en este nuevo camino que recorreremos juntos, por favor reciban … - las palabras quedaron en el aire cuando los ojos de JiHoo se dirigieron a la entrada del recinto. Como una verdadera Diosa, JanDi hizo su entrada. Todos los ojos siguieron la mirada del Senador, y los reflectores la iluminaron por completo. La mayoría del público masculino dejó de respirar al ver a la Mujer que desplegaba elegancia y sensualidad, envuelta en un elegante vestido negro entallado con detalles dorados que resaltaban sus curvas. Un pronunciado escote en la espalda y una abertura desde donde iniciaba la cadera, hizo a más de uno suspirar. JiHoo no podía quitarle los ojos de encima, se veía tan hermosa y tan sensual. La había extrañado, a pesar de todo, esa mujer despertaba en él, deseos ocultos y algo más que le producía calor en el cuerpo y en su corazón. Sus latidos se hacían cada vez más rápidos a medida que ella se iba acercando. ¿Por qué lo torturaba así? Ya había dicho que El no le interesaba, se besó con su amante frente a él para demostrarlo y aún así, ahí estaba, reclamando su lugar. DoYun no hacía más que sonreír al ver a su Madre tan bella y a su Tío como bobo mirándola, las cosas se empezaban a acomodar. HaJun le dio un codazo y él le sonrió en respuesta. Jae Kyung tenía el rostro serio, podía ver como su amigo estaba embelesado mirándola. Lo que indicaba que tal vez JanDi era correspondida. WooBin se cruzó de brazos y se rascó la cabeza, esto cada vez era más complicado. Le llamó la atención ver una figura encapuchada escabulléndose detrás de las cortinas donde estaba puesto el escenario. ¿Quién era ese extraño? Se puso de pie dispuesto a seguirlo.

JanDi caminaba lentamente entre la gente, pero su mirada estaba fija en el Hombre en medio del escenario, su corazón palpitaba con fuerza y anticipación. Deseaba tanto poder oler su perfume, sentir su aliento. Él era todo lo que ella necesitaba. Llegó hasta él y ambos quedaron frente a frente. Sus miradas se cruzaron pero no se atrevían a decir nada. Pensamientos diversos les invadían en ese momento. No sabía qué pensar uno del otro, lo único que estaba claro era que sus cuerpos temblaban ante la cercanía. Al fin JanDi fue la primera en hablar.

-¡Hola Bombero! ¿Me extrañaste?- El se quedó sin habla, no podía más que mirar alternativamente sus ojos y sus labios. Extendió su mano frente a ella para tomarla del brazo y acercarla aún más a él. Todos los presentes estaban expectantes de lo que sucedería. Ellos parecían estar en su propio mundo, pues sin importar quienes los estuvieran viendo, se acercaron cada vez más. Hablándole en un susurro le pregunto:

-¿Qué haces aquí?- Ella sonrió con arrogancia.

-¿No es obvio? Soy tu esposa, debo estar aquí-

- Eso, es algo que a ti te tiene sin cuidado. Ser mi esposa no es algo que te agrade. ¿O es que viniste con ese pretexto para encontrarte con tu amante?- Al decir esto, ella giró su cabeza para buscar entre la gente a su verdugo, apretó los labios cuando lo encontró sentado junto al Vicepresidente mirándola con aprehensión y regocijo.

-¿Lo viste no? Entonces, ¿por qué sigues aquí?-

-Ibas a nombrar a quien será La Primera Dama, ¿no es así?- El levantó la cejas ofuscado.

-La Primera Dama será alguien de mi entera confianza, y quien esté dispuesta a estar conmigo no solo en asuntos políticos-

-Yo seré tu Primera Dama, y es mejor que lo anuncies de una vez, ¿eso ibas a hacer no?- JiHoo resopló y colocándola a su costado tomó el micrófono de nuevo.

- Mi esposa, la señora Yoon JanDi, será quien me apoye en caso de resultar electo-

El recinto se llenó de aplausos mientras que ella hacía reverencias en agradecimiento. Después JiHoo la tomó de la mano y ambos bajaron del escenario. La llevó a los jardines del recinto fuera de ojos curiosos. Cuando estuvieron solos, se puso frente a ella con los ojos encendidos, quería sentir coraje pero estaba al borde del extasis al mirarla.

-¿Qué pretendes? Te desapareces por días, me retas besándote con ese imbecil y ahora te apareces aquí reclamando un lugar que tú misma despreciaste-

- Ese lugar es mío, y tú querías dárselo a otra-

-Ella lo merece, nunca me ha traicionado y ha estado conmigo en las buenas y en las malas, confío plenamente en ella-

- Pero ella no es tu esposa, ella no puede hacer que vibres con solo tocarte- le decía mientras se acercaba a él y lo acorralaba hacia la pared más cercana.

-JanDi… así no son las cosas-

-¿Ah no? Entonces explícame cómo son. Porque sé que me deseas. Que te mueres por besarme, por llevarme a nuestra casa y hacerme tuya- le dijo casi rozando sus labios con los de él. JiHoo tragó fuerte tratando de contenerse. Su voz sensual y esa ropa que llevaba puesta, lo estaba volviendo loco de deseo. Pero no podía dejarse llevar por sus instintos, en estos momentos habían muchas cosas de por medio.

- Eres una enorme tentación. Pero no voy a permitir que sigas jugando conmigo a tu antojo. Ya tienes lo que querías, ahora déjame tranquilo- le dijo para terminar la conversación. Sin embargo ella no se movió y se quedó ahí pegada a él, cerca de su rostro. Sin que pudieran evitarlo, ambos juntaron sus labios con furia, JiHoo la besaba sin delicadeza, la estaba reclamando. La tomó de los hombros girándolos a ambos dejando ahora a JanDi pegada a la pared. Ella soltó un gemido cuando él tocó uno de sus senos. JanDi correspondía a cada caricia con suspiros, con desesperación le desabrochó el cinturón del pantalón y metió su mano para sentirlo. JiHoo estaba nublado, extasiado, sentía que explotaría en cualquier momento.

-JanDi… no me hagas esto. No juegues conmigo- le decía él suplicante mientras gemía contra su boca y volvía a besarla.

-Me deseas. Dilo- le decía ella suspirando.

-¿Qué me estás haciendo? Me estoy volviendo loco-

-Dímelo- le suplicó ella de nuevo.

-Si…, te deseo, te amo…- al decir esto ambos se detuvieron. Ella lo Miraba fijamente con el pecho acelerado de la emoción al escuchar esas dos palabras. Él estaba estupefacto, ¿como se le escapó esa frase de su boca?, ¿es que su inconsciente se había exteriorizado en palabras?

-¿Qué… dijiste?- habló ella temblorosa. Lentamente ambos fueron separándose y JiHoo arregló de nuevo su cinturón.

-Debemos regresar- solo dijo.

-¡No! ¡Espera! Repite lo que dijiste- le insistió ella. Él se pasó la mano por el cabello exasperado.

-¿Para qué? ¿De qué sirve? No sé por qué lo dije. Pero no importa. Se supone que tú y yo no nos amamos. Tú no me amas. Déjalo ya- JanDi sentía sus latidos cada vez más fuertes, su pecho subía y bajaba, él había dicho eso que tanto había anhelado. Aún no se movía de su sitio, él ya estaba perfectamente arreglado. Sacó un pañuelo de su bolsillo y lo acercó a sus labios para limpiarle un poco de labial corrido en su rostro, después se limpió el mismo los labios para quitar todo rastro de los besos apasionados que habían compartido.

- Puedes ir al tocador si gustas. Te espero adentro- le dijo, mientras guardaba de nuevo el pañuelo y se dirigía hacia adentro del recinto. Todavía estaba con la emoción a flor d e piel por lo que acababa de suceder. Respiró hondo y luego hizo lo que él le pidió. Cuando estuvo más tranquila, caminó hacia la mesa donde él se encontraba. La música nuevamente estaba sonando y las luces láser estaban relampagueando por todo el sitio. La visión delante de ella le arrancó un suspiro, ahí estaba él bebiendo elegantemente, volteó hacia ella al sentir su mirada y sonrió. Junto a él estaba DoYun platicando algo gracioso y de su otro costado estaba Jae Kyung que reía junto con ellos, eso no le gustó mucho. Siguió avanzando pero esa imagen fue obstaculizada por la silueta de un Hombre frente a ella. Takeshi la había abordado antes de que llegara.

- ¿Te diviertes?- le preguntó. Ella cambió su semblante por su habitual máscara de frialdad.

- En realidad estoy aburrida-

- ¡No te preocupes! Pronto empezará la diversión. JanDi arrugó el entrecejo

-¿Qué quieres decir?- Takeshi sacó su puro y solo le sonrió en respuesta. En ese instante las luces se apagaron al igual que la música, sudando todo en tinieblas.

-Es Hora- le dijo en medio de la oscuridad. Se escucharon murmullos por todo el salón y después, la imagen de un enorme dragón rojo sobre lanzas y oliva se alzaba detrás del escenario. Todos seguían la imagen con incertidumbre y miedo sobre todo cuando apareció una Mujer vestida completamente de negro y un velo que le cubría el rostro. Caminó con parsimonia hacia el centro del escenario, tomó el micrófono con la vista puesta en su objetivo que se hallaba de pie protegiendo a los suyos. Se descubrió el velo y los saludó con una reverencia, después con una sonrisa de autosuficiencia dijo;

- Por fin podemos vernos cara a cara, Yoon JiHoo-